Bolivia
respondió a la pregunta del juez de la Corte Internacional de Justicia
(CIJ) de La Haya, Hisashi Owada, que el concepto de "acceso
soberano al mar” es un tema de fondo que debe acordarse entre las partes
en un diálogo de buena fe.
El alto
tribunal, en su página web, divulgó ayer las respuestas que Chile y
Bolivia enviaron para responder a la pregunta del magistrado japonés Owada,
quien solicitó en la última jornada de alegatos por la demanda marítima (8 de
mayo) que ambas partes precisaran qué entienden por "acceso soberano al
mar”.
"Bolivia reitera una vez más que su caso en el fondo no se trata de las modalidades precisas o del contenido específico del acceso soberano al mar, ya que es una cuestión que debe acordarse por las partes, la negociación de buena fe. Se reconoce sólo que, con base en el acuerdo existente para negociar, ese acceso soberano puede lograrse mediante una modalidad que será especificada por un futuro acuerdo entre las partes” señala la respuesta, según una traducción del inglés no oficial.
"Bolivia reitera una vez más que su caso en el fondo no se trata de las modalidades precisas o del contenido específico del acceso soberano al mar, ya que es una cuestión que debe acordarse por las partes, la negociación de buena fe. Se reconoce sólo que, con base en el acuerdo existente para negociar, ese acceso soberano puede lograrse mediante una modalidad que será especificada por un futuro acuerdo entre las partes” señala la respuesta, según una traducción del inglés no oficial.
En otra parte
del documento se indica que "Bolivia observa que su caso en el fondo es
que Chile ha aceptado varias veces negociar el acceso soberano de Bolivia al
océano Pacífico para resolver el problema de su situación de enclaustramiento”,
según una traducción no oficial.
Asimismo
se indica que "en la medida en que el significado de ese término y su
contenido específico pueden ser definidos, es necesario determinar la
compresión de las partes en los acuerdos sucesivos que han concluido”.
Bolivia
argumenta, en la demanda que presentó contra Chile, que diferentes gobiernos
del vecino país y en distintas fechas realizaron promesas y ofertas para darle
una salida al mar después del Tratado de 1904 que para Chile fue el documento
que solucionó todos los asuntos pendientes entre ambos países.
En su
respuesta, "Bolivia sostiene respetuosamente que claramente no es un
asunto para la determinación en la etapa preliminar de los procedimientos y en
su lugar se debe determinar en la etapa de fondo de los procedimientos”; esto
ocurrirá cuando la CIJ se declare competente para conocer la demanda.
En su
respuesta, de dos páginas, el equipo jurídico boliviano también explica
que "para los propósitos de la jurisdicción, es suficiente hacer notar que
el acuerdo de negociar y el resultado final de esas negociaciones son dos temas
distintos y separados, como se reconoce en la jurisprudencia de la Corte”, en
referencia a la sentencia en el juicio Gabcikovo-Nagymaros (Hzmgary /
Eslovaquia) de 1997.
También detalla
que "la modificación hipotética del Tratado de 1904 en el futuro es
una cuestión de especulación que claramente no está en cuestión en este caso”.
Además, Bolivia
remarca a los jueces de La Haya que "las partes han acordado en
varias ocasiones que la concesión del acceso soberano de Bolivia al océano
Pacífico es un asunto independiente del Tratado de 1904 y que no requiere
ninguna innovación del mismo”.
En este
sentido, el país afirma que "el amplio conocimiento” de las
partes en cuanto a la definición de "acceso soberano al mar”,
"como se refleja en sus sucesivos acuerdos para negociar y las diversas
propuestas para encontrar una solución, es que Chile debe otorgar a Bolivia su
propio acceso al mar con soberanía de conformidad con la ley internacional”,
finaliza la respuesta.
Ante esa
argumentación, el equipo chileno observó que Bolivia ya define
"acceso soberano al mar” como "transferencia de territorio de
Chile a Bolivia”.
En los
comentarios que presentó el Gobierno chileno a la respuesta de Bolivia, se
afirma que "Bolivia ahora se niega a enunciar el punto que ya se ha hecho
explícito en su aplicación, Memorial y Solicitud, porque está claro que una
petición para que se declare que Chile tiene la obligación de llegar a un
acuerdo para cambiar la asignación de soberanía sobre el territorio es
objetivamente incompatible con el acuerdo alcanzado en el Tratado de Paz de 1904
y por lo tanto deja fuera de la jurisdicción de la Corte por la fuerza del
Artículo VI del Pacto de Bogotá”, señala.
Asimismo,
señala que la respuesta de Bolivia al juez Owada se enfoca en que
"acceso soberano sería una cuestión que se determinará por acuerdo entre
los dos Estados y no es algo que le concierne a la Corte”.
Finaliza sus
observaciones al pedir que "la objeción preliminar de Chile
debe ser decidida sobre la base de la solicitud, memorial y solicitud de
competencia a la que objeta”.
Punto de vista
Karen Longaric
Experta en Derecho Internacional
Las respuestas
son acertadas
Las preguntas
que realizaron los jueces, durante los alegatos orales, son consultas de un
profundo alcance jurídico y las respuestas también deben tener el mismo alcance
y profundidad.
Ahora, las
respuestas que dio Bolivia son las correctas porque el término de acceso
soberano al mar ha sido acordado, acuñado por ambos países, Chile y Bolivia,
con la intención de figurar la perspectiva de Bolivia, de alcanzar la cualidad
de Estado ribereño. Se adoptó el término, de acceso soberano al mar, durante
las múltiples negociaciones que hubo entre Bolivia y Chile para este propósito.
En las
negociaciones, no se logró precisar la fórmula de materializar la soberanía
marítima de Bolivia; en ese sentido fue que se utilizó ese término que
implicaba un compromiso de encontrar una solución futura al enclaustramiento
marítimo boliviano.
Por tanto, creo
que en un proceso de negociación tendría que definir cuál sería la modalidad
que se aplicará para que Bolivia alcance una salida soberana al Pacífico.
LA
HAYA: BOLIVIA NO RESPONDIÓ PREGUNTA Y CHILE CENTRÓ ARGUMENTO EN TRATADO DE 1904
En los documentos entregados la semana pasada, el equipo altiplánico sostiene que la definición de "acceso soberano" debe ser tratada durante el juicio, mientras que nuestro país insiste en que esto implicaría la cesión de territorio.
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
Definir qué
significa "acceso soberano al mar", ya que éste no es un término
reconocido por el derecho internacional consuetudinario. Ésta fue la pregunta
hecha por el juez japonés Hisashi Owada a los equipos jurídicos de Chile y
Bolivia al término de los alegatos orales en el marco de las objeciones
preliminares presentadas por Santiago, para que la Corte Internacional de
Justicia se declare incompetente ante la demanda marítima altiplánica. Las
respuestas, entregadas el pasado miércoles 13 de mayo, fueron liberadas hoy por
el tribunal internacional, al igual que las posteriores observaciones hechas
por cada equipo a su contraparte.
En los
documentos, Bolivia declinó responder a la pregunta del juez, asegurando que es
necesario que la Corte se declare competente y continuar con el juicio para
poder dilucidar este cuestionamiento. "Para que el significado de ese
término y su contenido específico puedan ser definidos, es necesario determinar
el entendimiento que tengan las partes en los acuerdos sucesivos a los que han
llegado. La existencia y el contenido específico de estos acuerdos, Bolivia
respetuosamente expone, es claramente una materia que no se puede determinar en
la etapa preliminar del procedimiento, y debe ser en cambio determinada en la
etapa que aborda el fondo del asunto", esgrimió Bolivia para declinar
referirse a la pregunta.
En ese
sentido, el país altiplánico insistió en sus argumentos presentados en los
alegatos orales: que la obligación para negociar una salida soberana al mar y
el Tratado de 1904 son dos materias completamente distintas. "El
entendimiento común de las partes sobre la definición de 'acceso soberano al
mar', tal como se refleja en sus sucesivos acuerdos por negociar y las varias
propuestas para hallar una solución, es que Chile debe conceder a Bolivia su
propio acceso al mar con soberanía, en conformidad a la ley
internacional", cierra el documento. Por su parte, la defensa chilena
señaló en su respuesta que "en el contexto de explicar su demanda de un
derecho a 'acceso soberano al Océano Pacífico', Bolivia se refiere igualmente a
'la secesión a Bolivia de costa soberana', 'cesión de territorio' y 'modificación
del estatus territorial entre dos países'".
En este
sentido, nuestro país aseguró que, con la definición "acceso soberano al
mar", Bolivia "está reclamando que Chile está en obligación de
transferir a Bolivia soberanía sobre territorio de costa bañado por el Océano
Pacífico". Observaciones Una vez entregadas las respuestas llegó el
momento de las observaciones a los argumentos presentados por ambos equipos.
Así, Chile
cuestionó a su contraparte: "Bolivia adopta la extraordinaria posición de
que el significado que se le entrega a una expresión central de su Petición de
Alivio puede ser determinado sólo como parte de una consideración de los
méritos de su demanda". Así, el equipo chileno insistió en que
"acceso soberano al mar" no significa más que la cesión de territorio
costero a Bolivia". Del mismo modo, Chile acusa a los altiplánicos de
negarse a "enunciar el punto que ya ha hecho explícito en su Postulación,
Memoria y Petición de Alivio, porque es claro que una petición de una
declaración de que Chile está en obligación de acceder a cambiar la asignación
de soberanía sobre territorio es objetivamente inconsistente con el acuerdo
alcanzado en el Tratado de Paz de 1904 y por lo tanto, fuera de la jurisdicción
de la Corte por fuerza del Artículo VI del Pacto de Bogotá". "Chile
reitera que su Objeción Preliminar debe ser decidida en la base de la
Postulación, Memoria y Petición de Alivio en cuya respuesta la objeción ha sido
hecha, nada de lo cual Bolivia ha retirado o modificado", afirmó el equipo
nacional.
Por su parte,
Bolivia en sus descargos partió refutando los argumentos de Chile al igual que
en los alegatos orales: "La respuesta de Chile meramente repite su
argumento de que el Tratado de 1904 es supuestamente irreconciliable con una
obligación de negociar acceso soberano al Océano Pacífico. Tal como Bolivia ha
explicado, esta objeción falla en distinguir entre una negociación y su
resultado final; esta tergiversa e intenta refutar el caso de Bolivia en sus
méritos".
Así, agregó
que "con respecto a las posibles modalidades de acceso soberano, la
respuesta de Chile es engañosa. Hace varias referencias a 'cesión territorial'
en la Memoria de Bolivia, pero omite que todas ellas son parte de declaraciones
unilaterales de Chile o de sus repetidos acuerdos con Bolivia para negociar
acceso soberano". "El argumento realizado por Chile en el último
párrafo de su respuesta a la pregunta del juez Owada, expresando que 'Bolivia
busca un fallo que obligue a Chile a garantizar a Bolivia acceso soberano al
Océano Pacífico' no es verdad. Lo que Bolivia solicita a la Corte es que
declare que Chile está bajo la obligación de negociar con Bolivia para poder
alcanzar un acuerdo que garantice a Bolivia un acceso soberano al mar,
independiente del Tratado de 1904", cerró.
BOLIVIA NO RESPONDE PREGUNTA DE LA HAYA Y DICE QUE
CONCEPTO DE ACCESO SOBERANO “SE DEBE DETERMINAR EN LA ETAPA DE FONDO”
Hidashi Owada consultó a Chile y Bolivia qué entendían
por 'acceso soberano al mar', debido a que "no es un término reconocido en
el derecho internacional, y ambas partes sin embargo han utilizado esta
expresión cuando describían o bien su propia posición o se referían a la
posición de la parte contraria".
El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)
Hoy se
liberaron las respuestaS entregadas por Bolivia y Chile a la pregunta que
realizó el juez de la Corte de La Haya japonés, Hidashi Owada, en el marco del
litigio entre ambos países por la demanda de Bolivia por una salida al mar.
“Tengo una
pregunta sencilla que hacerle al solicitante y también al equipo chileno. En el
transcurso de los procedimientos orales y los documentos presentados por ambas
partes, tanto la solicitante como la respondiente han referido o utilizado la
expresión –y cito– ‘acceso soberano al mar’, fin de cita. Este no es un término
reconocido en el derecho internacional, y ambas partes sin embargo han
utilizado esta expresión cuando describían o bien su propia posición o se
referían a la posición de la parte contraria. Yo les agradecería mucho a ambas
partes que tengan a bien definir el sentido de ese término tal como ellas lo
entienden, y también que tengan a bien explicarnos el contenido específico de
ese término tal como ellas lo utilizan para determinar sus posiciones sobre la
cuestión de competencia de la corte”, planteó el juez Owada.
Frente a
aquello el país vecino respondió que “Bolivia sostiene, respetuosamente, que no
es claramente una cuestión para la determinación en la etapa preliminar de las
actuaciones, y en su lugar se debe determinar en la etapa de fondo de los
procedimientos”, según señaló La Tercera.
Además, Bolivia
agregó que “el amplio conocimiento de las partes en cuanto a la definición de
‘acceso soberano al mar’, como se refleja en sus sucesivos acuerdos para
negociar y las diversas propuestas para encontrar una solución, es que Chile
debe otorgar a Bolivia su propio acceso al mar con soberanía de conformidad con
el derecho internacional”.
Por otra parte,
Chile aseguró en su respuesta que ‘acceso soberano al mar’ significa la “cesión
a Bolivia de costa soberana”, en consecuencia, la “cesión de territorio” y
“modificación del estatus territorial entre ambos países”.
MORALES CUESTIONADO POR SU PROPIO MOVIMIENTO INDÍGENA
El Nuevo Herald de EEUU (www.elnuevoherald.com)
Pocos meses después de ser reelegido con más del 60% de los votos, Evo
Morales encara repentinamente una fuerte oposición.
Pero no viene de los empresarios conservadores que cuestionan desde el
comienzo su retórica socialista, sino del propio movimiento indígena
"anticolonialista" que lo llevó al poder hace ya casi una década.
Candidatos opositores ganaron las alcaldías de ocho de las diez ciudades
más importantes de Bolivia, añadiendo dos a las seis que ya tenían. El partido
político de Morales Movimiento al Socialismo, o MAS, conservó las alcaldías de
solo dos capitales estatales de poca relevancia, Sucre y Potosí.
Más importante todavía, una antigua estrella naciente del círculo íntimo
de Morales que se pasó a la oposición obtuvo la gobernación del estado de La
Paz, el más poblado de Bolivia, sede de la capital y bastión del poder
indígena.
Félix Patzi, un indígena aimara igual que el presidente, fue el primer
ministro de Educación de Morales. Un arresto por manejar en estado de ebriedad
frustró su campaña en busca de la gobernación en el 2010. Pero el académico
volvió a la carga desde la oposición y salió airoso cinco años después.
"Está emergiendo una oposición del mismo seno del MAS, que mantiene
las mismas bases discursivas y simbólicas pero propone una diferencia en la
administración", dijo el profesor de Ciencias Políticas Marcelo Silva, de
la Universidad Pública de la Paz.
Así, cuando Moralesl tome juramento el próximo 31 de mayo a alcaldes y
gobernadores elegidos en una segunda ronda electoral realizada el tres de mayo,
instalará a figuras que sacaron provecho del descontento con su partido.
El MAS no sólo se vio afectado por escándalos de corrupción y un sistema
judicial muy cuestionado, sino que hay quienes dicen que el mandatario ya no
defiende los intereses de todos los indígenas por haberse acercarse a sectores
con los que solía antagonizar en su intento por ganar una tercera reelección
presidencial.
El mandatario se unió a los empresarios agroindustriales, enemigos
declarados de su primer gobierno, para conquistar a los electores de Santa
Cruz, ciudad motor de la economía boliviana. Lo mismo hizo con el principal
sindicato campesino, la Central Obrera Boliviana, y con los mineros
independientes agrupados en cooperativas.
A cada uno los cortejó a su manera: a los empresarios les facilitó
créditos y exportaciones, promovió una Cumbre Agropecuaria anual y prometió
duplicar la frontera agrícola talando bosques, propuesta que muchos indígenas
tacharon de contradictoria con el discurso de Morales de proteger a la Madre
Tierra, o pachamama.
A los sindicalistas les construyó un hotel, que tiene un vistoso busto
del mandatario, para que sus dirigentes pudieran llegar a La Paz a sus
reuniones nacionales, y les regaló camionetas SUV, entre otras prebendas. Las
cooperativas mineras obtuvieron exenciones fiscales y una ley que les permite
aceptar la inversión extranjera, algo poco ortodoxo para los gobernantes
socialistas.
Sus detractores lo acusan asimismo de haber ignorado selectivamente la
Constitución aprobada en el 2009 que le da autonomía parcial a los 36 grupos
indígenas del país.
"Hay mucho malestar con la forma en que se está manejando el
poder", afirmó Jim Shultz, director del Centro de la Democracia, una
organización sin fines de lucro con sede en Cochabamba que promueve la justicia
social.
Las derrotas del oficialismo no marcan un punto de inflexión en la
política boliviana pues el mandatario aún conserva mayorías en el Parlamento y
el poder local. Pero los resultados indican que "se está gestando un
recambio por más que la oposición siga dispersa y sin un proyecto nacional
frente al partido gobernante", dice el periodista, profesor y columnista
José Antonio Quiroga.
Morales reconoce que la corrupción, que involucra sobre todo a empresas
estatales y abusos de jueces y fiscales, perjudicó mucho a su movimiento. Y si
bien parece a salvo de esas sospechas, la percepción es que su gobierno no hace
lo suficiente para investigar y castigar oportunamente la corrupción, según
analistas.
"Si hemos perdido en algunas regiones ha sido por errores
nuestros", reconoció Morales. "Me duele que hayamos perdido en La
Paz, (donde) hubo acusaciones de corrupción. Si hubo voto castigo, felicito al
pueblo paceño", agregó el mandatario, quien al mismo tiempo aseguró que el
"MAS no ha caído y sigue siendo el partido más grande de la
historia".
El triunfo de la oposición incluyó la victoria de Soledad Chapetón como
alcaldesa de El Alto, ciudad pegada a La Paz, como candidata del movimiento
opositor más representativo en el Congreso. Chapetón derrotó a un candidato
oficialista que fue filmado supuestamente recibiendo sobornos.
"El gobierno se está desgastando por sus propios errores, se está
quedando con aquellos indígenas que hablan bien y bonito de Morales, muchos
otros están distanciándose porque ven atropellos e imposiciones y una
mentalidad colonial", sostuvo Adolfo Chávez, ex presidente de una
confederación indígena de oriente y ex aliado de Morales, con quien rompió en
el 2011 luego de que el mandatario generó las iras de grupos de indígenas al
apoyar una carretera transamazónica que cruzaba un territorio indígena sin
consultar con los nativos.
Otro escándalo que estalló durante la reciente campaña puso en evidencia
las componendas que hay en un fondo indígena del gobierno que financia
proyectos agrícolas y de otros tipos con dinero de la industria del gas
natural, base de la economía boliviana.
La contraloría del estado dijo que se robaron 10 millones de dólares a
través de proyectos inexistentes o más chicos de lo que se decía, como una
plantación de ajo que no generó una sola planta o un proyecto de cría de ovejas
en el que se entregaron ovejas enfermas.
Cuando fue reelegido para un tercer período en octubre pasado, el
principal rival de Morales era un magnate de la industria del cemento y las
comidas rápidas, Samuel Doria Medina, representante de las elites
tradicionales. Morales no puede postularse para otro mandato sin que se
modifique la Constitución, pero si sortease ese obstáculo y presentase su
candidatura en el 2019, probablemente enfrentaría un panorama muy diverso y su
mayor contrincante podría ser un indígena.
La noche después de su victoria en la primera ronda, el 29 de marzo,
Patzi se declaró a sí mismo el candidato a vencer en las próximas elecciones
presidenciales.
"No tengo duda que la gran batalla será en los comicios
presidenciales de 2019", dijo Patzi, el más distinguido académico del
círculo íntimo de Morales, cuya carrera política pareció en ruinas cuando fue
expulsado del partido oficialista por conducir en estado de ebriedad. Cinco
años después, sin embargo, asoma como un contrincante de cuidado para Morales.
Patzi se presenta como el verdadero abanderado la causa indígena, dice
que no cree en el socialismo ni en el capitalismo y propone recuperar prácticas
tradicionales andinas. Pero como gobernador tiene pocas posibilidades de
llevarlas a la práctica pues tendrá una asamblea legislativa local oficialista,
y carece, además, de autonomía política y económica.
Siendo Ministro de Educación de Morales, impulsó una reforma educativa que
obligó a la enseñanza de idiomas nativos y de ritos ancestrales en la escuela.
Es autor de una decena de ensayos políticos y sociológicos en los que propone
recuperar las prácticas políticas y económicas tradicionales de los pueblos
alto-andinos.
"Morales encarnaba esos ideales", dice Patzi, de 48 años,
casado y padre de seis hijos. "Sin embargo, hay frustración en la gente.
La corrupción fue un elemento que ayudó a la derrota, pero lo que vemos es una
decadencia del MAS, un proyecto estancado y agotado. La lucha política en los
próximos años será entre los liderazgos emergentes y Morales".
Patzi cree que ha llegado la hora de dar vuelta a la página y que él es
la figura llamada a reemplazar al mandatario y recuperar la causa indígena.
La gran pregunta es si Morales va a propiciar una reforma constitucional
para lanzarse a una nueva reelección. Sin Morales, analistas como Shultz
piensan que el MAS tendrá un descalabro electoral.
"Sin Evo tendrían un problema", dijo.
PERÚ Y BOLIVIA INICIAN NEGOCIACIONES PARA EXTRADICIÓN DE
BELAUNDE
La República de Perú (www.larepublica.pe/impresa)
Luego de que la
semana pasada la justicia boliviana aprobó el pedido de extradición del prófugo
Martín Belaunde Lossio, el presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano,
informó que ya se iniciaron las negociaciones con Bolivia para lograr su
traslado a la capital por los delitos de peculado y asociación ilícita para
delinquir por el caso ‘La Centralita’.
La canciller
Ana María Sánchez indicó que si bien no existe una fecha definida y se espera
que sea en breve término, las coordinaciones en curso están a cargo de la
Cancillería, el Ministerio de Justicia, el Poder Judicial y posteriormente se
sumará a ellos, el Ministerio del Interior.
"No le
puedo decir en cuánto tiempo volverá, pero espero que sea en breve", dijo
Sánchez en su primer encuentro con la prensa desde su nombramiento como titular
de Torre Tagle.
El canciller
boliviano David Choquehuanca informó a la prensa de su país que estos detalles
se definirán en una reunión entre las autoridades de ambas naciones. "Los
ministros de Gobierno tienen que coordinar el lugar y la fecha de
entrega", añadió.
CIDH y Santos
Entre otros
temas, el titular de la PCM se reafirmó en que Perú no acatará la resolución de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que otorga medidas
cautelares al ex presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos. Puntualizó
que si el caso llega a la Corte Interamericana de Derechos Humanos nuestro país
responderá "como siempre lo ha hecho".
"Santos
había también solicitó su reposición en el cargo (como gobernador regional de
Cajamarca) y esto no ha sido aceptado por la CIDH. Nosotros como gobierno
confiamos que todas las actuaciones tanto de la comisión como de la Corte, se
ajusten a lo establecido en el marco del derecho internacional, que regula muy
claramente el ámbito y competencia de ambos", remarcó.
Facultades
legislativas
Finalmente,
Cateriano dijo que en el seno del Consejo de Ministros ha culminado el debate a
nivel técnico sobre el pedido de delegación de facultades legislativas en
materia económica.
Dijo que ya
está definido qué aspectos debe contener la ley autoritativa de pedido de
delegación de facultades legislativas. "Espero que la próxima semana se
apruebe en el Gabinete para ser sometida a la consideración del Parlamento”,
refirió.
ARRESTO DOMICILIARIO CONTRA BELAUNDE LOSSIO VENCE ESTE
JUEVES
RPP de Perú (www.rpp.com.pe)
Las autoridades
de Bolivia coordinarán con las de Perú la fecha de entrega del exasesor del presidente
peruano Ollanta Humala, Martín Belaunde, acusado de
supuestos actos de corrupción, afirmó el canciller boliviano, David
Choquehuanca.
"Ambos
países tienen que reunirse, los ministros de Gobierno tienen que coordinar el
lugar y la fecha de entrega", dijo a los medios el ministro de Exteriores,
al salir del Palacio de Gobierno.
El Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) de Bolivia aprobó el 11 de mayo la extradición de
Belaunde, pero su entrega a Perú puede demorar unos 90 días debido a trámites y
a un recurso presentado por la defensa del peruano ante el Tribunal
Constitucional.
Hace una
semana, el ministro boliviano de Gobierno (Interior), Hugo Moldiz, reiteró su
deseo de que mientras se resuelvan esos procedimientos Perú pida que Belaunde
sea trasladado de la vivienda donde cumple una detención domiciliaria a una
penitenciaria para aumentar la seguridad ante la posibilidad de una fuga.
Inicialmente,
en atención a una solicitud de las autoridades judiciales de Perú, el TSJ de
Bolivia ordenó el pasado 21 de enero el arresto domiciliario con fines de
extradición de Belaunde y en marzo amplío la vigencia de esa detención hasta
este jueves.
Al ser
consultado sobre qué pasará con el plazo que vence mañana, Choquehuanca
insistió en que una vez aprobado el trámite de extradición solicitado por Perú
resta la entrega de Belaunde, que debe ser coordinada por el ministro Moldiz.
Martín Belaunde, que asesoró a Humala en la
campaña electoral de 2006, está acusado en Perú de gestionar intereses de
empresas particulares para adjudicarles contratos con el Estado en gobiernos
regionales y obtener así beneficios económicos personales.
El empresario
solicitó refugio en Bolivia, pero la Comisión Nacional del Refugiado (Conare)
rechazó dos veces esta petición alegando que el peruano no probó ser un
perseguido político.
BLOQUEAN VÍA A BOLIVIA CONTRA CONCESIÓN MINERA
La República de Perú (www.larepublica.pe)
El primer día
de paro contra la concesión minera Tripulante Espacial Waly Asquiwa estuvo
marcado por el bloqueo de la carretera hacia Desaguadero – Bolivia.
Piquetes de
huelguistas colocaron piedras sobre la pista desde el centro poblado de Molino
hasta el sector de Llunari, cerca al distrito de Zepita, provincia de Chucuito
–Juli, al sur de la ciudad de Puno.
Desde las 03.00
a.m., decenas de campesinos se situaron sobre la pista en forma de piquetes. En
varios puntos hicieron barricadas para evitar el paso de unidades de sur a
norte y viceversa.
De esta manera,
los campesinos buscan hacer presión para que el Ingemmet deje sin efecto la
concesión en mención, porque se encuentra dentro del centro arqueológico de
Tanapaca, ubicado sobre el cerro del mismo nombre, entre las ciudades de Juli y
Pomata.
Susana Vilca,
presidenta del Ingemmet, consideró que no había razón para que campesinos se
declaren en huelga. Explicó que una concesión no supone la explotación de
minerales.
“Hay una serie
de pasos que se tienen que cumplir. No entiendo por qué nuestros hermanos
tuvieron que tomar esta medida. Ninguna concesión ni petición supone
explotación. Ahora, si hay restos arqueológicos, es evidente que esa concesión
no procederá”, dijo.
Julio Mamani,
del comité del sector de Millay, consideró que la protesta era necesaria porque
el Estado está acostumbrado a imponer concesiones sin que les pida autorización
a las comunidades.
La protesta se
dio en medio de una serie de discrepancias entre dirigentes. Un sector estuvo
en contra de la paralización, porque advirtieron que la protesta tenía el
objetivo de ser usada por quienes lideraron en 2011 el "aimarazo",
con el propósito de presionar al Poder Judicial, para no ser sentenciados.
“Estamos contra
las concesiones, pero hay otros que hábilmente lo quieren usar para sus
intereses. Quieren intimidar para que no los juzguen”, dijo Emiliano Flores,
del sector de Molino. Por esa razón, el dirigente Hermes Cauna fue conminado a
no inmiscuirse en la protesta de la provincia de Chucuito-Juli.
La Policía no
despejó la pista porque el número de manifestantes era mayor. La paralización
continúa hoy.
CLAVES
La Defensoría
del Pueblo advirtió que tras los sucesos de Tía María, se corre el riesgo que
en el Altiplano se generen nuevas protestas contra las concesiones mineras.
Detrás estarían intereses políticos y de determinados intereses, según la
gobernación de Puno.
En Puno a la
fecha hay 19 conflictos latentes.
EN MENDOZA PUEDEN SACAR LITIO DE ROCAS MINERALES
Investigadores de la UNCuyo desarrollaron un
procedimiento para recuperar este mineral.
Sitio
Andino de Argentina (www.sitioandino.com)
Investigadores
de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) desarrollaron un procedimiento para
recuperar litio de rocas minerales que por su carácter innovador motivo que la
casa de estudios tramite por primera vez una patente internacional.
La UNCuyo
–junto al CONICET- patentó el desarrollo, por lo que permitirá proteger en todo
el mundo los derechos de uso de esta tecnología que posibilita obtener el metal
-cada vez más utilizado industrialmente- de rocas de aluminosilicatos.
El método fue
desarrollado por el investigador Mario Rodríguez, del Laboratorio de Metalurgia
Extractiva y Síntesis de Materiales (MESiMat) de la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales, a quien acompañaron en los estudios y pruebas sus colegas,
los doctores Daniel Rosales y María del Carmen Ruiz.
Los minerales
con los que ellos trabajaron se extrajeron de la mina Las Cuevas ubicada en el
departamento San Martín, al noreste de la provincia de San Luis, y corresponden
a la familia de los aluminosilicatos de litio: espodumeno, lepidolita y
petalita.
De acuerdo a la
información aportada por los investigadores, es la primera vez que a partir de estos
metales y por un método directo, se obtiene litio, que se utiliza en distintos
métodos industriales, sobre todo para fabricar baterías de dispositivos
electrónicos móviles, y también de vehículos híbridos y eléctricos.
Rodríguez
explicó: “En la Argentina se está explotando litio pero bajo otro tipo de
ocurrencia: los salares. En el NOA está el ‘Triángulo del litio’, la zona de
las mayores reservas mundiales de este metal, en los salares de Bolivia, Chile
y Argentina”.
El investigador
detalló que descubrieron "una alternativa de extracción de litio", y
en ese sentido, comentó el proceso: "se muele la roca y a través de
tratamientos químicos, se recupera el metal bajo la forma de diferentes
sales".
A la vez aclaró
que "este método es amigable con el medio ambiente, ya que no deja pasivos
ambientales como otros procedimientos que se utilizan actualmente para la
recuperación del metal y que demandan un alto consumo de energía".
“El nuestro
-agregó- es un proceso alternativo que disminuye apreciablemente los costos ya
que hace un aprovechamiento intensivo del mineral porque, además de litio, se
obtienen varios subproductos que también son comercialmente importantes”.
El litio tiene
usos tan variados como la formulación de grasas lubricantes o de remedios psiquiátricos,
hasta la fabricación de vidrios especiales y aleaciones, y también se utiliza
como absorbente de dióxido de carbono en aires acondicionados y submarinos y,
por supuesto, para la fabricación de las mencionadas baterías ion litio que son
usadas en la industria electrónica.
FRANCESC PIFARRÉ, EL JESUITA CATALÁN REFERENTE DE LOS
GUARANÍES EN BOLIVIA
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.com)
El jesuita
catalán Francesc Pifarré ha sido testigo de los sufrimientos y logros de la
nación guaraní de Bolivia desde su llegada a este país en 1967, donde se ha
convertido en un referente de resistencia para los indígenas con los que
convive, así como para académicos y activistas de todo el mundo.
A sus 70 años,
el religioso, que ha dedicado la mayor parte de su vida a realizar programas
educativos y pedagógicos con las comunidades campesinas e indígenas, habla sin
tapujos, carga contra petroleras y grandes terratenientes con la misma
intensidad con la que alaba la rebeldía histórica del pueblo guaraní.
Lo pudieron
comprobar los doce viajeros que integran "Chaco Ra'anga", un proyecto
científico y artístico que recorre los cuatro países del Gran Chaco (Argentina,
Bolivia y Paraguay) desde el 1 de mayo para divulgar la desconocida región a
través de la ciencia, el arte y la comunicación social.
"En la
década de 1970 el campesinado y los indígenas eran marginados, convertidos en
servidumbre y abocados a la dependencia, pero han despertado", ha dicho el
jesuita a Efe.
Pifarré, autor
de varios libros sobre los pueblos originarios de Bolivia, sostiene que para
alcanzar la organización política de hoy, los guaraníes debieron recuperar la
rebeldía con la que enfrentaron a los colonizadores españoles.
"Liberarse
del patrón, organizarse, recuperar las tierras que les pertenecían y producir
por sí mismos. Una experiencia dura y costosa que les valió persecuciones y
acusaciones infundadas pero que ha tenido resultados interesantes",
recuerda.
Según Pifarré,
el pueblo guaraní viene de 400 años de lucha y hasta mediados del siglo XIX
estuvo resistiendo y perdiendo todas las partidas.
"Las
derrotas y el desgaste marcó su inicio del siglo XX con una tremenda reducción
demográfica. Los guaraníes, cansados, se plegaron al poder de los patrones.
Como peones, esclavos, un campesinado sometido y siervo, que de haber sido un
indígena rebelde pasó a ser humilde, pasivo y avergonzado de sí mismo",
recalca.
En 1960,
expulsados de sus tierras por empresas petroleras, ganaderos y terratenientes,
los guaraníes de Bolivia tenían dos opciones, recuperarse o desaparecer, dice
el jesuita.
"Poco a
poco despertaron y después, con una velocidad notable, se organizaron en
cooperativas de trabajo para autoabastecerse. Crearon una fuerza política y
social importante. Ahora están en las instituciones públicas, son diputados y
senadores. Algo muy nuevo en el país", añade.
Un proceso que,
según el religioso, se ha consolidado gracias a la nueva Constitución
boliviana, que declara el Estado como "plurinacional" para integrar
así a todas las etnias nativas que lo componen.
"Convierte
(la Constitución) al campesinado en ciudadanos con las mismas garantías y
derechos que el resto, así como gracias a una ley contra la
discriminación", que el religioso considera ejemplar para el resto de
países de la región.
Pero Pifarré
asegura que esta institucionalización oculta algunas trampas.
"Ahora
algunos dirigentes se desarraigan con facilidad de su origen y de los grupos de
base. Hay una relación cortada, una separación que a nivel gubernamental y
desde el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) se está fomentando".
"Al
absorber a la dirigencia se vive una doble situación. Por un lado, sectores muy
vinculados al Gobierno y otros que se quedan más distantes, recibiendo solo
apoyos asistenciales que en realidad no ayudan a la gente", asevera.
El proyecto
Chaco Ra'anga está realizado en el marco de ACERCA: Programa de capacitación
para el desarrollo en el sector cultural, financiado por la Cooperación
Española y en colaboración con la Red de Centros culturales y la Fundación
Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas
(FIIAPP).
PARA DENOSTAR AL CHE
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Durante la
Feria del Libro el cubano-norteamericano Alberto Müller presentó su libro sobre
nuestro Che Guevara con el título Valgo más vivo que muerto. Frase que el
entonces capitán boliviano Gary Prado le adjudica al Che cuando fue atrapado
por el batallón a su mando. Es sin duda una frase que apunta a desvalorizar el
valor y la dignidad que sostuvo nuestro compatriota hasta el momento de su
asesinato en la escuela de La Higuera después de alentar a su verdugo, el
sargento Terán, a cumplir con su cometido.
Como Müller
nombra a mi biografía junto con las de Castañeda, Taibo y Anderson como fuentes
para su conclusión de que el Che fue enviado a morir y traicionado por Fidel
Castro, me siento en la obligación de responderle, ya que es imposible
encontrar en mi texto algo que avale tal afirmación.
Müller es un
cubano escapado de la revolución castrista a Miami que luego regresó a la isla
como agente de la CIA para preparar la invasión de bahía de los Cochinos y para
llevar a cabo acciones terroristas. Los veinte años de prisión a que fue
condenado y cumplió nada tuvo que ver con la condición de manso opositor
político que pregona.
Vayamos a la
verdad del final de Guevara y de su relación con Fidel: éste, más que
alentarlo, trató de disuadirlo de su experiencia boliviana por la falta de
condiciones para su éxito. Pocas horas antes de la partida le informa que el
Partido Comunista había avisado que no prestaría ninguna colaboración. Pero el
Che consideraba que ya no tenía nada que hacer en Cuba pues había sido
derrotado en la interna desatada con los funcionarios y miembros del partido
obedientes a Moscú, con cuyas políticas Guevara disentía, pero a los que Fidel
debía privilegiar pues de allí venía la única ayuda con que contaba para
sostener esa revolución a pocos kilómetros de su poderoso enemigo, los Estados
Unidos. Por lo que lo que le esperaba al Che era una cómoda jubilación como
reconocido héroe de la Revolución. No era imaginable eso para él. De allí su
intento congoleño, al que él llamó un fracaso, aunque Kabila llegó al poder
años después, y luego el que terminaría con su muerte en el sudeste boliviano.
Hay una
diferencia fundamental entre estos intentos y la campaña de Sierra Maestra.
Esta no fue combatida por los Estados Unidos pues estaban convencidos de que
Fidel era un nacionalista democrático que no cedería a la influencia comunista
del Che y de Raúl. Por otra parte. eran tiempos en que Washington buscaba
desembarazarse de los terribles dictadores que había coronado en Latinoamérica
como Batista, Pérez Giménez, Somoza y otros.
Las campañas
del Che, en cambio, tuvieron en su contra al poder norteamericano concentrado,
Pentágono, CIA, Comando Sur y sus boinas verdes, además del colonizado, armado
y entrenado ejército boliviano. ¿Qué ayuda podía brindar el presidente de Cuba
a un amigo aislado en las selvas de un país lejano, cuya acción era criticada
por las más altas esferas de su propio gobierno, leales a la política exterior
de la Unión Soviética? Eran tiempos de la Guerra Fría y ni el bloque occidental
ni el comunista aprobaban ese movimiento guerrillero que violaba los acuerdos
entre las grandes potencias. Cualquier participación del gobierno de Fidel en
Bolivia hubiese generado un conflicto internacional con graves consecuencias
para una revolución acosada como la que comandaba.
En el diario
del Che en Bolivia no hay una sola acotación relacionada con la ayuda que Fidel
podría prestarle. Ninguna. El Che comprendía clarísimamente la imposibilidad de
la misma y no la reclamaba ni esperaba. ¿Alguien puede dudar de que era un
político de raza que no podía ignorar las circunstancias internacionales del
momento?
Como un ejemplo
claro de su incólume amistad con Fidel, es conmovedor el dato que me aporta
Benigno, uno de los tres sobrevivientes cubanos del combate final en la
quebrada del Churo: en los últimos momentos, cuando ya la suerte está echada,
el Che les dice a su puñado de colaboradores que no se dejaran tomar vivos, él
ya sabía la suerte que les tocaría en ese caso, y que el último pensamiento
fuese para Fidel y la Revolución. A lo que Castro ha respondido con el inmenso
e indesmayable homenaje que su gobierno siempre ha rendido a la memoria de
nuestro compatriota.
Me atrevo a
suponer que el libro de Müller es un intento más de desacreditar a nuestro Che
Guevara, a Fidel Castro y a la Revolución Cubana, seguramente condenado al
fracaso como todos los anteriores y los que seguirán.
LAS DOS LATINOAMÉRICAS, CARA A CARA
Revista Fortuna de Argentina (www.fortunaweb.com.ar)
En el reciente
encuentro del Foro Económico Mundial para América Latina (World Economic Forum)
realizado en México, con la presencia de 700 empresarios, académicos,
funcionarios, tres presidentes y un premio Nobel, quedó claro que existe una
profunda división en Latinoamérica.
Un primer grupo
de países está abierto al mundo e intenta cerrar la brecha con los países más
ricos y desarrollados del planeta. Allí, encontramos al anfitrión, México, que
desde hace 21 años integra el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. y Canadá (o
TLCAN como se conoce allí). La progresiva integración con la América del Norte
le permitió multiplicar por 7 sus exportaciones y diversificarlas al punto tal
que hoy tres cuartas partes se componen de manufacturas. Como ejemplo, el mes
de abril sus exportaciones de autos aumentaron un 22% interanual. México no se
quedó solo con el TLCAN, sino que hace tres años consolidó la Alianza del
Pacífico con Chile, Colombia y Perú. Estos países comercian con 0% de arancel
en el 93% de los productos y tienen un cronograma para ir reduciendo el resto
de las tarifas. También se habló mucho del avance del tratado sobre inversiones,
comercio y regulaciones expandido hacia el Pacífico, a través de la Alianza
Transpacífica (conocida por su sigla en inglés TPP), que se amplía a 12 países:
Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú,
Singapur, EE.UU, y Vietnam.
También
integran este grupo varios países del Caribe y Colombia, este último, aunque
todavía no termina de solucionar el problema con la narco-guerrilla.
Estos países
están comprometidos a cerrar la brecha que existe entre los países más desarrollados
y los nuestros. Así se vio, que no todos fueron logros. El TLCAN sirvió para
que México reduzca demasiado lentamente la brecha que lo distancia de los
EE.UU.. Para explicar la demora se mencionaron aspectos que faltan mejorar,
como la libre movilidad de las personas (el muro que falta derribar), y de los
capitales. Muchos destacaron el logro de haber superado en casi todos los
países los golpes militares y la profundización de la democracia, pero
inmediatamente agregaban la necesidad de profundizar las reformas estructurales
que empezaron en los 90. El presidente de México, Peña Nieto, describió su
programa de 11 reformas estructurales que está en marcha y que destacaron
varios de sus ministros, aunque algunos opositores mencionan que todavía les
falta mucho para mejorar aún a nivel de las instituciones. Y en ese y otros
sentidos, varios oradores destacaron a Chile, y no a México, como el modelo a
seguir (a pesar de la crisis política coyuntural por la que atraviesa la
presidente Michel Bachelet).
En cuanto a las
reformas estructurales necesarias, los paneles más inspiradores fueron los que
se dedicaron al tema de la educación y la brecha de habilidades entre los
países más desarrollados y los latinoamericanos. Por ejemplo, China produce
600.000 nuevos ingenieros y científicos cada año, frente a unos 100.000 de
México, y apenas 30.000 en Brasil.
En ese sentido,
se debatió la mejor manera de acelerar la capacitación y la educación en los
países latinoamericanos. Se sostuvo que como decía Mandela “la educación es el
arma más poderosa para cambiar el mundo”. Y se presentaron diversas propuestas
para mejorar los sistemas educativos. La reforma mexicana que establece los
nuevos objetivos: “Aprender a aprender; aprender a convivir; y aprender a
hacer”. Otro tema muy destacado fue la cooperación público-privada en la
educación: profesionales egresados de universidades privadas que enseñan en
escuelas Charter (Teach for America); o la alianza con empresas para mejorar la
educación y hacerla más efectiva para un futuro donde la mayor parte de los
trabajos hoy todavía no existen.
El segundo
grupo en Latinoamérica, que contrasta fuertemente con el primero, está
integrado por países que pretenden cerrarse sobre sí mismos y que tienen un
dramático problema institucional. Países como Cuba, Venezuela, Argentina,
Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Brasil. En este grupo el principal problema no es
de izquierdas o derechas sino que todavía se debaten entre populismo
proteccionista y estatista versus Instituciones Republicanas. Así, está
representado por el conflictivo Mercosur, con Argentina, Brasil, Uruguay y
Paraguay y a dónde se sumó Venezuela. Es sintomático, que los países del primer
grupo todavía crecen, a pesar del impacto de la caída de los commodities;
mientras que en este segundo grupo Venezuela tiene una muy fuerte recesión y
tiene la más alta inflación del mundo, Argentina tiene la segunda inflación más
alta del mundo y también está en recesión, y Brasil también está en recesión y
con inflación en ascenso, aunque en menor grado. Y los tres países tienen una
gran crisis de corrupción. Uruguay y Paraguay están atrapados en este paquete,
aunque seguramente deseosos de que el Mercosur cambie de estrategia y busque
integrarse al mundo.
En este
contexto cabe destacar que el índice de Calidad Institucional (elaborado por
Martín Krause para Libertad y Progreso, con apoyo de la Fundación Friedrich
Naumann y Relial) refleja acabadamente el deterioro enorme de las
instituciones de este segundo grupo de países, sobre una muestra de 193. Allí,
Venezuela y Cuba se ubican entre las últimas posiciones en cuanto a calidad
institucional, 184 y 173 respectivamente; mientras que Argentina está en el
puesto 137, siendo el país que más cayó en la última década (56 posiciones). En
cambio, Chile se encuentra estable en el puesto 22, muy cerca de EE.UU. y
Canadá; Uruguay algo más abajo en el puesto 43. Brasil y México están en una
posición intermedia 96 y 88 respectivamente.
Más allá de
esto hay dos hechos positivos. Primero Argentina está en un proceso electoral
que va a terminar el año con un nuevo presidente, que será más moderado y
amigable que la presidente saliente; y en el caso de que sea Mauricio Macri,
será una enorme oportunidad de cambio. El segundo hecho positivo, es el nuevo
equipo económico de Brasil ya ha tomado la decisión de volver a la cordura,
recuperar la macroeconómía, y además, se ha comprometido a integrarse al mundo,
comenzando posiblemente con un Acuerdo de Libre Comercio con Europa, que si
bien requiere el acuerdo de Argentina (por el Mercosur), confían en que esto
será posible con el próximo gobierno.
(*) El autor es
Director General de Libertad y Progreso y participó en el panel de
“Latinoamérica Today”, en el Foro Económico y Mundial, gracias al apoyo de la
Fundación Naumann y Relial.
MOCHILEROS, PRIMER ESLABÓN EN EL TRANSPORTE DE DROGA
Transportadores de droga se inician en promedio a los 20
años y reciben una paga de 20 a 30 dólares por kilo de droga transportada.
Debate de México (www.debate.com.mx)
Antes de
iniciar el viaje que podría llevarlo a la muerte o a la cárcel, empacó en su
mochila dos camisetas, dos pantalones cortos, algunas latas de atún, maíz
tostado y papas hervidas encima de cinco kilos de cocaína. En un bolsillo
guardó un revólver chino calibre 38 y, en otro, un puñado de hojas de coca para
el cansancio.
A sus 19 años,
Mardonio Borda, con sexto grado de primaria, un español entrecortado, tenía en
su mochila unos 125.000 dólares en drogas. Su propósito: salir del principal
valle productor de cocaína del Perú sin ser detectado por los controles
militares y policiales y con la droga a salvo.
Él es uno de
los cientos de quechuas que llevan drogas por caminos de herradura abiertos
hace más de mil años por sus antepasados preincaicos.
En su largo
recorrido a pie, Borda cruzaba cerca de Machu Picchu en un periplo que culmina
en Cusco, donde entrega su carga al jefe. En este país que desplazó a Colombia
como primer productor de cocaína del mundo, jóvenes como Borda parten a diario
del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, donde se produce el 60% de la
cocaína peruana, en caminatas que duran entre tres y cinco días.
La mayor
preocupación de los mochileros no es escalar las escarpadas montañas de Los
Andes sino las bandas armadas de ladrones que acechan por los caminos y que
pueden ser desde policías o militares corruptos hasta otros mochileros que
roban a sus colegas a lo largo de un accidentado trayecto que puede extenderse
por más de 160 kilómetros (100 millas).
"Es ganar
o perder", dice Borda. "Como jugar en el casino".
Sacar la
cocaína fuera del valle es la única forma que tienen los lugareños de ganar
dinero en esta región olvidada, donde un campesino percibe menos de 10 dólares
al día de salario. Es una actividad que cuesta vidas y que ha llenado las
prisiones de la zona con mochileros, mientras que sus jefes evaden a la
justicia.
Es un gran
negocio. El gobierno estadounidense estima que Perú produce 305 toneladas
métricas de cocaína al año. Alrededor de una tercera parte sale a pie de estas montañas,
según expertos.
Los mochileros
son mayoritariamente indígenas como Borda, que hablan quechua, oriundos de
aisladas comunidades campesinas que sufrieron las peores atrocidades durante la
guerra entre el gobierno y Sendero Luminoso entre 1980 y 2000. Muchos
mochileros son huérfanos y algunos de ellos pertenecen a la etnia asháninka, la
más grande del Amazonas.
Las tasas de
pobreza en el valle son tres veces las del promedio nacional, pero los
mochileros ganan entre 150 y 400 dólares por viaje, dependiendo de la carga.
Los cinco kilos de pasta de cocaína que lleva Borda valen unos 3.500 dólares en
Perú y 16 veces esa cifra en Estados Unidos cuando es vendida a mayoristas.
Procesada, convertida en cocaína en polvo y vendida por gramos, puede generar hasta
250.000 dólares en las calles de Nueva York.
"Tienen
secundaria incompleta la gran mayoría, muchos incluso no han terminado
primaria", dice Laura Barrenechea, socióloga de CEDRO, una entidad no
gubernamental que el año pasado entrevistó a 33 mochileros en la prisión de
máxima seguridad de Yanamilla, en Ayacucho, capital regional en esta zona
montañosa del sureste del país, donde terminan en la cárcel muchos mochileros
dedicados al transporte de drogas.
"No tienen
conciencia de que son el primer eslabón de la cadena del narcotráfico",
añade.
No hay una sola
carretera que esté totalmente pavimentada de las que ingresan al valle del
Apurímac, que se extiende por 400 kilómetros y que separa a Los Andes de la
cuenca del Amazonas.
La policía dice
que cada vez se procesa más clorhidrato de cocaína en el valle y la mayoría de
esta droga sale por aire en avionetas. Pero los mochileros son más confiables
en la temporada de lluvias y son más baratos.
Esta actividad
se popularizó desde hace dos décadas, aunque expertos afirman que existió desde
los inicios de la década de 1980.
Cuando la
cocaína llega a las ciudades ubicadas en las montañas, la droga es escondida en
automóviles y llevada a puertos del Pacífico o a la frontera con Bolivia, que
no está muy distante.
El narcotráfico
en Perú está muy descentralizado, en manos de grandes familias que venden la
droga a representantes de carteles extranjeros. Los mochileros viajan en grupos
que van desde cuatro hasta 70 integrantes. Son acompañados por guardias armados
y por conocedores del terreno, que van 20 minutos adelante para alertarlos
cuando hay problemas.
"No
duermes hasta que el cargamento llega a su destino", dice Alcides
Martínez, un mochilero de 24 años.
Martínez
asegura que cuando trabaja como guardia la paga es mayor, gana 1.000 dólares
por viaje y lleva consigo rifles FAL, Heckler & Koch y Galil.
Los traficantes
cuentan también con radios y teléfonos satelitales. La policía, en cambio, solo
tiene celulares en su mayoría.
Un viaje típico
inicia transportando al mochilero al valle, que es pagado por el patrón. Uno de
ellos cuenta que su grupo fue alimentado en una casa de la aldea de Lechemayo,
valle del Apurímac, donde les entregan las mochilas. Luego, son llevados en
automóviles hasta donde acaban las carreteras de la montaña. Algunos mochileros
portan revólveres, otros llevan granadas.
A veces llueve
tan fuerte que, agotados, alquilan caballos y mulas, pero tratan de evitarlo
porque eso reduce sus ganancias.
Dos amigos
cercanos de Martínez, el mochilero, murieron. Uno se resbaló y cayó por un
abismo durante la confusión generada por un robo a mano armada. Otro recibió
dos tiros en la cabeza porque se sospechaba que era un informante de las
autoridades. Martínez, que dice haber hecho 30 viajes desde que tenía 18 años,
sabe que él puede correr la misma suerte.
El muchacho
hace, por lo general, dos viajes al mes y también trabaja en construcción o en
el campo. Su esposa no quiere que siga transportando drogas.
"No quiere
que trabaje en algo donde se mata. `Hay que trabajar en otra cosa', me
dice", dice Martínez.
Pero rara vez
se niega a hacer un viaje. Tiene que alimentar a su esposa y a sus dos hijos,
el primero de dos años y el segundo de un mes.
Rufina Gálvez
hubiera querido que su único hijo, Yuri, no hubiese seguido en ese negocio.
Su padre le
había dado permiso para que transportara coca durante las vacaciones y así
tuviese con qué pagar sus estudios de agronomía por el resto del año, según
Gálvez. Yuri adoraba a su madre. La llevaba a Ayacucho en su motocicleta azul,
le compraba alimentos, la engreía con caramelos y se aseguraba de que tuviese
minutos en su teléfono celular.
Cuando estaba
llevando droga en una mochila, Yuri siempre la llamaba por teléfono. La vez que
no la llamó durante un viaje en marzo de 2013, la madre, preocupada, leyó las
hojas de coca para averiguar qué había pasado. Cogió un puñado en una mano y
las soltó lentamente sobre su pollera, según la costumbre.
"Las hojas
cayeron de espalda, una mala señal", pensó.
Yuri fue
hallado muerto boca arriba en un sendero de la montaña, con varios balazos en
la cabeza, el estómago y en un brazo.
"Nadie
anda allí sin armas", dice un mochilero de 26 años oriundo de la provincia
andina de Andahuaylas, al sur del país. Agrega que los dueños de la droga les
han dicho que si se topan "con pocos policías, ocho a diez, hay que
enfrentarse con ellos, tirarles una granada", y salir corriendo.
Si son más, hay
que rendirse.
El mochilero
dejó esta actividad cuando invirtió dinero en un cargamento que ayudó a
transportar. Está convencido de que su jefe contrató a un grupo de ladrones
para que le robaran los 25 kilos cuando lo vieran distraído. Su jefe
narcotraficante, dice este mochilero, luego le exigió que pagara por el
cargamento.
El joven se
mudó con sus padres a la costa pacífica, donde ahora cultivan arroz. Han pasado
dos años y no han pagado los 10.000 dólares que pidieron prestado a un banco
para invertir en el cargamento.
"No puedo
volver", dice el muchacho, que no quiere dar su nombre por temor. "Me
dijeron `te vamos a matar'".
Andahuaylas
está controlada por los narcotraficantes y la mayoría de sus habitantes viven
directa o indirectamente del narcotráfico, dicen mochileros, fiscales e
investigadores de la policía antinarcóticos.
Muchos jóvenes
creen que sus jefes a veces sacrifican a un pequeño grupo de cargadores, que
delatan y entregan a la policía, para que otro contingente mucho más grande
pueda culminar el trayecto sin problemas.
El enfermero
rural, Oscar Humán, trabaja en un puesto sanitario en una ruta importante de
mochileros y atiende gente casi a diario.
En enero tuvo
que usar un bisturí para extraer esquirlas de granada de las piernas y rostros
a dos mochileros, que habían sido atacados mientras se refrescaban en un
arroyo. Uno perdió su cargamento de más de diez kilos de cocaína.
Pudo haber sido
peor. Los residentes de los pueblos se encuentran, de vez en cuando, con
cadáveres putrefactos a lo largo del camino.
"No te
entierran, solamente te botan y allí te pudres. Te comerán los pumas o
perros", relató Héctor Fernández, juez de paz en Putis, una frecuente zona
de tránsito mochilera.
Por la lejanía,
las muertes casi nunca son reportadas. Los cadáveres rara vez tienen documentos
de identificación y a veces los aldeanos los entierran para evitar dejarlos insepultos.
Borda, el
mochilero cuya ruta pasa cerca de la ciudadela inca de Machu Picchu, dice que
una vez iba en un grupo de cuatro que fue interceptado por cinco hombres
armados.
"Nosotros
éramos cuatro y apenas teníamos tres revólveres de calibre 38", contó. "Para
que no nos maten les dimos todas las mochilas".
El mayor Juan
Tardío, de la policía antinarcóticos, se sentía frustrado, cansado. Sus dedos
estaban congelados.
Sus hombres
habían caminado cinco horas y habían pasado una helada noche en una montaña, a
casi 5.000 metros (16.000 pies) de altura, a la espera de un grupo de 15
mochileros. Los cargadores, sin embargo, llegaron a la una de la mañana por
otro sendero a casi un kilómetro del lugar.
"Teníamos
buena inteligencia, pero había que escondernos por uno de tres senderos y
escogimos mal", explicó luego de bajar a pie la montaña con sus hombres
bajo una fría llovizna.
Los cargadores
pueden elegir entre una cantidad de caminos a lo largo de media docena de
corredores por estepas escasamente pobladas. A veces viajan de noche para no
ser detectados.
Pocos
mochileros saben que, de ser arrestados, se exponen a condenas de entre ocho y
15 años de cárcel, según la socióloga Barrenechea. Y si son detenidos con armas
y sin permisos de uso, las condenas son todavía más largas.
Las leyes
fueron modificadas el año pasado para eliminar la posibilidad de que los
condenados quedaran en libertad bajo palabra. Ahora hay que cumplir sentencias
de al menos ocho años, que es la sentencia mínima.
En las
prisiones de las montañas occidentales del valle del río Apurímac, casi la
mitad están presos por narcotráfico, comparado con el promedio nacional que es
de una quinta parte.
En el penal de
Yanamilla, 1.128 de los 2.337 detenidos cumplían condenas por narcotráfico en
enero, el último mes del que se tienen estadísticas. No se sabe cuántos eran
mochileros, aunque los fiscales dicen que la mayoría se dedicaban a esa
actividad. En Andahuaylas, la mitad de los 343 reos habían cometido delitos
relacionados con el narcotráfico.
El gobierno del
presidente Ollanta Humala no ha abordado el tema de las altas tasas de
encarcelamiento, aunque el mandatario lamentó la suerte de los mochileros en un
discurso en Cusco en julio del año pasado.
"Me siento
avergonzado por eso como país", les dijo a muchos alcaldes del valle. "Porque
no les dimos la oportunidad. Si le hubiéramos dado la oportunidad a esos 2.000,
3.000 muchachos, de repente serían ingenieros, técnicos, electricistas, qué se
yo".
El sociólogo y
analista en temas de narcotráfico Jaime Antezana dice que los mochileros son
tal vez el principal blanco de las fuerzas de seguridad porque los grandes
traficantes evitan ser capturados y juzgados sobornando a la policía, a
militares, jueces y fiscales.
"La
política está concentrada básicamente en la plebe, o el narco
lumpen-proletariado, que es lo que son los mochileros y que terminan hacinados
en las cárceles", sostuvo.
Solo un puñado
de capos locales y regionales ha sido detenidos en años recientes, cuando no ha
caído ningún líder grande, de acuerdo con Sonia Medina, procuradora antidrogas
y feroz crítica de la corrupción del sistema judicial peruano.
El general
Vicente Romero, el número dos de la policía y ex jefe antinarcóticos, dice que
algunos mochileros han pasado a ser traficantes con todas las de la ley e
incluso se han trasladado a Bolivia para comprar avionetas y exportar la carga
vía aérea.
Borda, el
mochilero de 19 años, parece tener ambiciones más modestas. Está ahorrando para
comprarse un terreno para cultivar.
"Poco a
poco tendré mis negocios, mis propios cocales", dijo. "Y ganaré más
plata".
LA DRAMÁTICA HISTORIA DE LOS AFROBOLIVIANOS
Rebelión de España (www.rebelion.org)
Con los
conquistadores arribaron los primeros esclavos negros al llamado Nuevo Mundo.
Los jinetes de Francisco Pizarro llevaban en la grupa del caballo a indios de
Nicaragua y a un negro de Guinea, cuya piel oscura dejó perplejos a los
súbditos del Inca Atahuallpa, como las armaduras de hierro y el estampido de
los arcabuces. Cuando el negro se apeó del caballo, los indios le invitaron a
lavarse creyéndolo pintado. Y mientras los conquistadores les explicaban que,
por donación del santo Papa, esas tierras pertenecían ya a los reyes de
Castilla, a quienes debían prestarles acatamiento y vasallaje, los indios
constataron que el negro no perdía su color ni refregándose en el río.
Entonces, estupefactos como estaban, pensaron que allende los mares no sólo
existían hombres de caras blancas y luengas barbas, sino también hombres de
pelos rizados y piel oscura como el ébano, sin sospechar que ellos -los
nativos- y los negros serían los esclavos del nuevo sistema colonial.
Se dice que el
Inca Huayna Cápac, años antes de consumarse la conquista, escuchó hablar del
“Sumaj Orq’o” (Cerro Hermoso), donde estaba el preciado metal que ellos usaban
para adorar a sus dioses y adornar sus cuerpos. El Inca ordenó clavar los
pedernales para extraer los filones de plata y el cerro se estremeció en un
“¡Potojsi!” (Explosión), y de sus entrañas se alzó una voz cavernosa anunciando
en lengua quechua: “¡Kay hunuqnita pallan karumanta jamuytanapaq!” (Esta
riqueza está reservada para los que vendrán del más allá).
Los súbditos
del Inca huyeron en desbandada, hasta que en 1545, el indio Diego Huallpa,
quien buscaba a su llama fugitiva en las laderas del cerro, hizo una fogata
para pasar la noche y ahuyentar el frío. El fuego fundió el metal y, ante la
lumbre menguante de las llamas, el indio vio brotar las hebras de plata,
blancas como el resplandor de la luna. Los conquistadores, anoticiados del
mayor hallazgo de todos los tiempos, acudieron en caravanas desde los más
lejanos confines, unos a pie y otros a caballo.
Al cabo de un
tiempo, en aquel cerro admirado por Don Quijote, se abrieron socavones, se
levantaron casas y templos. La urbe creció tanto que, según un censo de 1573,
Potosí tenía más habitantes que Madrid, Roma y París. Los conquistadores
llenaron las alforjas de plata y, no sabiendo cómo derrochar su fortuna,
mandaron a comprar vinos de España, marfiles de la India, sedas de Francia,
porcelanas de China, medias de Nápoles, sombreros de Londres, alfombras de
Persia, perfumes de Arabia y, junto a todo este cargamento, las prostitutas más
caras del mundo y los esclavos que vendían los “negreros” en las costas del
continente africano.
La corona
española, al constatar que el dramático descenso de la población indígena se
debía no sólo a las guerras de conquista y las enfermedades importadas del
Viejo Mundo, sino también a los vejámenes y trabajos forzados, mandó a comprar
esclavos negros en los puertos de las Antillas, con el fin de preservar el
monopolio comercial de sus colonias y reemplazar la fuerza de trabajo de los
mitayos, quienes morían por montones en el laboreo de la mina.
De la colonia a
la república
La colonia, que
fue un sistema social basado en la servidumbre y la esclavitud, convirtió a
Potosí en “Villa Imperial” y a los esclavos negros en bestias de carga. Nadie
se opuso a la esclavitud de los negros, ni siquiera fray Bartolomé de las
Casas, quien, a pesar de abogar a favor de los indígenas con la Biblia en la
mano, se olvidó, en una suerte de extraño racismo teológico, que los negros
tenían también alma y eran iguales ante Dios, aunque el origen del racismo
contra el negro no se debió a la pigmentación de su piel, sino a un fenómeno de
orden económico y, según algunos cronistas de la época, a la baratura y
superioridad de su fuerza de trabajo.
Los
colonizadores ingleses y portugueses, creyendo que la fuerza física de un negro
equivalía a la de cuatro indios, organizaron compañías dedicadas exclusivamente
a la trata de esclavos negros. Sabían que esta carnicería humana, respaldada
por las monarquías europeas y el Papa, daba tantos beneficios como los
yacimientos de oro y plata. Así, desde 1510 a 1791 -año en que fue abolida la
trata de esclavos-, fueron millones los africanos raptados de sus tierras,
desarraigados de sus culturas ancestrales y transportados como suministro de
fuerza de trabajo a las tierras que los conquistadores expropiaron a los
habitantes del Nuevo Mundo.
De los negros
que sobrevivieron a la travesía por alta mar, encadenados como animales
salvajes, marcados por el candente hierro y el látigo de mando, los más
robustos fueron destinados a Potosí; y de allí, tras largos años de haber
trabajado en las minas, sufriendo la peor vejación del colonialismo occidental,
se desplazaron hacia la región subtropical de los Yungas, donde aprendieron a
convivir en armonía con la dadivosa y protectora Pachamama.
Durante las
guerras de la independencia latinoamericana, el libertador Simón Bolívar
proclamó la lucha contra la esclavitud y promulgó un decretó que concedía la
libertad a los negros. Empero, en un país como Bolivia, gobernado desde las
luchas independentistas por criollos y mestizos, los indios y negros siguieron
siendo los sectores más excluidos de la sociedad.
La Bolivia
negra, por otro lado, no está registrada en los libros oficiales de historia,
cuyos textos obligatorios en escuelas, colegios y universidades, cuentan sólo
la versión de los vencedores, mutilando así los capítulos correspondientes al
menosprecio y la esclavitud de los negros. De ellos se sabe poco, y lo poco que
se sabe es por medio de algunas fraternidades folklóricas del Carnaval, donde
los mestizos se disfrazan de morenos, arrastrando sus pesados trajes al ritmo
de las matracas y enseñando la lengua colgante de las máscaras, que simbolizan
la ironía y la explotación despiadada a la que fueron sometidos durante la
colonia.
Los negros, de
hecho más desfavorecidos que los indígenas, han sufrido la mayor discriminación
social y racial, y han sido condenados a sobrevivir en una especie de
“apartheid” boliviano; es más, hasta antes del triunfo de la revolución
nacionalista de 1952, los negros y los indios no podían ingresar a lugares públicos
ni caminar por los barrios residenciales de las grandes urbes, como si los
“banquetes de la vida” hubiese estado reservados sólo para las minorías blancas
y mestizas.
El “apartheid”
al estilo boliviano
Durante siglos,
la población afroboliviana vivió una suerte de “apartheid”. No tenía carta de
identidad ni figuraba en los censos de población, como si su existencia hubiese
sido ajena a la vida nacional, aunque ya el 25 de septiembre de 1840 fue
suscrito el tratado de Bolivia con Gran Bretaña, en el que se acordó la
abolición del comercio de esclavos. Asimismo, según una Ley del 11 de noviembre
de 1844 se dispuso que los “que por mar o tierra los introdujeran en Bolivia o
los extrajeran de ella para su venta, serán condenados como piratas a diez años
de presidio, sin perjuicio de las demás penas impuestas por el trabajo”. Otro
tanto hizo la revolución nacionalista de 1952, que les concedió el derecho a
tener voz y voto, a elegir y ser elegidos; un derecho que pocos ejercieron
hasta la constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, que incluyó recién
en el siglo XXI a asambleístas negros en las cúpulas de gobierno.
Baste echar un
vistazo al pasado para darnos cuenta de que los afrobolivianos, a quienes casi
nunca se los mencionó en los discursos oficiales de los demagogos de turno, son
partes de la historia de un continente donde los conquistadores, armados de
cruces, caballos y cañones, impusieron su voluntad a sangre y fuego. Los
territorios recién conquistados pasaban a ser propiedad de la corona española y
los negros fueron llevados a los yacimientos argentíferos de Potosí, para que
ejecutaran los trabajos forzados en el interior de la mina, donde fueron
reducidos a simples bestias de carga por la insaciable codicia y el carácter
sanguinario de los colonizadores.
Desde entonces
ha transcurrido mucho tiempo para que los negros, que no se acostumbraron al
frígido clima del altiplano, se trasladaran a las regiones subtropicales del
país, donde se establecieron como agricultores, sin haber olvidado su dramática
historia ni su pasado. Por eso mismo, no está lejos el día en que aparezca un
Alex Haley entre los negros aymaras y escriba, sin intermediarios ni voces
prestadas, un libro sorprendente y maravilloso como “Raíces”, en cuyas páginas
se denuncia el violento atropello del que fueron víctimas tanto en sus tierras
de origen como en las tierras del llamado Nuevo Mundo.
La supuesta
superioridad del hombre blanco ha sido uno de los motivos que provocó el
menosprecio contra la raza negra, un prejuicio que, acéptese o no, se mantiene
vivo hasta nuestros días. No es casual que el libro “The Bell Curve” ( La curva
en campana, 1994), escrito por los profesores angloamericanos Richard J.
Herrnstein y Charles Murray , plantee la tesis reaccionaria de que los negros,
genéticamente, son menos inteligentes que los blancos.
Por otro lado,
el libro plantea la tesis de que en la sociedad norteamericana se ha
desarrollado un sistema jerárquico de castas, en cuya cúspide se encuentran los
blancos por tener un coeficiente de inteligencia superior al de los negros, que
conforman la base de la pirámide social. Por cuanto este libro, difundido
masivamente en EE.UU y otros países de Oriente y Occidente, y que refleja la
desaforada mentalidad del “apartheid”, ha vuelto a desempolvar las viejas
teorías sobre la biología racial y el social darwinismo, para explicar que los
negros y pobres están como están por herencia genética.
Si bien es
cierto que la esclavitud fue abolida en América en el siglo XIX, es cierto
también que la sociedad blancoide y criolla no aceptó la igualdad de derechos
de los negros; por el contrario, creó un sistema político de “apartheid”, como
en Rhodesia, Namibia o Sudáfrica, donde hasta finales del siglo XX se prohibió
los matrimonios interraciales y se promovió el desarrollo separado de las
diferentes razas, bajo la dirección tutelar de los blancos, considerados
étnicamente superiores a los negros.
El Achachi
Moreno
La presencia
africana en Bolivia ha fortalecido, desde los albores de la colonia, la identidad
cultural de la nación andina y, en consecuencia, el rico acervo folklórico que
hoy encuentra su mayor expresión en los días del Carnaval, a través de la danza
de los negritos, tundiquis y morenos, cuyas músicas y coreografías impresionan
a propios y ajenos.
El Achachi
Moreno, aparte de personificar al caporal negro en la “mita” y “encomienda”,
luce uno de los trajes más espectaculares del fastuoso Carnaval de Oruro,
declarado por la Unesco “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la
Humanidad”.
La danza de la
morenada, basada en el ritmo monótono producido por las matracas, trasunta la
penosa marcha de los esclavos encadenados que, una vez capturados y vendidos
por los “negreros”, fueron introducidos en la explotación de los yacimientos de
plata en Potosí, donde fueron flagelados tanto por el frío del altiplano como
por el látigo de los caporales, que en el Carnaval son representados por otra
de las fraternidades cuya danza, mediante saltos, desplazamientos ligeros y
haciendo chasquear el látigo en el aire, simboliza la capacidad de mando y
control que los caporales tenían sobre los esclavos negros.
El Achachi
Moreno, casi siempre a la cabeza de la tropa, avanza a paso lento pero seguro,
secundado por un grupo de morenos y chinas morenas que, contorsionando el
cuerpo al compás de las matracas de maderas y quirquinchos, exhiben llamativas
polleras de “gró”, vaporosas blusas, botas bordadas y sombreros bombines
adornados con plumas de aves tropicales. Las chinas morenas, que no representan
necesariamente el doloroso tránsito de los esclavos encadenados, reviven la
leyenda oral sobre las hazañas de la negra María Antonieta, quien, a tiempo de
rebelarse contra el poder del amo europeo, se valió de su belleza y sus
encantos en procura de seducir al caporal, su amante forzoso, y liberar a los
esclavos de su condición infrahumana.
Las piezas del
traje de la morenada se diferencian de acuerdo a la jerarquía de cada danzante
dentro de la tropa. Los vasallos llevan botas de caña alta, un saco como
tonelete y un pollerón de tres secciones cónicas, hechos con hilos de Milán y
filigranas de plata, al igual que los puños y las hombreras. El Rey Moreno,
moviéndose entre quienes lo admiran y le rinden honores, se distingue por la
corona y la capa, cuyas hombreras están bordadas con hilo brilloso, pedrería,
lentejuelas y perlitas, y los bordes adornados con cristales en racimos. Los
motivos decorativos de su traje representan animales fabulosos: dragones,
serpientes, lagartos, cóndores y otras alimañas propias de la inventiva de los
bordadores que, por su dedicación y experiencia, han convertido su oficio de
artesanos en un arte entre las artes.
El Achachi
Moreno, cuyo caparazón termina en una cola de saurio, es el único que lleva una
máscara de dimensiones mayores, un cetro y un látigo en las manos, como
símbolos de mando y autoridad. No en vano sus parciales le llaman “intocable”.
La máscara del Achachi Moreno, sobreponiéndose a la contextura del cuerpo con
una apariencia de monstruo infernal, representa los rasgos exagerados de la
raza negra; una característica propia de la máscara del moreno: ojos saltones,
labios gruesos, lengua colgante, peluca encarrujada y cachimba entre los
dientes blancos y apretados.
La máscara del
Achachi Moreno, por su forma y tamaño, refleja, de manera consciente o
inconsciente, la personalidad del danzante, debido a que la máscara no sólo
oculta el verdadero rostro de quien la usa, y a través de la cual adquiere una
personalidad diferente, sino también la revela con todas las connotaciones
sociales y económicas de su rango, pues la máscara simboliza lo que somos o
creemos que somos. Así, en el Achachi Moreno se funden la máscara y el rostro
en una correlación recíproca, dejando al descubierto la posición socioeconómica
del danzante.
El traje del
Achachi Moreno, bordado con filigranas que simbolizan las riquezas minerales,
además de ser la plasmación mítica del imaginario popular, es una de las joyas
del folklore boliviano, donde la mezcla entre la tradición cristiana y el
paganismo ancestral han dado origen a un sincretismo religioso que, a mi modo
de entender, es la mejor expresión del llamado “realismo mágico” en el
continente americano.
Cómo no admirar
este producto de la fantasía popular, capaz de distorsionar la figura humana y
elevarla a un nivel surrealista; cómo no admirar estos trajes hechos con un
sinnúmero de materiales que, una vez modelados con paciencia y buen gusto, se
trocan en verdaderas obras de arte, dignas de ser expuestas en cualquier
galería del mundo. Es cuestión de mirar el alucinante traje del Achachi Moreno
para comprender que el grotesco social de una cultura, donde confluyen los
diversos modos de contemplar la realidad, es algo tan vivo como la existencia
misma del ser humano.
Una reflexión
necesaria
Desde que sentí
la discriminación racial en carne propia y dejé de creer en la historia oficial
de los vencedores, me resistí a compartir el racismo existente en el país,
donde la mayoría de los indios y negros no compartían la mesa del patrón ni
formaban parte de las esferas de gobierno.
Los
afrobolivianos, por mucho que no sepan precisar si sus antepasados fueron
traídos de Senegal o de otras costas del oeste africano, siguieron conservando
la tradición de coronar a su rey en la comunidad campesina de Mururata, donde
se venera a los descendientes de ese rey negro que, encadenado de pies y manos,
murió durante la colonia. El último descendiente de esa casta de “sangre real”
es Julio Pinedo, quien, al cumplirse los “500 Años de Resistencia Indígena,
Negra y Popular”, en octubre de 1992, fue coronado en una ceremonia especial,
donde estuvieron presentes los negros, los indios aymaras y los zambos (hijos
de india y negro).
Sin embargo, lo
patético de esta realidad es que, mientras los afrobolivianos vienen coronando
a sus reyes desde 1932, la mayoría de los niños bolivianos, que aprendimos a
conocer África a través de las historietas de Tarzán, no veíamos en las calles
a más negros que a los mestizos, de caras pintadas con betún y disfrazados con
vistosos atuendos, bailando de tundiquis y negritos en el Carnaval.
Cuando los
niños veíamos en la calle a un negro de verdad, nos pellizcábamos el brazo y
gritábamos al unísono: “¡Suerte para mí! ¡Suerte para mí!”... En cambio
algunos, que confundían el exotismo con el racismo y veían a un negro en sus
sueños, se despertaban espantados y, restregándose los ojos, exclamaban:
“¡Enfermedad! ¡Enfermedad!...”.
La ignorancia
sobre la historia y situación de los afrobolivianos dio lugar a la creación de
mitos y supersticiones en torno a sus supuestos poderes mágicos; cuando en
realidad, los negros no cargaban suerte alguna ni daban suerte a nadie, ni
siquiera a ellos mismos, que habían soportado tanta infamia y discriminación
desde que sus antepasados fueron atrapados en sus tierras de origen y vendidos
por los “negreros” a los dueños de minas y plantaciones del Nuevo Mundo, donde
los niños criollos y mestizos reproducíamos en nuestros juegos las historietas
de Tarzán y las películas de cowboys; en el que nadie quería hacer el rol de
negro ni de indio, porque encarnar a estos personajes implicaba morir desollado
o con un tiro entre los ojos, a diferencia de Tarzán y del cowboy que siempre
resultaban ser los héroes en la batalla, como si sus vidas estuvieran
garantizadas por mandato divino.
A medida que
fui creciendo, comprendí que el negro no sólo simbolizaba la suerte, sino
también la mala suerte y la enfermedad. De modo que en una conversación
coloquial, no era extraño que alguien dijera: “pasarlas negra” o “tener la
suerte negra”, en lugar de decir: “me encuentro en una situación difícil” o
“tengo mala suerte”. Pero la frase que más me golpeó, como convocándome a una
reflexión necesaria, fue la que escuché en boca de una de mis profesoras,
quien, a tiempo de enseñarnos la fotografía de un negro, dijo: “Este hombre
tiene el color de sufrido”. Desde entonces no he dejado de pensar en que estas
expresiones de desprecio, que los criollos y mestizos utilizan para referirse
despectivamente a una persona de tez negra, traslucen una clara discriminación
racial.
Ahora entiendo
mejor el porqué mi tía, una señora presumida y acomplejada de su ascendencia
mestiza, me aplicaba las cremas protectoras en la cara y me ponía un gorro de
visera ancha. Claro que no era para cubrirme la piel del abrasante sol de la
meseta andina, sino para evitar que los vecinos me confundieran con “los niños
de color sufrido”. Por suerte, a mi tía no se le ocurrió la idea de blanquearme
la piel a la fuerza, como a ese negrito del cuento que murió de pulmonía de
tanto que su ama, de raza blanca, lo refregaba en leche fría.
Con el
transcurso del tiempo, y gracias a los sermones de un cura tercermundista, mi
tía se fue liberando de sus prejuicios raciales y empezó a entender que el
hombre negro no era un castigo divino, ni un ser llegado de las catacumbas del
infierno, sino un individuo como cualquier otro, con los mismos derechos y las
mismas responsabilidades. Aprendió también a rescatar los valores culturales de
ese continente que tanto aportó a la cultura universal; empezó a gustar del
jazz, esa música que tiene su origen en los ritmos africanos, y empezó a leer
las poesías de Nicolás Guillén y las novelas de Nadime Gordimer, cuyos textos
están inspirados en los mitos, leyendas y relatos que los africanos conservaron
en la memoria colectiva y la tradición oral. Mi tía cambió tanto que, además de
llamarme “Negrito” con cariño, acabó reconociendo que la madre del género
humano era negra y vivió en África, allí donde se encuentran las raíces del
árbol genealógico de la humanidad.
Si bien es cierto
que mi tía se liberó de sus prejuicios y los afrobolivianos gozan de mayores
derechos y libertad que durante la colonia, es también cierto que algunos
sectores de la sociedad, constituidos por los estamentos más conservadores de
la clase dominante, continúan manifestando conceptos peyorativos contra el
negro.
El hecho de
agitar las banderas de la biología racial y el socialdarwinismo, y plantear la
tesis reaccionaria de que los blancos, genéticamente, son superiores a los
negros, y que debido a su inteligencia ocupan los puestos de preferencia en la
cúspide de la pirámide social, es una forma de afirmar que los negros son
“brutos” y “pobres” por herencia genética; una mentira universal que rechazo
enérgicamente, ya que ni la pobreza, ni la discriminación racial, ni la
división de la sociedad en clases, corresponden a un orden natural de las
cosas, sino a factores históricos y económicos que determinaron que lo blanco
esté arriba y lo negro esté abajo.
En América
Latina, desde la época de la colonia, los negros e indios se han sentido
socialmente marginados por los criollos (blancos nacidos en América), que
siempre gozaron de ventajas sociales y económicas. Ellos acapararon gran parte
de la propiedad de las tierras y constituyeron la clase dominante, alegando que
el color de la piel no sólo era importante como el apellido, sino que también
determinaba el estatus social y económico de un individuo de “raza superior”.
En lo que a mí
respecta, una vez más, me resisto a compartir la opinión de quienes creen
todavía en la supremacía del hombre blanco, sobre todo, cuando sé que Europa y
América tienen una enorme deuda con África, con esa cultura que tanto aportó al
patrimonio espiritual y material de la humanidad.
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