El Presidente Hugo Chávez insistió en que mediante el acuerdo militar entre Estados Unidos y Colombia, el gobierno norteamericano tendrá abiertas las puertas para realizar operaciones bélicas que podrían poner en peligro la soberanía e integridad de los países vecinos, fundamentalmente de Venezuela. Este sometimiento del Presidente Alvaro Uribe al Gobierno de Estados Unidos podría derivar en un enfrentamiento bélico entre Colombia y Venezuela.
Aseguran que Colombia ganaría si va a la guerra con Venezuela. "Venezuela no tiene capacidad militar para un conflicto bélico con nadie'', aseguró el experto militar venezolano y ex vicealmirante Iván Carratú Molina al diario El Nuevo Herald. Además destacó que por cada soldado venezolano hay cinco soldados colombianos "entrenados en una guerra civil de más de tres décadas''.
Una confrontación bélica entre Venezuela y Colombia está convirtiéndose en una hipótesis cada vez más real, incluso con pronósticos de que podría tener lugar tan pronto como a mediados del 2010, con pocas posibilidades de éxito para el presidente Hugo Chávez, indicaron expertos militares y reportes de inteligencia.
Para el vicealmirante retirado Iván Carratú Molina, experto militar venezolano, a pesar de las costosas adquisiciones de equipo militar por parte de Chávez, "Venezuela no tiene capacidad militar para un conflicto bélico con nadie''.
De acuerdo con Carratú, por cada soldado venezolano hay cinco soldados colombianos "entrenados en una guerra civil de más de tres décadas''.
En contraste, los militares venezolanos "están muy mal preparados, no tienen equipamiento militar. Y saben que si van a la frontera van a perder.", indicó Carratú.
Igualmente advirtió que el presidente venezolano corre el riesgo de que los militares "se nieguen a ir a la guerra con Colombia y echarse para atrás'', con lo cual "comenzaría la caída de Chávez''.
Destacó que pocas unidades de la flotilla de 24 Sukhoi, y los ya existentes cazas F-16 se encuentran en fase operativa y en condiciones de sostener una guerra prolongada.
Carratú explicó que, en comparación, la flotilla de aviones KFIR de la aviación colombiana podría alcanzar al extremo oriental de Venezuela saliendo desde la base colombiana de Palanquero, sin reabastecimiento.
"Eso significa que pueden atacar la represa de Guri [la principal productora de electricidad en Venezuela], las refinerías de Amuay y Cardón, el puente sobre el lago de Maracaibo, y dejarnos fuera de combate'', dijo Carratú. "Y eso sin contar con el apoyo que recibiría Colombia de Estados Unidos''.
El llamado de Chávez a sus correligionarios el pasado 8 de noviembre a prepararse para la guerra con Colombia, como reacción al acuerdo militar entre ese país y Estados Unidos, encendió la alarma en los sectores militares de ambos países y en círculos diplomáticos internacionales.
"No perdamos un día en nuestra principal misión: prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra, porque es responsabilidad de todos'', dijo Chávez durante su programa semanal de radio y televisión Aló Presidente hace dos semanas.
En menos de un mes, por lo menos cinco incidentes han elevado las tensiones en la frontera entre Venezuela y Colombia.
A mediados de octubre, 11 colombianos fuesen secuestrados y asesinados en la frontera venezolana en el estado Táchira. El 2 de noviembre, atacantes mataron a dos militares venezolanos en un puesto fronterizo cerca de Cúcuta. Once días después, autoridades colombianas detuvieron a cuatro militares venezolanos acusándolos de espías. A la semana, dos puentes peatonales fronterizos fueron dinamitados por unidades del ejército venezolano.
Tanto Colombia como Venezuela han enviado refuerzos y tropa a varias zonas fronterizas. Mientras el pasado sábado el presidente colombiano Alvaro Uribe hacía un llamado a la distensión durante una visita a la frontera en Cúcuta, Chávez anunciaba el domingo la inminente llegada de unos 300 vehículos blindados y tanques T-72 de fabricación rusa, que se unen a los 24 aviones caza Sukhoi, los 50 helicópteros de combate y los 100,000 fusiles de asalto Kalashnikov que Venezuela ha comprado a Moscú desde el 2005. "Para Colombia el discurso de Chávez es una amenaza de agresión, claramente'', dijo a El Nuevo Herald Rafael Pardo, ex ministro de Defensa de Colombia, y actual candidato por el Partido Liberal. Durante una visita esta semana a la frontera, Pardo fue brevemente retenido por oficiales venezolanos.
Pardo dijo que personalmente verificó que las actuaciones de la Guardia Nacional de Venezuela ‘‘son claramente hostiles hacia los colombianos''.
Sin embargo, precisó que el discurso bélico "solamente lo habla el gobierno de Venezuela'', ya que "nadie en Colombia habla de guerra, nadie quiere una guerra''.
Adam Isaacson, director del programa para Colombia del Centro de Política Internacional, con sede en Washington, D.C., advirtió que un escenario de guerra limitada "es mucho más posible que antes'', y podría provocar cientos de muertes en batallas fronterizas de pocos días.
"Una guerra total en que los ejércitos se enfrenten y haya bombardeos en las ciudades principales y que dure por semanas o meses, no veo eso como escenario probable'', dijo Isaacson a El Nuevo Herald. "Pero un pulso, una batalla para que un lado trate de mostrar su poderío militar sobre el otro, que acaba rápidamente pero que tiene un alto costo en vidas, es más probable cada día''.
"Lo que viene buscando Chávez es prender una chispa que genere un conflicto de baja intensidad'', coincidió en señalar Diego Arria, ex diplomático venezolano que presidió el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Según Arria, el objetivo es concentrar la atención de los venezolanos en un posible conflicto en la frontera con Colombia, y desviarla de los problemas reales del país, como "el estancamiento de la economía, el incremento de la violencia y el desmantelamiento de las instituciones''.
El diplomático basado en Nueva York advirtió también sobre una maniobra de Chávez para militarizar la frontera y justificar la toma de dos gobernaciones, Táchira y Zulia, que están bajo control de la oposición.
"Las fuerzas armadas colombianas siempre han estudiado escenarios de guerra con Venezuela, pero sólo están tomándolos en serio desde hace poco'', dijo a El Nuevo Herald Andy Webb-Vidal, analista de seguridad para Jane's, la más importante publicación de defensa y temas militares a nivel internacional.
El analista citó en su más reciente reporte a fuentes de inteligencia colombianas que aseguran que un conflicto entre Venezuela y Colombia podría tener lugar tan pronto como mediados del 2010.
Webb-Vidal dijo que en un conflicto corto, Venezuela tendría una mayor ventaja táctica frente a Colombia.
"Venezuela sólo tendría que realizar un ataque fronterizo y ocupar territorio colombiano por pocas horas, y eso bastaría para que Chávez pudiera presentarlo como una victoria militar'', indicó el analista.
En una guerra mas prolongada, la ventaja se inclinaría hacia Colombia, en buena parte debido al respaldo que recibiría de Estados Unidos.
"Sin lugar a duda los Estados Unidos apoyarían a Colombia con inteligencia electrónica y satelital'', aseguró Webb-Vidal. "De hecho, ya lo están haciendo''. El Nuevo Herald de Estados Unidos (http://www.elnuevoherald.com/)
Una confrontación bélica entre Venezuela y Colombia está convirtiéndose en una hipótesis cada vez más real, incluso con pronósticos de que podría tener lugar tan pronto como a mediados del 2010, con pocas posibilidades de éxito para el presidente Hugo Chávez, indicaron expertos militares y reportes de inteligencia.
Para el vicealmirante retirado Iván Carratú Molina, experto militar venezolano, a pesar de las costosas adquisiciones de equipo militar por parte de Chávez, "Venezuela no tiene capacidad militar para un conflicto bélico con nadie''.
De acuerdo con Carratú, por cada soldado venezolano hay cinco soldados colombianos "entrenados en una guerra civil de más de tres décadas''.
En contraste, los militares venezolanos "están muy mal preparados, no tienen equipamiento militar. Y saben que si van a la frontera van a perder.", indicó Carratú.
Igualmente advirtió que el presidente venezolano corre el riesgo de que los militares "se nieguen a ir a la guerra con Colombia y echarse para atrás'', con lo cual "comenzaría la caída de Chávez''.
Destacó que pocas unidades de la flotilla de 24 Sukhoi, y los ya existentes cazas F-16 se encuentran en fase operativa y en condiciones de sostener una guerra prolongada.
Carratú explicó que, en comparación, la flotilla de aviones KFIR de la aviación colombiana podría alcanzar al extremo oriental de Venezuela saliendo desde la base colombiana de Palanquero, sin reabastecimiento.
"Eso significa que pueden atacar la represa de Guri [la principal productora de electricidad en Venezuela], las refinerías de Amuay y Cardón, el puente sobre el lago de Maracaibo, y dejarnos fuera de combate'', dijo Carratú. "Y eso sin contar con el apoyo que recibiría Colombia de Estados Unidos''.
El llamado de Chávez a sus correligionarios el pasado 8 de noviembre a prepararse para la guerra con Colombia, como reacción al acuerdo militar entre ese país y Estados Unidos, encendió la alarma en los sectores militares de ambos países y en círculos diplomáticos internacionales.
"No perdamos un día en nuestra principal misión: prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra, porque es responsabilidad de todos'', dijo Chávez durante su programa semanal de radio y televisión Aló Presidente hace dos semanas.
En menos de un mes, por lo menos cinco incidentes han elevado las tensiones en la frontera entre Venezuela y Colombia.
A mediados de octubre, 11 colombianos fuesen secuestrados y asesinados en la frontera venezolana en el estado Táchira. El 2 de noviembre, atacantes mataron a dos militares venezolanos en un puesto fronterizo cerca de Cúcuta. Once días después, autoridades colombianas detuvieron a cuatro militares venezolanos acusándolos de espías. A la semana, dos puentes peatonales fronterizos fueron dinamitados por unidades del ejército venezolano.
Tanto Colombia como Venezuela han enviado refuerzos y tropa a varias zonas fronterizas. Mientras el pasado sábado el presidente colombiano Alvaro Uribe hacía un llamado a la distensión durante una visita a la frontera en Cúcuta, Chávez anunciaba el domingo la inminente llegada de unos 300 vehículos blindados y tanques T-72 de fabricación rusa, que se unen a los 24 aviones caza Sukhoi, los 50 helicópteros de combate y los 100,000 fusiles de asalto Kalashnikov que Venezuela ha comprado a Moscú desde el 2005. "Para Colombia el discurso de Chávez es una amenaza de agresión, claramente'', dijo a El Nuevo Herald Rafael Pardo, ex ministro de Defensa de Colombia, y actual candidato por el Partido Liberal. Durante una visita esta semana a la frontera, Pardo fue brevemente retenido por oficiales venezolanos.
Pardo dijo que personalmente verificó que las actuaciones de la Guardia Nacional de Venezuela ‘‘son claramente hostiles hacia los colombianos''.
Sin embargo, precisó que el discurso bélico "solamente lo habla el gobierno de Venezuela'', ya que "nadie en Colombia habla de guerra, nadie quiere una guerra''.
Adam Isaacson, director del programa para Colombia del Centro de Política Internacional, con sede en Washington, D.C., advirtió que un escenario de guerra limitada "es mucho más posible que antes'', y podría provocar cientos de muertes en batallas fronterizas de pocos días.
"Una guerra total en que los ejércitos se enfrenten y haya bombardeos en las ciudades principales y que dure por semanas o meses, no veo eso como escenario probable'', dijo Isaacson a El Nuevo Herald. "Pero un pulso, una batalla para que un lado trate de mostrar su poderío militar sobre el otro, que acaba rápidamente pero que tiene un alto costo en vidas, es más probable cada día''.
"Lo que viene buscando Chávez es prender una chispa que genere un conflicto de baja intensidad'', coincidió en señalar Diego Arria, ex diplomático venezolano que presidió el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Según Arria, el objetivo es concentrar la atención de los venezolanos en un posible conflicto en la frontera con Colombia, y desviarla de los problemas reales del país, como "el estancamiento de la economía, el incremento de la violencia y el desmantelamiento de las instituciones''.
El diplomático basado en Nueva York advirtió también sobre una maniobra de Chávez para militarizar la frontera y justificar la toma de dos gobernaciones, Táchira y Zulia, que están bajo control de la oposición.
"Las fuerzas armadas colombianas siempre han estudiado escenarios de guerra con Venezuela, pero sólo están tomándolos en serio desde hace poco'', dijo a El Nuevo Herald Andy Webb-Vidal, analista de seguridad para Jane's, la más importante publicación de defensa y temas militares a nivel internacional.
El analista citó en su más reciente reporte a fuentes de inteligencia colombianas que aseguran que un conflicto entre Venezuela y Colombia podría tener lugar tan pronto como mediados del 2010.
Webb-Vidal dijo que en un conflicto corto, Venezuela tendría una mayor ventaja táctica frente a Colombia.
"Venezuela sólo tendría que realizar un ataque fronterizo y ocupar territorio colombiano por pocas horas, y eso bastaría para que Chávez pudiera presentarlo como una victoria militar'', indicó el analista.
En una guerra mas prolongada, la ventaja se inclinaría hacia Colombia, en buena parte debido al respaldo que recibiría de Estados Unidos.
"Sin lugar a duda los Estados Unidos apoyarían a Colombia con inteligencia electrónica y satelital'', aseguró Webb-Vidal. "De hecho, ya lo están haciendo''. El Nuevo Herald de Estados Unidos (http://www.elnuevoherald.com/)
EVO MORALES VA A POR UNA NUEVA HEGEMONÍA
Frente a una oposición dividida, desorientada e impotente, el Movimiento al Socialismo (MAS) busca su reelección en las elecciones de diciembre. El triunfo del oficialismo consolidaría una nueva hegemonía, para reparar las injusticias sociales acumuladas en 500 años de historia.
Prensa del Mercosur (www.prensamercosur.com.ar/apm)
Si hay algo que no puede discutirse es la legitimidad popular del actual gobierno boliviano encabezado por el presidente Evo Morales: he ahí su gran fuerza, la única que vale.
En cuatro años de gestión, el mandatario se ha sometido a igual número de consultas y sondeos, comenzando por la que lo llevara al poder -en diciembre de 2005-, cuando por primera vez un candidato lograba imponerse con más del 50 por ciento de aceptación.
Casi tres años después, arriesgando su gestión en un Referéndum Revocatorio –la valentía del presidente se cobra en factura aparte- , Morales superaba el 67 por ciento de respaldo popular.
El mandatario boliviano arrasa cuando se somete a las urnas y eso sepulta los intentos opositores de asimilar su imagen a la de un dictadorzuelo autoritario.
La otra gran crítica con pretensiones deslegitimantes de una oposición desorientada y fragmentada -el fraude electoral- acaba de ser borrada del mapa por una talentosa iniciativa del presidente: la implementación del Padrón Nacional Electoral.
El nuevo instrumento se basa en un registro biométrico de los votantes, que incorpora datos referidos a la identidad de la persona y las combina con una foto digital; huellas dactilares y firma.
Desde su aprobación el 14 de abril de 2009, el órgano electoral boliviano ha registrado a casi 5 millones de personas -incluyendo a 170 mil residentes bolivianos en el extranjero- y ha posibilitado la incorporación de pobladores rurales antes olvidados, mediante una campaña que utilizó unidades móviles de empadronamiento.
En resumen, el Padrón Biométrico ha permitido engrosar las nóminas electorales con un millón y medio más de votantes respecto de la última elección –referéndum constitucional de enero de 2009- y ha destrozado cualquier intento de apelar al fraude como argumento descalificador.
Y si faltaba algo para dar lustre a la iniciativa presidencial, funcionarios gubernamentales de Argentina y de Chile manifestaron el interés por repetir el modelo de empadronamiento biométrico en sus respectivos países. La destrucción de los principales argumentos opositores, sumado a su pobreza franciscana para formular propuestas que no los asocien con lo más repugnante del neoliberalismo, explican que los sondeos privados otorguen al actual mandatario una preferencia electoral superior al 50 por ciento con una ventaja que oscila entre los 25 y 30 puntos porcentuales sobre sus competidores.
Y como las leyes bolivianas estipulan que si un candidato supera el 40 por ciento -con más de un 10 por ciento de ventaja sobre el segundo- evita la segunda vuelta, la fórmula oficial Morales- Linera tendría el camino allanado hacia un segundo mandato.
Esa situación de desventaja previa casi invisibiliza a los candidatos opositores Manfred Reyes Villa, de Plan Progreso para Bolivia Convergencia Nacional (PPB-CN); Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN), y René Joaquino, de la Alianza Social (AS), quienes no han podido –o no han sabido- consolidar un partido único que les permita competir más dignamente.
La violencia preelectoral acompaña la impotencia. Así, el jueves 12 de noviembre, un grupo atacó el sitio dónde se preparaba un acto proselitista a favor de Evo Morales y dónde el principal orador sería el vicepresidente García Linera.
En el lugar, emplazado cerca de la pública Universidad Gabriel René Moreno, en el centro de Santa Cruz de la Sierra, quedaron heridos y destrozos que obligaron a la suspensión del evento.
La candidata a senadora nacional Gabriela Montaño (MAS) responsabilizó por los hechos a adherentes de su homólogo por Santa Cruz, Germán Antelo (PP) –respalda la candidatura presidencial de Manfred Reyes Villa-. Esos hechos retrotrajeron al clima político reinante en Santa Cruz en setiembre de 2008, cuando se produjo el intento de golpe de Estado cívico prefectural.
La innegable ventaja de Evo Morales provocó que la pugna electoral se centre en la elección legislativa, dónde están en juego las bancas de 130 diputados y 36 senadores.
Si una oposición significativa, el gobierno hizo una firme apuesta para tenerlo todo. Pretende obtener el mayor porcentaje posible en la votación nacional, controlar al Senado y la Asamblea "plurinacional", ganar en primera vuelta y herir de muerte a la "Media Luna" -departamentos del oriente rico convertido en el núcleo de la oposición al gobierno central- hoy en su peor momento político.
En ese marco de lucha, las actividades de Evo Morales y del opositor Manfred Reyes Villa difieren notablemente.En efecto, mientras Morales trata de convencer a sectores de la clase media de la necesidad de industrializar los recursos naturales ya nacionalizados por su gobierno, Reyes Villa intenta desesperadamente de desligarse de los vínculos que forjara con la dictadura militar que gobernó Bolivia entre julio de 1980 y agosto del año siguiente.
En realidad, las próximas elecciones bolivianas marcan una transición histórica entre una forma de régimen político, que podría llamarse “democracia de derecho”, y otro definido constitucionalmente como "plurinacional", asentado en las Naciones Originarias, cuyo modelo podría asumir el nombre de “democracia consensual” que, constitucionalizada, reemplazará al espíritu neoliberal de la anterior Constitución. La nueva institucionalidad estatal de carácter plurinacional es revolucionaria por cuanto otorga el ejercicio del poder a las clases históricamente más postergadas del país, organizadas hoy comunitariamente y sustentadas desde lo económico por un modelo que procura el reparto igualitario de la riqueza entre todos los bolivianos.
Se trata entonces no sólo de retener el gobierno sino de obtener la totalidad del poder que permita ejecutar a Morales un programa de gobierno para los próximos 50 años. Nótese que plantear a largo plazo modelos de país es una cualidad inherente de las grandes naciones de la Tierra: China y Estados Unidos -o Inglaterra-, que así intentan proceder desde siempre. La diferencia de esos proyectos respecto del que encabeza Morales consiste en que, éste último, no presupone la explotación de pueblo alguno.
La intención de comenzar un régimen político más justo, a partir de un nuevo reparto de poder, es lo que verdaderamente ocupa el tablero de las elecciones de diciembre próximo. Ese nuevo régimen no busca otra cosa que la construcción de una nueva hegemonía.
QUÉ VIENE DESPUÉS DE LAS ELECCIONES DEL 6 DE DICIEMBRE
La Haine de España (www.lahaine.org)
Si EVO gana en diciembre será alejado de la izquierda revolucionaria, también de esclarecidos líderes campesinos y se quedará con los mediocres.
Dicen que “Los pueblos tienen los líderes que se merecen” será que la mayoría de la población indígena no merece a sus mejores dirigentes como Felipe Quispe, Alejo Veliz, Román Loayza y Marcial Fabricano? La clase obrera con sus actuales direcciones habrá perdido su norte en la medida del debilitamiento de la esclarecida vanguardia sindical minera, dejando las direcciones en manos de los patrones del sistema de explotación cooperativista?
Responder a esa interrogante resulta complicado; sin embargo, podemos señalar como causas y efectos las “ideologías” de aquellos que manejan las direcciones de los movimientos sociales de apoyo al M.A.S. Los dirigentes obreros y campesinos que con lealtad mantienen las banderas de la “agenda de octubre 2003” fueron aislados y alejados del entorno dirigencial del M.A.S., y los que a todas luces carecen de formación ideológica constituyen hoy el entorno de confianza de Don Evo, opacando así el liderazgo de los pueblos originarios indígenas, y alimentando la inconsecuencia y corrupción de burocracias sindicales, quienes pretendiendo desviar a la clase obrera de sus tareas históricas afirman que defender al M.A.S. a ultranza sin definir principios es defender el cambio de este proceso “revolucionario”; sumando a sus filas grupos de choque fascistas, inventando argumentos sobre las culturas nacionales originarias y autonómicas de 36 nacionalidades, ignorando que la creación de pequeñas republíquetas responden mejor a las exigencias del capitalismo moderno, por consiguiente las autonomías nación-culturales de poblaciones pequeñas es reaccionaria.
QUE VIENE DESPUES DE LAS ELECCIONES DEL 6 DE DICIEMBRE
Después de las elecciones del 6 de diciembre se abrirá un nuevo capitulo, quedarán al desnudo las limitaciones del proyecto de Don Evo, por que en la ostentosa campaña desplegada no están prometiendo cambios estructurales para su próxima gestión, se limitan a ofertas prebéndales y guerras verbales con la derecha. Nosotros insistimos en que el proceso no se profundizara sin cambios estructurales; en lo económico: Administración estatal de empresas estratégicas que implica su nacionalización; en lo social: Liquidación del latifundio y su distribución entre los campesinos sin tierras o insuficientes, que implica liquidar la extrema pobreza en el campo; en lo político: Contar con dos tercios de votos en la Asamblea Plurinacional, que implica aplicar la NCP aprobando Leyes complementarias mas allá de aspiraciones prorroguistas.
El M.A.S. durante sus tres años de gobierno lució un disfraz de socialista, y a partir de la nueva gestión del 2010 se verá obligado a despojarse de antifaz, capa y espada, mostraran su verdadero rostro y vestidura: Populista sin ideología de clase dispuesto a pactar con el empresariado agro industrial y consolidar su dependencia de las transnacionales. Indigenista Aimara alimentando contradicciones étnicas anteponiendo a las diferencias de clases sociales, situación que agudizará enfrentamientos entre bolivianos y ahondará las contradicciones regionales, para terminar posiblemente sepultando a la tradicional izquierda boliviana caracterizada por su papel de retaguardia y oportunista.
La izquierda tradicional boliviana en ninguno de los momentos históricos pudo o no supo colocarse a la altura de los acontecimientos, ratificando así su incapacidad congénita conformándose con migajas en algunas re participaciones burocráticas de bajo nivel a cambio de su apoyo incondicional a gobiernos populistas.
Las nuevas generaciones de hoy y mañana tienen la ineludible misión de construir la izquierda revolucionaria diferenciándose substancialmente de la izquierda tradicional manteniendo propuestas en un Plan de Lucha con medidas aplicables para la profundización del proceso de cambios y viabilizar la marcha hacia el socialismo. Esa izquierda revolucionaria debe tomar en cuenta que las victorias o fracasos del proceso boliviano esta indisolublemente ligado al destino de los movimientos revolucionarios de Latinoamérica.
EL ACTUAL PROCESO SE DESVIRTUA A FALTA DE CLARIDAD IDEOLOGICA
Como resultado de la realidad política, a partir de enero del 2010, se avizora estancamiento y retroceso de la revolución social y política iniciada en Bolivia en octubre del 2003, con la mala perspectiva de convertirse en una involución acelerada en todos los aspectos de la vida nacional.
Como la dialéctica política no se excluye de las luchas de contrarios y sus correspondientes síntesis, los socialistas revolucionarios apoyamos al proceso sin pertenecer al M.A.S., trabajamos y apostamos por Evo Morales en la campaña Evo Presidente del 2005, aportamos con nuestra militancia incondicionalmente, y organizamos numerosos seminarios y conferencias de esclarecimiento ideológico en las campañas electorales de los Constituyentes y la Revocatoria , esa izquierda NO SE DILUIRA, mas por el contrario se fortalecerá como opinión válida y contestataria al reformismo claudicante, por consiguiente, es imperioso aglutinar a las corrientes del Socialismo Revolucionario priorizando a las juventudes, trabajadores y campesinos para suplir el vacío ideológico como instrumento para frenar en el terreno de las ideas al renacimiento de la contrarrevolución neoliberal.
LAS FACTORES DE LA INVOLUCION
El levantamiento popular de octubre del 2003 al cuestionando al sistema vigente, significó un salto cualitativo de la acumulación social apuntando a un cambio estructural profundo que debió constituir la base programática del gobierno popular, no fue así.
El prestigioso dirigente cívico de Camiri Mirko Orgáz define el caso así: “La Agenda de octubre fue bloqueado por dos estrategias: El indigenismo del MAS y el autonomismo de la Media Luna, polarizando posiciones entre indios y blancos, collas y cambas, autonomistas y centralistas para destruir la unidad nacional y liquidar la polarización histórica entre la nación boliviana y el imperialismo” polarización que terminó fortaleciendo al Proyecto Transnacional-Oligárquico.
En lugar de avanzar en las nacionalizaciones iniciadas el primero de mayo del 2006 se tomaron medidas que revierten el control de las empresas estratégicas a las transnacionales; en lugar de refundar YPFB como instrumento financiero, técnico y administrativo para sostener el proyecto revolucionario se dieron pruebas de ineficiencia y corrupción desprestigiando las políticas de administración estatales.
Estas medidas entreguistas no son señales de profundizar el proceso sino de una involución del cambio propuesto por la agenda de octubre.
Por su lado la derecha derrotada en tres eventos electorales se muestra decidida a rearticularse; aun evidenciando que no tiene un proyecto coherente, (falta que no es accidental, es reflejo de la realidad objetiva de las políticas del sistema capitalista en decadencia cuyas expresiones políticas carecen de un proyecto “salvador” de su sistema aun vigente en el país. (Capitalismo dependiente); la derecha esta en la arena electoral por salvar con desesperación sus privilegios de grupos y personales, y gracias a los errores del M.A.S. lograran escaños en el parlamento plurinacional obstaculizando el avance del proceso.
Donde la derecha tiene puntos a su favor es en el “entrismo” al M.A.S., con el curioso pacto entre unionistas y un dirigente indígena de Santa Cruz. Analizando el hecho, deja de ser curioso, es hábil estrategia política de la ultraderecha, y ello fue posible solo por las confusiones ideológicas de los líderes del M.A.S. Quienes “creen” ingenuamente que captaran votos para el proyecto indigenista, cuando en verdad su nuevo huésped puede resultarles su caballo de Troya
El resultado de estas acciones negativas puede determinar que el paso de Evo por el palacio quemado quede solo como historia; y así habrá quemado la oportunidad de cambiar Bolivia, obstaculizando las posibilidades de forjar junto a las naciones latinoamericanas el sueño de Bolívar de construir la Patria Grande Latinoamericana y el Aby Ayala de Túpac Katari.
COMO DEFINIMOS NUESTRA POSICION ELECTORAL EN DICIEMBRE PROXIMO
El análisis sincero respecto al papel de la izquierda tradicional y nuestras permanentes críticas al desviacionismo revolucionario del M.A.S., permite ver que en la contienda electoral de diciembre no estamos solo frente a dos alternativas que serian votar por el M.A.S. o contra el M.A.S.
El último ampliado de dirigentes de la Alternativa Laboral Socialista realizado el 15 de noviembre analizando con detenimiento la situación determinó: APROBAR POR UNANIMIDAD ESTE DOCUMENTO Y ASEGURAR A NUESTRAS BASES Y LECTORES ESTEN SEGUROS DE QUE NO VOTAREMOS POR NINGUN CANDIDATO DE LA DERECHA
El desafío de las izquierdas sudamericanas.
¿REVOLUCIÓN? ¿QUÉ REVOLUCIÓN?
Tlacala de España (www.tlaxcala.es)
La posición de Saint Upéry sobre la izquierda en América Latina es un tanto desconcertante1: en vez de comenzar posicionando su análisis respecto a la situación política y los distintos modelos de transformación que hay en marcha, comienza haciendo un diagnóstico de los motivos irracionales que sin duda guían a cualquiera que no esté de acuerdo con él. En efecto, comienza explicando la raíz emotiva por la que algunos militantes de la izquierda europea buscan sus referentes mitológicos siempre en personajes latinoamericanos (como el Ché o Chávez). Esta actitud infantil y mitómana (el “fetichismo” de la “mitología militante”) se explicaría a su vez por el “exotismo familiar” con el que perciben en general América Latina y que les hace proyectar todos sus anhelos, deseos y fantasías en esa tierra exótica (con la que les une el sustrato latino y católico de la proximidad lingüística).
Y, tras el diagnóstico de las causas patológicas de la admiración por Evo Morales, por Rafael Correa y por Hugo Chávez, viene, entonces sí, la tesis política que defiende: en Venezuela, Bolivia y Ecuador no hay ninguna revolución en marcha; no se está cambiando nada estructuralmente relevante y, en realidad, lo único que hay es una hiperinflación retórica capaz de alimentar esa mitomanía de la izquierda europea. De hecho, sostiene que “la Revolución bolivariana se ha limitado a pasar una mano de pintura roja sobre el modelo de capitalismo de Estado rentista”; mano de pintura que, además, se está “desconchando”. Por el contrario, el Brasil de Lula o el Urugauy de Tabaré sí son sitios donde ha habido cambios significativos pero a los que se presta menos atención porque no encajan igual de bien en ese mecanismo de construcción de mitos.
Ante el diagnóstico clínico inicial, debemos poner bajo sospecha nuestras propias convicciones: nosotros mismos hemos recuperado buena parte de la ilusión gracias a la “Revolución bolivariana”; nosotros mismos depositamos en estos procesos grandes esperanzas respecto a la emancipación de América Latina. Pero ¿por qué? ¿Será acaso que respondemos al cuadro clínico descrito por Saint Upéry? ¿Seremos simplemente víctimas de una ilusión generada por nuestra propia mitomanía infantil e izquierdista? Ante estas dudas, lo mínimo que debemos hacer es extremar la cautela. Eso de comenzar un análisis político con un diagnóstico clínico de quienes tendrían que responderte será todo lo anómalo que se quiera pero, una vez se presenta la sintomatología descrita, es imprescindible extremar las precauciones: podría ser cierto que en Venezuela no hubiera ocurrido ningún cambio significativo y que en Ecuador y Bolivia tampoco. Podría ser cierto que, en realidad, al margen de excesos retóricos y encendidas proclamas revolucionarias, no hubiera ocurrido nada de nada (o, al menos, nada tan reseñable como lo ocurrido en el Brasil de Lula o el Chile de Bachelet). Podría ser cierto que todo nuestro apoyo se debiera más bien a la proyección de nuestros propios fantasmas. En definitiva, entre la izquierda radical se ha tendido con frecuencia a proyectar ilusiones que no terminaban de justificarse.
Sin embargo, a uno le tranquiliza un poco respecto a su propia posición política la furia con que, por ejemplo, el Departamento de Estado de EE.UU., las oligarquías locales o las grandes corporaciones mediáticas, siempre mucho más pragmáticas y menos idealistas que nosotros, han atacado encarnizadamente este eje de transformación.
El propio Saint Upéry ha sido capaz de detectar el “delirio” de algunos sobre la presunta “dictadura” de Chávez y los intentos de derrocarle. Así, incluso si el diagnóstico clínico de Sain Upéry sirviese para explicar qué es lo que defiende la izquierda de la revolución bolivariana, seguiría pendiente la pregunta de qué es lo que ataca la derecha. Si nosotros no defendemos más que nuestros propios fantasmas, entonces ¿qué es lo que les molesta tanto a ellos? ¿Acaso se limitan a ser el negativo de la mitología guevarista? ¿Estarán de verdad invirtiendo tantas energías y tantos recursos para derribar nada más que un cascarón retórico vacío? ¿Tan poco estiman su propia cuenta de resultados? ¿Qué es exactamente lo que no consiguen soportar de Hugo Chávez? ¿Por qué grandes medios de comunicación como el Grupo Prisa han dilapidado todo su prestigio en la defensa abierta del golpe de Estado de abril de 2002? ¿Por qué las oligarquías locales se lanzaron a esa conspiración y a los siguientes paros patronales y sabotajes que terminaron arruinando a cientos de empresarios? ¿Cómo es posible que encontrasen tanto apoyo político, financiero y mediático por parte de los grandes grupos económicos? ¿No es un poco raro que sea Saint Upéry el único que se ha dado cuenta, a derecha e izquierda, de que aquí no está pasando en realidad nada, que todo es una manita de pintura retórica y desconchada?
Así pues, por más cautos que intentemos ser y más vigilantes sobre nuestros propios mitos, no podemos evitar la sospecha de que en Venezuela, Bolivia y Ecuador sí debe estar ocurriendo algo con suficiente entidad para entusiasmar a toda la izquierda e indignar a toda la derecha. Y quizá Saint Upéry debería ser también un poco más cauto. Es como mínimo atrevido lanzar un análisis político que sólo se sostiene sobre el supuesto de que toda la izquierda radical es víctima de una mitología fetichista infantil y toda la derecha es víctima de una paranoia incontrolable (igual de infantil) que, en ningún caso, encontraría base real en la que sustentarse.
Es un hecho cierto que en Venezuela está ocurriendo algo que entusiasma a la izquierda e indigna a la derecha. Y, por lo tanto, tenemos el deber de preguntar qué es eso que está ocurriendo. Si alguien, por más que lo intente (en el supuesto, claro está, de que lo intenta honestamente), no logra ver ahí nada de nada, no estaría mal que comenzara sospechando que quizá no está mirando con los ojos adecuados. La modestia no es desde luego la virtud más extendida entre los intelectuales. Pero tomar sin mucho recato como primera premisa que todo el mundo, a derecha e izquierda, se ha vuelto loco, implica quizá un exceso de arrogancia.
Ahora bien ¿qué es lo que ha ocurrido entonces en Venezuela, Bolivia y Ecuador? Para empezar, que las tres Repúblicas se han refundado desde un punto de vista jurídico, estableciendo Constituciones progresistas que han abierto toda una corriente de nuevo constitucionalismo latinoamericano. Esto es algo que Saint Upéry desprecia por completo como pura “mística refundacional”: “la idea de que hacía falta refundar simbólicamente la república o la nación sobre nuevas bases”.
Bien es verdad que la refundación de un Estado comporta siempre un elemento simbólico fundamental. Pero también cortarle la cabeza al Rey de Francia comporta un fuerte elemento simbólico y, sin embargo, es uno de esos acontecimientos que cambian la Historia de la Humanidad de una vez para siempre. En Venezuela se dio muerte a la IV República. Es verdad que transformar el ordenamiento jurídico y cambiar las reglas del juego no significa todavía, ni mucho menos, ganar la partida. Pero la realidad también se construye con símbolos que imponen potentes efectos que hay que saber detectar.
La muerte de la IV República pudo ser en parte simbólica, ya que el aparato del Estado y el sistema completo de la Administración pública se mantuvo (y en gran medida se mantiene todavía) petrificado. Pero la explosión de entusiasmo con el que millones de excluidos accedieron a la condición ciudadana supuso uno de esos acontecimientos que la Humanidad ya no puede olvidar (y, como decía Kant de la Revolución Francesa, como mínimo en ese sentido, no tienen vuelta atrás en la Historia). El proceso constituyente por el que millones de olvidados y marginados accedieron a la condición ciudadana supuso una impresionante explosión de dignidad cuyos efectos reales, sin duda, llama la atención que se le hayan pasado por alto a Saint Upéry.
Resulta difícil imaginarse desde la izquierda intelectual Europea la auténtica revolución que supone el acceso a la participación política de millones de personas que, hasta el momento, habían permanecido en un estatuto infra-cilvil. Es un fenómeno frecuente en el primer mundo colocarse “al margen de la política”: la desconfianza hacia la actividad de los partidos, la farsa de la vida parlamentaria o el tedio ante las citas electorales (cuando no meras posturas estéticas) hacen a muchos ciudadanos sentirse “al margen” de esos asuntos. Sin embargo, éste es un fenómeno completamente distinto: para miles de personas en Europa, la vida política carece de dignidad suficiente para justificar su propia implicación en ella. En la IV República, miles de personas se sentían en cierto modo indignos de participar en los asuntos públicos.
Las élites que se rotaban el poder entre sí parecían haber ganado una gran batalla ideológica: la política era un asunto de licenciados y doctores, no de ignorantes, negros, indios, analfabetos, desarrapados y desdentados. La oligarquía caraqueña contemplaba los cerros de chabolas que rodean la ciudad nada más que como una amenaza de la que había que protegerse. Algo así como una enorme plaga de insectos alrededor que se cernía como una amenaza permanente; un peligro que amenazaba como una marabunta, como una masa informe que lo podía arrasar todo a su paso. Así se percibió el Caracazo en 1989 y, por lo tanto, se llamó al ejército como el que llama a unos fumigadores.
Lo que nadie esperaba es que esa amenaza pudiera dotarse de una forma de expresión política. Y quienes menos lo esperaban eran los propios excluidos. Víctimas también de las representaciones ideológicas de las élites, habían asumido como propia su condición infra-civil.
Lo primero que trajo la revolución fue una auténtica reconquista de la dignidad ciudadana. Todo el mundo pasó a formar parte del cuerpo civil que se involucra en los asuntos públicos, que confronta posiciones ideológicas, que discute sobre las leyes y que participa, de pleno derecho, en la vida política del país. El último harapiento del último rincón de un cerro, asumiendo la participación y el protagonismo que le reconocía la Constitución, adoptó una posición política contraria, por ejemplo, a la del magnate Gustavo Cisneros. Pero eso de adoptar posiciones políticas contrarias presuponía ya la conquista de un cierto plano de igualdad en que las posiciones políticas se confrontan. Esa construcción del espacio político del que nadie estaba excluido supuso ya por sí solo una auténtica revolución. La fórmula “democracia participativa y protagónica”, infinita y orgullosamente repetida por todos los sectores populares tanto tiempo humillados, no hace más que referirse a ese elemento clave de la revolución.
Y no fue fácil: no sólo hubo que comenzar por censar a millones de personas que, hasta entonces, habían carecido de existencia civil incluso desde un punto de vista puramente formal. También hubo que vencer la reacción violenta de esas oligarquías que no estaban dispuestas a que esa masa de “harapientos, desdentados e ignorantes” comenzase de repente a tratarles como iguales. Su incorporación a la actividad política, encabezada por el propio Chávez (ese mestizo de origen popular), la sintieron como una invasión de su cortijo privado.
Si hay algo que las clases privilegiadas no podían soportar era la arrogante pretensión de permitir que la masa informe de los excluidos se incorporase a la vida política del país en un plano de igualdad. Ese peculiar “Tercer estado” que atesta los cerros hizo saltar en pedazos los “privilegios” simbólicos que les excluían de la vida civil.
No hace falta ser un prodigio de sensibilidad republicana para llamar a esto una auténtica Revolución. Y esto, al parecer, lo ha entendido la oligarquía caraqueña con más agudeza que Saint Upéry. La campaña de acoso y derribo ha sido sistemática desde todos los frentes. El golpe de Estado de abril de 2002 fue el acontecimiento más visible de ese ataque sostenido, pero desde entonces ha habido pocos momentos de tregua.
Y lo cierto es que para entender la violenta reacción de las clases privilegiadas hay que apelar a un elemento racista y clasista por el que les resulta intolerable la inclusión popular y la participación política de los sectores excluidos. Porque, en efecto, es verdad que en términos relativos de distribución de la renta podría haber habido cambios más profundos; es verdad que podría haberse emprendido una reforma fiscal más ambiciosa; es verdad que podría haberse avanzado más en el cambio de las estructuras productivas; es verdad que durante estos diez años el empresariado nacional ha logrado hacer negocios realmente fabulosos amparados por la acción de gobierno y por las medidas a favor de la soberanía nacional. Desde una perspectiva ingenuamente de izquierdas (incapaz de computar más variable que la de los ingresos en términos monetarios), es imposible entender la furia de la respuesta de la oposición. No les ha ido tan mal en los negocios. Y sin embargo, hay desde el principio algo que no logran soportar y que depende de una estructura racista y, más que clasista, estamental, que la revolución ha hecho saltar por los aires.
Lo que imaginaban como una masa informe se ha articulado como una fuerza política capaz de detener un golpe de Estado; de responder a constantes ataques; de organizarse en sus comunidades y de ejercer el poder (a través por ejemplo de herramientas como las que les otorgan la Ley de Consejos Comunales). Una organización popular que no firma cheques en blanco ni siquiera al líder que encabeza el proceso. Por ejemplo, la propuesta de reforma constitucional de 2007 no llegó a convencer y, por lo tanto, fue rechazada (por mucho que el propio Presidente se implicase en su defensa). La revolución quería una ciudadanía crítica y aquí la tiene. Del mismo modo, la pésima gestión de algunos gobernadores y alcaldes del Proceso fue castigada en las elecciones de noviembre de 2008. ¿Se había dejado de querer al Presidente? Raro hubiera sido, en ese caso, que poco después se aprobase en referéndum su posibilidad de reelección con el 54,85% de los votos. Del mismo modo, teniendo en cuenta que la Asamblea Nacional lleva un retraso de un decenio en la aprobación de ciertas leyes fundamentales (como la Ley Orgánica del Trabajo y las relativas a la articulación del sistema Seguridad Social) no sería raro que algunos asambleístas no vayan a ser premiados en las elecciones legislativas de 2010.
El pueblo ha irrumpido en la vida política y esto ha provocado el entusiasmo de la izquierda (con la excepción quizá de Sait Upéry) y la indignación de la derecha. El poder está en sus manos. Ha costado mucho tomar el poder después de alcanzar el gobierno. Naomi Klein recuerda que, durante los primeros años del gobierno de Nelson Mandela, se solía comentar: "¡Eh, tenemos el Estado! ¿Dónde está el poder?". En Venezuela ha sido necesario desactivar a las fuerzas golpistas y construir la organización popular capaz de afrontar las reformas. Después de 10 años de gobierno sí cabe decir razonablemente que ya se tienen en la mano los resortes del poder. Pero ahora está todo por hacer. Bueno, ¿todo? Todo, no. Entretanto se ha reducido la pobreza del 20,3% al 9,5% y la desigualdad entre ricos y pobres disminuyó en un 13,7%. Se garantiza una pensión mínima de jubilación y se ha universalizado el acceso a la salud. De verdad me gustaría ver a Saint Upéry explicándole a una madre de barrio que, aunque sus hijos se murieran antes (y ahora no) de una simple diarrea por no tener un medico cerca, en realidad hay que admitir que aquí no ha cambiado nada. Algo parecido ocurre con la educación. La ignorancia humilla a quien sufre esa condena. En Venezuela no sólo se ha erradicado el analfabetismo (según declaró la UNESCO en 2005) sino que, en realidad, Venezuela entera se ha ido convertido progresivamente en una gigantesca escuela: en 2001 había 6,9 millones de estudiantes matriculados; en 2002 se alcanzó la cifra de 9,5. En 2004 se paso a 11,3 millones de personas en las aulas; cifra que creció a 11,8 millones en 2005 y a 12,1 en 2006. En 2007, había ya 12,7 millones y hoy nos encontramos ante un país en el que ¡más de la mitad de sus 26 millones de habitantes están en las aulas!
La verdad es que, personalmente, no se nos ocurren ideas mucho más originales para hacer una revolución que garantizar con alcance universal las condiciones de subsistencia y salud; abrir los espacios de participación política generalizada (a través de iniciativas tan exitosas como los Consejos Comunales) y facilitar el acceso masivo a las aulas. Quizá no se nos ocurren mejores ideas porque carecemos casi por completo de imaginación. Pero es seguro que al pueblo venezolano sí se le ocurrirán nuevas iniciativas para desarrollar el proyecto socialista. Y, desde luego, Saint Upéry puede estar seguro de que cualquier propuesta concreta que pueda ayudar a avanzar, por poco que sea, será recibida con calor y agradecimiento. Sin embargo, tampoco debería sorprenderse si desde Venezuela se reciben con poco entusiasmo las medidas concretas que él propone. Porque, en definitiva, su propuesta más concreta es precisamente la de que hagamos propuestas concretas, lo que es una propuesta tan abstracta como la del socialismo del siglo XXI de la que tanto se burla. Bueno, también nos hace estas otras propuestas: "la emergencia paralela de nuevas configuraciones de incentivos económicos y morales y de nuevos diseños institucionales arraigados en prácticas organizativas y materiales sustentables"; "lo que sí puede hacer la política bajo la influencia de las luchas de masas es aumentar el grado de control de la sociedad sobre sí misma y evitarnos un retroceso por debajo de un umbral civilizatorio que sería un obstáculo para cualquier transición poscapitalista que no sea hacia la barbarie"; "fomentar y apoyar cualquier esquema de redistribución de la riqueza a mediano y largo plazo que sea económicamente sustentable, institucionalmente bien diseñado y que no descanse sólo en las ilusiones milagreras del modelo rentista-extractivista"; "seguir el esfuerzo de combatir cualquier forma de racismo o discriminación y descolonizar el imaginario y las instituciones para superar 500 años de subalternidad mental y material"; "profundizar la integración continental y estimular un papel internacional proactivo de Sudamérica como bloque, con propuestas no sólo simbólicas sino prácticas, es decir creadoras de coaliciones eficientes y consensos alternativos, que persigan reformar la arquitectura institucional y las normas de las relaciones políticas y económicas internacionales". Todas las propuestas expresan píos deseos no menos abstractos que pedir justicia, bondad, belleza, valentía, fortaleza y templanza. Si hay alguna de las propuestas que nos suena, en efecto, a algo más concreto (por ejemplo la última) quizá sea precisamente porque Chávez ya ha creado el ALBA, el Banco del Sur, Petrocaribe, el SUCRE, etc. (aunque Saint Úpery se olvide cuidadosamente de recordarlo).
No es difícil comprender la diferencia que media entre detectar un problema y dar con su solución. Basta, por ejemplo, que a uno se le estropee la lavadora para saber que no es suficiente con aseverar de modo grandilocuente que “sería recomendable adoptar las medidas necesarias para conseguir que vuelva a funcionar”. ¿Son recomendables "prácticas organizativas y materiales sustentables”? ¿Conviene “aumentar el grado de control de la sociedad sobre sí misma”? ¿Se debe impulsar la “redistribución de la riqueza”? ¿Es recomendable ”combatir cualquier forma de racismo o discriminación”? La larga lista de medidas concretas adoptadas en los últimos diez años para cada uno de los puntos permite razonablemente sospechar que la preocupación al respecto existe incluso antes de la iluminación de Saint Upéry. Es cierto que algunas medidas han dado mejor resultado que otras e incluso que algunas han fracasado o se han estancado. Pero si queremos de verdad practicar una solidaridad activa con los procesos de transformación (sin fetichizarlos) no podemos limitarnos a descubrir el Mediterráneo señalando ampulosamente los problemas a los que todas y cada una de las medidas adoptadas han intentado dar solución (con mayor o menor éxito). Quedan miles de problemas pendientes. Y es fundamental que no se detenga la literatura pero, por favor, que alguien llame mientras tanto al técnico.
RELIGIOSOS, SINDICALISTAS, MAESTROS, ESTUDIANTES, PACIFISTAS Y VETERANOS DE GUERRA PROTESTARON EN GEORGIA
EXIGEN CERRAR LA ESCUELA DE LAS AMÉRICAS
Los críticos la llaman “Escuela de asesinos”. Afirman que militares egresados de allí estuvieron involucrados en golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos en muchos países de la región.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Miles de religiosos, sindicalistas, maestros, estudiantes, pacifistas, veteranos de guerra y solidarios internacionales se manifestaron este fin de semana en Georgia, frente a las rejas del Fuerte Benning, en la movilización anual para exigir el cierre de la Escuela de las Américas, donde Estados Unidos ha capacitado a militares latinoamericanos involucrados en algunas de las peores violaciones de derechos humanos en el hemisferio, incluido el golpe de Estado en Honduras.
Unos cuatro activistas fueron arrestados por ingresar a la base militar, mientras una marcha realizada el domingo, en la que se recordó a miles de víctimas de los egresados de la institución militar estadounidense, fue la culminación de todo un fin de semana de actividades que incluyeron vigilias, foros, un concierto de las Indigo Girls y presentaciones de defensores de derechos humanos de varios países latinoamericanos.
La organización School of Americas Watch (SOAW), fundada y encabezada por el sacerdote Roy Bourgeois, se ha dedicado desde 1990 a promover la clausura de la originalmente llamada Escuela de las Américas (SOA), actualmente rebautizada como Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica Whinsec (por sus siglas en inglés), centro de capacitación para militares, civiles y policías latinoamericanos con sede en el Fuerte Benning.
Los críticos la llaman “Escuela de asesinos”. Afirman que militares egresados de ahí han estado involucrados en golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos en muchos países de la región. De hecho, señalan que dictadores como Hugo Banzer, de Bolivia, y Efraín Ríos Montt, de Guatemala, egresaron de la escuela, así como los militares responsables de la matanza de El Mozote y el asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero en El Salvador, al igual que otros crímenes en Colombia y México, entre otros.
En esta ocasión, SOAW dedicó las acciones en conmemoración del 20° aniversario del asesinato de los seis padres jesuitas en El Salvador, cometido en parte por egresados de esta escuela. Pero el enfoque también fue sobre las bases militares colombianas que serán usadas por Estados Unidos, y sobre Honduras, donde se señaló que los líderes del golpe militar, el general Romero Vásquez, jefe del estado mayor, y el general Luis Prince Suazo, jefe de la fuerza aérea, son egresados de esta escuela. Por ello, una de las invitadas a la movilización de este fin de semana es Bertha Oliva, fundadora del Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos en Honduras.
“Los temas del golpe en Honduras y el de las bases militares en Colombia (donde militares estadounidenses usarán siete bases en ese país conforme a un nuevo acuerdo) pusieron en tiempo presente el asunto de esta escuela” y su papel en la política estadounidense hacia América latina, comentó Lisa Sullivan, una de las coordinadoras de SOAW, en entrevista telefónica con este diario desde Georgia. “La militarización de la política estadounidense en América latina cobró mayor relevancia con los casos de Honduras y Colombia.” Por ello fue tan contundente la participación en la movilización de figuras como Oliva, de colombianos y venezolanos que juntos advirtieron de los efectos nocivos del acuerdo sobre las bases en Colombia para sus pueblos, afirmó Sullivan.
La escuela, que incluso cambió de nombre en parte por las intensas campañas en su contra, insiste en que su función es la profesionalización de militares latinoamericanos para la consolidación de la democracia y el pleno respeto a los derechos humanos.
Según el coronel Félix Santiago, comandante de Whinsec, “la diversidad de nuestro cuerpo de estudiantes –cerca de mil al año– respalda nuestros esfuerzos de ir en la dirección correcta para enfrentar los futuros desafíos y consolidar la democracia en esta región. Nuestro compromiso total con los derechos humanos está entretejido dentro del programa de Whinsec”. En su presentación en el sitio de Internet del instituto afirma que “nuestro lema, ‘Libertad, Paz y Fraternidad’, nos conlleva a que juntos marquemos la diferencia en la región”.
Más de 61 mil militares e integrantes de otras fuerzas de seguridad latinoamericanos han sido capacitados en la escuela desde su fundación, hace 63 años. La primera sede fue en Panamá, y la escuela fue trasladada al Fuerte Benning a mediados de los ’80.
Pero SOAW denuncia que “cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a huir por soldados y oficiales entrenados en esa escuela. Los egresados de la SOA persiguen a los educadores, organizadores de sindicatos, trabajadores religiosos, líderes estudiantiles, y a los pobres y campesinos que luchan por los derechos de los damnificados”.
Por ello, SOAW y su creciente red de apoyo no cesan en su campaña de acción directa no violenta, cabildeo y educación para clausurar la escuela, como parte de su objetivo de impulsar un cambio a fondo en la política exterior de Washington.
SOAW ha logrado –a través de una creciente red de apoyo en el país y el hemisferio– que cada vez más legisladores estadounidenses promuevan iniciativas para cerrar la escuela o por lo menos obligarla a rendir más cuentas. A la vez, triunfaron en sus esfuerzos de convencer a Uruguay, Argentina y Bolivia de dejar de enviar militares a estudiar allí.
Editorial
¿HACIA DÓNDE QUIERE LLEVAR LUGO AL PARAGUAY: HACIA CHILE… O CUBA?
Ante el evidente rumbo izquierdista “bolivariano” tipo Hugo Chávez que está imprimiendo el presidente Lugo a su gobierno y la incógnita de qué clase de país finalmente se propone construir, la ciudadanía tiene el derecho de requerir de él y de los líderes socialistas y marxistas a ultranza que lo secundan, una definición al respecto. Los mismos deben responder inequívocamente a este crucial interrogante que se les formula para que la opinión pública tenga un claro elemento de juicio para expresar, también de manera inequívoca, su conformidad o disconformidad al respecto. Como marco de referencia para definir la clase de país que podemos esperar tener en el corto o mediano plazo, podríamos utilizar como ejemplos a dos países paradigmas: uno como CHILE, o uno como CUBA. El gran acierto de la coalición socialista que tomó el poder en Chile tras el fin de la dictadura fue el discernimiento político estratégico sensato de que para mantener un modelo económico exitoso no se necesitaba de un Pinochet ni de un Allende. En cuanto a Cuba, todos conocen su desastrosa situación económica y falta de libertades. De cara a las dos opciones políticas posibles, el presidente Lugo tiene que responder claramente al crucial interrogante que el pueblo paraguayo le formula: ¿Qué clase de país tiene la intención de construir: Uno como Chile, o uno como Cuba?
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Desde la caída del Partido Colorado, y de la mano del presidente Fernando Lugo, los partidos y movimientos sociales de izquierda, pese a haber obtenido apenas el 3 por ciento del voto popular en las elecciones generales del 20 de abril de 2008, han ganado hasta ahora notable preeminencia en la formulación de políticas gubernamentales y en la conducción de la administración pública. Mientras tanto, el PLRA, que con su amplio caudal electoral hizo posible el triunfo de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), parece haber caído en el mismo error que cuando se alió con los colorados argañistas para derrocar al gobierno de Raúl Cubas. Como se recordará, en la ocasión, con el doble de representación parlamentaria que el Partido Encuentro Nacional, los liberales aceptaron la repartija de cargos en el “gobierno de unidad nacional” en pie de igualdad con este. Cuando se percataron de su craso error, ya era tarde.
Tratando de mitigar la desmoralización de su electorado por la fatal estupidez cometida, se retiraron unos meses después. Pero el daño estaba hecho y era irreparable; hasta el punto que no tuvieron posibilidad alguna de disputar el poder a los colorados en las elecciones generales de 2003. Para las del 2008, les fue peor aún, pues se vieron obligados a renunciar a un candidato propio para la Presidencia de la República y optar por Fernando Lugo, integrando una alianza con minúsculos partidos y movimientos políticos de izquierda, como el P-MAS, Partido Democrático Progresista (PDP), Tekojoja, Partido Socialista (PS) y otros. Dada la abierta preferencia del Presidente de la República por esta minoría, que en conjunto apenas logró 3 bancas en Senadores y 5 en Diputados, muchos liberales temen que, con el apoyo a Lugo, el PLRA esté cometiendo el mismo error que cuando se alió con la facción argañista de la ANR y pague las consecuencias en el 2013.
Ante el evidente rumbo izquierdista “bolivariano” tipo Hugo Chávez que está imprimiendo el presidente Fernando Lugo a su gobierno y la incógnita de qué clase de país finalmente se propone construir, la ciudadanía tiene el derecho de requerir de él y de los líderes socialistas y marxistas a ultranza que lo secundan, una definición al respecto. El Presidente y sus hombres, López Perito, Camilo Soares, Sixto Pereira, Carlos Filizzola, Rocío Casco, José “Pakova” Ledesma, Elvio Benítez, por citar algunos, deben responder inequívocamente a este crucial interrogante que se les formula para que la opinión pública tenga un claro elemento de juicio para expresar, también de manera inequívoca, su conformidad o disconformidad al respecto. Contrariamente a la evasiva y ambigua cantinela –el Paraguay es “especial”, tendrá su modelo propio– a menudo esgrimida por el Presidente de la República y sus seguidores para eludir una respuesta sincera acerca del modelo de nación que quieren construir, el Paraguay en modo alguno es un país de excepción. Su realidad geopolítica es esencialmente igual que la mayoría de los otros países de la región. También lo son sus problemas estructurales, económicos y sociales, así como los avatares políticos que lo han sacudido con mayor o menor intensidad en los últimos tiempos. Así, como marco de referencia para definir la clase de país que podemos esperar tener en el corto o mediano plazo, podríamos utilizar como ejemplos a dos posibles paradigmas: uno como CHILE, o uno como CUBA.
Coloquemos la realidad nacional de ambos países en perspectiva para poder apreciar sus diferencias. El modelo económico chileno que recibió como herencia el gobierno democrático que reemplazó a la dictadura ha resultado plenamente exitoso, pues se ha mantenido invariablemente bajo la radical transformación política que sufrió la sociedad chilena con la defenestración de la dictadura y la pérdida del control gubernamental por parte del segmento conservador de esa sociedad.
El gran acierto de la coalición socialista que tomó el poder en Chile tras el fin de la dictadura fue el discernimiento político estratégico sensato de que para mantener un modelo económico exitoso no se necesitaba de un Pinochet ni de un Salvador Allende. El modelo de desarrollo económico diseñado por los colaboradores del dictador, y que los sucesivos gobiernos democráticos de la coalición socialista han mantenido prácticamente sin alteración, ha permitido a este país no solo doblar su tasa de crecimiento histórico (a un promedio del 7 por ciento anual desde 1984 hasta 1989) sino también reducir el nivel de pobreza de la gente de 45 por ciento (como lo es actualmente en nuestro país) en 1987 a 22,2 por ciento en 1998.
Aparte de su acierto político en materia económica, la coalición gubernamental socialista ha logrado una pacífica transición, de un estado totalitario a uno plenamente democrático. Una razón más para recalcar que el Paraguay no necesita de un nuevo Stroessner para recuperar la seguridad pública, ni de un Fernando Lugo devenido dictador marxista para dar solución a los problemas económicos y sociales que nos afligen, o sanear las corruptas y fosilizadas instituciones públicas.
Si Salvador Allende hubiera logrado imponer su “socialismo total, científico y marxista”, Chile, en vez de encontrarse como ahora, hubiese estado como Cuba en la actualidad, con algún dictador perpetuado en el poder y los chilenos en la pobreza, bajo duro yugo dictatorial, emigrando por el mundo en busca de trabajo. Si el presidente Fernando Lugo y su camarilla marxista “bolivariana” optan por el nefasto ejemplo de Salvador Allende, e intentan imponer a la mayoría del pueblo paraguayo un régimen autoritario más interesado en utilizar el poder para consolidarse en el mismo y libar sus mieles antes que en atender las necesidades de la sociedad en general, el Paraguay que nos espera, a nosotros y a nuestros hijos y nietos, es ciertamente sombrío, y no podemos aceptarlo pasivamente.
En lo que se refiere a Cuba, todos conocen la situación actual: una economía destrozada, con el pueblo viviendo en condiciones paupérrimas, las libertades públicas canceladas y los derechos humanos sin vigencia. Por eso, de cara a las dos opciones políticas posibles, el presidente Lugo tiene que responder claramente al crucial interrogante que el pueblo paraguayo le formula: ¿Qué clase de país tiene la intención de construir para los paraguayos: Uno como Chile, o uno como Cuba?
LOS EMPRESARIOS VENEZOLANOS DENUNCIAN QUE LA SITUACIÓN EN SU PAÍS ES «CRÍTICA»
La Información de Venezuela (www.noticias.lainformacion.com)
En 1999, Venezuela tenía 13.400 empresas. Ahora son 7.400. El año pasado la economía venezolana todavía creció un 4,4%. Este año, Fedecámaras, la patronal de aquel país, estima que el PIB caerá un 2,7%. La economía del país que, probablemente, atesora más recursos de Suramérica se encuentra en una «situación crítica», como corrobora el presidente de Fedecámaras, Noel Álvarez. En ese carro de la ineficacia productiva también parecen encontrarse Bolivia y Ecuador, según se desprende de los informes presentados en la XX Reunión de Presidentes de Organizaciones Empresariales, que se celebra en Lisboa. ¿Y quiénes son los culpables? A los empresarios no les cabe ninguna duda de que, salvando nombres propios –«todos sabemos quiénes somos», dice uno de ellos a LA RAZÓN–, la responsabilidad recae sobre una serie de gobiernos que, «desafortunadamente, tienen un marcado tinte antiempresarial», afirma el presidente de Fedecámaras. El panorama en Venezuela, según Álvarez, no es alentador ahora mismo para los empresarios, amenazados y hostigados desde el poder. Aun así, el presidente de la patronal venezolana no se rinde: «Tenemos prohibido tener miedo si luchamos por un ideal. Y nosotros no llegamos aquí para callar, así que, con el mayor respeto, diremos lo que tenemos que decir». Y lo que tienen que decir, ya se lo ha dicho en reiteradas ocasiones a Chávez desde el mismo año 2000 o en diciembre de 2002, cuando convocaron el famoso Paro Petrolero que mantuvo paralizada durante dos meses la principal industria venezolana. Eso les ha valido también para ser objeto de ataques. En 2008, una bomba en la puerta de la sede empresarial mató a una persona. Y a día de hoy, el acoso continúa. Álvarez admite que ese acoso hace mella, pero matiza que es un daño relativo: «Es cierto que algunos se han ido, pero no se ha producido una estampida». Lo que si es cierto es que las condiciones políticas en el país no animan las inversiones.
AVIÓN DE AEROSUR HIZO UN ATERRIZAJE DE EMERGENCIA
Una aeronave de la compañía Aerosur, con 71 pasajeros a bordo, que despegó anoche del aeropuerto “Silvio Pettirossi” con destino a Santa Cruz, Bolivia, debió retornar y realizar un aterrizaje de emergencia luego de que el piloto detectara un desperfecto en la máquina tras 20 minutos de vuelo. La atinada decisión del comandante evitó una catástrofe.
ABC de España (www.abc.com.py)
El boeing (matrícula ZP 2561) 737 200, con capacidad para 120 pasajeros, despegó de la principal estación aérea del país a las 22:15. Aproximadamente 20 minutos después, el piloto comunicó a la torre de control un “Alerta 2”, confirmando la falla en la presión de aceite de la máquina, según informó anoche José Villalba, jefe de prensa del aeropuerto Silvio Pettirossi.
El comandante, ante la difícil situación de estar volando con un solo motor, solicitó la correspondiente venia para el retorno y el posterior aterrizaje.
Toda la pista
Momentos de angustia y tensión se vivieron cuando se aproximaba el avión que volvió a tocar la pista a las 23:10. Durante el aterrizaje el avión utilizó toda la pista. A muchos les llamó la atención este hecho, pero expertos en aeronavegación señalaron que es un procedimiento normal y que es una medida de precaución para evitar accidentes.
Los pasajeros aplaudieron la pericia del piloto y del copiloto, quienes evitaron una catástrofe al decidir volver inmediatamente tras detectarse el problema mecánico en la aeronave y realizar el aterrizaje de emergencia.Quiso minimizar
Ramiro Vargas, gerente de Aerosur, quiso minimizar el hecho diciendo que no hubo ningún incidente, cuando en la torre de control se reportó un alerta 2. Además la máquina por orden del comandante no volvió a despegar y se quedó en la manga 4 del “Silvio Pettirossi”.
IRÁN Y BRASIL: POR LA SOBERANÍA
La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
La visita a Brasil del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, y el discurso de su anfitrión, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, marcan un importante respiro para el acosado gobierno de Teherán, respiro que muy probablemente se ensanchará en el resto del periplo latinoamericano –Venezuela y Bolivia– del polémico visitante.
Al margen de las antipatías o simpatías que despierte este personaje político, e independientemente de la realidad deplorable que impera en Irán en materia de derechos humanos, es inocultable que la República Islámica es objeto de una campaña mundial, orquestada por Estados Unidos y la Unión Europea, orientada a denegarle el ejercicio de su soberanía nacional. El programa iraní de desarrollo nuclear puede resultar preocupante, si se da crédito a los adversarios occidentales en que Teherán pretende dotarse de armas nucleares, o no, si se cree a las propias autoridades de Irán, que niegan tal perspectiva y aseguran que los empeños del país por dotarse de uranio enriquecido tienen como propósito la generación de energía atómica con fines pacíficos. Sea como fuere, no existe fundamento ni justificación para prohibir a Irán el desarrollo armamentista que se permitió a Israel, India, Pakistán y, posiblemente, Corea del Norte. Cualquier intento diplomático fundamentado para disuadir a Teherán de fabricar bombas nucleares tendría que tener, como contrapeso mínimo, la exigencia internacional efectiva de que el gobierno de Tel Aviv –que es, hasta la fecha, la única potencia atómica de Medio Oriente, cuya institucionalidad democrática no es menos cuestionable que la de Irán, y que representa un enemigo acérrimo para éste– renuncie a la posesión de tales artefactos. De otra manera, las demandas internacionales a Teherán no rebasan el ámbito de la simulación, la hipocresía y la doble moral.
Es claro, desde otro punto de vista, que una de las razones principales de los actuales fenómenos de rearme de diversas potencias medias y regionales es el unilateralismo, la arbitrariedad y el carácter depredador y violento que ha ostentado la política exterior estadunidense en la mayor parte de la década en curso; y si bien tales características fueron impulsadas por la presidencia de George W. Bush, su sucesor, Barack Obama, no ha conseguido eliminarlas, y en algunos casos (como el de Afganistán) ni siquiera atenuarlas. Pero, si realmente se desea evitar temores que conduzcan a las espirales armamentistas, atómicas o no, en vez de recurrir a las amenazas y las fintas militares habría que empezar por despejar la generalizada percepción de amenaza que se desprende de la política exterior de Washington, e incluso de la de Bruselas.
Acaso con estas consideraciones en mente, y teniendo en cuenta la condición de potencia regional que ostenta su propio país, el mandatario brasileño puso el dedo en la llaga cuando señaló, antes de reunirse con su par iraní, la improcedencia de aislar a la República Islámica y la pertinencia de dialogar con sus autoridades en torno al diferendo por su programa de desarrollo atómico, al cual “tiene tanto derecho como Brasil”.
El punto central de esta concordancia no reside, como pretende el hegemonismo occidental, en afanes armamentistas, sino en la necesaria defensa de las soberanías nacionales frente a poderes planetarios que siguen pensando en un mundo dividido entre colonias y metrópolis.
En otro sentido, la presencia de Ahmadinejad en Brasilia y la valiosa y razonable postura de su anfitrión siguen delineando a Brasil como un actor cada vez más importante en la diplomacia internacional. Tras el golpe en Estado en Honduras, ante el cual otros gobiernos han exhibido obsecuencia y hasta complicidad, Brasilia ha desempeñado el papel más lúcido y constructivo, y si en la nación centroamericana no ha sido posible revertir el cuartelazo, ello ha sido por la ambigüedad calculada de Washington y de sus sectores más conservadores.
La proyección de Brasil va más allá de este hemisferio. En días recientes visitaron el país sudamericano el presidente de Israel, Shimon Peres, y el titular de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas. Ahora, tras el encuentro con Ahmadinejad, Lula adquiere la condición de un interlocutor central y creíble que podría introducir factores dinámicos en la empantanada y exasperante situación de Medio Oriente. Cabe esperar que así sea.
Brasil defendió el “derecho de Irán” al programa nuclear
EL ABRAZO DE LULA LLEGA HASTA MEDIO ORIENTE
El presidente brasileño rechazó las críticas internacionales por la visita del líder ultraconservador Mahmoud Ahmadineyad y aseguró que “no sirve de nada aislar a Teherán”.
Critica Digital de Argentina (www.criticadigital.com/)
Tres horas de reunión a puertas cerradas en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería brasileña, fueron suficientes para que Luiz Inácio Lula da Silva y Mahmoud Ahmadineyad sellaran un acuerdo de mutua conveniencia diplomática. Después de dar a su anfitrión “la bienvenida a Asia y Oriente Medio”, el presidente ultraconservador iraní aseguró que la república islámica “apoya a Brasilia como miembro permanente” del Consejo de Seguridad, el exclusivo club de países con poder de veto en Naciones Unidas que Brasil aspira a compartir con Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido y Francia. Ahmadineyad agradeció así el gesto previo de Lula, que reconoció públicamente “el derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear para fines pacíficos, con pleno respeto a los acuerdos internacionales”.
Aunque también pidió a Teherán que busque “una solución justa y equilibrada a la cuestión nuclear”, el mandatario brasileño apostó por mantener el equilibrio político que desplegó en los últimos diez días con sus huéspedes anteriores, el presidente israelí Shimon Peres y el palestino Mahmud Abbás. A ellos les prometió que visitará Israel y Cisjordania en marzo como parte de una gira para estrenar su nuevo rol informal de mediador en Cercano Oriente y poner la “capacidad de conversación que Brasil tiene actualmente” al servicio del proceso de paz en la región. “Brasil sueña con un Medio Oriente libre de armas nucleares, como ocurre en América Latina”, explicó. Las potencias occidentales lideradas por Estados Unidos temen que el enriquecimiento de uranio iraní, que al 90% sirve para fabricar bombas atómicas, sea utilizado con fines militares y no científicos, como asegura el régimen de los ayatolás.
Ahmadineyad, que fue reelecto en junio en elecciones que la oposición reformista considera fraudulentas, participó en un encuentro empresarial junto a 300 empresarios de ambos países y firmó con el gobierno brasileño acuerdos de cooperación en agricultura y tecnología. Antes de recibir al líder iraní –que continuará hoy su gira sudamericana en Bolivia y Venezuela, dos países que rompieron relaciones con Israel–, Lula defendió la visita ante las críticas de la oposición y de la colectividad judía que reside en el país. “Hay una serie de países que no conversan con Irán, pero no sirve de nada aislarlo –justificó al referirse en su programa semanal de radio al controvertido programa nuclear–. Lo que defendemos para nosotros lo defendemos también para otros países”.
El líder opositor Jose Serra, gobernador del estado de San Pablo y favorito para las presidenciales de 2010, desdeñó las explicaciones oficiales y calificó como “indeseable” la visita de Ahmadineyad. “Es incómodo recibir en Brasil al jefe de un régimen dictatorial. A fin de las cuentas, tenemos un pasado reciente de lucha contra la dictadura”, afirmó en un artículo publicado ayer en Folha de São Paulo.
LULA ADVIERTE QUE AISLAR A IRÁN NO SIRVE DE NADA
Brasilia defiende el derecho de Teherán a un programa nuclear pacífico
El País de España (www.elpais.com)
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo ayer un arriesgado ejercicio de funambulismo político junto a su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad, que escogió Brasilia como primera escala de su gira suramericana que también lo llevará a Bolivia y Venezuela. Contra la opinión de las principales potencias occidentales, el dirigente brasileño advirtió que "aislar a Teherán no sirve de nada", y defendió abiertamente el derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear "con fines pacíficos", si bien añadió que Brasil "sueña con un Oriente Próximo libre de armas atómicas".
En lo que pareció un claro intercambio de apoyos, Ahmadineyad, que se refirió reiteradamente a Brasil como "país amigo", defendió las aspiraciones brasileñas de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y de asumir un papel de mediador trascendente en Oriente Próximo.
La llegada a Brasil de Ahmadineyad se produce pocos días después de las visitas de los presidentes de Israel, Simon Peres, y de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. En todos los encuentros, Lula ha defendido la creación de un Estado palestino "junto a un Estado de Israel seguro y soberano", y ha criticado la expansión de los asentamientos israelíes.
Lula intenta ahora "promover el diálogo entre Irán y Occidente" a petición expresa del presidente de EE UU, Barack Obama, según fuentes diplomáticas. Brasil irrumpe así como mediador en el enquistado conflicto de Oriente Próximo y en el enfrentamiento de Teherán con el mundo occidental con las bendiciones de las partes enfrentadas.
La reunión a puerta cerrada entre Lula y Ahmadineyad iba a durar inicialmente 30 minutos, pero terminó prolongándose casi dos horas. Según las mismas fuentes, en un primer momento los dirigentes hablaron de proyectos de cooperación bilateral y después tocaron temas más delicados. Implícitamente lo confirmó Lula, que en su declaración ante la prensa dejó caer un duro mensaje para su invitado: "La política exterior brasileña está anclada en el compromiso con la democracia y el respeto a la diversidad. Defendemos los derechos humanos y la libertad de elección de nuestros ciudadanos con la misma vehemencia con la que repudiamos todo tipo de intolerancia o de recurso al terrorismo".
No obstante, Lula dijo que Brasil reconoce "el derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear para fines pacíficos con pleno respeto a los acuerdos internacionales". Era justo lo que buscaba Ahmadineyad, aunque las palabras de Lula subrayan las condiciones de este espaldarazo a su programa nuclear: que sea para fines pacíficos y que respete los acuerdos internacionales. Tras la reunión, ambos dirigentes expresaron su "rechazo inamovible a las armas de destrucción masiva, en particular a las armas nucleares", en una declaración conjunta.
El próximo mes de marzo, Lula efectuará una gira por Oriente Próximo que incluirá visitas a Israel, a los territorios palestinos y a Jordania. En el entorno del presidente se asegura que durante el primer semestre de 2010 Lula también pretende visitar Irán.
"La búsqueda de un entendimiento [en Oriente Próximo] exige la incorporación de nuevos interlocutores genuinamente interesados en la paz", dijo Lula ayer al defender la mediación brasileña en el conflicto que azota la región. Ahmadineyad, por su parte, afirmó: "La presencia de Brasil en Oriente Próximo puede ayudar a la promoción de la paz y la estabilidad".
Jorge Quiroga, ex presidente de Bolivia
"CHÁVEZ ES AMBIDIESTRO PARA DESTROZAR Y MANCO PARA PROGRESAR"
A lo largo de la conversación con Jorge Quiroga, cuya primera entrega se publicó el lunes, salen cuestiones como la compra de armamento por varios países y la ideologización de los ejércitos. Un nombre está presente en todo momento, como lo está en casi todos los rincones de Latinoamérica: Hugo Chávez Frías.
El Diario Exterior de España (www.eldiarioexterior.com.es)
La adquisición acelerada de armamento por parte de varios gobiernos latinoamericanos, como el venezolano, el ecuatoriano o el boliviano, es un fenómeno que causa preocupación en diversos círculos. Preguntado por esta materia, Jorge Quiroga prefiere no hablar de "carrera armamentística" y diferencia con claridad en qué casos se está ante algo peligroso y en cuáles no. Así, explicó a eldiarioexterior.com que "hay que distinguir entre lo que es realmente problemático y lo que es, con todo respeto, alboroto" y destacó por sus características específicas tres países concretos.
"En primer lugar está Brasil", nos dice, "por su peso hemisférico, regional, y por su postulación para ingresar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Sabemos que la forma de ingresar es conseguir los buenos oficios de Francia, Reino Unido, Estados Unidos… que paradójicamente venden armas". El ex presidente de Bolivia añade que "lo pondría en una categoría aparte", debido a que se trata de "una relación entre potencias. Aunque Brasil lo niegue, es una potencia en ciernes". Un segundo caso sería el de Chile. Este país "está gastando dinero del fondo del cobre. El precio de este metal, que está tan alto, le ha permitido hacer políticas fiscales contra cíclicas y afrontar la compra de armamento". Tampoco le da mayor importancia.
El tercero es Venezuela. Dice que aquí estamos ante "algo que es realmente peligroso", puesto que "está comprando armas bajo un régimen como el de Hugo Chávez, que es el padrino, tutor, mentor y protector de las FARC. Eso tiene otra clase de connotaciones: violencia, terrorismo y narcotráfico". Quiroga enfatiza: "Eso es lo que realmente debe preocuparnos".
Armamento y corrupción
Sobre los tres países que ha destacado como grandes compradores de armas, afirma: "No justifico lo que están haciendo Brasil y Chile, preferiría que se gastaran esos recursos en salud y educación. Pero lo verdaderamente preocupante es el armamentismo de Chávez, cuando es el verdadero mentor y tutor de los narcoterroristas colombianos".
Otros países también se han lanzado a adquirir armamento, pero Quiroga ve en ello algo muy diferente y dice que "con todo el respeto, lo del resto es corruptela barata". El entrevistado explica que "de 2003 a 2008 hemos tenido la bonanza económica externa mayor de la historia de América Latina. Esto ha permitido que Brasil tenga dinero para comprar armas, ha alimentado el fondo del cobre de Chile, las ganancias por el petróleo de Chávez y los ingresos fiscales en Bolivia vía el gas o en Ecuador vía petróleo..." Añade que "con Gobiernos de baja eficiencia y poca ejecución, una forma expedita de erogar recursos y cobrar una buenas comisiones es comprar armas".
Insiste en que "hacer carreteras u hospitales demora, requiere estudios y capacidad de gestión. Cuando esta no existe, una forma rápida de repartir los recursos de una chequera abultada es comprar armas. Es corruptela barata". Se muestra convencido de que "entre Paraguay y Bolivia no va a haber más guerras. Tiene más que ver con traficantes e intermediarios de armas que se buscan su buena comisión y gobiernos que se prestan a esos juegos". Al ser preguntado por el caso específico de su país, se reafirma en esta idea: "En el caso de Bolivia se tratad de generar gastos rápidos con chequeras abultadas en tiempos de bonanza, con intereses de intermediarios y de corruptelas baratas".
Tentáculos de Chávez
A pesar de que Evo Morales, como explicó el propio Quiroga (primera entrega), entrega a los militares de su país talones a cargo de la Embajada de Venezuela, al mimo tiempo insiste en hablar de soberanía. Recientemente alardeaba de que los Gobiernos del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) acordaron ideologizar a los militares. Según dijo, se aprobó "fomentar doctrinas revolucionarias y nacionalistas" en el seno de las Fuerzas Armadas de cada país. Preguntado por esta cuestión, Quiroga responde con contundencia: "No se puede encontrar nunca consistencia en el Gobierno de Bolivia ni en el de Venezuela".
A esto añade que "hay proyecto totalitario, tiránico, ambidiestro, de Hugo Chávez. Quiere tomar el poder, amordazar la prensa, coartar libertades, socavar derechos, limitar garantías y destrozar las economías en toda la región. Lo hace con las dos manos; no es de derechas ni de izquierdas". El entrevistado sostiene que el presidente venezolano "es ambidiestro para destrozar y manco para progresar". En este marco, "Bolivia es un tentáculo, como lo son Ecuador, Nicaragua, Paraguay y varios países caribeños". A esto añade que "el ALBA es un club de áulicos corifeos de Hugo Chávez".
"Estuve en Cochabamba el día de la reunión" de los jefes de Estado del ALBA "y era realmente penoso", explica Quiroga. Añade que "Bolivia no tiene con los países del Caribe, Cuba y Nicaragua ningún interés comercial ni económico. Se ponen a hablar de hacer una moneda común y el comercio de Bolivia con casi todos ellos es cero, tan sólo hay algo con Venezuela y Ecuador". El ex presidente del país andino nos recuerda que "Bolivia tiene una política cambiaria desde el año 86 que nos ha dado estabilidad y confianza en nuestra moneda y nuestro sistema financiero. Y hablan de cambiarla para entregarse a una Venezuela que tiene dos tipos de cambio, el del Banco Central y el de la calle para ser negociado sin el régimen, y Ecuador, que no tiene ninguno". Sostiene que eso "es demencial. No tiene sustento".
Fuerzas Armadas y milicias
Continúa explicando que "en esta línea de demencias se inscribe eso de politizar y someter las fuerzas armadas a diseños políticos. Es la receta venezolana, es lo que hizo Hugo Chávez con su régimen". Desgrana el proceso: "El primer paso es copar y doblegar políticamente a las fuerzas armadas. Como siempre hay algo de desconfianza de que no sean tan sumisas y de que algún soldado respete la Constitución y la bandera, el segundo paso es crear milicias armadas. Como Chávez está haciendo en Venezuela". Alerta además sobre algo que "creo que ha pasado desapercibido" y es en su opinión "lo más grave que se ha dicho en Cochabamba".
"Nunca he escuchado a un presidente democrático en una cumbre internacional hacer un llamamiento a la gestación y formación de guerrillas armadas", dice Quiroga antes de añadir que "sin embargo, Hugo Chávez hizo un llamamiento claro a la formación de grupos guerrilleros en Honduras". Para el ex presidente boliviano, eso es "lo más grave que hay en ese plan de sometimiento hemisférico que tiene Hugo Chávez".
Claves americanas
EL VÍNCULO ENTRE LOS LÍDERES POPULISTAS Y LA CORRUPCIÓN
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
Un nuevo ranking de los países percibidos como los más corruptos del mundo confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos: los líderes populistas que llegan al poder con la promesa de erradicar la corrupción a menudo terminan liderando gobiernos aún más podridos que los anteriores.
El Ranking de Percepción de Corrupción 2009 dado a conocer por Transparencia Internacional, un grupo no gubernamental con sede en Alemania que es considerado el más importante de su tipo, clasifica mediante más de media docena de encuestas los niveles de corrupción en 180 países del mundo.
A nivel mundial, los que aparecen como menos corruptos son Nueva Zelanda y Dinamarca, y los que son considerados los más corruptos son Somalia y Afganistán.
En América latina, excluyendo a los países del Caribe, los campeones regionales de la corrupción son Venezuela, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Bolivia y la Argentina, según el estudio.
Casi todos los líderes de estos países basaron sus campañas presidenciales en la promesa de acabar con la corrupción. En Venezuela, donde Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998 con la promesa de terminar con lo que acertadamente describía como una clase política corrupta, la corrupción no ha hecho más que empeorar desde que asumió.
Cuando Transparencia empezó a hacer su Ranking de Corrupción en 2001, Venezuela ocupaba el puesto número 69 en una lista de 91 países que iba de los menos a los más corruptos, o sea que se encontraba en el percentil 25 de las naciones más corruptas del mundo. En 2009, Venezuela ocupa el puesto 162 en la lista de 180 países, es decir que está en el percentil 10, mucho más cerca de Afganistán y Somalia.
¿Hay alguna relación entre populismo y corrupción?, le pregunté a Alejandro Salas, el director del departamento de las Américas de Transparencia. En un diálogo telefónico desde Berlín, Salas revisó conmigo el ranking, y notamos que virtualmente todos los países latinoamericanos considerados como los más corruptos están gobernados (o estuvieron gobernados hasta hace poco) por líderes populistas.
"Así es´´, dijo Salas. "Hay una relación directa entre populismo y debilidad institucional. Y la debilidad institucional conduce a la corrupción´´. Salas dijo que divide a los países latinoamericanos en tres grupos.
"El primer grupo es el de los que mejor califican, que son Chile, Uruguay, Puerto Rico y Costa Rica´´, dijo. "Son los que son vistos como los menos corruptos, y que tienden a tener estabilidad, elecciones libres y periódicas, y en la mayoría de los casos sistemas judiciales independientes, organismos de control eficaces, y sistemas de pesos y contrapesos establecidos."
"El segundo bloque es el de países que están en el medio, donde encontramos a Brasil, México, Colombia y Perú´´, continuó. "Son países con tendencias contradictorias: tienen algunas instituciones modernas, pero también cargan con muchas herencias del pasado que llevan a la corrupción."
"Y luego está el tercer bloque, de los que están en la parte inferior de la tabla, que son los países que en los últimos años han sufrido una especie de "captura del Estado" "por parte de líderes carismáticos", señaló. Agregó que en países como Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Honduras, eso significa que a menudo "las decisiones políticas no pasan por ningún mecanismo de control. Entonces, no se audita, no se vigila".
La situación en EE.UU.
¿Y qué ocurre en Estados Unidos?, le pregunté a Salas, al señalar que Estados Unidos aparece en el ranking como el segundo país entre los menos corruptos de las Américas, después de Canadá. ¿No debería haber figurado en un puesto mucho menos honorable, considerando el reciente caso de Bernard Madoff y varios otros escándalos financieros?
Salas dijo que la ubicación de Estados Unidos en el ranking puede deberse al hecho de que las preguntas estaban referidas a la corrupción gubernamental, no a la privada. Además, es posible que los encuestados sintieran que el gobierno estadounidense ha respondido con celeridad y firmeza, agregó.
Mi opinión: no me sorprendería que en los próximos años, a medida que salgan a la luz más detalles sobre la escandalosa falta de supervisión financiera durante el gobierno de George W. Bush, Estados Unidos baje algunos puestos en el ranking de corrupción. Debería ocurrir eso.
Pero no me sorprende que Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, estén entre los países más corruptos del mundo. Se trata de naciones cuyos gobernantes han intentado adueñarse de todas las instituciones del Estado, y que ahora están tratando de acallar a los medios. Cuanto más consigan controlar todos los mecanismos de control, tanto mayor será la corrupción en sus países.
Opinión
A MAYOR SILENCIO, MÁS CORRUPCIÓN
La labor investigativa y fiscalizadora de la prensa es vital para responsabilizar a los gobiernos y mantener a raya a los corruptos. Sin denuncia periodística hay poca transparencia y la democracia se debilita. Muchos gobiernos rechazan estos principios. Prefieren una prensa sumisa o amordazarla con leyes restrictivas. Así compran silencio y esconden corrupción.
El Diario de Ecuador (www.eldiario.com.ec)
No es casualidad que los países latinoamericanos donde más se está limitando a los medios de comunicación, como en Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Argentina, son precisamente los que aparecen como peores clasificados en la lista de percepción de la corrupción que difundió Transparencia Internacional (TI) esta semana.
En una escala del 1 al 10 (siendo la peor la de menor valor) Venezuela, con una puntuación de 1.9, fue considerado uno de los países más corruptos del mundo, ubicándose en el puesto 162 de 180. En orden ascendente se situó Ecuador, 2.2; Nicaragua, 2.5; Bolivia, 2.7 y Argentina con 2.9, de un total de 21 naciones latinoamericanas que obtuvieron un vergonzoso puntaje menor de cinco puntos.
La medición de TI comprueba que donde se busca mayor silencio mediático se registra más corrupción gubernamental. Venezuela tiene uno de los sistemas más restrictivos de prensa en el continente. Las denuncias contra el nepotismo de Hugo Chávez, beneficiando a parientes y autoridades, así como los dineros opacos que fluyen de los entes estatales, sirvieron para justificar la ley de Responsabilidad Social. Un mecanismo que le ha servido al gobierno para clausurar RCTV, decenas de radioemisoras y amenazar de cierre a Globovisión, así como crear una vasta red de medios públicos que jamás denunciarán irregularidad alguna.
En Argentina, la ley de Servicios Audiovisuales lleva la consigna de destronar al Grupo Clarín y a otras empresas que revelaron, por ejemplo, el desmedido enriquecimiento del patrimonio de Cristina Kirchner y su esposo o los dineros espurios utilizados en su campaña electoral. En Ecuador, la nueva ley de Comunicación busca amordazar a medios como Teleamazonas, que ya sufrió varios aprietes oficiales por poner en evidencia que Fabricio, hermano de Rafael Correa, se beneficiaba con contratos con el Estado. Mientras que Daniel Ortega busca acallar al diario La Prensa para evitar que se sepa que sus familiares se han beneficiado con el manejo de empresas privadas y hasta con vacaciones pagadas por todos los nicaragüenses. En la medición de TI se observa que también existe una estrecha relación entre libertad de prensa y transparencia; es decir, a mayor tranquilidad de los medios para trabajar, menos corrupción. Los países mejor ubicados fueron Chile y Uruguay en el puesto 25 con una puntuación de 6.7; Puerto Rico, 5.8 y Costa Rica 5.3; justamente donde los medios sufren menos o pocas represalias por su labor.
La fórmula es simple. Para combatir el silencio y mejorar la transparencia, se necesita mayor libertad de prensa.
Opinión
CORRUPCIÓN POLÍTICA EN EL MUNDO
Un nuevo ranking de los países percibidos como los más corruptos del mundo confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos: los líderes populistas que llegan al poder prometiendo erradicar la corrupción, a menudo terminan liderando gobiernos peor que los anteriores.
Diario de Cuyo de Argentina (www.diariodecuyo.com.ar)
El Ranking de Percepción de Corrupción 2009, dado a conocer por Transparencia Internacional, ONG con sede en Alemania, y considerado el más importante de su tipo, clasifica los niveles de corrupción en 180 países. A nivel mundial, los menos corruptos son Nueva Zelanda y Dinamarca, y los más corruptos Somalia y Afganistán. En América latina, excluyendo al Caribe, los campeones de la corrupción son Venezuela, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Bolivia y Argentina.
Casi todos los presidentes de estos países hicieron sus campañas prometiendo acabar con la corrupción. En Venezuela, donde Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998 prometiendo terminar con lo que acertadamente describía como una clase política corrupta, la corrupción no ha hecho más que empeorar desde que asumió el poder. Cuando empezó el Ranking de Corrupción en 2001, Venezuela ocupaba el puesto número 69 en una lista de 91 países que iba de los menos a los más corruptos, o sea en el percentil 25 de las naciones más corruptas. En 2009, Venezuela está 162 en la lista de 180 países, o sea en el percentil 10, mucho más cerca de Afganistán y Somalia.
¿Hay alguna relación entre populismo y corrupción?, le pregunté a Alejandro Salas, director del departamento de las Américas de Transparencia. Salas observó que todos los países latinoamericanos considerados como los más corruptos están gobernados, o lo estuvieron hasta hace poco, por líderes populistas. Salas dijo que "hay una relación directa entre populismo y debilidad institucional. Y la debilidad institucional conduce a la corrupción".
En análisis divide a la región en tres grupos. En el primero están los que mejor califican: Chile, Uruguay, Puerto Rico y Costa Rica. Son los menos corruptos y tienen estabilidad, elecciones libres y periódicas, y sistemas judiciales independientes, organismos de control eficaces.
El segundo bloque, integrado por Brasil, México, Colombia y Perú es contradictorio: tienen algunas instituciones modernas, pero también muchas herencias del pasado que llevan a la corrupción. En el tercer bloque, abajo en la tabla, están los que han sufrido una especie de "captura del Estado" por parte de líderes carismáticos, caso de Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Honduras, donde las decisiones políticas no pasan por ningún mecanismo de control.
¿Y Estados Unidos?, pregunté a Salas, señalando que aparece como el segundo país menos corrupto de América, después de Canadá. ¿No debería figurar en un puesto mucho menos honorable, considerando el caso de Bernard Madoff y varios otros escándalos financieros? Según Salas puede deberse a que las preguntas estaban referidas a la corrupción gubernamental, no a la privada.
Mi opinión: En los próximos años, a medida que surjan más detalles sobre la escandalosa falta de supervisión financiera en el gobierno de Goerge W. Bush, que precipitó la actual crisis económica, EEUU puede bajar algunos puestos en el ranking. Pero no me sorprende que Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua estén entre los países más corruptos del mundo. Sus gobernantes han intentado adueñarse de todas las instituciones del Estado, y ahora tratan de acallar a la prensa.
PERÚ, CHILE Y EL PESO DE LA HISTORIA
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)
Cuando era niña un anciano le contó a mi padre que odiaba a los chilenos porque habían violado a su madre durante la guerra. Ese recuerdo formaba parte de una historia con más de un siglo de antigüedad y aunque en el conflicto nuestro país perdió territorio, el tiempo se ha encargado de limar esos resentimientos y la globalización ha jugado en ello un papel decisivo, al unir a ambas naciones bajo un pretexto comercial.
Aunque parezca contradictorio, justamente para restañar esas heridas del pasado, el 18 de enero del 2008 el presidente peruano Alan García demandó a Chile ante la Corte de Justicia de la Haya en busca de una solución definitiva al diferendo sobre la frontera marítima con Chile, de tal manera que fuese un organismo internacional el que otorgara un deslinde legal a una discrepancia histórica.
Si fumar la pipa de la paz dependiera de la decisión de un tribunal internacional sería formidable. La guerra culminó el 20 octubre de 1883; sin embargo, la paz entre Chile y Bolivia se firmó en 1904 y Bolivia perdió la posibilidad de salida soberana al océano Pacífico. Esta situación ha generado fricciones y acusaciones de todo tipo de negociaciones y elucubraciones, con la esperanza de encontrar el resquicio que permita a los bolivianos salir al mar. La más reciente noticia menciona hasta un túnel marítimo.
Estos antecedentes, que aún encienden pasiones, enmarcan la evidencia de espionaje de parte del vecino del sur, que fue descubierto tras la captura de un suboficial de la Fuerza Aérea la semana pasada en el Perú, quien facilitó datos confidenciales vinculados a la seguridad del Estado.
Lo ocurrido ha desatado un enfrentamiento verbal entre ambos mandatarios, donde como dijo Bachelet han desaparecido las palabras integración y cooperación. La tensión se ha apoderado de la situación, en momentos que la oposición insistía en criticar la rúbrica del Acuerdo de Complementación Económica con Chile firmado el pasado 22 de agosto.
Aunque los ánimos están caldeados, el presidente García ha actuado con tino al invocar la unión y dialogar en palacio con todos los sectores, pero algunos políticos han pedido al gobierno que se impongan restricciones a la inversión extranjera en sectores estratégicos como energía, puertos, etc. Lo real es que el empresariado aboga por la cautela y por que no se afecte la relación comercial entre ambos países. Perú es el tercer destino de las inversiones chilenas, que ya superan los 7 mil millones de dólares.
En las últimas dos décadas, los chilenos han invertido en Perú, en finanzas, turismo y construcción, 3,893 millones de dólares, el 59% del total de inversiones. También han incursionado en el rubro energético, supe-
rando los 2,000 millones de dólares en generación eléctrica, y en el área industrial han colocado más de mil millones de dólares.
Los destinos de Perú y de Chile están unidos no sólo por el lenguaje y la geografía: sus gobernantes saben que las decisiones de de-
sarrollo se toman a nivel global y quienes aspiran a elevar el nivel de vida de sus pueblos tienen que actuar dentro de bloques económicos.En este momento, es importante estar unidos como un frente común, dentro de la línea pacífica que exigen los tiempos, sin olvidar que también defendemos nuestra soberanía saliendo del subdesarrollo. Hemos sido ofendidos, hay pruebas de espionaje. Pedimos un esclarecimiento, pero debemos tener el corazón abierto a la conciliación. El desarrollo depende de la paz.
Frente a una oposición dividida, desorientada e impotente, el Movimiento al Socialismo (MAS) busca su reelección en las elecciones de diciembre. El triunfo del oficialismo consolidaría una nueva hegemonía, para reparar las injusticias sociales acumuladas en 500 años de historia.
Prensa del Mercosur (www.prensamercosur.com.ar/apm)
Si hay algo que no puede discutirse es la legitimidad popular del actual gobierno boliviano encabezado por el presidente Evo Morales: he ahí su gran fuerza, la única que vale.
En cuatro años de gestión, el mandatario se ha sometido a igual número de consultas y sondeos, comenzando por la que lo llevara al poder -en diciembre de 2005-, cuando por primera vez un candidato lograba imponerse con más del 50 por ciento de aceptación.
Casi tres años después, arriesgando su gestión en un Referéndum Revocatorio –la valentía del presidente se cobra en factura aparte- , Morales superaba el 67 por ciento de respaldo popular.
El mandatario boliviano arrasa cuando se somete a las urnas y eso sepulta los intentos opositores de asimilar su imagen a la de un dictadorzuelo autoritario.
La otra gran crítica con pretensiones deslegitimantes de una oposición desorientada y fragmentada -el fraude electoral- acaba de ser borrada del mapa por una talentosa iniciativa del presidente: la implementación del Padrón Nacional Electoral.
El nuevo instrumento se basa en un registro biométrico de los votantes, que incorpora datos referidos a la identidad de la persona y las combina con una foto digital; huellas dactilares y firma.
Desde su aprobación el 14 de abril de 2009, el órgano electoral boliviano ha registrado a casi 5 millones de personas -incluyendo a 170 mil residentes bolivianos en el extranjero- y ha posibilitado la incorporación de pobladores rurales antes olvidados, mediante una campaña que utilizó unidades móviles de empadronamiento.
En resumen, el Padrón Biométrico ha permitido engrosar las nóminas electorales con un millón y medio más de votantes respecto de la última elección –referéndum constitucional de enero de 2009- y ha destrozado cualquier intento de apelar al fraude como argumento descalificador.
Y si faltaba algo para dar lustre a la iniciativa presidencial, funcionarios gubernamentales de Argentina y de Chile manifestaron el interés por repetir el modelo de empadronamiento biométrico en sus respectivos países. La destrucción de los principales argumentos opositores, sumado a su pobreza franciscana para formular propuestas que no los asocien con lo más repugnante del neoliberalismo, explican que los sondeos privados otorguen al actual mandatario una preferencia electoral superior al 50 por ciento con una ventaja que oscila entre los 25 y 30 puntos porcentuales sobre sus competidores.
Y como las leyes bolivianas estipulan que si un candidato supera el 40 por ciento -con más de un 10 por ciento de ventaja sobre el segundo- evita la segunda vuelta, la fórmula oficial Morales- Linera tendría el camino allanado hacia un segundo mandato.
Esa situación de desventaja previa casi invisibiliza a los candidatos opositores Manfred Reyes Villa, de Plan Progreso para Bolivia Convergencia Nacional (PPB-CN); Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN), y René Joaquino, de la Alianza Social (AS), quienes no han podido –o no han sabido- consolidar un partido único que les permita competir más dignamente.
La violencia preelectoral acompaña la impotencia. Así, el jueves 12 de noviembre, un grupo atacó el sitio dónde se preparaba un acto proselitista a favor de Evo Morales y dónde el principal orador sería el vicepresidente García Linera.
En el lugar, emplazado cerca de la pública Universidad Gabriel René Moreno, en el centro de Santa Cruz de la Sierra, quedaron heridos y destrozos que obligaron a la suspensión del evento.
La candidata a senadora nacional Gabriela Montaño (MAS) responsabilizó por los hechos a adherentes de su homólogo por Santa Cruz, Germán Antelo (PP) –respalda la candidatura presidencial de Manfred Reyes Villa-. Esos hechos retrotrajeron al clima político reinante en Santa Cruz en setiembre de 2008, cuando se produjo el intento de golpe de Estado cívico prefectural.
La innegable ventaja de Evo Morales provocó que la pugna electoral se centre en la elección legislativa, dónde están en juego las bancas de 130 diputados y 36 senadores.
Si una oposición significativa, el gobierno hizo una firme apuesta para tenerlo todo. Pretende obtener el mayor porcentaje posible en la votación nacional, controlar al Senado y la Asamblea "plurinacional", ganar en primera vuelta y herir de muerte a la "Media Luna" -departamentos del oriente rico convertido en el núcleo de la oposición al gobierno central- hoy en su peor momento político.
En ese marco de lucha, las actividades de Evo Morales y del opositor Manfred Reyes Villa difieren notablemente.En efecto, mientras Morales trata de convencer a sectores de la clase media de la necesidad de industrializar los recursos naturales ya nacionalizados por su gobierno, Reyes Villa intenta desesperadamente de desligarse de los vínculos que forjara con la dictadura militar que gobernó Bolivia entre julio de 1980 y agosto del año siguiente.
En realidad, las próximas elecciones bolivianas marcan una transición histórica entre una forma de régimen político, que podría llamarse “democracia de derecho”, y otro definido constitucionalmente como "plurinacional", asentado en las Naciones Originarias, cuyo modelo podría asumir el nombre de “democracia consensual” que, constitucionalizada, reemplazará al espíritu neoliberal de la anterior Constitución. La nueva institucionalidad estatal de carácter plurinacional es revolucionaria por cuanto otorga el ejercicio del poder a las clases históricamente más postergadas del país, organizadas hoy comunitariamente y sustentadas desde lo económico por un modelo que procura el reparto igualitario de la riqueza entre todos los bolivianos.
Se trata entonces no sólo de retener el gobierno sino de obtener la totalidad del poder que permita ejecutar a Morales un programa de gobierno para los próximos 50 años. Nótese que plantear a largo plazo modelos de país es una cualidad inherente de las grandes naciones de la Tierra: China y Estados Unidos -o Inglaterra-, que así intentan proceder desde siempre. La diferencia de esos proyectos respecto del que encabeza Morales consiste en que, éste último, no presupone la explotación de pueblo alguno.
La intención de comenzar un régimen político más justo, a partir de un nuevo reparto de poder, es lo que verdaderamente ocupa el tablero de las elecciones de diciembre próximo. Ese nuevo régimen no busca otra cosa que la construcción de una nueva hegemonía.
QUÉ VIENE DESPUÉS DE LAS ELECCIONES DEL 6 DE DICIEMBRE
La Haine de España (www.lahaine.org)
Si EVO gana en diciembre será alejado de la izquierda revolucionaria, también de esclarecidos líderes campesinos y se quedará con los mediocres.
Dicen que “Los pueblos tienen los líderes que se merecen” será que la mayoría de la población indígena no merece a sus mejores dirigentes como Felipe Quispe, Alejo Veliz, Román Loayza y Marcial Fabricano? La clase obrera con sus actuales direcciones habrá perdido su norte en la medida del debilitamiento de la esclarecida vanguardia sindical minera, dejando las direcciones en manos de los patrones del sistema de explotación cooperativista?
Responder a esa interrogante resulta complicado; sin embargo, podemos señalar como causas y efectos las “ideologías” de aquellos que manejan las direcciones de los movimientos sociales de apoyo al M.A.S. Los dirigentes obreros y campesinos que con lealtad mantienen las banderas de la “agenda de octubre 2003” fueron aislados y alejados del entorno dirigencial del M.A.S., y los que a todas luces carecen de formación ideológica constituyen hoy el entorno de confianza de Don Evo, opacando así el liderazgo de los pueblos originarios indígenas, y alimentando la inconsecuencia y corrupción de burocracias sindicales, quienes pretendiendo desviar a la clase obrera de sus tareas históricas afirman que defender al M.A.S. a ultranza sin definir principios es defender el cambio de este proceso “revolucionario”; sumando a sus filas grupos de choque fascistas, inventando argumentos sobre las culturas nacionales originarias y autonómicas de 36 nacionalidades, ignorando que la creación de pequeñas republíquetas responden mejor a las exigencias del capitalismo moderno, por consiguiente las autonomías nación-culturales de poblaciones pequeñas es reaccionaria.
QUE VIENE DESPUES DE LAS ELECCIONES DEL 6 DE DICIEMBRE
Después de las elecciones del 6 de diciembre se abrirá un nuevo capitulo, quedarán al desnudo las limitaciones del proyecto de Don Evo, por que en la ostentosa campaña desplegada no están prometiendo cambios estructurales para su próxima gestión, se limitan a ofertas prebéndales y guerras verbales con la derecha. Nosotros insistimos en que el proceso no se profundizara sin cambios estructurales; en lo económico: Administración estatal de empresas estratégicas que implica su nacionalización; en lo social: Liquidación del latifundio y su distribución entre los campesinos sin tierras o insuficientes, que implica liquidar la extrema pobreza en el campo; en lo político: Contar con dos tercios de votos en la Asamblea Plurinacional, que implica aplicar la NCP aprobando Leyes complementarias mas allá de aspiraciones prorroguistas.
El M.A.S. durante sus tres años de gobierno lució un disfraz de socialista, y a partir de la nueva gestión del 2010 se verá obligado a despojarse de antifaz, capa y espada, mostraran su verdadero rostro y vestidura: Populista sin ideología de clase dispuesto a pactar con el empresariado agro industrial y consolidar su dependencia de las transnacionales. Indigenista Aimara alimentando contradicciones étnicas anteponiendo a las diferencias de clases sociales, situación que agudizará enfrentamientos entre bolivianos y ahondará las contradicciones regionales, para terminar posiblemente sepultando a la tradicional izquierda boliviana caracterizada por su papel de retaguardia y oportunista.
La izquierda tradicional boliviana en ninguno de los momentos históricos pudo o no supo colocarse a la altura de los acontecimientos, ratificando así su incapacidad congénita conformándose con migajas en algunas re participaciones burocráticas de bajo nivel a cambio de su apoyo incondicional a gobiernos populistas.
Las nuevas generaciones de hoy y mañana tienen la ineludible misión de construir la izquierda revolucionaria diferenciándose substancialmente de la izquierda tradicional manteniendo propuestas en un Plan de Lucha con medidas aplicables para la profundización del proceso de cambios y viabilizar la marcha hacia el socialismo. Esa izquierda revolucionaria debe tomar en cuenta que las victorias o fracasos del proceso boliviano esta indisolublemente ligado al destino de los movimientos revolucionarios de Latinoamérica.
EL ACTUAL PROCESO SE DESVIRTUA A FALTA DE CLARIDAD IDEOLOGICA
Como resultado de la realidad política, a partir de enero del 2010, se avizora estancamiento y retroceso de la revolución social y política iniciada en Bolivia en octubre del 2003, con la mala perspectiva de convertirse en una involución acelerada en todos los aspectos de la vida nacional.
Como la dialéctica política no se excluye de las luchas de contrarios y sus correspondientes síntesis, los socialistas revolucionarios apoyamos al proceso sin pertenecer al M.A.S., trabajamos y apostamos por Evo Morales en la campaña Evo Presidente del 2005, aportamos con nuestra militancia incondicionalmente, y organizamos numerosos seminarios y conferencias de esclarecimiento ideológico en las campañas electorales de los Constituyentes y la Revocatoria , esa izquierda NO SE DILUIRA, mas por el contrario se fortalecerá como opinión válida y contestataria al reformismo claudicante, por consiguiente, es imperioso aglutinar a las corrientes del Socialismo Revolucionario priorizando a las juventudes, trabajadores y campesinos para suplir el vacío ideológico como instrumento para frenar en el terreno de las ideas al renacimiento de la contrarrevolución neoliberal.
LAS FACTORES DE LA INVOLUCION
El levantamiento popular de octubre del 2003 al cuestionando al sistema vigente, significó un salto cualitativo de la acumulación social apuntando a un cambio estructural profundo que debió constituir la base programática del gobierno popular, no fue así.
El prestigioso dirigente cívico de Camiri Mirko Orgáz define el caso así: “La Agenda de octubre fue bloqueado por dos estrategias: El indigenismo del MAS y el autonomismo de la Media Luna, polarizando posiciones entre indios y blancos, collas y cambas, autonomistas y centralistas para destruir la unidad nacional y liquidar la polarización histórica entre la nación boliviana y el imperialismo” polarización que terminó fortaleciendo al Proyecto Transnacional-Oligárquico.
En lugar de avanzar en las nacionalizaciones iniciadas el primero de mayo del 2006 se tomaron medidas que revierten el control de las empresas estratégicas a las transnacionales; en lugar de refundar YPFB como instrumento financiero, técnico y administrativo para sostener el proyecto revolucionario se dieron pruebas de ineficiencia y corrupción desprestigiando las políticas de administración estatales.
Estas medidas entreguistas no son señales de profundizar el proceso sino de una involución del cambio propuesto por la agenda de octubre.
Por su lado la derecha derrotada en tres eventos electorales se muestra decidida a rearticularse; aun evidenciando que no tiene un proyecto coherente, (falta que no es accidental, es reflejo de la realidad objetiva de las políticas del sistema capitalista en decadencia cuyas expresiones políticas carecen de un proyecto “salvador” de su sistema aun vigente en el país. (Capitalismo dependiente); la derecha esta en la arena electoral por salvar con desesperación sus privilegios de grupos y personales, y gracias a los errores del M.A.S. lograran escaños en el parlamento plurinacional obstaculizando el avance del proceso.
Donde la derecha tiene puntos a su favor es en el “entrismo” al M.A.S., con el curioso pacto entre unionistas y un dirigente indígena de Santa Cruz. Analizando el hecho, deja de ser curioso, es hábil estrategia política de la ultraderecha, y ello fue posible solo por las confusiones ideológicas de los líderes del M.A.S. Quienes “creen” ingenuamente que captaran votos para el proyecto indigenista, cuando en verdad su nuevo huésped puede resultarles su caballo de Troya
El resultado de estas acciones negativas puede determinar que el paso de Evo por el palacio quemado quede solo como historia; y así habrá quemado la oportunidad de cambiar Bolivia, obstaculizando las posibilidades de forjar junto a las naciones latinoamericanas el sueño de Bolívar de construir la Patria Grande Latinoamericana y el Aby Ayala de Túpac Katari.
COMO DEFINIMOS NUESTRA POSICION ELECTORAL EN DICIEMBRE PROXIMO
El análisis sincero respecto al papel de la izquierda tradicional y nuestras permanentes críticas al desviacionismo revolucionario del M.A.S., permite ver que en la contienda electoral de diciembre no estamos solo frente a dos alternativas que serian votar por el M.A.S. o contra el M.A.S.
El último ampliado de dirigentes de la Alternativa Laboral Socialista realizado el 15 de noviembre analizando con detenimiento la situación determinó: APROBAR POR UNANIMIDAD ESTE DOCUMENTO Y ASEGURAR A NUESTRAS BASES Y LECTORES ESTEN SEGUROS DE QUE NO VOTAREMOS POR NINGUN CANDIDATO DE LA DERECHA
El desafío de las izquierdas sudamericanas.
¿REVOLUCIÓN? ¿QUÉ REVOLUCIÓN?
Tlacala de España (www.tlaxcala.es)
La posición de Saint Upéry sobre la izquierda en América Latina es un tanto desconcertante1: en vez de comenzar posicionando su análisis respecto a la situación política y los distintos modelos de transformación que hay en marcha, comienza haciendo un diagnóstico de los motivos irracionales que sin duda guían a cualquiera que no esté de acuerdo con él. En efecto, comienza explicando la raíz emotiva por la que algunos militantes de la izquierda europea buscan sus referentes mitológicos siempre en personajes latinoamericanos (como el Ché o Chávez). Esta actitud infantil y mitómana (el “fetichismo” de la “mitología militante”) se explicaría a su vez por el “exotismo familiar” con el que perciben en general América Latina y que les hace proyectar todos sus anhelos, deseos y fantasías en esa tierra exótica (con la que les une el sustrato latino y católico de la proximidad lingüística).
Y, tras el diagnóstico de las causas patológicas de la admiración por Evo Morales, por Rafael Correa y por Hugo Chávez, viene, entonces sí, la tesis política que defiende: en Venezuela, Bolivia y Ecuador no hay ninguna revolución en marcha; no se está cambiando nada estructuralmente relevante y, en realidad, lo único que hay es una hiperinflación retórica capaz de alimentar esa mitomanía de la izquierda europea. De hecho, sostiene que “la Revolución bolivariana se ha limitado a pasar una mano de pintura roja sobre el modelo de capitalismo de Estado rentista”; mano de pintura que, además, se está “desconchando”. Por el contrario, el Brasil de Lula o el Urugauy de Tabaré sí son sitios donde ha habido cambios significativos pero a los que se presta menos atención porque no encajan igual de bien en ese mecanismo de construcción de mitos.
Ante el diagnóstico clínico inicial, debemos poner bajo sospecha nuestras propias convicciones: nosotros mismos hemos recuperado buena parte de la ilusión gracias a la “Revolución bolivariana”; nosotros mismos depositamos en estos procesos grandes esperanzas respecto a la emancipación de América Latina. Pero ¿por qué? ¿Será acaso que respondemos al cuadro clínico descrito por Saint Upéry? ¿Seremos simplemente víctimas de una ilusión generada por nuestra propia mitomanía infantil e izquierdista? Ante estas dudas, lo mínimo que debemos hacer es extremar la cautela. Eso de comenzar un análisis político con un diagnóstico clínico de quienes tendrían que responderte será todo lo anómalo que se quiera pero, una vez se presenta la sintomatología descrita, es imprescindible extremar las precauciones: podría ser cierto que en Venezuela no hubiera ocurrido ningún cambio significativo y que en Ecuador y Bolivia tampoco. Podría ser cierto que, en realidad, al margen de excesos retóricos y encendidas proclamas revolucionarias, no hubiera ocurrido nada de nada (o, al menos, nada tan reseñable como lo ocurrido en el Brasil de Lula o el Chile de Bachelet). Podría ser cierto que todo nuestro apoyo se debiera más bien a la proyección de nuestros propios fantasmas. En definitiva, entre la izquierda radical se ha tendido con frecuencia a proyectar ilusiones que no terminaban de justificarse.
Sin embargo, a uno le tranquiliza un poco respecto a su propia posición política la furia con que, por ejemplo, el Departamento de Estado de EE.UU., las oligarquías locales o las grandes corporaciones mediáticas, siempre mucho más pragmáticas y menos idealistas que nosotros, han atacado encarnizadamente este eje de transformación.
El propio Saint Upéry ha sido capaz de detectar el “delirio” de algunos sobre la presunta “dictadura” de Chávez y los intentos de derrocarle. Así, incluso si el diagnóstico clínico de Sain Upéry sirviese para explicar qué es lo que defiende la izquierda de la revolución bolivariana, seguiría pendiente la pregunta de qué es lo que ataca la derecha. Si nosotros no defendemos más que nuestros propios fantasmas, entonces ¿qué es lo que les molesta tanto a ellos? ¿Acaso se limitan a ser el negativo de la mitología guevarista? ¿Estarán de verdad invirtiendo tantas energías y tantos recursos para derribar nada más que un cascarón retórico vacío? ¿Tan poco estiman su propia cuenta de resultados? ¿Qué es exactamente lo que no consiguen soportar de Hugo Chávez? ¿Por qué grandes medios de comunicación como el Grupo Prisa han dilapidado todo su prestigio en la defensa abierta del golpe de Estado de abril de 2002? ¿Por qué las oligarquías locales se lanzaron a esa conspiración y a los siguientes paros patronales y sabotajes que terminaron arruinando a cientos de empresarios? ¿Cómo es posible que encontrasen tanto apoyo político, financiero y mediático por parte de los grandes grupos económicos? ¿No es un poco raro que sea Saint Upéry el único que se ha dado cuenta, a derecha e izquierda, de que aquí no está pasando en realidad nada, que todo es una manita de pintura retórica y desconchada?
Así pues, por más cautos que intentemos ser y más vigilantes sobre nuestros propios mitos, no podemos evitar la sospecha de que en Venezuela, Bolivia y Ecuador sí debe estar ocurriendo algo con suficiente entidad para entusiasmar a toda la izquierda e indignar a toda la derecha. Y quizá Saint Upéry debería ser también un poco más cauto. Es como mínimo atrevido lanzar un análisis político que sólo se sostiene sobre el supuesto de que toda la izquierda radical es víctima de una mitología fetichista infantil y toda la derecha es víctima de una paranoia incontrolable (igual de infantil) que, en ningún caso, encontraría base real en la que sustentarse.
Es un hecho cierto que en Venezuela está ocurriendo algo que entusiasma a la izquierda e indigna a la derecha. Y, por lo tanto, tenemos el deber de preguntar qué es eso que está ocurriendo. Si alguien, por más que lo intente (en el supuesto, claro está, de que lo intenta honestamente), no logra ver ahí nada de nada, no estaría mal que comenzara sospechando que quizá no está mirando con los ojos adecuados. La modestia no es desde luego la virtud más extendida entre los intelectuales. Pero tomar sin mucho recato como primera premisa que todo el mundo, a derecha e izquierda, se ha vuelto loco, implica quizá un exceso de arrogancia.
Ahora bien ¿qué es lo que ha ocurrido entonces en Venezuela, Bolivia y Ecuador? Para empezar, que las tres Repúblicas se han refundado desde un punto de vista jurídico, estableciendo Constituciones progresistas que han abierto toda una corriente de nuevo constitucionalismo latinoamericano. Esto es algo que Saint Upéry desprecia por completo como pura “mística refundacional”: “la idea de que hacía falta refundar simbólicamente la república o la nación sobre nuevas bases”.
Bien es verdad que la refundación de un Estado comporta siempre un elemento simbólico fundamental. Pero también cortarle la cabeza al Rey de Francia comporta un fuerte elemento simbólico y, sin embargo, es uno de esos acontecimientos que cambian la Historia de la Humanidad de una vez para siempre. En Venezuela se dio muerte a la IV República. Es verdad que transformar el ordenamiento jurídico y cambiar las reglas del juego no significa todavía, ni mucho menos, ganar la partida. Pero la realidad también se construye con símbolos que imponen potentes efectos que hay que saber detectar.
La muerte de la IV República pudo ser en parte simbólica, ya que el aparato del Estado y el sistema completo de la Administración pública se mantuvo (y en gran medida se mantiene todavía) petrificado. Pero la explosión de entusiasmo con el que millones de excluidos accedieron a la condición ciudadana supuso uno de esos acontecimientos que la Humanidad ya no puede olvidar (y, como decía Kant de la Revolución Francesa, como mínimo en ese sentido, no tienen vuelta atrás en la Historia). El proceso constituyente por el que millones de olvidados y marginados accedieron a la condición ciudadana supuso una impresionante explosión de dignidad cuyos efectos reales, sin duda, llama la atención que se le hayan pasado por alto a Saint Upéry.
Resulta difícil imaginarse desde la izquierda intelectual Europea la auténtica revolución que supone el acceso a la participación política de millones de personas que, hasta el momento, habían permanecido en un estatuto infra-cilvil. Es un fenómeno frecuente en el primer mundo colocarse “al margen de la política”: la desconfianza hacia la actividad de los partidos, la farsa de la vida parlamentaria o el tedio ante las citas electorales (cuando no meras posturas estéticas) hacen a muchos ciudadanos sentirse “al margen” de esos asuntos. Sin embargo, éste es un fenómeno completamente distinto: para miles de personas en Europa, la vida política carece de dignidad suficiente para justificar su propia implicación en ella. En la IV República, miles de personas se sentían en cierto modo indignos de participar en los asuntos públicos.
Las élites que se rotaban el poder entre sí parecían haber ganado una gran batalla ideológica: la política era un asunto de licenciados y doctores, no de ignorantes, negros, indios, analfabetos, desarrapados y desdentados. La oligarquía caraqueña contemplaba los cerros de chabolas que rodean la ciudad nada más que como una amenaza de la que había que protegerse. Algo así como una enorme plaga de insectos alrededor que se cernía como una amenaza permanente; un peligro que amenazaba como una marabunta, como una masa informe que lo podía arrasar todo a su paso. Así se percibió el Caracazo en 1989 y, por lo tanto, se llamó al ejército como el que llama a unos fumigadores.
Lo que nadie esperaba es que esa amenaza pudiera dotarse de una forma de expresión política. Y quienes menos lo esperaban eran los propios excluidos. Víctimas también de las representaciones ideológicas de las élites, habían asumido como propia su condición infra-civil.
Lo primero que trajo la revolución fue una auténtica reconquista de la dignidad ciudadana. Todo el mundo pasó a formar parte del cuerpo civil que se involucra en los asuntos públicos, que confronta posiciones ideológicas, que discute sobre las leyes y que participa, de pleno derecho, en la vida política del país. El último harapiento del último rincón de un cerro, asumiendo la participación y el protagonismo que le reconocía la Constitución, adoptó una posición política contraria, por ejemplo, a la del magnate Gustavo Cisneros. Pero eso de adoptar posiciones políticas contrarias presuponía ya la conquista de un cierto plano de igualdad en que las posiciones políticas se confrontan. Esa construcción del espacio político del que nadie estaba excluido supuso ya por sí solo una auténtica revolución. La fórmula “democracia participativa y protagónica”, infinita y orgullosamente repetida por todos los sectores populares tanto tiempo humillados, no hace más que referirse a ese elemento clave de la revolución.
Y no fue fácil: no sólo hubo que comenzar por censar a millones de personas que, hasta entonces, habían carecido de existencia civil incluso desde un punto de vista puramente formal. También hubo que vencer la reacción violenta de esas oligarquías que no estaban dispuestas a que esa masa de “harapientos, desdentados e ignorantes” comenzase de repente a tratarles como iguales. Su incorporación a la actividad política, encabezada por el propio Chávez (ese mestizo de origen popular), la sintieron como una invasión de su cortijo privado.
Si hay algo que las clases privilegiadas no podían soportar era la arrogante pretensión de permitir que la masa informe de los excluidos se incorporase a la vida política del país en un plano de igualdad. Ese peculiar “Tercer estado” que atesta los cerros hizo saltar en pedazos los “privilegios” simbólicos que les excluían de la vida civil.
No hace falta ser un prodigio de sensibilidad republicana para llamar a esto una auténtica Revolución. Y esto, al parecer, lo ha entendido la oligarquía caraqueña con más agudeza que Saint Upéry. La campaña de acoso y derribo ha sido sistemática desde todos los frentes. El golpe de Estado de abril de 2002 fue el acontecimiento más visible de ese ataque sostenido, pero desde entonces ha habido pocos momentos de tregua.
Y lo cierto es que para entender la violenta reacción de las clases privilegiadas hay que apelar a un elemento racista y clasista por el que les resulta intolerable la inclusión popular y la participación política de los sectores excluidos. Porque, en efecto, es verdad que en términos relativos de distribución de la renta podría haber habido cambios más profundos; es verdad que podría haberse emprendido una reforma fiscal más ambiciosa; es verdad que podría haberse avanzado más en el cambio de las estructuras productivas; es verdad que durante estos diez años el empresariado nacional ha logrado hacer negocios realmente fabulosos amparados por la acción de gobierno y por las medidas a favor de la soberanía nacional. Desde una perspectiva ingenuamente de izquierdas (incapaz de computar más variable que la de los ingresos en términos monetarios), es imposible entender la furia de la respuesta de la oposición. No les ha ido tan mal en los negocios. Y sin embargo, hay desde el principio algo que no logran soportar y que depende de una estructura racista y, más que clasista, estamental, que la revolución ha hecho saltar por los aires.
Lo que imaginaban como una masa informe se ha articulado como una fuerza política capaz de detener un golpe de Estado; de responder a constantes ataques; de organizarse en sus comunidades y de ejercer el poder (a través por ejemplo de herramientas como las que les otorgan la Ley de Consejos Comunales). Una organización popular que no firma cheques en blanco ni siquiera al líder que encabeza el proceso. Por ejemplo, la propuesta de reforma constitucional de 2007 no llegó a convencer y, por lo tanto, fue rechazada (por mucho que el propio Presidente se implicase en su defensa). La revolución quería una ciudadanía crítica y aquí la tiene. Del mismo modo, la pésima gestión de algunos gobernadores y alcaldes del Proceso fue castigada en las elecciones de noviembre de 2008. ¿Se había dejado de querer al Presidente? Raro hubiera sido, en ese caso, que poco después se aprobase en referéndum su posibilidad de reelección con el 54,85% de los votos. Del mismo modo, teniendo en cuenta que la Asamblea Nacional lleva un retraso de un decenio en la aprobación de ciertas leyes fundamentales (como la Ley Orgánica del Trabajo y las relativas a la articulación del sistema Seguridad Social) no sería raro que algunos asambleístas no vayan a ser premiados en las elecciones legislativas de 2010.
El pueblo ha irrumpido en la vida política y esto ha provocado el entusiasmo de la izquierda (con la excepción quizá de Sait Upéry) y la indignación de la derecha. El poder está en sus manos. Ha costado mucho tomar el poder después de alcanzar el gobierno. Naomi Klein recuerda que, durante los primeros años del gobierno de Nelson Mandela, se solía comentar: "¡Eh, tenemos el Estado! ¿Dónde está el poder?". En Venezuela ha sido necesario desactivar a las fuerzas golpistas y construir la organización popular capaz de afrontar las reformas. Después de 10 años de gobierno sí cabe decir razonablemente que ya se tienen en la mano los resortes del poder. Pero ahora está todo por hacer. Bueno, ¿todo? Todo, no. Entretanto se ha reducido la pobreza del 20,3% al 9,5% y la desigualdad entre ricos y pobres disminuyó en un 13,7%. Se garantiza una pensión mínima de jubilación y se ha universalizado el acceso a la salud. De verdad me gustaría ver a Saint Upéry explicándole a una madre de barrio que, aunque sus hijos se murieran antes (y ahora no) de una simple diarrea por no tener un medico cerca, en realidad hay que admitir que aquí no ha cambiado nada. Algo parecido ocurre con la educación. La ignorancia humilla a quien sufre esa condena. En Venezuela no sólo se ha erradicado el analfabetismo (según declaró la UNESCO en 2005) sino que, en realidad, Venezuela entera se ha ido convertido progresivamente en una gigantesca escuela: en 2001 había 6,9 millones de estudiantes matriculados; en 2002 se alcanzó la cifra de 9,5. En 2004 se paso a 11,3 millones de personas en las aulas; cifra que creció a 11,8 millones en 2005 y a 12,1 en 2006. En 2007, había ya 12,7 millones y hoy nos encontramos ante un país en el que ¡más de la mitad de sus 26 millones de habitantes están en las aulas!
La verdad es que, personalmente, no se nos ocurren ideas mucho más originales para hacer una revolución que garantizar con alcance universal las condiciones de subsistencia y salud; abrir los espacios de participación política generalizada (a través de iniciativas tan exitosas como los Consejos Comunales) y facilitar el acceso masivo a las aulas. Quizá no se nos ocurren mejores ideas porque carecemos casi por completo de imaginación. Pero es seguro que al pueblo venezolano sí se le ocurrirán nuevas iniciativas para desarrollar el proyecto socialista. Y, desde luego, Saint Upéry puede estar seguro de que cualquier propuesta concreta que pueda ayudar a avanzar, por poco que sea, será recibida con calor y agradecimiento. Sin embargo, tampoco debería sorprenderse si desde Venezuela se reciben con poco entusiasmo las medidas concretas que él propone. Porque, en definitiva, su propuesta más concreta es precisamente la de que hagamos propuestas concretas, lo que es una propuesta tan abstracta como la del socialismo del siglo XXI de la que tanto se burla. Bueno, también nos hace estas otras propuestas: "la emergencia paralela de nuevas configuraciones de incentivos económicos y morales y de nuevos diseños institucionales arraigados en prácticas organizativas y materiales sustentables"; "lo que sí puede hacer la política bajo la influencia de las luchas de masas es aumentar el grado de control de la sociedad sobre sí misma y evitarnos un retroceso por debajo de un umbral civilizatorio que sería un obstáculo para cualquier transición poscapitalista que no sea hacia la barbarie"; "fomentar y apoyar cualquier esquema de redistribución de la riqueza a mediano y largo plazo que sea económicamente sustentable, institucionalmente bien diseñado y que no descanse sólo en las ilusiones milagreras del modelo rentista-extractivista"; "seguir el esfuerzo de combatir cualquier forma de racismo o discriminación y descolonizar el imaginario y las instituciones para superar 500 años de subalternidad mental y material"; "profundizar la integración continental y estimular un papel internacional proactivo de Sudamérica como bloque, con propuestas no sólo simbólicas sino prácticas, es decir creadoras de coaliciones eficientes y consensos alternativos, que persigan reformar la arquitectura institucional y las normas de las relaciones políticas y económicas internacionales". Todas las propuestas expresan píos deseos no menos abstractos que pedir justicia, bondad, belleza, valentía, fortaleza y templanza. Si hay alguna de las propuestas que nos suena, en efecto, a algo más concreto (por ejemplo la última) quizá sea precisamente porque Chávez ya ha creado el ALBA, el Banco del Sur, Petrocaribe, el SUCRE, etc. (aunque Saint Úpery se olvide cuidadosamente de recordarlo).
No es difícil comprender la diferencia que media entre detectar un problema y dar con su solución. Basta, por ejemplo, que a uno se le estropee la lavadora para saber que no es suficiente con aseverar de modo grandilocuente que “sería recomendable adoptar las medidas necesarias para conseguir que vuelva a funcionar”. ¿Son recomendables "prácticas organizativas y materiales sustentables”? ¿Conviene “aumentar el grado de control de la sociedad sobre sí misma”? ¿Se debe impulsar la “redistribución de la riqueza”? ¿Es recomendable ”combatir cualquier forma de racismo o discriminación”? La larga lista de medidas concretas adoptadas en los últimos diez años para cada uno de los puntos permite razonablemente sospechar que la preocupación al respecto existe incluso antes de la iluminación de Saint Upéry. Es cierto que algunas medidas han dado mejor resultado que otras e incluso que algunas han fracasado o se han estancado. Pero si queremos de verdad practicar una solidaridad activa con los procesos de transformación (sin fetichizarlos) no podemos limitarnos a descubrir el Mediterráneo señalando ampulosamente los problemas a los que todas y cada una de las medidas adoptadas han intentado dar solución (con mayor o menor éxito). Quedan miles de problemas pendientes. Y es fundamental que no se detenga la literatura pero, por favor, que alguien llame mientras tanto al técnico.
RELIGIOSOS, SINDICALISTAS, MAESTROS, ESTUDIANTES, PACIFISTAS Y VETERANOS DE GUERRA PROTESTARON EN GEORGIA
EXIGEN CERRAR LA ESCUELA DE LAS AMÉRICAS
Los críticos la llaman “Escuela de asesinos”. Afirman que militares egresados de allí estuvieron involucrados en golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos en muchos países de la región.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Miles de religiosos, sindicalistas, maestros, estudiantes, pacifistas, veteranos de guerra y solidarios internacionales se manifestaron este fin de semana en Georgia, frente a las rejas del Fuerte Benning, en la movilización anual para exigir el cierre de la Escuela de las Américas, donde Estados Unidos ha capacitado a militares latinoamericanos involucrados en algunas de las peores violaciones de derechos humanos en el hemisferio, incluido el golpe de Estado en Honduras.
Unos cuatro activistas fueron arrestados por ingresar a la base militar, mientras una marcha realizada el domingo, en la que se recordó a miles de víctimas de los egresados de la institución militar estadounidense, fue la culminación de todo un fin de semana de actividades que incluyeron vigilias, foros, un concierto de las Indigo Girls y presentaciones de defensores de derechos humanos de varios países latinoamericanos.
La organización School of Americas Watch (SOAW), fundada y encabezada por el sacerdote Roy Bourgeois, se ha dedicado desde 1990 a promover la clausura de la originalmente llamada Escuela de las Américas (SOA), actualmente rebautizada como Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica Whinsec (por sus siglas en inglés), centro de capacitación para militares, civiles y policías latinoamericanos con sede en el Fuerte Benning.
Los críticos la llaman “Escuela de asesinos”. Afirman que militares egresados de ahí han estado involucrados en golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos en muchos países de la región. De hecho, señalan que dictadores como Hugo Banzer, de Bolivia, y Efraín Ríos Montt, de Guatemala, egresaron de la escuela, así como los militares responsables de la matanza de El Mozote y el asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero en El Salvador, al igual que otros crímenes en Colombia y México, entre otros.
En esta ocasión, SOAW dedicó las acciones en conmemoración del 20° aniversario del asesinato de los seis padres jesuitas en El Salvador, cometido en parte por egresados de esta escuela. Pero el enfoque también fue sobre las bases militares colombianas que serán usadas por Estados Unidos, y sobre Honduras, donde se señaló que los líderes del golpe militar, el general Romero Vásquez, jefe del estado mayor, y el general Luis Prince Suazo, jefe de la fuerza aérea, son egresados de esta escuela. Por ello, una de las invitadas a la movilización de este fin de semana es Bertha Oliva, fundadora del Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos en Honduras.
“Los temas del golpe en Honduras y el de las bases militares en Colombia (donde militares estadounidenses usarán siete bases en ese país conforme a un nuevo acuerdo) pusieron en tiempo presente el asunto de esta escuela” y su papel en la política estadounidense hacia América latina, comentó Lisa Sullivan, una de las coordinadoras de SOAW, en entrevista telefónica con este diario desde Georgia. “La militarización de la política estadounidense en América latina cobró mayor relevancia con los casos de Honduras y Colombia.” Por ello fue tan contundente la participación en la movilización de figuras como Oliva, de colombianos y venezolanos que juntos advirtieron de los efectos nocivos del acuerdo sobre las bases en Colombia para sus pueblos, afirmó Sullivan.
La escuela, que incluso cambió de nombre en parte por las intensas campañas en su contra, insiste en que su función es la profesionalización de militares latinoamericanos para la consolidación de la democracia y el pleno respeto a los derechos humanos.
Según el coronel Félix Santiago, comandante de Whinsec, “la diversidad de nuestro cuerpo de estudiantes –cerca de mil al año– respalda nuestros esfuerzos de ir en la dirección correcta para enfrentar los futuros desafíos y consolidar la democracia en esta región. Nuestro compromiso total con los derechos humanos está entretejido dentro del programa de Whinsec”. En su presentación en el sitio de Internet del instituto afirma que “nuestro lema, ‘Libertad, Paz y Fraternidad’, nos conlleva a que juntos marquemos la diferencia en la región”.
Más de 61 mil militares e integrantes de otras fuerzas de seguridad latinoamericanos han sido capacitados en la escuela desde su fundación, hace 63 años. La primera sede fue en Panamá, y la escuela fue trasladada al Fuerte Benning a mediados de los ’80.
Pero SOAW denuncia que “cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a huir por soldados y oficiales entrenados en esa escuela. Los egresados de la SOA persiguen a los educadores, organizadores de sindicatos, trabajadores religiosos, líderes estudiantiles, y a los pobres y campesinos que luchan por los derechos de los damnificados”.
Por ello, SOAW y su creciente red de apoyo no cesan en su campaña de acción directa no violenta, cabildeo y educación para clausurar la escuela, como parte de su objetivo de impulsar un cambio a fondo en la política exterior de Washington.
SOAW ha logrado –a través de una creciente red de apoyo en el país y el hemisferio– que cada vez más legisladores estadounidenses promuevan iniciativas para cerrar la escuela o por lo menos obligarla a rendir más cuentas. A la vez, triunfaron en sus esfuerzos de convencer a Uruguay, Argentina y Bolivia de dejar de enviar militares a estudiar allí.
Editorial
¿HACIA DÓNDE QUIERE LLEVAR LUGO AL PARAGUAY: HACIA CHILE… O CUBA?
Ante el evidente rumbo izquierdista “bolivariano” tipo Hugo Chávez que está imprimiendo el presidente Lugo a su gobierno y la incógnita de qué clase de país finalmente se propone construir, la ciudadanía tiene el derecho de requerir de él y de los líderes socialistas y marxistas a ultranza que lo secundan, una definición al respecto. Los mismos deben responder inequívocamente a este crucial interrogante que se les formula para que la opinión pública tenga un claro elemento de juicio para expresar, también de manera inequívoca, su conformidad o disconformidad al respecto. Como marco de referencia para definir la clase de país que podemos esperar tener en el corto o mediano plazo, podríamos utilizar como ejemplos a dos países paradigmas: uno como CHILE, o uno como CUBA. El gran acierto de la coalición socialista que tomó el poder en Chile tras el fin de la dictadura fue el discernimiento político estratégico sensato de que para mantener un modelo económico exitoso no se necesitaba de un Pinochet ni de un Allende. En cuanto a Cuba, todos conocen su desastrosa situación económica y falta de libertades. De cara a las dos opciones políticas posibles, el presidente Lugo tiene que responder claramente al crucial interrogante que el pueblo paraguayo le formula: ¿Qué clase de país tiene la intención de construir: Uno como Chile, o uno como Cuba?
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Desde la caída del Partido Colorado, y de la mano del presidente Fernando Lugo, los partidos y movimientos sociales de izquierda, pese a haber obtenido apenas el 3 por ciento del voto popular en las elecciones generales del 20 de abril de 2008, han ganado hasta ahora notable preeminencia en la formulación de políticas gubernamentales y en la conducción de la administración pública. Mientras tanto, el PLRA, que con su amplio caudal electoral hizo posible el triunfo de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), parece haber caído en el mismo error que cuando se alió con los colorados argañistas para derrocar al gobierno de Raúl Cubas. Como se recordará, en la ocasión, con el doble de representación parlamentaria que el Partido Encuentro Nacional, los liberales aceptaron la repartija de cargos en el “gobierno de unidad nacional” en pie de igualdad con este. Cuando se percataron de su craso error, ya era tarde.
Tratando de mitigar la desmoralización de su electorado por la fatal estupidez cometida, se retiraron unos meses después. Pero el daño estaba hecho y era irreparable; hasta el punto que no tuvieron posibilidad alguna de disputar el poder a los colorados en las elecciones generales de 2003. Para las del 2008, les fue peor aún, pues se vieron obligados a renunciar a un candidato propio para la Presidencia de la República y optar por Fernando Lugo, integrando una alianza con minúsculos partidos y movimientos políticos de izquierda, como el P-MAS, Partido Democrático Progresista (PDP), Tekojoja, Partido Socialista (PS) y otros. Dada la abierta preferencia del Presidente de la República por esta minoría, que en conjunto apenas logró 3 bancas en Senadores y 5 en Diputados, muchos liberales temen que, con el apoyo a Lugo, el PLRA esté cometiendo el mismo error que cuando se alió con la facción argañista de la ANR y pague las consecuencias en el 2013.
Ante el evidente rumbo izquierdista “bolivariano” tipo Hugo Chávez que está imprimiendo el presidente Fernando Lugo a su gobierno y la incógnita de qué clase de país finalmente se propone construir, la ciudadanía tiene el derecho de requerir de él y de los líderes socialistas y marxistas a ultranza que lo secundan, una definición al respecto. El Presidente y sus hombres, López Perito, Camilo Soares, Sixto Pereira, Carlos Filizzola, Rocío Casco, José “Pakova” Ledesma, Elvio Benítez, por citar algunos, deben responder inequívocamente a este crucial interrogante que se les formula para que la opinión pública tenga un claro elemento de juicio para expresar, también de manera inequívoca, su conformidad o disconformidad al respecto. Contrariamente a la evasiva y ambigua cantinela –el Paraguay es “especial”, tendrá su modelo propio– a menudo esgrimida por el Presidente de la República y sus seguidores para eludir una respuesta sincera acerca del modelo de nación que quieren construir, el Paraguay en modo alguno es un país de excepción. Su realidad geopolítica es esencialmente igual que la mayoría de los otros países de la región. También lo son sus problemas estructurales, económicos y sociales, así como los avatares políticos que lo han sacudido con mayor o menor intensidad en los últimos tiempos. Así, como marco de referencia para definir la clase de país que podemos esperar tener en el corto o mediano plazo, podríamos utilizar como ejemplos a dos posibles paradigmas: uno como CHILE, o uno como CUBA.
Coloquemos la realidad nacional de ambos países en perspectiva para poder apreciar sus diferencias. El modelo económico chileno que recibió como herencia el gobierno democrático que reemplazó a la dictadura ha resultado plenamente exitoso, pues se ha mantenido invariablemente bajo la radical transformación política que sufrió la sociedad chilena con la defenestración de la dictadura y la pérdida del control gubernamental por parte del segmento conservador de esa sociedad.
El gran acierto de la coalición socialista que tomó el poder en Chile tras el fin de la dictadura fue el discernimiento político estratégico sensato de que para mantener un modelo económico exitoso no se necesitaba de un Pinochet ni de un Salvador Allende. El modelo de desarrollo económico diseñado por los colaboradores del dictador, y que los sucesivos gobiernos democráticos de la coalición socialista han mantenido prácticamente sin alteración, ha permitido a este país no solo doblar su tasa de crecimiento histórico (a un promedio del 7 por ciento anual desde 1984 hasta 1989) sino también reducir el nivel de pobreza de la gente de 45 por ciento (como lo es actualmente en nuestro país) en 1987 a 22,2 por ciento en 1998.
Aparte de su acierto político en materia económica, la coalición gubernamental socialista ha logrado una pacífica transición, de un estado totalitario a uno plenamente democrático. Una razón más para recalcar que el Paraguay no necesita de un nuevo Stroessner para recuperar la seguridad pública, ni de un Fernando Lugo devenido dictador marxista para dar solución a los problemas económicos y sociales que nos afligen, o sanear las corruptas y fosilizadas instituciones públicas.
Si Salvador Allende hubiera logrado imponer su “socialismo total, científico y marxista”, Chile, en vez de encontrarse como ahora, hubiese estado como Cuba en la actualidad, con algún dictador perpetuado en el poder y los chilenos en la pobreza, bajo duro yugo dictatorial, emigrando por el mundo en busca de trabajo. Si el presidente Fernando Lugo y su camarilla marxista “bolivariana” optan por el nefasto ejemplo de Salvador Allende, e intentan imponer a la mayoría del pueblo paraguayo un régimen autoritario más interesado en utilizar el poder para consolidarse en el mismo y libar sus mieles antes que en atender las necesidades de la sociedad en general, el Paraguay que nos espera, a nosotros y a nuestros hijos y nietos, es ciertamente sombrío, y no podemos aceptarlo pasivamente.
En lo que se refiere a Cuba, todos conocen la situación actual: una economía destrozada, con el pueblo viviendo en condiciones paupérrimas, las libertades públicas canceladas y los derechos humanos sin vigencia. Por eso, de cara a las dos opciones políticas posibles, el presidente Lugo tiene que responder claramente al crucial interrogante que el pueblo paraguayo le formula: ¿Qué clase de país tiene la intención de construir para los paraguayos: Uno como Chile, o uno como Cuba?
LOS EMPRESARIOS VENEZOLANOS DENUNCIAN QUE LA SITUACIÓN EN SU PAÍS ES «CRÍTICA»
La Información de Venezuela (www.noticias.lainformacion.com)
En 1999, Venezuela tenía 13.400 empresas. Ahora son 7.400. El año pasado la economía venezolana todavía creció un 4,4%. Este año, Fedecámaras, la patronal de aquel país, estima que el PIB caerá un 2,7%. La economía del país que, probablemente, atesora más recursos de Suramérica se encuentra en una «situación crítica», como corrobora el presidente de Fedecámaras, Noel Álvarez. En ese carro de la ineficacia productiva también parecen encontrarse Bolivia y Ecuador, según se desprende de los informes presentados en la XX Reunión de Presidentes de Organizaciones Empresariales, que se celebra en Lisboa. ¿Y quiénes son los culpables? A los empresarios no les cabe ninguna duda de que, salvando nombres propios –«todos sabemos quiénes somos», dice uno de ellos a LA RAZÓN–, la responsabilidad recae sobre una serie de gobiernos que, «desafortunadamente, tienen un marcado tinte antiempresarial», afirma el presidente de Fedecámaras. El panorama en Venezuela, según Álvarez, no es alentador ahora mismo para los empresarios, amenazados y hostigados desde el poder. Aun así, el presidente de la patronal venezolana no se rinde: «Tenemos prohibido tener miedo si luchamos por un ideal. Y nosotros no llegamos aquí para callar, así que, con el mayor respeto, diremos lo que tenemos que decir». Y lo que tienen que decir, ya se lo ha dicho en reiteradas ocasiones a Chávez desde el mismo año 2000 o en diciembre de 2002, cuando convocaron el famoso Paro Petrolero que mantuvo paralizada durante dos meses la principal industria venezolana. Eso les ha valido también para ser objeto de ataques. En 2008, una bomba en la puerta de la sede empresarial mató a una persona. Y a día de hoy, el acoso continúa. Álvarez admite que ese acoso hace mella, pero matiza que es un daño relativo: «Es cierto que algunos se han ido, pero no se ha producido una estampida». Lo que si es cierto es que las condiciones políticas en el país no animan las inversiones.
AVIÓN DE AEROSUR HIZO UN ATERRIZAJE DE EMERGENCIA
Una aeronave de la compañía Aerosur, con 71 pasajeros a bordo, que despegó anoche del aeropuerto “Silvio Pettirossi” con destino a Santa Cruz, Bolivia, debió retornar y realizar un aterrizaje de emergencia luego de que el piloto detectara un desperfecto en la máquina tras 20 minutos de vuelo. La atinada decisión del comandante evitó una catástrofe.
ABC de España (www.abc.com.py)
El boeing (matrícula ZP 2561) 737 200, con capacidad para 120 pasajeros, despegó de la principal estación aérea del país a las 22:15. Aproximadamente 20 minutos después, el piloto comunicó a la torre de control un “Alerta 2”, confirmando la falla en la presión de aceite de la máquina, según informó anoche José Villalba, jefe de prensa del aeropuerto Silvio Pettirossi.
El comandante, ante la difícil situación de estar volando con un solo motor, solicitó la correspondiente venia para el retorno y el posterior aterrizaje.
Toda la pista
Momentos de angustia y tensión se vivieron cuando se aproximaba el avión que volvió a tocar la pista a las 23:10. Durante el aterrizaje el avión utilizó toda la pista. A muchos les llamó la atención este hecho, pero expertos en aeronavegación señalaron que es un procedimiento normal y que es una medida de precaución para evitar accidentes.
Los pasajeros aplaudieron la pericia del piloto y del copiloto, quienes evitaron una catástrofe al decidir volver inmediatamente tras detectarse el problema mecánico en la aeronave y realizar el aterrizaje de emergencia.Quiso minimizar
Ramiro Vargas, gerente de Aerosur, quiso minimizar el hecho diciendo que no hubo ningún incidente, cuando en la torre de control se reportó un alerta 2. Además la máquina por orden del comandante no volvió a despegar y se quedó en la manga 4 del “Silvio Pettirossi”.
IRÁN Y BRASIL: POR LA SOBERANÍA
La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
La visita a Brasil del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, y el discurso de su anfitrión, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, marcan un importante respiro para el acosado gobierno de Teherán, respiro que muy probablemente se ensanchará en el resto del periplo latinoamericano –Venezuela y Bolivia– del polémico visitante.
Al margen de las antipatías o simpatías que despierte este personaje político, e independientemente de la realidad deplorable que impera en Irán en materia de derechos humanos, es inocultable que la República Islámica es objeto de una campaña mundial, orquestada por Estados Unidos y la Unión Europea, orientada a denegarle el ejercicio de su soberanía nacional. El programa iraní de desarrollo nuclear puede resultar preocupante, si se da crédito a los adversarios occidentales en que Teherán pretende dotarse de armas nucleares, o no, si se cree a las propias autoridades de Irán, que niegan tal perspectiva y aseguran que los empeños del país por dotarse de uranio enriquecido tienen como propósito la generación de energía atómica con fines pacíficos. Sea como fuere, no existe fundamento ni justificación para prohibir a Irán el desarrollo armamentista que se permitió a Israel, India, Pakistán y, posiblemente, Corea del Norte. Cualquier intento diplomático fundamentado para disuadir a Teherán de fabricar bombas nucleares tendría que tener, como contrapeso mínimo, la exigencia internacional efectiva de que el gobierno de Tel Aviv –que es, hasta la fecha, la única potencia atómica de Medio Oriente, cuya institucionalidad democrática no es menos cuestionable que la de Irán, y que representa un enemigo acérrimo para éste– renuncie a la posesión de tales artefactos. De otra manera, las demandas internacionales a Teherán no rebasan el ámbito de la simulación, la hipocresía y la doble moral.
Es claro, desde otro punto de vista, que una de las razones principales de los actuales fenómenos de rearme de diversas potencias medias y regionales es el unilateralismo, la arbitrariedad y el carácter depredador y violento que ha ostentado la política exterior estadunidense en la mayor parte de la década en curso; y si bien tales características fueron impulsadas por la presidencia de George W. Bush, su sucesor, Barack Obama, no ha conseguido eliminarlas, y en algunos casos (como el de Afganistán) ni siquiera atenuarlas. Pero, si realmente se desea evitar temores que conduzcan a las espirales armamentistas, atómicas o no, en vez de recurrir a las amenazas y las fintas militares habría que empezar por despejar la generalizada percepción de amenaza que se desprende de la política exterior de Washington, e incluso de la de Bruselas.
Acaso con estas consideraciones en mente, y teniendo en cuenta la condición de potencia regional que ostenta su propio país, el mandatario brasileño puso el dedo en la llaga cuando señaló, antes de reunirse con su par iraní, la improcedencia de aislar a la República Islámica y la pertinencia de dialogar con sus autoridades en torno al diferendo por su programa de desarrollo atómico, al cual “tiene tanto derecho como Brasil”.
El punto central de esta concordancia no reside, como pretende el hegemonismo occidental, en afanes armamentistas, sino en la necesaria defensa de las soberanías nacionales frente a poderes planetarios que siguen pensando en un mundo dividido entre colonias y metrópolis.
En otro sentido, la presencia de Ahmadinejad en Brasilia y la valiosa y razonable postura de su anfitrión siguen delineando a Brasil como un actor cada vez más importante en la diplomacia internacional. Tras el golpe en Estado en Honduras, ante el cual otros gobiernos han exhibido obsecuencia y hasta complicidad, Brasilia ha desempeñado el papel más lúcido y constructivo, y si en la nación centroamericana no ha sido posible revertir el cuartelazo, ello ha sido por la ambigüedad calculada de Washington y de sus sectores más conservadores.
La proyección de Brasil va más allá de este hemisferio. En días recientes visitaron el país sudamericano el presidente de Israel, Shimon Peres, y el titular de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas. Ahora, tras el encuentro con Ahmadinejad, Lula adquiere la condición de un interlocutor central y creíble que podría introducir factores dinámicos en la empantanada y exasperante situación de Medio Oriente. Cabe esperar que así sea.
Brasil defendió el “derecho de Irán” al programa nuclear
EL ABRAZO DE LULA LLEGA HASTA MEDIO ORIENTE
El presidente brasileño rechazó las críticas internacionales por la visita del líder ultraconservador Mahmoud Ahmadineyad y aseguró que “no sirve de nada aislar a Teherán”.
Critica Digital de Argentina (www.criticadigital.com/)
Tres horas de reunión a puertas cerradas en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería brasileña, fueron suficientes para que Luiz Inácio Lula da Silva y Mahmoud Ahmadineyad sellaran un acuerdo de mutua conveniencia diplomática. Después de dar a su anfitrión “la bienvenida a Asia y Oriente Medio”, el presidente ultraconservador iraní aseguró que la república islámica “apoya a Brasilia como miembro permanente” del Consejo de Seguridad, el exclusivo club de países con poder de veto en Naciones Unidas que Brasil aspira a compartir con Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido y Francia. Ahmadineyad agradeció así el gesto previo de Lula, que reconoció públicamente “el derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear para fines pacíficos, con pleno respeto a los acuerdos internacionales”.
Aunque también pidió a Teherán que busque “una solución justa y equilibrada a la cuestión nuclear”, el mandatario brasileño apostó por mantener el equilibrio político que desplegó en los últimos diez días con sus huéspedes anteriores, el presidente israelí Shimon Peres y el palestino Mahmud Abbás. A ellos les prometió que visitará Israel y Cisjordania en marzo como parte de una gira para estrenar su nuevo rol informal de mediador en Cercano Oriente y poner la “capacidad de conversación que Brasil tiene actualmente” al servicio del proceso de paz en la región. “Brasil sueña con un Medio Oriente libre de armas nucleares, como ocurre en América Latina”, explicó. Las potencias occidentales lideradas por Estados Unidos temen que el enriquecimiento de uranio iraní, que al 90% sirve para fabricar bombas atómicas, sea utilizado con fines militares y no científicos, como asegura el régimen de los ayatolás.
Ahmadineyad, que fue reelecto en junio en elecciones que la oposición reformista considera fraudulentas, participó en un encuentro empresarial junto a 300 empresarios de ambos países y firmó con el gobierno brasileño acuerdos de cooperación en agricultura y tecnología. Antes de recibir al líder iraní –que continuará hoy su gira sudamericana en Bolivia y Venezuela, dos países que rompieron relaciones con Israel–, Lula defendió la visita ante las críticas de la oposición y de la colectividad judía que reside en el país. “Hay una serie de países que no conversan con Irán, pero no sirve de nada aislarlo –justificó al referirse en su programa semanal de radio al controvertido programa nuclear–. Lo que defendemos para nosotros lo defendemos también para otros países”.
El líder opositor Jose Serra, gobernador del estado de San Pablo y favorito para las presidenciales de 2010, desdeñó las explicaciones oficiales y calificó como “indeseable” la visita de Ahmadineyad. “Es incómodo recibir en Brasil al jefe de un régimen dictatorial. A fin de las cuentas, tenemos un pasado reciente de lucha contra la dictadura”, afirmó en un artículo publicado ayer en Folha de São Paulo.
LULA ADVIERTE QUE AISLAR A IRÁN NO SIRVE DE NADA
Brasilia defiende el derecho de Teherán a un programa nuclear pacífico
El País de España (www.elpais.com)
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo ayer un arriesgado ejercicio de funambulismo político junto a su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad, que escogió Brasilia como primera escala de su gira suramericana que también lo llevará a Bolivia y Venezuela. Contra la opinión de las principales potencias occidentales, el dirigente brasileño advirtió que "aislar a Teherán no sirve de nada", y defendió abiertamente el derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear "con fines pacíficos", si bien añadió que Brasil "sueña con un Oriente Próximo libre de armas atómicas".
En lo que pareció un claro intercambio de apoyos, Ahmadineyad, que se refirió reiteradamente a Brasil como "país amigo", defendió las aspiraciones brasileñas de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y de asumir un papel de mediador trascendente en Oriente Próximo.
La llegada a Brasil de Ahmadineyad se produce pocos días después de las visitas de los presidentes de Israel, Simon Peres, y de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. En todos los encuentros, Lula ha defendido la creación de un Estado palestino "junto a un Estado de Israel seguro y soberano", y ha criticado la expansión de los asentamientos israelíes.
Lula intenta ahora "promover el diálogo entre Irán y Occidente" a petición expresa del presidente de EE UU, Barack Obama, según fuentes diplomáticas. Brasil irrumpe así como mediador en el enquistado conflicto de Oriente Próximo y en el enfrentamiento de Teherán con el mundo occidental con las bendiciones de las partes enfrentadas.
La reunión a puerta cerrada entre Lula y Ahmadineyad iba a durar inicialmente 30 minutos, pero terminó prolongándose casi dos horas. Según las mismas fuentes, en un primer momento los dirigentes hablaron de proyectos de cooperación bilateral y después tocaron temas más delicados. Implícitamente lo confirmó Lula, que en su declaración ante la prensa dejó caer un duro mensaje para su invitado: "La política exterior brasileña está anclada en el compromiso con la democracia y el respeto a la diversidad. Defendemos los derechos humanos y la libertad de elección de nuestros ciudadanos con la misma vehemencia con la que repudiamos todo tipo de intolerancia o de recurso al terrorismo".
No obstante, Lula dijo que Brasil reconoce "el derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear para fines pacíficos con pleno respeto a los acuerdos internacionales". Era justo lo que buscaba Ahmadineyad, aunque las palabras de Lula subrayan las condiciones de este espaldarazo a su programa nuclear: que sea para fines pacíficos y que respete los acuerdos internacionales. Tras la reunión, ambos dirigentes expresaron su "rechazo inamovible a las armas de destrucción masiva, en particular a las armas nucleares", en una declaración conjunta.
El próximo mes de marzo, Lula efectuará una gira por Oriente Próximo que incluirá visitas a Israel, a los territorios palestinos y a Jordania. En el entorno del presidente se asegura que durante el primer semestre de 2010 Lula también pretende visitar Irán.
"La búsqueda de un entendimiento [en Oriente Próximo] exige la incorporación de nuevos interlocutores genuinamente interesados en la paz", dijo Lula ayer al defender la mediación brasileña en el conflicto que azota la región. Ahmadineyad, por su parte, afirmó: "La presencia de Brasil en Oriente Próximo puede ayudar a la promoción de la paz y la estabilidad".
Jorge Quiroga, ex presidente de Bolivia
"CHÁVEZ ES AMBIDIESTRO PARA DESTROZAR Y MANCO PARA PROGRESAR"
A lo largo de la conversación con Jorge Quiroga, cuya primera entrega se publicó el lunes, salen cuestiones como la compra de armamento por varios países y la ideologización de los ejércitos. Un nombre está presente en todo momento, como lo está en casi todos los rincones de Latinoamérica: Hugo Chávez Frías.
El Diario Exterior de España (www.eldiarioexterior.com.es)
La adquisición acelerada de armamento por parte de varios gobiernos latinoamericanos, como el venezolano, el ecuatoriano o el boliviano, es un fenómeno que causa preocupación en diversos círculos. Preguntado por esta materia, Jorge Quiroga prefiere no hablar de "carrera armamentística" y diferencia con claridad en qué casos se está ante algo peligroso y en cuáles no. Así, explicó a eldiarioexterior.com que "hay que distinguir entre lo que es realmente problemático y lo que es, con todo respeto, alboroto" y destacó por sus características específicas tres países concretos.
"En primer lugar está Brasil", nos dice, "por su peso hemisférico, regional, y por su postulación para ingresar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Sabemos que la forma de ingresar es conseguir los buenos oficios de Francia, Reino Unido, Estados Unidos… que paradójicamente venden armas". El ex presidente de Bolivia añade que "lo pondría en una categoría aparte", debido a que se trata de "una relación entre potencias. Aunque Brasil lo niegue, es una potencia en ciernes". Un segundo caso sería el de Chile. Este país "está gastando dinero del fondo del cobre. El precio de este metal, que está tan alto, le ha permitido hacer políticas fiscales contra cíclicas y afrontar la compra de armamento". Tampoco le da mayor importancia.
El tercero es Venezuela. Dice que aquí estamos ante "algo que es realmente peligroso", puesto que "está comprando armas bajo un régimen como el de Hugo Chávez, que es el padrino, tutor, mentor y protector de las FARC. Eso tiene otra clase de connotaciones: violencia, terrorismo y narcotráfico". Quiroga enfatiza: "Eso es lo que realmente debe preocuparnos".
Armamento y corrupción
Sobre los tres países que ha destacado como grandes compradores de armas, afirma: "No justifico lo que están haciendo Brasil y Chile, preferiría que se gastaran esos recursos en salud y educación. Pero lo verdaderamente preocupante es el armamentismo de Chávez, cuando es el verdadero mentor y tutor de los narcoterroristas colombianos".
Otros países también se han lanzado a adquirir armamento, pero Quiroga ve en ello algo muy diferente y dice que "con todo el respeto, lo del resto es corruptela barata". El entrevistado explica que "de 2003 a 2008 hemos tenido la bonanza económica externa mayor de la historia de América Latina. Esto ha permitido que Brasil tenga dinero para comprar armas, ha alimentado el fondo del cobre de Chile, las ganancias por el petróleo de Chávez y los ingresos fiscales en Bolivia vía el gas o en Ecuador vía petróleo..." Añade que "con Gobiernos de baja eficiencia y poca ejecución, una forma expedita de erogar recursos y cobrar una buenas comisiones es comprar armas".
Insiste en que "hacer carreteras u hospitales demora, requiere estudios y capacidad de gestión. Cuando esta no existe, una forma rápida de repartir los recursos de una chequera abultada es comprar armas. Es corruptela barata". Se muestra convencido de que "entre Paraguay y Bolivia no va a haber más guerras. Tiene más que ver con traficantes e intermediarios de armas que se buscan su buena comisión y gobiernos que se prestan a esos juegos". Al ser preguntado por el caso específico de su país, se reafirma en esta idea: "En el caso de Bolivia se tratad de generar gastos rápidos con chequeras abultadas en tiempos de bonanza, con intereses de intermediarios y de corruptelas baratas".
Tentáculos de Chávez
A pesar de que Evo Morales, como explicó el propio Quiroga (primera entrega), entrega a los militares de su país talones a cargo de la Embajada de Venezuela, al mimo tiempo insiste en hablar de soberanía. Recientemente alardeaba de que los Gobiernos del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) acordaron ideologizar a los militares. Según dijo, se aprobó "fomentar doctrinas revolucionarias y nacionalistas" en el seno de las Fuerzas Armadas de cada país. Preguntado por esta cuestión, Quiroga responde con contundencia: "No se puede encontrar nunca consistencia en el Gobierno de Bolivia ni en el de Venezuela".
A esto añade que "hay proyecto totalitario, tiránico, ambidiestro, de Hugo Chávez. Quiere tomar el poder, amordazar la prensa, coartar libertades, socavar derechos, limitar garantías y destrozar las economías en toda la región. Lo hace con las dos manos; no es de derechas ni de izquierdas". El entrevistado sostiene que el presidente venezolano "es ambidiestro para destrozar y manco para progresar". En este marco, "Bolivia es un tentáculo, como lo son Ecuador, Nicaragua, Paraguay y varios países caribeños". A esto añade que "el ALBA es un club de áulicos corifeos de Hugo Chávez".
"Estuve en Cochabamba el día de la reunión" de los jefes de Estado del ALBA "y era realmente penoso", explica Quiroga. Añade que "Bolivia no tiene con los países del Caribe, Cuba y Nicaragua ningún interés comercial ni económico. Se ponen a hablar de hacer una moneda común y el comercio de Bolivia con casi todos ellos es cero, tan sólo hay algo con Venezuela y Ecuador". El ex presidente del país andino nos recuerda que "Bolivia tiene una política cambiaria desde el año 86 que nos ha dado estabilidad y confianza en nuestra moneda y nuestro sistema financiero. Y hablan de cambiarla para entregarse a una Venezuela que tiene dos tipos de cambio, el del Banco Central y el de la calle para ser negociado sin el régimen, y Ecuador, que no tiene ninguno". Sostiene que eso "es demencial. No tiene sustento".
Fuerzas Armadas y milicias
Continúa explicando que "en esta línea de demencias se inscribe eso de politizar y someter las fuerzas armadas a diseños políticos. Es la receta venezolana, es lo que hizo Hugo Chávez con su régimen". Desgrana el proceso: "El primer paso es copar y doblegar políticamente a las fuerzas armadas. Como siempre hay algo de desconfianza de que no sean tan sumisas y de que algún soldado respete la Constitución y la bandera, el segundo paso es crear milicias armadas. Como Chávez está haciendo en Venezuela". Alerta además sobre algo que "creo que ha pasado desapercibido" y es en su opinión "lo más grave que se ha dicho en Cochabamba".
"Nunca he escuchado a un presidente democrático en una cumbre internacional hacer un llamamiento a la gestación y formación de guerrillas armadas", dice Quiroga antes de añadir que "sin embargo, Hugo Chávez hizo un llamamiento claro a la formación de grupos guerrilleros en Honduras". Para el ex presidente boliviano, eso es "lo más grave que hay en ese plan de sometimiento hemisférico que tiene Hugo Chávez".
Claves americanas
EL VÍNCULO ENTRE LOS LÍDERES POPULISTAS Y LA CORRUPCIÓN
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
Un nuevo ranking de los países percibidos como los más corruptos del mundo confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos: los líderes populistas que llegan al poder con la promesa de erradicar la corrupción a menudo terminan liderando gobiernos aún más podridos que los anteriores.
El Ranking de Percepción de Corrupción 2009 dado a conocer por Transparencia Internacional, un grupo no gubernamental con sede en Alemania que es considerado el más importante de su tipo, clasifica mediante más de media docena de encuestas los niveles de corrupción en 180 países del mundo.
A nivel mundial, los que aparecen como menos corruptos son Nueva Zelanda y Dinamarca, y los que son considerados los más corruptos son Somalia y Afganistán.
En América latina, excluyendo a los países del Caribe, los campeones regionales de la corrupción son Venezuela, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Bolivia y la Argentina, según el estudio.
Casi todos los líderes de estos países basaron sus campañas presidenciales en la promesa de acabar con la corrupción. En Venezuela, donde Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998 con la promesa de terminar con lo que acertadamente describía como una clase política corrupta, la corrupción no ha hecho más que empeorar desde que asumió.
Cuando Transparencia empezó a hacer su Ranking de Corrupción en 2001, Venezuela ocupaba el puesto número 69 en una lista de 91 países que iba de los menos a los más corruptos, o sea que se encontraba en el percentil 25 de las naciones más corruptas del mundo. En 2009, Venezuela ocupa el puesto 162 en la lista de 180 países, es decir que está en el percentil 10, mucho más cerca de Afganistán y Somalia.
¿Hay alguna relación entre populismo y corrupción?, le pregunté a Alejandro Salas, el director del departamento de las Américas de Transparencia. En un diálogo telefónico desde Berlín, Salas revisó conmigo el ranking, y notamos que virtualmente todos los países latinoamericanos considerados como los más corruptos están gobernados (o estuvieron gobernados hasta hace poco) por líderes populistas.
"Así es´´, dijo Salas. "Hay una relación directa entre populismo y debilidad institucional. Y la debilidad institucional conduce a la corrupción´´. Salas dijo que divide a los países latinoamericanos en tres grupos.
"El primer grupo es el de los que mejor califican, que son Chile, Uruguay, Puerto Rico y Costa Rica´´, dijo. "Son los que son vistos como los menos corruptos, y que tienden a tener estabilidad, elecciones libres y periódicas, y en la mayoría de los casos sistemas judiciales independientes, organismos de control eficaces, y sistemas de pesos y contrapesos establecidos."
"El segundo bloque es el de países que están en el medio, donde encontramos a Brasil, México, Colombia y Perú´´, continuó. "Son países con tendencias contradictorias: tienen algunas instituciones modernas, pero también cargan con muchas herencias del pasado que llevan a la corrupción."
"Y luego está el tercer bloque, de los que están en la parte inferior de la tabla, que son los países que en los últimos años han sufrido una especie de "captura del Estado" "por parte de líderes carismáticos", señaló. Agregó que en países como Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Honduras, eso significa que a menudo "las decisiones políticas no pasan por ningún mecanismo de control. Entonces, no se audita, no se vigila".
La situación en EE.UU.
¿Y qué ocurre en Estados Unidos?, le pregunté a Salas, al señalar que Estados Unidos aparece en el ranking como el segundo país entre los menos corruptos de las Américas, después de Canadá. ¿No debería haber figurado en un puesto mucho menos honorable, considerando el reciente caso de Bernard Madoff y varios otros escándalos financieros?
Salas dijo que la ubicación de Estados Unidos en el ranking puede deberse al hecho de que las preguntas estaban referidas a la corrupción gubernamental, no a la privada. Además, es posible que los encuestados sintieran que el gobierno estadounidense ha respondido con celeridad y firmeza, agregó.
Mi opinión: no me sorprendería que en los próximos años, a medida que salgan a la luz más detalles sobre la escandalosa falta de supervisión financiera durante el gobierno de George W. Bush, Estados Unidos baje algunos puestos en el ranking de corrupción. Debería ocurrir eso.
Pero no me sorprende que Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, estén entre los países más corruptos del mundo. Se trata de naciones cuyos gobernantes han intentado adueñarse de todas las instituciones del Estado, y que ahora están tratando de acallar a los medios. Cuanto más consigan controlar todos los mecanismos de control, tanto mayor será la corrupción en sus países.
Opinión
A MAYOR SILENCIO, MÁS CORRUPCIÓN
La labor investigativa y fiscalizadora de la prensa es vital para responsabilizar a los gobiernos y mantener a raya a los corruptos. Sin denuncia periodística hay poca transparencia y la democracia se debilita. Muchos gobiernos rechazan estos principios. Prefieren una prensa sumisa o amordazarla con leyes restrictivas. Así compran silencio y esconden corrupción.
El Diario de Ecuador (www.eldiario.com.ec)
No es casualidad que los países latinoamericanos donde más se está limitando a los medios de comunicación, como en Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Argentina, son precisamente los que aparecen como peores clasificados en la lista de percepción de la corrupción que difundió Transparencia Internacional (TI) esta semana.
En una escala del 1 al 10 (siendo la peor la de menor valor) Venezuela, con una puntuación de 1.9, fue considerado uno de los países más corruptos del mundo, ubicándose en el puesto 162 de 180. En orden ascendente se situó Ecuador, 2.2; Nicaragua, 2.5; Bolivia, 2.7 y Argentina con 2.9, de un total de 21 naciones latinoamericanas que obtuvieron un vergonzoso puntaje menor de cinco puntos.
La medición de TI comprueba que donde se busca mayor silencio mediático se registra más corrupción gubernamental. Venezuela tiene uno de los sistemas más restrictivos de prensa en el continente. Las denuncias contra el nepotismo de Hugo Chávez, beneficiando a parientes y autoridades, así como los dineros opacos que fluyen de los entes estatales, sirvieron para justificar la ley de Responsabilidad Social. Un mecanismo que le ha servido al gobierno para clausurar RCTV, decenas de radioemisoras y amenazar de cierre a Globovisión, así como crear una vasta red de medios públicos que jamás denunciarán irregularidad alguna.
En Argentina, la ley de Servicios Audiovisuales lleva la consigna de destronar al Grupo Clarín y a otras empresas que revelaron, por ejemplo, el desmedido enriquecimiento del patrimonio de Cristina Kirchner y su esposo o los dineros espurios utilizados en su campaña electoral. En Ecuador, la nueva ley de Comunicación busca amordazar a medios como Teleamazonas, que ya sufrió varios aprietes oficiales por poner en evidencia que Fabricio, hermano de Rafael Correa, se beneficiaba con contratos con el Estado. Mientras que Daniel Ortega busca acallar al diario La Prensa para evitar que se sepa que sus familiares se han beneficiado con el manejo de empresas privadas y hasta con vacaciones pagadas por todos los nicaragüenses. En la medición de TI se observa que también existe una estrecha relación entre libertad de prensa y transparencia; es decir, a mayor tranquilidad de los medios para trabajar, menos corrupción. Los países mejor ubicados fueron Chile y Uruguay en el puesto 25 con una puntuación de 6.7; Puerto Rico, 5.8 y Costa Rica 5.3; justamente donde los medios sufren menos o pocas represalias por su labor.
La fórmula es simple. Para combatir el silencio y mejorar la transparencia, se necesita mayor libertad de prensa.
Opinión
CORRUPCIÓN POLÍTICA EN EL MUNDO
Un nuevo ranking de los países percibidos como los más corruptos del mundo confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos: los líderes populistas que llegan al poder prometiendo erradicar la corrupción, a menudo terminan liderando gobiernos peor que los anteriores.
Diario de Cuyo de Argentina (www.diariodecuyo.com.ar)
El Ranking de Percepción de Corrupción 2009, dado a conocer por Transparencia Internacional, ONG con sede en Alemania, y considerado el más importante de su tipo, clasifica los niveles de corrupción en 180 países. A nivel mundial, los menos corruptos son Nueva Zelanda y Dinamarca, y los más corruptos Somalia y Afganistán. En América latina, excluyendo al Caribe, los campeones de la corrupción son Venezuela, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Bolivia y Argentina.
Casi todos los presidentes de estos países hicieron sus campañas prometiendo acabar con la corrupción. En Venezuela, donde Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998 prometiendo terminar con lo que acertadamente describía como una clase política corrupta, la corrupción no ha hecho más que empeorar desde que asumió el poder. Cuando empezó el Ranking de Corrupción en 2001, Venezuela ocupaba el puesto número 69 en una lista de 91 países que iba de los menos a los más corruptos, o sea en el percentil 25 de las naciones más corruptas. En 2009, Venezuela está 162 en la lista de 180 países, o sea en el percentil 10, mucho más cerca de Afganistán y Somalia.
¿Hay alguna relación entre populismo y corrupción?, le pregunté a Alejandro Salas, director del departamento de las Américas de Transparencia. Salas observó que todos los países latinoamericanos considerados como los más corruptos están gobernados, o lo estuvieron hasta hace poco, por líderes populistas. Salas dijo que "hay una relación directa entre populismo y debilidad institucional. Y la debilidad institucional conduce a la corrupción".
En análisis divide a la región en tres grupos. En el primero están los que mejor califican: Chile, Uruguay, Puerto Rico y Costa Rica. Son los menos corruptos y tienen estabilidad, elecciones libres y periódicas, y sistemas judiciales independientes, organismos de control eficaces.
El segundo bloque, integrado por Brasil, México, Colombia y Perú es contradictorio: tienen algunas instituciones modernas, pero también muchas herencias del pasado que llevan a la corrupción. En el tercer bloque, abajo en la tabla, están los que han sufrido una especie de "captura del Estado" por parte de líderes carismáticos, caso de Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Honduras, donde las decisiones políticas no pasan por ningún mecanismo de control.
¿Y Estados Unidos?, pregunté a Salas, señalando que aparece como el segundo país menos corrupto de América, después de Canadá. ¿No debería figurar en un puesto mucho menos honorable, considerando el caso de Bernard Madoff y varios otros escándalos financieros? Según Salas puede deberse a que las preguntas estaban referidas a la corrupción gubernamental, no a la privada.
Mi opinión: En los próximos años, a medida que surjan más detalles sobre la escandalosa falta de supervisión financiera en el gobierno de Goerge W. Bush, que precipitó la actual crisis económica, EEUU puede bajar algunos puestos en el ranking. Pero no me sorprende que Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua estén entre los países más corruptos del mundo. Sus gobernantes han intentado adueñarse de todas las instituciones del Estado, y ahora tratan de acallar a la prensa.
PERÚ, CHILE Y EL PESO DE LA HISTORIA
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)
Cuando era niña un anciano le contó a mi padre que odiaba a los chilenos porque habían violado a su madre durante la guerra. Ese recuerdo formaba parte de una historia con más de un siglo de antigüedad y aunque en el conflicto nuestro país perdió territorio, el tiempo se ha encargado de limar esos resentimientos y la globalización ha jugado en ello un papel decisivo, al unir a ambas naciones bajo un pretexto comercial.
Aunque parezca contradictorio, justamente para restañar esas heridas del pasado, el 18 de enero del 2008 el presidente peruano Alan García demandó a Chile ante la Corte de Justicia de la Haya en busca de una solución definitiva al diferendo sobre la frontera marítima con Chile, de tal manera que fuese un organismo internacional el que otorgara un deslinde legal a una discrepancia histórica.
Si fumar la pipa de la paz dependiera de la decisión de un tribunal internacional sería formidable. La guerra culminó el 20 octubre de 1883; sin embargo, la paz entre Chile y Bolivia se firmó en 1904 y Bolivia perdió la posibilidad de salida soberana al océano Pacífico. Esta situación ha generado fricciones y acusaciones de todo tipo de negociaciones y elucubraciones, con la esperanza de encontrar el resquicio que permita a los bolivianos salir al mar. La más reciente noticia menciona hasta un túnel marítimo.
Estos antecedentes, que aún encienden pasiones, enmarcan la evidencia de espionaje de parte del vecino del sur, que fue descubierto tras la captura de un suboficial de la Fuerza Aérea la semana pasada en el Perú, quien facilitó datos confidenciales vinculados a la seguridad del Estado.
Lo ocurrido ha desatado un enfrentamiento verbal entre ambos mandatarios, donde como dijo Bachelet han desaparecido las palabras integración y cooperación. La tensión se ha apoderado de la situación, en momentos que la oposición insistía en criticar la rúbrica del Acuerdo de Complementación Económica con Chile firmado el pasado 22 de agosto.
Aunque los ánimos están caldeados, el presidente García ha actuado con tino al invocar la unión y dialogar en palacio con todos los sectores, pero algunos políticos han pedido al gobierno que se impongan restricciones a la inversión extranjera en sectores estratégicos como energía, puertos, etc. Lo real es que el empresariado aboga por la cautela y por que no se afecte la relación comercial entre ambos países. Perú es el tercer destino de las inversiones chilenas, que ya superan los 7 mil millones de dólares.
En las últimas dos décadas, los chilenos han invertido en Perú, en finanzas, turismo y construcción, 3,893 millones de dólares, el 59% del total de inversiones. También han incursionado en el rubro energético, supe-
rando los 2,000 millones de dólares en generación eléctrica, y en el área industrial han colocado más de mil millones de dólares.
Los destinos de Perú y de Chile están unidos no sólo por el lenguaje y la geografía: sus gobernantes saben que las decisiones de de-
sarrollo se toman a nivel global y quienes aspiran a elevar el nivel de vida de sus pueblos tienen que actuar dentro de bloques económicos.En este momento, es importante estar unidos como un frente común, dentro de la línea pacífica que exigen los tiempos, sin olvidar que también defendemos nuestra soberanía saliendo del subdesarrollo. Hemos sido ofendidos, hay pruebas de espionaje. Pedimos un esclarecimiento, pero debemos tener el corazón abierto a la conciliación. El desarrollo depende de la paz.
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