martes, 29 de marzo de 2016

SILALA NO ES RÍO INTERNACIONAL




Las aguas del Silala que se originan en territorio boliviano enfrentan nuevamente a los presidentes Evo Morales y Michelle Bachelet, con anuncios mediáticos de demandas y contrademandas. Sin duda alguna, el Silala no es un río internacional, es un conjunto de vertientes que es usado ilegal y arbitrariamente por Chile, empero el país no recibe ni un centavo, cuando al otro lado de la frontera estos recursos hídricos son comercializados.
El mandatario boliviano prácticamente planteó una nueva demanda por el uso de este afluente, que tiene origen en territorio boliviano. En tanto que la presidenta Bachelet inició la semana con intensas reuniones de su equipo de colaboradores, para analizar estrategias a seguir en caso que Bolivia presente la nueva demanda judicial en contra de su Estado en tribunales internacionales.
Para hoy se anunció el traslado del Gobierno boliviano y la prensa nacional e internacional hasta Silala con el propósito verificar el estado de las decenas de vertientes, tal como lo denunció EL DIARIO hace dos décadas y que hasta la fecha no encontró una solución adecuada.
Por otro lado, el alcalde de Calama, ciudad ubicada al norte de Chile, cercana a la frontera con Bolivia, Esteban Velásquez, dijo que existe “alarma” ante el eventual juicio por las aguas del Silala que suministran el líquido a esa región y que garantizan su desarrollo.
LEGISLADORES DEMUESTRAN QUE EL SILALA NO ES UN RÍO
Cuando la Prefectura de Potosí anuló el contrato de concesión a la empresa The Antofagasta (Chile) & Bolivia Railway sobre el uso de las vertientes del Silala, esta firma pidió a la Corte de Justicia de ese departamento que anule dicha resolución, lo que demuestra que Chile desde un principio reconoció que el Silala es un conjunto de vertientes y no un río, según el legislador Gonzalo Barrientos.
Del mismo modo, el diputado oficialista Víctor Borda defendió el principio que reconoce a los bofedales y ojos de agua del Silala como vertientes.
El legislador Barrientos señaló que Bolivia debe tomar en cuenta que, tras haberse anulado la concesión para las aguas, fue la compañía afectada, la que recurrió ante la corte de justicia de Potosí demandando la nulidad de la resolución administrativa promulgada por el prefecto potosino de ese entonces, con lo cual reconocieron el derecho propietario sobre las aguas que, actualmente, se llevan de forma ilegal.
“Si fuera río internacional entonces por qué no han utilizado sus aguas en su territorio porque un río internacional es, cuyas aguas es de curso sucesivo, continuo y natural; en este caso hay obras artificiales y además se trata de vertientes, por lo tanto este documento es importante, es un hecho jurídico, histórico y legal que hace a la propiedad y a la soberanía de las aguas del Silala”, dijo.
En tanto, primer el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, afirmó que “es irracional que se intente alegar que las aguas del Silala son de un río de curso internacional, cuando todos los bolivianos sabemos que en la provincia Nor Lípez (Potosí) nacen alrededor de mil manantiales o bofedales, de los cuales emerge el agua”.
Recordó que en 1940, autoridades de Bolivia y Chile verificaron que esas aguas emergen de manantiales y que son de propiedad del Estado boliviano, dato que está documentado y es parte de la historia.







Con la presencia del Presidente Evo Morales, hoy se desarrolla el acto de reivindicación de las aguas del Silala en el lugar donde ese recurso pasa al vecino país a través de un sistema de canales artificiales.
El gobernador potosino, Juan Carlos Cejas, destacó que con el concurso de dirigentes de organizaciones y el propio gobierno central se consolidará la caravana y acto de reivindicación de las aguas potosinas que nacen en la región del Quetena.
El acto desmostrará al mundo entero que las aguas del Silala no son un río internacional sino un sistema de manantiales que fueron canalizados para que el recurso baje a una quebrada y pasa el vecino país por un canal artificial construido en 1884.
En la oportunidad se podrá apreciar los trabajos llevados adelante por los chilenos para obtener el agua que tanta falta le hacía para su población de la IV región, así como para las empresas mineras que estaban cerca de la frontera boliviana.
El 23 de marzo, Día del Mar boliviano, el presidente boliviano anunció que instruyó a la Diremar definir la vía para recuperar las aguas y al siguiente día dijo que Bolivia optaría por un juicio internacional ante la Corte Internacional de Justicia, cuya sede está en La Haya.
Los chilenos a través del canciller Heraldo Muñoz mostraron un mapa de 1904 en el que las aguas figuran como un río lo que fue desvirtuado por los bolivianos que sostienen que ese documento fue trabajado por los usurpadores de territorio boliviano con la finalidad de apropiarse de un recurso natural que le era imprescindible para su gente.
Las aguas
Las aguas del Silala nacen en el vicecantón Quetena, (Sud Lípez del Departamento de Potosí).
Serían 200 litros por segundo los pasan diariamente a Chile para el consumo de poblaciones como Calama, Tocopillan y otras.
Las aguas nacen de un sistema de 94 ojos y van a un canal principal a través de canalizaciones realizadas por los chilenos en 1884.
Chile sostiene que se trata de un río internacional de curso sucesivo a lo cual se opone Bolivia con documentos que hacen ver que se trata de aguas fósiles que van por canales artificiales.
“No se recupera el agua de la noche a la mañana, vamos a sentar precedente de lo que es nuestro”.
Juan Carlos Cejas - GOBERNADOR POTOSÍ





 PREACUERDO DE 2009 SERÁ BASE DE LITIGIO EN CIJ POR AGUAS DEL SILALA


El preacuerdo de 2009, cuando Santiago asumió el compromiso de pagar por el 50% de las aguas manantiales del Silala, será “base fundamental” para que Bolivia sustente la demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), por el uso ilegal de este recurso hídrico.    
“El acuerdo de 2009 es un reconocimiento tácito, un reconocimiento material de Chile a pagar una deuda por concepto de consumo de usufructo de agua, ese acuerdo es la base fundamental como para poder demostrar que hay un tema irresuelto y pendiente que no ha tenido solución”, declaró ayer a La Razón el ministro de Autonomías, Hugo Siles, consultado sobre los argumentos para llevar este nuevo litigio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con sede en La Haya, Holanda.  
Fueron los actuales gobernantes Evo Morales, de Bolivia, y Michelle Bachelet, de Chile, quienes al término de sus primeros mandatos, en noviembre de 2009 rubricaron un acuerdo inicial mediante el cual Chile se comprometió al pago del 50% del recurso hídrico hasta la realización de un estudio por el que Bolivia buscaba el pago del 100%. El 50%, según el Gobierno, equivalía al pago de $us 15.000 diarios. Dirigentes cívicos de Potosí rechazaron el entendimiento tras considerarlo insuficiente.
Reparación. “Bolivia está en condiciones absolutamente materiales de poder alcanzar un fallo ante la CIJ que le permita no solo restituir estos derechos que tenemos como Estado, sino que el vecino país pueda pagar y compensar por el usufructo de las aguas que tienen más de un siglo de utilización”, añadió Siles.
Una misión liderada por el presidente Morales verificará hoy en el cantón potosino Quetena Chico el uso  de estas aguas en la frontera, mientras La Moneda defiende su postura de que el Silala es un río cuyo cauce cruza “naturalmente la frontera” hacia territorio chileno. “Durante más de 100 años Bolivia reconoció el carácter de río internacional en las aguas del Silala (...). El año 2009, Chile estuvo dispuesto a llegar a un acuerdo con Bolivia para determinar el uso compartido de las aguas del río Silala y este proyecto de acuerdo fracasó por la negativa de Bolivia”, señaló ayer Bachelet en referencia a la concesión por 99 años que logró su nación en 1908 para el usufructo de este recurso.
Según estudios del Gobierno boliviano, en el Silala existen al menos 94 ojos de agua que nacen entre los hitos 73 y 74 en el cantón Quetena, de la provincia potosina de Sud Lípez. Estos recursos fluyen a Chile a través de canales construidos para alimentar el sistema de agua de la empresa minera Codelco-Chuquicamata (Calama). En 1908, la Prefectura de Potosí autorizó a la empresa anglochilena The Antofagasta-Bolivia Railway
Company Limited la construcción de estos canales para alimentar sus locomotoras a vapor, pero cuando la empresa cambió esta maquinaria por motores a diésel, transfirió en 1961 el uso de las aguas a Chile. En junio de 1997, La Paz revocó la concesión porque consideró que el agua no era utilizada para los fines que le fueron otorgados. “Lo cierto es que Bolivia ha introducido este tema en una permanente preocupación y consulta que se ha hecho en la historia, entre ambos países”, argumentó Siles, quien luego consideró que la inclusión del tema en la agenda de 13 puntos es una muestra de que Santiago admitió la existencia de una controversia internacional.
Argumentos bolivianos
Organismos
El Gobierno de Bolivia asegura que existen “antecedentes, documentos y la verificación técnica” que están a disposición para que una comisión bilateral y de la ONU pueda “verificar que las aguas del Silala emanan de manantiales”.
‘Dejar Pacto de Bogotá es confesión de derrotas’
El presidente Evo Morales afirmó ayer que el pedido de políticos chilenos de oposición al gobierno de Michelle Bachelet para que su país se retire del Pacto de Bogotá “es una confesión de futuras derrotas a cualquier demanda”.
“Estos políticos piden retirarse del Pacto de Bogotá, es como confesión anticipada de que van a perder frente a nuestras demandas”, declaró Morales durante una conferencia de prensa en la que admitió que Chile está en su derecho de denunciar el Pacto, aunque remarcó que con ello se “aislará del derecho internacional”.
Réplica. “Nosotros no somos de andar pateando la mesa, no somos de irnos de las organizaciones, no somos de jugar de manera tan apresurada con los temas internacionales. Nosotros hemos mantenido una línea consistente siempre y nos ha ido bien. Nadie puede negar que nos ha ido bien”, afirmó el agente de Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), José Miguel Insulza, luego de desestimar que su país abandone el Pacto de Bogotá.  El canciller David Choquehuanca recordó el domingo que si un país abandona el Pacto de Bogotá, existe un plazo para que la decisión se haga efectiva. Este tiempo es de al menos un año.






AGUA DEL SILALA ES SOLO DE USO DE MINERAS CHILENAS

El viento azota al visitante y el frío es la única compañía en el lugar. Un total de 26 personas radican en el espacio que ahora generó una nueva tensión entre Bolivia y Chile. El Silala clama para dejar a un lado el olvido y en el área se intenta sentar soberanía. Las aguas de manantiales nacen en este lugar y recorren un largo trecho hasta llegar al norte chileno.
El trayecto no es natural, la mayor parte son canales construidos hace bastantes años con la intención de desviar su curso. El recurso hídrico, en su totalidad, es aprovechado por empresas mineras de Chile, y en Bolivia, dueña de esas aguas, no se utiliza para nada, excepto por las 26 personas que viven en el lugar.
EL DEBER llegó al lugar donde nacen los manantiales del Silala y comprobó que el afluente no es un río internacional, algo que hoy verificará el presidente Evo Morales. Los ojos de agua se fundan en el lado boliviano. Son muchos y todos confluyen en un canal que va directo al lado chileno. La impotencia es grande en el lugar. No hay un proyecto exitoso. El último que se instaló, las piscinas-criaderos de trucha, fracasó ante la falta de mantenimiento. El recurso, que desemboca dos litros cada segundo, va directo para el beneficio chileno.
De las 26 personas que radican en el lugar, 21 son militares, que se instalaron en el cuartel de la zona con el motivo de vigilar el lugar. El comandante del regimiento, subteniente Ángelo Quenta, informó a este medio de que dos veces al día se mide el nivel del agua que baja por canales.
Directo a Chile
Desde el 1 marzo, el recurso se mantiene en 99 centímetros promedio desde la base del canal al nivel del agua. El oficial detalló que el recurso se va directo a Chile y que en lado boliviano solo se lo aprovecha para beneficio humano, pero es mínimo.
Leonardo Tincuri trabaja de albañil. Actualmente participa en la construcción de 10 viviendas sociales en el Silala, que son financiadas por el Gobierno. Él lamentó que se haya descuidado el proyecto de criadero de truchas y espera que el Ejecutivo haga uso de las aguas.
“Da pena ver cómo nuestras aguas se van a Chile y las utilizan allá gratuitamente, sin pagar nada. Nosotros acá poco podemos hacer porque los canales ya están construidos y solo usamos estas aguas para nuestro beneficio”, relató.
El presidente Evo Morales llegará hoy al Silala y comprobará que el curso de las aguas no es un río internacional, como lo justifica Chile. Al lado del vecino país continúa la construcción del canal e incluso se construyó un estanque. De ahí, las aguas se van hacia Calama por tuberías subterráneas.
No se pudo pasar el límite debido a que no existe control migratorio. Los campesinos explican que carabineros chilenos llegan al lugar al menos dos veces por semana y tampoco pasan la línea divisoria entre las dos naciones, que es un tubo oxidado que antes se utilizaba para transportar el agua al vecino país.
El jefe de Estado instruyó indagar vías jurídicas contra Chile por las aguas del Silala. En La Paz existe el convencimiento de que este recurso nace de manantiales o bofedales, en cambio, en Santiago, que amenazaron con contrademandar a Bolivia, dicen que el Silala es un río internacional.
Sin embargo, en 1908, el vecino país firmó una concesión de las aguas para que sean utilizadas para el funcionamiento de locomotoras en Antofagasta, algo que admite que este cauce no es un río internacional.
Los ojos de aguas del Silala nacen a 100 metros del cuartel. Se ven truchas pequeñas y el agua naturalmente desciende. A 500 metros se topa con una especie de estanque, obra que fue construida, según los lugareños, por las empresas chilenas hace más de 60 años. De ahí, se ven tuberías, algunas oxidadas y ya inutilizadas, pero la de mayor tamaño cruza la línea fronteriza y se va rumbo a las mineras chilenas.
Uso minero
El vicecanciller Juan Carlos Alurralde explicó a este medio que estas aguas provienen de manantiales y en su totalidad se van a Chile para un uso industrial. “Este recurso fue desviado por obras de ingeniería que canalizan el cauce rumbo a Calama (Chile). Nuestras aguas son utilizadas por grandes empresas mineras con fines industriales, ni siquiera van para consumo humano”, reprochó. El exgobernador potosino Félix Gonzales afirmó que es "esencial" construir un embotelladora de agua en el lugar. “Hay proyectos grandes, y es necesario ejecutarlos para evitar que desciendan hacia el lado chileno"





OTRA VEZ BOLIVIA

Bastaron sólo siete días para que la ofensiva comunicacional chilena quedara obsoleta tras la última arremetida del gobierno boliviano: el anuncio de una nueva demanda ante La Haya, esta vez por el uso de las aguas del Silala. Se trata de un viejo conflicto, parte fundamental de la agenda bilateral que impulsó el gobierno de Michelle Bachelet, que había mostrado señales de reactivación durante los últimos meses.

Revista Que Pasa de Chile (www.quepasa.cl)

Por M. Cecilia González.-  Si hace sólo una semana el equipo chileno ante la demanda en La Haya tomaba la ofensiva, sacando a relucir con fuerza una nueva estrategia comunicacional, siete días más tarde Bolivia volvió a ponerse en la delantera, esta vez con una nueva demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por el uso de las aguas del río Silala, sacando a relucir una vieja disputa entre ambos países. Porque si bien el discurso por el día del mar del 23 de marzo pasado, donde el presidente Evo Morales anunció por primera vez la posibilidad de recurrir a organismos internacionales por este tema, fue mirado como algo sin importancia en Chile, la oficialización del anuncio durante el fin de semana encendió, de manera tardía, las alarma en el gobierno, al punto de que por primera vez podría ser Chile quien recurra a la corte de La Haya presentando una contrademanda, como lo confirmó esta mañana la propia presidenta Bachelet.
Así, con la demanda que busca una salida al mar en curso y con los últimos llamados al diálogo todavía frescos, las relaciones con Bolivia alcanzaron su peor momento en los últimos años.
El Silala es un curso fluvial ubicado en el departamento boliviano de Potosí, a cuatro kilómetros de la frontera con Chile, y sobre él existen dos interpretaciones que son el origen de la controversia: ¿Se trata de un manantial o un río?
Los bolivianos sostienen lo primero, que el Silala es un manantial, cuyas aguas han sido desviadas de manera artificial a Chile mediante canales construidos en 1908, con el permiso del gobierno Boliviano, por la Compañía de Ferrocarril Antofagasta-Bolivia, una empresa de propiedad chilena-inglesa. La concesión, sin embargo, duraba solo 99 años y fue revocada en 1997 por el entonces presidente Hugo Banzer, por lo que, siguiendo esta lógica, Chile estaría haciendo uso ilegal de las aguas.
Chile, en cambio, sostiene que se trata de un río de aguas internacionales, que nace en Bolivia pero que fluye de manera natural a Chile, por lo que su uso es binacional. El principal argumento para defender esta postura es que así está demostrado en el mapa adjunto al tratado de 1904, que estableció las fronteras definitivas entre ambos países.
El conflicto, sin embargo, no tiene nada de nuevo. De hecho, fue parte integral de la agenda de 13 puntos que impulsó Michelle Bachelet en 2006, durante su primer gobierno.
Tras dos años de conversaciones bilaterales, a fines de 2009 ambos países parecían estar a punto de encontrar una solución para el uso de las aguas del Silala. Se concordó un preacuerdo que establecía que, con una vigencia de cuatro años, cada uno de los países podía hacer uso del 50% de los recursos hídricos disponibles, aunque ambos reconocían que hacía falta realizar más estudios técnicos para contar con datos actualizados sobre cuánta es el agua que fluye a Chile.
Es en este punto donde surge la actual controversia, pues el canciller boliviano aseguró que en aquella negociación, Chile estaba dispuesto a compensar a Bolivia por el uso del 50% del agua mientras se llevaban a cabo los análisis, momento en que el pago podría haber aumentado incluso al 100%.
Esto, temen algunos, podría abrir el espacio para que Bolivia argumente ante la CIJ el incumplimiento de promesas históricas, como ya han dejado entrever las declaraciones de las autoridades bolivianas. Justamente, la estrategia boliviana ante la demanda marítima se basa en el concepto de “derechos expectaticios”, según los cuales Chile habría efectuado una serie de promesas que le habrían creado expectativas a Bolivia de que conseguirían una salida soberana al mar.
No obstante, lo que es cierto es que el preacuerdo de 2009 no prosperó, puesto que Bolivia comenzó a reclamar el pago retroactivo del uso de las aguas, lo que ellos consideran una deuda histórica, pese a que este punto jamás fue abordado durante la negociación. Finalmente, fue Bolivia quien se retiró de las conversaciones luego de haber iniciado los procesos de consulta interna que exige su legislación, y no se llegó a firmar ningún tipo de convenio.
Las contradicciones de Heraldo Muñoz
Así como la demanda por una salida al océano Pacífico, la cuestión fluvial con Bolivia también es un conflicto de larga data. En 1962, por ejemplo, la disputa en torno al Lauca –un río que al revés del Silala nace en Chile y cruza a Bolivia, país que acusa el desvío y la disminución de su caudal– provocó la ruptura de relaciones diplomáticas, y en la dirección de Fronteras y Límites de la Cancillería (Difrol) existe hace más de 20 años la Unidad Río Silala, encargada de reunir todas las evidencias sobre el carácter internacional de las aguas del río.
En círculos diplomáticos y parlamentarios llamó la atención la poca capacidad de reacción de la cancillería chilena ante las señales que venían dado Bolivia de que llevaría el tema Silala a La Haya.
Pese a que el canciller aseguró el fin de semana en el diario La Tercera de que se esperaba una demanda de este tipo y que llevaban mucho tiempo preparándose, lo cierto es que la semana pasada en el Ministerio de Relaciones Exteriores optaron por poner paños fríos a las amenazas emanadas desde La Paz, las que calificaron de “voladero de luces”, ya que según información recabada por esa cartera, la posibilidad de que Bolivia concretara la demanda estaba prácticamente descartada.
A esto se le suma el hecho de que desde hace varios meses había señales de una posible reactivación del asunto fluvial. En enero, Bolivia presentó una solicitud ante el Programa Hidrológico Internacional de la Unesco pidiendo que realice una inspección en la zona fronteriza con Chile, luego de recibir una serie de denuncias por perforaciones ilegales en territorio nacional con que se estaría extrayendo agua para labores mineras.
"Morales es impredecible. Pero ya se venía hablando hace tiempo del Silala y en consecuencia se podían sacar conclusiones de que venía una demanda", sostuvo el diputado Jorge Tarud (PPD) , miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara.  "En demasiadas oportunidades la cancillería le baja al perfil a los temas cuando no debería hacerlo, debería ser más franca con la ciudadanía. La gente se da perfectamente cuenta cuando un gobierno trata de bajarle el perfil a las cosas".
Pacto de Bogotá
En Chile, en tanto, el anuncio de Morales revivió el debate respecto a la permanencia de Chile en el Pacto de Bogotá, el acuerdo internacional firmado en 1948 que obliga a resolver las disputas internacionales de manera pacífica por medio de la Corte Internacional de Justicia.
Las primeras crítica contra este tribunal –al que algunos sectores cuestionan por fallar de manera política y arbitraria– datan de 2014, tras el fallo de por el caso entre Chile y Perú, y se intensificaron el año pasado cuando la CIJ no acogió la objeción preliminar chilena, declarándose competente para revisar la demanda boliviana por un acceso al Océano Pacífico. Y aunque en los últimos meses parecía que la opción había quedado descartada, ahora volvió a resurgir con fuerza, y bajo el patrocinio de parlamentarios tanto del oficialismo como de la oposición.
La discusión cobra relevancia especial si se toma en cuenta que la disputa por el Lauca continúa pendiente, por lo que no es posible descartar su eventual judicialización.
Las señales del gobierno, no obstante, han ido en el sentido contrario de abandonar el pacto. En primer lugar, porque de hacerlo no sería posible presentar una contrademanda. "Uno de los antecedentes que se tomaron en consideración cuando debatimos con el canciller y con el subsecretario la posibilidad de denunciar el pacto de Bogotá fue que había que dejar abierta la vía para una eventual demanda o contrademanda a Bolivia", explicó a Qué Pasa el senador Francisco Chahuán (RN), presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Pero sobre todo, porque incluso si se optase por la salida, probablemente ya sería muy tarde para Chile: se debe esperar un año para que el retiro se haga efectivo, plazo en el que el país aun puede recibir ofensivas legales.
Por ello, cómo explicó el canciller, esto dejaría abierta la puerta para que Bolivia precipite otras demandas, tal como sucedió en el caso Colombia-Nicaragua, donde el gobierno de Juan Manuel Santos recibió dos nuevas demandas tras su retiro del pacto.
Por eso, ahora la energía se concentrará en la contrademanda, cuya estrategia –si es que se llega a concretar– estará centrada en la tesis de las permanentes hostilidades de Bolivia contra Chile, argumentando que el país altiplánico no ha agotado todas las instancias internas antes de acudir a organismos internacionales. Además, pedirá que se ratifique la condición del Silala como un río internacional y que se reconozca que Bolivia cambió su relato sobre este sólo recientemente, como dejan en evidencia, además del tratado de 1904, actas y minutas bilaterales, así como como un estudio aerofotogramétrico conjunto, realizado en 2001.
Mientras que en Bolivia ya comenzaron a mover sus primera fichas. El presidente Morales ya organizó una visita con la prensa al Silala, para demostrar que el origen de las aguas está en su país.





CHILE – BOLIVIA: UN CONFLICTO AD ETERNUM

Radio U de Chile (www.radio.uchile.cl)
                                                                  
Por Pablo Jofré.- Bolivia, y principalmente bajo las administraciones de Evo Morales, ha entendido que el bilateralismo aislado no tiene sentido en un mundo como el que vivimos en este tercer lustro del Siglo XXI. Mantener un conflicto sin posibilidades de catalizar su discusión y la posibilidad de llegar a un entendimiento es una imperiosa necesidad, política, económica y diplomática y no seguir eternamente en una disputa que tanto daño le hace a ambos pueblos.
Marzo representa para Bolivia un mes cargado de simbolismo, acompañado de una dolorosa carga histórica.
Esto, porque en el mes de marzo, la sociedad boliviana conmemora la pérdida de su cualidad marítima, tras la invasión de su territorio por tropas chilenas el 14 de febrero del año 1879, dando inicio así a la que historiográficamente se denomina como Guerra del Pacífico o Guerra del Salitre.
El territorio boliviano al que hago mención, refiere a la región conocida en el siglo XIX como el Departamento del Litoral. Invadido por Chile, sin previa declaración de guerra, tras la decisión de las autoridades bolivianas de aumentar en 10 centavos cada quintal de salitre exportado por las compañías de capitales anglo-chilenas, que operaban en ese Departamento.
Esa medida fue rechazada por el gobierno chileno –por presión de las compañías instaladas en suelo boliviano– que sin expresión formal de inicio de las hostilidades irrumpió en la ciudad de Antofagasta un 14 de febrero del año 1879, ocupando el territorio y expulsando las tropas y autoridades bolivianas acantonadas allí. Esto determinó que el gobierno del país altiplánico pusiera en acción el Tratado de Alianza Defensivo con el Perú, firmado el año 1873 para ser activado en caso de agresión de un tercero.
La zona conquistada por las tropas chilenas fue creada el año 1829 –pocos años después de la declaración de independencia boliviana– como Provincia del Litoral, constituyéndose en Departamento el año 1867, con una superficie de 120 mil kilómetros cuadrados y 400 kilómetros lineales de costa. Delimitando al norte con el Río Loa, que formalizaba su frontera con la República del Perú, y al sur por el Río Salado, constituyendo la frontera con Chile. Dicho Departamento tenía en su jurisdicción los puertos de Cobija, Antofagasta, Tocopilla y Mejillones, además de los pueblos del interior del Desierto: San Pedro de Atacama y el pueblo minero de Calama.
Precisamente en este último lugar, el día 23 de marzo del año 1879, las tropas chilenas, en pleno desarrollo de la contienda, se trabaron en combate contra tropas bolivianas y defensores civiles de Calama, encabezados por Ladislao Cabrera y Eduardo Abaroa –considerado el principal héroe civil boliviano– que murió en la defensa del Puente Topater. Desde esa batalla, Bolivia ya no volvería al Pacífico, sumando así 137 años de enclaustramiento en su condición de mediterraneidad.
¿Un manantial o un río? ¡Esa es la cuestión!
En un artículo de marzo del año 2012 –que escribí luego del discurso por el Día del Mar dado por el Presidente Morales, que muestra también la consistencia en el mensaje– consigné que el mandatario boliviano calificó a Chile como un “mal vecino, que no puede seguir siéndolo en pleno Siglo XXI”.
Igualmente registré la opinión del analista paceño Jorge Zambrana Jiménez, quien señaló que “la ocupación chilena del litoral boliviano nos cercenó un pedazo de territorio, que constituía la verdadera válvula de nuestra vida, pues hemos quedado completamente aislados del mar y con un carácter tributario de las naciones limítrofes (…) la invasión chilena fue una acción filibustera que agredió, ocupó, degradó y comenzó a dominar nuestro litoral por la fuerza militar y la violencia usurpadora (…) Lo que ha hecho Chile con Bolivia no tiene antecedentes en la historia mundial. Ningún Estado ha condenado a la asfixia perpetua a otro, como en el presente caso, cercenándole sus únicos vitales pulmones habilitados”.
La opinión de Zambrana considero que es transversal a la sociedad boliviana, incluyendo a sus partidos políticos. Para Zambrana, “Chile tiene la obligación moral, política y ética de restituir a Bolivia su acceso propio y soberano al mar, terminando con el funesto tutelaje que ha imperado hasta hoy (…) El Gobierno transandino debe aceptar que persiste el problema y que no tenemos una “aspiración” a conseguir algo que es suyo, sino un derecho a recuperar nuestro mar, el litoral y los puertos soberanos que nos fueron arrebatados”, tras la batalla de Calama el día 23 de marzo del año 1879.
Desde ese momento, desde ese día de un mes que es considerado tan funesto para nuestros vecinos, deviene en el hito histórico por excelencia de Bolivia, denominándolo el Día del Mar. Se constituye así, año a año, en el momento propicio para dar a conocer su demanda centenaria: volver soberanamente al Océano Pacífico.
Por ello, no resulta extraño y no debe sorprender a las autoridades chilenas, que Evo Morales Ayma, el presidente boliviano, haya elegido ese día de este año 2016,  para señalar que su país acudirá a instancias internacionales para reivindicar, nuevamente la necesidad de un retorno soberano al Océano Pacífico pero, agregando un elemento que ya ha sido mencionado en otras oportunidades, pero que da cuenta de los afanes reivindicativos del vecino país: discutir sobre la soberanía y la utilización de las aguas del Silala, consideradas por Bolivia como un manantial y por Chile como un río.
Parafraseando la centenaria obra del Dramaturgo Inglés William Shakespeare en su obra Hamlet y su soliloquio en el acto tercero, escena primera, podemos sostener “Manantial o Río, esa es la cuestión”, luego de las palabras del mandatario boliviano.
En el Día del Mar 2016, en el Departamento de Cochabamba, el presidente Evo Morales reseñó lo que pretende su gobierno: “Hemos decidido no sólo hacer demanda por la salida al mar con soberanía. Hemos decidido ahora, como no nos quiere resolver Chile sobre las aguas del Silala en el departamento de Potosí, como el país pacifista que somos vamos a acudir a La Haya para que Chile respete nuestra soberanía en las aguas del Silala”.
Morales afirma que dicha presentación está acorde con el Derecho Internacional, a pesar que el gobierno chileno asegura que está haciendo uso de aguas de curso internacional. Morales invitó públicamente al gobierno chileno a que acuda al Cantón Quetena y confirme que las aguas del Silala son un manantial, aguas de bofedales y no aguas internacionales.
Ni agua dulce ni agua salada
Chile, por su parte, un día antes del discurso del presidente boliviano presentó un video que según el gobierno de Santiago demuestra que Bolivia tiene acceso pleno al Pacífico a través de puertos chilenos, con declaraciones de ciudadanos bolivianos que viven en Chile y un trabajo audiovisual que deja más dudas que certezas. ¿Por qué?
En un sentido estricto dicho video muestra más la dependencia de los puertos chilenos y la economía del norte del país sudamericano al comercio que se tiene con la vecina nación, que un tema de soberanía. Dicho video hace alentar pocas esperanzas de solución a esta negativa chilena de conversar sobre soberanía, ya sea sobre el agua dulce del Silala o el agua salobre del Pacífico.
Más que un tema de soberanía, lo que se percibe es que sin el comercio con Bolivia, ciudades como Arica e Iquique no tendrían una vida económica como la que poseen. Los 300 camiones que día a día circulan desde Bolivia a Arica son prueba de la vitalidad de un comercio que requiere no sólo una mirada económica y de intercambio, sino también política, colaborativa, solidaria, de buena vecindad.
Pues, ¿qué pasaría si esos camiones no llegan a suelo chileno y se privilegia una salida por Perú? ¿Podría contestarse a ello con la simpleza ¡¡¡¡qué lo hagan!!!!? Como suele hacerse cuando la idiotez rebasa la racionalidad. Si esto sucediera, ¿a qué niveles se alzarían las tasas de desempleo de un norte de por si deprimido?
El comercio exterior de Bolivia depende fuertemente de Brasil y Argentina, mientras que Chile es el octavo principal país de origen de las importaciones bolivianas, con un 4 por ciento del total de éstas. Al mes de marzo de 2015, de las 800 mil toneladas que se han movilizado por el puerto de Arica, 81 por ciento corresponde a carga boliviana.
El viceministro boliviano de Comercio Exterior, Clarems Endara, afirmó en diciembre del año 2015 que el 80 por ciento de las exportaciones e importaciones de su país en 2015 se movió por puertos chilenos y ello implica un movimiento que esos puertos deben cuidar, defender, pues implica empleo en sus respectivas ciudades. Pero ello suele perderse en declaraciones altisonantes, donde el chauvinismo impera, como aquellas de dirigentes del Partido Demócrata Independiente (UDI), como el senador ultraderechista Juan Antonio Coloma, quien ha señalado la necesidad urgente de salirse del Pacto de Bogotá.
El canciller chileno, Heraldo Muñoz, en una fuerte declaración luego de las palabras de Morales respecto de llevar a Chile a Tribunales Internacionales, señaló que “no importa cuántas demandas interponga Bolivia en tribunales internacionales, Chile no cederá territorio soberano. No cederá soberanía. Que se entienda bien. Vamos a defender nuestros intereses nacionales con todo”, recalcó Muñoz, añadiendo que “si se materializa una demanda respecto al uso de las aguas del río Silala, en cualquier momento Chile va a contrademandar a Bolivia”.
Igualmente, el canciller chileno presentó un mapa que se adjunta al Tratado firmado entre Chile y Bolivia el año 1904,  para demostrar el supuesto carácter internacional de las aguas del Silala. Dicho mapa fue criticado por Morales apelando a una petición anterior del gobierno chileno donde solicitaron permiso a la Prefectura de Potosí, departamento donde se ubican las aguas, para hacer uso de ellas. No cabe duda que esta defensa a ultranza de la “soberanía chilena” elevará los índices de aprobación del canciller de un gobierno con escasa adhesión ciudadana.
La conceptualización respecto de qué se habla cuando nos referimos al Silala, no es una nimiedad. Dependiendo de cómo se le considere: un manantial, agua de bofedales o un río de curso internacional, se signará la valoración distinta que se tiene de ese curso de agua, con implicancias históricas, jurídicas, con derechos y obligaciones amparadas por las leyes internacionales, si se trata de un manantial o un curso de agua de tránsito continuo entre países fronterizos.
Para Bolivia, las aguas del Silala son un manantial, agua de bofedales conformado por 94 ojos de agua, que nace y está en territorio boliviano. Las aguas del Silala están situadas en el cantón Quetena, entre los puntos de límite del Tratado de Paz firmado entre Bolivia y Chile a cinco kilómetros de la frontera con Chile. A la altura de las localidades del país trasandino de Caspana, Chiu Chiu. Consiste en un afloramiento de aguas subterráneas, que forman vertientes con un caudal promedio de siete litros de agua por segundo y que tiene un sistema de canalización construido hace más de un siglo por la compañía Inglesa The Antofagasta and Bolivian Railway Company.
Destinado en principio para uso económico y que a lo largo de errados olvidos y hasta irresponsables conductas políticas y económicas bolivianas, intereses económicos y apropiaciones chilenas, se ha ido postergando su solución. Consta que el gobierno de Evo Morales ha tomado, desde el inicio de su mandato, la recuperación de esas aguas, como se manifiesta en su inclusión en la Agenda de los Trece Puntos en su acápite 7.
La mencionada empresa se adjudicó el uso y aprovechamiento de las aguas el año 1908, principalmente para abastecimiento de poblaciones del sector, para suministrar agua a las locomotoras de vapor, riego como también las faenas mineras. Esas aguas en la actualidad son recolectadas en un estanque ubicado a 20 metros de la frontera en territorio chileno donde es concentrada y tratada.
Ocho kilómetros más abajo existe una represa donde se almacenan las aguas y son llevadas mediante cañerías para surtir del preciado elemento a las ciudades y pueblos chilenos de Calama, Chuquicamata, Antofagasta, Mejillones y Tocopilla.
La posición chilena difiere sustancialmente de la boliviana, pues señala que las aguas del Silala provienen de un río internacional –que aparece mencionado en el Tratado de 1904– y que un curso natural de agua, que baña a dos países, no puede ser dispuesto en forma unilateral y su contencioso debe ser tratado por un Tribunal Internacional.
Recordemos en esto que el año 1997 la Prefectura de Potosí dispuso la revocatoria y anulación de la concesión de aguas hecha el año 1908, esto bajo el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. El año 1999 mediante el decreto Supremo 25.500 dispuso la licitación pública para el uso de las aguas del Silala, que Chile desconoció en abril del año 2.000.
El gobierno boliviano ha decidido plantear nuevamente en instancias jurídicas internacionales su demanda sobre este contencioso, que lo enfrenta a Chile y eso, mirado del punto de vista de las relaciones internacionales, hay que percibirlo positivamente pues implica amparar las reivindicaciones y aspiraciones por los caminos del diálogo y la paz, más allá de los deseos de los gobiernos chilenos, sin excepción, que han pretendido, históricamente, resolver sus contencioso en lo que se ha denominado la política del bilateralismo.
Bolivia, y así ha sido declarado, está dispuesto a tomar otras medidas como es bombear el agua hacia territorio boliviano exclusivamente y hacer perforaciones, después de estudios de hidráulica, geológicos y geográficos necesarios, que le permitan cambiar el curso de las aguas. Llegada esa posibilidad, ¿cuál será la reacción chilena? ¿Pagará Chile los mil 600 millones de dólares que dice el gobierno boliviano le adeuda por el uso de las aguas del Silala?
Suelo sostener cuando escribo o hablo sobre el centenario conflicto que nos enfrenta con Bolivia, que si bien es cierto la política internacional suele tener un dinamismo que desborda a muchas cancillerías anquilosadas, entre ellas la chilena, con requerimientos de permanentes ajustes, el gobierno boliviano presidido por Evo Morales ha logrado dar en el clavo a la hora de enfrentar la política exterior chilena: mostrar su contradicción tanto en el plano interno como en su verbalización.
Bolivia, y principalmente bajo las administraciones de Evo Morales, ha entendido que el bilateralismo aislado no tiene sentido en un mundo como el que vivimos en este tercer lustro del Siglo XXI.
Mantener un conflicto sin posibilidades de catalizar su discusión y la posibilidad de llegar a un entendimiento es una imperiosa necesidad, política, económica, diplomática pero también con la exigencia de vislumbrar las relaciones internacionales con un enfoque distinto y no seguir eternamente en una disputa que tanto daño le hace a ambos pueblos.





Demanda por río Silala se toma la agenda

                                                                                     
Nuevamente aumenta la tensión diplomática entre Chile y Bolivia, ahora por el anuncio de una posible demanda de los altiplánicos en la CIJ por el uso de parte de Chile de las aguas del río Silala. ¿Cómo entender el desarrollo de la relación bilateral? ¿Cómo proyectarla? El Ciudadano consulta a especialistas para obtener una guía en este espinudo tema.

El Ciudadano de Chile (www.elciudadano.cl)
                                                                                    





EDITORIAL. NUEVA AMENAZA DE DEMANDA BOLIVIANA

Queda la impresión de que los países pueden recurrir, sin mayor riesgo, a la CIJ como método de presión o instrumento de política interna.

La Tercera de Chile (www.latercera.com)
                                       
EL PRESIDENTE de Bolivia recurre a un reclamo conocido, pero carente de fundamento, para llamar la atención en el marco de la conmemoración de lo que en su país denominan como “Día del Mar”. Todo indica que, en lugar de los imprescindibles argumentos técnicos, su arenga se origina en la pérdida de respaldo interno que demuestran las encuestas de popularidad, en su reciente resultado adverso en las urnas y en las evidentes divisiones al interior del equipo que defiende su caso en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Como es sabido, su demanda en contra de Chile por una salida soberana al mar tampoco encontró la recepción esperada ante dicho tribunal, siendo severamente limitada en su objetivo a un juicio sobre la eventual obligación de negociar entre las partes involucradas. No obstante, cabe reconocer que la CIJ terminó por acoger la presentación boliviana, pese a tratarse de una diferencia ya zanjada por un tratado internacional acordado entre ambos países con fecha previa a las obligaciones a las que hace referencia el Pacto de Bogotá. 
No es descartable, por lo mismo, que esa misma falta de celo hacia el derecho internacional que demostró la CIJ motive ahora una nueva amenaza de demanda por parte del Mandatario, invocando un asunto claramente resuelto como es la calificación del Silala como un río cuyas aguas fluyen naturalmente tanto por territorio boliviano como por el chileno, tal como lo ha reconocido el país vecino en mapas oficiales.
En otras palabras, independiente de los fundamentos, queda la impresión de que los países pueden recurrir a la CIJ como método de presión o instrumento de política interna, sin mayor riesgo y con altas posibilidades de ver acogida su presentación, al menos para la revisión del caso por parte de los jueces. Bajo esta dimensión, la función de la Corte pierde el sello de seriedad y la garantía que constituye como órgano para la resolución pacífica de diferencias al amparo del derecho internacional.
Ello ha llevado a que ex diplomáticos, parlamentarios y expertos en relaciones exteriores hayan sugerido a las autoridades de nuestro país que consideren el retiro de Chile del Pacto de Bogotá, que obliga a las naciones firmantes a “resolver las controversias internacionales por los procedimientos pacíficos regionales antes de llevarlas al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, así como a someter a la CIJ las diferencias respecto a la jurisdicción de los procedimientos.
El tratado no ha sido ratificado por todos los países signatarios del convenio, por lo que la pertenencia o no al Pacto de Bogotá no implica desconocer ni posicionarse al margen del derecho internacional. Los riesgos de renunciar al mismo, como lo hizo Colombia tras el fallo adverso de la CIJ frente a la demanda interpuesta por Nicaragua, dicen relación, principalmente, con la eventual interposición de nuevos requerimientos durante el plazo de un año estipulado para el retiro definitivo, situación que ya ha quedado en evidencia tras la amenaza boliviana respecto al Silala.
Se trata, por lo mismo, de una decisión que merece ser analizada a la luz de las experiencias recientes, teniendo particularmente en cuenta que los representantes chilenos nunca habrían ratificado el mencionado tratado de no incluir el llamado Artículo VI, que excluye los asuntos ya resueltos por arreglo de las partes, laudo arbitral o tribunal internacional, o regidos por acuerdos internacionales anteriores al Pacto. Y esa garantía, al menos en el caso de la demanda por salida soberana al mar de Bolivia, no fue lo suficientemente recogida por la CIJ.





EL TRATADO DE 1904: EL MITO DE LA IMPOSICIÓN

La Tercera de Chile (www.latercera.com.cl)
                                                                       
La demanda boliviana contra Chile, que actualmente se tramita ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), ha vuelto a poner sobre el tapete la historia de las relaciones chileno-bolivianas en torno a la cuestión marítima. En concreto, la Contra-memoria de nuestro país tendrá que ser capaz de refutar tres grandes mitos de la narrativa histórica de Bolivia, impulsada desde Palacio Quemado: el de la usurpación, el de la imposición y el de la intransigencia.
Si bien sólo el último —la supuesta negativa de Chile a ceder una salida soberana al mar en favor de Bolivia— dice relación directa con la cuestión debatida en La Haya, no cabe duda que los otros dos conforman el telón de fondo de la demanda, sin los cuales esta última no se explica. 
Aunque la pretensión de Bolivia no hace referencia formal al Tratado de 1904 (por ser anterior al Pacto de Bogotá de 1948), su narrativa oficial sigue insistiendo que dicho acuerdo fue impuesto por Chile. Por ejemplo, uno de los principales promotores de la causa marítima, el diplomático e historiador Andrés Guzmán Escobari, acaba de responder a una nota de la revista Qué Pasa, del periodista Víctor Hugo Moreno, en la que se analiza la “clase de historia” que el 14 de febrero pasado dictó Evo Morales en Cochabamba, con ocasión de un nuevo aniversario de la ocupación de Antofagasta por parte de las fuerzas armadas chilenas.
Con respecto al Tratado de 1904, Guzmán Escobari señala que no es cierto (como yo afirmo en dicha nota) que los historiadores de su país, Roberto Querejazu Calvo y Carlos D, Mesa Gisbert, nieguen el mito de la imposición: “[…] cuando uno revisa los libros Guano, Salitre, Sangre (1979) del primero o Historia de Bolivia (2003) del segundo, evidencia que si bien ninguno de los dos autores afirma que Chile amenazó militarmente a Bolivia en 1904, sí destacan que la situación del país en ese momento era muy complicada”.
Sin embargo, el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la palabra imposición como “una exigencia desmedida con que se trata de obligar a alguien”. Claramente, implica que una de las partes celebra un acuerdo sin la suficiente libertad. Pero no se trata de una falta de libertad moral, por ejemplo, a partir de una cierta debilidad interna, sino de la existencia de coacción o amenaza de la misma por la contraparte en una negociación. 
Querejazu Calvo, pese a que habla de la “claudicación de 1904”, explica que el tratado de ese año surgió por iniciativa de la misma Bolivia a raíz del rechazo de sus parlamentarios al anterior acuerdo de 1895, por el que Chile le reconocía un acceso soberano al mar. Y aunque describe el contexto interno que habría llevado a Pando y Montes, sucesivamente, a propiciar el acuerdo en cuestión, en ninguna parte de su obra habla de imposición, en el sentido natural y obvio con el que se entiende esta palabra. De hecho, “fue aprobado por una diferencia de 12 votos a favor en el Congreso: 42 a favor y 30 en contra”.
Por su parte, la obra de Mesa —vocero de la actual demanda ante la CIJ— reconoce claramente que no existió amenaza de uso de la fuerza por parte de Chile, sino una actitud excesivamente pragmática de los dirigentes de su país, quienes optaron por un camino de progreso material, simbolizado en la construcción de ferrocarriles, antes que en la defensa del mar perdido: “Para entender el Tratado de 1904, hay que ver la mentalidad de los protagonistas bolivianos. Tanto conservadores como liberales estaban absolutamente obsesionados por lograr una solución pacífica y práctica al problema”.
A diferencia de lo que Guzmán Escobari afirma en un reciente libro, titulado Un mar de promesas incumplidas, el Tratado de 1904 no constituye una continuación del Pacto de Tregua de 1884, firmado en un contexto de guerra reciente, sino de la intransigencia de la misma Bolivia, cuyos parlamentarios rechazaron el Tratado de 1895, referido más arriba.
De hecho, este último acuerdo fue usado por Bolivia en su demanda (y memoria) como  un primer momento en el que Chile habría incumplido una supuesta “promesa” de darle una salida soberana al mar. Sin embargo, y como bien respondió Chile en los alegatos de la excepción preliminar, dicho tratado nunca se aprobó de manera definitiva, precisamente por el rechazo del Parlamento boliviano. Y aunque no se diga expresamente, señalar 1895 como una expresión de “intransigencia” chilena, le sirve a Bolivia para construir el mito de la imposición del Tratado de 1904.





INSULZA: "SI SE EMPIEZA A INSULTAR A UN JUEZ, NO LE VA A IR MUY BIEN CON ESE JUEZ"

Agente ante La Haya rechaza críticas de parlamentarios chilenos a la corte y desestima opción de abandonar Pacto de Bogotá. Marca diferencias entre la política exterior de Chile y la de Bolivia, y desdramatiza el escenario internacional que enfrenta nuestro país.

La Tercera de Chile (www.latercera.com)
                                                          
En Washington, Estados Unidos -donde tuvo oficina durante diez años como secretario ejecutivo de la OEA- se encuentra el agente chileno ante La Haya, José Miguel Insulza, sosteniendo diversas reuniones con expertos en derecho internacional de la American Society of Internacional Law (ASIL).  
Desde esa ciudad, el agente ha monitoreado el escenario luego de que el Presidente de Bolivia, Evo Morales, anunciara que su país presentará una nueva demanda en contra de Chile, ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, por las aguas del río Silala.  
“La reacción de la Cancillería chilena me ha parecido adecuada, porque este es un tema delicado, pero tampoco hay que dejarse llevar por el ambiente de crisis que arman algunos cuando pasan estas cosas”, dice Insulza en conversación con La Tercera. 
En ese sentido, el agente desdramatiza la nueva ofensiva de Bolivia, afirmando que “no hay ninguna razón para alarmarse, creo que la política exterior es sólida, tenemos un buen equipo en la Cancillería y un buen equipo de abogados, y vamos a defendernos bien sin necesidad de ninguna estridencia”. 
“Son otros los que arman escándalo y arman todo tipo de problemas. Nosotros tratamos de no hacer eso”, agrega, en alusión a la actitud que ha tenido Bolivia. 
En ese sentido, Insulza marca diferencias con lo que ha sido históricamente la política exterior boliviana, afirmando que “en Bolivia incluso muchas veces ha ocurrido que, en momentos muy cruciales de su relación con Chile, ha habido decisiones completamente arbitrarias. Una vez hasta hubo un golpe de Estado cuando había una asamblea de la OEA. Nosotros no tenemos esa clase de política exterior”.
“Tenemos que mantener la calma, porque lo que nos distingue es nuestro apego a la instituciones, al derecho internacional y nuestra coherencia política. Entonces hay que hacer las cosas con mucha tranquilidad”, añade.
Pacto de Bogotá
Junto a lo anterior, Insulza defiende la permanencia de Chile en el Pacto de Bogotá -que le entrega jurisdicción a la Corte de La Haya- afirmando que, si Chile decidiera eventualmente renunciar a ese tratado, “sería primera vez en la historia, que yo recuerde, que nos salimos de un instrumento internacional. Esas cosas son muy delicadas, significan vuelcos en la política exterior que no son buenos”. 
Esto, en contraposición con lo planteado por algunos parlamentarios, que han emplazado a que Chile debe retirarse de dicho pacto. “Nuestro país siempre ha tenido una política exterior de principios. Y yo entiendo por política exterior de principios una que tiene respuestas similares a todas las crisis similares”, afirma Insulza.
“Chile es un país fundador de la ONU, de la OEA, de la Unasur, que está vinculado a todos los tratados internacionales importantes. Entonces salirse de un pacto no es cualquier cosa. No se decide de la noche a la mañana porque me enojé con algo que dijo Evo Morales. No es así”, agrega. 
¿Qué le parece lo que plantean algunos parlamentarios respecto de que la Corte de La Haya se ha transformado en un instrumento para los países vecinos que tienen una actitud hostil hacia Chile?
“Nosotros participamos en la Corte de La Haya desde la fundación de Naciones Unidas, y hemos tenido dos juicios en La Haya. Uno que tuvimos con Perú, en que ganamos lo principal, aunque efectivamente no nos gustó la sentencia del asunto de la limitación del altamar. Y el otro es este, que ni siquiera se ha decidido todavía. Entonces, creo que la muestra no es muy grande para decir cosas tan estridentes como esa”.
Consultado sobre si la opción de abandonar el Pacto de Bogotá no surge como un posible escenario considerando el actual panorama internacional que enfrenta Chile, con focos de conflicto abiertos con Perú -como el distrito peruano que abarca el denominado triángulo terrestre- y con Bolivia, Insulza asegura que “yo no digo que la situación sea fácil, pero no olvidemos que (en el juicio) con Perú, la Corte de La Haya favoreció a Chile en cuanto al trazo de la línea divisoria entre ambos países y validó los convenios que existían como convenios de límites. En lo principal, la corte nos dio la razón. Por lo tanto, creo que se ha hecho un escándalo demasiado grande con eso”.
“Sobre el tema del triángulo terrestre, por cierto que es un tema pendiente que tenemos que resolver con Perú, y yo no digo que todo el territorio no sea importante, pero no es un problema de la gravedad que algunos le asignan”, agrega. 
Respecto de la demanda marítima de Bolivia, el agente afirma que “estamos recién iniciado el juicio, y todo lo que ha pasado es que la corte decidió tratar el caso, pero tratarlo en una escala bastante menor que la que había pretendido Bolivia, y yo estoy muy confiando en el trabajo que estamos haciendo”. 
En ese sentido, el agente ante La Haya agrega que “se podrán discutir muchas cosas, pero esas especies de histerias colectivas que tienen algunos a mí no me parecen las más sanas. Además, cuando esas personas gobernaban a Chile, la mayor parte de los que tienen histeria, las cosas no andaban demasiado bien en materia internacional”.  
¿Se refiere a la actual oposición?
“Bueno, a algunos de la actual oposición, si finalmente algunas de las cosas con las que hoy día nos siguen en La Haya fueron de ese tiempo. Ahora, nosotros somos partidarios de una política nacional unificada, que todos estemos en lo mismo, pero también esto significa no romper la tradición de coherencia en la política exterior de Chile”, afirma el agente.
En esa línea, Insulza llama a que “no rompamos con la tradición de coherencia y de política de principios que hemos mantenido por más de un siglo”.
No insultar al juez
Junto a lo anterior, agrega que cuestionar públicamente a la Corte de La Haya es una estrategia equivocada.
“Si usted está metido en un juicio, y de repente empieza a insultar por los diarios al juez, no creo que le vaya muy bien con ese juez pues. Eso es un error”, señala el ex ministro.
En ese sentido, el agente recuerda el caso de Colombia, que se retiró de la Corte de La Haya, y las implicancias que esto podría tener para Chile en el resultado de los litigios: “Lo que está claro es que el tema que planteó Bolivia, lo va a ver la corte de todas maneras. Y, como lo acaba de demostrar lo que pasó con Colombia hace unas semanas atrás, a los que se van de la corte en la mitad del juicio, no siempre les va bien en estos casos”.
Finalmente, apunta a que el retirarse de las negociaciones sería una de las debilidades de Bolivia, y no de Chile: “Si una de las debilidades de la posición de Bolivia es que se retira de las cosas en medio del proceso, ¿por qué algunos quieren que Chile haga lo mismo?”.





Mandataria ratificó presentación de contrademanda, tras reunión con ministro Muñoz y directora de la Difrol:

PRESIDENTA DICE QUE DEMANDA DE BOLIVIA POR EL RÍO SILALA REAFIRMA "ESTRATEGIA DE HOSTIGAMIENTO" Y LA CALIFICA DE "ACTO POCO AMISTOSO"
                                                                                    
Los ex cancilleres Soledad Alvear, Alfredo Moreno, Alejandro Foxley, Miguel Alex Schweitzer e Ignacio Walker se reunieron con Heraldo Muñoz, quien no descartó llamar a consulta al cónsul de Chile en La Paz.

El Mercurio de Chile (www.elmercurio.com.cl)
                                                                                                                
Con mapas de la zona fronteriza por donde discurren las aguas del río Silala, en el norte, se desarrolló la reunión encabezada por la Presidenta Michelle Bachelet, el canciller Heraldo Muñoz y la directora de Fronteras y Límites (Difrol) de la Cancillería, Ximena Fuentes.
La cita -que se inició a las 9:10 horas en La Moneda- se prolongó por poco más de cuarenta minutos. En ella se analizaron las estrategias a seguir luego que el Presidente de Bolivia, Evo Morales, anunciara su decisión de presentar una segunda demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por el uso de las aguas del río Silala.
La Mandataria abordó ayer, por primera vez, públicamente el tema y aseguró que se trata de una "estrategia de hostigamiento" de parte de Bolivia, la cual "pone, en primer lugar, lo que es la política interna, la política doméstica, en vez de priorizar una buena vecindad. Y el pueblo de Chile rechaza -yo diría- unido este nuevo acto poco amistoso".
En esta línea, la Jefa de Estado reafirmó que "en caso de que Bolivia materialice su anunciada demanda, Chile va a contrademandar a Bolivia, para resguardar nuestros derechos, los que se encuentran claramente reconocidos por el principio de que todo Estado ribereño de un curso de agua internacional tiene derecho a utilizarlo para el beneficio de sus comunidades".
Diálogo
Además, la Mandataria destacó que Chile es un país "miembro de instituciones internacionales responsables", y recordó que "el año 2009 Chile estuvo dispuesto a llegar a un acuerdo con Bolivia para determinar el uso compartido de las aguas del río Silala, y este proyecto de acuerdo fracasó por la negativa de Bolivia".
"El gobierno de Bolivia habla de diálogo, pero los hechos demuestran que no está dispuesto a ningún diálogo y que prefiere instrumentalizar a los tribunales internacionales", indicó la Presidenta.
El canciller Heraldo Muñoz no descartó ayer llamar a consulta al cónsul de Chile en Bolivia, Milenko Skoknic. Requerido al respecto, señaló que "siempre es posible comunicarnos y llamar en consulta a nuestro cónsul general, no lo excluyo".
Ex cancilleres
Tras reunirse con la Presidenta Michelle Bachelet en La Moneda, el canciller Heraldo Muñoz recibió en el Ministerio de Relaciones Exteriores a los ex cancilleres. Fueron parte de la cita Soledad Alvear, Alfredo Moreno, Alejandro Foxley, Miguel Alex Schweitzer e Ignacio Walker.
También estuvo presente el coagente, Alberto van Klaveren, y el director jurídico de la Cancillería, Claudio Troncoso.
El único punto de la tabla era explicar la postura de Chile ante el anuncio boliviano, además de analizar lo sucedido.
El senador DC Ignacio Walker afirmó que "estamos aburridos de que Bolivia utilice a Chile para asuntos políticos internos. Nosotros, por supuesto, nunca vamos a actuar desde la rabia, pero si Bolivia quiere seguir provocando, Chile siempre va a defender con mucha firmeza, con mucha serenidad, siempre con apego al derecho, lo que es la vigencia de los tratados y la solución pacífica de las controversias".
Además, el parlamentario añadió que "nosotros queremos derechamente que la Corte declare que este es un río internacional, que es un recurso hídrico compartido y que Chile tiene derecho a utilizar ese río internacional. (La contrademanda) es una decisión del Gobierno que nosotros compartimos, y evidentemente todos tenemos que cerrar filas frente a este caso y frente a la política exterior en general".
Mientras que Alvear añadió que se trata de "un río internacional. Así fue permanentemente reconocido. Así adicionalmente, cuando fui canciller, se hizo un vuelo, en conjunto, aerofotogramétrico que confirmó que el río Silala es un río de carácter internacional, por lo cual da el completo derecho a Chile para usar sus aguas".
La ex ministra afirmó que la "Difrol se encuentra hace mucho tiempo preparando toda la documentación que respalda con absoluta certeza que el Silala es un río de carácter internacional y que ha sido Bolivia quien se ha opuesto a concretar el uso adecuado como río internacional por ambos países".
Pacto de Bogotá
El presidente de RN, Cristián Monckeberg, pidió que el Gobierno lleve a cabo una reunión entre todos los actores, porque hay "confusión. Sería bueno tomar más opiniones respecto de la contrademanda, no es llegar y decir 'vamos a contrademandar'", al tiempo que pidió evaluar la continuidad de Chile en el Pacto de Bogotá.
Consultado al respecto, el canciller dijo que "no descarto que podamos conversar sobre la materia y definir con unidad y con una política de Estado el camino que vamos a emprender en adelante para defender todos nuestros intereses nacionales".
"Siempre es posible comunicarnos y llamar en consulta a nuestro cónsul general (Milenko Skoknic), no lo excluyo".
HERALDO MUÑOZ
Canciller
"Estamos aburridos de que Bolivia utilice a Chile para asuntos políticos internos".
IGNACIO WALKER
Senador DC y ex canciller





CHAHUÁN Y POSTURA DE BOLIVIA: DIO UN PORTAZO A VOLUNTAD DE DIÁLOGO DE CHILE

Radio Infinita de Chile (www.infinita.com.cl)
                                                                                                 
El senador de RN y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta Francisco Chahuán en conversación con Infinita reafirmó su permanente postura de “abandonar el Pacto de Bogotá” pero resaltó que ésta debe ser una decisión de “conjunto”.
“Hay que iniciar un debate serio sobre la permanencia en dicho pacto…algunos plantean que hay que sostenerse o incluso demandar y pasar a la ofensiva”, reconoció. Aquí menciona que la Haya no necesariamente es una corte imparcial considerando lo que pasó en el caso de Colombia y Nicaragua, resaltó.
“Acá lo que ha ocurrido en los últimos días es un portazo en la cara a la voluntad de diálogo que ha mostrado Chile”, mencionó el senador en referencia a la actitud boliviana.
El legislador destacó la postura de la presidenta Bachelet de contrademandar a Bolivia por las aguas del río Silala y resaltó que ésta acción tiene una naturaleza jurídica importante basado en que Chile desde antes de 1904 posee documentación que avala que es un río Internacional.
Chahuán destacó que Chile siempre tuvo buena voluntad sobre el uso de las aguas de un río internacional transfronterizo, pero que fue Bolivia quien se negó a esto a última hora.
Con preocupación dijo que Bolivia insiste en una teoría sin contextos sobre la guerra entre ambas naciones ya que hace ver a Chile como un invasor y allí hay una deficiencia donde faltó resaltar los argumentos nacionales.





SENADOR CHAHUÁN PIDE A CANCILLERÍA LLAMAR A CONSULTA A CÓNSUL CHILENO EN BOLIVIA

El parlamentario miembro de la Comisión de RR.EE del Senado dijo que declaraciones de Presidente Morales y canciller Choquehuanca “se pasaron de la raya y han terminado por dar el portazo definitivo a la voluntad de diálogo de nuestro país”

Pura Noticia de Chile (www.puranoticia.cl)
                                                                         
Francisco Chahuán, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, lamentó las declaraciones de las autoridades bolivianas y planteó que éstas "ameritan que la Cancillería llame a informar al cónsul de Chile en La Paz, debido a que se pasaron de la raya y han terminado por dar el portazo definitivo a la voluntad de diálogo de nuestro país, en un claro intento de hostigar y judicializar la relación bilateral."
El parlamentario recordó que "el Silala es un río internacional transfronterizo y, como tal, debe regirse por el derecho internacional de aguas y así está establecido en la cartografía de 1884 y 1888, en tanto que el mapa adjunto al Tratado de 1904 señala esa condición, como lo afirmaron autoridades políticas bolivianas de 1996."
Por lo mismo, los anuncios de Bolivia expresarían "un nuevo intento del Presidente Evo Morales de hostigar a nuestro país y en ese contexto Chile debe llamar a consulta al cónsul Milenko Skoknic, además de contrademandar a Bolivia por un uso irracional e ilegal de las aguas del río". Al respecto, Chahuán enumeró las iniciativas que ha ejecutado Bolivia en el mismo desde 2013, entre ellas la acuicultura de la trucha, los proyectos hidroeléctricos, el embotellamiento y potabilización de las aguas para abastecer a las comunas de la provincia de Potosí y el bombeo de aguas a la laguna Colorada."
El canciller Muñoz respondió este jueves que no descarta el llamado a consulta al cónsul chiileno señalando que hace poco estuvo en nuestro país.





EX CANCILLERES CONSIDERAN "INCONVENIENTE" QUE CHILE SE RETIRE DEL PACTO DE BOGOTÁ Y RESPALDAN CONTRADEMANDA

La Tercera de Chile (www.latercera.com)
                                                                      
El ministro Heraldo Muñoz convocó a una reunión con los ex ministros. La Presidenta Bachelet aseguró que "Chile va a contrademandar para resguardar nuestros intereses".
Luego de que el gobierno boliviano anunciara una demanda ante La Haya contra Chile por el uso de las aguas del río Silala, el canciller Heraldo Muñoz convocó una reunión con los ex ministros de Relaciones Exteriores para abordar la situación. 
A la cita asistieron ex cancilleres como Soledad Alvear, Ignacio Walker, Alejandro Foxley, Alfredo Moreno y Miguel Schweitzer, quienes respaldaron la decisión de la Presidenta Michelle Bachelet de contrademandar a Bolivia si llegase a hacerse efectivo el anuncio de Evo Morales. 
“Estamos aburridos de que Bolivia utilice a Chile para sus asuntos políticos internos. Nosotros nunca vamos a actuar desde la rabia pero si Bolivia quiere seguir provocando Chile va a defender con mucha firmeza y serenidad, siempre con apego al derecho la vigencia de los derechos de los tratados”, manifestó Ignacio Walker. 
Asimismo, Alvear aseveró que “no entendemos cuál es la reacción de Bolivia en circunstancias que en 2009 en una reunión bilateral incluso se alcanzó un acuerdo para que pudiese negociarse el uso del río para ambos países, que lamentablemente Bolivia luego no concretó porque se opuso la comunidad de Potosí”.
“Hay una actitud de parte de Chile de poder trabajar activamente con el objeto de presentar una contrademanda si es necesario, porque vamos a hacernos respectar respecto de los derechos que Chile tiene”, añadió la ex canciller. 
RETIRO DEL PACTO DE BOGOTÁ
Consultado por la posibilidad de que Chile se retire del Pacto de Bogotá –idea que ha sido planteada por algunos sectores políticos- Alvear indicó que sería “inconveniente” tomar esa decisión en este momento. 
“Retirarse del Pacto de Bogotá permite que cualquier país pueda presentar una demanda contra Chile hasta un año después de que se ha retirado. De manera tal  y conociendo los antecedentes nuevos de Bolivia, a mi juicio seria inadecuado, sin prejuicio de que en otro momento pudiera estar viable”, dijo la ex ministra. “Pero en este momento es inconveniente”, enfatizó. 
Por su parte, Walker expresó que “Chile no puede descartar nada, todos los temas hay que estudiarlos. Supongamos que si Chile se sale hoy, eso no tiene ningún efecto respecto de la demanda de Bolivia en La Haya, porque sigue su curso normal y quedaría un plazo de un año para que cualquier país pueda demandar a Chile”.





EX MINISTRO SERGIO BITAR REMEMORA ACUERDO DESECHADO POR BOLIVIA

Señala que, poco antes de la firma, el gobierno de La Paz retrocedió en su postura.

El Mercurio de Chile (www.economiaynegocios.cl)
                                                 
El ministro de Obras Públicas durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, Sergio Bitar, recordó las conversaciones con Bolivia por el río Silala y que finalmente fueron abandonadas por ese país en 2009.
"Con acuerdo de ambos gobiernos, se abordó el tema de llegar a un acuerdo en esa materia, y una primera parte del acuerdo consistía en la medición de los flujos que están circulando y luego el uso de esos flujos. Ahí se llegó a un acuerdo, nosotros teníamos un papel redactado que estableció que la mitad del flujo que cruzaba la frontera en ese río, como consideramos los chilenos, pertenecería a Bolivia y la otra mitad a Chile. Chile seguiría usando esa agua y podría adquirir. Es lo que plantearon los bolivianos", cuenta Bitar.
El ex ministro agrega que faltaba precisar cómo se haría ese pago "y luego también se acordó un procedimiento para la medición que sería a través de un organismo internacional".
Bitar finaliza relatando que "el papel lo recibimos, le pedí después al director general de aguas que fuera a su firma en Bolivia y poquito antes de que esto ya se operara, incluso yo mismo dije que esto estaba listo, surgió por el lado boliviano una reacción contraria a lo ya acordado, señalándose que las presiones de algunas comunidades de Potosí habían puesto en cuestión este acuerdo y que tendrían que tomar más tiempo".





CHILE SUBE EL TONO EN EL DIFERENDO CON BOLIVIA
                                                                                          
Ante demanda de Morales la presidenta Bachelet anuncia contrademanda.

El País de Uruguay (www.elpais.com.uy)
                                                                    
Chile subió ayer el tono de la respuesta a Bolivia tras el anuncio de una nueva demanda contra la nación austral ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por el uso de las aguas del río Silala.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, contestó de forma contundente al anuncio efectuado por el mandatario boliviano, Evo Morales, este sábado y lo acusó de no estar dispuesto a restablecer el diálogo.
"En caso de que Bolivia materialice su anunciada demanda, Chile va a contrademandar para resguardar nuestros derechos", aseveró la mandataria chilena tras reunirse con el canciller chileno, Heraldo Muñoz.
El presidente boliviano anunció este sábado que la demanda por el uso de las aguas de la zona fronteriza del Silala, que adelantó unos días atrás, se presentará ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, donde ya tiene otra demanda para obtener una salida soberana al mar.
Un manantial.
Bolivia defiende que el Silala, situado en la región andina de Potosí (en el suroeste del país), contiene manantiales cuyas aguas fluyen a Chile por canales artificiales construidos en 1908.
A su vez, Chile sostiene que se trata de un río internacional y, en aras de respaldar su postura, Muñoz mostró este sábado pasado un mapa que acompañaba el tratado bilateral de 1904 firmado con Bolivia y en el que, según dijo el canciller, se define al Silala como un río internacional.
En 2009 los gobiernos de ambos países estuvieron a punto de llegar a un acuerdo para determinar el uso compartido de las aguas del Silala, sin embargo, el pacto fracasó por la negativa boliviana.
"El gobierno de Bolivia habla de diálogo, pero los hechos demuestran que no está dispuesto a ningún diálogo y que prefieren instrumentalizar a los tribunales internacionales", aseveró la mandataria.
"Ejerceremos todas las acciones necesarias que nos permitan cumplir con el objetivo de proteger nuestra soberanía nacional y permanente sobre los recursos naturales de nuestra nación", agregó Bachelet tras reunirse con Muñoz.
Muñoz acusó a Bolivia de desarrollar una política de "hostilidad hacia Chile" y aseveró que el anuncio de la demanda que hizo Morales "solo busca distraer la atención de lo que pueda ser el desenlace de la demanda actual".
"Lo que hay aquí, más allá del río Silala, es una política de hostilidad hacia Chile, probablemente por la desesperanza que sienten respecto a la demanda marítima, porque saben que no van a conseguir el resultado buscado, es decir la soberanía", aseveró. Tras la cita con Bachelet, Muñoz se reunió con excancilleres del país austral para abordar la situación.
Contrademanda.
Soledad Alvear, Ignacio Walker, Alejandro Foxley, Alfredo Moreno y Miguel Schweitzer, respaldaron la decisión de contrademandar a Bolivia si se materializa la demanda anunciada por Morales.
"Estamos aburridos de que Bolivia utilice a Chile para sus asuntos políticos internos. Nosotros nunca vamos a actuar desde la rabia pero si Bolivia quiere seguir provocando, Chile va a defender con mucha firmeza y serenidad", dijo ayer el excanciller Ignacio Walker una vez finalizada la cita.
Soledad Alvear, la exministra de Relaciones Exteriores, manifestó su desconcierto ante el anuncio de Morales, puesto que a su parecer fue la oposición de la comunidad boliviana de Potosí la que hizo fracasar el intento de acuerdo para determinar el uso compartido de las aguas del Silala en 2009.
Aunque Muñoz no descartó la posibilidad de debatir una eventual salida de Chile del Pacto de Bogotá de 1948, tratado que da competencia a la CIJ para resolver conflictos que surjan entre las naciones que se adhieran al convenio, los exministros citados por el canciller consideraron que la acción no sería conveniente.
Para Alvear retirarse del citado pacto sería "inadecuado" puesto que permitiría que cualquier país pudiera presentar una demanda contra Chile "hasta un año después de que este se haya retirado".
En tanto, Walker señaló que la posible retirada de Chile del pacto "no tendría ningún efecto respecto de la demanda boliviana en La Haya", puesto que "esta seguiría su curso normal".
No obstante, el exministro recalcó que Chile "no puede descartar nada" y que "todos los temas hay que estudiarlos".
José Miguel Insulza, el agente chileno ante La Haya, también se refirió a la eventual retirada del pacto al asegurar que "el interés nacional se defiende mejor siendo consistente" y agregó que el gobierno boliviano "está buscando que Chile reaccione pateando la mesa".
El conflicto por el Silala se intensificó la semana pasada con el anuncio del mandatario boliviano de una demanda legal en instancias internacionales contra Chile, por lo que él considera un "uso y aprovechamiento unilateral e ilícito" de esas aguas.
La disputa sobre el Silala había estado hasta el momento en un segundo plano frente a la histórica reclamación boliviana de una restitución de su salida al Pacífico perdida en una guerra contra Chile en 1879.
Para hacer su anuncio Morales usó un evento conocido por Chile: la conmemoración del "Día del Mar" y en el marco del cual anunció en 2011 la presentación de la primera demanda internacional contra Chile por la restitución de su acceso al océano Pacífico.
"Morales vuelve a echar mano a una estrategia conocida" ante un escenario interno desfavorable, consideró el analista boliviano Carlos Cordero.
El tema del hijo de evo continúa.
El Gobierno boliviano insistió ayer en que no existe registro alguno en los servicios de identificación ni de migración sobre el hijo que tuvo el presidente Evo Morales en 2007 con Gabriela Zapata, encarcelada por delitos económicos. El ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, dijo en una rueda de prensa que se revisaron los registros del Servicio General de Identificación Personal y la Dirección General de Migración y que "no existe ningún documento" que certifique la existencia del niño.
"No ha sido encontrado ningún registro, no existe ningún documento que acredite pasaporte, viaje, salida al exterior del menor como ha señalado el abogado Eduardo León (defensor de Zapata)", dijo Romero. La autoridad replicó así a una versión de León, quien aseguró hace unos días que el hijo del mandatario y de la empresaria está vivo, pero fuera del país por seguridad.





SANTIAGO Y LA PAZ TENSAN SUS RELACIONES POR EL RÍO SILALA

Morales confirma que demandará a sus vecinos por el río altiplánico Silala y Bachelet anuncia una contrademanda en La Haya

La Tercera de Chile (www.internacional.elpais.com)
                                                
Después de que el presidente boliviano Evo Morales confirmara el sábado que demandará a Chile ante La Haya por los derechos de las aguas altiplánicas del Silala, el Gobierno chileno se desplegó este lunes con fuerza desde diferentes frentes para responder a sus vecinos. "En caso de que Bolivia materialice su demanda, Chile contrademandará", anunció la presidenta chilena, Michelle Bachelet, tras una reunión en el Palacio de La Moneda con su ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz. "Mi Gobierno va a resguardar con firmeza nuestros intereses nacionales, nuestros recursos naturales y nuestro derecho al desarrollo sustentable", señaló la presidenta chilena.
La disputa entre ambos países es una de las más duras de la región. Sin relaciones diplomáticas desde 1962, Bolivia demandó a Chile en 2014 ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por una salida soberana al Pacífico, aunque todavía no ha especificado ante el tribunal lo que entiende por soberanía. El proceso se encuentra abierto y el próximo paso está programado para julio, cuando Chile entregue su contramemoria. De acuerdo a los cronogramas de La Haya, la sentencia se conocería a comienzos de 2018. El Gobierno de Morales, sin embargo, con esta nueva ofensiva internacional busca mantener en alto la tensión con Chile para aplacar el frente interno. Después de la derrota en el referéndum y del escándalo con su expareja y un supuesto hijo, el mandatario intenta unir a la opinión pública en torno a un asunto de interés nacional que afecta a diferentes sectores.
Falta de diálogo
Para Bachelet, "el Gobierno de Bolivia habla de diálogo, pero los hechos demuestran que no está dispuesto y prefiere instrumentalizar a los tribunales internacionales". Según el ministro Heraldo Muñoz, "esta nueva demanda busca no solo distraer la atención de los problemas internos, sino también de lo que puede ser el desenlace de la demanda actual". "Ya no es el mar, no son los ríos, sino cualquier excusa para tener un planteamiento hostil hacia nuestro país", indicó Muñoz, que en un gesto de unidad presidió una reunión con cinco exministros de Relaciones Exteriores de su país. Para el agente chileno ante La Haya, José Miguel Insulza, "Bolivia busca que Chile reacciones 'pateando la mesa", por lo que se debe actuar con cautela. 
El presidente Morales anunció que este martes liderará una comitiva de prensa al Silala, que nace en dos puntos del altiplano boliviano, a más de 4.300 metros de altura y a unos tres kilómetros de la frontera con Chile. Sus aguas se alimentan de deshielos y lluvias, formando una especie de cajón. Para los bolivianos, que reclaman la propiedad de sus aguas, se trata de un manantial. Para los chilenos, en cambio, el Silala a medida que avanza se transforma en un río y, como traspasa la frontera, es internacional. La Administración de Morales acusa a sus vecinos de haber realizado obras artificiales para desviar las aguas hacia su territorio, mientras que Chile defiende que fluyen naturalmente por la pendiente y que no se han hecho trabajos de canalización en territorio boliviano para modificar su curso. "Las aguas del Silala fluyen naturalmente hacia el territorio, por el efecto de una ley tan clara como la Ley de Gravedad", indicó Bachelet. 
Sea como fuere, el Silala es abundantemente usado por Chile, porque va camino a la ciudad de Calama y sirve para la minería, agricultura y consumo doméstico. En la zona boliviana, en cambio, nadie ocupa las aguas. 
Hasta 1999, Bolivia reconocía que se trataba de un río internacional. Desde entonces, sin embargo, el Silala ha sido objeto de controversia. En 2009, en la primera Administración de Bachelet, hubo un intento de acuerdo para la distribución de volúmenes de agua, porque Chile está interesado en la regularización. Pero cuando las negociaciones estaban bastante avanzadas, finalmente no se concretaron por la negativa de Bolivia. Para el Gobierno de Morales, aquellas conversaciones representan un antecedente para llevar a juicio a su vecino y demostrar que existe un asunto pendiente. Para Chile, las negociaciones de 2009 muestran justamente que el camino diplomático se encontraba abierto y que la demanda ante La Haya resulta desmesurada. Como el Gobierno chileno piensa que Bolivia no tiene ánimo de negociar, sino de mantener un clima hostil hacia Chile, en su contrademanda ante La Haya exigiría que se establezca la repartición de aguas y que de una vez se determine que el Silala es un río internacional. 
Morales señala que Chile debería pagar por las aguas del Silala que ha aprovechado desde hace más de un siglo. En la visita de mañana, pretende demostrar que las aguas fueron canalizadas artificialmente por Chile. En el Gobierno chileno explican que existen obras de canalización de las aguas, como sucede con todos los ríos, pero que se hallan en territorio boliviano y que no fueron construidas por Chile. Se trataría de cierta infraestructura para el funcionamiento del ferrocarril binacional de Potosí a Antofagasta, que ambos países acordaron en el Tratado de 1904.





SENADOR BOLIVIANO Y DEMANDA: “ES UNA CORTINA DE HUMO PARA TAPAR LOS PROBLEMAS INTERNOS”

Publimetro de Chile (www.publimetro.cl)
                                                                            
El jefe de la bancada opositora al gobierno de Evo Morales, Arturo Murillo, cree que este conflicto está siendo utilizado con intereses políticos.
Tras conocerse las intenciones del presidente  Evo Morales de presentar una nueva demanda contra Chile por el uso de las aguas del río Silala, las reacciones en nuestro país no se hicieron esperar, a tal punto que la propia Presidenta Bachelet anunció que contrademandaría
El canciller boliviano, David Choquehuanca, señaló sobre este tema que “Bolivia tiene el derecho de reclamar y ejercer soberanía sobre los recursos naturales que nos pertenecen, por ello se harán todos los estudios necesarios, así como se lo hizo para la demanda marítima”, según publica el sitio oficial de la Cancillería de Bolivia. 
Agregó que para ello, antes de concretarse la presentación de esta nueva demanda ante al Corte Interamericana de Justicia, “se debe estudiar toda la información histórica sobre las aguas del Silala”.
Sin embargo, no todo es unidad al interior de la clase política boliviana, ya que el senador por Cochabamba Arturo Murillo, que milita en el partido de oposición al gobierno de Evo Morales, Unidad Demócrata, señala en diálogo con Publimetro que el anuncio del presidente boliviano responde a “una estrategia para tapar el escándalo de posible tráfico de influencias y corrupción que tiene el gobierno, tratando de cambiar la dirección de lo que está mirando la gente”. 
Murillo agrega que el tema de las aguas del Silala es un poco más complejo de lo que Morales plantea, “porque hace un tiempo atrás ante la ONU, el presidente declaró que el agua es un bien de la humanidad que no debe tener costo y debe ser protegido como un bien mayor, por lo que ponernos a pelear ahora por el agua es poco consecuente y contradictorio con su discurso, además que el presidente queda como un demagogo ante el pueblo de Bolivia”. 
El jefe de la bancada de senadores de Unidad Demócrata, concluye que “los bolivianos debemos estar enfocados en el tema del mar y, más allá de lo que diga La Haya, debemos buscar soluciones diplomáticas con los hermanos chilenos, buscando avanzar dialogando y no buscando confrontaciones que se nota son para tapar otros problemas mayores”. 
Análisis de Andrés Guzmán Escobari, experto boliviano en conflictos Chile - Bolivia.
Los argumentos están centrados en que esas aguas han sido canalizadas artificialmente hacia Chile, tal como se puede apreciar en terreno, lo que demuestra que hubo una intervención humana en territorio boliviano que conduce esas aguas a territorio chileno. 
Otro argumento es que en 1908 la empresa privada de Ferrocarriles y el Salitre de Antofagasta hizo una solicitud de concesión para la utilización de esas aguas, lo que demuestra que estas aguas no eran totalmente chilenas. 
Con estos argumentos se sostiene el hecho de que actualmente fluyen más de 200 litros por segundo hacia Chile y Bolivia no recibe ninguna contraprestación o pago porque, aún en el caso en que fuese un río, el Estado del curso inferior del río sólo puede utilizar el 50% de las aguas de ese río, si es que fuese un río. 
Me parece absurdo que Chile contrademande a Bolivia, porque el benefiicario de esas aguas siempre ha sido Chile, Bolivia no utiliza esas aguas, es el país afectado, y en el caso que fuese un río, de todas maneras Chile debería pagar por el caudal que supere ese 50%, y si Chile hace esto, la corte con mayor razón fallará a favor del país afectado y no al que está usufructuando de las aguas, que claramente es Chile. 





EN BOLIVIA, CHINA ALZA LA VOZ

La Nueva de Argentina (www.lanueva.com)
                                                                                
Por Emilio J. Cárdenas.- El presidente boliviano Evo Morales no sólo fue claramente repudiado por su pueblo en el reciente referendo con el que pretendiera -sin éxito- obtener la posibilidad de un nuevo mandato presidencial, en contra de lo que expresamente dispone la Constitución de su país, sino que está, de pronto, inmerso en un huracán de escándalos que han explotado en su derredor, repentinamente.
Uno de ellos, que tiene que ver con su ex amante Gabriela Zapata Montaño, acaba de adquirir una dimensión muy distinta. Internacional ahora.
Porque inesperadamente el embajador de la República popular China en Bolivia, Wu Yuanshan, señaló públicamente que en su opinión existen “objetivos políticos” detrás de las denuncias de tráfico de influencias que involucran a la empresa constructora estatal china CAMCE, en la que curiosamente se desempeñara Zapata Montaño como gerente comercial.
Ella recientemente ha sido encarcelada preventivamente, como consecuencia de una denuncia de su ex novio, el actual presidente de Bolivia. Todo un cambio de postura se ha abatido sobre su vida.
Parecería obvio que no es nada fácil acercarse desde lo personal al jefe de gobierno de Bolivia, porque sus escrúpulos son bien escasos, según queda visto.
La posible madre de un hijo de Evo Morales está ahora procesada ante un Juzgado de la Niñez y la Adolescencia, en La Paz.
El trámite, que se mantiene reservado, habría sido iniciado por el propio Evo Morales, en presunta procura de determinar si el hijo de ambos está, o no, vivo. Increíblemente, Evo Morales sostiene no saberlo.
Lo cierto es que hasta ahora parecería no haberse preocupado demasiado por el delicado tema. Manteniéndolo en las sombras.
Existió entonces al menos una cuota de indiferencia por la situación de su propio hijo.
Pero cuando, de pronto, Gabriela Zapata Montaño hizo pública la cuestión, todo adquirió urgencia para Evo Morales. Por su impacto político, obviamente. Tardíamente, por cierto
Parecería obvio que Gabriela Zapata Montaño se benefició personalmente de la intimidad con el presidente de Bolivia obteniendo para la empresa china que la empleara contratos y favores que de otro modo quizás no hubieran sido posibles.
Si es que efectivamente hubo tráfico de influencias, Evo Morales no parecería haber sido extraño al mismo.
Más allá del evidente desapego de Morales con su descendencia, el episodio sugiere también una conducta presidencial cargada de nepotismo, que además –lamentablemente- parecería tener bastante poco de normal y hasta de honesta.





LA GENTE DEL AGUA DE BOLIVIA PADECE DE SEQUÍA

El Economista de México (www.eleconomista.net)
                                                                      
Vicente Valero viste un poncho que describe la historia de su grupo étnico, los Uru-Murato, con rayas de muchos colores. Reconocida como una de las culturas más antiguas de los Andes, sus miembros han sobrevivido como pescadores durante un milenio en las costas de las aguas saladas del Lago Poopó, uno de los cuerpos de agua más grandes de Bolivia, que sobrevivió el imperio inca y la conquista española.
Pero el lago que los sostiene se ha secado, amenazando la subsistencia de esta comunidad pesquera y causando estragos ambientales para varias especies, incluyendo a los flamencos rosados.
La raya azul de su poncho representa “el agua con la que sobrevivimos. Esa agua ya no existe”, dice el jefe de la tribu. Señala la raya negra de su poncho: “Ésa era la oscuridad que opacaba todo antes de que aparecieran la luz y el agua. Temo que hacia allá vamos de nuevo”.
Hace casi una década la ONU declaró que “las poblaciones indígenas serán las primeras en enfrentar las consecuencias directas del cambio climático, debido a su dependencia del medio ambiente y sus recursos”. En Bolivia, que es mayormente un país indígena, esto ya está sucediendo.
En 1986, el Lago Poopó, situado en una depresión en el altiplano a 3,700 metros sobre el nivel del mar, se extendía por un área de 3,100 kilómetros cuadrados. Se ha reducido a 5 kilómetros cuadrados, dejando sólo unos cuantos charcos en el fondo del lago, con vicuñas muertas y barcos pesqueros abandonados.
“El lago es una víctima de una tormenta perfecta del cambio climático. El Niño y las actividades del desarrollo en Bolivia, especialmente el desarrollo minero, han alterado el agua de muchas maneras”, explica Jim Shultz, una activista ambiental y el director ejecutivo del Democracy Center basado en Cochabamba.
El nivel del lago ha fluctuado durante mucho tiempo y se ha secado en el pasado. Pero muchos temen que esta vez el agua se ha desaparecido para siempre debido a temperaturas altas, más sedimento y desviaciones realizadas por granjeros y mineros. Los activistas culpan a los mineros cooperativos, la gran mina de estaño estatal en Huanuni y a una operación cercana de Glencore. Glencore niega cualquier responsabilidad.
Al enfrentar ingresos decrecientes conforme bajan los precios de las materias primas, el Presidente Evo Morales, quien nació y creció junto al Lago Poopó y había prometido proteger a la “Pachamama”, oMadre Tierra, ha continuado la perforación del país intentando reducir las tasas de extrema pobreza a cero en la siguiente década. Pero esto está afectando a algunos de los grupos indígenas pobres que prometió defender.
Bolivia sigue dependiendo de industrias de extracción como de gas natural y minerales para impulsar la economía. Las exportaciones mineras subieron de US$1 mil millones al año en 2006 a cerca de US$4 mil millones en 2014, conforme las inversiones en el sector crecieron casi cuatro veces en el mismo período. Más de 2.6 millones de personas pasaron a formar parte de la clase media bajo el mandato del Sr. Morales y las tasas de crecimiento son entre las más rápidas de la región.
Pero el conflicto entre el modelo de desarrollo de gobierno basado en la minería y los habitantes originales ha sido un punto álgido en la presidencia del Sr. Morales. El año pasado hubo indignación cuando el gobierno anunció que iba a abrir siete de las 22 áreas protegidas para realizar actividades exploratorias de hidrocarburos.
Ahora un plan del gobierno para revivir el lago está peligrando debido a la desaceleración de la economía de Bolivia, conforme los organizadores de un plan de 20 años para salvar el cuerpo de agua está luchando para recopilar los US$100 millones de que dicen necesitar para llevar a cabo la primera fase de cinco años en medio de la declinación de ingresos del Estado.
Mientras tanto, las comunidades están siendo desarraigadas. Félix Condori, otro oficial Uru, dice que la mitad de las 750 familias Uru-Murato — que según la mitología son “seres acuáticos”, no humanos — han sido forzados a abandonar sus hogares y mudarse a las ciudades y pueblos en Bolivia, Chile y Argentina para buscar empleo.
“Antes había suficiente agua para darnos todo lo que necesitábamos”, dice el Sr. Condori, alcalde del pueblo Uru-Murato de Llapa Llapani. “Ahora ya no hay comida, se desapareció el agua y se han desaparecido los peces y los pájaros. Por eso se está yendo nuestra gente y por eso nosotros estamos enfrentando nuestra propia extinción”.
Un día en noviembre 2014, los Uru-Murato que vivían junto al lago se despertaron a ver que millones de peces se habían muerto. Un año más tarde el lago había desaparecido.
Llovió un poco el mes pasado en el Lago Poopó. El Sr. Valero, quien había dejado de pescar hace ocho meses, le agradeció a la Madre Tierra por haber mandado un poco de agua: “Se perderá en las grietas del fondo del lago”, dijo. “No ayudará. Pero qué bueno que Pachamama sigue pensando en nosotros”.





MORALES FORTALECE LAZOS DE INTEGRACIÓN CON TARIJA

El gobernador Gerardo Morales, abordó proyectos en común con su par de Tarija (Bolivia), Adrián Oliva Alcázar, en el marco de una reunión que mantuvieron en esa ciudad boliviana y anunció que se va a elaborar una agenda de trabajo conjunta sobre infraestructura, producción y cultura con el fin de profundizar los lazos de integración regional.

Jujuy Al Momento de Argentina (www.jujuyalmomento.com)
                                                               
Durante su visita al Departamento Autónomo de Tarija, Morales señaló que se trataron temas “que son fundamentales para nuestros pueblos y que tienen que ver con la integración” tanto a nivel cultural como comercial y en materia de infraestructura, se informó hoy oficialmente.
Para poner en marcha la agenda de trabajo conjunta, “me comprometí a enviar al ministro de Cultura y Turismo de la provincia (Carlos Oehler) para que profundicemos algunos proyectos, porque tenemos mucho en común y podemos hacer grandes cosas juntos”, anunció el mandatario jujeño.
En lo que respecta a la infraestructura, Morales precisó que su par de Tarija tiene en marcha un “buen proyecto vial para conectarnos y estar más cerca” por lo que el aporte de la provincia de Jujuy será trabajar conjuntamente a través del Ministerio de Infraestructura con los técnicos de Tarija.
En cuanto al tema de la integración comercial ambos gobernadores se comprometieron a participar de las ferias productivas que se realizan en sus provincias (octubre en Jujuy, noviembre en Tarija) con la intención de tener “mayor presencia” en ambos lugares.
Asimismo, Morales se comprometió a “hacer todo lo posible para volver el 15 de abril” próximo, acompañado también por el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, “para que tanto Jujuy como Salta, que comparten una misma región geográfica, podamos integrarnos con Tarija”, afirmó.
Por su parte, Oliva Alcázar refirió que la reunión con el gobernador jujeño giró en torno a temas de “integración, desarrollo, de la historia en común pero también del futuro que queremos construir en conjunto para nuestros pueblos”.
Consideró que el encuentro fue "muy importante porque a partir de aquí se van a generar muchas iniciativas”, destacando "la iniciativa del gobernador (Morales) de venir a Tarija para comenzar a generar estos espacios para trabajar”.





EL TANGO DE OBAMA EN AMÉRICA LATINA

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
                                                                      
Por Andrés Oppenheimer.- El presidente Obama sedujo a muchos argentinos al bailar tango -bastante bien, por cierto- durante su visita a la Argentina, pero es probable que su viaje sea recordado por algo mucho más importante: marca el probable comienzo de un nuevo ciclo menos antagónico y más pragmático en las relaciones entre América latina y Estados Unidos.
Por diseño o por suerte, Obama podría terminar su mandato en enero del año próximo con una América latina muy diferente a la región con la que se encontró hace siete años, cuando estaba dominada por gobiernos populistas autoritarios antiestadounidenses.
Ahora, la Argentina tiene un nuevo presidente, Mauricio Macri, que le dio a Obama una cálida bienvenida en Buenos Aires. En Brasil, Venezuela, Bolivia y Ecuador están soplando vientos de cambio, como lo demuestran las recientes elecciones legislativas en Venezuela, el referéndum en Bolivia y el proceso de juicio político contra la presidenta de Brasil.
Irónicamente, Obama se encuentra al final de su mandato con una América latina más amigable a pesar de que nunca le prestó atención especial a la región. Por el contrario, designó a Asia como el "eje" de su política exterior. Cuando lo entrevisté por primera vez durante la campaña presidencial de 2007, admitió que nunca había visitado la región y no pudo mencionar el nombre de ningún presidente latinoamericano de ese momento.
Pero el viaje de Obama a Cuba y la Argentina simboliza un nuevo ciclo en la región (prefiero no usar la palabra "era", porque los ciclos políticos en América latina suelen durar entre 10 y 15 años), que podríamos bautizar temporalmente como el ciclo pos-populista, o el ciclo pragmático, o el final del ciclo de autoritarismo aislacionista de América latina.
Obama merece algo de crédito por este fenómeno. Su normalización diplomática con Cuba, su viaje a la isla con una delegación de empresarios estadounidenses, su firme repudio a la dictadura militar de la Argentina y su promesa de desclasificar los cables de inteligencia estadounidense de ese período ayudaron a derrumbar muchos mitos fundacionales de la vieja izquierda latinoamericana.
La apertura de Obama hacia Cuba le quita a la dictadura militar cubana la excusa de que no puede permitir elecciones libres o libertad de expresión porque la isla está supuestamente amenazada por el imperialismo yanqui. Tras el acercamiento de Obama a Cuba, esta excusa suena más ridícula que nunca.
La izquierda setentista de la Argentina, que llevó a cabo protestas durante la visita de Obama, que coincidió con el 40° aniversario del golpe militar de 1976, quedó descolocada. Estuvo fuera de lugar al repudiar al presidente estadounidense que rindió homenaje a las víctimas de la dictadura y al tratar de culpar a Estados Unidos de haber sido el artífice de ese período oscuro de la historia argentina.
En rigor, aunque Estados Unidos miró hacia el otro lado durante los abusos a los derechos humanos durante los primeros meses de la dictadura, eso cambió radicalmente cuando Jimmy Carter asumió el gobierno, a principios de 1977.
Lo recuerdo muy bien, porque me fui de la Argentina a Estados Unidos en 1976. A principios de 1977, Carter estaba denunciando públicamente a los militares argentinos y presentaba condenas a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, mientras que -ironía de ironías- Cuba apoyaba abiertamente a la junta militar con sus votos en la ONU, entre otras cosas para evitar condenas a sus propios abusos.
Pero quizá la principal razón del actual cambio en los vientos políticos latinoamericanos sea económica: el boom mundial de las materias primas que tanto ayudó a América latina en la década pasada se terminó y ahora los países de la región necesitan desesperadamente más inversión y más comercio.
"El viaje de Obama a la Argentina y Cuba marca un cambio político muy importante en América latina -me dijo el ex estratega político de Macri Jaime Durán Barba-. He estado en varios países de la región en las últimas semanas y hay un creciente deseo de una política más moderna y menos autoritaria."
Mi opinión: Obama será recordado en América latina como un buen presidente para la región, a pesar de no haberle destinado mucho tiempo ni energía. Sería una verdadera pena si el próximo presidente de Estados Unidos, que herederá una región mucho más amigable, no aprovechara la oportunidad para construir nuevos puentes económicos -en lugar de muros- para beneficio de ambas partes.

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