En la última
década, más de un millón de indígenas
se han esfumado en Bolivia. Un genocidio en toda regla. Al menos,
estadísticamente hablando.
La inesperada
autopsia de este nuevo exterminio aborigen ha sido el Censo
Nacional de Población y Vivienda 2012, en el que tan sólo un 40% de
los diez millones de bolivianos se identificó con una etnia originaria, frente
a más del 60% que lo hizo en 2001.
La cifra es más alarmante si se considera que en ese mismo período la población
del país andino aumentó en casi 2 millones de personas, un 20% más respecto al
anterior estudio demográfico.
Como las
autoridades se negaron a incluir la categoría “mestizo”, por considerarla un
término racista y colonial, la mayoría de los consultados no tuvo más remedio
que marcar la casilla “ninguno”. Millones de “X” que dibujan un gran signo de
interrogación sobre la legitimidad étnica que invocó el presidente Evo Morales para abolir la República y
fundar el flamante Estado Plurinacional.
En el
Gobierno cundió el desconcierto. Víctima de la improvisación, el propio Morales
alumbró la crítica filosófica más demoledora que se haya hecho sobre su
gestión. “A mí también me ha sorprendido, porque los datos anteriores (2001)
eran muy diferentes. No sé si estamos
en una etapa de desclasamiento, estamos en una etapa, tal vez, de tener
mayor mentalidad colonizadora. Es debatible”, atinó a decir tras conocer las
cifras en agosto.
Paradójicamente,
ocho años de mandato por y para los
indígenas habrían debilitado el sentimiento originario. El reconocimiento constitucional
de 36 naciones ancestrales, sus territorios, lenguas, justicia comunitaria y
propiedad sobre los recursos naturales; el discurso socialista y
antiimperialista; las nacionalizaciones anticoloniales, los cantos a la
Pachamama y los rituales político-chamánicos. Todo fue en vano.
En términos
absolutos, la ‘masacre’ fue inclemente. Los cinco pueblos nativos más
representativos del país sufrieron los descensos más significativos: un 20%
menos de quechuas, un 7% menos de aimaras, un 28% menos de chiquitanos, un 37%
menos de guaraníes y un 50% menos de mojeños. De las 31 etnias restantes, la
mitad no llega a los mil habitantes y tres caminan por el filo de la extinción
física y cultural, con menos de 100 individuos.
En la última
década, más de un millón de indígenas
se han esfumado en Bolivia. Un genocidio en toda regla. Al menos,
estadísticamente hablando.
La inesperada
autopsia de este nuevo exterminio aborigen ha sido el Censo Nacional
de Población y Vivienda 2012, en el que tan sólo un 40% de los diez
millones de bolivianos se identificó con una etnia originaria, frente a más del
60% que lo hizo en 2001.
La cifra es más alarmante si se considera que en ese mismo período la población
del país andino aumentó en casi 2 millones de personas, un 20% más respecto al
anterior estudio demográfico.
Como las
autoridades se negaron a incluir la categoría “mestizo”, por considerarla un
término racista y colonial, la mayoría de los consultados no tuvo más remedio
que marcar la casilla “ninguno”. Millones de “X” que dibujan un gran signo de
interrogación sobre la legitimidad étnica que invocó el presidente Evo Morales para abolir la República y
fundar el flamante Estado Plurinacional.
En el
Gobierno cundió el desconcierto. Víctima de la improvisación, el propio Morales
alumbró la crítica filosófica más demoledora que se haya hecho sobre su
gestión. “A mí también me ha sorprendido, porque los datos anteriores (2001)
eran muy diferentes. No sé si estamos
en una etapa de desclasamiento, estamos en una etapa, tal vez, de tener
mayor mentalidad colonizadora. Es debatible”, atinó a decir tras conocer las
cifras en agosto.
Paradójicamente,
ocho años de mandato por y para los
indígenas habrían debilitado el sentimiento originario. El reconocimiento constitucional
de 36 naciones ancestrales, sus territorios, lenguas, justicia comunitaria y
propiedad sobre los recursos naturales; el discurso socialista y
antiimperialista; las nacionalizaciones anticoloniales, los cantos a la
Pachamama y los rituales político-chamánicos. Todo fue en vano.
En términos
absolutos, la ‘masacre’ fue inclemente. Los cinco pueblos nativos más
representativos del país sufrieron los descensos más significativos: un 20%
menos de quechuas, un 7% menos de aimaras, un 28% menos de chiquitanos, un 37%
menos de guaraníes y un 50% menos de mojeños. De las 31 etnias restantes, la
mitad no llega a los mil habitantes y tres caminan por el filo de la extinción
física y cultural, con menos de 100 individuos.
Para los
sociólogos, la masiva migración hacia
áreas urbanas donde las identidades se difuminan, el relevo generacional
y los matrimonios mixtos podrían
ser los factores más relevantes para explicar la debacle amerindia. En la arena
política, poco importan estas elucubraciones académicas.
Días después,
Morales trataría de matizar su controvertida teoría sobre el “desclasamiento”
asegurando que, en realidad, todos los bolivianos son originarios: “Unos
originarios milenarios, otros originarios contemporáneos. Todos somos de esta
patria y estamos obligados a entendernos”. Pero el daño ya estaba hecho.
Un país difícil de contar
El miércoles
21 de noviembre de 2012, Bolivia amaneció en estado de excepción. Toque de
queda, ley seca, fronteras cerradas, escuelas vacías y comercios con las
persianas bajadas. Prohibida toda actividad pública y privada. El silencio en
calles y carreteras, momentáneamente roto por el lejano lamento de alguna
patrulla de policía, podría hacer temer la inminencia de una catástrofe.
En realidad,
los bolivianos estaban ocupados en la
ardua tarea de contarse a sí mismos, algo a lo que dan mucha
importancia, pero en lo que no tienen mucha experiencia. Entre 1831 y 2001, tan
sólo se hicieron diez padrones y los seis primeros (hasta 1950) apenas fueron
simples recuentos de población. En ese mismo período se redactaron 16
constituciones.
El censo no
es asunto baladí en el país más pobre de Sudamérica. Sus resultados son guía
para asignar los exiguos fondos públicos entre regiones, municipios y
universidades, y para repartir los 130 escaños entre los nueve departamentos,
incluyendo siete curules reservados a los pueblos autóctonos que reclaman
insistentemente a Morales más espacios en las instituciones. Pero si no hay más indios, no hay más
diputados.
El ‘debate
mestizo’ es recurrente en Bolivia. Para el Gobierno del MAS (Movimiento Al
Socialismo), el término fue utilizado históricamente por las elites para
‘blanquear’ a la población e invisibilizar las identidades originarias. En el
otro lado, los que consideran que la esencia chola es una realidad nacional
resultado de 500 años de melting-pot indoeuropeo.
“Quienes se
asumen mestizos deberían sustentar por qué deberían existir mestizos, (…) ¿hay
un territorio propio mestizo, hay una cultura propia mestiza, hay un idioma
propio mestizo, hay una religión propia mestiza?”, zanjó Felix Cárdenas, viceministro de
Descolonización, pese a que le advirtieron que la inclusión del
autorreconocimiento afroboliviano aguaba el argumento.
Antes de
incluir la pregunta de autoidentificación en el padrón de 2001, los cálculos
sobre población indígena, mestiza, blanca y negra se hacían con datos
secundarios, como el color de la piel, el idioma, la ocupación o el lugar de
residencia. Las dificultades de sondear un país con el doble de superficie que
España, pero casi cinco veces menos poblado, aconsejan tomar con pinzas las
cifras históricas. Así, en 1900 se estimó que el 51% de la población era
aborigen, cifra que subió al 63% en 1950 y se mantuvo en el primer censo del
siglo XXI.
Para esta
ocasión, el Instituto Nacional de
Estadística (INE) gastó 60 millones de dólares en reclutar un ejército
de 200.000 empadronadores para entrevistar a casi siete millones de bolivianos
mayores de 15 años por todo el territorio nacional, desde el altiplano andino a
las selvas amazónicas. Todo estaba preparado al detalle. El INE incluso recomendó
a sus agentes destinados a las zonas más alejadas armarse “con un palito de
escoba” para defenderse de los perros pendencieros que pudieran amenazar su
misión. Pero a quien mordió el perro fue al Gobierno.
Primero, el
presidente dio en enero unas cifras
preliminares de población erróneas. Los datos definitivos redujeron
sensiblemente el peso de algunos departamentos y, consecuentemente, su
presupuesto y representación política, lo que generó protestas y acusaciones de
manipulación. La cosa empeoró cuando la masiva abducción indígena puso al
“proceso de cambio” frente a un callejón antropológico sin salida.
Mazazo al liderazgo indígena de Morales
Los datos del
censo de 2001 fueron el géiser de una combativa corriente indigenista que se
nutrió de la permanente crisis de los 90 y ganó amplia visibilidad a principios
del siglo XXI, con episodios de insurgencia popular como la Guerra del
Agua y la Guerra del
Gas. Las elites de turno no supieron
leer los resultados y atribuyeron la contundente autoafirmación indígena a la
ausencia de otra alternativa de identificación. “Mesticidio”, lo
llamaron. Cuatro años después, Evo Morales era electo con una histórica mayoría
absoluta como el primer presidente de ascendencia india en Bolivia.
Ahora, los
aliados del presidente tampoco parecieran estar analizando con serenidad los
datos. Las excusas van desde una ‘mano negra’ que enturbió las respuestas
reales a una metodología ‘poco científica’ que desvirtuó la encuesta. Pero, sin
duda, la interpretación más insólita la firmó el vicepresidente Álvaro García Linera con una
cantinflada de antología.
“No sólo hay
una consolidación de las naciones culturales indígenas originarias en Bolivia,
sino también hay una fortificante indianización de la propia nación a partir
del papel dirigente en la construcción del Estado por parte del movimiento
indígena originario campesino, vecinal obrero y popular”, aseveró sin
ruborizarse.
El resultado
también sorprendió a los heterogéneos adversarios del “Jefazo”, quienes habían
jurado que la alambicada pregunta 29 –“Como boliviana o boliviano, ¿pertenece a
alguna nación o pueblo indígena originario campesino o afroboliviano?”– era una
emboscada semántica para inducir al autorreconocimiento étnico y reeditar el
éxito de hace diez años. Pocos podían
imaginar que los bolivianos se decantarían por un descafeinado “no pertenece”
ante la sugerente llamada de lo nativo.
Frente a los
análisis más cautelosos que apuntan a sutiles cambios en la pregunta como
posible clave en la distorsión entre ambos padrones, la derecha ve la masiva
deserción ancestral como un mazazo a la
premisa esencial del liderazgo de Morales: un presidente indígena para un país
indígena.
Los que le
critican desde las propias filas atávicas –que también los hay, y cada vez más–
dan otra versión al vuelco en los números. “El indigenismo por excelencia
siempre ha sido una retórica de anulación, incorporación o etnocidio del
indígena real. A este indigenismo le gusta hacer culto del indio ideal, pero
guerra total al indio real”, escribió el sociólogo aimara Pablo Mamani, antiguo
partidario del líder cocalero.
Sin embargo,
antes de sacar conclusiones políticas, mejor analizar primero los sondeos de
popularidad. A punto de cumplir ocho años en el poder, la aprobación del
mandatario se muestra resistente al desgaste y ronda el 60 % en varias
encuestas. La oposición, dispersa en numerosos grupúsculos con intereses
divergentes y sin liderazgo nacional, apenas llega a un 30%.
Quizás los
detalles del censo que no venden periódicos, como el aumento de la
alfabetización y la escolaridad –sobre todo entre las mujeres–, más y mejores
viviendas, mayor penetración de servicios como agua y luz, así como un
equipamiento del hogar más moderno que habla de la bonanza económica sin
precedentes que ha vivido el país, puedan explicar por qué Morales sigue siendo
favorito para una tercera reelección en los comicios de 2014.
Morales, quintaesencia de lo indomestizo
Un mestizo
típico boliviano puede tener madre india y padre cholo, con la consecuente
amalgama de apellidos. No es raro que sea católico y al mismo tiempo reverencie
a la Pachamama. A lo mejor tuvo una infancia rural y, espoleado por la
necesidad, migró en la adolescencia a zonas más urbanas. Seguramente habla
castellano con algún toque de la peculiar construcción gramatical indígena y
chapurrea, con más o menos soltura, su milenaria lengua materna.
Este es, de
hecho, el retrato robot de Evo Morales Ayma, un híbrido en lo personal y en lo público. Viste prendas
occidentales aderezadas con motivos tribales, masca coca y juega al fútbol,
prefirió la militancia sindical al ayllu de reminiscencia incaica y se
declara al mismo tiempo seguidor de Túpac Katari y convencido
marxista-leninista.
“El
presidente, si algo tiene de representación, es la construcción de su
personalidad. Y Evo Morales es la quintaesencia del mestizaje boliviano”, lo
definió el expresidente Carlos Mesa en una reciente
entrevista.
Él, mejor que
nadie, debería tener claro lo que los antropólogos repiten una y otra vez: las identidades no son esenciales, son
circunstanciales. No son categorías estáticas, sino construcciones
sociales permanentes, complejas y permeables al cambio de contexto.
La
cotidianidad de la calle es un buen antídoto contra los estériles debates entre
los que tienen el poder y los que quieren el poder. Y en Bolivia, lo
indomestizo te golpea los sentidos a cada paso. Las teces multicolores, el
guirigay de acentos y el mejunje de atuendos, músicas y comidas hacen tan
absurdo negar el mestizaje del país como sus evidentes raíces precolombinas.
El estudio Barómetro de
las Américas 2012, elaborado por el Proyecto de Opinión Pública de
América Latina (Lalop, por sus siglas en inglés), es tremendamente revelador al
respecto. En la pregunta sobre identificación racial, un 77% de los consultados
se considera “mestizo” frente a un 17% que se ve netamente indígena. Sin
embargo, al preguntar por sus raíces culturales, un 72% asevera pertenecer a
algún pueblo originario.
Como muestra
de la complejidad identitaria, este sondeo también mostró estadísticas
sorprendentes, como que uno de cada 10 indígenas bolivianos no se adscribe a
ningún clan en concreto, o que cuatro de cada 10 blancos bolivianos se sienten
parte de alguna nación ancestral. La conclusión de los autores es que la
identificación racial (indio, mestizo, negro o blanco) no es contradictoria con
el sentido de pertenencia cultural, sino más bien complementaria.
Ante la
espiral de interpretaciones antropológicas, análisis políticos y cálculos
electorales, algunas voces reclaman sentido común a los bandos en disputa y
advierten lo peligroso que es jugar con el fuego del divisionismo en un país
que en 188 años de vida republicana ha coqueteado más de una vez con el
fantasma de la desintegración. Como recuerdo, la edición
latinoamericana de la revista Time, que en 1959 sentenció: “La única
solución a los problemas de Bolivia es abolir Bolivia (y) dividirla entre sus
vecinos”.
“Es necesario
construir una nueva visión de país”, consideró Pedro Portugal, director del
periódico Pukara, que refleja las
inquietudes del mundo aimara. “Y hay que ver, sobre todo, elementos que nos
unen, porque se ha exagerado en la reflexión de los elementos que nos
separan”. (www.elconfidencial.com/mundo)
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL SECTOR HIDROCARBUROS EN VENEZUELA,
ARGENTINA Y BOLIVIA
En general los países con tradición exportadora o una
prospectiva geológica favorable en escenarios de precios altos – como los que
han prevalecido a partir del año 2003 – han tendido hacia un mayor control
estatal. Por el contrario, los países importadores con necesidades de
desarrollar su industria y atraer inversión se han inclinado por la
liberalización del sector.
Energy Press de Argentina (www.energypress.com.ar)
En los años
noventa países como la Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia promovieron la
participación privada en las actividades de exploración y producción, reformas
al régimen de transporte, refinación y distribución. Durante la última década
estos países han avanzado hacia un mayor control estatal del sector de los
hidrocarburos, lo que incluye el control de precios, la renegociación
contractual, la nacionalización de activos y el fortalecimiento del rol de la
empresa estatal en la organización del sector.
En la práctica,
tanto los países que controlan los recursos y las reservas como las empresas
petroleras que poseen la tecnología y el capital, lejos de actuar
unilateralmente, interactúan en un mercado global que resulta ser a todas luces
incierto, dinámico y competitivo. En este contexto internacional y frente a una
constante volatilidad de precios, los gobiernos buscan compaginar distintos
objetivos, que van desde maximizar su apropiación de renta petrolera hasta
atraer inversiones para desarrollar el sector, pasando por lograr el
abastecimiento del mercado interno y una producción eficiente de hidrocarburos.
Al respecto,
Alieto Guadagni de la Argentina, menciona que gracias a la vigencia de
políticas inteligentes orientadas a la producción y las inversiones en
exploración, América Latina ganó la década en petróleo y gas: “Los aumentos de
producción han sido notables en el caso del petróleo, ya que entre 2002 y 2012
la producción registró estos aumentos porcentuales, Colombia (62), Brasil (44),
Ecuador (28) y Perú (13). Pero hay dos países que no sólo no aumentaron sino
que redujeron sensiblemente su producción, Venezuela retrocedió 8 % y la
Argentina que encabeza la caída con 26 %. Pero los grandes aumentos de la
mayoría de los países compensaron estas dos caídas, y por eso América Latina
está produciendo ahora 10 % más de petróleo que hace diez años”. Y continúa
añadiendo respecto al gas: “El panorama regional es aún mejor en gas ya que
América Latina está produciendo un 30 % más que diez años antes. El aumento en
la producción lo lidera Perú (multiplicó 14 veces su producción), Bolivia y
Colombia aumentan 90 %, Brasil 60 %, Trinidad- Tobago 40 %. Por su parte
Venezuela aumenta pero poco (5 %), pero lo preocupante es que ahora la
Argentina produce 20 % menos gas que en el 2004”.
En cuanto a
Bolivia, el periódico El Deber en una extensa entrevista al Lic. Carlos
Villegas destaca lo siguiente: “El titular de la empresa más poderosa del país
reveló a EL DEBER que trabajan la posibilidad de exportar gas a través de
puerto Ilo de Perú. Explicó que el modelo económico existente en el país es un
híbrido entre el neoliberalismo y el estatismo y que tomaron en cuenta las
experiencias de la década de los 80 y de las privatizaciones. Tomamos un
principio, mantener la estabilidad macroeconómica. La inflación, el tipo de
cambio y el déficit fiscal en niveles muy bajos los diferenció de los casos de
Venezuela y Argentina”.
Como se ve, la
década fue favorable para el Estado Boliviano por la aplicación de un modelo
económico apropiado, que facilitó el desarrollo de los recursos
hidrocarburíferos, permitiendo generar beneficios económicos en función de la
apropiación de la renta petrolera. Además, permitió el financiamiento con
capitales de riesgo y la transferencia tecnológica que ofrece la parte privada.
Por otra parte, YPFB como la Primera Empresa de todos los bolivianos, para
motivar la inversión privada adoptó incentivos para aumentar la producción de
líquidos y diseñó un agresivo programa de exploración que contempla la
perforación de
pozos exploratorios, adquisiciones sísmicas 2D y 3D, magnetotelúricas y áreas
de estudio para ampliar los prospectos de nuevas reservas de gas y petróleo.
En conclusión,
podemos afirmar que la diferencia entre Argentina, Venezuela y Bolivia es
cualitativa. Es por eso que la tercera nacionalización en nuestro país se la
define como una nacionalización inteligente, ya que permitió al Estado el
control de la cadena de valor de los hidrocarburos y un fortalecimiento del rol
de la empresa estatal en la organización del sector petrolero.
AUMENTA
EXPORTACIÓN DE ALIMENTOS BOLIVIANOS A VENEZUELA
Entre
las exportaciones están: torta de soja, azúcar blanco, aceite de soja, azucares
de caña y leche en polvo alcanzaron a 147 millones de dólares.
La
Página de San Salvador (www.lapagina.com.sv)
El Instituto
Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) informó hoy que aumentó el año pasado la
venta de alimentos bolivianos a Venezuela. Las exportaciones de torta de soja,
azúcar blanco, aceite de soja, azucares de caña y leche en polvo alcanzaron a
147 millones de dólares, señala.
Mientras que
Bolivia compró diésel venezolano por un valor de 13,3 millones de dólares.
Además de asfalto natural, aceites, lubricantes, úrea y grasas. El total de las
importaciones fue de 16 millones de dólares en 2013.
El IBCE destacó que Bolivia logró un saldo comercial a favor de 131 millones de dólares. “Venezuela dejó de ser el principal proveedor de diésel para Bolivia”, agregó. Las exportaciones bolivianas a la República Bolivariana de Venezuela en el período 2008-2013 acumularon un valor de 1,624 millones de dólares, mientras que las importaciones a 1,872 millones, dejando un saldo comercial negativo de 248 millones de dólares.
El Banco Central de Bolivia, por otra parte, reportó que la deuda bilateral del país a Venezuela alcanza a 156.6 millones de dólares. China es el principal acreedor con 430.7 millones. La deuda bilateral llega a 777.7 millones de dólares.
El IBCE destacó que Bolivia logró un saldo comercial a favor de 131 millones de dólares. “Venezuela dejó de ser el principal proveedor de diésel para Bolivia”, agregó. Las exportaciones bolivianas a la República Bolivariana de Venezuela en el período 2008-2013 acumularon un valor de 1,624 millones de dólares, mientras que las importaciones a 1,872 millones, dejando un saldo comercial negativo de 248 millones de dólares.
El Banco Central de Bolivia, por otra parte, reportó que la deuda bilateral del país a Venezuela alcanza a 156.6 millones de dólares. China es el principal acreedor con 430.7 millones. La deuda bilateral llega a 777.7 millones de dólares.
SUBOFICIAL
PNP DIRIGÍA BANDA QUE ROBABA CAMIONETAS PARA VENDERLAS EN BOLIVIA
La
República de Perú (www.larepublica.pe)
El suboficial
de la Policía, Marco Antonio Alarcón Apaza (37), fue detenido ayer por dirigir
una banda que robaba modernas camionetas en Lima para revenderlas en Bolivia.
La novia del corrupto agente PNP e integrante del grupo criminal, corrió la
misma suerte.
Se trata de
Miriam Eva Quispe Palomino (31). Ella fue sorprendida en un depósito de la
avenida Canadá, en La Victoria, cuando con su pareja cambiaban las placas de un
vehículo que iban a sacar clandestinamente del país.
El general
Clever Vidal, jefe de la Dirección de Tránsito y Seguridad Vial, reveló que el
suboficial arrestado presta servicios en el puesto de control de Desaguadero,
Puno.
En poder del
custodio se descubrió las placas DOQ–686 que corresponden a un auto Yaris. Esa
matrícula iba a ser colocada a la camioneta COV–334, robada al empresario Mckay
LLanos Fermín (35), el pasado 12 de febrero en la primera cuadra del jirón Los
Pinos, en San Martín de Porres.
Se trascendió
que otros 4 integrantes de la banda ya han sido identificados.
BIELLA
PIDIÓ LA INTERVENCIÓN DELA CANCILLERÍA POR LA CESIÓN DE TIERRAS A BOLIVIA.
Radio
FM 899 de Argentina (www.fm899.com.ar)
El diputado
nacional Bernardo Biella pidió a la cancillería argentina que
intervenga en el caso de las tierras salteñas cedidas a Bolivia. El legislador
solicitó un informe a los legisladores del interior, por parte del
ministerio, para aclarar cuál es la situación. Como se recordará, en un confuso
episodio, unos 600 kilómetros cuadrados de propiedades argentinas en
Santa Victoria Oeste, quedaron del lado boliviano por un movimiento de mojones
limítrofes. Esto ocasionó que habitantes de la Argentina queden bajo la
soberanía boliviana, hecho que Gendarmería nacional no puede explicar sin
autorización del gobierno nacional. El inusual hecho, que obliga a bajar la
bandera argentina para subir la de Bolivia sobre lo que hasta hace unas semanas
era nuestro país, obligó al diputado a solicitar una reunión con la
cartera de Héctor Timerman.
Aéreo
Noticias de Perú (www.aeronoticias.com.pe/noticiero)
“A nivel
indirecto sí se puede sostener esto”, opinó Carlos Mesa Gisbert, apoyándose en
la mención que hizo el presidente de la Corte Internacional de Justicia de la
Haya, Peter Tomka, respecto a que existía un tercer país afectado, es decir,
Bolivia.
Mesa, quien es
recordado por su frase “ Ni una molécula de gas para Chile mientras no se
resuelva nuestra demanda marítima con ese país”, espera con optimismo que
Michele Bachelet, quien asumirá la presidencia de Chile el próximo mes, sea más
receptiva y retome el diálogo con el gobierno de Bolivia para tratar este tema.
Por otra parte,
el ex mandatario boliviano dijo que hasta antes del mencionado fallo que dio la
razón al Perú, existía una suerte de complejo de inferioridad en Bolivia en
relación a la diplomacia chilena, “pero cuando hay un fallo que pone en duda la
argumentación de Chile, que siempre se consideró jurídicamente impecable, esto
ha cambiado y ahora sabemos que es posible interpretar de una manera distinta a
la forma en que Chile plantea las cosas.
En este sentido
subrayó que “ La Haya ha marcado el agotamiento de una lógica internacional con
que ha operado Chile hasta ahora y que le ha planteado una pregunta por qué un
país que tiene tres vecinos y que hace gala de modernidad ha tenido serios
conflictos recientes con ellos, en los 80 con Argentina y ahora, en pleno siglo
XXI, con Perú y Bolivia.
Carlos Mesa,
vertió estas y otras declaraciones al diario La Tercera de Santiago en un
extenso reportaje que fue publicado en sábado pasado.
La Tercera de Chile (www.blog.latercera.com/blog)
En 1962,
Bolivia rompió relaciones con Chile, sin embargo en los hechos continuaron,
ahora con un Cónsul, mientras los sucesivos gobiernos bolivianos
simultáneamente “exigían” un diálogo continuo con nuestro país en aquellos
aspectos de su interés; y Chile aceptó.
Esta
anómala condición se mantuvo por años, con peores o mejores modales, según el
gobierno en ejercicio en Bolivia, hasta que el advenimiento de Evo Morales
marcó un punto de inflexión que agudizó la situación hasta hacerla
risible.
El nuevo
gobernante hizo del insulto; la descalificación y la hostilidad a las
autoridades chilenas, incluyendo a sus Presidentes, un estilo diplomático
novedoso y pseudoautóctono. Y Chile aceptó, salvo uno o dos llamados de
atención más bien benévolos.
Morales ahora
“exigió” una agenda “sin exclusiones”, es decir una en que el tema de su
aspiración marítima –que Chile oficialmente dice no aceptar-, estuviera
presente. Y Chile aceptó.
Cuando, en el
marco de esa agenda “sin exclusiones” los negociadores bolivianos acordaron una
solución para el uso de las aguas del Río Silala por parte de Chile,
súbitamente Evo y su gobierno rechazaron la propuesta sin apelación y no se
volvió a tocar el tema. Y Chile aceptó.
Cuando la
marcha de la agenda no caminó en la dirección por él exigida, rompió las
conversaciones unilateralmente y solo aceptó continuar con un tema: su
aspiración marítima. Y Chile aceptó.
Luego demandó a
Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) reclamando que el tema, la
aspiración marítima, había sido conversado tantas veces que se había
transformado en un derecho y que Chile había adquirido un compromiso con ellos.
Una vez más, esta vez con el Pacto de Bogotá de por medio, Chile aceptó.
Ahora, sin
restablecer relaciones diplomáticas y sin retirar su demanda ante la CIJ,
nuevamente “exige” diálogo directo con Chile con el propósito de que Chile le
dé una salida soberana al mar y además exige que las conversaciones se inicien
a partir de una “oferta” chilena. ¿No será como mucho?.
Aprendiendo de
su jefe, García Linera vicepresidente boliviano se explaya: “Son los agresores,
los abusivos, los que tienen la obligación de acercarse a dialogar, porque aquí
los agredidos, los invadidos siempre hemos planteado la opción del diálogo”,
Chile “tiene la obligación de acercarse a Bolivia para dialogar sobre una
solución a la centenaria demanda marítima”. El problema es que Evo insiste en
olvidarse de la Historia. Recordemos. En 1866 Bolivia recibió una generosa
tajada de territorio de manos chilenas a cambio de compartir los impuestos.
Ante reclamos bolivianos, nuevamente en 1874 se les regaló más
territorio, esta vez a cambio de exenciones impositivas específicas para
las empresas chilenas. Esto pese a que en 1873 Bolivia firmó un Tratado secreto
de alianza militar con Perú con el propósito explicito de atacar a Chile. Este
tipo de olvidos no es extraño en las autoridades de ese país, ya que como no
tienen noción de “la continuidad del estado” cada gobierno enfrenta el pasado y
presente como si fuera “tabula rasa”, no arrastran ninguna responsabilidad ni
compromiso anterior y cada gobernante específico es el comienzo y final de
todo.
No cabe duda
que Morales es un hombre meritorio, como persona y como político. Logró llegar
a la primera magistratura habiendo comenzado desde el fondo de la escala
social, económica y étnica de Bolivia. Ha logrado mantenerse y prolongarse en
el poder y con el concurso de los gobiernos bolivarianos ha alcanzado un cierto
protagonismo regional, pero de ahí a ser un líder regional, un modelo de
administrador o un estadista de gran relevancia hay un mundo de distancia, pero
él no lo percibe así. El cree que por sus méritos y condición, merece un
tratamiento especial. Cree tener derecho a ser una suerte de “Enfant Terrible”.
Ser un
presidente perteneciente a las etnias originarias de Bolivia es sin duda una
buena carta de presentación, pero sólo de presentación, luego tiene que
demostrar su excelencia como gobernante efectivo y realista, y está muy lejos
de haberlo hecho.
Durante su
visita a Moscú, el desplante en que dejó entrever la posibilidad de llevarse a
Bolivia en su avión a un prófugo norteamericano que había encontrado asilo en
Rusia (en una condición muy reluctante por parte del gobierno de Putin, que
estaba consciente de la gravedad del asunto), le valió una “tarjeta amarilla”
en que los países de Europa le marcaron sus límites.
Ahora participa
en un peligroso juego, se ha inmiscuido en las movidas de Irán para traficar
combustible atómico. Esto si es grave y ya no es para hacer bromas con
ello. Ni siquiera Lula salió bien parado cuando participó en esos juegos. Y no
vamos a comparar a Lula con Evo.
Evo lleva ya
algún tiempo insinuando su participación en el juego señalando la próxima
construcción de una planta nuclear de poder para generar energía eléctrica y
venderla a sus países vecinos (por cierto no a Chile, donde no permitirá el
envío de ni un solo electrón). Una planta atómica de poder en un país que no es
capaz de explotar eficientemente su gas natural que le permitiría genera mucha
más energía y más barata, no tiene mucho sentido mas que querer “jugar en el
patio de los niños grandes”; con el riesgo, para Bolivia y sus vecinos, de
tener a un estado incapaz de controlar la propiedad legal de los automóviles
que circulan por sus calles, ahora quiere manipular uranio enriquecido.
Estos dos
eventos muestran la pérdida de las proporciones del personaje y la
irresponsabilidad con que expone a su país a bochornos o represalias. La
desproporción entre su importancia real y su ego pueden ser fuente de problemas
bilaterales y eventualmente más allá; parece hora de no seguir su juego y
marcarle sus límites
Si quiere algo
de Chile, que explique qué quiere, cómo lo quiere, para qué lo quiere y qué
ofrece él a cambio. Obviamente esta solicitud debería ser más elaborada que
cuando habló de un enclave con el anterior gobierno de Bachelet, en que según
la prensa boliviana la petición de Morales incluía: “soberanía irrestricta; una
extensión de costa amplia de entre 10 y 30 kilómetros de frente“, "de (un)
tamaño que pueda verse en un mapa de esos que se utilizan en las escuelas; apto
para construir una ciudad, un aeropuerto y sus carreteras, varios puertos; una
playa para tomar sol y hacer negocios”. Una descripción naïve que da cuenta de
lo que en realidad es el fondo del asunto: un sentimiento; algo muy lejano a
una necesidad racional y por consiguiente, de muy difícil solución. Pero sea
como sea, ellos deben decir que quieren y que ofrecen a cambio, nosotros
podemos pasar eones tratando de adivinar sus ilusiones y muy probablemente
nunca vamos a acertar, estamos en las antípodas de la lógica.
Evo no habla
bien castellano, tiene un vocabulario muy pobre que no incluye los conceptos
técnicos y de gestión que damos por conocidos universalmente, pero que él no
maneja ni entiende. Debemos recordar que un motivo de orgullo de Evo, -así lo
manifestó él mismo-, es no haber leído nunca un libro. Basta escuchar sus
discursos y entrevistas para darse cuenta que tratar con él requiere una
aproximación especial, que supera a la política e incursiona en la
antropología. Esto puede ser duro y para algunos incluso descalificador, pero
es objetivamente real y son las características de la persona que nos está
llevando, otra vez, a La Haya y que nos amenaza con hacerlo nuevamente por una
sucesión de otros casos, incluyendo los rios Silala, Lauca, etc. y con la cual,
otra vez, estamos intentando negociar.
LA LLUVIA EN BOLIVIA, SUPERÓ TODOS LOS REGISTROS
ANTERIORES
“La región amazónica que incluye a Pando y norte de La
Paz recibió lluvias extraordinarias", aseguró un funcionario.
El Sol Online de Argentina (www.elsolonline.com)
El Servicio
Nacional de Meteorología e Hidrología de Bolivia (Senamhi) informó este lunes
que la época de lluvias superó este año todos los registros porque en los
últimos 25 días alcanzó 1.000 litros por metro cuadrado en el amazónico
departamento de Beni, norte de Bolivia.
“La región
amazónica (también incluye a Pando y norte de La Paz) recibió lluvias
extraordinarias. La temporada se prolongará hasta fines de marzo o principios
de abril”, precisó Félix Trujillo, jefe de la unidad de gestión de riesgos del
Senamhi.
Según agregó,
“ahora llueve más por lo que hay más agua en menos tiempo”.
Trujillo señaló
que en Rurrenabaque, norte de La Paz y trópico de Cochabamba se registraron
lluvias de 800 a 1.000 litros por metro cuadrado. “Lo normal era que caiga 300
litros por metro cuadrado como promedio”.
Explicó que a
diferencia de otros años la actual época de lluvias se genera en una gran masa
de humedad que proviene de la Amazonia, que al chocar con la cordillera
Oriental de Bolivia se transforma en lluvias torrenciales.
El departamento
de Beni, de 425.780 habitantes y una superficie de 213.564 kilómetros
cuadrados, con llanuras a 150 metros de altitud, es el más afectado por las
lluvias en Bolivia.
“Beni siempre
ha sido y será uno de los más afectados porque es parte de la cuenca baja del
sistema amazónico, donde escurren todos los ríos de cinco de los nueve
departamentos”, dijo Trujillo.
Trinidad,
capital de Beni, se convirtió en isla y hay amenaza de inundación por el
desbordamiento de las aguas de los ríos Mamoré e Ibaré.
El ministro de
Defensa, Rubén Saavedra, informó que existen 58.691 familias afectadas por las
lluvias. Además, la cifra de muertos aumentó a 57 los muertos. Los dos últimos
perecieron ahogados en Beni por dar socorro a sus cerdos.
También se
reportó que 130 de 339 municipios de los nueve departamentos sufrieron
destrozos de viviendas y carreteras.
AMÉRICA LATINA 2014: HACIA UNA GEOPOLÍTICA DE LA
EMANCIPACIÓN
América Latina en Movimiento (www.alainet.org/active)
A pesar de que
aún no tenemos claridad si nos encontramos ante una crisis más del sistema
capitalista, que sirva para reacomodar su tasa de ganancia, o si estamos
vislumbrando el propio sistema capitalista en crisis (y de las crisis surgen
oportunidades, pero también monstruos), lo que es cierto es que la crisis es
global y civilizatoria.
El
Vicepresidente boliviano Álvaro García Linera sostiene que el capitalismo ha
adquirido una medida geopolítica planetaria absoluta a la vez que regresa a una
acumulación primitiva perpetua, una especie de reactualización de la
acumulación originaria, a la que se suma la acumulación por desposesión de los
bienes comunes que define David Harvey (biodiversidad, agua, recursos
naturales, conocimiento…).
Por lo tanto
esta crisis se cristaliza también en un reordenamiento geopolítico, que tiende
hacia un mundo pluripolar y multicéntrico. Estamos viviendo un declive relativo
del imperialismo estadounidense y un auge de los BRICS, donde hay que destacar
a una China que ya ha desbancado a los Estados Unidos como el mayor consumidor
mundial de energía, y una Rusia extremadamente rica en petróleo, gas y
minerales, que además dentro del tablero geopolítico ha neutralizado la
diplomacia de guerra de estadounidense con tres movimientos, el asilo a
Snowden, la paralización de la agresión militar a Siria, y el apoyo a Irán,
como nos recordaba recientemente Atilio Boron en su balance de 2013.
Lo que es
cierto es que este desplazamiento geopolítico se une a la crisis en un
sistema-mundo capitalista cuyo Norte no puede sostener su Estado del Bienestar
en la medida en que el Sur recupera su soberanía política, económica y
territorial, en la medida en que el Norte ya no puede explotar a los pueblos,
las personas y la naturaleza del Sur.
En los próximos
años estos dos factores (crisis y geopolítica) se van a ver intrínsecamente
ligados en América Latina en la medida en que el subcontinente tiene la mitad
de las reservas de agua del planeta y una gran riqueza en recursos naturales,
minerales, petróleo y biodiversidad.
De hecho, nada
es casualidad, y los nuevos golpes del Siglo XXI, Haití en 2004, Honduras en
2009 y Paraguay en 2012, además de los golpes/agresiones a los procesos de
cambio de Venezuela en 2002, Bolivia en 2008 y Ecuador en 2010, están
estrechamente vinculados con la perdida de hegemonía imperialista, la
recuperación de soberanía de América Latina y el reacomodo geopolítico.
Integración
latinoamericana
Si bien el año
2013 fue un año marcado por la muerte del Comandante Chávez a la vez que la
demostración de la plena vigencia del chavismo, el año 2014 se presenta como un
año de transición, relativa también, marcado por 7 procesos electorales en el
subcontinente.
En primer lugar
tenemos Centroamérica, con segundas vueltas en marzo en El Salvador, donde se
espera una victoria del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, que
esta vez sí se presenta con un candidato con el ADN del Frente, Salvador
Sánchez Cerén, el ex guerrillero Comandante Leonel; asimismo en Costa Rica en
abril a pesar de la decepción de que la izquierda articulada en el Frente
Amplio no haya pasado a segunda vuelta, si esta da su apoyo al PAC, podría
producirse una victoria del centro-izquierda en un año que Costa Rica ostenta
la presidencia de la CELAC. El tercer país centroamericano con elecciones es
Panamá en el mes de mayo donde no se esperan grandes cambios en la orientación
de su gobierno.
En mayo
también, y pasando a Sudamérica, se celebran elecciones en Colombia, con una
mirada puesta en Cuba, donde lo importante es reforzar los Diálogos de Paz de
La Habana entre el gobierno de Santos y la insurgencia de las FARC-EP que puedan
conducir a un escenario de verdadera democracia y justicia social para el
pueblo colombiano después de más de 50 años de desgarrador conflicto
político-militar. Asimismo octubre es otro mes clave, pues prácticamente de
manera simultánea se celebran elecciones en Brasil, donde cada vez está más
claro que el proyecto político del PT va más allá del lulismo; Uruguay, donde
el Frente Amplio de izquierda celebrará con una nueva victoria los 10 años en
el gobierno; y Bolivia, donde se espera una aplastante victoria electoral del
proceso de cambio liderado por Evo Morales y el MAS.
Además de todos
estos procesos electorales, el 2014 comienza con la asunción de Michelle
Bachelet como Presidenta de Chile, un país convertido en el Israel de
Sudamérica, que tiene la oportunidad ahora de mirar más hacia los mecanismos de
integración latinoamericana como UNASUR y CELAC, y menos a una Alianza del
Pacifico de la que es miembro fundador.
Alianza del
Pacifico que no es sino un mecanismo impulsado por los Estados Unidos para
reeditar un Área de Libre Comercio de las Américas que junto al Plan Colombia y
las bases militares en torno a la Amazonia, pretende recuperar el terreno
perdido por el imperialismo desde la derrota del ALCA en Mar del Plata 2005 y
la conformación del ALBA en 2006.
Pero el ALBA,
UNASUR y la propia CELAC, que en la reciente Cumbre de La Habana demostró que
se consolida como un importante mecanismo de concertación política que va
sustituyendo progresivamente a la propia OEA (logrando una importante victoria
diplomática para la revolución cubana), tienen el reto de precisamente pasar de
ser instrumentos de concertación a verdaderos mecanismos de integración
política y económica a nivel latinoamericano.
Si bien ese es
el reto general, hay otros desafíos estructurales entre los que destaca el
debate sobre el modelo de desarrollo de los procesos de cambio en el
continente. Es importante pensar desde la izquierda un nuevo modelo que combine
el derecho al desarrollo de pueblos que han sido expoliados durante 500 años de
colonización y 20 de neoliberalismo en un equilibrio con los Derechos de la
Madre Tierra. Pero todo ello desde una conciencia antiimperialista,
anticolonial y anticapitalista, porque como nos recuerda Isabel Rauber, la
ecología no puede estar separada del modo de producción y reproducción de la
vida social.
Y entre los
desafíos concretos para lograr una verdadera integración latinoamericana, están
los casos de (neo)colonialismo que persisten en el continente, la independencia
de Puerto Rico; el fin de la ocupación británica de las Malvinas y del bloqueo
criminal contra Cuba; o la resolución en clave pacífica y negociada del
enclaustramiento boliviano, encaminarán a América Latina hacia la plena
independencia y soberanía.
En definitiva,
todo lo anterior debe servir para romper el paradigma de la democracia liberal,
construyendo una democracia continental real, viva, dinámica, de alta
intensidad que deje atrás las democracias fosilizadas que promueve la Alianza
del Pacifico y la derecha continental, y conviertan los diferentes procesos de
cambio del continente en un proceso de cambio continental.
Bolivia 2014
Y es
precisamente el proceso de cambio que se vive en Bolivia el que más tiene en
juego en este 2014 con unas elecciones en las que aunque en principio no está
en riesgo la perdida de la conducción política del mismo, sí tiene otros
dilemas que ir resolviendo.
En clave
geopolítica, Bolivia transita entre la plena implicación en los mecanismos de
coordinación del ALBA, a través de una estrecha relación con Cuba y Venezuela,
y un vínculo cada vez más fuerte con Brasil como forma de acercamiento al
Mercosur y especialmente a los BRICS. Todo ello con un discurso claramente
antiimperialista y anticolonial.
En clave de
proyecto, el reto está en pasar de la revolución política y descolonizadora que
lidera Evo Morales, a una revolución social que profundice aún más en el modelo
de Estado Plurinacional y en el nuevo modelo económico, pilar fundamental de la
nueva Constitución Política.
Porque es
difícil, como reflexiona el compañero Hugo Moldiz, construir socialismo a
partir del capitalismo de Estado dentro de un capitalismo planetario. Pero el
reto está ahí, en cómo construir ese socialismo comunitario bajo el horizonte
del Vivir Bien, en como continuar el desmontaje de un Estado heredado colonial
y patriarcal, construyendo y refundando un nuevo Estado sobre las ruinas del
anterior. Y la principal amenaza para construir este socialismo comunitario no
viene de la restauración conservadora, de una derecha derrotada política y
militarmente entre 2008 y 2009, sino de la izquierda lightberal, de la
instalación de una nueva socialdemocracia similar a la europea que busque más
la consolidación de una concepción liberal de la democracia que la
profundización del proceso. Es crucial la lucha emprendida contra la pobreza y
continuar la senda del crecimiento económico, pero siempre si es bajo un
horizonte poscapitalista que radicalice el proceso de cambio.
En cualquier
caso, y dada la más que previsible victoria de Evo Morales en las elecciones
presidenciales de octubre (actualmente la popularidad y posible intención de
voto del Presidente se sitúa en torno al 60%), en estos momentos lo importante
es continuar la buena gestión gubernamental traducida en políticas publicas y en
los numerosos eventos internacionales programados para este 2014.
En junio se va
a celebrar en Santa Cruz, ciudad del oriente boliviano donde hace pocos años
hubiera sido impensable el trabajo conjunto entre el ejecutivo, legislativo y
los sectores de oposición regional, una importantísima Cumbre del G77+China por
el 50 aniversario de este organismo de coordinación intergubernamental. Ya han
confirmado su asistencia los presidentes Raúl Castro, Nicolás Maduro, Cristina
Fernández y Rafael Correa, y se espera la presencia de más de 20 presidentes de
todo el mundo junto a delegados/as de los 133 países que conforman el
G77+China. Además, en julio en Cochabamba se realizará un encuentro sindical
internacional coordinado junto a la Federación Sindical Mundial (FSM) con la
presencia de sindicatos que cuentan millones de afiliados de India, China y
otras partes del mundo. Finalmente, y ya en plena campaña electoral, a finales
de agosto se celebrará en La Paz el Foro de Sao Paulo, foro que cumple 20 años
en 2014, reuniendo a los principales partidos de izquierda del continente,
muchos de ellos en tareas de gobierno.
Desafíos
Volviendo a la
mirada regional, es obvio que nos encontramos ante un proceso político de
alcance continental que no es lineal, que tiene avances y retrocesos. Proceso
continental con un motor que son los procesos de cambio y los países del ALBA,
y un freno que son los países de la Alianza de Pacifico. Alianza que hay que
erosionar trabajando estrechamente con los pueblos, movimientos sociales y
organizaciones de izquierda de México, Colombia, Perú y Chile.
Pero el freno a
los procesos de cambio no se da simplemente desde el desgaste a la integración
continental y la apertura de áreas de libre comercio con Estados Unidos y la
Unión Europea, sino que con los recientes sucesos de Venezuela, con el golpe de
Estado encubierto que ya ha dejado varios muertos y decenas de heridos, tenemos
la demostración palpable de que la derecha y el imperialismo no han tardado en
recuperarse de su última derrota electoral de diciembre y no van a parar de
golpear y desgastar al gobierno bolivariano y al chavismo en general, en un
laboratorio venezolano de las prácticas contrarrevolucionarias que después
podrían ser aplicadas en Bolivia.
Porque estos
procesos de cambio han producido importantísimos cambios, la refundación del
Estado y nacionalización de los recursos naturales, y con ellos la recuperación
de la soberanía, pero no son suficientes. Es necesario irradiar el sentido
común de época de los procesos de cambio al resto de países del continente.
Tenemos que pasar de la voluntad de poder a la consolidación hegemónica de los
proyectos de cambio rupturistas, en una transición desde los proyectos
posneoliberales a los proyectos anticapitalistas. Para ello hace falta mucha
audacia, y como recuerda García Linera, reivindicar la dimensión heroica de la
política. O convertimos estos procesos en irreversibles, o el enemigo seguirá
buscando la desestabilización y retroceso de los mismos.
Esa dimensión
heroica de la política pasa necesariamente por asumir las tensiones y
contradicciones al interior de cada proceso. Es muy fácil sacar el lápiz rojo
para señalar lo que está mal, pero la dirección y el sentido común de cada
proceso se disputa desde dentro. No hay un afuera de los procesos de cambio y
las fuerzas revolucionarias y transformadoras al interior deben empujar para
impulsarlos desde abajo y hacia la izquierda.
En ese sentido,
son también numerosos los retos que tenemos para este 2014. En el ámbito de los
partidos políticos el ya mencionado Foro de Sao Paulo en Bolivia; en el ámbito
de los movimientos sociales la coordinación continental de ALBA Movimientos se
reunirá a finales de marzo en Colombia además de organizar un encuentro
latinoamericano de escuelas de formación política en Venezuela y un encuentro
de economía autogestionada en Argentina, todo ello en el primer semestre de
2014. Para el segundo semestre, la Red de Redes de Intelectuales, Artistas y
Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad prepara un encuentro al
cumplirse de los 10 años de conformación de la Red en diciembre de 2004 en
Caracas junto al Comandante Chávez. Y si bien la agenda política, social e
intelectual es densa y llena de propuestas, seguimos teniendo el reto de cómo
articular estos espacios en un nivel de coordinación más amplio, una
internacional de partidos, movimientos e intelectuales orgánicos que ayude a
pensar mejor las propuestas para la transición hacia un nuevo proyecto político
pos y anticapitalista.
Tenemos
límites, demasiados límites, tanto externos derivados del propio sistema-mundo
capitalista, como internos propios de las particularidades de cada proceso e
inherentes a la propia izquierda. Pero estamos acumulando, y solo a partir de
la acumulación de estas experiencias, de las tensiones (creativas) y
contradicciones, podrá surgir algo nuevo. Y ese algo nuevo traerá nuevas formas
de entender la democracia, la economía y el Estado. Mientras tanto, solo queda
seguir trabajando en defensa de nuestros procesos de cambio y de un nuevo orden
geopolítico, tampoco exento de contradicciones, pero que supone un avance
respecto al orden anterior.
LA COCAÍNA LÍQUIDA IBA CON DESTINO A SANTIAGO DE CHILE
La banda narco pretendía enviarla a Europa. El valor
total superaría los 24.000.000 de dólares.
El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.info/salta)
Las
repercusiones son casi tan grandes como el cargamento secuestrado el sábado
pasado en Salvador Mazza de 600 kilos de cocaína líquida en un camión
boliviano.
El Tribuno pudo acceder a información de Gendarmería Nacional que
confirmó que de la droga incautada se podían sacar 609 kilos sólidos para ser
vendida en el extranjero en una cifra millonaria.
Si bien el caso
está bajo secreto de sumario, este matutino pudo saber que el cargamento que
viajaba a bordo de un camión Volvo bordó, de origen boliviano, tenía como
destino Santiago de Chile y no el puerto de Campana, en Buenos Aires, como
había trascendido.
La banda narco,
que está siendo investigada, pretendía enviarla al viejo continente por el
Pacífico, cuyo valor total superaría los 24.000.000 de dólares en el destino
final.
Si bien se
desconoce la identidad del chofer que manejaba el vehículo, se confirmó que
reside en Bolivia y que la sustancia venía procedente de Santa Cruz de la
Sierra.
Además de la
droga, el camión tanque boliviano llevaba alcohol en gran cantidad, para
justificar el viaje.
Con respecto al
rodado, se supo que ya hubo otros procedimientos en Salvador Mazza que
finalizaron con éxito después de inspeccionar los diferentes sectores de los
camiones tanque bolivianos.
El operativo
La incautación
de la cocaína en estado líquido se produjo el sábado pasado a la 1 en el río
Caraparí.
Tiempo antes
del hallazgo, los efectivos del Escuadrón 61 recibieron un alerta desde Bolivia
e iniciaron un minucioso control en la zona fronteriza que terminó con el
decomiso de 599 kilos y 700 gramos de esa droga, además de la detención del
conductor.
Tras encontrar
la carga, los uniformados llevaron el vehículo a la Sección Vial donde lo requisaron
en profundidad y constataron que uno de los tanques de combustible se hallaba
desconectado y con signos de haber sido manipulado.
Luego, el perro
detector de narcóticos, llamado Horco, olfateó el rodado y a la altura de la
parte trasera del tanque reaccionó como lo hace cada vez que hay
estupefacientes, por lo que el material hallado fue estudiado y el resultado
del narcotest arrojó positivo.
Gendarmería
Nacional lo consideró como un importante avance en su lucha contra el
narcotráfico debido a que el último secuestro de cocaína líquida en ese lugar
se había registrado en 1996, cuando un grupo de personas llevaba la droga en
botellas de vino chileno.
El Juzgado
Federal de San Ramón de la Nueva Orán dispuso que el camión Volvo quede
secuestrado y solicitó que el conductor del vehículo sea apresado.
¿QUÉ PAÍSES LATINOAMERICANOS SE REPARTIRÁN LA INVERSIÓN
ESPAÑOLA?
Que América Latina seguirá
acaparando buena parte de la fuerza inversora española está fuera de toda duda
pero, ¿cuáles serán los países que se llevarán la mayor parte del pastel? El
VII Informe Panorama de Inversión Española en Latinoamérica 2014 apunta a
México, Brasil y Colombia como principales focos del dinero de las grandes
empresas nacionales en la región.
Mastermas de España (www.mastermas.com)
El año 2012
marcó un hito en la inversión española en América Latina. Por primera vez en
mucho tiempo la crisis llevó a las grandes empresas a congelar los flujos de
capital hacia la región. Dos años después la situación es bien distinta y, tal
y como señala el VII Informe Panorama de Inversión Española en Latinoamérica
2014 elaborado por IE Business School en colaboración con la Casa de América,
Airfrance y KLM. [Ver oferta de Executive MBA]
Como es lógico
y como ha venido siendo habitual hasta la fecha, la inversión española no se
repartirá de forma homogénea. Las empresas acuden allí donde ven más
posibilidades de negocio y hasta ahora esto ha ocurrido en México y Brasil, los
dos países que mayor número de corporaciones nacionales acumulan. Chile,
Colombia y Argentina figuran a continuación, si bien en los últimos años Perú y
Panamá han destacado como centros de inversión por su crecimiento económico el
primero y por las posibilidades comerciales relacionadas con la reapertura de
su canal, el segundo.
Entre todos
estos México, Brasil y Colombia son los
destinos que más verán incrementada la inversión española en 2014, con
especial mención a Ecuador y Bolivia, que si bien no acumulan grandes cifras sí
que aparecen, por fin, como destino del dinero empresarial. Estos países están
alineados con los que las empresas esperan que tengan un mayor crecimiento
económico. De hecho, los componentes de la Alianza del Pacífico, formada por
Chile, México, Colombia y Perú, son los que mejor lo harán en 2014, seguidos de
cerca por Brasil. En el lado contrario, Venezuela y Argentina son los que más
dudas suscitan, tanto por motivos políticos como por la inestabilidad de sus
divisas. [Ver oferta de MBA Internacional]
Entre los datos
más sorprendentes del estudio figura que pese a las advertencias de los
economistas sobre los problemas para la región derivados de un menor consumo, apenas un 46% de las empresas cree que la
evolución mundial le afectará negativamente, algo que sí pensaba el 60%
hace un año. En el fondo de la cuestión se encuentra la Reserva Federal
Estadounidense, que ha dado signos de que seguirá con su actual política
monetaria, algo que el reciente nombramiento de Janet Yellen, defensora de las
expansiones monetarias, parece certificar.
Esta fe en
Latinoamérica hace que un 90% de las
empresas asegure que aumentará su cifra de negocio en la región durante
los próximos tres años. La importancia de estos países hace que un 74% estime
que este mismo año la facturación América Latina puede superar a la de España,
si bien esto supone un retroceso de siete puntos respecto a 2013. Esta
tendencia no tiene tanto que ver con las estimaciones para la región como con
el inicio de la recuperación del consumo en España.
Por países el
informe destaca de Brasil, México y Colombia su floreciente mercado interno,
impulsado por el avance de la clase media. México vuelve a ser el país más
competitivo gracias a sus acuerdos de libre comercio y también figura como la
ubicación más ventajosa. Por su parte, Chile
es el que tiene una mano de obra más cualificada, con Santiago de Chile
como la ciudad más segura junto con Miami.
Este es un tema
más importante de lo que pueda pensarse, ya que la inseguridad, tanto ciudadana
como jurídica son dos de los hándicap más mencionados por parte de las
empresas.
El informe
también muestra una diversificación en
la estrategia de internacionalización de las empresas españolas, pues
por primera vez los directivos aseguran tener planes y previsiones de crecer en
Asia, África y Norteamérica. Precisamente la presencia en algunos países clave
como México o Chile, por sus materias primas, pueden servir como puente de
entrada en algunas de estas regiones.
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