Uyuni estalló
con la llegada del Rally Dakar a Bolivia. Más de 50.000 personas presenciaron
la competencia y el arribo de las motos y cuatriciclos, que tuvieron una
exigente competencia. La presencia del presidente Evo Morales fue otro punto
destacado.
“Bolivia es el
‘Chavo’, el ‘Chavo’ es Bolivia”, fueron las palabras de un mandatario eufórico
tras la llegada del máximo ídolo y único motociclista local en carrera, Juan
Carlos Salvatierra. No es para menos, Bolivia se convirtió en el país número 42
en albergar el rally.
La séptima
etapa llegó a tierras bolivianas. La localidad de Uyuni, famosa por tener el
salar más grande del mundo, fue la encargada de recibir la parte final de una
fase que había salido de Salta y pasó por Villazón, Tupiza y Atocha
El principal atractivo
turístico boliviano se encontró de golpe con una multitud. La fiebre del Dakar
concentró una infinidad de actividades previas para que la espera de la primera
moto no sea tan larga. ¿La idea? Mostrarle al mundo la rica cultura del país.
Si bien la
etapa fue ganada por el español Joan Barreda Bort ,y su compatriota Marc Coma
sigue siendo el líder de la categoría, los ojos estuvieron puestos en “El
Chavo”. “Quisiera agradecer a la ASO (Amaury Sport Organisation), por aceptar a
Bolivia en el Dakar. La carrera está en Bolivia y siempre estará aquí”, declaró
el competidor en sus primeras palabras tras llegar a su país.
Salvatierra
rompió el protocolo: se bajó de su moto y se dirigió hacia los cientos de
fanáticos, que esperaban su llegada en la meta, a recibir el cariño y las
felicitaciones por la actuación. “Estoy impactado por el recibimiento del
pueblo boliviano, no tengo más que palabras de agradecimiento por tanto cariño
que me brindan”, sentenció el cruceño que, tras llegar a la meta, fue saludado
por un Evo Morales por demás feliz y contento, el cual le expresó su admiración
y le deseó éxito en esta travesía.
El motociclista
boliviano trepó al puesto 16 en una etapa donde Barreda fue el que entró en la
historia del rally y fue el encargado de recibir los primeros aplausos de la
jornada.
BOLIVIA, EN SU MÁXIMA FIESTA
Por primera vez, la competencia ingresó en el vecino
país; Evo Morales siguió la prueba en helicóptero, recibió a los pilotos en el
podio y visitó el campamento
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
En estos seis
años de Dakar en América del Sur se vio un lugar mimetizado con la competencia.
No hay detalle que no esté vinculado con la exigente aventura. Carteles,
banderas, autos ploteados y hasta las artesanías que venden las mujeres en las
calles tienen detalles alusivos. Jamás se vio algo igual. El impacto del Dakar
en la población es exagerado en función de la participación deportiva aquí. Si
bien Bolivia recibe por primera vez al Dakar y se convierte en el 28° país por
el que pasa la carrera, esta vez sólo llegaron aquí motos y cuatriciclos, ya
que los autos y los camiones se quedaron en la Argentina. Y como si eso fuera
poco, los competidores están en etapa maratón, por lo que sus equipos y
asistencias ni siquiera cruzaron la frontera.
Desde el
gobierno nacional, Evo Morales estimuló la llegada del Dakar. Él mismo viajó a
París para que la prueba pasara, aunque sea en su mínima expresión, por aquí. Y
Uyuni ayer explotó. Una población que no alcanza los 14.000 habitantes fue
visitada por más de 50.000, que se instalaron durante todo el fin de semana. Lo
mismo pasó en otras ciudades, como Tupiza, Atocha, Villazón.
Pero Uyuni es
el corazón del Dakar boliviano. El público no conoce a ningún participante,
salvo al gran ídolo nacional, Juan Carlos "Chavo" Salvatierra, que se
emocionó junto con el primer mandatario en el podio instalado a metros del
cuartel militar donde se emplazó el campamento. Sí, un podio, como si fuese el
de largada en Rosario, o el de llegada en Valparaíso. Una verdadera locura.
El Dakar
quedará por siempre en la memoria de los habitantes de este particular poblado,
de casas muy humildes, con el color marrón de la tierra predominante, las
cholitas protagonistas de las pintorescas calles que alternaban junto al cordón
con camionetas estacionadas con carpas. La gente durmió en cualquier lugar por
estos días.
Al descuidado
estilo urbano, se unió también la desprolija característica de la obra pública.
Se nota que muchas cosas se terminaron a último momento. "Gracias al Dakar
aquí tenemos luz constante, ya que era más el tiempo que se cortaba que el que
podíamos usarla. Hace 20 días nos visitó Evo para inaugurar las luces de la
pista de aterrizaje. Invirtieron en las calles, todo por el Dakar",
comentó Teresa, una señora que vende bebidas a una cuadra del cuartel militar
con un sombrero con forma de paraguas para protegerse del sol y con su bebe, el
quinto, envuelto en el aguayo. Teresa no sabía, porque hace "varios años
que no sale de Uyuni", que la "carretera Atocha" fue asfaltada
para la ocasión. Y tampoco mencionó que se inauguró la red de agua potable en
la comunidad. Además, se reforzaron los sistemas de comunicación telefónica.
Todo, pero todo, exclusivamente por el Dakar.
Y si Evo
Morales estuvo al pie del cañón para llevar el Dakar a Bolivia, no podía
perderse la oportunidad de estar en el "día histórico más importante del
deporte boliviano", según confesó. "Jamás Bolivia fue escenario de un
acontecimiento mundial de esta magnitud. Este día quedará para siempre en
nuestra memoria", insistió. La imagen del mandatario se multiplica en el
cuartel militar donde durmieron anoche los pilotos, que ocuparon las cuchetas
para salir esta mañana temprano rumbo a Calama.
En los salones
donde se ofició de sala de prensa, hay almanaques con la figura de Evo jugando
al fútbol con la camiseta de la selección, entre otras imágenes más formales. Y
la bandera boliviana está en cada vehículo militar oficial, como también en
cada auto particular afuera, o en la mano de cada espectador en las calles.
Tras seguir la
carrera con un helicóptero, recibir a los protagonistas en el podio y ya con el
desfile de pilotos consumado, Morales ingresó en el campamento y compartió un
cocktail con los dirigentes de ASO (la empresa que organiza el Dakar) y la
prensa internacional. "El deporte sirve para unir a los pueblos. Hoy vi
campesinos, mineros, indígenas, familias... juntos por el Dakar. Por eso
trabajaremos para que Bolivia continúe por este camino." Admitió que no
conocía detalles de la carrera: "Pensé que corrían por ruta, me asusté
cuando algunas motos pasaban por cualquier lado", admitió. Entre saludos
protocolares, afuera la fiesta continuaba. Los visitantes se iban a otra región
y los locales, al menos, quedaron con las obras que con sumo apuro
acondicionaron el terreno para el Dakar.
Barreda mete
presión entre las motos
UYUNI, Bolivia
(De un enviado especial).- El español Joan Barreda Bort (Honda) ganó la 7ª
etapa y ahora quedó a 38m14s del líder de la general, su compatriota Marc Coma (KTM);
tercero fue Cyril Des-pres (Yamaha). El argentino Javier Pizzolito fue 18° y
ocupa el 38° lugar. El ídolo local, Juan Carlos Salvatierra, fue 14° en la
etapa y está 16° en la general. En cuatriciclos, el chileno Ignacio Casale ganó
la etapa y pasó al frente de la clasificación general, desplazando al uruguayo
Sergio Lafuente, a 6m15s, y a Rafa Sonik, a 29m52s. Mañana, motos y
cuatriciclos terminarán la etapa maratón, abandonarán Bolivia e ingresarán en
Chile, rumbo a Calama.
BOLIVIA QUIERE ESTAR OTRA VEZ
El presidente Evo Morales dijo que “vamos a seguir
conversando para tener Dakar en 2015”.
Los Andes de Argentina (www.losandes.com.ar)
El presidente
de Bolivia, Evo Morales, vivió con entusiasmo la llegada del Rally Dakar a su
país y lo disfrutó como uno más. Primero, siguió por aire la actuación de su
compatriota, el "Chavo" Salvatierra, y luego se subió a la rampa
montada en pleno centro de Uyuni para recibir a los competidores.
Posteriormente,
el primer mandatario dio una conferencia de prensa junto a Etienne Lavigne, el
director de la prueba.
“Si bien hace
20 años estuvimos en el Mundial de fútbol, ahora por lo menos estamos en el
Dakar que también tiene una gran repercusión mundial. Por eso, vamos a seguir
conversando para que podamos tener la prueba el año próximo”, contó Morales en
rueda de prensa.
Más adelante,
el presidente, aún con la emoción en su rostro por el evento deportivo, dijo:
“Quiero agradecer a ASO por darnos la oportunidad de estar dentro del Dakar. Es
una oportunidad de integrarnos al mundo. Y también a los miles de bolivianos
que llegaron a Uyuni para disfrutar de la carrera. Bolivia es Dakar, Bolivia es
solidaridad”.
En cuanto a la
ciudad de Uyuni, está creciendo día a día. Se nota al recorrer sus calles y
observar como están construyendo muchas casas nuevas.
Además, hace
apenas un par de semanas, el presidente Morales inauguró el sistema de
iluminación de la moderna pista del aeropuerto local, que está en
funcionamiento desde hace un año y cinco meses.
Pero, en el
avance del distrito de Potosí también hay presencia mendocina. Es que José
Cartellone Construcciones Civiles está haciendo la ruta nueva que une Uyuni con
Colchani.
En relación a
la prueba, los organizadores del Dakar decidieron que el rally no ingrese al
salar de Uyuni, principal atractivo turístico, por las fuertes lluvias que
cayeron sobre la zona.
“Las
condiciones de agua, más o menos de 50 centímetros en los 6 kilómetros que
bordean el Salar no permiten el cruce de las motos y cuatriciclos”, explicó el
galo.
MORALES
ASEGURA QUE BOLIVIA "NUNCA OLVIDARÁ" EL PASO DEL DAKAR POR SU
TERRITORIO
Europa
Press de España (www.europapress.es)
El presidente
de Bolivia, Evo Morales, ha asegurado que el pueblo boliviano "nunca
olvidará" el paso del Dakar por su territorio, tras la primera ocasión en
ser incluido en la ruta de esta competición.
"Quiero
decir, hermano de la ASO --en referencia al director del Dakar, Ettienne
Lavigne-- que el pueblo boliviano nunca va a olvidar este hecho histórico,
primera vez el Dakar en Bolivia y nos integra y nos une a los bolivianos, pero
también nos une al mundo el Dakar", ha dicho.
"Kilómetros
y kilómetros de banderas bolivianas, hermanos en las serranías, en los ríos, en
las lagunas, en los arenales, junto al agua. He visto ganado auquénido pero
todos compartiendo de esta alegría", ha agregado Morales, según ha
informado la agencia estatal boliviana de noticias, ABI.
Horas antes,
el mandatario aseguró que el país andino está viviendo el Dakar 2014 como un
Mundial de Fútbol. "Si bien hace 20 años estuvimos en el Mundial de
Fútbol, ahora por lo menos estamos en el Dakar, que también tiene gran
repercusión", manifestó desde la localidad de Villazón, punto de entrada a
Bolivia de los pilotos.
Por su parte,
el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, ha destacado que, con el
paso del Dakar, "Bolivia ha mostrado su rostro". "Bolivia ha
dado su cara al mundo, ha mostrado su rostro, un rostro de amabilidad de
generosidad de receptividad de cariño", ha sostenido.
La carrera
automovilística ha entrado este domingo en Bolivia por Villazón, desde donde
pasará a Tupiza, Atocha y Uyuni y para que, en un segundo tramo, atraviese
Colchani y Salinas de Garci Mendoza y el lunes pase a Chile por Ollagüe.
El Gobierno
ha "maximizado" las medidas de seguridad en las localidades
bolivianas por las que pasará el Dakar para garantizar su "éxito".
Entre otras cosas, ha restringido el tráfico de vehículos.
PELIGRO,
AHÍ VIENE EL DAKAR
Ya
abandonaron 202 vehículos del total de 431. Casi el doble, a esta altura, que
el año pasado. Hubo 3 muertos y suman 62 en 35 años. ¿Vale la pena organizar y
correr el Rally?
Clarín
de Argentina (www.clarin.com)
La llegada
del Rally Dakar a Sudamérica, allá por enero del 2009, fue recibida con bombos
y platillos, porque el desafío más duro del planeta atravesaba por primera vez
estas latitudes olvidadas, vírgenes de este tipo de aventuras. La ecuación
cerraba para los gobiernos, pilotos y fierreros de este continente. Ya no había
que mirar el Dakar por tele. Ya no hacía falta soñar y soñar para poder
participar. Pero con el tiempo, esa escoba dejó de ser nueva, y dejó de barrer
bien. El Dakar trajo acción y drama, pero también trajo muerte. Este año la del
motociclista belga Eric Palante y las de dos reporteros cordobeses que seguían
por su propia cuenta la carrera. Era de esperar, como todo deporte de alto
riesgo, que algo pasara.
En 35 años de
competencias, el Dakar se cobró la vida de 62 personas, contando las 3 de esta
edición. De ellos, sólo 23 fueron pilotos o copilotos y el resto se repartió
entre asistentes, auxiliares y periodistas. Thierry Pascal, el creador del
Dakar, murió en 1986 al caer de un helicóptero, en Mali. Aquí, los nombres de
los pilotos Pascal Terry y Jorge Martínez Boero aun se recuerda entre las
víctimas, igual que los de los espectadores Alejandra Escudero y Marcelo
Reales.
Por todo
esto, la polémica, agigantada ahora por la extrema dureza del trazado de este
año, tiene vigencia. ¿Vale la pena que el desafío sea tan duro? Los franceses
(los organizadores) elevaron la dificultad para recuperar el espíritu del
Dakar, que se había perdido en la edición pasada con un recorrido “light”, tal
como lo definió el mendocino Lucio Alvarez. David Castera, que diseña los
recorridos, dijo que siempre hay que hacer una autocrítica. Saben los
organizadores que esta vez se les fue la mano.
De los 431
vehículos que largaron, 202 debieron abandonar al mitad de la carrera, cifra
oficial que casi que duplica la de los Dakar anteriores donde abandonaron 120
máquinas, en 2011 (27%), 138 en 2012 (34%) y 117 el año pasado (26%). Por estos
números, y por la sumatoria de accidentes y accidentados, los pilotos
aventureros (amateurs) se cruzaron mediáticamente con los profesionales,
quienes no querían que la organización bajara la dificultad.
En este
mundo, donde todos viven al límite, algunos hacen su negocio, otros se
divierten, y todos “padecen” la carrera. Lo cierto es que una importante
porción de los gobiernos del Mercosur se desviven por tener la carrera en sus
tierras. No es gratis.
Argentina y
Chile pusieron 6 millones de dólares. Bolivia consiguió tener la carrera
después de tres años de negociaciones a cambio de 4 millones de verdes.
Los gobiernos
no lo ven como un gasto, porque sus números oficiales hablan de un impacto
económico positivo. ASO (Amaury Sport Organisation) encontró en Sudamérica su
lugar en el mundo: en África ningún país les pagaba estas cifras por recibir la
odisea y tampoco les proveían de tanta logística para armar los campamentos,
los operativos de seguridad y traslados en avión, a cargo de las fuerzas aérea
de los países.
Además, los
pilotos tienen que pagar alrededor de 14.800 euros la inscripción para
participar, También se les cobra a los navegantes, mecánicos, vehículos de
asistencia (entre 2500 y 4500 euros) viviendas tipo motorhome (entre 4500 y
13700 euros), que ingresen al vivac.
Los que no
cumplen, no son inscriptos o son descalificados si descubren la infracción.
Es cierto, el
Dakar es una vidriera para dar a conocer las geografías de los países ante el
mundo porque se repite en más de 190 países. Además, el impacto turístico, en
los podios y en los días de descanso suele ser impresionante. Los que están en
esta tribu de 6 mil personas (pilotos, mecánicos, auxiliares) no son como el público
gasolero del TC. Y eso se siente en las distintas provincias.
Este Dakar
tiene peso propio porque el 4 de este mes, hubo más de 500 mil personas según
el comité organizativo de Rosario (la Secretaria de Turismo de la Nación fue
más allá y habló de 1 millón de personas) Y ayer, se vivió una revolución en
Bolivia, donde Evo Morales- en año electoral- se fotografió al mejor
motociclista de su país, Juan Carlos Salvatierra. ¿Dará votos el Dakar?
Parecía una
fiesta Bolivia, pero otra muerte inesperada provocó un cimbronazo en este
mundo. Porque el sábado por la noche falleció un médico de la Cruz Roja, que
estaba en el Dakar, por un paro cardíaco.
Ganar un
Dakar no tiene precio, ni premio económico. El campeón se lleva un reloj de
1400 dólares. Ganar, ganan otros.
LA INDEPENDENCIA DE BOLIVIA
El 13 de enero de 1825, un
congreso convocado por el vencedor de Ayacucho, el mariscal Antonio José
de Sucre, decidió la separación del Alto Perú del virreinato del Río de la
Plata, al que había pertenecido, y la declaración de la independencia con el
nombre de República de Bolívar, luego Bolivia.
AM Digital de Argentina
(www.aimdigital.com.ar)
Fue una
decisión permitida y favorecida por una serie de medidas de los rivadavianos de
Buenos Aires tendentes a desprenderse de aquel país siguiendo designios
balcanizadores del Imperio Británico.
La separación
de Bolivia del actual territorio argentino no se entiende sin el odio que
Bernardino González Rivadavia sentía por el general San Martín y por todos los
que superaban sus facultades intelectuales, es decir por casi todos en el
mundo.
El historiador
canadiense H.S. Ferns, que vino a mediados del siglo pasado a Buenos Aires a
consultar los archivos para escribir una historia de la aventura comercial
británica en el mundo durante el siglo XIX, encontró en ellos más que
todos los historiadores argentinos juntos en el pasado, debido a una “sabia
ceguera” que los aquejaba.
Ferns evalúa
así a Rivadavia: “Era incapaz de lealtad, honestidad o siquiera buenas maneras
en sus relaciones con los hombres que lo rodeaban con quienes estaba obligado a
llevar los negocios de la comunidad. Odiaba a los hombres que eran más notables
o tenían más éxito que él. No encontraba nada demasiado maligno que decir sobre
San Martín y Bolívar”.
Ya en 1815 los
rivadavianos, el partido unitario porteño de Buenos Aires, había hecho una
gestión por orden de Carlos María de Alvear ante ante Lord Strangford y ante
Castlereagh, diplomático uno y jefe del Foreign Office del Imperio Británico el
otro. El largo pliego de Alvear ante el vizconde Strangford dice entre muchas
otras cosas de parejo valor: “el país no está en edad ni estado para gobernarse
y necesita una mano exterior que lo dirija (……) En esta circunstancia la
generosa nación Británica puede poner un remedio eficaz a tantos males
acogiendo en sus brazos a estas Provincias que obedecerán a su Gobierno y
recibirán sus leyes con el mayor placer…”
A Castlereagh,
que se suicidó más tarde, le dice Alvear: “estas Provincias desean pertenecer a
la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su Gobierno y vivir bajo su
influjo poderoso. Ellas se abandonan sin condición alguna a la generosidad y
buena fe del pueblo inglés, y yo estoy dispuesto a sostener tan justa solicitud
para librarlas de los males que la afligen. Es necesario que se aprovechen
estos momentos. Que vengan tropas que impongan a los genios díscolos, y un jefe
autorizado que empiece a dar al país las formas que sean beneplácito del Rey y
de la Nación, a cuyos efectos espero que V.E. dará los avisos con la reserva y
prontitud que conviene para preparar oportunamente la ejecución”.
Era una oferta
imposible de superar para convertirnos en colonia, pero los ingleses preferían
que les entreguen el comercio mejor que la soberanía, como consiguieron
totalmente luego con los frigoríficos y los ferrocarriles y todavía hoy
con los campos de la Patagonia, y en breve con el “fracking” en Entre
Ríos, por ejemplo.
Por una carta
de Bolívar a Santander se sabe que enviados de Alvear le propusieron algo
parecido, cuando vieron frustrado su propósito de convertirse en colonia
inglesa. El libertador le dice a Sucre que Alvear, siempre con vistas el odio a
San Martín en el pecho, le ofrece fijar los destinos del Río de la Plata y lo
considera “un ángel de protección”
Cuando San
Martín, después del renunciamiento de Guayaquil, estaba en Mendoza se propuso
viajar a Buenos Aires, donde su esposa agonizaba, pero recibió un aviso
de que no lo hiciera porque lo iban a prender o a asesinar en el camino, por
orden de Rivadavia.
Estanislo
López, el caudillo santafesino, le avisó de los planes del partido rivadaviano:
“Se de una manera positiva por mis agentes en Buenos Aires que a la llegada de
V.E. a aquella capital será mandado juzgar por el gobierno en un consejo de
guerra de oficiales generales por haber desobedecido sus órdenes en 1817 y
1820, realizando en cambio las gloriosas campañas de Chile y Perú. Para evitar
este escándalo inaudito y en manifestación de mi gratitud y del pueblo que
presido, por haberse negado V.E. tan patrióticamente en 1820 a concurrir a
derramar sangre de hermanos con los cuerpos del Ejército de los Andes que se
hallaban en la provincia de Cuyo, siento el honor de asegurar a V.E. que a su
solo aviso estaré en la provincia en masa a esperarlo en El desmochado para
llevarlo en triunfo hasta la plaza de la Victoria”.
La
desobediencia de San Martín a aplastar el Litoral permitió el triunfo
entrerriano en Cepeda en 1820 y de no mediar las intrigas de Sarratea
hubiera mantenido viva la divisa de Artigas y de los Pueblos Libres.
San Martín no
aceptó la propuesta de López de aplastar a “Rivadavia y sus satélites”, que
apenas iniciaban una carrera desastrosa para Nuestra América, y prefirió
exiliarse en Francia, viudo y con su hija pequeña.
Antes de reunir
el congreso que creó la República de Bolívar, Sucre consultó con el gobierno
rivadaviano. La respuesta es digna de los porteños separatistas que solo
podían medrar al calor del imperio británico y no querían ser libres sino solo
cambiar de dueño.
“Es voluntad
del Congreso General y Constituyente que las provincias del Alto Perú queden en
plena libertad para disponer su suerte, según crean convenir mejor a sus
intereses y a su felicidad”.
Había una
intención balcanizadora que estaba en Europa y no se mostraba y había un grupo
de hombres que había traicionado la revolución de 1810 y que miraban al
extranjero, totalmente desinteresados del interior, que no era para ellos sino
una fuente de problemas interpuestos en el camino de los buenos negocios.
Cuando Sucre le
hizo saber a Bolívar lo que pensaban los rivadavianos, el libertador le
contestó: “Ni usted ni yo ni el Congreso mismo del Perú ni de Colombia, podemos
romper la base del derecho público que tenemos reconocido en América. Esta base
es que los gobiernos republicanos de fundan entre los límites de lso antiguos
vierreinatos, capitanías generales o presidencias como la de Chile. El Alto
Perú es una dependencia del Virreinato de Buenos Aires, dependencia inmediata
como la de Quito de Santa Fe”.
Finalmente se
impuso la actitud de los porteños, que siguen todavía gobernando la Argentina
con no menos suceso que en este de Bolivia, y tuvimos un pais independiente a
nuestra costa. Pero faltaba todavía un pedazo: Tarija, en el norte de Salta.
Relata un historiador
argentino: A pesar de la inaudita renuncia de Buenos Aires a los territorios
del Alto Perú, Bolívar entendía que la región de Tarija estaba histórica y
comercialmente unida a la región de Salta y por lo tanto a las provincias del
Río de La Plata, y así se lo hace saber a Sucre, cuando aquel visita. Ante al
voluntad de Bolívar, se inician negociaciones y se nombran como representantes
a José María Serrano por parte de Tarija y a Carlos María de Alvear por parte
de Buenos Aires.
Durante la
estadía de Alvear en Chuquisaca, con la ayuda de su colaborador (el hijo de
Díaz Vélez), Alvear escalaba los muros del Conventos de las Mónicas, para
mantener relaciones con una monja, hermana del plenipotenciario boliviano José
María Serrano.
Se conoció el
asunto, y fue grande el escándalo. El mariscal Sucre aprovechó para ayudar a
Alvear a que regrese precipitadamente a Buenos Aires el 17 de agosto de 1826, y
se perdió el territorio de Tarija, que quedó gobernado solo por el
plenipotenciario boliviano, menos trepador que Alvear, o más discreto.
Bolivia desde los inicios
La población de
Bolivia se formó en base a pueblos aimaras que constituían el Kollasuyo, y que
vivieron a orillas del lago Titicaca, extendiendo su influencia hasta las
costas del océano Pacífico. Los pueblos que integraban el Gran Kollasuyo
estaban los Ayaviri, el Colla, del que ha tomado nombre toda la región, los
Omasuyos, los Lupacas, Larecajas, Pacajes, Charcas y Chichas.
Luego, con la
llegada de los Incas, todos estos pueblos fueron sometidos a sus leyes. Durante
la conquista este vasto territorio llegó a depender del virreinato del Perú.
Posteriormente, creado el virreinato del Río de La Plata, en 1776, el Alto Perú
o Bolivia pasó a ser parte de este último, comprendiendo las intendencias de Potosí,
Cochabamba, Chuquisaca y La Paz, y las provincias de Moxos y Chuiquitos, que
formaban parte de la intendencia de Cochabamba. Todos estos territorios, al
separarse del Río de La Plata y del Bajo Perú, se constituyeron en la República
de Bolivia.
Durante la
conquista Francisco Pizarro envió a su hermano Gonzalo a la conquista de los
Charcas o Collao en 1538. Alonso de Mendoza llegó a La Paz en 1548, en
representación de don Pedro de la Gasca. A Santa Cruz en 1560, llegó Ñuflo
Chávez. Tristán de Tejada y Juan Salinas, llegaron a Trinidad en 1566.
A Cochabamba
llega el español Sebastián Barba de Padilla el 1º de enero de 1574. Manuel
Castro y Padilla llega a Oruro en 1606. Potosí es fundada por Juan de
Villarroel y Diego Centeno en 1546. Un año después, el emperador Carlos V de
España le concedió el título de “Villa Imperial”.
En 1561 se
instaló en la ciudad de La Plata (actual Sucre) la Real Audiencia de Charcas,
suprema autoridad judicial del Alto Perú. Atendiendo la necesidad de crear un
nuevo centro administrativo regional desde donde se pudiera controlar con el
debido cuidado y atención la zona de mayor producción de plata.
Es así como el
colonialismo español toma asiento en esta parte de América, atraído por los
grandes yacimientos de oro y plata que lo convirtieron posteriormente en un
país netamente minero. A las ciudades fundadas se las dotó de cabildos,
funcionarios de justicia, como el alguacil mayor, alcaldes de primero y segundo
voto y autoridades militares.
Como es
natural, una autoridad impuesta por la fuerza donde el abuso y la prepotencia,
la imposición de una cultura y religión ajena a la de los indígenas, más los
servicios obligatorios de la mita y de la encomienda, despertaron con el tiempo
un sentimiento de profundo resentimiento y rencor hacia el poder español.
A raíz de todas
estas medidas represivas que impusieron los españoles, surgieron desde 1780 una
serie de rebeliones que inquietaron el virreinato del Perú y la Audiencia de
Charcas.
Un año después,
el 15 de enero de 1781, la sublevación de Chayanta se tornó más violenta, donde
los hermanos Tomás, Dámaso y Nicolás tomaron el mando militar ocupando el
asiento minero de Aullagas. Una de las rebeliones más dramáticas fue la gestó
Túpac Catari, al cercar a la ciudad de La Paz, durante 109 días. Reprimido
violentamente el movimiento indígena, sus principales gestores fueron
ejecutados el 13 de noviembre de 1781.
En 1809, en La
Paz un grupo de revolucionarios al mando de don Pedro Domingo Murillo lanzan al
mundo la primera proclama declarando abiertamente la independencia del Alto
Perú del dominio español, antes que la revolución de Buenos Aires.
Los sucesos de
1809 sirvieron como elemento detonante para que Buenos Aires se declarara
independiente del gobierno español en 1810 , y a la vez, diferentes ciudades
del Alto Perú promovieron una serie de pronunciamientos. Argentina temía la
incursión de los realistas a su territorio poniendo en peligro su independencia
y, con el propósito de asegurarla envió hacia el Alto Perú sus Ejército Auxiliares.
El primero de ellos llegó al mando de Juan José Castelli, derrotando a los
realistas el 7 de noviembre de 1810.
Desde el Perú,
el general español José Manuel Goyeneche con un gran ejército logró derrotar a
las tropas argentinas en la batalla de Huaqui, el 20 de junio de 1811.
El Segundo
Ejército Auxiliar al mando del general Manuel Belgrano, ingresó a territorio de
Charcas, el 7 de mayo de 1813, después de derrotar al general español Pío de
Tristán, quien había perseguido a Castelli hasta territorio argentino. Belgrano
tampoco tuvo éxito en esta campaña porque fue derrotado en VilcapuGio el 1º de
noviembre de 1813, y por segunda vez en Ayohuma el 14 de noviembre del mismo
año.
El Tercer
Ejército Auxiliar al mando del general José Rondeau, ingresó al Alto Perú
después de vencer a los realistas en la Quiaca, el 17 de abril de 1815. En su
avance hacia Cochabamba fue derrotado en Sipe Sipe, el 29 de noviembre de 1815
por Joaquín de la Pezuela, quien había reemplazado a Tristán por su mala
campaña militar emprendida en contra los ejércitos argentinos.
Pero al margen
de las incursiones del ejército argentino a territorio alto peruano, las
guerrillas desempeñaron un papel sumamente importante en la consecusión de la
independencia de nuestro territorio. El cura Ildefonso de las Muñecas cubrió el
norte del Lago Titicaca, Sorata y Yavi; en el sudeste, entre Camargo y
Cotagaita estaba Vicente Camargo, entre los río Grande y Pilcomayo, y en la
Laguna ombatían los esposos Padilla (El general Padilla y su mujer, Juana
Azurduy); en el este entre Valle Grande y Santa Cruz de la Sierra, ponía en
jaque a las autoridades españolas el guerrillero Ignacio Warnes, y por último
en Tarija estaban Eustaquio Méndez, Manuel Rojas y Francisco Uriondo.
Fracasada la
intervención militar de los tres Ejército Auxiliares, el general Pezuela ante
la súbita aparición de grupos guerrilleros en casi todo el territorio del Alto
Perú, organizó una cruenta arremetida entre los años 1815 y 1816, logrando
paralizar prácticamente toda actividad subversiva y dando muerte a sus
principales líderes como Padilla, quien cayó heroicamente en El Villar bajo la
espada del comandante realista Aguilera, el 14 de septiembre de 1816. Vicente
Camargo e Ignacio Warnes, también fueron derrotados sangrientamente por los
españoles.
Paralizadas las
actividades de los guerrilleros, desde la Argentina, José de San Martín
organizó un poderoso ejército y cruzó la cordillera de los Andes, logrando la
independencia de Chile el 12 de febrero de 1818. De allí victorioso en 1820
emprende una vasta campaña militar con el propósito de liberar al Perú. es
decir, tomando una vía diferente de la seguida hasta entonces. El ejército de
San Martín luego de numerosos batallas hizo su entrada triunfal en la capital
del virreinato el 12 de julio de 1821.
Convocando
inmediatamente a un Cabildo Abierto en la que se acordó la independencia
absoluta del Perú, la que fue proclamada solemnemente el 28 de julio de 1821 y
San Martín fue designado a la vez, Jefe del Gobierno y del ejército con el título
de “Protector del Perú”.
Mientras las
tropas colombianas desembarcaban en el puerto peruano del Callao bajo el mando
del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz que hasta
hace poco había luchado en filas realistas, llegó a compartir las ideas
libertarias de San Martín y fue enviado a engrosar las tropas de Sucre,
iniciando su marcha hacia el Alto Perú, y en agosto de 1823 ingresó en la
ciudad de La Paz. Forzado a librar combate, Santa Cruz sale victorioso en la
batalla de Zepita contra una división del general Valdés, el 25 de agosto de
1823.
Entre los años
1822 y 1823, la situación en el Perú se había tornado caótica, los ejércitos
derrotados por los realistas y los políticos sumidos en la anarquía. En estas
condiciones muy lamentables encontró el Libertador Bolívar al Perú, cuando al
fin el 1º de septiembre de 1823 se presento en Lima. El Congreso le otorgó la
jefatura militar.
El panorama no
podía ser más sombrío para los patriotas, la independencia del Perú no estaba
consolidada, ya que el 29 de febrero de 1824 los realistas lograron ocupar
nuevamente Lima. Pero esta vez, las conmociones políticas que vivía España
influyeron decididamente para el fraccionamiento de las tropas españolas en
América.
El general
Pedro Antonio Olañeta absolutista recalcitrante, se rebeló contra el virrey La
Serna, que era de tendencia liberal y constitucionalista, porque se atribuía a
éste el deseo de separarse de la monarquía para liberar al Perú del absolutismo
que quería imponer Olañeta.
Bolívar, encontró
a los españoles divididos y organizó prontamente un ejército formado por
colombianos y peruanos y el 6 de Agosto de 1824, derrotó al ejército español
del general Canterác en los campos de Junín. Esta victoria constituye sobre
todo, el paso previo para el triunfo final de Ayacucho. Los jefes españoles,
Canterác, Valdés y La Serna, reunidos en el Cuzco deciden reorganizar sus
fuerzas y salir al encuentro de los vencedores de Junín.
Sucre, por
encargo de Bolívar, decide continuar la campaña militar en el Perú, y el 9 de
diciembre de 1824, los patriotas logran una espectacular victoria en la llanura
de Ayacucho. Con la capitulación del virrey La Serna se reconocía “La
Independencia del Perú y América”.
Luego el
triunfo de Ayacucho, y siguiendo instrucciones de Bolívar, el general Sucre
entra en territorio boliviano el 25 de febrero de 1825. Cochabamba, Santa
Cruz de la Sierra, Valle Grande, Tarija y Cinti, ya se hallaban en poder de los
revolucionarios.
El 9 de febrero
de 1825, Sucre convoca a todas las provincias alto peruanas para reunirse en un
congreso que debía decidir el destino de la Nación.
Convocada
Asamblea Deliberante en Chuquisaca, 10 de julio de 1825, y concluida el 32, se
determinó por unanimidad la completa independencia del Alto Perú, bajo la forma
republicana, por soberana voluntad de sus hijos. Finalmente, el presidente de
la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó el “Acta de la
Independencia”, que lleva fecha del 6 de agosto de 1825, en homenaje a la
Batalla de Junín ganada por Bolívar.
El acta en su
parte expositiva dice en tono vibrante: “El mundo sabe, que el Alto Perú ha
sido en el continente de América, el ara donde se vertió la primera sangre de
los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos”. “Los
departamentos del Alto Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz
de la tierra entera, que su resolución irrevocable es gobernarse por sí
mismos”.
Mediante un
decreto se determinó que el nuevo Estado llevara el nombre de Bolívar, en
homenaje al Libertador, quien a la vez es designado Padre de la República y
Jefe Supremo del Estado. Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la
aceptación de la Presidencia de la República, para cuyo cargo insinúo el nombre
del general Sucre.
El 18 de
agosto, a su llegada a La Paz hubo una verdadera manifestación de regocijo
popular, jamás país alguno rindió mayor homenaje a un hombre. La misma escena
repitió cuando el Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a
Chuquisaca.
Bolivia nacía a
la vida independiente con los territorios que correspondían a la Real Audiencia
de Charcas de la época Colonial. Comprendía cuatro provincias convertidas en
departamentos: La Paz; Chuquisaca con Capital Sucre; Santa Cruz con capital,
Cochabamba y Potosí. Posteriormente, se creó el departamento de Oruro.
Para la
administración del nuevo gobierno se adoptó el sistema francés: el territorio
dividido en departamentos; el departamento dividido en provincias; la provincia
dividida en cantones y el cantón dividido en vicecantones. La autoridad que
administraba un departamento se llamaba Prefecto, de la provincia subprefecto y
del cantón y vicecantón, corregidor.
Cumbre indígena de las comunidades del Amazonas
'RECUPERAR EL VERDE DE LA SELVA, NO EL VERDE DE LOS
DÓLARES'
En Villavicencio se llevó a cabo la segunda cumbre
indígena para la preservación del Amazonas, convocada por la Coordinadora de
las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).
El Espectador de Colombia (www.elespectador.com)
Este año
comenzó con un propósito ambiental para
las comunidades indígenas de la Amazonía: recuperar el verde de la
selva, no el verde de los dólares. Así lo expresó Edwin Vásquez, director de la
Coordinadora de las Organizaciones
Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), organización que convocó la
segunda cumbre indígena para la preservación del Amazonas, que se realizó el
pasado diciembre en Villavicencio.
Y es que
precisamente una de las principales conclusiones del encuentro fue que los
megaproyectos que empiecen este año deben ser consultados con las comunidades
que habitan los territorios.
El debate en
esta ocasión se centró en el plan IIRSA (Iniciativa
para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana); un
proyecto compuesto por más de 500 megaproyectos en transporte, energía y
telecomunicaciones en todo Sur América, de los cuales más de 90 se desarrollan
en la Amazonía, según datos de la IIRSA.
Para los
líderes de las diferentes comunidades los planes de IIRSA amenazan ecológicamente los bosques y
violan sus derechos humanos. Aseguran, además, que estos proyectos hacen caso
omiso del Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y de la Declaración de los Pueblos
Indígenas de 2007, que procuran la consulta libre, previa e informada de las
comunidades indígenas.
El Banco Nacional de Desarrollo Económico y
Social de Brasil (BNDES) apoya estas nuevas obras de infraestructura.
Sin embargo, según las comunidades, el problema es que ha violado
sistemáticamente el bienestar de la selva amazónica que poco a poco se va
quedando sin aire.
María Elena
Rodríguez, investigadora del Instituto
Brasileño de Análisis Sociales y Económicos (IBASE), organización sin
ánimo de lucro que vigila la transparencia de los grandes proyectos realizados
por el Estado brasileño, aseguró que “un ejemplo de la forma siniestra como se
está comportando el BNDES, es el caso de Bello Horizonte, donde se construyó la
represa más grande de Latinoamérica. Está probado que el proyecto afecta
territorios indígenas, y el banco debe cumplir con acuerdos internacionales. No
obstante, no lo hacen, alegando que no tienen una orden de un tribunal del
máximo nivel para hacerlo”.
A eso se suma
que la proliferación de carreteras, la demanda creciente de productos agrícolas y forestales por
parte del mercado internacional, la exploración de petróleo y gas han
contribuido a un rápido crecimiento de las ciudades en el interior de la
región. Esto redunda en la deforestación, la sedimentación y la contaminación
del agua.
De acuerdo con
datos de Imazon en los últimos cinco meses de 2012 la deforestación sumó 1.288 km² de tierras, lo que equivale a la
superficie de la ciudad de Los Ángeles (California), es decir, más del doble
del total de áreas deforestadas que se detectó en el mismo periodo de 2011.
Los defensores
del proyecto dicen que el propósito del mismo es integrar la Amazonía, que se
encuentra distribuida entre nueve países: Brasil, Ecuador, Colombia, Perú,
Venezuela, Guyana Inglesa, Guyana Francesa, Surinam y Bolivia. Esta integración
ha sido vista como un desafío de geopolítica para estos países, mientras que
los líderes indígenas consideran que el proyecto podría desencadear un desastre
social y ecológico de proporciones globales.
Voces de
indígenas y expertos
La avalancha de
megaproyectos como carreteras, represas hidroeléctricas y extracciones mineras,
madereras y de hidrocarburos no tiene contentos a las comunidades indígenas.
Los representantes de los nueve países invitados a la cumbre de Villavicencio
estuvieron en contra del modelo de desarrollo actual y de la locomotora minera.
Así lo expresó
Edwin Vásquez, coordinador general de COICA:
“IIRSA amenaza con abrir el corazón de los bosques de Amazonía, y una vez que
esto esté hecho, será presa fácil de aquellos que la ven como un botín
económico, y que menosprecian su valor para los pueblos indígenas y para toda la humanidad”, aseguró al señalar
que sus tierras se están desangrando y que esto es un consecuencia fatal no
sólo para los indígenas, sino para el planeta entero.
Por su parte,
María Melba, sacerdotisa de la comunidad
Pijao del Putumayo, aseguró que la tierra es todo para ellos y que está
enferma de muerte. “Mirar a los carrotanques desfilar con el petróleo del
Putumayo me genera tristeza e impotencia. La tierra necesita esa sangre y sus
minerales porque son sus protectores”.
En el mismo
sentido se prounció Daniel Lloyd, delegado de la comunidad indígena de la
Guyana Inglesa, quien señaló que los recursos más importantes de su comunidad
son el oro y el diamante, que se extraen de la superficie de la tierra. Sin
embargo, aseguró, mientras los indígenas recuperan treinta gramos de oro que
equivalen a 1300 dólares, las multinacionales estarían ganando 1 millón de
dólares con sólo un ‘palazo’. Esta penetración a las montañas ocasionaría daños
para el ecosistema. “Si las multinacionales entraran a extraer el oro y el
diamante explotarían a nuestra gente, darían pagos insuficientes, dañarían el
medio ambiente y perderíamos nuestra cultura”, explicó.
Los impactos
del proyecto son difíciles de cuantificar. La selva Amazónica cuenta con 12% de las reservas de agua dulce del
planeta, es una de las fuentes más importantes de oxígeno, alberga más de
30.000 especies de plantas, casi 2.000 especies de peces, 60 especies de reptiles,
35 familias de mamíferos y, aproximadamente, tiene 1.800 especies de aves en
proceso de registro.
Allí radicaría
la importancia de que las propuestas de las multinacionales se hagan con el
consentimiento de los pueblos indígenas que habitan los lugares. De acuerdo con
Jorge Furagamo, Secretario de la Mesa
Regional Amazónica y encargado de mediar los proyectos entre las
comunidades amazónicas y los gobiernos locales, “el Estado debe revisar los
sitios en donde se pueden hacer las obras. Debe tener un plan de manejo de los
recursos naturales para que entienda el ordenamiento territorial desde la
visión de los pueblos indígenas”. De esta manera, se podrán conocer los lugares
sagrados, los sitios de cacería y los estanques donde crecen los peces para minimizar
impactos y buscar alternativas.
Otro gran
resultado de la primera cumbre indígena para la preservación del Amazonas fue
la la Redd Indígena, una propuesta que ya está en marcha y que propende por una
gestión holística de los pueblos indígenas en donde se discuten los aspectos
relacionados con sus territorios. La conclusión de esta segunda cumbre busca
elaborar un plan de vida diferente frente a los proyectos de IIRSA que le
apuesten al diálogo entre los gobiernos y los pueblos indígenas para la celebración
de contratos transparentes que no atenten contra su bienestar.
Sin embargo,
Aurelio Vianna, director de la Fundación
Ford, una de las organizaciones que respalda a las comunidades y elabora
proyectos de integración social, aseguró que, “en las últimas dos décadas, los
gobiernos y la sociedad civil de los países de la Amazonía han hecho enormes
avances en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en toda
la región".
Asimismo,
Samuel Sangueza, representante de la organización ICCO de Holanda, aseguró que
se trata de “una forma alternativa que cuestiona la forma en que vivimos”. Pero
esto no se traduce en que se deba satanizar, ni a los indígenas, ni tampoco a
un modelo de desarrollo económico.
En medio de la
lucha de fuerzas por obtener recursos del Amazonas se abre paso la voz indígena
que vela para que el pulmón más grande del mundo no deje de respirar. Como
aseguró María Melba, integrante de la comunidad Pijao, si no se hace nada al
respecto “vamos a tener un país lleno de plata, pero sin nada que comer”.
“REDUCIR LA DEMANDA ES FUNDAMENTAL PARA DESARTICULAR A
LAS REDES DE TRATA”
Canoni subraya la importancia de incorporar la
responsabilidad del cliente en la lucha contra la trata. En Argentina, la
prohibición de publicar avisos de oferta sexual fue criticada como un atentado
a la libertad de expresión.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
–¿Creés que la
trata de personas puede ser pensada por fuera de un contexto internacional?
–El foro
internacional es un espacio fundamental para luchar contra la delincuencia
organizada trasnacional, ya que impulsa una articulación conjunta entre los
estados. En este sentido, lo internacional no sólo promueve la cooperación,
sino que puede operar como legitimador de políticas públicas que internamente
han sido criticadas y cuestionadas. Lo internacional sirvió muchas veces para
validar y legitimar prácticas que a nivel nacional no tenían tanta repercusión.
El caso paradigmático es el decreto 936/11, que procura la prohibición de las
publicaciones de avisos de explotación sexual. Trabajamos no sólo a nivel
bilateral con Bolivia, Paraguay, República Dominicana y toda Centroamérica, de
donde vienen muchas víctimas de trata para explotación sexual, sino también a
nivel de Naciones Unidas, que es un nivel universal. A nivel nacional fue muy
polémico en un contexto donde se estaba peleando la cuestión del poder de los
medios. En realidad, esto era una demanda puntual para evitar la vía fácil al
consumo sexual. En el plano nacional esto trajo muchísimos problemas, se impuso
como una discusión entre los medios monopólicos y el Estado. Cuando en realidad
el plano internacional nos estaba mostrando lo acertado de dicha medida. En
Naciones Unidas existe un grupo especializado en el tema de la trata de personas,
donde se trabajan las distintas aristas de esta problemática. Ese grupo fue el
primero en recomendar este decreto luego de una presentación de Argentina que
se hizo inmediatamente después de que la Presidenta impulsara este decreto. Fue
una medida que no sólo estaba a la vanguardia en la temática y que fue modelo
para todo el mundo, sino que además fue sumamente creativa. El instrumento más
importante en la materia es el protocolo contra la trata de personas de
Naciones Unidas. Tanto la trata como el tráfico de inmigrantes y el contrabando
de armas tienen su propio protocolo complementario de la convención contra la
delincuencia organizada trasnacional. Esto demuestra la complejidad de la lucha
contra la trata para cualquier Estado. Es justamente porque no tiene un
territorio, no reconoce banderas ni frontera, uno tiene la sensación que se
está un paso atrás de este tipo de crimen organizado. Por eso es fundamental la
articulación entre los estados, porque no alcanzan las medidas solamente a
nivel nacional.
–Señalás que
Argentina entra en la escena internacional a partir de la presentación del
decreto 936/11 ante la ONU. ¿Qué especificidad presenta este decreto?
–En el 2009
Argentina presenció la segunda reunión de la OEA sobre el problema de la trata
de personas. Esa reunión para mí es la punta del iceberg, porque fue cuando
empezamos a trabajar todos los elementos que conforman el problema de la trata
de personas. Esa reunión terminó con un discurso de la Presidenta, donde
enunció por primera vez la figura del cliente. Acá se abre un montón de
problemas, porque nadie quiere hablar del cliente. Esto generó muchas
dificultades, porque había que empezar a meterse con intereses de tipo
económico. Ahí comenzó el debate y se fue avanzando en distintos ámbitos para
llegar finalmente a Naciones Unidas, pasando por un montón de instancias donde
el debate había sido muy fuerte. Esta fue una postura que acompañó toda la
región. La importancia de este decreto reside en que toca uno de los aspectos
más complejos de desarticular. Reducir la demanda es quizás uno de los factores
fundamentales para desarticular las redes de trata. Es muy difícil poder atacar
este problema y hay pocas herramientas para esto. La valoración que se hizo en
Naciones Unidas es que esta medida implicaba una herramienta válida para ir
contra la demanda. Una cuestión fundamental fue pensar medidas concretas para
prevenir y sancionar el delito. Pero el problema de la demanda sigue siendo
grave.
–¿Cuáles son
las herramientas útiles a nivel internacional?
–Después de
empezar a circular el tema de la trata, se realizó una reunión de ministros de
Justicia de las Américas. Allí se hizo un llamado a los Estados para que
penalicen la figura del cliente. La idea era empezar a tener este factor en
cuenta. La Presidenta ya había instalado el tema del cliente. Luego se realizó
el 12º Congreso de Naciones Unidas de Prevención del delito y justicia penal.
Este es el ámbito más importante donde se trataban los problemas que trae la
delincuencia organizada trasnacional. Del texto que surgió de esa reunión, el
párrafo que hacía alusión a la trata era un párrafo sumamente lavado, no dio
cuenta del avance de la región, no estaba bien trabajada la cuestión de género
de fondo, etc. Fue la reunión de ministros de Justicia del Mercosur la que
expresó su disconformidad con el documento, afirmando que no habían logrado
demostrar los avances de Latinoamérica y que en realidad está mucho más
avanzada en estos términos. Los ministros reclamaron que existiera un reflejo
de todos estos avances en los comunicados de Naciones Unidas. Se insistió
muchísimo para empezar a hablar del tema de la figura del cliente, de la
prevención, de la educación, etc. Esta declaración se llevó a Naciones Unidas y
Argentina con los países del Mercosur, donde se vio reflejada nuestra postura.
Esto muestra la capacidad que tiene la región, que frente a un organismo tan
importante como es Naciones Unidas pudo hacerse escuchar. Este es un claro
ejemplo de la importancia de las relaciones multilaterales en este tipo de
problemáticas. Tengamos en cuenta que en ese momento no existían la Unasur ni
la Celac.
–¿Por qué es
relevante considerar la figura del cliente-usuario?
–Para
visibilizar al responsable de la trata, porque sin clientes –sin demanda– no
hay trata. El problema es que la prevención caía sobre la víctima, como si con
sólo concientizarse del peligro alcanzara. En la práctica, el secuestro no es
la situación más común, la mayor parte de las veces se trata de un engaño. Se
les ofrece un puesto de trabajo lejos de su casa y cuando llegan a destino caen
en un prostíbulo. El problema es que ya están endeudadas porque les pagaron el
pasaje, les sacan el documento y se ven forzadas a prostituirse. Es cierto que
vino por su voluntad, pero vino a hacer otra cosa. Por eso fue tan importante
preguntarse sobre la cuestión del consentimiento. Te diría que tiene muchos
canales de violencia el tema, porque el trabajo más fino es convencer a la
víctima de que es responsable de estar donde está. Te diría que la violencia se
ejerce a distintos niveles y hacen un trabajo tan fino que lo más difícil es
que una vez que se rescata a la víctima ésta se reconozca como tal. Es un
problema muy grave la cosificación.
–El acuerdo de
cooperación bilateral con Bolivia parece fundamental, ya que gran parte de las
víctimas secuestradas son bolivianas. ¿Qué aporta particularmente esta
cooperación al problema?
–Hay países de
origen, de tránsito y de destino. Argentina tiene las tres modalidades: somos
el destino de mucha trata regional (Bolivia, Paraguay, República Dominicana,
etc.), el origen para los europeos, y es tránsito porque tenemos la interna,
fundamentalmente del norte hacia la capital. Hay otros países como Bolivia, que
son básicamente de origen: sea para Argentina, para otros países o para Europa.
Con Bolivia lo primero que se trabajó fue la prevención en la frontera. La idea
era minimizar esa problemática. Un ejemplo de cooperación fue un acuerdo
firmado entre las carteras de Justicia para compartir un material didáctico sobre
la trata que fue instalado en las netbooks de Conectar Igualdad. Todo esto fue
pensado desde lo técnico de la problemática y desde lo pedagógico. Esto
funciona muy bien porque los chicos pasan a formar parte de la prevención y de
la difusión de estos temas. Bolivia nos pidió capacitación sobre este tema en
particular.
–¿Qué lugar
ocupa Argentina en relación con los países limítrofes?
–Argentina está
dando ejemplo y asistencia técnica a otros países para trabajar en esta
problemática. Pero además se están definiendo líneas claras para definir lo que
son las víctimas de trata. No es tan sencillo aunque lo parezca. Entonces
nosotros brindamos capacitación en estos puntos. En la última reunión de
Naciones Unidas, Ecuador nos pidió el decreto 936/11 para poder implementarlo
allí. Nosotros modificamos nuestra ley el año pasado. Nuestra ley del 2008
salió en línea con el Protocolo para la prevención, sanción y erradicación de
la trata especialmente de mujeres y niños. Este protocolo salió en el 2001, y
en estos más de diez años se vieron los problemas que el protocolo tenía. Por
ejemplo, la idea del consentimiento. Hay trata de menores y de mayores: en
casos donde la víctima es menor eso es trata inmediatamente; en cambio si es
mayor de edad y se considera que fue con pleno consentimiento de la víctima,
entonces no se concibe como víctima de trata. Pero lo que pasa es que existe un
trabajo de destrucción sistemática de las personas cuando son víctimas de este
delito, que hace muy difícil considerar su consentimiento como una voluntad
plena de participación de una situación de esclavitud. Lo que pasa es que una
persona que pasó varios años en esta situación probablemente, cuando alguien la
rescata y le dice que es una víctima, no se identifica como tal.
–La reforma de
la Ley de Trata del año pasado presenta avances de acuerdo con lo exhortado por
Naciones Unidas. ¿Qué impacto generó a nivel internacional?
–Comprobar
personalmente el fuerte compromiso de mi país en esta lucha es un orgullo. Me
impactó siempre la voluntad política detrás de estas políticas públicas. Con
respecto a la ley no soy especialista en el tema. Pero sí creo que es
fundamental haber eliminado la idea de que existe algún tipo de consentimiento,
es un avance enorme. Algunos funcionarios de Chile nos pidieron el modelo para
verlo. Bolivia también, y además acaba de sacar su nueva ley recientemente.
–Sin embargo,
se critica la falta de reglamentación de la ley.
–Sin perjuicio
de que efectivamente está pendiente la reglamentación de la ley de trata, esto
no impidió en ningún momento la plena vigencia e implementación de la misma. Yo
no soy especialista en la cuestión legislativa, pero recuerdo que ya en el 2008
cuando se sancionó la ley se dio un gran debate al respecto, dado que muchos
decían que con los programas que se creaban en el ámbito del Poder Ejecutivo no
se requería generar una reglamentación por decreto. En ese momento, la
resolución 2149/08, generaba bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete del
entonces Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, la Oficina de
Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata.
Esta oficina centralizaba la mayor parte del accionar contra la trata y
articulaba con las divisiones específicas de trata de personas de cada una de
las Fuerzas de Seguridad Federales –que también fueron creadas por el entonces
Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, mediante la Resolución
Nº1679–. Esta oficina de rescate de la que ya hemos hablado coordina su
accionar con el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio del Interior, el
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Ministerio Público
(Procuración y Defensorías Generales de Nación), el Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio Internacional y Culto y la Secretaría de Turismo de la
Nación. Esto evidencia que nuestro país desde un primer momento trabajó en
forma interministerial y multidisciplinaria. Esto se estableció conforme los
lineamientos internacionales en la materia, por citar uno de los primeros que
recuerdo ya en el 2006: en la Primera Reunión de Autoridades Nacionales en
materia de Trata de Personas de la OEA se instó a los estados miembros a
estudiar el establecimiento de una entidad nacional interinstitucional
encargada de la coordinación de las acciones para prevenir y luchar contra el
delito de la trata de personas y garantizar la protección y atención a las
víctimas. Sin lugar a dudas, es un gran avance en materia legislativa que la
modificación de la ley de trata prevea la creación de un Consejo Federal para
la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la Protección y
Asistencia a las Víctimas en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros
de la Nación. Pero hay que destacar que esto en la práctica ya se llevaba a
cabo y funcionaba tal como ahora está previsto en la ley. De hecho, este
Consejo que ya está funcionando en Jefatura de Gabinete reúne a referentes de
las distintas carteras de Estado que hace años trabajan en la materia en forma
conjunta. La normativa institucionalizó aquello que en la práctica ya se
llevaba a cabo. A veces esto sirve para cristalizar lo que se viene haciendo y
en ese sentido es un gran avance. Pero el hecho de que no estuviese
explícitamente en papel jamás ha sido un obstáculo para el terreno, y lo operativo.
–¿Qué aportan
las nuevas tecnologías para combatir los crímenes de trata?
–El material
incorporado en las netbooks es muy interesante porque la idea es que el chico
mismo arme una campaña de concientización. Es decir, se promueve el armado de
blogs, el contacto con otros chicos de la región y a nivel internacional. La
idea es utilizar las nuevas tecnologías para llegar no sólo a los adultos sino
a los chicos para prevenir el delito. En el uso de las nuevas tecnologías hay
que tener mucho cuidado porque existen casos de gran exposición por estos
medios. El usuario es responsable por la información que publica, es decir, es
el único que puede tomar algún recaudo al respecto. En especial el público
infantil, que no tiene una idea muy clara al respecto. Uno de los programas que
llevamos a Naciones Unidas y que es muy interesante se llama “Con vos en la
web”. Es un programa del Ministerio de Justicia, que trabaja sobre la
concientización de los peligros que trae exponer demasiados datos. Además tener
ciertos recaudos al navegar Internet, cómo bloquear ciertas páginas, etc. La
idea es proteger la información personal para no ser víctima de las redes de
trata.
–Frente a todas
estas medidas, ¿cómo se mostraron los medios?
–Recuerdo
cuando salió el decreto, se veló el avance. Se deslegitimó afirmando que ésta
era una medida del Gobierno en contra de la libertad de expresión. Es decir,
según estos medios, el Gobierno estaba coercionando la libertad de los medios
de publicar avisos de explotación sexual. Es absurdo. Se decía que el Estado
estaba contra los medios y éste era un ataque. Aquí lo internacional jugó un
rol muy importante, porque cuando esto pasa a ser aplaudido por todos los
organismos internacionales y por los diferentes estados, la reacción de estos
medios se volvió totalmente absurda. No les quedó otra opción que salir a
decir: “Esto es una recomendación de Naciones Unidas”. Tenemos una oficina en
el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos que controla la publicación de
avisos de oferta sexual. Existe un equipo que controla este tipo de
publicaciones. Por lo último que supe se redujeron muchísimo, sin embargo
existían muchas resistencias. En algunos medios, aparece este tipo de avisos
pero velados. Es decir, ofrecen, por ejemplo, masajes. Comenzaron a disfrazar
lo que antes tenía un rubro propio.
–La estrategia
del país para combatir los crímenes de trata parece actuar en distintos
frentes...
–Cuando uno
habla de lo trasnacional, es necesaria esta articulación. El primer sector que
hay que proteger es el fronterizo; entonces es necesaria una articulación muy
fuerte para controles fronterizos, que es una cuestión de prevención y de
persecución del delito. Existen muchos trabajos con Paraguay, con Bolivia, etc.
Esto se impone como agenda en el Mercosur. Vas a encontrar muchos acuerdos de
ministros. Cuando el delito pasó a ser delito federal, todas las fuerzas de
seguridad nacional formaron una división específica de trata. Estas divisiones
que están muy capacitadas son las que brindaron capacitaciones en países
limítrofes en lo que es la identificación de una víctima de trata en la
frontera y la persecución. Otra pata fuerte son las oficinas de rescate de
personas damnificadas, que funcionan actualmente en el Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos. La licenciada Zaida Gatti está a cargo y tiene profesionales
que forman un equipo que acompaña a la división en el operativo de rescate. Hay
que tener en cuenta que este funcionamiento implicó muchísimo trabajo, porque
había que lograr visibilizar prácticas que estaban casi naturalizadas. Porque
antes se veía a una menor en situación de prostitución y se justificaba por el
lado del consentimiento. Porque las cadenas no se ven, entonces se pensaba que
estaban ahí porque querían. Vivíamos en una sociedad que no estaba habilitada
para ver. Lograr que se visibilizara esto implicó mucho trabajo, formación y
capacitación, empezando por la policía hasta el personal de la salud (porque
existen casos donde las víctimas son llevadas al hospital). Entonces el
problema era cómo reconocer a las víctimas. Yo creo que el sector más duro para
transformar, para capacitar y para obrar adecuadamente es el judicial. Este es
el mayor desafío. Poder llevar una chica o chico víctimas de trata a un
tribunal y que aquel que evalúa si es un caso de trata tenga una dimensión de
la problemática y pueda identificarlos como víctimas. En todos estos temas
Argentina brinda capacitación. La clave está en que el Estado, hoy, se hace
cargo de las víctimas de trata, lo cual es sumamente complejo.
–Entonces,
considera que mientras el Estado trabaja para combatir la trata, la Justicia
actúa a contramarcha.
–El Poder
Judicial siempre fue pensado como un cuerpo colegiado, al cual no pudiera
acceder cualquiera. Con una forma de actuar muy corporativa y en conjuntos
cerrados. Entrar a la Justicia es muy difícil. Con las fuerzas de seguridad se
pudo trabajar a pesar de lo complejo que resultaba eso. En las capacitaciones,
tomé contacto con jueces, abogados y demás, donde surgían planteos que uno no
imaginaría jamás. Se sienten dueños de un saber muy arraigado que es difícil de
transformar. Las políticas públicas apuntan a desmitificar para habilitar una
transformación profunda de esta situación. Pero la desmitificación opera en la
práctica cuando se institucionaliza, y para eso es fundamental el Poder
Judicial. Este es el mayor desafío, ya que se trata de un sector muy
conservador. No es fácil introducir el cambio. Esto es una piedra muy grande y
a veces dificulta profundamente el progreso en este sentido.
LA LIBERTAD DE PRENSA, UNA CUESTIÓN DE LA JUSTICIA
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
Por Mario Vargas
Llosa. Cuando, en julio de 1974, la dictadura del general Juan
Velasco Alvarado estatizó todos los diarios y canales de televisión en el Perú,
explicó que hasta entonces en el país sólo había habido libertad de empresa y
que, a partir de ahora, al pasar los medios de comunicación de sociedades
capitalistas al "pueblo organizado", comenzaría a existir la
verdadera libertad de prensa . La realidad fue distinta. Los diarios,
radios y canales expropiados se dedicaron a ensalzar todas las iniciativas del
régimen, a difamar y silenciar a sus críticos y, además de desaparecer toda
libertad de información, el periodismo peruano alcanzó aquellos años unos
extraordinarios niveles de mediocridad y envilecimiento. Por eso, cuando, 16
años después, al ser elegido presidente, Fernando Belaunde Terry devolvió los
diarios y demás medios estatizados a sus dueños, una gran mayoría de peruanos
celebró la medida.
Creo que a
partir de entonces buena parte de la opinión pública en el país aceptó -algunos
con alborozo y otros a regañadientes- que la libertad de prensa era inseparable
de la libertad de empresa y de la libertad privada, pues, cuando éstas
desaparecían, con ellas se esfumaba la información independiente, así como toda
posibilidad de criticar al poder. Por eso, la dictadura de Fujimori y
Montesinos utilizó una manera menos burda que la estatización para asegurarse
una prensa adicta: la intimidación o repartir bolsas de dólares entre periodistas
y dueños de medios de comunicación.
Ahora bien, que
haya una economía de mercado y se respete la propiedad privada no bastan, por
sí solas, para garantizar la libertad de prensa en un país. Ésta se ve
amenazada, también, si un grupo económico pasa a controlar de manera
significativamente mayoritaria los medios de comunicación escritos o
audiovisuales. Es lo que acaba de ocurrir en el Perú con la compra, por el
grupo El Comercio, de los diarios de Epensa, operación que le asegura el
control de poco menos que el 80% de la prensa escrita en el país. (El Comercio
posee también un canal de cable y el más importante canal de televisión de
señal abierta del Perú.) Esto ha generado un intenso debate sobre la libertad
de información y de crítica, algo, me parece, sumamente útil porque el tema
desborda el ámbito nacional y afecta a buena parte de los países
latinoamericanos.
Ocho
periodistas han presentado una acción de amparo al Poder Judicial para pedir
que anule aquella compra, pues, alegan, transgrede el principio constitucional
que prohíbe que los medios sean "objeto de exclusividad, monopolio ni
acaparamiento". Por su parte, El Comercio sostiene que el modelo de compra
que ha efectuado con los diarios de Epensa sólo concierne a su impresión y
distribución, y preserva su línea editorial. Sin embargo, según precisó Enrique
Zileri Gibson, uno de aquellos ocho periodistas, ni uno solo de los diarios de
El Comercio y de Epensa informó que el Poder Judicial había dado trámite a la
acción de amparo en contra de la fusión. ¿Esta unanimidad en el silenciamiento
era puramente casual?
Ningún país
democrático admite que un órgano de prensa acapare porcentajes elevados del
mercado de la información, porque, si lo admitiera, la libertad de prensa y el
derecho de crítica se verían tan radicalmente amenazados como cuando el poder
político se apropia de los medios para "liberarlos de la explotación
capitalista". La pregunta clave es ¿cuál es la mejor manera de impedir el
monopolio, privado o estatal, de la información? ¿Una ley de medios, discutida
y aprobada en el Parlamento? Es lo que ha anunciado que presentará un
congresista oficialista, Manuel Dammert, proyecto que contaría con el apoyo de
dos de los partidos que sostienen al gobierno del presidente Humala.
Éste sería, en
mi opinión, un remedio peor que la enfermedad. En vez de garantizar la
diversificación informativa, pondría en manos del poder político un arma que le
permitiría recortar la libertad de prensa y hasta abolirla. Es verdad que en
varias democracias avanzadas hay leyes específicas contra el monopolio y
organismos de Estado que verifican su cumplimiento, como la española Comisión
Nacional de la Competencia. Son organismos de Estado, no de gobierno. Esta
distinción sólo es real en las sociedades desarrolladas. En el mundo del
subdesarrollo, la diferencia entre Estado y gobierno es retórica, pues, en la
práctica este último coloniza el Estado y lo pone a su servicio. Por eso, todas
las leyes de medios que se han dado en los últimos años en América latina, en
Venezuela, en la Argentina, en Bolivia, en Ecuador, han servido a gobiernos
populistas o autoritarios para recortar drásticamente la libertad de
información y de opinión y hacer pender, como una espada de Damocles, la
amenaza del cierre, la censura o la expropiación, a los órganos de prensa
indóciles y críticos de su gestión.
¿Cuál es,
entonces, la salida? ¿Aceptar, como mal menor, que un órgano de prensa controle
más de tres cuartas partes de la información y creer los sofismas de los
valedores de El Comercio sosteniendo que la fusión carece de connotaciones
políticas y resulta únicamente de la eficacia y talento con que han sabido
vender su "producto" en el mercado informativo? Para semejante
razonamiento, no hay diferencia entre un órgano de prensa y "productos"
como las cacerolas o los jugos de fruta. La realidad es que cuando una cacerola
derrota a sus competidores y se queda dueña del mercado lo peor que puede pasar
es que el precio de las cacerolas suba o que "el producto" empiece a
deteriorarse, porque el monopolio suele producir ineficiencia y corrupción. En
cambio, cuando un órgano de prensa anula a los competidores y se convierte en
amo y señor de la información, ésta pasa a ser un monólogo tan cacofónico como
el de una prensa estatizada y con ella no sólo la libertad de información y de
crítica se deterioran, también la libertad a secas se halla en peligro de
eclipsarse.
La manera más
sensata de conjurar este peligro es, creo, la que han elegido los ocho
valientes periodistas que se han enfrentado al gigante: recurrir al Poder
Judicial a fin de que determine si la fusión transgrede el principio
constitucional contra el monopolio y el acaparamiento, como creemos muchos
demócratas peruanos, o es lícita. Este proceso, con las inevitables
apelaciones, puede llegar hasta las más altas instancias judiciales, desde
luego, e, incluso, al Tribunal Constitucional o a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, de San José. A mí me gustaría que llegara hasta allí, porque
ésta es una institución verdaderamente independiente y capaz, de modo que su
fallo tiene más posibilidades de obtener el asentimiento de la opinión pública
peruana.
Nada semejante
ocurriría si llega a prosperar la iniciativa -inoportuna y profundamente
perjudicial para un gobierno que, hasta ahora, ha respetado las instituciones
democráticas- del congresista Manuel Dammert. Por desgracia, el Congreso tiene
muy poca autoridad moral e intelectual en el país -en todas las encuestas es
una de las instituciones peor valoradas- y no hay posibilidad de que este
debate fundamental sobre la libertad de prensa se lleve a cabo allí de la
manera serena y alturada que requiere un asunto esencialmente vinculado a la
supervivencia de la democracia.
Una ley de
prensa sólo es aceptable si ella nace del consenso de todas las fuerzas
democráticas de un país, como ocurre en Estados Unidos, el Reino Unido, España
o Francia, algo que, en las actuales circunstancias, en el Perú, donde la vida
política está fracturada y enconada hasta extremos absurdos -precisamente en el
momento en que su economía marcha mejor, la democracia funciona, crece la clase
media, progresa la lucha contra la pobreza y la imagen exterior del país es muy
positiva-, jamás se produciría, y la fractura y el encono aumentarían en un
debate donde los argumentos legales y principistas serían arrasados en la
incandescencia del debate político.
Pero, aun si se
produjera aquel consenso, yo creo que una ley de medios es innecesaria cuando
existe un dispositivo constitucional tan claro respecto a la necesidad de mantener
el carácter plural y diverso de la prensa, a fin de que los distintos puntos de
vista encuentren cómo expresarse. Es mejor que cuando se susciten casos como el
que nos ocupa, se recurra al Poder Judicial, de manera específica, en busca de
una solución concreta al asunto materia de controversia. Es un procedimiento
más lento, sin duda, pero con menos riesgos en lo que concierne al objetivo
primordial: preservar una libertad de opinión y de crítica sin la cual la
democracia se desmorona como un castillo de naipes.
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