jueves, 21 de mayo de 2015

BOLIVIA RESPONDE QUE EL ACCESO SOBERANO AL MAR ES UN ASUNTO DE FONDO



Bolivia respondió a la pregunta del juez de  la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya,  Hisashi Owada, que el concepto de  "acceso soberano al mar” es un tema de fondo que debe  acordarse entre las partes en un diálogo de buena fe. 
El alto tribunal, en su página web, divulgó ayer  las respuestas que Chile y Bolivia enviaron para responder a la pregunta del magistrado japonés Owada, quien solicitó en la última jornada de alegatos por la demanda marítima (8 de mayo) que ambas partes precisaran qué entienden por "acceso soberano al mar”.
"Bolivia reitera una vez más que su caso en el fondo no se trata de las modalidades precisas o del contenido específico del acceso soberano al mar, ya que es una cuestión que debe acordarse por las partes, la negociación de buena fe. Se reconoce sólo que, con base en el acuerdo existente para negociar, ese acceso soberano puede lograrse mediante una modalidad que será especificada por un futuro acuerdo entre las partes” señala  la respuesta, según una traducción del inglés no oficial.
En otra parte del documento se indica que "Bolivia observa que su caso en el fondo es que Chile ha aceptado varias veces negociar el acceso soberano de Bolivia al océano Pacífico para resolver el problema de su situación de enclaustramiento”, según una traducción no oficial.
 Asimismo se indica que "en la medida en que el significado de ese término y su contenido específico pueden ser  definidos, es necesario determinar la compresión de las partes en los acuerdos sucesivos que han concluido”.
Bolivia argumenta, en la demanda que presentó contra Chile, que diferentes gobiernos del vecino país y en distintas fechas realizaron promesas y ofertas para darle una salida al mar después del Tratado de 1904 que para Chile fue el documento que solucionó todos los asuntos pendientes entre ambos países.
En su respuesta, "Bolivia sostiene respetuosamente que claramente no es un asunto para la determinación en la etapa preliminar de los procedimientos y en su lugar se debe determinar en la etapa de fondo de los procedimientos”; esto ocurrirá cuando la CIJ se declare competente para conocer la demanda.
En su respuesta, de dos  páginas, el equipo jurídico boliviano también explica que "para los propósitos de la jurisdicción, es suficiente hacer notar que el acuerdo de negociar y el resultado final de esas negociaciones son dos temas distintos y separados, como se reconoce en la jurisprudencia de la Corte”, en referencia a la sentencia en el juicio Gabcikovo-Nagymaros (Hzmgary / Eslovaquia) de 1997.
También detalla que "la modificación hipotética del Tratado de 1904  en el futuro es una cuestión de especulación que claramente no está en cuestión en este caso”.
Además, Bolivia remarca  a los jueces de La Haya que "las partes han acordado en varias ocasiones que la concesión del acceso soberano de Bolivia al océano Pacífico es un asunto independiente del Tratado de 1904 y que no requiere ninguna innovación del mismo”.
En este sentido,  el país afirma que "el amplio conocimiento” de las partes  en cuanto a la definición de "acceso soberano al mar”, "como se refleja en sus sucesivos acuerdos para negociar y las diversas propuestas para encontrar una solución, es que Chile debe otorgar a Bolivia su propio acceso al mar con soberanía de conformidad con la ley internacional”, finaliza la respuesta.
Ante esa argumentación, el equipo  chileno observó que  Bolivia ya define "acceso soberano al mar” como "transferencia de territorio  de Chile a Bolivia”.
En los comentarios que presentó el Gobierno chileno a la respuesta de Bolivia, se afirma que "Bolivia ahora se niega a enunciar el punto que ya se ha hecho explícito en su aplicación, Memorial y Solicitud, porque está claro que una petición para que se declare que Chile tiene la obligación de llegar a un acuerdo para cambiar la asignación de soberanía sobre el territorio es objetivamente incompatible con el acuerdo alcanzado en el Tratado de Paz de 1904 y por lo tanto deja fuera de la jurisdicción de la Corte por la fuerza del Artículo VI del Pacto de Bogotá”, señala.
Asimismo, señala  que la respuesta de Bolivia al juez  Owada se enfoca en que "acceso soberano sería una cuestión que se determinará por acuerdo entre los dos Estados y no es algo que le concierne a la Corte”.
Finaliza sus observaciones  al pedir que  "la objeción preliminar de Chile debe  ser decidida sobre la base de la solicitud, memorial y solicitud de competencia a la que objeta”.
Punto de vista
Karen Longaric   Experta en Derecho Internacional
Las respuestas son acertadas
Las preguntas que realizaron los jueces, durante los alegatos orales, son consultas de un profundo alcance jurídico y las respuestas también deben tener el mismo alcance y profundidad. 
Ahora, las respuestas que dio Bolivia son las correctas porque el término de acceso soberano al mar ha sido acordado, acuñado por ambos países, Chile y Bolivia, con la intención de figurar la perspectiva de Bolivia, de alcanzar la cualidad de Estado ribereño. Se adoptó el término, de acceso soberano al mar, durante las múltiples negociaciones que hubo entre Bolivia y Chile para este propósito.
En las negociaciones, no se logró precisar la fórmula de materializar la soberanía marítima de Bolivia; en ese sentido fue que se utilizó ese término que implicaba un compromiso de encontrar una solución futura  al enclaustramiento marítimo boliviano. 
Por tanto, creo que en un proceso de negociación tendría que definir cuál sería la modalidad que se aplicará para que Bolivia alcance una salida soberana al Pacífico.





LA HAYA: BOLIVIA NO RESPONDIÓ PREGUNTA Y CHILE CENTRÓ ARGUMENTO EN TRATADO DE 1904

En los documentos entregados la semana pasada, el equipo altiplánico sostiene que la definición de "acceso soberano" debe ser tratada durante el juicio, mientras que nuestro país insiste en que esto implicaría la cesión de territorio.

El Mercurio de Chile (www.emol.com)
                                                 
Definir qué significa "acceso soberano al mar", ya que éste no es un término reconocido por el derecho internacional consuetudinario. Ésta fue la pregunta hecha por el juez japonés Hisashi Owada a los equipos jurídicos de Chile y Bolivia al término de los alegatos orales en el marco de las objeciones preliminares presentadas por Santiago, para que la Corte Internacional de Justicia se declare incompetente ante la demanda marítima altiplánica. Las respuestas, entregadas el pasado miércoles 13 de mayo, fueron liberadas hoy por el tribunal internacional, al igual que las posteriores observaciones hechas por cada equipo a su contraparte.
En los documentos, Bolivia declinó responder a la pregunta del juez, asegurando que es necesario que la Corte se declare competente y continuar con el juicio para poder dilucidar este cuestionamiento. "Para que el significado de ese término y su contenido específico puedan ser definidos, es necesario determinar el entendimiento que tengan las partes en los acuerdos sucesivos a los que han llegado. La existencia y el contenido específico de estos acuerdos, Bolivia respetuosamente expone, es claramente una materia que no se puede determinar en la etapa preliminar del procedimiento, y debe ser en cambio determinada en la etapa que aborda el fondo del asunto", esgrimió Bolivia para declinar referirse a la pregunta.
En ese sentido, el país altiplánico insistió en sus argumentos presentados en los alegatos orales: que la obligación para negociar una salida soberana al mar y el Tratado de 1904 son dos materias completamente distintas. "El entendimiento común de las partes sobre la definición de 'acceso soberano al mar', tal como se refleja en sus sucesivos acuerdos por negociar y las varias propuestas para hallar una solución, es que Chile debe conceder a Bolivia su propio acceso al mar con soberanía, en conformidad a la ley internacional", cierra el documento. Por su parte, la defensa chilena señaló en su respuesta que "en el contexto de explicar su demanda de un derecho a 'acceso soberano al Océano Pacífico', Bolivia se refiere igualmente a 'la secesión a Bolivia de costa soberana', 'cesión de territorio' y 'modificación del estatus territorial entre dos países'".
En este sentido, nuestro país aseguró que, con la definición "acceso soberano al mar", Bolivia "está reclamando que Chile está en obligación de transferir a Bolivia soberanía sobre territorio de costa bañado por el Océano Pacífico". Observaciones Una vez entregadas las respuestas llegó el momento de las observaciones a los argumentos presentados por ambos equipos.
Así, Chile cuestionó a su contraparte: "Bolivia adopta la extraordinaria posición de que el significado que se le entrega a una expresión central de su Petición de Alivio puede ser determinado sólo como parte de una consideración de los méritos de su demanda". Así, el equipo chileno insistió en que "acceso soberano al mar" no significa más que la cesión de territorio costero a Bolivia". Del mismo modo, Chile acusa a los altiplánicos de negarse a "enunciar el punto que ya ha hecho explícito en su Postulación, Memoria y Petición de Alivio, porque es claro que una petición de una declaración de que Chile está en obligación de acceder a cambiar la asignación de soberanía sobre territorio es objetivamente inconsistente con el acuerdo alcanzado en el Tratado de Paz de 1904 y por lo tanto, fuera de la jurisdicción de la Corte por fuerza del Artículo VI del Pacto de Bogotá". "Chile reitera que su Objeción Preliminar debe ser decidida en la base de la Postulación, Memoria y Petición de Alivio en cuya respuesta la objeción ha sido hecha, nada de lo cual Bolivia ha retirado o modificado", afirmó el equipo nacional.
Por su parte, Bolivia en sus descargos partió refutando los argumentos de Chile al igual que en los alegatos orales: "La respuesta de Chile meramente repite su argumento de que el Tratado de 1904 es supuestamente irreconciliable con una obligación de negociar acceso soberano al Océano Pacífico. Tal como Bolivia ha explicado, esta objeción falla en distinguir entre una negociación y su resultado final; esta tergiversa e intenta refutar el caso de Bolivia en sus méritos".
Así, agregó que "con respecto a las posibles modalidades de acceso soberano, la respuesta de Chile es engañosa. Hace varias referencias a 'cesión territorial' en la Memoria de Bolivia, pero omite que todas ellas son parte de declaraciones unilaterales de Chile o de sus repetidos acuerdos con Bolivia para negociar acceso soberano". "El argumento realizado por Chile en el último párrafo de su respuesta a la pregunta del juez Owada, expresando que 'Bolivia busca un fallo que obligue a Chile a garantizar a Bolivia acceso soberano al Océano Pacífico' no es verdad. Lo que Bolivia solicita a la Corte es que declare que Chile está bajo la obligación de negociar con Bolivia para poder alcanzar un acuerdo que garantice a Bolivia un acceso soberano al mar, independiente del Tratado de 1904", cerró.





BOLIVIA NO RESPONDE PREGUNTA DE LA HAYA Y DICE QUE CONCEPTO DE ACCESO SOBERANO “SE DEBE DETERMINAR EN LA ETAPA DE FONDO”

Hidashi Owada consultó a Chile y Bolivia qué entendían por 'acceso soberano al mar', debido a que "no es un término reconocido en el derecho internacional, y ambas partes sin embargo han utilizado esta expresión cuando describían o bien su propia posición o se referían a la posición de la parte contraria".

El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)
                                                     
Hoy se liberaron las respuestaS entregadas por Bolivia y Chile a la pregunta que realizó el juez de la Corte de La Haya japonés, Hidashi Owada, en el marco del litigio entre ambos países por la demanda de Bolivia por una salida al mar.
“Tengo una pregunta sencilla que hacerle al solicitante y también al equipo chileno. En el transcurso de los procedimientos orales y los documentos presentados por ambas partes, tanto la solicitante como la respondiente han referido o utilizado la expresión –y cito– ‘acceso soberano al mar’, fin de cita. Este no es un término reconocido en el derecho internacional, y ambas partes sin embargo han utilizado esta expresión cuando describían o bien su propia posición o se referían a la posición de la parte contraria. Yo les agradecería mucho a ambas partes que tengan a bien definir el sentido de ese término tal como ellas lo entienden, y también que tengan a bien explicarnos el contenido específico de ese término tal como ellas lo utilizan para determinar sus posiciones sobre la cuestión de competencia de la corte”, planteó el juez Owada.
Frente a aquello el país vecino respondió que “Bolivia sostiene, respetuosamente, que no es claramente una cuestión para la determinación en la etapa preliminar de las actuaciones, y en su lugar se debe determinar en la etapa de fondo de los procedimientos”, según señaló La Tercera.
Además, Bolivia agregó que “el amplio conocimiento de las partes en cuanto a la definición de ‘acceso soberano al mar’, como se refleja en sus sucesivos acuerdos para negociar y las diversas propuestas para encontrar una solución, es que Chile debe otorgar a Bolivia su propio acceso al mar con soberanía de conformidad con el derecho internacional”.
Por otra parte, Chile aseguró en su respuesta que ‘acceso soberano al mar’ significa la “cesión a Bolivia de costa soberana”, en consecuencia, la “cesión de territorio” y “modificación del estatus territorial entre ambos países”.





MORALES CUESTIONADO POR SU PROPIO MOVIMIENTO INDÍGENA

El Nuevo Herald de EEUU (www.elnuevoherald.com)
                                                          
Pocos meses después de ser reelegido con más del 60% de los votos, Evo Morales encara repentinamente una fuerte oposición.
Pero no viene de los empresarios conservadores que cuestionan desde el comienzo su retórica socialista, sino del propio movimiento indígena "anticolonialista" que lo llevó al poder hace ya casi una década.
Candidatos opositores ganaron las alcaldías de ocho de las diez ciudades más importantes de Bolivia, añadiendo dos a las seis que ya tenían. El partido político de Morales Movimiento al Socialismo, o MAS, conservó las alcaldías de solo dos capitales estatales de poca relevancia, Sucre y Potosí.
Más importante todavía, una antigua estrella naciente del círculo íntimo de Morales que se pasó a la oposición obtuvo la gobernación del estado de La Paz, el más poblado de Bolivia, sede de la capital y bastión del poder indígena.
Félix Patzi, un indígena aimara igual que el presidente, fue el primer ministro de Educación de Morales. Un arresto por manejar en estado de ebriedad frustró su campaña en busca de la gobernación en el 2010. Pero el académico volvió a la carga desde la oposición y salió airoso cinco años después.
"Está emergiendo una oposición del mismo seno del MAS, que mantiene las mismas bases discursivas y simbólicas pero propone una diferencia en la administración", dijo el profesor de Ciencias Políticas Marcelo Silva, de la Universidad Pública de la Paz.
Así, cuando Moralesl tome juramento el próximo 31 de mayo a alcaldes y gobernadores elegidos en una segunda ronda electoral realizada el tres de mayo, instalará a figuras que sacaron provecho del descontento con su partido.
El MAS no sólo se vio afectado por escándalos de corrupción y un sistema judicial muy cuestionado, sino que hay quienes dicen que el mandatario ya no defiende los intereses de todos los indígenas por haberse acercarse a sectores con los que solía antagonizar en su intento por ganar una tercera reelección presidencial.
El mandatario se unió a los empresarios agroindustriales, enemigos declarados de su primer gobierno, para conquistar a los electores de Santa Cruz, ciudad motor de la economía boliviana. Lo mismo hizo con el principal sindicato campesino, la Central Obrera Boliviana, y con los mineros independientes agrupados en cooperativas.
A cada uno los cortejó a su manera: a los empresarios les facilitó créditos y exportaciones, promovió una Cumbre Agropecuaria anual y prometió duplicar la frontera agrícola talando bosques, propuesta que muchos indígenas tacharon de contradictoria con el discurso de Morales de proteger a la Madre Tierra, o pachamama.
A los sindicalistas les construyó un hotel, que tiene un vistoso busto del mandatario, para que sus dirigentes pudieran llegar a La Paz a sus reuniones nacionales, y les regaló camionetas SUV, entre otras prebendas. Las cooperativas mineras obtuvieron exenciones fiscales y una ley que les permite aceptar la inversión extranjera, algo poco ortodoxo para los gobernantes socialistas.
Sus detractores lo acusan asimismo de haber ignorado selectivamente la Constitución aprobada en el 2009 que le da autonomía parcial a los 36 grupos indígenas del país.
"Hay mucho malestar con la forma en que se está manejando el poder", afirmó Jim Shultz, director del Centro de la Democracia, una organización sin fines de lucro con sede en Cochabamba que promueve la justicia social.
Las derrotas del oficialismo no marcan un punto de inflexión en la política boliviana pues el mandatario aún conserva mayorías en el Parlamento y el poder local. Pero los resultados indican que "se está gestando un recambio por más que la oposición siga dispersa y sin un proyecto nacional frente al partido gobernante", dice el periodista, profesor y columnista José Antonio Quiroga.
Morales reconoce que la corrupción, que involucra sobre todo a empresas estatales y abusos de jueces y fiscales, perjudicó mucho a su movimiento. Y si bien parece a salvo de esas sospechas, la percepción es que su gobierno no hace lo suficiente para investigar y castigar oportunamente la corrupción, según analistas.
"Si hemos perdido en algunas regiones ha sido por errores nuestros", reconoció Morales. "Me duele que hayamos perdido en La Paz, (donde) hubo acusaciones de corrupción. Si hubo voto castigo, felicito al pueblo paceño", agregó el mandatario, quien al mismo tiempo aseguró que el "MAS no ha caído y sigue siendo el partido más grande de la historia".
El triunfo de la oposición incluyó la victoria de Soledad Chapetón como alcaldesa de El Alto, ciudad pegada a La Paz, como candidata del movimiento opositor más representativo en el Congreso. Chapetón derrotó a un candidato oficialista que fue filmado supuestamente recibiendo sobornos.
"El gobierno se está desgastando por sus propios errores, se está quedando con aquellos indígenas que hablan bien y bonito de Morales, muchos otros están distanciándose porque ven atropellos e imposiciones y una mentalidad colonial", sostuvo Adolfo Chávez, ex presidente de una confederación indígena de oriente y ex aliado de Morales, con quien rompió en el 2011 luego de que el mandatario generó las iras de grupos de indígenas al apoyar una carretera transamazónica que cruzaba un territorio indígena sin consultar con los nativos.
Otro escándalo que estalló durante la reciente campaña puso en evidencia las componendas que hay en un fondo indígena del gobierno que financia proyectos agrícolas y de otros tipos con dinero de la industria del gas natural, base de la economía boliviana.
La contraloría del estado dijo que se robaron 10 millones de dólares a través de proyectos inexistentes o más chicos de lo que se decía, como una plantación de ajo que no generó una sola planta o un proyecto de cría de ovejas en el que se entregaron ovejas enfermas.
Cuando fue reelegido para un tercer período en octubre pasado, el principal rival de Morales era un magnate de la industria del cemento y las comidas rápidas, Samuel Doria Medina, representante de las elites tradicionales. Morales no puede postularse para otro mandato sin que se modifique la Constitución, pero si sortease ese obstáculo y presentase su candidatura en el 2019, probablemente enfrentaría un panorama muy diverso y su mayor contrincante podría ser un indígena.
La noche después de su victoria en la primera ronda, el 29 de marzo, Patzi se declaró a sí mismo el candidato a vencer en las próximas elecciones presidenciales.
"No tengo duda que la gran batalla será en los comicios presidenciales de 2019", dijo Patzi, el más distinguido académico del círculo íntimo de Morales, cuya carrera política pareció en ruinas cuando fue expulsado del partido oficialista por conducir en estado de ebriedad. Cinco años después, sin embargo, asoma como un contrincante de cuidado para Morales.
Patzi se presenta como el verdadero abanderado la causa indígena, dice que no cree en el socialismo ni en el capitalismo y propone recuperar prácticas tradicionales andinas. Pero como gobernador tiene pocas posibilidades de llevarlas a la práctica pues tendrá una asamblea legislativa local oficialista, y carece, además, de autonomía política y económica.
Siendo Ministro de Educación de Morales, impulsó una reforma educativa que obligó a la enseñanza de idiomas nativos y de ritos ancestrales en la escuela. Es autor de una decena de ensayos políticos y sociológicos en los que propone recuperar las prácticas políticas y económicas tradicionales de los pueblos alto-andinos.
"Morales encarnaba esos ideales", dice Patzi, de 48 años, casado y padre de seis hijos. "Sin embargo, hay frustración en la gente. La corrupción fue un elemento que ayudó a la derrota, pero lo que vemos es una decadencia del MAS, un proyecto estancado y agotado. La lucha política en los próximos años será entre los liderazgos emergentes y Morales".
Patzi cree que ha llegado la hora de dar vuelta a la página y que él es la figura llamada a reemplazar al mandatario y recuperar la causa indígena.
La gran pregunta es si Morales va a propiciar una reforma constitucional para lanzarse a una nueva reelección. Sin Morales, analistas como Shultz piensan que el MAS tendrá un descalabro electoral.
"Sin Evo tendrían un problema", dijo.





PERÚ Y BOLIVIA INICIAN NEGOCIACIONES PARA EXTRADICIÓN DE BELAUNDE

La República de Perú (www.larepublica.pe/impresa)

Luego de que la semana pasada la justicia boliviana aprobó el pedido de extradición del prófugo Martín Belaunde Lossio, el presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, informó que ya se iniciaron las negociaciones con Bolivia para lograr su traslado a la capital por los delitos de peculado y asociación ilícita para delinquir por el caso ‘La Centralita’.
La canciller Ana María Sánchez indicó que si bien no existe una fecha definida y se espera que sea en breve término, las coordinaciones en curso están a cargo de la Cancillería, el Ministerio de Justicia, el Poder Judicial y posteriormente se sumará a ellos, el Ministerio del Interior.
"No le puedo decir en cuánto tiempo volverá, pero espero que sea en breve", dijo Sánchez en su primer encuentro con la prensa desde su nombramiento como titular de Torre Tagle.
El canciller boliviano David Choquehuanca informó a la prensa de su país que estos detalles se definirán en una reunión entre las autoridades de ambas naciones. "Los ministros de Gobierno tienen que coordinar el lugar y la fecha de entrega", añadió.
CIDH y Santos
Entre otros temas, el titular de la PCM se reafirmó en que Perú no acatará la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)   que otorga medidas cautelares al ex presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos. Puntualizó que si el caso llega a la Corte Interamericana de Derechos Humanos nuestro país responderá "como siempre lo ha hecho". 
"Santos había también solicitó su reposición en el cargo (como gobernador regional de Cajamarca) y esto no ha sido aceptado por la CIDH. Nosotros como gobierno confiamos que todas las actuaciones tanto de la comisión como de la Corte, se ajusten a lo establecido en el marco del derecho internacional, que regula muy claramente el ámbito y competencia de ambos", remarcó.
Facultades legislativas
Finalmente, Cateriano dijo que en el seno del Consejo de Ministros ha culminado el debate a nivel técnico sobre el pedido de delegación de facultades legislativas en materia económica. 
Dijo que ya está definido qué aspectos debe contener la ley autoritativa de pedido de delegación de facultades legislativas. "Espero que la próxima semana se apruebe en el Gabinete para ser sometida a la consideración del Parlamento”, refirió. 





ARRESTO DOMICILIARIO CONTRA BELAUNDE LOSSIO VENCE ESTE JUEVES

RPP de Perú (www.rpp.com.pe)

Las autoridades de Bolivia coordinarán con las de Perú la fecha de entrega del exasesor del presidente peruano Ollanta Humala, Martín Belaunde, acusado de supuestos actos de corrupción, afirmó el canciller boliviano, David Choquehuanca.
"Ambos países tienen que reunirse, los ministros de Gobierno tienen que coordinar el lugar y la fecha de entrega", dijo a los medios el ministro de Exteriores, al salir del Palacio de Gobierno.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Bolivia aprobó el 11 de mayo la extradición de Belaunde, pero su entrega a Perú puede demorar unos 90 días debido a trámites y a un recurso presentado por la defensa del peruano ante el Tribunal Constitucional.
Hace una semana, el ministro boliviano de Gobierno (Interior), Hugo Moldiz, reiteró su deseo de que mientras se resuelvan esos procedimientos Perú pida que Belaunde sea trasladado de la vivienda donde cumple una detención domiciliaria a una penitenciaria para aumentar la seguridad ante la posibilidad de una fuga.
Inicialmente, en atención a una solicitud de las autoridades judiciales de Perú, el TSJ de Bolivia ordenó el pasado 21 de enero el arresto domiciliario con fines de extradición de Belaunde y en marzo amplío la vigencia de esa detención hasta este jueves.
Al ser consultado sobre qué pasará con el plazo que vence mañana, Choquehuanca insistió en que una vez aprobado el trámite de extradición solicitado por Perú resta la entrega de Belaunde, que debe ser coordinada por el ministro Moldiz.
Martín Belaunde, que asesoró a Humala en la campaña electoral de 2006, está acusado en Perú de gestionar intereses de empresas particulares para adjudicarles contratos con el Estado en gobiernos regionales y obtener así beneficios económicos personales.
El empresario solicitó refugio en Bolivia, pero la Comisión Nacional del Refugiado (Conare) rechazó dos veces esta petición alegando que el peruano no probó ser un perseguido político.





BLOQUEAN VÍA A BOLIVIA CONTRA CONCESIÓN MINERA

La República de Perú (www.larepublica.pe)
                                                                           
El primer día de paro contra la concesión minera Tripulante Espacial Waly Asquiwa estuvo marcado por el bloqueo de la carretera hacia Desaguadero – Bolivia.
Piquetes de huelguistas colocaron piedras sobre la pista desde el centro poblado de Molino hasta el sector de Llunari, cerca al distrito de Zepita, provincia de Chucuito –Juli, al sur de la ciudad de Puno.
Desde las 03.00 a.m., decenas de campesinos se situaron sobre la pista en forma de piquetes. En varios puntos hicieron barricadas para evitar el paso de unidades de sur a norte y viceversa.
De esta manera, los campesinos buscan hacer presión para que el Ingemmet deje sin efecto la concesión en mención, porque se encuentra dentro del centro arqueológico de Tanapaca, ubicado sobre el cerro del mismo nombre, entre las ciudades de Juli y Pomata.
Susana Vilca, presidenta del Ingemmet, consideró que no había razón para que campesinos se declaren en huelga. Explicó que una concesión no supone la explotación de minerales.
“Hay una serie de pasos que se tienen que cumplir. No entiendo por qué nuestros hermanos tuvieron que tomar esta medida. Ninguna concesión ni petición supone explotación. Ahora, si hay restos arqueológicos, es evidente que esa concesión no procederá”, dijo.
Julio Mamani, del comité del sector de Millay, consideró que la protesta era necesaria porque el Estado está acostumbrado a imponer concesiones sin que les pida autorización a las comunidades.
La protesta se dio en medio de una serie de discrepancias entre dirigentes. Un sector estuvo en contra de la paralización, porque advirtieron que la protesta tenía el objetivo de ser usada por quienes lideraron en 2011 el "aimarazo", con el propósito de presionar al Poder Judicial, para no ser sentenciados.
“Estamos contra las concesiones, pero hay otros que hábilmente lo quieren usar para sus intereses. Quieren intimidar para que no los juzguen”, dijo Emiliano Flores, del sector de Molino. Por esa razón, el dirigente Hermes Cauna fue conminado a no inmiscuirse en la protesta de la provincia de Chucuito-Juli.
La Policía no despejó la pista porque el número de manifestantes era mayor. La paralización continúa hoy. 
CLAVES
La Defensoría del Pueblo advirtió que tras los sucesos de Tía María, se corre el riesgo que en el Altiplano se generen nuevas protestas contra las concesiones mineras. Detrás estarían intereses políticos y de determinados intereses, según la gobernación de Puno. 
En Puno a la fecha hay 19 conflictos latentes. 




EN MENDOZA PUEDEN SACAR LITIO DE ROCAS MINERALES
                                                                                                                                                                                     
Investigadores de la UNCuyo desarrollaron un procedimiento para recuperar este mineral.

Sitio Andino de Argentina (www.sitioandino.com)
                                                   
Investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) desarrollaron un procedimiento para recuperar litio de rocas minerales que por su carácter innovador motivo que la casa de estudios tramite por primera vez una patente internacional.
La UNCuyo –junto al CONICET- patentó el desarrollo, por lo que permitirá proteger en todo el mundo los derechos de uso de esta tecnología que posibilita obtener el metal -cada vez más utilizado industrialmente- de rocas de aluminosilicatos.
El método fue desarrollado por el investigador Mario Rodríguez, del Laboratorio de Metalurgia Extractiva y Síntesis de Materiales (MESiMat) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, a quien acompañaron en los estudios y pruebas sus colegas, los doctores Daniel Rosales y María del Carmen Ruiz. 
Los minerales con los que ellos trabajaron se extrajeron de la mina Las Cuevas ubicada en el departamento San Martín, al noreste de la provincia de San Luis, y corresponden a la familia de los aluminosilicatos de litio: espodumeno, lepidolita y petalita. 
De acuerdo a la información aportada por los investigadores, es la primera vez que a partir de estos metales y por un método directo, se obtiene litio, que se utiliza en distintos métodos industriales, sobre todo para fabricar baterías de dispositivos electrónicos móviles, y también de vehículos híbridos y eléctricos.
Rodríguez explicó: “En la Argentina se está explotando litio pero bajo otro tipo de ocurrencia: los salares. En el NOA está el ‘Triángulo del litio’, la zona de las mayores reservas mundiales de este metal, en los salares de Bolivia, Chile y Argentina”.
El investigador detalló que descubrieron "una alternativa de extracción de litio", y en ese sentido, comentó el proceso: "se muele la roca y a través de tratamientos químicos, se recupera el metal bajo la forma de diferentes sales".
A la vez aclaró que "este método es amigable con el medio ambiente, ya que no deja pasivos ambientales como otros procedimientos que se utilizan actualmente para la recuperación del metal y que demandan un alto consumo de energía". 
“El nuestro -agregó- es un proceso alternativo que disminuye apreciablemente los costos ya que hace un aprovechamiento intensivo del mineral porque, además de litio, se obtienen varios subproductos que también son comercialmente importantes”.
El litio tiene usos tan variados como la formulación de grasas lubricantes o de remedios psiquiátricos, hasta la fabricación de vidrios especiales y aleaciones, y también se utiliza como absorbente de dióxido de carbono en aires acondicionados y submarinos y, por supuesto, para la fabricación de las mencionadas baterías ion litio que son usadas en la industria electrónica.





FRANCESC PIFARRÉ, EL JESUITA CATALÁN REFERENTE DE LOS GUARANÍES EN BOLIVIA

La Vanguardia de España (www.lavanguardia.com)
                                                                                         
El jesuita catalán Francesc Pifarré ha sido testigo de los sufrimientos y logros de la nación guaraní de Bolivia desde su llegada a este país en 1967, donde se ha convertido en un referente de resistencia para los indígenas con los que convive, así como para académicos y activistas de todo el mundo.
A sus 70 años, el religioso, que ha dedicado la mayor parte de su vida a realizar programas educativos y pedagógicos con las comunidades campesinas e indígenas, habla sin tapujos, carga contra petroleras y grandes terratenientes con la misma intensidad con la que alaba la rebeldía histórica del pueblo guaraní.
Lo pudieron comprobar los doce viajeros que integran "Chaco Ra'anga", un proyecto científico y artístico que recorre los cuatro países del Gran Chaco (Argentina, Bolivia y Paraguay) desde el 1 de mayo para divulgar la desconocida región a través de la ciencia, el arte y la comunicación social.
"En la década de 1970 el campesinado y los indígenas eran marginados, convertidos en servidumbre y abocados a la dependencia, pero han despertado", ha dicho el jesuita a Efe.
Pifarré, autor de varios libros sobre los pueblos originarios de Bolivia, sostiene que para alcanzar la organización política de hoy, los guaraníes debieron recuperar la rebeldía con la que enfrentaron a los colonizadores españoles.
"Liberarse del patrón, organizarse, recuperar las tierras que les pertenecían y producir por sí mismos. Una experiencia dura y costosa que les valió persecuciones y acusaciones infundadas pero que ha tenido resultados interesantes", recuerda.
Según Pifarré, el pueblo guaraní viene de 400 años de lucha y hasta mediados del siglo XIX estuvo resistiendo y perdiendo todas las partidas.
"Las derrotas y el desgaste marcó su inicio del siglo XX con una tremenda reducción demográfica. Los guaraníes, cansados, se plegaron al poder de los patrones. Como peones, esclavos, un campesinado sometido y siervo, que de haber sido un indígena rebelde pasó a ser humilde, pasivo y avergonzado de sí mismo", recalca.
En 1960, expulsados de sus tierras por empresas petroleras, ganaderos y terratenientes, los guaraníes de Bolivia tenían dos opciones, recuperarse o desaparecer, dice el jesuita.
"Poco a poco despertaron y después, con una velocidad notable, se organizaron en cooperativas de trabajo para autoabastecerse. Crearon una fuerza política y social importante. Ahora están en las instituciones públicas, son diputados y senadores. Algo muy nuevo en el país", añade.
Un proceso que, según el religioso, se ha consolidado gracias a la nueva Constitución boliviana, que declara el Estado como "plurinacional" para integrar así a todas las etnias nativas que lo componen.
"Convierte (la Constitución) al campesinado en ciudadanos con las mismas garantías y derechos que el resto, así como gracias a una ley contra la discriminación", que el religioso considera ejemplar para el resto de países de la región.
Pero Pifarré asegura que esta institucionalización oculta algunas trampas.
"Ahora algunos dirigentes se desarraigan con facilidad de su origen y de los grupos de base. Hay una relación cortada, una separación que a nivel gubernamental y desde el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) se está fomentando".
"Al absorber a la dirigencia se vive una doble situación. Por un lado, sectores muy vinculados al Gobierno y otros que se quedan más distantes, recibiendo solo apoyos asistenciales que en realidad no ayudan a la gente", asevera.
El proyecto Chaco Ra'anga está realizado en el marco de ACERCA: Programa de capacitación para el desarrollo en el sector cultural, financiado por la Cooperación Española y en colaboración con la Red de Centros culturales y la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP).





PARA DENOSTAR AL CHE

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

Durante la Feria del Libro el cubano-norteamericano Alberto Müller presentó su libro sobre nuestro Che Guevara con el título Valgo más vivo que muerto. Frase que el entonces capitán boliviano Gary Prado le adjudica al Che cuando fue atrapado por el batallón a su mando. Es sin duda una frase que apunta a desvalorizar el valor y la dignidad que sostuvo nuestro compatriota hasta el momento de su asesinato en la escuela de La Higuera después de alentar a su verdugo, el sargento Terán, a cumplir con su cometido.
Como Müller nombra a mi biografía junto con las de Castañeda, Taibo y Anderson como fuentes para su conclusión de que el Che fue enviado a morir y traicionado por Fidel Castro, me siento en la obligación de responderle, ya que es imposible encontrar en mi texto algo que avale tal afirmación.
Müller es un cubano escapado de la revolución castrista a Miami que luego regresó a la isla como agente de la CIA para preparar la invasión de bahía de los Cochinos y para llevar a cabo acciones terroristas. Los veinte años de prisión a que fue condenado y cumplió nada tuvo que ver con la condición de manso opositor político que pregona.
Vayamos a la verdad del final de Guevara y de su relación con Fidel: éste, más que alentarlo, trató de disuadirlo de su experiencia boliviana por la falta de condiciones para su éxito. Pocas horas antes de la partida le informa que el Partido Comunista había avisado que no prestaría ninguna colaboración. Pero el Che consideraba que ya no tenía nada que hacer en Cuba pues había sido derrotado en la interna desatada con los funcionarios y miembros del partido obedientes a Moscú, con cuyas políticas Guevara disentía, pero a los que Fidel debía privilegiar pues de allí venía la única ayuda con que contaba para sostener esa revolución a pocos kilómetros de su poderoso enemigo, los Estados Unidos. Por lo que lo que le esperaba al Che era una cómoda jubilación como reconocido héroe de la Revolución. No era imaginable eso para él. De allí su intento congoleño, al que él llamó un fracaso, aunque Kabila llegó al poder años después, y luego el que terminaría con su muerte en el sudeste boliviano.
Hay una diferencia fundamental entre estos intentos y la campaña de Sierra Maestra. Esta no fue combatida por los Estados Unidos pues estaban convencidos de que Fidel era un nacionalista democrático que no cedería a la influencia comunista del Che y de Raúl. Por otra parte. eran tiempos en que Washington buscaba desembarazarse de los terribles dictadores que había coronado en Latinoamérica como Batista, Pérez Giménez, Somoza y otros.
Las campañas del Che, en cambio, tuvieron en su contra al poder norteamericano concentrado, Pentágono, CIA, Comando Sur y sus boinas verdes, además del colonizado, armado y entrenado ejército boliviano. ¿Qué ayuda podía brindar el presidente de Cuba a un amigo aislado en las selvas de un país lejano, cuya acción era criticada por las más altas esferas de su propio gobierno, leales a la política exterior de la Unión Soviética? Eran tiempos de la Guerra Fría y ni el bloque occidental ni el comunista aprobaban ese movimiento guerrillero que violaba los acuerdos entre las grandes potencias. Cualquier participación del gobierno de Fidel en Bolivia hubiese generado un conflicto internacional con graves consecuencias para una revolución acosada como la que comandaba.
En el diario del Che en Bolivia no hay una sola acotación relacionada con la ayuda que Fidel podría prestarle. Ninguna. El Che comprendía clarísimamente la imposibilidad de la misma y no la reclamaba ni esperaba. ¿Alguien puede dudar de que era un político de raza que no podía ignorar las circunstancias internacionales del momento?
Como un ejemplo claro de su incólume amistad con Fidel, es conmovedor el dato que me aporta Benigno, uno de los tres sobrevivientes cubanos del combate final en la quebrada del Churo: en los últimos momentos, cuando ya la suerte está echada, el Che les dice a su puñado de colaboradores que no se dejaran tomar vivos, él ya sabía la suerte que les tocaría en ese caso, y que el último pensamiento fuese para Fidel y la Revolución. A lo que Castro ha respondido con el inmenso e indesmayable homenaje que su gobierno siempre ha rendido a la memoria de nuestro compatriota.
Me atrevo a suponer que el libro de Müller es un intento más de desacreditar a nuestro Che Guevara, a Fidel Castro y a la Revolución Cubana, seguramente condenado al fracaso como todos los anteriores y los que seguirán.




LAS DOS LATINOAMÉRICAS, CARA A CARA

Revista Fortuna de Argentina (www.fortunaweb.com.ar)

En el reciente encuentro del Foro Económico Mundial para América Latina (World Economic Forum) realizado en México, con la presencia de 700 empresarios, académicos, funcionarios, tres presidentes y un premio Nobel, quedó claro que existe una profunda división en Latinoamérica.
Un primer grupo de países está abierto al mundo e intenta cerrar la brecha con los países más ricos y desarrollados del planeta. Allí, encontramos al anfitrión, México, que desde hace 21 años integra el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. y Canadá (o TLCAN como se conoce allí). La progresiva integración con la América del Norte le permitió multiplicar por 7 sus exportaciones y diversificarlas al punto tal que hoy tres cuartas partes se componen de manufacturas. Como ejemplo, el mes de abril sus exportaciones de autos aumentaron un 22% interanual. México no se quedó solo con el TLCAN, sino que hace tres años consolidó la Alianza del Pacífico con Chile, Colombia y Perú. Estos países comercian con 0% de arancel en el 93% de los productos y tienen un cronograma para ir reduciendo el resto de las tarifas. También se habló mucho del avance del tratado sobre inversiones, comercio y regulaciones expandido hacia el Pacífico, a través de la Alianza Transpacífica (conocida por su sigla en inglés TPP), que se amplía a 12 países: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, EE.UU, y Vietnam.
También integran este grupo varios países del Caribe y Colombia, este último, aunque todavía no termina de solucionar el problema con la narco-guerrilla.
Estos países están comprometidos a cerrar la brecha que existe entre los países más desarrollados y los nuestros. Así se vio, que no todos fueron logros. El TLCAN sirvió para que México reduzca demasiado lentamente la brecha que lo distancia de los EE.UU.. Para explicar la demora se mencionaron aspectos que faltan mejorar, como la libre movilidad de las personas (el muro que falta derribar), y de los capitales. Muchos destacaron el logro de haber superado en casi todos los países los golpes militares y la profundización de la democracia, pero inmediatamente agregaban la necesidad de profundizar las reformas estructurales que empezaron en los 90. El presidente de México, Peña Nieto, describió su programa de 11 reformas estructurales que está en marcha y que destacaron varios de sus ministros, aunque algunos opositores mencionan que todavía les falta mucho para mejorar aún a nivel de las instituciones. Y en ese y otros sentidos, varios oradores destacaron a Chile, y no a México, como el modelo a seguir (a pesar de la crisis política coyuntural por la que atraviesa la presidente Michel Bachelet).
En cuanto a las reformas estructurales necesarias, los paneles más inspiradores fueron los que se dedicaron al tema de la educación y la brecha de habilidades entre los países más desarrollados y los latinoamericanos. Por ejemplo, China produce 600.000 nuevos ingenieros y científicos cada año, frente a unos 100.000 de México, y apenas 30.000 en Brasil.
En ese sentido, se debatió la mejor manera de acelerar la capacitación y la educación en los países latinoamericanos. Se sostuvo que como decía Mandela “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Y se presentaron diversas propuestas para mejorar los sistemas educativos. La reforma mexicana que establece los nuevos objetivos: “Aprender a aprender; aprender a convivir; y aprender a hacer”. Otro tema muy destacado fue la cooperación público-privada en la educación: profesionales egresados de universidades privadas que enseñan en escuelas Charter (Teach for America); o la alianza con empresas para mejorar la educación y hacerla más efectiva para un futuro donde la mayor parte de los trabajos hoy todavía no existen.
El segundo grupo en Latinoamérica, que contrasta fuertemente con el primero, está integrado por países que pretenden cerrarse sobre sí mismos y que tienen un dramático problema institucional. Países como Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Brasil. En este grupo el principal problema no es de izquierdas o derechas sino que todavía se debaten entre populismo proteccionista y estatista versus Instituciones Republicanas. Así, está representado por el conflictivo Mercosur, con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay y a dónde se sumó Venezuela. Es sintomático, que los países del primer grupo todavía crecen, a pesar del impacto de la caída de los commodities; mientras que en este segundo grupo Venezuela tiene una muy fuerte recesión y tiene la más alta inflación del mundo, Argentina tiene la segunda inflación más alta del mundo y también está en recesión, y Brasil también está en recesión y con inflación en ascenso, aunque en menor grado. Y los tres países tienen una gran crisis de corrupción. Uruguay y Paraguay están atrapados en este paquete, aunque seguramente deseosos de que el Mercosur cambie de estrategia y busque integrarse al mundo.
En este contexto cabe destacar que el índice de Calidad Institucional (elaborado por Martín Krause para Libertad y Progreso, con apoyo de la Fundación Friedrich Naumann y Relial) refleja acabadamente el deterioro enorme de las instituciones de este segundo grupo de países, sobre una muestra de 193. Allí, Venezuela y Cuba se ubican entre las últimas posiciones en cuanto a calidad institucional, 184 y 173 respectivamente; mientras que Argentina está en el puesto 137, siendo el país que más cayó en la última década (56 posiciones). En cambio, Chile se encuentra estable en el puesto 22, muy cerca de EE.UU. y Canadá; Uruguay algo más abajo en el puesto 43. Brasil y México están en una posición intermedia 96 y 88 respectivamente.
Más allá de esto hay dos hechos positivos. Primero Argentina está en un proceso electoral que va a terminar el año  con un nuevo presidente, que será más moderado y amigable que la presidente saliente; y en el caso de que sea Mauricio Macri, será una enorme oportunidad de cambio. El segundo hecho positivo, es el nuevo equipo económico de Brasil ya ha tomado la decisión de volver a la cordura, recuperar la macroeconómía, y además, se ha comprometido a integrarse al mundo, comenzando posiblemente con un Acuerdo de Libre Comercio con Europa, que si bien requiere el acuerdo de Argentina (por el Mercosur), confían en que esto será posible con el próximo gobierno.
(*) El autor es Director General de Libertad y Progreso y participó en el panel de “Latinoamérica Today”, en el Foro Económico y Mundial, gracias al apoyo de la Fundación Naumann y Relial.





MOCHILEROS, PRIMER ESLABÓN EN EL TRANSPORTE DE DROGA

Transportadores de droga se inician en promedio a los 20 años y reciben una paga de 20 a 30 dólares por kilo de droga transportada.

Debate de México (www.debate.com.mx)
                                                                  
Antes de iniciar el viaje que podría llevarlo a la muerte o a la cárcel, empacó en su mochila dos camisetas, dos pantalones cortos, algunas latas de atún, maíz tostado y papas hervidas encima de cinco kilos de cocaína. En un bolsillo guardó un revólver chino calibre 38 y, en otro, un puñado de hojas de coca para el cansancio.
A sus 19 años, Mardonio Borda, con sexto grado de primaria, un español entrecortado, tenía en su mochila unos 125.000 dólares en drogas. Su propósito: salir del principal valle productor de cocaína del Perú sin ser detectado por los controles militares y policiales y con la droga a salvo.
Él es uno de los cientos de quechuas que llevan drogas por caminos de herradura abiertos hace más de mil años por sus antepasados preincaicos.
En su largo recorrido a pie, Borda cruzaba cerca de Machu Picchu en un periplo que culmina en Cusco, donde entrega su carga al jefe. En este país que desplazó a Colombia como primer productor de cocaína del mundo, jóvenes como Borda parten a diario del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, donde se produce el 60% de la cocaína peruana, en caminatas que duran entre tres y cinco días.
La mayor preocupación de los mochileros no es escalar las escarpadas montañas de Los Andes sino las bandas armadas de ladrones que acechan por los caminos y que pueden ser desde policías o militares corruptos hasta otros mochileros que roban a sus colegas a lo largo de un accidentado trayecto que puede extenderse por más de 160 kilómetros (100 millas).
"Es ganar o perder", dice Borda. "Como jugar en el casino".
Sacar la cocaína fuera del valle es la única forma que tienen los lugareños de ganar dinero en esta región olvidada, donde un campesino percibe menos de 10 dólares al día de salario. Es una actividad que cuesta vidas y que ha llenado las prisiones de la zona con mochileros, mientras que sus jefes evaden a la justicia.
Es un gran negocio. El gobierno estadounidense estima que Perú produce 305 toneladas métricas de cocaína al año. Alrededor de una tercera parte sale a pie de estas montañas, según expertos.
Los mochileros son mayoritariamente indígenas como Borda, que hablan quechua, oriundos de aisladas comunidades campesinas que sufrieron las peores atrocidades durante la guerra entre el gobierno y Sendero Luminoso entre 1980 y 2000. Muchos mochileros son huérfanos y algunos de ellos pertenecen a la etnia asháninka, la más grande del Amazonas.
Las tasas de pobreza en el valle son tres veces las del promedio nacional, pero los mochileros ganan entre 150 y 400 dólares por viaje, dependiendo de la carga. Los cinco kilos de pasta de cocaína que lleva Borda valen unos 3.500 dólares en Perú y 16 veces esa cifra en Estados Unidos cuando es vendida a mayoristas. Procesada, convertida en cocaína en polvo y vendida por gramos, puede generar hasta 250.000 dólares en las calles de Nueva York.
"Tienen secundaria incompleta la gran mayoría, muchos incluso no han terminado primaria", dice Laura Barrenechea, socióloga de CEDRO, una entidad no gubernamental que el año pasado entrevistó a 33 mochileros en la prisión de máxima seguridad de Yanamilla, en Ayacucho, capital regional en esta zona montañosa del sureste del país, donde terminan en la cárcel muchos mochileros dedicados al transporte de drogas.
"No tienen conciencia de que son el primer eslabón de la cadena del narcotráfico", añade.
No hay una sola carretera que esté totalmente pavimentada de las que ingresan al valle del Apurímac, que se extiende por 400 kilómetros y que separa a Los Andes de la cuenca del Amazonas.
La policía dice que cada vez se procesa más clorhidrato de cocaína en el valle y la mayoría de esta droga sale por aire en avionetas. Pero los mochileros son más confiables en la temporada de lluvias y son más baratos.
Esta actividad se popularizó desde hace dos décadas, aunque expertos afirman que existió desde los inicios de la década de 1980.
Cuando la cocaína llega a las ciudades ubicadas en las montañas, la droga es escondida en automóviles y llevada a puertos del Pacífico o a la frontera con Bolivia, que no está muy distante.
El narcotráfico en Perú está muy descentralizado, en manos de grandes familias que venden la droga a representantes de carteles extranjeros. Los mochileros viajan en grupos que van desde cuatro hasta 70 integrantes. Son acompañados por guardias armados y por conocedores del terreno, que van 20 minutos adelante para alertarlos cuando hay problemas.
"No duermes hasta que el cargamento llega a su destino", dice Alcides Martínez, un mochilero de 24 años.
Martínez asegura que cuando trabaja como guardia la paga es mayor, gana 1.000 dólares por viaje y lleva consigo rifles FAL, Heckler & Koch y Galil.
Los traficantes cuentan también con radios y teléfonos satelitales. La policía, en cambio, solo tiene celulares en su mayoría.
Un viaje típico inicia transportando al mochilero al valle, que es pagado por el patrón. Uno de ellos cuenta que su grupo fue alimentado en una casa de la aldea de Lechemayo, valle del Apurímac, donde les entregan las mochilas. Luego, son llevados en automóviles hasta donde acaban las carreteras de la montaña. Algunos mochileros portan revólveres, otros llevan granadas.
A veces llueve tan fuerte que, agotados, alquilan caballos y mulas, pero tratan de evitarlo porque eso reduce sus ganancias.
Dos amigos cercanos de Martínez, el mochilero, murieron. Uno se resbaló y cayó por un abismo durante la confusión generada por un robo a mano armada. Otro recibió dos tiros en la cabeza porque se sospechaba que era un informante de las autoridades. Martínez, que dice haber hecho 30 viajes desde que tenía 18 años, sabe que él puede correr la misma suerte.
El muchacho hace, por lo general, dos viajes al mes y también trabaja en construcción o en el campo. Su esposa no quiere que siga transportando drogas.
"No quiere que trabaje en algo donde se mata. `Hay que trabajar en otra cosa', me dice", dice Martínez.
Pero rara vez se niega a hacer un viaje. Tiene que alimentar a su esposa y a sus dos hijos, el primero de dos años y el segundo de un mes.
Rufina Gálvez hubiera querido que su único hijo, Yuri, no hubiese seguido en ese negocio.
Su padre le había dado permiso para que transportara coca durante las vacaciones y así tuviese con qué pagar sus estudios de agronomía por el resto del año, según Gálvez. Yuri adoraba a su madre. La llevaba a Ayacucho en su motocicleta azul, le compraba alimentos, la engreía con caramelos y se aseguraba de que tuviese minutos en su teléfono celular.
Cuando estaba llevando droga en una mochila, Yuri siempre la llamaba por teléfono. La vez que no la llamó durante un viaje en marzo de 2013, la madre, preocupada, leyó las hojas de coca para averiguar qué había pasado. Cogió un puñado en una mano y las soltó lentamente sobre su pollera, según la costumbre.
"Las hojas cayeron de espalda, una mala señal", pensó.
Yuri fue hallado muerto boca arriba en un sendero de la montaña, con varios balazos en la cabeza, el estómago y en un brazo.
"Nadie anda allí sin armas", dice un mochilero de 26 años oriundo de la provincia andina de Andahuaylas, al sur del país. Agrega que los dueños de la droga les han dicho que si se topan "con pocos policías, ocho a diez, hay que enfrentarse con ellos, tirarles una granada", y salir corriendo.
Si son más, hay que rendirse.
El mochilero dejó esta actividad cuando invirtió dinero en un cargamento que ayudó a transportar. Está convencido de que su jefe contrató a un grupo de ladrones para que le robaran los 25 kilos cuando lo vieran distraído. Su jefe narcotraficante, dice este mochilero, luego le exigió que pagara por el cargamento.
El joven se mudó con sus padres a la costa pacífica, donde ahora cultivan arroz. Han pasado dos años y no han pagado los 10.000 dólares que pidieron prestado a un banco para invertir en el cargamento.
"No puedo volver", dice el muchacho, que no quiere dar su nombre por temor. "Me dijeron `te vamos a matar'".
Andahuaylas está controlada por los narcotraficantes y la mayoría de sus habitantes viven directa o indirectamente del narcotráfico, dicen mochileros, fiscales e investigadores de la policía antinarcóticos.
Muchos jóvenes creen que sus jefes a veces sacrifican a un pequeño grupo de cargadores, que delatan y entregan a la policía, para que otro contingente mucho más grande pueda culminar el trayecto sin problemas.
El enfermero rural, Oscar Humán, trabaja en un puesto sanitario en una ruta importante de mochileros y atiende gente casi a diario.
En enero tuvo que usar un bisturí para extraer esquirlas de granada de las piernas y rostros a dos mochileros, que habían sido atacados mientras se refrescaban en un arroyo. Uno perdió su cargamento de más de diez kilos de cocaína.
Pudo haber sido peor. Los residentes de los pueblos se encuentran, de vez en cuando, con cadáveres putrefactos a lo largo del camino.
"No te entierran, solamente te botan y allí te pudres. Te comerán los pumas o perros", relató Héctor Fernández, juez de paz en Putis, una frecuente zona de tránsito mochilera.
Por la lejanía, las muertes casi nunca son reportadas. Los cadáveres rara vez tienen documentos de identificación y a veces los aldeanos los entierran para evitar dejarlos insepultos.
Borda, el mochilero cuya ruta pasa cerca de la ciudadela inca de Machu Picchu, dice que una vez iba en un grupo de cuatro que fue interceptado por cinco hombres armados.
"Nosotros éramos cuatro y apenas teníamos tres revólveres de calibre 38", contó. "Para que no nos maten les dimos todas las mochilas".
El mayor Juan Tardío, de la policía antinarcóticos, se sentía frustrado, cansado. Sus dedos estaban congelados.
Sus hombres habían caminado cinco horas y habían pasado una helada noche en una montaña, a casi 5.000 metros (16.000 pies) de altura, a la espera de un grupo de 15 mochileros. Los cargadores, sin embargo, llegaron a la una de la mañana por otro sendero a casi un kilómetro del lugar.
"Teníamos buena inteligencia, pero había que escondernos por uno de tres senderos y escogimos mal", explicó luego de bajar a pie la montaña con sus hombres bajo una fría llovizna.
Los cargadores pueden elegir entre una cantidad de caminos a lo largo de media docena de corredores por estepas escasamente pobladas. A veces viajan de noche para no ser detectados.
Pocos mochileros saben que, de ser arrestados, se exponen a condenas de entre ocho y 15 años de cárcel, según la socióloga Barrenechea. Y si son detenidos con armas y sin permisos de uso, las condenas son todavía más largas.
Las leyes fueron modificadas el año pasado para eliminar la posibilidad de que los condenados quedaran en libertad bajo palabra. Ahora hay que cumplir sentencias de al menos ocho años, que es la sentencia mínima.
En las prisiones de las montañas occidentales del valle del río Apurímac, casi la mitad están presos por narcotráfico, comparado con el promedio nacional que es de una quinta parte.
En el penal de Yanamilla, 1.128 de los 2.337 detenidos cumplían condenas por narcotráfico en enero, el último mes del que se tienen estadísticas. No se sabe cuántos eran mochileros, aunque los fiscales dicen que la mayoría se dedicaban a esa actividad. En Andahuaylas, la mitad de los 343 reos habían cometido delitos relacionados con el narcotráfico.
El gobierno del presidente Ollanta Humala no ha abordado el tema de las altas tasas de encarcelamiento, aunque el mandatario lamentó la suerte de los mochileros en un discurso en Cusco en julio del año pasado.
"Me siento avergonzado por eso como país", les dijo a muchos alcaldes del valle. "Porque no les dimos la oportunidad. Si le hubiéramos dado la oportunidad a esos 2.000, 3.000 muchachos, de repente serían ingenieros, técnicos, electricistas, qué se yo".
El sociólogo y analista en temas de narcotráfico Jaime Antezana dice que los mochileros son tal vez el principal blanco de las fuerzas de seguridad porque los grandes traficantes evitan ser capturados y juzgados sobornando a la policía, a militares, jueces y fiscales.
"La política está concentrada básicamente en la plebe, o el narco lumpen-proletariado, que es lo que son los mochileros y que terminan hacinados en las cárceles", sostuvo.
Solo un puñado de capos locales y regionales ha sido detenidos en años recientes, cuando no ha caído ningún líder grande, de acuerdo con Sonia Medina, procuradora antidrogas y feroz crítica de la corrupción del sistema judicial peruano.
El general Vicente Romero, el número dos de la policía y ex jefe antinarcóticos, dice que algunos mochileros han pasado a ser traficantes con todas las de la ley e incluso se han trasladado a Bolivia para comprar avionetas y exportar la carga vía aérea.
Borda, el mochilero de 19 años, parece tener ambiciones más modestas. Está ahorrando para comprarse un terreno para cultivar.
"Poco a poco tendré mis negocios, mis propios cocales", dijo. "Y ganaré más plata".






LA DRAMÁTICA HISTORIA DE LOS AFROBOLIVIANOS

Rebelión de España (www.rebelion.org)
                                                           
Con los conquistadores arribaron los primeros esclavos negros al llamado Nuevo Mundo. Los jinetes de Francisco Pizarro llevaban en la grupa del caballo a indios de Nicaragua y a un negro de Guinea, cuya piel oscura dejó perplejos a los súbditos del Inca Atahuallpa, como las armaduras de hierro y el estampido de los arcabuces. Cuando el negro se apeó del caballo, los indios le invitaron a lavarse creyéndolo pintado. Y mientras los conquistadores les explicaban que, por donación del santo Papa, esas tierras pertenecían ya a los reyes de Castilla, a quienes debían prestarles acatamiento y vasallaje, los indios constataron que el negro no perdía su color ni refregándose en el río. Entonces, estupefactos como estaban, pensaron que allende los mares no sólo existían hombres de caras blancas y luengas barbas, sino también hombres de pelos rizados y piel oscura como el ébano, sin sospechar que ellos -los nativos- y los negros serían los esclavos del nuevo sistema colonial.
Se dice que el Inca Huayna Cápac, años antes de consumarse la conquista, escuchó hablar del “Sumaj Orq’o” (Cerro Hermoso), donde estaba el preciado metal que ellos usaban para adorar a sus dioses y adornar sus cuerpos. El Inca ordenó clavar los pedernales para extraer los filones de plata y el cerro se estremeció en un “¡Potojsi!” (Explosión), y de sus entrañas se alzó una voz cavernosa anunciando en lengua quechua: “¡Kay hunuqnita pallan karumanta jamuytanapaq!” (Esta riqueza está reservada para los que vendrán del más allá).
Los súbditos del Inca huyeron en desbandada, hasta que en 1545, el indio Diego Huallpa, quien buscaba a su llama fugitiva en las laderas del cerro, hizo una fogata para pasar la noche y ahuyentar el frío. El fuego fundió el metal y, ante la lumbre menguante de las llamas, el indio vio brotar las hebras de plata, blancas como el resplandor de la luna. Los conquistadores, anoticiados del mayor hallazgo de todos los tiempos, acudieron en caravanas desde los más lejanos confines, unos a pie y otros a caballo.
Al cabo de un tiempo, en aquel cerro admirado por Don Quijote, se abrieron socavones, se levantaron casas y templos. La urbe creció tanto que, según un censo de 1573, Potosí tenía más habitantes que Madrid, Roma y París. Los conquistadores llenaron las alforjas de plata y, no sabiendo cómo derrochar su fortuna, mandaron a comprar vinos de España, marfiles de la India, sedas de Francia, porcelanas de China, medias de Nápoles, sombreros de Londres, alfombras de Persia, perfumes de Arabia y, junto a todo este cargamento, las prostitutas más caras del mundo y los esclavos que vendían los “negreros” en las costas del continente africano.
La corona española, al constatar que el dramático descenso de la población indígena se debía no sólo a las guerras de conquista y las enfermedades importadas del Viejo Mundo, sino también a los vejámenes y trabajos forzados, mandó a comprar esclavos negros en los puertos de las Antillas, con el fin de preservar el monopolio comercial de sus colonias y reemplazar la fuerza de trabajo de los mitayos, quienes morían por montones en el laboreo de la mina.
De la colonia a la república
La colonia, que fue un sistema social basado en la servidumbre y la esclavitud, convirtió a Potosí en “Villa Imperial” y a los esclavos negros en bestias de carga. Nadie se opuso a la esclavitud de los negros, ni siquiera fray Bartolomé de las Casas, quien, a pesar de abogar a favor de los indígenas con la Biblia en la mano, se olvidó, en una suerte de extraño racismo teológico, que los negros tenían también alma y eran iguales ante Dios, aunque el origen del racismo contra el negro no se debió a la pigmentación de su piel, sino a un fenómeno de orden económico y, según algunos cronistas de la época, a la baratura y superioridad de su fuerza de trabajo.
Los colonizadores ingleses y portugueses, creyendo que la fuerza física de un negro equivalía a la de cuatro indios, organizaron compañías dedicadas exclusivamente a la trata de esclavos negros. Sabían que esta carnicería humana, respaldada por las monarquías europeas y el Papa, daba tantos beneficios como los yacimientos de oro y plata. Así, desde 1510 a 1791 -año en que fue abolida la trata de esclavos-, fueron millones los africanos raptados de sus tierras, desarraigados de sus culturas ancestrales y transportados como suministro de fuerza de trabajo a las tierras que los conquistadores expropiaron a los habitantes del Nuevo Mundo.
De los negros que sobrevivieron a la travesía por alta mar, encadenados como animales salvajes, marcados por el candente hierro y el látigo de mando, los más robustos fueron destinados a Potosí; y de allí, tras largos años de haber trabajado en las minas, sufriendo la peor vejación del colonialismo occidental, se desplazaron hacia la región subtropical de los Yungas, donde aprendieron a convivir en armonía con la dadivosa y protectora Pachamama.
Durante las guerras de la independencia latinoamericana, el libertador Simón Bolívar proclamó la lucha contra la esclavitud y promulgó un decretó que concedía la libertad a los negros. Empero, en un país como Bolivia, gobernado desde las luchas independentistas por criollos y mestizos, los indios y negros siguieron siendo los sectores más excluidos de la sociedad.
La Bolivia negra, por otro lado, no está registrada en los libros oficiales de historia, cuyos textos obligatorios en escuelas, colegios y universidades, cuentan sólo la versión de los vencedores, mutilando así los capítulos correspondientes al menosprecio y la esclavitud de los negros. De ellos se sabe poco, y lo poco que se sabe es por medio de algunas fraternidades folklóricas del Carnaval, donde los mestizos se disfrazan de morenos, arrastrando sus pesados trajes al ritmo de las matracas y enseñando la lengua colgante de las máscaras, que simbolizan la ironía y la explotación despiadada a la que fueron sometidos durante la colonia.
Los negros, de hecho más desfavorecidos que los indígenas, han sufrido la mayor discriminación social y racial, y han sido condenados a sobrevivir en una especie de “apartheid” boliviano; es más, hasta antes del triunfo de la revolución nacionalista de 1952, los negros y los indios no podían ingresar a lugares públicos ni caminar por los barrios residenciales de las grandes urbes, como si los “banquetes de la vida” hubiese estado reservados sólo para las minorías blancas y mestizas.
El “apartheid” al estilo boliviano
Durante siglos, la población afroboliviana vivió una suerte de “apartheid”. No tenía carta de identidad ni figuraba en los censos de población, como si su existencia hubiese sido ajena a la vida nacional, aunque ya el 25 de septiembre de 1840 fue suscrito el tratado de Bolivia con Gran Bretaña, en el que se acordó la abolición del comercio de esclavos. Asimismo, según una Ley del 11 de noviembre de 1844 se dispuso que los “que por mar o tierra los introdujeran en Bolivia o los extrajeran de ella para su venta, serán condenados como piratas a diez años de presidio, sin perjuicio de las demás penas impuestas por el trabajo”. Otro tanto hizo la revolución nacionalista de 1952, que les concedió el derecho a tener voz y voto, a elegir y ser elegidos; un derecho que pocos ejercieron hasta la constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, que incluyó recién en el siglo XXI a asambleístas negros en las cúpulas de gobierno.
Baste echar un vistazo al pasado para darnos cuenta de que los afrobolivianos, a quienes casi nunca se los mencionó en los discursos oficiales de los demagogos de turno, son partes de la historia de un continente donde los conquistadores, armados de cruces, caballos y cañones, impusieron su voluntad a sangre y fuego. Los territorios recién conquistados pasaban a ser propiedad de la corona española y los negros fueron llevados a los yacimientos argentíferos de Potosí, para que ejecutaran los trabajos forzados en el interior de la mina, donde fueron reducidos a simples bestias de carga por la insaciable codicia y el carácter sanguinario de los colonizadores.
Desde entonces ha transcurrido mucho tiempo para que los negros, que no se acostumbraron al frígido clima del altiplano, se trasladaran a las regiones subtropicales del país, donde se establecieron como agricultores, sin haber olvidado su dramática historia ni su pasado. Por eso mismo, no está lejos el día en que aparezca un Alex Haley entre los negros aymaras y escriba, sin intermediarios ni voces prestadas, un libro sorprendente y maravilloso como “Raíces”, en cuyas páginas se denuncia el violento atropello del que fueron víctimas tanto en sus tierras de origen como en las tierras del llamado Nuevo Mundo.
La supuesta superioridad del hombre blanco ha sido uno de los motivos que provocó el menosprecio contra la raza negra, un prejuicio que, acéptese o no, se mantiene vivo hasta nuestros días. No es casual que el libro “The Bell Curve” ( La curva en campana, 1994), escrito por los profesores angloamericanos Richard J. Herrnstein y Charles Murray , plantee la tesis reaccionaria de que los negros, genéticamente, son menos inteligentes que los blancos.
Por otro lado, el libro plantea la tesis de que en la sociedad norteamericana se ha desarrollado un sistema jerárquico de castas, en cuya cúspide se encuentran los blancos por tener un coeficiente de inteligencia superior al de los negros, que conforman la base de la pirámide social. Por cuanto este libro, difundido masivamente en EE.UU y otros países de Oriente y Occidente, y que refleja la desaforada mentalidad del “apartheid”, ha vuelto a desempolvar las viejas teorías sobre la biología racial y el social darwinismo, para explicar que los negros y pobres están como están por herencia genética.
Si bien es cierto que la esclavitud fue abolida en América en el siglo XIX, es cierto también que la sociedad blancoide y criolla no aceptó la igualdad de derechos de los negros; por el contrario, creó un sistema político de “apartheid”, como en Rhodesia, Namibia o Sudáfrica, donde hasta finales del siglo XX se prohibió los matrimonios interraciales y se promovió el desarrollo separado de las diferentes razas, bajo la dirección tutelar de los blancos, considerados étnicamente superiores a los negros.
El Achachi Moreno
La presencia africana en Bolivia ha fortalecido, desde los albores de la colonia, la identidad cultural de la nación andina y, en consecuencia, el rico acervo folklórico que hoy encuentra su mayor expresión en los días del Carnaval, a través de la danza de los negritos, tundiquis y morenos, cuyas músicas y coreografías impresionan a propios y ajenos.
El Achachi Moreno, aparte de personificar al caporal negro en la “mita” y “encomienda”, luce uno de los trajes más espectaculares del fastuoso Carnaval de Oruro, declarado por la Unesco “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”.
La danza de la morenada, basada en el ritmo monótono producido por las matracas, trasunta la penosa marcha de los esclavos encadenados que, una vez capturados y vendidos por los “negreros”, fueron introducidos en la explotación de los yacimientos de plata en Potosí, donde fueron flagelados tanto por el frío del altiplano como por el látigo de los caporales, que en el Carnaval son representados por otra de las fraternidades cuya danza, mediante saltos, desplazamientos ligeros y haciendo chasquear el látigo en el aire, simboliza la capacidad de mando y control que los caporales tenían sobre los esclavos negros.
El Achachi Moreno, casi siempre a la cabeza de la tropa, avanza a paso lento pero seguro, secundado por un grupo de morenos y chinas morenas que, contorsionando el cuerpo al compás de las matracas de maderas y quirquinchos, exhiben llamativas polleras de “gró”, vaporosas blusas, botas bordadas y sombreros bombines adornados con plumas de aves tropicales. Las chinas morenas, que no representan necesariamente el doloroso tránsito de los esclavos encadenados, reviven la leyenda oral sobre las hazañas de la negra María Antonieta, quien, a tiempo de rebelarse contra el poder del amo europeo, se valió de su belleza y sus encantos en procura de seducir al caporal, su amante forzoso, y liberar a los esclavos de su condición infrahumana.
Las piezas del traje de la morenada se diferencian de acuerdo a la jerarquía de cada danzante dentro de la tropa. Los vasallos llevan botas de caña alta, un saco como tonelete y un pollerón de tres secciones cónicas, hechos con hilos de Milán y filigranas de plata, al igual que los puños y las hombreras. El Rey Moreno, moviéndose entre quienes lo admiran y le rinden honores, se distingue por la corona y la capa, cuyas hombreras están bordadas con hilo brilloso, pedrería, lentejuelas y perlitas, y los bordes adornados con cristales en racimos. Los motivos decorativos de su traje representan animales fabulosos: dragones, serpientes, lagartos, cóndores y otras alimañas propias de la inventiva de los bordadores que, por su dedicación y experiencia, han convertido su oficio de artesanos en un arte entre las artes.
El Achachi Moreno, cuyo caparazón termina en una cola de saurio, es el único que lleva una máscara de dimensiones mayores, un cetro y un látigo en las manos, como símbolos de mando y autoridad. No en vano sus parciales le llaman “intocable”. La máscara del Achachi Moreno, sobreponiéndose a la contextura del cuerpo con una apariencia de monstruo infernal, representa los rasgos exagerados de la raza negra; una característica propia de la máscara del moreno: ojos saltones, labios gruesos, lengua colgante, peluca encarrujada y cachimba entre los dientes blancos y apretados.
La máscara del Achachi Moreno, por su forma y tamaño, refleja, de manera consciente o inconsciente, la personalidad del danzante, debido a que la máscara no sólo oculta el verdadero rostro de quien la usa, y a través de la cual adquiere una personalidad diferente, sino también la revela con todas las connotaciones sociales y económicas de su rango, pues la máscara simboliza lo que somos o creemos que somos. Así, en el Achachi Moreno se funden la máscara y el rostro en una correlación recíproca, dejando al descubierto la posición socioeconómica del danzante.
El traje del Achachi Moreno, bordado con filigranas que simbolizan las riquezas minerales, además de ser la plasmación mítica del imaginario popular, es una de las joyas del folklore boliviano, donde la mezcla entre la tradición cristiana y el paganismo ancestral han dado origen a un sincretismo religioso que, a mi modo de entender, es la mejor expresión del llamado “realismo mágico” en el continente americano.
Cómo no admirar este producto de la fantasía popular, capaz de distorsionar la figura humana y elevarla a un nivel surrealista; cómo no admirar estos trajes hechos con un sinnúmero de materiales que, una vez modelados con paciencia y buen gusto, se trocan en verdaderas obras de arte, dignas de ser expuestas en cualquier galería del mundo. Es cuestión de mirar el alucinante traje del Achachi Moreno para comprender que el grotesco social de una cultura, donde confluyen los diversos modos de contemplar la realidad, es algo tan vivo como la existencia misma del ser humano.
Una reflexión necesaria
Desde que sentí la discriminación racial en carne propia y dejé de creer en la historia oficial de los vencedores, me resistí a compartir el racismo existente en el país, donde la mayoría de los indios y negros no compartían la mesa del patrón ni formaban parte de las esferas de gobierno.
Los afrobolivianos, por mucho que no sepan precisar si sus antepasados fueron traídos de Senegal o de otras costas del oeste africano, siguieron conservando la tradición de coronar a su rey en la comunidad campesina de Mururata, donde se venera a los descendientes de ese rey negro que, encadenado de pies y manos, murió durante la colonia. El último descendiente de esa casta de “sangre real” es Julio Pinedo, quien, al cumplirse los “500 Años de Resistencia Indígena, Negra y Popular”, en octubre de 1992, fue coronado en una ceremonia especial, donde estuvieron presentes los negros, los indios aymaras y los zambos (hijos de india y negro).
Sin embargo, lo patético de esta realidad es que, mientras los afrobolivianos vienen coronando a sus reyes desde 1932, la mayoría de los niños bolivianos, que aprendimos a conocer África a través de las historietas de Tarzán, no veíamos en las calles a más negros que a los mestizos, de caras pintadas con betún y disfrazados con vistosos atuendos, bailando de tundiquis y negritos en el Carnaval.
Cuando los niños veíamos en la calle a un negro de verdad, nos pellizcábamos el brazo y gritábamos al unísono: “¡Suerte para mí! ¡Suerte para mí!”... En cambio algunos, que confundían el exotismo con el racismo y veían a un negro en sus sueños, se despertaban espantados y, restregándose los ojos, exclamaban: “¡Enfermedad! ¡Enfermedad!...”.
La ignorancia sobre la historia y situación de los afrobolivianos dio lugar a la creación de mitos y supersticiones en torno a sus supuestos poderes mágicos; cuando en realidad, los negros no cargaban suerte alguna ni daban suerte a nadie, ni siquiera a ellos mismos, que habían soportado tanta infamia y discriminación desde que sus antepasados fueron atrapados en sus tierras de origen y vendidos por los “negreros” a los dueños de minas y plantaciones del Nuevo Mundo, donde los niños criollos y mestizos reproducíamos en nuestros juegos las historietas de Tarzán y las películas de cowboys; en el que nadie quería hacer el rol de negro ni de indio, porque encarnar a estos personajes implicaba morir desollado o con un tiro entre los ojos, a diferencia de Tarzán y del cowboy que siempre resultaban ser los héroes en la batalla, como si sus vidas estuvieran garantizadas por mandato divino.
A medida que fui creciendo, comprendí que el negro no sólo simbolizaba la suerte, sino también la mala suerte y la enfermedad. De modo que en una conversación coloquial, no era extraño que alguien dijera: “pasarlas negra” o “tener la suerte negra”, en lugar de decir: “me encuentro en una situación difícil” o “tengo mala suerte”. Pero la frase que más me golpeó, como convocándome a una reflexión necesaria, fue la que escuché en boca de una de mis profesoras, quien, a tiempo de enseñarnos la fotografía de un negro, dijo: “Este hombre tiene el color de sufrido”. Desde entonces no he dejado de pensar en que estas expresiones de desprecio, que los criollos y mestizos utilizan para referirse despectivamente a una persona de tez negra, traslucen una clara discriminación racial.
Ahora entiendo mejor el porqué mi tía, una señora presumida y acomplejada de su ascendencia mestiza, me aplicaba las cremas protectoras en la cara y me ponía un gorro de visera ancha. Claro que no era para cubrirme la piel del abrasante sol de la meseta andina, sino para evitar que los vecinos me confundieran con “los niños de color sufrido”. Por suerte, a mi tía no se le ocurrió la idea de blanquearme la piel a la fuerza, como a ese negrito del cuento que murió de pulmonía de tanto que su ama, de raza blanca, lo refregaba en leche fría.
Con el transcurso del tiempo, y gracias a los sermones de un cura tercermundista, mi tía se fue liberando de sus prejuicios raciales y empezó a entender que el hombre negro no era un castigo divino, ni un ser llegado de las catacumbas del infierno, sino un individuo como cualquier otro, con los mismos derechos y las mismas responsabilidades. Aprendió también a rescatar los valores culturales de ese continente que tanto aportó a la cultura universal; empezó a gustar del jazz, esa música que tiene su origen en los ritmos africanos, y empezó a leer las poesías de Nicolás Guillén y las novelas de Nadime Gordimer, cuyos textos están inspirados en los mitos, leyendas y relatos que los africanos conservaron en la memoria colectiva y la tradición oral. Mi tía cambió tanto que, además de llamarme “Negrito” con cariño, acabó reconociendo que la madre del género humano era negra y vivió en África, allí donde se encuentran las raíces del árbol genealógico de la humanidad.
Si bien es cierto que mi tía se liberó de sus prejuicios y los afrobolivianos gozan de mayores derechos y libertad que durante la colonia, es también cierto que algunos sectores de la sociedad, constituidos por los estamentos más conservadores de la clase dominante, continúan manifestando conceptos peyorativos contra el negro.
El hecho de agitar las banderas de la biología racial y el socialdarwinismo, y plantear la tesis reaccionaria de que los blancos, genéticamente, son superiores a los negros, y que debido a su inteligencia ocupan los puestos de preferencia en la cúspide de la pirámide social, es una forma de afirmar que los negros son “brutos” y “pobres” por herencia genética; una mentira universal que rechazo enérgicamente, ya que ni la pobreza, ni la discriminación racial, ni la división de la sociedad en clases, corresponden a un orden natural de las cosas, sino a factores históricos y económicos que determinaron que lo blanco esté arriba y lo negro esté abajo.
En América Latina, desde la época de la colonia, los negros e indios se han sentido socialmente marginados por los criollos (blancos nacidos en América), que siempre gozaron de ventajas sociales y económicas. Ellos acapararon gran parte de la propiedad de las tierras y constituyeron la clase dominante, alegando que el color de la piel no sólo era importante como el apellido, sino que también determinaba el estatus social y económico de un individuo de “raza superior”.
En lo que a mí respecta, una vez más, me resisto a compartir la opinión de quienes creen todavía en la supremacía del hombre blanco, sobre todo, cuando sé que Europa y América tienen una enorme deuda con África, con esa cultura que tanto aportó al patrimonio espiritual y material de la humanidad.

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