viernes, 18 de diciembre de 2015

CARLOS MESA, VOCERO DE DEMANDA DE BOLIVIA EN LA HAYA: "CHILE NO PUEDE DESPRENDERSE DE SUS COMPROMISOS"



“Una gran emoción y una gran alegría” sintió el Vocero de la demanda de Bolivia ante La Haya Carlos Mesa luego de que la Corte se declarara competente para pronunciarse sobre la demanda que solicita obligar a Chile a negociar de buena fe una salida al mar con soberanía. 

Ahora, de cara a la fase de fondo del juicio, Mesa apunta a los “compromisos” que habría adoptado Chile tendientes a dar una solución a la mediterraneidad de Bolivia.

En una entrevista con Revista Cosas, la que publicó en su página web personal, Mesa emplazó al canciller Heraldo Muñoz a responder: “¿Cómo puede Chile construir su caso ahora? Porque el caso que Chile ha construido se le vino abajo después del fallo de la Corte Internacional de Justicia”. 

A juicio del ex Presidente de Bolivia a Chile “ahora le toca demostrar que los compromisos que hizo durante setenta años no son jurídicamente exigibles y eso es simplemente imposible”.

“¿Cómo  puede Chile decirle a Bolivia y al mundo que sus promesas no fueron promesas firmes y serias, y cómo puede entenderse que un país que hereda una política de Estado no acepte que esa política de Estado compromete la fe del Estado Chileno, sin importar quién sea presidente o de que gobierno se trate? Chile no puede desprenderse de los compromisos anteriores”, sentenció.

Mesa agregó que “si un presidente ha contraído deudas internacionales, su sucesor no puede decir, ‘yo no voy a pagar porque este compromiso lo contrajo el anterior presidente, no yo’. Esas reiteradas promesas y compromisos oficiales a lo largo de más de siete décadas comprometen la fe del Estado chileno”.

El portavoz de la demanda paceña agregó que  tras el fallo en que se rechazaron las objeciones preliminares, “el mundo sabe que hay un tema pendiente entre Chile y Bolivia”.

El gesto de Mesa a Morales

Mesa no sólo abordó los escenarios tras el fallo de la Corte, sino que además alabó las gestiones internacionales desplegadas por el actual Presidente de Bolivia, Evo Morales. 

“En eso hay que darle el mérito político al Presidente. Yo creo que Evo Morales tiene un mérito incuestionable más allá de que lo jurídico este tan bien fundamentado, más allá de que los argumentos históricos se hayan construido por más de un siglo; sin un Presidente con la voluntad política de asumir el riesgo y hacer el juicio, ningún antecedente hubiese valido. En consecuencia, hay que darle al César lo que es del César”, dijo.

Según el vocero, “el presidente Morales ha conseguido de manera incuestionable el apoyo del Papa Francisco, del presidente Mujica, de los países del Alba, de organismos multilaterales, etc. Esa es una tarea concreta”. 

Pese a los elogios Mesa remarcó que el “el éxito está en que se trata de una política de Estado (…) no una causa exclusiva del presidente”. Tele Trece de Chile (www.t13.cl)











MESA ES MEJOR EVALUADO QUE EVO MORALES EN LA DEMANDA CONTRA CHILE



El vocero de la estrategia boliviana está cosechando los frutos de La Haya. Parece ser una mala noticia para Evo, que quiere ser reelegido.



La Tercera de Chile (www.latercera.com)

                                                  

El gran beneficiado en términos políticos en Bolivia con la demanda interpuesta contra Chile en La Haya no es el Presidente Evo Morales como podría pensarse, sino el ex gobernante (2003-2005) y vocero de la estrategia, Carlos Mesa. Según un sondeo dado a conocer esta semana, el 44% de los encuestados consideró a Mesa como quien más ha destacado en la campaña internacional desplegada a favor de la causa marítima boliviana.

De acuerdo con la encuesta de Mercados y Muestras para el diario Página Siete, Evo Morales aparece en una segunda posición, con el 31%, y en tercer lugar el agente de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia, el también ex Presidente, Eduardo Rodríguez, con el 11%. A su vez, el canciller David Choquehuanca fue mencionado por el 3% de los consultados.

El sondeo muestra el despunte de la imagen de Mesa, a lo que se suma que fue elegido el personaje del año 2015 por la red de emisoras Educación Radiofónica de Bolivia (Erbol), el sistema de Radio y Televisión Popular (RTP), el diario El Deber y la revista Datos. Y en la última edición de la revista Cosas Bolivia, su rostro aparece en portada con la frase “Hoy el mundo sabe que hay un tema pendiente entre Chile y Bolivia”.

Es una noticia no muy dulce para Evo Morales, que quiere ser reelegido por tercera vez en 2019, para lo cual debe lograr que sea aprobada una reforma de la Constitución, en un referendo el próximo 21 de febrero. Y según los sondeos, no lo conseguiría. Una encuesta de comienzos de mes señaló que el 54% de los bolivianos  está en contra de reformar la Carta Magna y el 53% rechazó la posibilidad de que Morales sea reelegido para un cuarto período.

Mesa, un historiador, periodista y presentador de televisión, llegó a la Vicepresidencia del país en 2002 como compañero de fórmula de Gonzalo Sánchez de Lozada, pero asumió la Presidencia del país tras las movilizaciones populares que llevaron a la renuncia de Sánchez de Lozada. Durante su gestión repuso ante Chile el tema de la demanda de un acceso libre y soberano, pero debilitado políticamente y enfrentado a Evo Morales, entonces el mayor líder opositor, renunció en junio de 2005.

En 2013 el gobierno de Evo Morales inició una demanda internacional contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia, con tal de obligarlo a negociar una salida soberana al mar para Bolivia. Y un año después, pese a sus diferencias políticas, Morales sumó a Mesa como representante oficial de su país en la demanda marítima, convirtiéndose en portavoz del Estado boliviano sobre el tema.

Sin embargo, el mayor golpe de efecto que habría logrado Mesa fue presentarse en Chile en el programa de TVN, El Informante, que conduce Juan Manuel Astorga, en septiembre pasado, después del fallo de la corte de La Haya en que rechazó la objeción de Chile y se declaró competente ante la demanda marítima de Bolivia.

“La entrevista causó tanto furor en las redes sociales que los cibernautas las invadieron con memes sobre la entrevista y la victoria de Bolivia en suelo chileno. Al día siguiente de la entrevista los comerciantes vendieron documentales sobre la Guerra del Pacífico y (copias de) la entrevista de Carlos Mesa en TV Chile”, escribió Página Siete.

Para el analista político boliviano Jorge Lazarte, el amplio respaldo a la gestión de Mesa se debe a que “más allá de que la población sabe que el ex Presidente Mesa ha estado moviéndose por todas partes, entre estas gestiones destaca su presentación ante la televisión chilena, que tuvo un impacto favorable muy fuerte en el país”. Pero también influye -según dijo a La Tercera- “la desafección implícita a la imagen del Presidente Morales, por la situación política actual del país, de buscar ser reelegido, algo que está fastidiando mucho a muchísima gente”.

Al ser consultado, sobre si Mesa guarda ambiciones o aspiraciones políticas, Lazarte explicó que aunque él mismo anunció su interés de entrar en alguna carrera política después retiró su nombre. “pero está claro que la imagen que tiene en este momento es mejor que la que tenía hace algunos años y seguramente alguna gente -porque la oposición no tiene a nadie por ahora- está pensando en esa posibilidad”. Incluso él mismo ha estado asumiendo posiciones críticas, al punto que “él se ha opuesto al afán reeleccionista” de Evo Morales.











ACCESO AL MAR DE BOLIVIA ES UN TEMA CLAVE



Ilfatto quotidiano de Italia (www.ilfattoquotidiano.it)

                                                                                                                                  

La meseta andina (unos 4.000 metros) es agradable, pero se sintió el mal de altura, el mal de altura. Por tanto, estoy contento de estar de vuelta a la orilla del mar, a saber, el Océano Pacífico, en la ciudad chilena de Iquique brillante, menos lluvioso o si desea que el más seco del mundo. Ciudad muy bonita, un destino para el turismo de todo el país en sus amplias playas. Un museo muy interesante crónica de las civilizaciones indígenas de la zona, por chinchorros a los incas, y el desarrollo alcanzado por la construcción de la línea ferroviaria al puerto llevando productos minerales, principalmente el salitre, extraídos en la zona circundante.
Tener la posibilidad de acceso directo al mar es un factor clave para el desarrollo de un país, especialmente en el contexto actual de la globalización y el desarrollo del comercio y el comercio internacional. Bolivia carece de casi ciento cincuenta años, y el gobierno de Evo Morales ha recurrido a la Corte Internacional de Justicia pidiendo que Chile cumpla con su obligación de negociar de buena fe de Bolivia una salida soberana al mar. Con este fin, el gobierno boliviano se basa en una serie de compromisos y acuerdos que incluyen entre 1904 y 2012, que Chile violó.

En su sentencia de 24 de septiembre de este año, la Corte reconoció tener jurisdicción sobre la base del artículo. XXXI del Pacto de Bogotá de 1948, sostiene, fundamentalmente, que la cuestión del acceso al gobernante mar de Bolivia no se ha resuelto del todo. El acceso al mar de Bolivia es ahora una cuestión clave para la ley y la integración regional de América Latina. Escapó a los bolivianos con la guerra de 1879, que en ambos países sigue siendo la adoración viva, con los museos especiales dedicados a ella y un uso continuo de las topografías y mitos de la guerra, de la costa del norte de Chile fue una vez la provincia de Bolivia Atacama. Durante el siglo XIX hubo muchas guerras entre los distintos estados latinoamericanos como resultado de lo cual él diseñó el mapa político actual del continente.

Los tiempos difíciles pasan ahora, esperemos que para siempre. La integración latinoamericana, una garantía de paz y cooperación, sigue constituyendo un desafío importante para toda la región, con independencia de los gobiernos del partido de los diversos estados que forman parte de, aunque hay que reconocer que no esperemos la afirmación de Berlusconi Argentina Macri según el cual "Argentina Tiene Que volver al mundo", comunicado leído por muchos como un intento declarativa para liquidar los progresos realizados en el sector en los últimos quince años con la construcción de la UNASUR y la CELAC.

Además, por supuesto, que no presagia nada bueno ganarse a la mayoría del Parlamento de Venezuela por un derecho mucho más sensible a las órdenes de Washington y el capital internacional que los imperativos de la unidad y de los ideales de América Latina.

A pesar de la actual fase de incertidumbre, provocada por la crisis y debilidades de los gobiernos que se han encargado en los últimos quince años de la construcción de un nuevo soberano y América Latina unida, el desarrollo de nuevos niveles de cooperación, el intercambio, la solidaridad y la unidad entre todos los países de América Latina continúa siendo una necesidad de fondo que no se puede evitar. Ven a garantizar, en este marco, el acceso soberano al mar para Bolivia a raíz de las negociaciones con Chile, incluso al margen de lo que voy a decir de la Corte Internacional de Justicia, constituye un hecho de enorme importancia. Sobre todo si las negociaciones también se asociaron Perú va a establecer un marco innovador e integral de los distintos litigios relativos al derecho internacional del mar, o más en general, afectando a la zona.

Por tanto, debemos esperar que la Presidenta Bachelet y el gobierno de Chile tiene la visión y el coraje para seguir adelante en este camino, sin tener que esperar a que el Tribunal les obliga de este modo y sin ceder al nacionalismo objetable y enfoques militaristas. Sería un buen gesto, una contribución sin precedentes a la causa del derecho internacional y la construcción de una nueva solidaridad de América Latina y de cooperación que Chile, el país en el momento en que la víctima de un golpe de Estado vicioso buscado por Washington y que hoy está debatiendo como finalmente adoptar una nueva constitución libre de huellas dactilares pinochettiste, podría dar. Por lo tanto, deben valorarse posiciones como las del chileno senador Navarro, que aboga por una solución negociada, de cooperación y de apoyo, incluido el acceso soberano de Bolivia al mar.











Y AHORA LE TOCA A BOLIVIA



Cuba Debate (www.cubadebate.cu)



Por: Amauri Chamorro.- Después de 10 años de un transcendental desarrollo económico y social, la plurinacional Bolivia enfrentará uno de sus principales desafíos para la sustentación de las políticas públicas que hicieron de los invisibles, protagonistas del más fascinante proceso revolucionario del siglo XXI. El presidente Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS) disputan en febrero de 2016 un referéndum que definirá la posibilidad de apenas una nueva reelección del presidente. Pero la coyuntura no es favorable. El “tsunami” – ya indicado en un artículo anterior publicado en El Telégrafo-, comenzó a azotar la posible continuidad de la izquierda en los gobiernos del continente. La amenaza al progresismo se inició a partir de la débil victoria de Dilma Rousseff en Brasil, hace exactamente un año, continuando con las predecibles derrotas electorales de Scioli en Argentina, y de la Asamblea por parte del PSUV en Venezuela.

Bolivia no solo ha sobrevivido, como ha crecido de manera imparable durante 10 años consecutivos, pese al macroambiente económico desfavorable para los países exportadores de commodities. Destaque a la sólida redistribución de las riquezas del país para las amplias camadas indígenas, alcanzando formidables índices de desarrollo social, pero principalmente económicos. Pese a estos indicadores, la pelea para ganar una elección se ha vuelto muy difícil. Como en Ecuador que Alianza PAIS perdió en las seccionales, MAS también fue derrotada en Bolivia. Así como en prácticamente todos los países progresistas que han recuperado no solo la soberanía sobre sus riquezas, sino vencer sensiblemente la inequidad y la injusticia social. Entonces, ¿qué justifica la derrota en las elecciones?

La derecha ha encontrado brechas existentes en las gestiones de los gobiernos progresistas y en sus movimientos políticos. Los distintos procesos progresistas del continente, sustentados principalmente en la inmensa masa de personas que ha sido insertada en el mercado de consumo, como es el caso boliviano, han sufrido un cambio demográfico importante. Las personas tienen más capacidad para adquirir bienes de consumo, generando muchos caballos de fuerza a la economía. Pero las nuevas generaciones que ya nacieron con sus derechos básicos garantizados, como educación y salud, no reconocen en sus gobiernos una narrativa que los represente. Hemos perdido la batalla cultural.

Los gobiernos han confundido sus exitosas gestiones con el quehacer político. Como si uno sustituyera al otro. Movimientos sociales no son ministerios que se gestionan. Hemos dejado de lado la construcción constante del progresismo en las calles. A eso se suman los errores, la ineficiencia, la corrupción, creando una confusión con los procesos comunicacionales, que después de muchos años dejan de tocar los corazones. Y si no se tocan los corazones, no se ganan las elecciones. No hay gratitud por lo que se hizo. Lo que hay es una exigencia, cada vez mayor, por participar en la construcción de la visión de futuro. Así como cuando ganamos por primera vez las elecciones, dando inicio a una de las más importante eras de nuestra historia: cuando los invisibles asumieron el protagonismo del proceso.

*Amauri Chamorro es Comunicador Social, egresado de la Universidad de Sorocaba, cursando un Master en Comunicación Política de la Universidad Autónoma de Barcelona. Más de 20 años de experiencia en estrategias de comunicación, en colaboración con gobiernos, partidos y organizaciones sociales progresistas en América Latina. Escritor invitado de diversos medios de comunicación para asuntos políticos y de comunicación, ha participado en diversos seminarios y conferencias como ponente.











CAE PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS POR PETRÓLEO Y CLIMA EN BOLIVIA



La Hora de Guatemala (www.lahora.gt)

                                                       

El clima y la baja en los precios del petróleo y las materias primas han provocado una caída de 9,8% en la producción de alimentos en Bolivia este año, lo que supone un golpe a los esfuerzos del presidente Evo Morales por reducir las importaciones y garantizar la soberanía alimentaria.

Este año se produjeron 12,9 millones de toneladas menos de alimentos y las exportaciones agrícolas cayeron 23% respecto de 2014, dijo el jueves en un informe la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), que agrupa a los agroexportadores.

Es la menor producción en volumen y valor desde 2012, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior.

La caída más pronunciada y sensible fue la del maíz con 27%. Ese grano es la base de la cadena alimentaria para la producción de carnes, dijo el presidente de la CAO, Julio Roda.

La CAO anticipó que la superficie cultivada en 2016 se estancará en 2,4 millones de hectáreas obligando al gobierno a incrementar la importación de alimentos que vino reduciendo en los últimos años gracias a políticas de fomento.

Las exportaciones agropecuarias ocupan el tercer lugar después del gas natural y los minerales, que también han caído.

El gobierno estima que los factores climáticos como inundaciones y sequías provocan pérdidas por más de 350 millones de dólares al año. Pero en 2015 los agricultores han tenido que lidiar también con el contrabando de alimentos desde Argentina y Brasil que han devaluado sus monedas para afrontar la desaceleración económica, según Roda.

Las exportaciones de gas, minerales y productos agrícolas podrían reducir los ingresos en un 30% respecto del año pasado, según estimaciones.

A pesar de tener un extenso territorio, Bolivia importó alimentos por 505 millones de dólares entre enero y octubre de este año.

Morales ha propuesto a los agroindustriales duplicar la frontera agrícola para depender menos del gas y los minerales.











EL ÚNICO REVÉS QUE DOBLEGÓ A BOLÍVAR



Granma de Cuba (www.granma.cu)

                                                                  

A la una, tres minutos y 55 segundos de la tarde del 17 de diciembre de 1830, el General Simón Bolívar salía del mundo de los vivos por la puerta en que los héroes se convierten en le­yenda.

Toda la historia que escribió, con la espada y la pluma, dice que sus 47 años fueron poco tiempo para ideales tan grandes, como aquellos que enarboló y defendió en nombre de los pueblos, y a veces con ellos a cuestas: la independencia y la unión.

Nacido en cuna de oro, hijo de una familia encumbrada de Caracas y heredero de la fortuna suficiente para hacer una vida acomodada al gusto más holgado y presuntuoso, el Libertador de América murió desposeído y enfermo, en una finca de la colombiana Santa Marta.

A su lado, el doctor y unos pocos amigos militares, de los que hasta última hora rindieron fidelidad, a pesar de los desmembramientos que el gran sueño de su lucha padecía: Venezuela y Ecuador se separaban, irremediablemente, de la Gran Colombia que fundó como nación y quiso sostener por encima de todos los intereses.

Cuenta la historia que fue el general Mariano Montilla el que exclamó tras el último suspiro, sin contener el llanto: “¡Ha muerto el sol de Colombia!”; antes de desenvainar la espada y cortar de un tajo el péndulo del reloj que eternizó la hora exacta del deceso.

Y es que después de conseguir la independencia de las tierras americanas que liberó —Nueva Granada, Perú, Venezuela, Bo­livia y Ecuador—, la unión en una sola República fue el anhelo mayor de la gesta que significó su vida.

Menuda coincidencia —no lo parece tanto, sino un capricho circular de la historia— que también un 17 de diciembre, 11 años antes, Bolívar presidiera el Congreso de Angostura, en el cual decretó, precisamente, la unión de Venezuela, Nueva Granada y Quito en la República de la Gran Colombia.

Aquella articulación, que tuvo el propósito de crear una nación poderosa, capaz de resistir militar, política y económicamente a los imperios de Europa, y conservar su independencia, era la misma utopía que ahora, a la par del ocaso físico del héroe, moría también.

Desde mayo del propio 1830 había iniciado la disolución del eje bolivariano, minado por el caudillismo, el nacionalismo, las tensiones de la oligarquía, y sobre todo, debido a las contradicciones políticas entre los federalistas y los partidarios del centralismo por el que abogaba El Libertador; quien defendía que solo bajo sus auspicios podría armonizarse la heterogeneidad de culturas y de razas, incompatible con la federación.

Murió con esa tristeza. Demasiado visible debió ser la pesadumbre, la impresión del fracaso en el semblante y el vi­gor del general, cuando el médico francés contratado por Montilla —Ale­jandro Reverend, quien se negó obstinadamente a cobrar honorarios por atender a Bolívar— resumió en su visita inicial: “Las frecuentes impresiones del paciente indicaban padecimientos morales”, antes de reparar en la grave enfermedad pulmonar que lo aquejaba.

En su corta vida de agitaciones telúricas, de batallas a muerte, de episodios gloriosos, pero también de reveses fulminantes, jamás el prócer se rindió a las circunstancias, ni a las más terribles o desmoralizantes.

Al perder la Primera República, se había ido a Cartagena, refugio personal y rampa de lanzamiento de un manifiesto histórico que trazó líneas premonitorias, aplicables todavía hoy, incluso, a la realidad difícil de la Revolución en Venezuela.

De aquel impasse, compulsado quizá por el brío juvenil de un guerrero impetuoso, tuvo el tino y el genio suficiente para escarbar en las causas del fracaso, reparar en el carácter necesariamente clasista de la nueva guerra que debía librar, y arremeter otra vez contra Venezuela en aquel empuje arrasador de 1813 que llevó el nombre de Campaña Admirable.

Apenas un año después volvería a tragar el buche amargo de un revés tremendo, cuando el asedio indetenible de los ejércitos llaneros al mando del asturiano José Tomás Boves, provocó el éxodo de la población de Caracas hacia el oriente del país.

De nuevo en el exilio, sacó las lecciones necesarias, refrendadas en la legendaria Carta de Jamaica; la cual sería declaración de principios y base programática de un periodo largo de seis años de preparación de la contienda que llevaría al continente la independencia definitiva.

De cuanto revés tuvo —incluidas traiciones, intrigas de sus cercanos, complots de asesinato— Bolívar se incorporó con hi­dalguía ejemplar.

Por eso le faltó tiempo. Los 47 años resultaron muy poco para el carácter demostrado, la capacidad estoica de ponerse en pie luego de cada tropiezo.

Unos dicen que tras renunciar a la presidencia de la Gran Colombia, se habría ido a Inglaterra a recobrar su salud y a escribir sus memorias. Otros, que empezaría otra vez por reconquistar la unión. Sería lo más ajustado a lo que había sido el hombre; aquel que como tesis de vida sentenció para la historia: “El arte de vencer se aprende en las derrotas”.

Al cabo de 185 años, la única Revolución que después de Bo­lívar retomó las banderas de su ideología y al amparo de su postu­lado refundó a Venezuela, vive hoy un revés de laboratorio; ar­ticu­lado en una especie de conspiración continental moderna, que reedita la arremetida secular de las oligarquías nacionales y sus financistas externos, contra los gobiernos progresistas.

Refrendado en su Constitución, la República actual le hace honor a El Libertador desde su propio nombre. Es Bolivariana, y como nunca antes, sus fuerzas revolucionarias entenderán que el guerrero “tiene que hacer en América todavía”… empezando por casa.

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