“Una gran emoción y una gran alegría” sintió el
Vocero de la demanda de Bolivia ante La Haya Carlos Mesa luego de que la Corte se declarara competente para
pronunciarse sobre la demanda que solicita obligar a Chile a negociar de buena
fe una salida al mar con soberanía.
Ahora, de
cara a la fase de fondo del juicio, Mesa apunta a los “compromisos” que habría
adoptado Chile tendientes a dar una solución a la mediterraneidad de Bolivia.
En una
entrevista con Revista Cosas, la que publicó en su página web
personal, Mesa emplazó al canciller Heraldo Muñoz a responder: “¿Cómo puede Chile construir su caso ahora?
Porque el caso que Chile ha construido se le vino abajo después del fallo de la
Corte Internacional de Justicia”.
A juicio del
ex Presidente de Bolivia a Chile “ahora
le toca demostrar que los compromisos que hizo durante setenta años no son
jurídicamente exigibles y eso es simplemente imposible”.
“¿Cómo puede Chile decirle a Bolivia y al
mundo que sus promesas no fueron promesas firmes y serias, y cómo puede
entenderse que un país que hereda una política de Estado no acepte que esa
política de Estado compromete la fe del Estado Chileno, sin importar quién sea
presidente o de que gobierno se trate? Chile
no puede desprenderse de los compromisos anteriores”, sentenció.
Mesa agregó
que “si un presidente ha contraído deudas internacionales, su sucesor no puede
decir, ‘yo no voy a pagar porque este compromiso lo contrajo el anterior
presidente, no yo’. Esas reiteradas promesas y compromisos oficiales a lo largo
de más de siete décadas comprometen la fe del Estado chileno”.
El portavoz
de la demanda paceña agregó que tras el fallo en que se rechazaron las
objeciones preliminares, “el mundo sabe
que hay un tema pendiente entre Chile y Bolivia”.
El gesto de
Mesa a Morales
Mesa no sólo
abordó los escenarios tras el fallo de la Corte, sino que además alabó las
gestiones internacionales desplegadas por el actual Presidente de Bolivia, Evo
Morales.
“En eso hay
que darle el mérito político al Presidente. Yo creo que Evo Morales tiene un mérito incuestionable más allá
de que lo jurídico este tan bien fundamentado, más allá de que los argumentos
históricos se hayan construido por más de un siglo; sin un Presidente con la voluntad política de asumir el riesgo y hacer el
juicio, ningún antecedente hubiese valido. En consecuencia, hay que darle al
César lo que es del César”, dijo.
Según el
vocero, “el presidente Morales ha conseguido de manera incuestionable el apoyo
del Papa Francisco, del presidente Mujica, de los países del Alba, de
organismos multilaterales, etc. Esa es una tarea concreta”.
Pese a los
elogios Mesa remarcó que el “el éxito
está en que se trata de una política de Estado (…) no una causa exclusiva del
presidente”. Tele Trece de
Chile (www.t13.cl)
MESA ES MEJOR EVALUADO QUE EVO MORALES EN LA DEMANDA
CONTRA CHILE
El vocero de la estrategia boliviana está cosechando los
frutos de La Haya. Parece ser una mala noticia para Evo, que quiere ser
reelegido.
La Tercera de Chile (www.latercera.com)
El gran beneficiado
en términos políticos en Bolivia con la demanda interpuesta contra Chile en La
Haya no es el Presidente Evo Morales como podría pensarse, sino el ex
gobernante (2003-2005) y vocero de la estrategia, Carlos Mesa. Según un sondeo
dado a conocer esta semana, el 44% de los encuestados consideró a Mesa como
quien más ha destacado en la campaña internacional desplegada a favor de la
causa marítima boliviana.
De acuerdo con
la encuesta de Mercados y Muestras para el diario Página Siete, Evo Morales
aparece en una segunda posición, con el 31%, y en tercer lugar el agente de
Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia, el también ex Presidente,
Eduardo Rodríguez, con el 11%. A su vez, el canciller David Choquehuanca fue
mencionado por el 3% de los consultados.
El sondeo
muestra el despunte de la imagen de Mesa, a lo que se suma que fue elegido el
personaje del año 2015 por la red de emisoras Educación Radiofónica de Bolivia
(Erbol), el sistema de Radio y Televisión Popular (RTP), el diario El Deber y
la revista Datos. Y en la última edición de la revista Cosas Bolivia, su rostro
aparece en portada con la frase “Hoy el mundo sabe que hay un tema pendiente
entre Chile y Bolivia”.
Es una noticia
no muy dulce para Evo Morales, que quiere ser reelegido por tercera vez en
2019, para lo cual debe lograr que sea aprobada una reforma de la Constitución,
en un referendo el próximo 21 de febrero. Y según los sondeos, no lo
conseguiría. Una encuesta de comienzos de mes señaló que el 54% de los
bolivianos está en contra de reformar la Carta Magna y el 53% rechazó la
posibilidad de que Morales sea reelegido para un cuarto período.
Mesa, un
historiador, periodista y presentador de televisión, llegó a la Vicepresidencia
del país en 2002 como compañero de fórmula de Gonzalo Sánchez de Lozada, pero
asumió la Presidencia del país tras las movilizaciones populares que llevaron a
la renuncia de Sánchez de Lozada. Durante su gestión repuso ante Chile el tema
de la demanda de un acceso libre y soberano, pero debilitado políticamente y
enfrentado a Evo Morales, entonces el mayor líder opositor, renunció en junio
de 2005.
En 2013 el
gobierno de Evo Morales inició una demanda internacional contra Chile ante la
Corte Internacional de Justicia, con tal de obligarlo a negociar una salida
soberana al mar para Bolivia. Y un año después, pese a sus diferencias
políticas, Morales sumó a Mesa como representante oficial de su país en la
demanda marítima, convirtiéndose en portavoz del Estado boliviano sobre el
tema.
Sin embargo, el
mayor golpe de efecto que habría logrado Mesa fue presentarse en Chile en el
programa de TVN, El Informante, que conduce Juan Manuel Astorga, en septiembre
pasado, después del fallo de la corte de La Haya en que rechazó la objeción de
Chile y se declaró competente ante la demanda marítima de Bolivia.
“La entrevista
causó tanto furor en las redes sociales que los cibernautas las invadieron con
memes sobre la entrevista y la victoria de Bolivia en suelo chileno. Al día
siguiente de la entrevista los comerciantes vendieron documentales sobre la
Guerra del Pacífico y (copias de) la entrevista de Carlos Mesa en TV Chile”,
escribió Página Siete.
Para el
analista político boliviano Jorge Lazarte, el amplio respaldo a la gestión de
Mesa se debe a que “más allá de que la población sabe que el ex Presidente Mesa
ha estado moviéndose por todas partes, entre estas gestiones destaca su
presentación ante la televisión chilena, que tuvo un impacto favorable muy
fuerte en el país”. Pero también influye -según dijo a La Tercera- “la desafección
implícita a la imagen del Presidente Morales, por la situación política actual
del país, de buscar ser reelegido, algo que está fastidiando mucho a muchísima
gente”.
Al ser
consultado, sobre si Mesa guarda ambiciones o aspiraciones políticas, Lazarte
explicó que aunque él mismo anunció su interés de entrar en alguna carrera
política después retiró su nombre. “pero está claro que la imagen que tiene en
este momento es mejor que la que tenía hace algunos años y seguramente alguna
gente -porque la oposición no tiene a nadie por ahora- está pensando en esa
posibilidad”. Incluso él mismo ha estado asumiendo posiciones críticas, al
punto que “él se ha opuesto al afán reeleccionista” de Evo Morales.
ACCESO
AL MAR DE BOLIVIA ES UN TEMA CLAVE
Ilfatto
quotidiano de Italia (www.ilfattoquotidiano.it)
La meseta
andina (unos 4.000 metros) es agradable, pero se sintió el mal de altura, el
mal de altura. Por tanto, estoy contento de estar de vuelta a la orilla del
mar, a saber, el Océano Pacífico, en la ciudad chilena de Iquique brillante,
menos lluvioso o si desea que el más seco del mundo. Ciudad muy bonita, un
destino para el turismo de todo el país en sus amplias playas. Un museo muy
interesante crónica de las civilizaciones indígenas de la zona, por chinchorros
a los incas, y el desarrollo alcanzado por la construcción de la línea
ferroviaria al puerto llevando productos minerales, principalmente el salitre,
extraídos en la zona circundante.
Tener la posibilidad de acceso directo al mar es un factor clave para el desarrollo de un país, especialmente en el contexto actual de la globalización y el desarrollo del comercio y el comercio internacional. Bolivia carece de casi ciento cincuenta años, y el gobierno de Evo Morales ha recurrido a la Corte Internacional de Justicia pidiendo que Chile cumpla con su obligación de negociar de buena fe de Bolivia una salida soberana al mar. Con este fin, el gobierno boliviano se basa en una serie de compromisos y acuerdos que incluyen entre 1904 y 2012, que Chile violó.
Tener la posibilidad de acceso directo al mar es un factor clave para el desarrollo de un país, especialmente en el contexto actual de la globalización y el desarrollo del comercio y el comercio internacional. Bolivia carece de casi ciento cincuenta años, y el gobierno de Evo Morales ha recurrido a la Corte Internacional de Justicia pidiendo que Chile cumpla con su obligación de negociar de buena fe de Bolivia una salida soberana al mar. Con este fin, el gobierno boliviano se basa en una serie de compromisos y acuerdos que incluyen entre 1904 y 2012, que Chile violó.
En su
sentencia de 24 de septiembre de este año, la Corte reconoció tener
jurisdicción sobre la base del artículo. XXXI del Pacto de Bogotá de 1948,
sostiene, fundamentalmente, que la cuestión del acceso al gobernante mar de
Bolivia no se ha resuelto del todo. El acceso al mar de Bolivia es ahora una
cuestión clave para la ley y la integración regional de América Latina. Escapó
a los bolivianos con la guerra de 1879, que en ambos países sigue siendo la
adoración viva, con los museos especiales dedicados a ella y un uso continuo de
las topografías y mitos de la guerra, de la costa del norte de Chile fue una
vez la provincia de Bolivia Atacama. Durante el siglo XIX hubo muchas guerras
entre los distintos estados latinoamericanos como resultado de lo cual él diseñó
el mapa político actual del continente.
Los tiempos
difíciles pasan ahora, esperemos que para siempre. La integración
latinoamericana, una garantía de paz y cooperación, sigue constituyendo un
desafío importante para toda la región, con independencia de los gobiernos del
partido de los diversos estados que forman parte de, aunque hay que reconocer
que no esperemos la afirmación de Berlusconi Argentina Macri según el cual
"Argentina Tiene Que volver al mundo", comunicado leído por muchos
como un intento declarativa para liquidar los progresos realizados en el sector
en los últimos quince años con la construcción de la UNASUR y la CELAC.
Además, por
supuesto, que no presagia nada bueno ganarse a la mayoría del Parlamento de
Venezuela por un derecho mucho más sensible a las órdenes de Washington y el
capital internacional que los imperativos de la unidad y de los ideales de
América Latina.
A pesar de la
actual fase de incertidumbre, provocada por la crisis y debilidades de los
gobiernos que se han encargado en los últimos quince años de la construcción de
un nuevo soberano y América Latina unida, el desarrollo de nuevos niveles de
cooperación, el intercambio, la solidaridad y la unidad entre todos los países
de América Latina continúa siendo una necesidad de fondo que no se puede
evitar. Ven a garantizar, en este marco, el acceso soberano al mar para Bolivia
a raíz de las negociaciones con Chile, incluso al margen de lo que voy a decir
de la Corte Internacional de Justicia, constituye un hecho de enorme importancia.
Sobre todo si las negociaciones también se asociaron Perú va a establecer un
marco innovador e integral de los distintos litigios relativos al derecho
internacional del mar, o más en general, afectando a la zona.
Por tanto,
debemos esperar que la Presidenta Bachelet y el gobierno de Chile tiene la
visión y el coraje para seguir adelante en este camino, sin tener que esperar a
que el Tribunal les obliga de este modo y sin ceder al nacionalismo objetable y
enfoques militaristas. Sería un buen gesto, una contribución sin precedentes a
la causa del derecho internacional y la construcción de una nueva solidaridad
de América Latina y de cooperación que Chile, el país en el momento en que la
víctima de un golpe de Estado vicioso buscado por Washington y que hoy está
debatiendo como finalmente adoptar una nueva constitución libre de huellas
dactilares pinochettiste, podría dar. Por lo tanto, deben valorarse posiciones
como las del chileno senador Navarro, que aboga por una solución negociada, de
cooperación y de apoyo, incluido el acceso soberano de Bolivia al mar.
Y
AHORA LE TOCA A BOLIVIA
Cuba
Debate (www.cubadebate.cu)
Por: Amauri
Chamorro.- Después de 10 años de un transcendental desarrollo económico y
social, la plurinacional Bolivia enfrentará uno de sus principales desafíos
para la sustentación de las políticas públicas que hicieron de los invisibles,
protagonistas del más fascinante proceso revolucionario del siglo XXI. El
presidente Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS) disputan en febrero
de 2016 un referéndum que definirá la posibilidad de apenas una nueva
reelección del presidente. Pero la coyuntura no es favorable. El “tsunami” – ya
indicado en un artículo anterior publicado en El Telégrafo-, comenzó a azotar
la posible continuidad de la izquierda en los gobiernos del continente. La
amenaza al progresismo se inició a partir de la débil victoria de Dilma
Rousseff en Brasil, hace exactamente un año, continuando con las predecibles
derrotas electorales de Scioli en Argentina, y de la Asamblea por parte del
PSUV en Venezuela.
Bolivia no
solo ha sobrevivido, como ha crecido de manera imparable durante 10 años
consecutivos, pese al macroambiente económico desfavorable para los países
exportadores de commodities. Destaque a la sólida redistribución de las
riquezas del país para las amplias camadas indígenas, alcanzando formidables
índices de desarrollo social, pero principalmente económicos. Pese a estos
indicadores, la pelea para ganar una elección se ha vuelto muy difícil. Como en
Ecuador que Alianza PAIS perdió en las seccionales, MAS también fue derrotada
en Bolivia. Así como en prácticamente todos los países progresistas que han
recuperado no solo la soberanía sobre sus riquezas, sino vencer sensiblemente
la inequidad y la injusticia social. Entonces, ¿qué justifica la derrota en las
elecciones?
La derecha ha
encontrado brechas existentes en las gestiones de los gobiernos progresistas y
en sus movimientos políticos. Los distintos procesos progresistas del
continente, sustentados principalmente en la inmensa masa de personas que ha
sido insertada en el mercado de consumo, como es el caso boliviano, han sufrido
un cambio demográfico importante. Las personas tienen más capacidad para
adquirir bienes de consumo, generando muchos caballos de fuerza a la economía.
Pero las nuevas generaciones que ya nacieron con sus derechos básicos
garantizados, como educación y salud, no reconocen en sus gobiernos una
narrativa que los represente. Hemos perdido la batalla cultural.
Los gobiernos
han confundido sus exitosas gestiones con el quehacer político. Como si uno
sustituyera al otro. Movimientos sociales no son ministerios que se gestionan.
Hemos dejado de lado la construcción constante del progresismo en las calles. A
eso se suman los errores, la ineficiencia, la corrupción, creando una confusión
con los procesos comunicacionales, que después de muchos años dejan de tocar
los corazones. Y si no se tocan los corazones, no se ganan las elecciones. No
hay gratitud por lo que se hizo. Lo que hay es una exigencia, cada vez mayor,
por participar en la construcción de la visión de futuro. Así como cuando
ganamos por primera vez las elecciones, dando inicio a una de las más
importante eras de nuestra historia: cuando los invisibles asumieron el
protagonismo del proceso.
*Amauri
Chamorro es Comunicador Social, egresado de la Universidad de Sorocaba,
cursando un Master en Comunicación Política de la Universidad Autónoma de
Barcelona. Más de 20 años de experiencia en estrategias de comunicación, en
colaboración con gobiernos, partidos y organizaciones sociales progresistas en
América Latina. Escritor invitado de diversos medios de comunicación para
asuntos políticos y de comunicación, ha participado en diversos seminarios y
conferencias como ponente.
CAE PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS POR PETRÓLEO Y CLIMA EN
BOLIVIA
La Hora de Guatemala (www.lahora.gt)
El clima y la
baja en los precios del petróleo y las materias primas han provocado una caída
de 9,8% en la producción de alimentos en Bolivia este año, lo que supone un golpe
a los esfuerzos del presidente Evo Morales por reducir las importaciones y
garantizar la soberanía alimentaria.
Este año se
produjeron 12,9 millones de toneladas menos de alimentos y las exportaciones
agrícolas cayeron 23% respecto de 2014, dijo el jueves en un informe la Cámara
Agropecuaria del Oriente (CAO), que agrupa a los agroexportadores.
Es la menor
producción en volumen y valor desde 2012, según el Instituto Boliviano de
Comercio Exterior.
La caída más
pronunciada y sensible fue la del maíz con 27%. Ese grano es la base de la
cadena alimentaria para la producción de carnes, dijo el presidente de la CAO,
Julio Roda.
La CAO anticipó
que la superficie cultivada en 2016 se estancará en 2,4 millones de hectáreas
obligando al gobierno a incrementar la importación de alimentos que vino
reduciendo en los últimos años gracias a políticas de fomento.
Las
exportaciones agropecuarias ocupan el tercer lugar después del gas natural y
los minerales, que también han caído.
El gobierno
estima que los factores climáticos como inundaciones y sequías provocan
pérdidas por más de 350 millones de dólares al año. Pero en 2015 los
agricultores han tenido que lidiar también con el contrabando de alimentos
desde Argentina y Brasil que han devaluado sus monedas para afrontar la
desaceleración económica, según Roda.
Las
exportaciones de gas, minerales y productos agrícolas podrían reducir los
ingresos en un 30% respecto del año pasado, según estimaciones.
A pesar de
tener un extenso territorio, Bolivia importó alimentos por 505 millones de
dólares entre enero y octubre de este año.
Morales ha
propuesto a los agroindustriales duplicar la frontera agrícola para depender
menos del gas y los minerales.
EL ÚNICO REVÉS QUE DOBLEGÓ A BOLÍVAR
Granma de Cuba (www.granma.cu)
A la una, tres
minutos y 55 segundos de la tarde del 17 de diciembre de 1830, el General Simón
Bolívar salía del mundo de los vivos por la puerta en que los héroes se
convierten en leyenda.
Toda la
historia que escribió, con la espada y la pluma, dice que sus 47 años fueron
poco tiempo para ideales tan grandes, como aquellos que enarboló y defendió en
nombre de los pueblos, y a veces con ellos a cuestas: la independencia y la
unión.
Nacido en cuna
de oro, hijo de una familia encumbrada de Caracas y heredero de la fortuna
suficiente para hacer una vida acomodada al gusto más holgado y presuntuoso, el
Libertador de América murió desposeído y enfermo, en una finca de la colombiana
Santa Marta.
A su lado, el
doctor y unos pocos amigos militares, de los que hasta última hora rindieron
fidelidad, a pesar de los desmembramientos que el gran sueño de su lucha
padecía: Venezuela y Ecuador se separaban, irremediablemente, de la Gran
Colombia que fundó como nación y quiso sostener por encima de todos los
intereses.
Cuenta la
historia que fue el general Mariano Montilla el que exclamó tras el último
suspiro, sin contener el llanto: “¡Ha muerto el sol de Colombia!”; antes de
desenvainar la espada y cortar de un tajo el péndulo del reloj que eternizó la
hora exacta del deceso.
Y es que
después de conseguir la independencia de las tierras americanas que liberó
—Nueva Granada, Perú, Venezuela, Bolivia y Ecuador—, la unión en una sola
República fue el anhelo mayor de la gesta que significó su vida.
Menuda
coincidencia —no lo parece tanto, sino un capricho circular de la historia— que
también un 17 de diciembre, 11 años antes, Bolívar presidiera el Congreso de
Angostura, en el cual decretó, precisamente, la unión de Venezuela, Nueva
Granada y Quito en la República de la Gran Colombia.
Aquella
articulación, que tuvo el propósito de crear una nación poderosa, capaz de
resistir militar, política y económicamente a los imperios de Europa, y
conservar su independencia, era la misma utopía que ahora, a la par del ocaso
físico del héroe, moría también.
Desde mayo del
propio 1830 había iniciado la disolución del eje bolivariano, minado por el
caudillismo, el nacionalismo, las tensiones de la oligarquía, y sobre todo,
debido a las contradicciones políticas entre los federalistas y los partidarios
del centralismo por el que abogaba El Libertador; quien defendía que solo bajo
sus auspicios podría armonizarse la heterogeneidad de culturas y de razas,
incompatible con la federación.
Murió con esa
tristeza. Demasiado visible debió ser la pesadumbre, la impresión del fracaso
en el semblante y el vigor del general, cuando el médico francés contratado
por Montilla —Alejandro Reverend, quien se negó obstinadamente a cobrar
honorarios por atender a Bolívar— resumió en su visita inicial: “Las frecuentes
impresiones del paciente indicaban padecimientos morales”, antes de reparar en
la grave enfermedad pulmonar que lo aquejaba.
En su corta
vida de agitaciones telúricas, de batallas a muerte, de episodios gloriosos,
pero también de reveses fulminantes, jamás el prócer se rindió a las
circunstancias, ni a las más terribles o desmoralizantes.
Al perder la
Primera República, se había ido a Cartagena, refugio personal y rampa de
lanzamiento de un manifiesto histórico que trazó líneas premonitorias,
aplicables todavía hoy, incluso, a la realidad difícil de la Revolución en
Venezuela.
De aquel
impasse, compulsado quizá por el brío juvenil de un guerrero impetuoso, tuvo el
tino y el genio suficiente para escarbar en las causas del fracaso, reparar en
el carácter necesariamente clasista de la nueva guerra que debía librar, y
arremeter otra vez contra Venezuela en aquel empuje arrasador de 1813 que llevó
el nombre de Campaña Admirable.
Apenas un año
después volvería a tragar el buche amargo de un revés tremendo, cuando el
asedio indetenible de los ejércitos llaneros al mando del asturiano José Tomás
Boves, provocó el éxodo de la población de Caracas hacia el oriente del país.
De nuevo en el
exilio, sacó las lecciones necesarias, refrendadas en la legendaria Carta de
Jamaica; la cual sería declaración de principios y base programática de un
periodo largo de seis años de preparación de la contienda que llevaría al
continente la independencia definitiva.
De cuanto revés
tuvo —incluidas traiciones, intrigas de sus cercanos, complots de asesinato—
Bolívar se incorporó con hidalguía ejemplar.
Por eso le
faltó tiempo. Los 47 años resultaron muy poco para el carácter demostrado, la
capacidad estoica de ponerse en pie luego de cada tropiezo.
Unos dicen que
tras renunciar a la presidencia de la Gran Colombia, se habría ido a Inglaterra
a recobrar su salud y a escribir sus memorias. Otros, que empezaría otra vez
por reconquistar la unión. Sería lo más ajustado a lo que había sido el hombre;
aquel que como tesis de vida sentenció para la historia: “El arte de vencer se
aprende en las derrotas”.
Al cabo de 185
años, la única Revolución que después de Bolívar retomó las banderas de su
ideología y al amparo de su postulado refundó a Venezuela, vive hoy un revés
de laboratorio; articulado en una especie de conspiración continental
moderna, que reedita la arremetida secular de las oligarquías nacionales y sus
financistas externos, contra los gobiernos progresistas.
Refrendado en
su Constitución, la República actual le hace honor a El Libertador desde su
propio nombre. Es Bolivariana, y como nunca antes, sus fuerzas revolucionarias
entenderán que el guerrero “tiene que hacer en América todavía”… empezando por
casa.
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