miércoles, 21 de octubre de 2009

PRESIDENTE EVO MORALES: DEBEMOS IMITAR A TÚPAC KATARI Y AVANZAR JUNTOS POR LA SOBERANÍA DE LOS PUEBLOS

El Presidente Evo Morales llamó a los bolivianos a consolidar con su voto en las elecciones presidenciales del 6 de diciembre la revolución democrática y cultural que impulsa. El Jefe de Estado instó a seguir la lucha por la soberanía y la liberación de los pueblos iniciada en el pasado por el líder indígena Túpac Katari. Morales destacó que el movimiento de liberación del pueblo sea cada vez mayor, y aseguró que se está cumpliendo la advertencia de Katari cuando dijo: “Yo muero, pero volveré hecho millones”.

El presidente Evo Morales convocó el martes a los bolivianos a unirse para encarar juntos la lucha por la soberanía y liberación de los pueblos, así como lo hizo en siglos pasados Túpac Katari, el líder indígena que se enfrentó a las fuerzas colonizadores.
En una masiva concentración realizada en esta localidad del
departamento de La Paz, ubicada a 105 kilómetros de la sede de Gobierno, los sindicatos afiliados de la Federación Única de Campesinos Túpac Katari proclamaron al binomio Evo Morales Ayma-Alvaro García Linera, candidatos a la reelección en los comicios del próximo seis de diciembre.
Morales resaltó que el movimiento de liberación del pueblo es cada vez mayor, al recordar que cuando Túpac Katari fue descuartizado por los invasores había manifestado “Yo muero, pero volveré millones.
Señaló que cuando el año pasado el presidente fue ratificado por el pueblo con más de dos millones de sufragios había manifestado que los pueblos oprimidos del pasado volvimos millones con un récord de votación.Desde la década de los años 50 no hubo algún partido que haya sobrepasado el 50 por ciento de la votación, mientras que ahora en cuatro oportunidades la propuesta del MAS ha logrado triunfos contundentes con más del 50 por ciento y con tendencia a crecer.
Dijo que, desde las elecciones de diciembre de 2005, se han logrado triunfos con más del 50 por ciento hasta lograr en enero de 2009 un voto superior al 60 por ciento cuando el pueblo boliviano fue a las urnas a manifestar su respaldo a la propuesta de nueva Carta Magna.
Es la primera vez en la historia de Bolivia que un partido gane cuatro consultas populares seguidas en menos de cuatro años con más del 50 por ciento de los votos, resaltó.
Manifestó que esa es una demostración del poder y de la conciencia del pueblo, lo que debe demostrarse nuevamente en las elecciones generales de diciembre de este año con un triunfo de más del 70 por ciento.
El Mandatario subrayó que los partidos neoliberales llegaban al poder con el 30 y hasta el 20 por ciento de la votación y gobernaban para esa minoría y no para todos los bolivianos.
Morales dijo que el movimiento de liberación ya no es solamente de exclusividad de los campesinos o de los sindicatos, sino que cada vez recibe el respaldo de más sectores de la población, como los petroleros, mineros cooperativistas, profesionales y otros sectores.
Sin embargo aclaró que si bien el movimiento de liberación de los pueblos necesita de un mayor apoyo, éste no es para Evo Morales o para el Gobierno, sino que es consecuencia de un sentimiento generalizado de que Bolivia necesita de profundas transformaciones estructurales.
Todos sienten que hay cambio, para algunos poco y para otros mucho, pero todos saben que hay cambios. Cuando acabe mi gestión como presidente quiero dejar las transformaciones sociales como una demostración
de mi trabajo para que otros líderes políticos lo continúen, aseveró.
Agregó su convencimiento de que el pueblo ha comenzado a tomar como suyo el cambio porque es el principal protagonista del mismo.
Por ello el Jefe de de Estado consideró que el proceso necesitará de una mayor fuerza legislativa a partir de las elecciones de diciembre porque se requiere la aprobación de leyes y de proyectos que permitan a Bolivia avanzar más.
Informó que, por ejemplo, el Gobierno había logrado acuerdos para inyectar inversiones en el norte de La Paz para el descubrimiento de yacimientos de petróleo y de gas.
Subrayó que lamentablemente esos proyectos son paralizados en algunas instancias legislativas porque sectores de oposición no perciben que perjudican al pueblo y no al Gobierno, por lo que se necesitan de parlamentarios de la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional que apoye el desarrollo de toda Bolivia sin fijarse en los colores políticos.
Informó que el lunes fue firmado con la Corporación Andina de Fomento (CAF) un crédito de 150 millones de dólares para la construcción de una doble vía en la carretera entre Paz y Oruro, pero que aún debe ser aprobado por el Congreso.
Con Brasil se logró un acuerdo para invertir 330 millones de dólares en la construcción de la vía entre Villa Tunari y San Ignacio de Moxos que permitirá una mayor integración nacional.

Agregó que igualmente Bolivia ya cuenta con financiamiento para un camino pavimentado entre Santa Bárbara-Caranavi, Quiquibey y San Buenaventura, en los límites con el departamento del Beni.
Morales expresó que en los poco más de tres años y medio como Presidente ha conocido Bolivia a lo largo y ancho de su territorio, lo que me ha convencido de que es necesario invertir en todos los grandes y pequeños emprendimientos, pero en coordinación con los Alcaldes, Prefectos y otras autoridades provinciales.Dijo que en el tiempo en el que está en el poder, desde enero de 2006, se ha convencido de que es un permanente aprendizaje para servir mejor al pueblo boliviano.
Explicó que el Gobierno quiere inyectar más inversiones a los programas de desarrollo y no es cierto que haya recortado los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), ya que esos recursos se calculan de acuerdo a la cotización de los hidrocarburos en el mercado internacional.
El año 2005 la inversión pública era de 600 millones de dólares, hoy llegó a 2.000 millones de dólares, gracias a la lucha del pueblo boliviano, anotó.
El presidente agregó que hay una serie de proyectos de desarrollo que serán encaminados en La Paz y en otras regiones para recuperar su potencialidad económica y mejorar la calidad de vida de sus pobladores. (ABI)






PIQUETEROS: MORALES LOS UNE, KIRCHNER LOS DIVIDE

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

Dirigentes sociales y piqueteros negaron que el Gobierno haya participado en el armado de la conferencia de prensa en la que repudiaron las denuncias del senador de la UCR Gerardo Morales contra la líder de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala.
De hecho, indicaron que las únicas coincidencias políticas entre los grupos que anteayer se mostraron juntos frente al Congreso pasan, en todo caso, por su alineación con la postura nacional y popular "latinoamericanista" o "bolivariana", en referencia al modelo impulsado por los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y Bolivia, Evo Morales.
Fuentes de Carta Abierta sostuvieron que la "posible" participación de sus miembros en la conferencia fue "a título personal" y que no se desprendió de una adhesión explícita por parte del grupo de intelectuales. En rigor, organizaciones sociales enfrentadas ya se habían mostrado juntas para repudiar las citaciones judiciales a Luis D´Elía por los cortes de calles en la Capital.
Consultados por LA NACION, tanto el referente de la Central de Movimientos Populares, Luis D´Elía, como el líder de Quebracho, Fernando Esteche, señalaron que la conferencia fue convocada por la CTA y Tupac Amaru luego de la "masiva solidaridad" recibida desde otras organizaciones de base. La versión fue confirmada por la CTA, donde Sala revista como secretaria de Acción Social.
"Cómo vamos a estar con un gobierno de saqueo y hambre que nos ha perseguido", enfatizó Esteche, quien no ahorró dardos contra el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y calificó como "formidable" el trabajo social de Sala en Jujuy. "Con Sala y D´Elía tenemos un acuerdo muy fuerte: esto es un ataque racista a la voluntad de construcción popular", agregó. Con todo, deslizó que su grupo no se deja "comprar con un paquete de fideos". Hoy estará en la capital jujeña para apoyar a Sala.
D´Elía, quien afirmó que hoy se reunirá con Aníbal Fernández, prefirió hablar de una afinidad "bolivariana" más que chavista entre los piqueteros y volvió despegar a Tupac Amaru del escrache contra Morales. "Está confirmado que fue una organización ligada al Movimiento Campesino Jujeño (Mocaju)", sostuvo.





PRIMERA REUNION LUEGO DEL RELANZAMIENTO DEL VIEJO PROYECTO SUDAMERICANO

URUPABOL REITERA INTERÉS DE IMPULSAR EL GASODUCTO, HIDROVÍA Y EL COMERCIO

Uruguay, Paraguay y Bolivia (Urupabol) reiteraron en Asunción su interés en impulsar el gasoducto y la hidrovía. Acordaron también complementar las economías de los tres países dentro de los procesos de integración.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

Representantes de los tres países se reunieron por primera vez en Asunción luego del relanzamiento de Urupabol el 31 de octubre de 2008 en la República de El Salvador. El encuentro se realizó en la Cancillería nacional sin la presencia de la prensa y fue presidida por el ministro sustituto de Relaciones Exteriores, Jorge Lara Castro, en ausencia del canciller Héctor Lacognata, quien se encuentra en Sudáfrica en visita oficial.
Dos temas dominaron la agenda de Urupabol, como la necesidad de acelerar la concreción del gasoducto y el mejoramiento de las vías navegables, especialmente de la hidrovía Paraguay-Paraná. La Cancillería nacional informó que una comisión técnica trinacional impulsa la integración energética respecto al estudio de prefactibilidad del gasoducto y su financiación.
Según datos extraoficiales, el gasoducto para los tres países miembros de Urupabol tendrá un costo de US$ 3.000 millones. En cuanto a la hidrovía, los tres países acordaron encarar actividades comunes para lograr facilidades portuarias y el mejoramiento de las vías navegables, con el objetivo de llegar a puertos marítimos. La hidrovía es un plan fluvial intergubernamental, que incluye a Paraguay, Bolivia, Uruguay, Argentina y Brasil. Tiene por objetivo contar con un canal de navegación para embarcaciones de hasta diez pies de calado durante todo tiempo a través de los ríos Paraguay y Paraná desde Puerto Cáceres (Brasil) hasta Nueva Palmira (Uruguay).
Próxima reunión
La próxima reunión de Urupabol se llevará a cabo en Montevideo (Uruguay), en la segunda quincena de diciembre de este año. Urupabol fue creado el 25 de abril de 1963 y se mantuvo en vigencia hasta la década del ’70. La reunión de los tres países sudamericanos de menor desarrollo económico relativo surge para contrarrestar la influencia de los países grandes, Argentina y Brasil, en las naciones vecinas como Uruguay, Paraguay y Bolivia. Estos dos últimos países no tienen litoral marítimo.





EN ETAPA FINAL CARRETERA DE 120 KM

BOLIVIA CONSTRUYE UNA SÓLIDA RUTA BIOCEÁNICA HACIA PARAGUAY

Bolivia, después de muchos retrasos, se encuentra en la última etapa de construcción de una sólida carretera de 120 km hacia nuestra frontera, con 7 cm de capa asfáltica sobre una base enripiada. La inversión supera los 400.000 US$/Km.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

Nada de diseños modificados, capas asfálticas mínimas que se tienen que buscar con lupa, ni experimentos de suelo cemento con la base, como lo hizo Paraguay. En el Chaco boliviano avanza una sólida ruta hacia nuestra frontera. Si bien hubo largos retrasos, ahora la carretera de 120 Km, de Villamontes-Ibibobo-Hito BR 94 en la frontera con Infante Rivarola, a 762 kilómetros de Asunción, está en su etapa final. Tiene ya concluidos 17 kilómetros, entre Villamontes y La Vertiente.
El trayecto restante hasta Paraguay está a cargo de las empresas Petrosur, Paola Construcciones y Terra Ldta., asociados al Consorcio Héroes del Chaco, ganador de la obra. Más de 400 personas están trabajando en la obra y el 80% ya está terminada, según explicó el Ing. Jaime Navy, capataz general de obras de Petrosur. Cree que existen buenas posibilidades de entregar el asfaltado en abril 2010.
Esta carretera consta de 7 cm de capa asfáltica, sobre una sólida base triturada (ripio), un total de 9,5 metros de ancho, drenaje y rampas de acceso a los caminos vecinales.
La obra fue licitada por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) por un monto inicial de 47,5 millones de dólares; es decir, 400.000 US$/Km. Con reajustes, la inversión final podría llegar hasta 500.000 US$/Km, según Hugo Bellido, director de la Radio y Televisión Pilcomayo de Villamontes.
Esto rebate los argumentos en nuestro país, donde se afirma que Bolivia tiene ripio cercano y puede construir sus rutas a más bajo costo. Mientras Paraguay tiene que acarrear ripio desde Villa Hayes hasta la frontera, lo que hubiera incrementado considerablemente los costos, por eso se optó por un diseño modificado de 200.000 US$/Km, con el desastroso resultado de público conocimiento.
Actualmente todo el tránsito de Paraguay a Villamontes pasa al lado de la ruta en construcción, un antiguo camino enripiado donde se viaja en mejores condiciones que sobre la ruta asfaltada Mariscal Estigarribia-La Patria. Antes de Villamontes, el conductor sube sobre los primeros 20 kilómetros ya terminados de la nueva carretera y puede disfrutar del paisaje andino que rodea a la ciudad, que vive un vertiginoso crecimiento y se ha convertido en el portal hacia los países andinos. Por eso optaron por una inversión considerable para la construcción de la ruta a Paraguay.





EX LÍDERES SINDICALES Y “BARRA BRAVA” SE SUMAN A CAMPAÑA DE MORALES

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

Cuatros ex líderes sindicales de la otrora influyente Central Obrera Boliviana (COB) y los dirigentes de una “barra brava” (hinchas radicales) de fútbol de la ciudad de Santa Cruz dieron hoy de forma sorpresiva su respaldo a la campaña del presidente Evo Morales.
Morales, que buscará la reelección en los comicios generales del 6 diciembre próximo, consiguió el apoyo de quienes fueron importantes dirigentes mineros y cabezas de la COB, el ente que agrupó en su momento a todos los sindicatos del país.
El respaldo fue expresado en una rueda de prensa en la ciudad de Cochabamba por los dirigentes Simón Reyes, Milton Gómez, Edgar “Huracán” Ramírez y Víctor López, parte de la tradición sindical muy influyente y de quienes Morales se consideró “un alumno”.
“Ustedes son dirigentes incorruptibles, cuyas recomendaciones serán siempre importantes para la democracia y el desarrollo social, político y económico de Bolivia”, dijo el gobernante, según la estatal Agencia Boliviana de Información.
Por otra parte, en la ciudad oriental de Santa Cruz, feudo de los lideres políticos y empresariales opositores, causó sorpresa en los medios el apoyo otorgado a la candidatura oficialista por la “barra brava” del Oriente Petrolero, un equipo tradicional del lugar.
El dirigente de los hinchas del Oriente Ángel “Chichi” Pérez, que en su momento fue muy crítico de Morales y militó en los grupos opositores, anunció hoy su apoyo y el de un grupo de “barras bravas” al candidato oficialista a senador por Santa Cruz y máximo dirigente campesino del país, Isaac Avalos.
“Chichi” Pérez es conocido en el medio futbolístico boliviano por haber estado implicado en altercados deportivos e incluso llegó a estar detenido de forma preventiva acusado de supuestamente haber participado en un tiroteo entre fanáticos del fútbol de esa ciudad.
En una rueda de prensa se declaró “socialista” al justificar su apoyo a Morales ante los periodistas, a quienes, sin embargo, dijo que, si bien no le agrada “la modalidad de trabajar” del Gobierno, “al final todos luchamos por la igualdad social”.
Ávalos apuntó que ya no había “rencor” contra Pérez por su pasado en la oposición y que ahora tocaba trabajar por el proceso de cambio que encabeza Morales.
Por su parte, el mandatario boliviano participó hoy en un acto de proclamación de su candidatura en el altiplano en una comunidad de aimaras, a los que pidió respaldo para lograr un 70 por ciento en la votación de diciembre.
Morales dijo que la meta era ésa, después de que en el referendo sobre mandatos celebrado en agosto del 2008 lograra sumar un 67,4 por ciento de los votos para ser ratificado en su cargo y en enero de este año un 61,4 por ciento en la aprobación al proyecto de Carta Magna que impulsó.





MORALES NO SE ARREPIENTE DE HABER ECHADO AL EMBAJADOR DE EE.UU.

La Verdad de España (www.laverdad.com)

El presidente Evo Morales dijo que no se siente arrepentido y por el contrario está feliz de haber ordenado la expulsión del embajador estadounidense en La Paz hace poco más de un año.
“Me siento feliz, no me arrepiento haber expulsado al embajador de Estados Unidos que estaba trabajando para dividir Bolivia'', dijo el mandatario ante miles de indígenas de la región altiplánica que lo proclamaron a la reelección en las elecciones del 6 de diciembre.
“Nuestros antepasados lucharon contra el colonialismo y yo lucho contra el imperialismo'', acotó el mandatario a quien las encuestas ubican como favorito para ganar los comicios en primera vuelta.
El embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, salió del país en septiembre del año pasado acusado por Morales de confabular con la oposición y su expulsión hundió en una prolongada crisis las relaciones entre los dos países.
En noviembre el mandatario suspendió las operaciones de la agencia estadounidense antidroga, DEA, por sospechas de espionaje.
Washington negó las acusaciones y procedió de igual forma con el embajador boliviano. Además suspendió a Bolivia unas preferencias arancelarias por la escasa cooperación de la administración de Morales a la lucha antidroga. Desde entonces las relaciones con Washington no han podido normalizarse. El gobierno boliviano planteo a Estados Unidos un nuevo marco de relaciones basadas en el ``respeto mutuo'' y al margen de toda “injerencia''. El mandatario boliviano ha dicho que mientras él esté de presidente la DEA no volverá al país.





LA PERPETUIDAD EN EL PODER, CUESTIÓN DE ESTADO EN LATINOAMÉRICA

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha logrado que la Justicia nicaragüense admitiera su recurso de amparo gracias al cual va a poder participar en los comicios electorales de 2011 y 2012.

ABC de España (www.abc.es)

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha logrado que la Justicia nicaragüense admitiera su recurso de amparo gracias al cual va a poder participar en los comicios electorales de 2011 y 2012. Esta decision de la Corte Suprema de Justicia supone una reforma a la Carta Magna de 1995 que prohibía la reelección continua en Nicaragua.
Aunque debería suponer algo extraordinario dentro del panorama internacional, cada vez son más frecuentes los referéndum o los recursos de amparo que tienen como fin la modificación de una parte fundamental de las constituciones como es el proceso electoral y la posible perpetuación de una misma persona en el asiento presidencial.
Este proceso está teniendo una mayor presencia en los países del norte de iberoamérica o en el centro del continente americano. En particular en Venezuela, Honduras, Bolivia, Colombia y Nicaragua. El primer gran líder que puso sobre la mesa una modificación de la Constitución para perpetuarse en el poder fue el venezolano Hugo Chávez.
El líder bolivariano consiguió finalmente el pasado mes de febrero que el pueblo de Venezuela aprobara, por medio de un referéndum, una enmienda constitucional gracias a la cual Chávez podrá presentarse a la reelección en los comicios previstos para diciembre de 2010. En esta ocasión, Chávez se mostró pletórico, asegurando que había ganado «la verdad sobre la mentira; la dignidad de la patria contra los que la niegan; la constancia...Recordaremos a Bolivar: Dios concede la victoria a la constancia».
Esta práctica, que es considerada por muchos especialistas internacionales como una medida populista, continuó en Honduras con el depuesto, en la actualidad, presidente Zelaya. A finales de junio, Manuel Zelaya convocaba a votar a los nicaragüenses para lo que sería el primer paso para una futura reforma constitucional y una posible reelección presidencial. El propio candidato liberal, partido al que pertenece el propio Manuel Zelaya, se mostraba en contra de la modificación de la Carta Magna, ya que «es ilegal, y no hay ninguna credibilidad ni transparencia».
En Bolivia, según la oposición, Evo Morales también tiene en mente perpetuarse en el poder, sobretodo después de la modificación que llevó a cabo en el pasado mes de abril de la Ley de Régimen Electoral Transitorio. Esta modificación supuso una mayor concentración de poder en manos del presidente del país, lo que le va a permitir el próximo 6 de diciembre hacerse con las riendas de un puesto con un mayor control de Bolivia.
Uribe, a las puertas de un tercer mandato Hace escasamente mes y medio, el presidente de Colombia, Alvaro Uribe conseguía que el Congreso colombiano aprobara la ley que permitirá convocar mediante un referéndum al pueblo de Colombia, para preguntar a los electores si autorizan al presidente Uribe aspirar a un tercer mandato. Entre medias solo queda que la Justicia apruebe el cambio constitucional. En este caso, han sido muchos los «amigos» que han mostrado a Uribe su postura contraria al referéndum, siendo contestados por el mandatario asegurando que su objetivo no es perpetuarse en el poder, sino dar continuidad a su política, a todas luces exitosa.





BOLIVIA Y VENEZUELA ESTRENARÁN EL SUCRE

La Verdad de España (www.laverdad.com)

Bolivia y Venezuela estrenarán el nuevo sistema de compensación de pagos creado el fin de semana por los países de ALBA el mismo que se proyecta como futura moneda común en el bloque, informó un funcionario venezolano.
Bolivia anunció la compra de cemento asfáltico por 35 millones de dólares a la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la transacción se hará con el Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre), dijo a periodistas Simón Daoud, presidente de Suministros Venezolanos Industriales C.A (Suvinca).
Por su parte, el Ministro de Economía y Finanzas de Bolivia, Luis Arce, anunció en rueda de prensa que en noviembre los ministros del área de los países de la Alternativa Bolivariana para América Latina (ALBA) se reunirán para diseñar la aplicación de la norma.
Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua y gobiernos caribeños que integran ALBA aprobaron el viernes el Sucre como mecanismo de intercambio comercial en sustitución del dólar estadounidense en la cumbre que celebraron en la ciudad boliviana de Cochabamba.
Arce dijo que los bancos centrales de los países tendrán que ajustar el programa informático antes que la norma entre en vigor en 2010.
Una rueda de negocios entre empresarios de varias naciones del bloque que se desarrolló en forma paralela a la cumbre presidencial concretó negocios por 121 millones de dólares en favor de Bolivia y 36 millones de dólares en favor de Venezuela. Cuba, Ecuador y Nicaragua aprovecharon la feria para promocionar su producción, informaron los organizadores.
Otra empresa estatal boliviana comprará a Venezuela tecnología para telefonía celular por un millón de dólares. En cambio, Bolivia concretó exportaciones en madera, alimentos, textiles, artesanía entre otros.
La declaración del ALBA señala que el Sucre busca romper con la dependencia del dólar en el comercio intraregional. Ante ciertos reparos de empresarios bolivianos, Arce dijo que el Sucre será un mecanismo de pago más expedito que el dólar que normalmente tarda entre tres o cuatro meses para hacerse efectivo después de concretada la venta.





BOLIVIA: EL ALTO EXIGE MÁS PRESUPUESTO

A poco más de 40 días de las elecciones generales en Bolivia, un recorte en los ingresos municipales activó una protesta en contra del gobierno nacional en El Alto, principal bastión electoral del presidente Evo Morales.

BBC Mundo de Londres (www.bbc.co.uk/mundo)

Durante la mañana del martes, un grupo de vecinos bloqueó el principal acceso a la ciudad, mientras que el alcalde, Fanor Nava, inició una huelga de hambre junto a un grupo de dirigentes locales.
En diálogo con BBC Mundo, Nava aseguró que su ciudad, de más de 800.000 habitantes, perderá 56 millones de bolivianos (unos US$8 millones) en concepto de ingresos petroleros, lo que afectará la ejecución de obras.
Desde el gobierno nacional argumentaron que el recorte fue generado por la caída de los precios internacionales del petróleo que produjo un descenso en lo que se recauda a través del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).
El alcalde alteño -aliado político de Morales- admitió el descenso del crudo, pero reclamó mayor respaldo de las autoridades nacionales.
"Es como si estuvieran muy seguros del apoyo de El Alto y por tanto (el gobierno cree que) no hay que hacer nada más", afirmó.
Según Nava, en su distrito "hay la percepción de que ese apoyo (a Evo Morales) no está siendo recompensado".
"Criterio político"
Para el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce, detrás la protesta "prima un criterio de tipo político".
En declaraciones a la Agencia Boliviana de Información (ABI) sostuvo que "El Alto es la sexta alcaldía en el país que tiene más recursos en caja y banco", por un monto equivalente a unos 16 millones de dólares.
Según el funcionario, en el municipio alteño se llegó a ejecutar "apenas un 27%" de la inversión pública prevista.
"Estamos en una situación confusa, porque hay plata en El Alto, pero no hay ejecución de obras ", explicó.
Convocan a paro cívico
La Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE), en tanto, convocó a endurecer la protesta este miércoles con un "paro cívico" y corte de calles y carreteras que comunican con La Paz y con otros puntos del país.
"Va a ser contundente el paro", anticipó Rubén Mendoza, máximo dirigente de la FEJUVE, organización que se atribuye haber provocado la caída en 2003 del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
El Alto y Santa Cruz se ubican en las antípodas de la política boliviana. Mientras uno representa la mayor fuerza electoral del presidente Morales, en la otra radica la mayor oposición a su gobierno, explicó la colaboradora de BBC Mundo en Bolivia, Mery Vaca.





BOLIVIA: MAYOR BASTIÓN ELECTORAL DE EVO INICIA PROTESTAS CONTRA SU GOBIERNO

El Economista de España (www.economista.com.es)

La ciudad de El Alto, vecina de La Paz y mayor bastión electoral del presidente boliviano Evo Morales, inició este martes una protesta contra el Gobierno nacional por un recorte a los ingresos municipales, a 45 días de las elecciones en que el mandatario aspira a ser reelegido.
En una protesta que podría radicalizarse el miércoles, decenas de vecinos ocuparon desde temprano el principal acceso a El Alto, en cuya jurisdicción está ubicado el aeropuerto internacional que sirve a La Paz, y restringieron la circulación vehicular hacia la sede de Gobierno, informó José Ramos, secretario general de la Alcaldía de esa ciudad.
Los vecinos también bloquearon, incluso con maquinaria, algunas otras zonas de esta ciudad de 1 millón de habitantes.
En medio del corte, el alcalde Fanor Nava inició una huelga de hambre junto a 33 dirigentes de las juntas de vecinos de El Alto, una combativa organización que en 2003 logró la caída del presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada luego de una semana de beligerancia saldada con 65 muertos a bala.
La protesta "se radicalizará el día miércoles" con un "paro cívico movilizado con bloqueos en todas las calles y avenidas de El Alto", amenazó Rubén Mendoza, principal dirigente de las juntas vecinales de la ciudad.
"El día de mañana va a ser contundente el paro acá en El Alto y no vamos a aceptar el recorte que quiere hacer el Gobierno", añadió.
Las organizaciones de El Alto manifestaron molestia por el recorte de su presupuesto en unos 56 millones de bolivianos (8 millones de dólares) de su plan operativo anual, a causa -según el gobierno- de la caída de los precios internacionales de los hidrocarburos, cuyas regalías nutren las arcas municipales.
"Sabemos que hay ese problema internacional coyuntural, pero ¿cómo se explica al vecino que su plaza, su enlosetado, no se va a hacer?", inquirió Nava.
Según el Gobierno, las protestas tienen un fin político porque la Alcaldía de El Alto ejecutó hasta octubre apenas el 27% de su presupuesto de 2009, estimado en 300 millones de bolivianos (42 millones de dólares).
Lo que ocurre en El Alto "es un tema eminentemente político, hay gente que quiere aprovechar la situación para mostrarse para la campaña (electoral) de abril de 2010", cuando serán elegidos nuevos alcaldes, explicó el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce.
"El Gobierno la espalda nos ha dado, pero cuando nos vayamos a levantar, va a ser diferente, puede ser otro 'octubre negro' como el de 2003 cuando lo hemos sacado a 'Goni' (apelativo popular de Sánchez de Lozada)", dijo un exaltado vecino entrevistado por la televisión privada.
Otros sectores afines al Gobierno, como la Central Obrera Regional de El Alto no se han pronunciado aún, pero se prevé que su conducta podría ser de apoyo a Morales.
Sin embargo, el tema de los ingresos municipales es una bomba de tiempo para el Gobierno. El viceministro de Inversión Pública, Javier Fernández, admitió el martes que el Plan Operativo Anual de 2010 sufrirá un recorte de unos 20 millones de dólares, lo que redundará en las arcas de los municipios.
Según las previsiones el Gobierno tiene planificado invertir especialmente en el sector productivo y en infraestructura.
El Alto es el gran bastión electoral del presidente Morales, favorito para ser reelegido en la elección presidencial de diciembre próximo.





PRESIDENTE RESTO IMPORTANCIA A UNA DIRECTA INTROMISION DEL MANDATARIO VENEZOLANO

DEFIENDE EL ARMAMENTISMO

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

El presidente Fernando Lugo también defendió ayer la incipiente carrera armamentista iniciada por Bolivia.
“Tienen derecho a comprar aviones para ejercicios”, manifestó ayer el mandatario al ser consultado sobre la anunciada compra de aviones de combate del gobierno de Evo Morales.
“Dónde vamos a ir si cada vez que compramos unos aviones tenemos que pedir disculpas”, dijo el mandatario en una segunda defensa bolivariana.
Lugo manifestó que el vicecanciller Jorge Lara Castro estuvo en Cochabamba y conversó con autoridades bolivianas, quienes le brindaron una explicación detallada, que para el Gobierno nacional es suficiente.
“Yo tengo entendido que son aviones para ejercicio, nosotros aquí en Paraguay carecemos de eso y el comandante de la Fuerza Aérea también solicitó comprar seis aviones”, manifestó el jefe de Estado.
Reiteró que cada país tiene la libertad de realizar las acciones que más prefiera.
“Este impasse que se ha generado fue a raíz de que el hermano país de Bolivia compró ciertas herramientas para ejercicios militares”, apuntó el jefe de Estado.
“Creemos que el objetivo de Bolivia, ni siquiera hipotéticamente, apunta a poder dañar cierta seguridad que exista en nuestro país”, aseveró el Presidente para dar por terminado desde el punto de vista del Gobierno esta polémica sobre el armamentismo.





LOS ARCHIVOS SECRETOS DEL MINISTERIO DE DEFENSA

EL CHACO TAMBIÉN TUVO SU GUERRA DE INFORMACIÓN

Ultima Hora de Paraguay (www.ultimahora.com)

El manejo de la información fue parte de la guerra de Paraguay con Bolivia, durante la contienda chaqueña librada entre los años 1932 y 1935. Al respecto existen pruebas materiales en los archivos encontrados en el Ministerio de Defensa.
Nuestro gobierno de entonces tuvo que soportar todo tipo de ofrecimientos de extranjeros que buscaban convencerlo para ayudar al país, a través de cartas, telegramas y otros medios, mientras los soldados libraban las batallas con las armas. La cuestión era saber si las ofertas eran para favorecer a Paraguay o Bolivia. Muchos extranjeros enviaron cartas al ministro de Defensa de entonces, doctor Víctor Rojas, o al propio presidente de la República Eusebio Ayala. Ambos aceptaban los gestos de ofrecimientos y respondían a los interesados que oportunamente se comunicarían con ellos. Así se tomaban su tiempo para saber con quiénes podían acordar.
LAS FORMAS. Personas individuales, pero de influencias en gobiernos como de Italia, Francia, Brasil o España enviaban cartas para decir que estaban a disposición de Paraguay y los productores de armas, a través de los intermediarios, acosaban al gobierno con ofertas de materiales bélicos que eran "mejores" que los que tenían los bolivianos. Además, las publicaciones a través de periódicos formaban parte de la guerra.
En plena guerra se publicaba en el exterior que Paraguay quería comprar más armas para continuar el conflicto y que para ello estaba gestionando un crédito en Italia.
LA PRESIÓN. Justamente un gestor de créditos para venta de armas a Paraguay escribió desde Génova, Italia, una carta al ministro de Defensa Víctor Rojas, para comentarle sobre la publicación del diario El Siglo XIX de fecha 14 de junio de 1934 que decía que "el gobierno de Paraguay está tratando en Italia un empréstito de 200 millones de liras para proveerse de armas para la continuación de la guerra".
El gestor, de una empresa denominada Oreste Piletti, de Génova, buscó convencer al ministro paraguayo que la publicación era sólo para que Bolivia justifique su necesidad de comprar armas de los EEUU y pidió al gobierno paraguayo que confirme el negocio y las formas de pago.
LOS ARCHIVOS. Los documentos, de los cuales sólo se pueden realizar, por ahora, historias parciales, se encuentran en el primer piso del Ministerio de Defensa, donde tres especialistas en archivos trabajan intensamente para su clasificación y digitalización. Ahora el acceso a dicho local es restringido hasta que terminen los trabajos. Los archivos fueron encontrados la semana pasada por el activista de derechos humanos Martin Almada, con la ayuda del ministro de Defensa, Luis Bareiro Spaini. Contiene también muchos datos sobre el Operativo Cóndor.





BOLIVIA COMPRARÁ HELICÓPTEROS Y NO HARÁ CASO A RECLAMO DE PARAGUAY

Autoridades de gobierno, dijeron que es "imparable" la adquisición de las aeronaves y no descartaron la posibilidad de efectuar un viaje al país, para explicar el plan para la lucha contra el narcotráfico.

La Tercera de Chile (www.latercera.com)

El gobierno de Bolivia confirmó hoy que la compra de helicópteros para la lucha contra el narcotráfico es un hecho y no se parará la transacción pese a los reclamos que ha hecho Paraguay.
Felipe Cáceres, viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, señaló que la adquisición de esas aeronaves es "imparable", y para evitar susceptibilidades en el país vecino, no descartó el viaje de una comisión de la Cancillería boliviana a Asunción, para reunirse con similares de Paraguay, a fin de explicar en forma pormenorizada el plan de interdicción contra las drogas que tienen planificado.
Cáceres manifestó además que aviones de narcotraficantes vuelan periódicamente hacia Brasil, Argentina y Paraguay llevando alijos de droga, por lo que es necesario mejorar el control aéreo, para lo cual se necesita imperiosamente de aeronaves adecuadas para ello. Por ese motivo, el gobierno boliviano, insistió, debe comprar las mismas.
Por otro lado, el funcionario resaltó el apoyo logístico que está brindando Brasil para este combate a las drogas, mediante donaciones de helicópteros y otros aparatos, que servirán para controlar parte del espacio aéreo nacional y los ríos de la zona amazónica, que son también utilizados para el tráfico de estupefacientes.
Asimismo, recordó que Argentina está avanzando en la implementación de radares en la frontera común, y lleva adelante labores coordinadas para interceptar personas dedicadas al transporte de droga.
Bolivia aprobó un decreto supremo que autoriza la compra de los helicópteros en un número de cuatro unidades como mínimo. Servirán para el traslado de fuerzas policiales antinarcóticos, como también para el transporte de equipos de salvataje, para casos de emergencia.





CHÁVEZ Y LA INJERENCIA MÚLTIPLE

El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)

El 29 de septiembre, Costa Rica se convirtió en el quinto país latinoamericano en albergar una ``base de paz'', luego de Venezuela, Nicaragua, Cuba y México.
La inauguró el embajador venezolano en San José, Hugo Pineda, quien la describió como un instrumento para contrarrestar las ``políticas armamentistas del imperio'' (léase Estados Unidos) e impulsar una ``diplomacia de pueblo'' paralela a la ``de estado''.
Entre los invitados estaban descoloridos izquierdistas locales y embajadores de países del ALBA, pero también representantes de Alunasa, empresa estatal venezolana que opera en Costa Rica.
En medio de la euforia generada por la actividad, el embajador no pudo guardarse esta reveladora frase: ``Algunos costarricenses me han dicho que quisieran tener un Hugo Chávez'' en su país, aunque no dijo quién podría ser ese heroico clon centroamericano.
El caso carecería de trascendencia internacional si no fuera porque revela varios de los componentes que sustentan la estrategia de influencia venezolana en el hemisferio.
Se trata de un esquema que descansa en cuatro pilares: las relaciones oficiales, el apoyo a grupos informales, las extensiones de brazos militares y el financiamiento otorgado por sus empresas estatales.
La diplomacia ``de estado'' es la faceta más legítima y normal, con los usuales vínculos bilaterales y participación en organismos multilaterales (la OEA, el Grupo de Río o UNASUR) donde la pluralidad impera y existen reglas que respetar.
Sin embargo, aun en este ámbito son frecuentes los desbordes e intentos manipuladores, como las declaraciones y actividades del embajador Pineda, y los esfuerzos constantes por encaminar la acción multilateral al servicio del chavismo.
En el otro extremo de los vínculos oficiales está la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), una clara plataforma política, ideológica y económica creada por Venezuela y Cuba en diciembre de 2004 a la que se han sumado Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, y Dominica. Honduras entró el 9 de octubre del pasado año, pero salió tras la expulsión del presidente Manuel Zelaya.
El ALBA es el espolón de proa de la diplomacia militante; el sanctasanctórum del neopopulismo autoritario hemisférico.
Entre los dos extremos de la dimensión oficial o ``de estado'', sin exigencias ideológicas precisas, pero con gran influencia económica, está PETROCARIBE.
Además de los miembros del ALBA, la integran las Bahamas, Belice, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, República Dominicana, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y Surinam. Honduras está suspendida.
Su esquema de financiamiento ``blando'' del petróleo es un socorrido recurso para que los países miembros manejen problemas de liquidez financiera. Uno de sus efectos colaterales, sin embargo, es la acumulación de cuantiosas deudas.
Pero existe otro ``estímulo'' que, aunque inconfesable, resulta muy eficaz: los escasos controles de PETROCARIBE sobre el uso transparente de sus recursos abren un portillo para que gobernantes venales los utilicen en negocios propios, o de sus allegados. De paso, Petrocaribe suma votos pro Chávez en la OEA y otras entidades.
El apoyo a grupos informales proviene, sobre todo, del Congreso Bolivariano de los Pueblos. A él pertenecen organizaciones y partidos apoyados o financiados por Venezuela.
La acción del Congreso y sus entes afines son el crisol de las ``casas bolivarianas'', algunas ``misiones'' y, ahora, las ``bases de paz''.
Como recurso extremo en la estrategia de influencia venezolana funcionan su armamentismo creciente, sus turbias alianzas con Irán, Libia o Siria, y el apoyo intermitente a grupos armados, como las FARC en Colombia.
n respaldo de las tres dimensiones anteriores acuden sus empresas estatales, principalmente la gigante petrolera PDVSA, pero también otras de menor calado, como Alunasa.
La suma de estas modalidades de influencia da como resultado una estructura de círculos concéntricos, capaz de adaptarse a distintas oportunidades, situaciones y objetivos.
A veces la acción es abierta; otras, solapada, pero la dirección estratégica es una: valerse de todas las opciones posibles --incluyendo la actitud pusilánime de otros gobiernos-- para impulsar el modelo de populismo autoritario representado por Chávez.





Elecciones en Bolivia

LA VICTORIA DEL PADRÓN BIOMÉTRICO

Rebelión de España (www.rebelion.org)

Cuando quedan menos de 50 días para las elecciones del 6 de diciembre, ya hay un primer ganador, el padrón biométrico y todos los que apostaron por el así como quienes han hecho posible su desarrollo e implementación.El Padrón Nacional Electoral actual tenía registradas 3.518.000 personas, las mismas que fueron a votar en el referéndum constitucional de enero del 2009, de las 3.891.316 llamadas a hacerlo. Tras la aprobación el 14 de abril de la ley que conmina al Órgano Electoral boliviano a crear un nuevo Padrón Nacional Electoral basado en un registro biométrico, esto es, que documente huellas dactilares, fotografía digital y firma, además de los datos referidos a la identidad de la persona, han sido registradas mediante este nuevo procedimiento 4.997.172 personas entre el 1 de agosto y el 15 de octubre que era la fecha límite de inscripción.De estas casi 5 millones de personas, por primera vez una parte de ellas son residentes bolivianos en el extranjero. En concreto 170.503, empadronadas en los diferentes centros habilitados en Buenos Aires, Sao Paulo, Nueva York, Madrid y Barcelona.
Este registro biométrico, va a imposibilitar o cuanto menos debilitar las denuncias por fraude, y deja sin argumentos a la oposición a Evo Morales, que fue la principal defensora de este nuevo padrón. Es tal el éxito que Argentina y Chile ya se han interesado por el modelo boliviano, por medio del vicecanciller argentino y el presidente de la cámara de diputados chilena.
Otro dato para el análisis es que el incremento de registros en poblaciones rurales, donde nunca había llegado un centro de empadronamiento, y ahora se han instalado unidades móviles, ha sido notable. Recientemente hemos visitado varias poblaciones rurales, donde gracias al padrón biométrico se había pasado de 1500 personas inscritas, a 2200. Y no hace falta ser un gran analista para saber que un porcentaje muy alto de esos nuevos votos son votos campesinos, sindicalistas y militantes, que votaran por Evo Morales y su Movimiento al Socialismo.
Y para completar este primer análisis, los departamentos de occidente (tradicional bastión del MAS), La Paz, Cochabamba, Potosí y Oruro, concentran el 58% del nuevo padrón electoral, mientras los departamentos orientales de la “media luna” Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando apenas llegan al 32% (Chuquisaca ha registrado en las 2 últimas votaciones un empate técnico entre el oficialismo y la oposición).
Campaña Electoral
Mientras tanto, la campaña electoral ya ha comenzado, con 2 actores principales. La dupla Evo Morales y Álvaro García Linera, con una campaña basada en los logros del primer gobierno de un presidente indígena en Bolivia, que ha nacionalizado los hidrocarburos y repartido las enormes ganancias provenientes de su explotación entre la población más necesitada mediante los diferentes bonos del Estado. Por otro lado la otra dupla de “los prefectos”, conformada por Manfred Reyes (ex prefecto de Cochabamba revocado en referéndum por su propio pueblo) y Leopoldo Fernández (ex prefecto de Pando en prisión preventiva por la masacre de campesinos en el Porvenir, el 11 de septiembre del 2008), que a falta de programa político está consiguiendo aglutinar el voto anti Evo.
Las últimas encuestas publicadas le dan al MAS una victoria incluso superior al 53.7% que consiguió en las elecciones del 2005, mientras que el Plan Progreso de Manfred Villa, objeto reciente de polémica por estar siendo presuntamente financiado por Sánchez de Losada, ex presidente que huyo y se refugió en Estados Unidos en octubre del 2003 y procesado por la justicia boliviana por crímenes de lesa humanidad tras la masacre de El Alto durante la Guerra del Gas, logra aglutinar en torno a un 20% de intención de voto. El tercer candidato a ser tomado en cuenta, el empresario cementero y propietario de la cadena Burguer King en Bolivia, Samuel Doria Medina, apenas alcanza el 10 % de intención de voto.
De mantenerse estos resultados, no habría necesidad de una segunda vuelta, pues la Constitución establece que serán proclamados Presidente y Vicepresidente los candidatos que sumen el 50 por ciento más uno de los votos validos, o un mínimo del 40 por ciento esos mismos votos con una diferencia de al menos 10 por ciento respecto a la segunda candidatura más votada.
El mensaje que Evo Morales y el MAS están trasladando a sus bases es el de que hay que conseguir los dos tercios en la próxima Asamblea Legislativa Plurinacional para eliminar cualquier obstáculo al cambio y la transformación que está viviendo Bolivia. El Congreso, bicameral, cuenta con 36 senadores (4 por departamento) y 130 diputados, divididos en 53 diputados elegidos en circunscripciones plurinominales, 70 en circunscripciones uninominales y finalmente 7 en circunscripciones indígenas especiales.
La estrategia que están siguiendo para ello parece que da sus frutos. Evo ha colocado a personas en los primeros puestos que pueden lograr muchos votos de las clases medias y urbanas, el ejemplo más claro es el de Ana María Romero, candidata a primera senadora por La Paz, ex defensora del pueblo, ligada a movimientos de Derechos Humanos y a la Iglesia, y que nunca había militado en el MAS, una autentica sorpresa para muchos, y quien se dice que podría ser el puente de dialogo con la oposición. Pero tampoco se pueden obviar a los candidatos a la primera senaduría por Tarija, Rhina Aguirre, invidente, profesora jubilada y militante en organizaciones de Derechos Humanos, Beni, donde encabeza la lista el ex comandante del ejército Freddy Bersatti, Potosí, con el actual defensor del Pueblo Eduardo Maldonado, o Cochabamba, con Adolfo Mendoza, destacado intelectual y profesor de sociología en la universidad cochabambina.Cerrar las venas abiertas de América Latina
En la inauguración del congreso de CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), celebrado la semana pasada en Cochabamba, el reputado intelectual brasileño Emir Sader, secretario ejecutivo de CLACSO, nos decía que no hay practica revolucionaria sin teoría revolucionaria, y que Bolivia es un modelo para los intelectuales y los pueblos latinoamericanos, pues combina la práctica política de un movimiento indígena, con su dirigente Evo Morales Ayma a la cabeza, conjugada con la capacidad reflexiva elaborada de un movimiento teórico expresada en su Vicepresidente, Álvaro García Linera, a quien definió como el más importante intelectual latinoamericano contemporáneo.
En ese mismo acto, Evo Morales, parafraseando a Eduardo Galeano, nos dijo que había venido para quedarse, en representación del movimiento indígena, campesino y originario, explotado durante cientos de años por el colonialismo, primero español y después criollo, y que ya era hora de cerrar las venas abiertas de América Latina, en relación a la explotación de los recursos naturales bolivianos.
Ya sabemos como acaba el libro de Galeano, en cambio en Bolivia el 6 de diciembre comenzara un nuevo capítulo del proceso que se abrió el 19 de diciembre del 2005.





AMÉRICA LATINA: EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI EN SU CONTEXTO HISTÓRICO

En este trabajo procederemos a examinar las diferentes críticas planteadas por el nuevo socialismo tanto al neoliberalismo como al socialismo del siglo XX.

Portal Stolpkin de Colombia (www.stolpkin.net)

Introducción
La victoria electoral de gobiernos de centro-izquierda en al menos tres países de América Latina y la búsqueda de una nueva identidad ideológica con que justificar su poder, ha conducido a ideólogos y gobernantes a abrazar la idea de que representan una nueva versión del socialismo, propia del siglo XXI. Destacados escritores, académicos y portavoces de estos gobiernos celebran una variante totalmente nueva del socialismo, completamente distinta de lo que llaman el fallido socialismo del siglo XX, es decir, el socialismo de estilo soviético. Los defensores y publicistas del socialismo del siglo XXI aseguran que se trata de un nuevo modelo político-económico, basado en lo que ellos consideran una ruptura radical tanto con el neoliberalismo de libre mercado de los gobiernos precedentes, como con la anterior versión estatista del socialismo, encarnada por la antigua Unión Soviética, China y Cuba.
En este trabajo procederemos a examinar las diferentes críticas planteadas por el nuevo socialismo tanto al neoliberalismo como al socialismo del siglo XX, la autenticidad de sus afirmaciones de novedad y originalidad, y realizaremos un análisis crítico de su desempeño real.
La crítica del neoliberalismo
El aumento del número de gobiernos que se adscriben al socialismo del siglo XXI fue resultado de la crisis y desaparición de los gobiernos neoliberales que dominaban América Latina desde mediados de la década de 1970 hasta finales de la década de 1990. Su desaparición se vio acelerada por una serie de levantamientos populares que impulsaron el ascenso de gobiernos de centro-izquierda con programas de rechazo de las doctrinas socioeconómicas neoliberales y la promesa de cambios fundamentales a favor de las grandes mayorías. Si bien existen importantes diferencias programáticas entre los diferentes gobiernos de este grupo, todos comparten una crítica común a seis características de las políticas neoliberales:
(1) Rechazan la idea de que el mercado deba tener prioridad para el Estado y dominar a éste, es decir, que la lógica de la clase capitalista de maximización del beneficio deba dar forma a las políticas públicas. El colapso del capitalismo de mercado en la recesión de 2000-2002 y el empobrecimiento masivo desacreditaron la doctrina de los mercados racionales, a medida que crecían las quiebras empresariales y bancarias, que la clase media perdía sus ahorros, y las calles y plazas se llenaban de obreros y campesinos desempleados;
(2) Los gobiernos del socialismo del siglo XXI condenan la desregulación de la economía que condujo al auge de los especuladores en detrimento del capitalismo productivo. Bajo la égida de los dirigentes neoliberales, la legislación reglamentaria adoptada desde la Gran Depresión fue derogada y en su lugar las políticas de control de capitales y la supervisión financiera se suspendieron en favor de un sistema de autorregulación, en el que los agentes del mercado establecieron sus propias normas, lo que condujo, según sus críticos, a la especulación, las estafas financieras y el saqueo de las tesorerías públicas y privadas;
(3) El predominio de las finanzas sobre la producción es la pieza central del discurso anticapitalista de los gobiernos del socialismo del siglo XXI. Hay implícita una diferenciación entre el mal capitalismo, que obtiene riquezas sin producir bienes, y el buen capitalismo que supuestamente produce valor de utilidad social;
(4) Relacionada con esta crítica global del neoliberalismo, hay una crítica concreta de la reducción de las barreras arancelarias, la privatización de empresas públicas por debajo de su valor real de mercado, la desnacionalización de la propiedad de los recursos estratégicos, y el crecimiento masivo de la desigualdad;
(5) El socialismo del siglo XXI asegura que los gobiernos neoliberales entregaron las palancas de la economía a banqueros privados y extranjeros (como el FMI) que impusieron medidas deflacionarias en lugar de reflotar la economía a través de transfusiones de gasto público. Los dirigentes políticos de centro-izquierda utilizan esta crítica del neoliberalismo y la promesa implícita de una ruptura futura decisiva con el capitalismo neoliberal, sin comprometerse a una ruptura concreta con el capitalismo de otras variedades;
(6) Mientras que la crítica de los gobiernos de centro-izquierda atrajo a las clases populares, su rechazo al socialismo del siglo XX iba dirigido a la clase media y a tranquilizar a las clases productivas (empresarios), asegurando que no iban a invadir la propiedad privada en su conjunto.
Crítica al socialismo del siglo XX
En una especie de acto de equilibrio político a su oposición al neoliberalismo, los defensores del socialismo del siglo XXI también se distancian de lo que denominan socialismo del siglo XX. En parte como una táctica política para desarmar o neutralizar a los numerosos y poderosos críticos de los gobiernos socialistas del pasado, en parte como afirmación de un socialismo en sintonía con los tiempos, el socialismo del siglo XXI hace la siguiente crítica del anterior socialismo, a la vez que pone de relieve sus diferencias con el mismo:
(1) El socialismo del pasado estaba dominado por una burocracia de mano dura, que realizaba una mala asignación de recursos y ahogaba la innovación y la elección personal;
(2) El viejo socialismo era profundamente antidemocrático, tanto en la forma de gobierno, como en la organización de elecciones y el Estado de partido único. La represión de los derechos civiles y de todo tipo de mercado forma parte de la narrativa del socialismo del siglo XXI;
(3) El socialismo del siglo XXI relaciona la democracia como sistema con la vía electoral al poder o la alternancia en el gobierno; condena los cambios de gobierno producidos por la lucha armada, y especialmente los movimientos guerrilleros, aunque los tres gobiernos adscritos al socialismo del siglo XXI llegaron al poder mediante elecciones que siguieron a levantamientos populares;
(4) Uno de los principales argumentos de los gobiernos del socialismo del siglo XXI es que en el pasado, los socialistas no tenían en cuenta las especificidades de cada país. Concretamente, destacan las diferencias en materia racial, étnica, geográfica, cultural, de tradiciones y práctica histórica, etc. que ahora son tenidas en cuenta en la definición de socialismo del siglo XXI;
(5) En relación con el punto anterior, el socialismo del siglo XXI hace hincapié en la nueva configuración global de poder del presente siglo, que da forma a las políticas y potencialidades del nuevo socialismo. Entre los nuevos factores citan la desaparición de la antigua URSS y la conversión de China al capitalismo; el descenso relativo de una economía mundial centrada en EE.UU.; el crecimiento de Asia, especialmente China; la emergencia de iniciativas regionales promovidas por Venezuela; el aumento de los gobiernos de centro-izquierda en toda América Latina, y unos mercados diversificados, en Asia, en América Latina, Oriente Próximo y otros lugares;
(6) Los gobiernos del socialismo del siglo XXI afirman que la nueva configuración de la sociedad y el Estado no es una copia de otros Estados socialistas, pasados o presentes. Es casi como si cada medida, política o institución fuese un diseño del actual régimen. La originalidad o novedad es un argumento que permite reforzar la legitimidad del régimen ante las críticas externas e internas de la derecha anticomunista, y permite también descartar las críticas de fondo de la izquierda;
(7) Los gobiernos del socialismo del siglo XXI hacen hincapié en el hecho de que el liderazgo no tiene vínculos pasados o presentes con el comunismo, y en el caso de Bolivia y Ecuador rechazan abiertamente el marxismo como instrumento de análisis o como base de formulación de políticas. La excepción es el presidente Hugo Chávez, cuya ideología es una mezcla de marxismo y nacionalismo vinculado al pensamiento de Simón Bolívar. Tanto Rafael Correa como Evo Morales evitan las divisiones de clase, y les contraponen la revolución ciudadana contra una oligarquía de partidos corrupta, en el caso del primero, y las comunidades indígenas andinas culturalmente oprimidas contra una oligarquía “europea”.
Crítica de los gobiernos socialistas del siglo XXI
Si bien los gobiernos del socialismo del siglo XXI afirman, más o menos claramente, lo que no son y lo que rechazan del pasado, a izquierda como a derecha, a la vez que plantean en términos generales lo que son, sus prácticas, políticas y configuraciones institucionales arrojan serias dudas sobre sus pretensiones revolucionarias, su originalidad y su capacidad para satisfacer las expectativas de su electorado popular.
Aunque una serie de ideólogos, líderes políticos y publicistas se refieran a sí mismos como socialistas del siglo XXI, hay entre ellos una gran variedad de diferencias en la teoría y la práctica. Un examen crítico de las experiencias de cada uno de los países pondrá de relieve tanto las diferencias entre los gobiernos como la validez de sus pretensiones de originalidad.
Venezuela: la cuna del socialismo del siglo XXI
El presidente Hugo Chávez ha sido el primer y principal defensor y practicante de socialismo del siglo XXI. Aunque otros presidentes y publicistas de América Latina, América del Norte y Europa se hayan subido a este carro, no hay una práctica uniforme que coincida con la retórica pública.
En muchos sentidos, el discurso del presidente Chávez y las políticas del gobierno venezolano definen los límites radicales del socialismo del siglo XXI, tanto en términos de su política exterior, que desafía las políticas de guerra de Washington, como en términos de las reformas internas de tipo socioeconómico. Sin embargo, aunque el modelo venezolano de socialismo del siglo XXI tiene rasgos innovadores y novedosos, tiene también fuertes semejanzas con las reformas de anteriores regímenes populistas-radicales de América Latina y Europa que configuraron estados de bienestar.
La novedad más llamativa y rasgo más original de la versión venezolana del socialismo del siglo XXI es la fuerte mezcla de nacionalismo histórico bolivariano, marxismo del siglo XX y populismo latinoamericano. La concepción del nuevo socialismo que tiene el presidente Chávez tiene su origen intelectual y se legitima en una escrupulosa lectura de los escritos, los discursos y las acciones de Simón Bolívar, padre fundador de la independencia de Venezuela en el siglo XIX. La concepción de una ruptura profunda con las potencias imperiales, y su dependencia del apoyo de las masas en contra de las élites nacionales poco fiables capaces de vender al país para defender sus privilegios está profundamente arraigada en sus lecturas de la ascensión y caída de Simón Bolívar. Sin pretextar una identificación entre Bolívar y marxismo, el presidente insiste en el carácter endógeno y las raíces nacionales de su ideología y su práctica. Si bien apoya a la revolución cubana y mantiene una estrecha relación con Fidel Castro, es evidente que no hace ningún esfuerzo por asimilar o copiar el modelo cubano, aunque adapte a la realidad venezolana determinadas características de sus organizaciones de masas.
Su práctica económica incluye la nacionalización y la expropiación (con indemnización) de amplios sectores de la industria del petróleo; la nacionalización de empresas clave sobre la base de consideraciones políticas pragmáticas, entre otras los conflictos entre trabajadores y capital (sectores del acero, cemento, telecomunicaciones); y la búsqueda de una mayor seguridad alimentaria (reforma agraria). Su programa político incluye la formación de un partido socialista de masas que compita en el marco de un sistema pluripartidista, y la convocatoria de referéndums libres y abiertos para asegurar las reformas constitucionales. La novedad consiste en el fomento del autogobierno local, mediante la formación de consejos comunales no partidistas, basados en los barrios, con el fin de evitar el peso muerto de una burocracia ineficiente, hostil y corrupta. El objetivo de Chávez parece ser el de la sustitución de unas políticas electorales “representativas”, dirigidas por la clase política profesional, por un sistema de democracia directa basado en la autogestión en fábricas y barrios. En términos de política social, se ha financiado una gran cantidad de programas destinados a elevar el nivel de vida del 60% de la población, que incluye a la clase obrera, los trabajadores autónomos, los pobres, los campesinos y las mujeres cabeza de familia. Estas reformas incluyen la atención médica y la educación hasta la universidad, ambas con carácter universal y gratuito. Asimismo, la contratación de más de 20.000 médicos, dentistas y técnicos cubanos, y un programa masivo que abarca la construcción de clínicas, hospitales y unidades móviles que circulan por todo el interior del país y prioriza los vecindarios de bajos ingresos, ignorados por los anteriores gobiernos capitalistas privados y los médicos privados. El régimen de Chávez ha construido y financiado una amplia red de supermercados de gestión pública que venden alimentos y artículos domésticos a precios subvencionados a las familias de bajos ingresos. En materia de política exterior, el presidente Chávez se ha opuesto sistemáticamente a las guerras de EE.UU. en Oriente Próximo y Asia Meridional, y a toda la justificación de las guerras imperiales basada en la doctrina de la Guerra contra el terrorismo.
¿Qué hay de nuevo en el socialismo del siglo XXI venezolano?
Varias preguntas surgen en relación con la versión venezolana de socialismo del siglo XXI: primera, ¿es realmente socialista o, mejor aún, representa una ruptura con el socialismo del siglo XX en todas sus variantes?; segunda: ¿cuál es el “equilibrio” entre los rasgos capitalistas anteriores y actuales de la economía, y las reformas socialistas introducidas durante el decenio de Chávez?; tercera, ¿en qué medida los cambios sociales han reducido las desigualdades y proporcionan una mayor seguridad a la masa de la población en este período de transición?
Hoy Venezuela es una economía mixta, con un sector privado que sigue siendo predominante en bancos, agricultura, comercio y comercio exterior. La propiedad estatal ha crecido, y las prioridades sociales nacionales dictan la asignación de los recursos petroleros. Si bien la economía mixta de Venezuela se asemeja a las economías de la primera época posterior a la Segunda Guerra Mundial en Europa, hay una diferencia clave: el Estado posee el sector de exportación más lucrativo y la principal fuente de ingresos de divisas.
Aunque el gobierno ha incrementado el gasto social en magnitudes comparables o superiores a algunos de los primeros gobiernos socialdemócratas, no ha reducido la gran concentración de la riqueza ni los ingresos de las clases altas por medio de altos tipos impositivos progresivos, como en Escandinavia y otros lugares. Las desigualdades siguen siendo mucho mayores que las que existían en siglo XX, y son comparables a las restantes sociedades latinoamericanas de hoy. Además, los niveles medio-alto y alto de la burocracia estatal, especialmente en el sector del petróleo e industrias afines, tienen niveles de remuneración que son comparables a sus homólogos capitalistas, como sucedió con las industrias nacionalizadas en Gran Bretaña y Francia.
La autogestión de las empresas públicas, una idea relativamente nueva en Venezuela, ha ido más allá de los límites de los programas de coparticipación socialdemócrata aplicados en Alemania, y se limita a menos de media docena de grandes empresas, muy lejos de las extensas redes a escala nacional existentes en la Yugoslavia socialista entre los años 1940 y 1980.
Las propuestas de reforma agraria del régimen, aunque radicales en su intención y promovidas por la fuerza por el presidente Chávez, no han podido cambiar la relación entre los trabajadores agrícolas, los campesinos y los grandes terratenientes. Cuando se han hecho progresos en la distribución de la tierra, la burocracia gubernamental no ha proporcionado a los beneficiarios de la reforma los servicios de extensión, financiación, infraestructuras y seguridad.
La Guardia Nacional, por acción u omisión, no ha conseguido poner fin a los asesinatos de dirigentes y defensores de la reforma agraria a manos de pistoleros a sueldo de los terratenientes. A finales de 2009, hay más de 200 asesinatos de campesinos sin resolver.
Mientras que los publicistas de socialismo del siglo XXI han hecho hincapié en las nacionalizaciones de las empresas de petróleo de los anteriores propietarios, no dan cuenta del creciente número de nuevas empresas conjuntas establecidas con compañías transnacionales de China, Rusia, Irán y la Unión Europea. En otras palabras, mientras que el papel de algunas transnacionales de EE.UU. ha disminuido, la inversión de capital extranjero en los sectores de la minería y el petróleo se ha incrementado, especialmente en los extensos yacimientos del Orinoco. Aunque el cambio de socios de inversión en el ámbito del petróleo reduce la vulnerabilidad estratégica de Venezuela a las presiones de EE.UU., no por ello se potencia el carácter socialista de la economía. Las empresas conjuntas añaden peso al argumento de que la economía basada en empresas de propiedad público-privada se aproxima al modelo de la socialdemocracia de mediados del siglo XX.
El aspecto más cuestionable de la autoafirmación de Venezuela en el socialismo es su ininterrumpida dependencia de un único producto –el petróleo– en un 70% de sus ingresos de exportación, y su dependencia de un mercado único –Estados Unidos–, un socio comercial abiertamente hostil y desestabilizador. Los esfuerzos del gobierno venezolano por diversificar sus socios comerciales adquieren mayor urgencia tras el pacto militar de Obama con el presidente colombiano Álvaro Uribe, de instalación en siete bases militares. Igualmente amenazador para la base de masas de la vía de Chávez al socialismo es la altísima tasa de delincuencia basada en el crecimiento de un lumpenproletariado, y en sus vínculos con el narcotráfico colombiano y funcionarios civiles y militares. En muchos barrios populares, los delincuentes compiten con los líderes de los consejos comunales por la hegemonía, utilizando los disturbios y la violencia para ejercer su dominio. La ineficacia del Ministerio del Interior y de la policía, y la falta de una estrecha relación de trabajo con las organizaciones de barrio representan una seria debilidad en la movilización de la sociedad civil, y marcan una limitación en la eficacia del movimiento de los consejos comunales.
Las importantes reformas introducidas por el gobierno de Chávez y la original síntesis de anticolonialismo de emancipación bolivariano con el marxismo y el antiimperialismo marcan una ruptura con las prácticas neoliberales predominantes generalizadas en América Latina en el cuarto de siglo anterior, que siguen vigentes en numerosos gobiernos contemporáneos de otro signo.
Lo qué es dudoso, sin embargo, es si todos estos cambios equivalen a una nueva versión del socialismo, dado el predominio de las relaciones de propiedad capitalista en los sectores estratégicos de la economía, y las desigualdades de clase persistentes tanto en el sector público y privado.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que el socialismo no es un concepto estático, sino un proceso continuo, y que la mayor parte de las medidas recientes tienden a ampliar el poder popular en las fábricas y los barrios.
Ecuador
En Ecuador, el presidente Correa ha adoptado la retórica del socialismo del siglo XXI y ha ganado credibilidad con varias de sus iniciativas de política exterior, entre otras la terminación del contrato de arrendamiento a EE.UU. de la base militar de Manta, el cuestionamiento de una parte de la deuda externa contraída por los gobiernos anteriores, la crítica de las incursiones transfronterizas de Colombia y el asalto militar de un campamento clandestino de la guerrilla colombiana, así como su crítica a los tratados de libre comercio con EE.UU. y su apoyo al programa de integración regional de Venezuela, el ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas). Numerosos medios, entre otros el New York Times, el Financial Times y periodistas de izquierda, del Norte y el Sur, han calificado al presidente Correa como parte de una “nueva ola de presidentes izquierdistas.”
En cuanto a los asuntos de política interna, la pretensión del presidente Correa de ser miembro fundador del socialismo del siglo XXI se basa en su crítica de los partidos de derecha tradicionales y de la oligarquía. En otras palabras, su socialismo se define por aquellos a los que se opone, más que por ningún cambio social estructural.
Sus principales logros nacionales giran en torno a su denuncia de los principales partidos electorales, su apoyo y el liderazgo del movimiento ciudadano, y su éxito en el derrocamiento del gobierno derechista respaldado por EE.UU. de Lucio Gutiérrez, su convocatoria de una Asamblea Constituyente, y la redacción de una nueva constitución. Estas transformaciones jurídicas y políticas definen el límite exterior del radicalismo de Correa y conforman las bases sustantivas de su pretensión de ser un socialismo del siglo XXI. Si bien estas decisiones de política exterior y estos cambios políticos nacionales, especialmente si se observan en el contexto de un aumento de los gastos sociales durante sus primeros tres años de mandato, permiten calificar al gobierno ecuatoriano como de centro-izquierda, no son suficientes o no equivalen a un programa socialista, en particular al observarlos en una matriz estructural socioeconómica más amplia.
Crítica del socialismo del siglo XXI ecuatoriano
La diferencia más notable respecto a cualquier reivindicación creíble del socialismo es la persistencia y la expansión de la propiedad privada capitalista extranjera de los recursos estratégicos minerales y energéticos: el 57 por ciento del petróleo ecuatoriano lo producen transnacionales extranjeras. Se han firmado o renovado contratos de gran escala y largo plazo que garantizan el control mayoritario por parte de empresas transnacionales de los sectores que proporcionan la mayor parte de los ingresos por exportaciones. Y lo que es peor, Correa ha reprimido y rechazado violentamente las reclamaciones de larga data de las comunidades indígenas amazónicas y andinas que viven y trabajan en las tierras otorgadas a las transnacionales mineras. Al rechazar las negociaciones, Correa ha descalificado a los cuatro grandes movimientos indígenas y sus aliados ecologistas tildándolos poco menos que de ser un puñado de elementos atrasados, si no algo peor. La contaminación de las aguas, el aire y la tierra, que produce graves enfermedades y muertes, por las compañías petroleras extranjeras ha quedado demostrado en los tribunales de EE.UU., donde Texaco se enfrenta a una denuncia que puede costarle millones de dólares. A pesar de las sentencias judiciales adversas, Correa ha continuado su esfuerzo para hacer de la explotación minera de exportación el elemento central de su estrategia de desarrollo.
A la vez que ha atacado vigorosamente a la clase capitalista agroexportadora de la costa, centrada en Guayaquil, Correa ha apoyado decididamente y subvencionado a los capitalistas de Quito (zona andina). Su retórica antioligarquíca no es ciertamente una retórica anticapitalista, como su respaldo del socialismo del siglo XXI pudiera indicar.
El éxito del presidente Correa en la creación de un movimiento electoral ciudadano de masas se mide por sus impresionantes victorias electorales, que le han asegurando mayorías presidenciales en competencia multipartidista, y de más del 70 por ciento en las elecciones constitucionales. A pesar de su popularidad, el respaldo popular de Correa se basa principalmente en concesiones a corto plazo, en forma de aumentos salariales y concesión de créditos a la pequeña empresa, medidas que no son sostenibles en esta fase de comienzos de la recesión mundial. La concesión de monopolios de telecomunicaciones a empresas privadas, su oposición a la reforma agraria, y las restricciones a los movimientos huelguistas, aunque no han provocado problemas sistémicos han producido un número creciente de huelgas y protestas. Más importante aún, el fortalecimiento capitalista, sobre todo de propiedad extranjera, del control estratégico de la banca; la exportación comercial; y los sectores mineros, reducen las pretensiones de socialismo del siglo XXI a un ejercicio meramente simbólico, retórico. Lo que es evidente es que la base del nuevo socialismo se basa en decisiones de política exterior (susceptibles de ser revertidas), en lugar hacerlo en cambios en las relaciones de clase, la propiedad y el poder popular. El socialismo del siglo XXI, en el caso de Ecuador, aparece como una forma conveniente de combinar unas acciones innovadoras de política exterior con una estrategia de desarrollo neoliberal de modernización. Por otra parte, las medidas radicales iniciales no se oponen a un posterior retroceso conservador, como se evidencia en el cuestionamiento de la deuda externa, que causó una explosión prematura de alegría por parte de la izquierda, y un posterior regreso a los pagos completos de la deuda.
El socialismo boliviano: capital blanco, trabajo indio
El mayor contraste entre el socialismo del siglo XX y el del XXI se observa entre el régimen actual de Evo Morales (2005-) y la presidencia de corta duración Juan José Torres (1970-1971).
Mientras que el primero ha invitado, abierta y públicamente, a las compañías transnacionales de los cinco continentes a explotar el gas, el petróleo, el cobre, el hierro, el litio, el zinc, el estaño, el oro, la plata y una larga lista de otros minerales; en el siglo, el corto gobierno de Torres nacionalizó y expropió las empresas capitalistas nacionales y extranjeras. Mientras que en la actualidad se han repatriado miles de millones de beneficios durante y después del boom de los productos básicos, en tiempos de Torres, el control estatal sobre los flujos de capital y el comercio exterior limitó la descapitalización del país. A la vez que Evo Morales ofrece cientos de millones en préstamos, subvenciones a la exportación e incentivos fiscales a los exportadores agrícolas más ricos, y expulsa de las grandes propiedades a los ocupantes indígenas sin tierra, en la presidencia de Torres se fomentó la toma de tierras, como medio de profundizar las políticas de reforma agraria. Hay una abundancia de datos socioeconómicos que demuestran que las políticas socialistas emprendidas durante la presidencia de Torres son diametralmente opuestas a las políticas sociales liberales practicadas por el régimen de Morales. En las secciones siguientes se destacan las principales políticas sociales y liberales del régimen de Morales, a fin de evaluar el verdadero significado del autoproclamado socialismo del siglo XXI en Bolivia.
Los cambios sociales
En sus primeros cinco años en el poder (2005-2009), el gobierno de Evo Morales ha llevado a cabo numerosos cambios sociales. La cuestión es si estos cambios equivalen a alguna de las definiciones más generosas de socialismo, o incluso a medidas de transición conducentes al socialismo en un futuro cercano o lejano, dado el alcance y la profundidad de las políticas económicas liberales adoptadas.
Morales ha implementado cambios sociopolíticos en nueve ámbitos. El cambio interno más significativo es en el ámbito político, cultural y de derechos jurídicos de los pueblos indígenas. El régimen ha reconocido derecho de autogobierno a los municipios indígenas, ha reconocido y promovido el bilingüismo en los asuntos locales y la educación, y ha dado rango nacional a las celebraciones de religiosas y festivas indígenas, a la vez que promueve la persecución de los que violen o vulneren los derechos civiles de los indígenas.
Con Morales, el Estado ha aumentado ligeramente su cuota de ingresos provenientes de las empresas conjuntas establecidas con corporaciones transnacionales, ha aumentado el precio del gas vendido a Brasil y Argentina, y también el porcentaje del ingreso destinado al gobierno estatal por encima y en detrimento de los gobiernos provinciales. Dados los precios récord de las exportaciones agrícolas y mineras de Bolivia entre 2005 y 2008, los municipios locales aumentaron su flujo de ingresos, si bien en realidad las inversiones en los sectores productivos y de servicios se han retrasado a causa de obstáculos burocráticos.
Morales autorizó aumentos sustanciales del salario mínimo y los salarios en general, con lo que ha mejorado marginalmente las condiciones de vida. Los aumentos, sin embargo, estaban muy por debajo de las promesas electorales de Morales de duplicar el salario mínimo, y ciertamente no son equiparables a los beneficios extraordinarios obtenidos como resultado del auge de las materias primas.
El juicio abierto a funcionarios locales y al gobernador provincial de Pando, así como a los terroristas de derecha, por el ataque y asesinato de activistas indígenas ha puesto fin a la impunidad de las agresiones contra los ciudadanos indígenas.
El éxito del que más satisfecho está el gobierno es la acumulación de reservas de divisas por un monto de 6.000 millones de dólares, en lugar de las anteriores de 2.000 millones; la disciplina fiscal y el control estricto del gasto social; y una balanza de pagos favorable. En este sentido, las prácticas de Morales han estado más en consonancia con el FMI que con nada remotamente parecido a las prácticas expansivas de los gobiernos socialistas y socialdemócratas.
Triplicar las reservas ante una continuidad de los niveles de pobreza del 60 por ciento de la población indígena, en su mayoría rural, es una política nueva para cualquier gobierno que se pretenda socialista. Ni siquiera otros países capitalistas contemporáneos de América del Norte y la Unión Europea han sido tan ortodoxos como el régimen político revolucionario de Morales.
Morales ha promovido las organizaciones sindicales y sobre todo ha evitado la represión de los movimientos mineros y movimientos campesinos, pero al mismo tiempo ha cooptado a sus dirigentes, disminuyendo así el número de huelgas y demandas colectivas independientes, a pesar de las persistentes desigualdades sociales. De hecho, una mayor tolerancia va acompañada por una relación corporativista creciente entre el régimen y los sectores populares de la sociedad civil.
La estrategia económica del gobierno se basa en una triple alianza entre las transnacionales agroindustriales y de minerales, los capitalistas de las pequeñas y medianas empresas, y los movimientos indígena y sindical. Morales ha invertido millones de dólares en subvencionar a las denominadas cooperativas, que son en realidad propiedades privadas de minas de pequeño y mediano tamaño que explotan el trabajo asalariado con remuneraciones iguales o inferiores al salario normal de los mineros de las grandes explotaciones.
Los principales cambios se dan en su política exterior y en la retórica internacional. Morales se ha alineado con Venezuela en apoyo a Cuba, se ha incorporado a ALBA, ha desarrollado los lazos con Irán, y, sobre todo, se ha opuesto a la política de EE.UU. en varias áreas importantes. Asimismo, se opone al embargo de este país contra Cuba, a sus siete bases militares en Colombia, al golpe de Estado en Honduras y al levantamiento de las preferencias arancelarias. Igualmente importante, Bolivia ha puesto fin a la presencia de la Drug Enforcement Agency (DEA), organismo oficial estadounidense de lucha contra la droga, ha reducido algunas de las actividades de la US Agency for International Development (AID) por subvencionar a organizaciones sociopolíticas de derecha, y realizar actividades de desestabilización. Morales se ha pronunciado enérgicamente contra las guerras de EE.UU. en Afganistán e Irak, ha condenado los ataques de Israel contra los palestinos, y se ha manifestado firme partidario de la no-intervención, salvo en el caso de Haití, donde Bolivia sigue enviando tropas.
Crítica del socialismo del siglo XXI boliviano
El aspecto más llamativo de la política económica boliviana es el mayor volumen y alcance de las inversiones de empresas transnacionales extranjeras en capital de extracción. Cerca de un centenar de transnacionales explotan en la actualidad los minerales de Bolivia y sus recursos energéticos, en condiciones muy lucrativas, dados los bajos salarios y las pocas regulaciones ambientales. Por otra parte, en un discurso leído en Madrid, en septiembre de 2009, Morales invitó a una audiencia de élite de banqueros e inversores a invertir en Bolivia, siempre y cuando no intervinieran en la política interna y estuvieran dispuestos a aceptar la propiedad conjunta. Con independencia de los resultados de estas estrategias de explotación minera basada en el capital extranjero –que en la actualidad no son muy alentadores–, el esquema da un toque peculiar a este socialismo del siglo XXI: la sustitución del proletariado y los campesinos por los ejecutivos extranjeros y los tecnócratas locales es una novedad en la practica del socialismo de cualquier siglo, y está más adecuadamente asociada con el capitalismo de libre mercado.
De acuerdo con las políticas de Morales de puertas abiertas al capital minero, el gobierno ha fortalecido y subvencionado generosamente y otorgado préstamos a bajo interés al sector agroindustrial, incluso en aquellas provincias, como la Media Luna, donde la agroindustria ha apoyado a grupos de extrema derecha para desestabilizar el régimen. La voluntad de Morales de pasar por alto la hostilidad política de la elite agroindustrial, y de financiar su expansión es un claro indicio de la alta prioridad que da al crecimiento capitalista ortodoxo por encima de cualquier preocupación por el desarrollo de un polo alternativo en torno a los campesinos y los trabajadores agrarios sin tierra.
Una visita a las zonas rurales y los barrios urbanos confirma los informes publicados acerca de la naturaleza inmutable de las desigualdades de clase. Las cien familias más ricas de Santa Cruz siguen poseyendo más del 80 por ciento de las tierras fértiles, y más del 80 por ciento de los campesinos y los indígenas rurales están por debajo del umbral de pobreza. La propiedad de las minas, el comercio mayorista y minorista, la banca y el crédito continúan concentrados en una oligarquía que en los últimos años ha diversificado su cartera en otros sectores económicos, creando así una clase dirigente más integrada y con una mayor vinculación con los actores del capitalismo mundial.
Morales ha cumplido su promesa de proteger y fortalecer a la élite económica multisectorial tradicional, pero también ha sumado y promovido a recién llegados, privados y burocráticos, sobre todo altos ejecutivos extranjeros y altos funcionarios, muy bien pagados, que dirigen las empresas conjuntas.
Aunque la mayoría de los socialistas de cualquier siglo estarían de acuerdo en que los grandes propietarios no son los mejores fundamentos posibles para una transición socialista, Morales se ha apoyado y ha promovido la producción agraria destinada a la exportación en lugar de la agricultura familiar de producción local de alimentos. Peor aún, las condiciones de vida de los trabajadores agrícolas apenas ha mejorado, y, en un caso extremo, algunos miles de indígenas seguían siendo explotados como mano de obra esclava tres años después de la llegada de Morales al poder. La dura explotación de los trabajadores agrícolas es una preocupación menor que el aumento de la productividad, las exportaciones y los ingresos del Estado. Si bien se ha aprobado una legislación laboral que facilita la actividad sindical, ésta no se aplica en el campo, sobre todo en las provincias de la Media Luna, donde los inspectores laborales evitan enfrentarse con las asociaciones de propietarios, bien afianzadas. Las ocupaciones de tierras por algunos trabajadores rurales sin tierra han sido denunciadas por el gobierno. Los movimientos de base que presionan por una reforma agraria en extensas fincas infracultivadas han sido decididamente rechazados por el gobierno, que viola con ello sus propias declaraciones que sólo las granjas cultivadas no serían expropiadas.
Dado el énfasis del gobierno en los aspectos cultural y político de su versión de socialismo del siglo XXI, no es sorprendente que se hayan dedicado más tiempo y más recursos a la celebración de fiestas, cantos y danzas indígenas que a la expropiación y distribución de tierras fértiles a la masa de indígenas desnutridos.
El esfuerzo del régimen para desviar la atención de la reforma agraria, mediante la solución de instalar a los indígenas sin tierra en las tierras públicas tropicales alejadas ha sido un desastre. Este plan de colonización, organizado por el llamado Instituto de Reforma Agraria, arrojó a los indígenas del altiplano a unas tierras asoladas por las enfermedades y sin preparación de la tierra, sin las herramientas, las semillas y los fertilizantes necesarios, e incluso sin viviendas. Huelga decir que en menos de dos semanas, los indígenas exigieron su transporte de vuelta a sus pobres aldeas, que resultaban mejores en comparación que las zonas infestadas de malaria de aquellos remotos asentamientos improvisados. Para compensar la falta de un amplio programa de redistribución de la tierra, Evo Morales de vez en cuando organiza, con pompa, ceremonia y mucha publicidad, regalos de tractores a los agricultores medianos y pequeños, en lo que es más un acto de clientelismo político que no parte de un movimiento social transformación.
Los dos aspectos más llamativos de la estrategia económica y política de Morales son el énfasis en las exportaciones tradicionales de minerales y la construcción de una maquinaria electoral de tipo corporativista y clientelista clásico.
En el quinto año de su gobierno, las empresas conjuntas establecidas con las transnacionales extranjeras han extraído y exportado materias primas con poco valor añadido. Resulta sorprendente el bajo nivel de industrialización y transformación en productos finales, que podrían generar un mayor empleo industrial. La misma historia se aplica a las exportaciones agrarias: la mayor parte de los cereales y otros productos agrarios no se procesan en Bolivia, lo que proporcionaría miles de puestos de trabajo a la masa pobre de indígenas sin tierra. El régimen ha acumulado grandes reservas, pero no ha conseguido financiar o fomentar la industria local de sustitución de las importaciones de capital, bienes intermedios y bienes de consumo duradero.
Esta estrategia política se asemeja mucho a la adoptada hace medio siglo por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), gracias a la cual los sindicatos y, especialmente, los movimientos campesinos se incorporaron al Estado. A falta de cambios socioeconómicos relevantes, el gobierno se ha basado en el patrocinio público, canalizado a través de sindicatos y dirigentes campesinos e indígenas, que fluye en forma de favores a elementos locales leales al partido. El clientelismo, estilo Morales, está constantemente reforzado por una serie de gestos simbólicos de afirmación de la identidad étnica indígena, y la solidaridad entre el donante y el receptor en la relación de clientelismo político.
El socialismo del siglo XXI, en la práctica política de Evo Morales es mucho menos innovador y socialista, y está mucho más cerca en su estilo político de sus predecesores corporativistas del siglo XX. Los observadores que tengan poco conocimiento del pasado político en Bolivia, los periodistas “impresionistas” enamorados de las políticas simbólicas, y los escritores de asuntos financieros que colocan de forma indiscriminada la etiqueta de socialista sobre políticos que sólo cuestionan de manera retórica la doctrina del libre mercado, han reforzado la imagen radical o de socialismo del siglo XXI del gobierno de Morales. Teniendo en cuenta lo que hemos descrito sobre las prácticas reales de los gobiernos socialismo del siglo XXI, resulta útil ubicarlos en un marco histórico comparativo más amplio a fin de poder discernir su posible impacto en la sociedad latinoamericana.
Análisis histórico comparativo de tres casos de socialismo del siglo XXI
A pesar de las afirmaciones de los publicistas gubernamentales, el aspecto más llamativo de los gobiernos del socialismo del siglo XXI es lo escasamente nuevo o específico de sus políticas. La adopción de una economía mixta y un juego político acorde a las normas institucionales de un estado capitalista liberal, difiere poco de las prácticas de los partidos socialdemócratas europeos de fines de la década de 1940 hasta mediados de 1970. En la medida en que el socialismo del siglo XXI persigue una política nacionalista (y debemos tener en cuenta que nacionalización significa expropiación y propiedad pública), las políticas son un pálido reflejo de las medidas adoptadas desde la década de 1930 hasta mediados de los 70. Con la excepción del régimen de Chávez, el resto de lo que pasa por socialismo del siglo XXI ha nacionalizado en el mejor de los casos empresas privadas en quiebra, ha aumentado sus participaciones en empresas conjuntas, y ha aumentado los impuestos a los exportadores de minerales y productos agrarios.
El “indigenismo”, que se expresa con más fuerza expresadas en los dos gobiernos andinos, Bolivia y Ecuador, reproduce la retórica del “indoamericanismo” de la década de 1930, expresada principalmente por el teórico peruano marxista José Carlos Mariátegui y el líder político del APRA Haya de la Torre; así como el Partido Socialista de Chile; algunos teóricos de Bolivia y México; Augusto Sandino, el líder guerrillero nicaragüense; y el líder revolucionario salvadoreño Farabundo Martí. En llamativo contraste con los indigenistas del socialismo del siglo XXI, sus predecesores centroamericanos impulsaron profundas reformas agrarias, con la restauración de millones de hectáreas de tierras fértiles confiscadas, y un profundo rechazo del modelo de exportación agroindustrial. La versión anterior del indigenismo combinaba una identificación simbólica junto a profundos cambios de fondo, a diferencia de los indigenistas contemporáneos que dependen sobre todo de los gestos simbólicos y la política de identidad.
Las actuales políticas basadas en las empresas conjuntas recuerdan las alternativas reformistas a la revolución cubana, que encontraron su expresión en la política de Alianza para el Progreso, impulsada por John F. Kennedy, y recogidas por los regímenes cristianodemócratas y socialdemócratas contrainsurgentes de la década 1960. En oposición a los socialistas y comunistas del siglo XX, que estaban a favor de la socialización de la economía, el gobierno demócrata-cristiano de Chile (1964-1970) promovió una “chilenización” alternativa similar a las empresas conjuntas creadas por Evo Morales y Rafael Correa. En otras palabras, el modelo económico del socialismo del siglo XXI se acerca mucho más al modelo antisocialista reformista promovido por EE.UU. en la década de 1960 que a cualquier variante socialista del pasado.
Socialismo del siglo XXI y socialdemocracia del siglo XX
Si bien el alcance y la profundidad de los cambios socioeconómicos perseguidos por el socialismo del siglo XXI no se aproximan a los cambios estructurales de socialismo del siglo XX, podemos analizar en qué medida se equiparan a la variante reformista o socialdemócrata.
Tres casos de gobiernos social-democráticos, de base electoral, vienen a la mente: el régimen de Jacobo Arbenz en Guatemala (1952-1954), el régimen de Joao Goulart en Brasil (1962-1964) y el régimen de Salvador Allende en Chile (1970-1973). Estos tres gobiernos socialdemócratas emprendieron reformas agrarias de mayor calado, que beneficiaron a miles de campesinos, que las iniciadas por el socialismo del siglo XXI contemporáneo. Y también se produjeron más nacionalizaciones sustanciales reales de empresas extranjeras que en dos de los tres gobiernos socialdemócratas del socialismo del siglo XXI (Venezuela ha expropiado un número comparable de las empresas).
En cuanto a las posturas y práctica en materia de política exterior y la retórica política antiimperialista, son similares, pero los primeros socialdemócratas eran más propensos a expropiar el capital extranjero. Por ejemplo, Arbenz expropió tierras de la United Fruit; Goulart nacionalizó la ITT, empresa telefónica; y Allende expropió Anaconda, la gran empresa del cobre. En cambio, nuestros socialistas del siglo XXI han fomentado la explotación de la tierra y los recursos minerales por las transnacionales extranjeras. Las diferentes políticas económicas exteriores corresponden a la diferente composición interna de clase y a los diferentes alineamientos económicos de las socialdemocracias de los siglos XX y XXI. En contraste con las ideas erróneas convencionales, el socialismo del siglo XXI ha consumado los pactos entre los tecnócratas del régimen, las transnacionales y las elites agro-mineras nacionales, todos los cuales tienen un peso mucho mayor en los centros de toma de decisiones que la base electoral de masas de indígenas y obreros. En comparación, los movimientos campesinos y obreros tenían una mayor representación e independencia de acción dentro y fuera de los gobiernos socialdemócratas del siglo XX.
El socialismo del siglo XXI: ¿una historia nueva, o un proceso político cíclico?
Un examen de los pasados 60 años de historia latinoamericana revela un patrón cíclico constante y alterno, de una oleada de gobiernos de izquierda tras una de gobiernos de derecha. La constante subyacente ha sido la lucha entre, por un lado, las proyecciones imperialistas de EE.UU., sea a través de la intervención directa, las dictaduras militares o los gobiernos civiles satélites, y, por otro lado, los movimientos y gobiernos populares y socialistas. La cuestión es saber si esta última oleada de centro-izquierda es simplemente la última expresión de este patrón cíclico, o si las modificaciones de base en relaciones estructurales internas y externas subyacentes están operando para facilitar un proceso más sostenible. Vamos a proceder a esbozar la evolución cíclica izquierda-derecha del pasado, y a continuación debatir algunos cambios clave contemporáneos a escala mundial y regional que podrían conducir a una mayor sostenibilidad de la hegemonía política de la izquierda.
Desde la Segunda Guerra Mundial, América Latina ha experimentado globalmente cinco ciclos de predominio izquierda-derecha.
El período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, tras la derrota del fascismo, fue testigo en todo el mundo del avance de la democracia, la lucha contra el colonialismo y las revoluciones socialistas. América Latina no fue la excepción. Gobiernos de centro-izquierda, socialdemócratas y nacionalistas-populistas de frente popular asumieron el poder en Chile, Argentina, Venezuela, Costa Rica, Guatemala, Brasil y Bolivia, entre 1945 y 1952. Juan Domingo y Eva Perón nacionalizaron los ferrocarriles, legislaron uno de los programas de bienestar social más avanzados, y elaboraron a escala regional una tercera vía en política exterior independiente de EE.UU. Una coalición de socialistas, comunistas y radicales ganó las elecciones de 1947 en Chile con la promesa de amplias reformas laborales y sociales. En Costa Rica, un levantamiento político llevó al desmantelamiento del ejército nacional. En Venezuela, un partido socialdemócrata (Acción Democrática) se comprometió a extender el control público sobre los recursos del petróleo y a incrementar los ingresos fiscales. En Guatemala, el recién elegido presidente Arbenz expropió los campos no cultivados de la United Fruit Company, puso en práctica una amplia legislación laboral que promovía el crecimiento de los sindicatos, y acabó con el peonaje por deudas de los indígenas. En Bolivia, una revolución social dio lugar a la nacionalización de las minas de estaño, una profunda reforma agraria, la desaparición del ejército y de la formación milicias obreras y campesinas. En el Brasil de Getulio Vargas se promovió la propiedad estatal, una economía mixta y la industrialización nacional.
La puesta en marcha de la doctrina Truman en la década de 1940, la invasión por EE.UU. de Corea (1950), y el fomento agresivo de la Guerra Fría comportaron una intervención enérgica de EE.UU. contra los gobiernos democráticos de centro-izquierda y nacionalistas en América Latina. Con el visto bueno de Washington, las oligarquías de América Latina y los intereses empresariales de EE.UU. respaldaron una serie de golpes militares y de dictaduras durante toda la década de 1950. En Perú, el general Odría tomó el poder, el general Pérez Jiménez hizo lo propio en Venezuela, el general Castillo Armas fue instalado en el poder por la CIA en Guatemala, el presidente elegido Juan Domingo Perón fue derrocado por los militares argentinos en 1955, y el presidente brasileño Vargas fue empujado al suicidio. EE.UU. logró forzar la ruptura del frente popular y la ilegalización del Partido Comunista de Chile, y dio su apoyo al golpe de Fulgencio Batista en Cuba, y las dictaduras de Papá Duvalier en Haití y de Rafael Trujillo la República Dominicana. El ascenso de la extrema derecha, el derrocamiento de gobiernos de centro-izquierda y la sangrienta represión de sindicatos y movimientos campesinos consiguieron asentar la hegemonía de EE.UU., la aceptación de las políticas de Guerra Fría de este país, y abrió la puerta a la invasión económica de las corporaciones.
A finales de la década de 1950, el extremismo de la dominación y explotación de EE.UU., la represión brutal de todos los movimientos sociales democráticos y partidos de izquierda, y el saqueo a cargo de las oligarquías del tesoro público condujo a levantamientos populares y un retorno a la hegemonía de la izquierda.
Entre 1959 y 1976, regímenes de izquierda gobernaron o estuvieron a punto de gobernar en todo el continente, con diferentes grados de éxito y duración. La revolución social cubana de 1959 y una revolución política en Venezuela en 1958, fueron seguidas por la elección de los gobiernos nacional-populistas de Joao Jango Goulart en Brasil (1962-1964); Juan Bosch (1963), restablecido brevemente en 1965; Salvador Allende en Chile (1970-1973); y Perón en Argentina (1973-1975). Militares nacional-progresistas populistas tomaron el poder en Perú (Velasco Alvarado, 1968), Guillermo Rodríguez en Ecuador (1970), Ovando (1968) y Juan José Torres (1970) en Bolivia, y Omar Torrijos en Panamá. Todos ellos desafiaron en mayor o menor grado la hegemonía estadounidense. Todos fueron respaldados por movimientos populares de masas, que exigían radicales reformas socioeconómicas. Algunos gobiernos nacionalizaron sectores económicos estratégicos y aplicaron medidas anticapitalistas de largo alcance.
Sin embargo, todos menos la revolución cubana tuvieron corta vida. Incluso en pleno giro a la izquierda de los años 60 y 70, EE.UU. y sus satélites militares intervinieron enérgicamente para revertir la perspectiva de los cambios sociales progresistas. El gobierno del brasileño Goulart cayó ante un golpe militar respaldado por EE.UU., en 1964; éste fue precedido por el derrocamiento de Juan Bosch en 1963 y seguido por la invasión militar estadounidense contra la revolución restauradora dominicana de 1965-66; un golpe militar respaldado por EE.UU. en Bolivia derrocó a Torres en 1971; y Salvador Allende fue derrocado por un golpe conjunto CIA-militares en 1973, seguido por Velasco en 1974, y Perón en 1976. La prometedora y profunda oleada de izquierda había terminado por el resto del siglo XX.
Entre 1976 y 2000, con la notable excepción de la victoria de la revolución sandinista en 1979, la derecha fue en ascenso, y su largo mandato se realizó por medio de la peor oleada de represión en todo el continente en la historia de América Latina. Los gobiernos militares y los gobiernos civiles neoliberales autoritarios posteriores desmantelaron todas las barreras arancelarias y los controles de capitales en una zambullida salvaje en el libre mercado más extremista y dañino, y en sus políticas económicas imperiales. Entre 1976 y 2000, más de cinco mil empresas públicas fueron privatizadas y la mayoría fueron adquiridas por transnacionales extranjeras; asimismo, más de un billón y medio de dólares fueron transferidos al extranjero en concepto de beneficios, regalías, pagos de intereses, pillaje de fondos públicos, evasión fiscal y blanqueo de dinero. Sin embargo, esta edad de oro del capital estadounidense, durante la década de 1990, fue un período de estancamiento económico, polarización social y creciente vulnerabilidad a las crisis. El escenario estaba listo para las revueltas populares de los primeros años del nuevo milenio y el ascenso de la última oleada de gobiernos de centro-izquierda en la región, lo cual nos lleva a la cuestión de la sostenibilidad de este nuevo grupo de gobiernos.
Algunos cambios histórico-estructurales mundiales
Uno de los factores clave para revertir las pasadas oleadas de gobiernos de izquierda en América Latina fue el poder económico y la capacidad intervencionista de EE.UU..
Hay pruebas sólidas que muestran que en ambos aspectos el poder estadounidense ha sufrido una disminución relativa. EE.UU. ya no es un país acreedor, ya no es el primer socio comercial con Brasil, Chile, Perú y Argentina, y está perdiendo terreno en el resto.





EL 'RUMOR' TIENE ASIDERO: BOLIVIA TEME PERDER LA SEDE DE LA PAZ Y LA FIFA VUELVE A LA 'CARGA'

El presidente de Bolivia, Evo Morales, lamentó que la FIFA 'discrimine' a su país al querer prohibir los partidos de fútbol en altitud e insistió en recordar a las autoridades y a los médicos de este organismo que "el fútbol es integración. ¿Se acuerda el rumor que contamos en Urgente24 del 1-6 de la selección?. Todo tiene que ver con todo...

Urgente 24 de Argentina (www.urgente24.com)

El día del 1-6 ante Bolivia habíamos dado a conocer un rumor que llamó la atención. Si bien se puede perder en la altura, más teniendo en cuenta el nivel de la selección nacional, fue llamativo el resultado y que nos hayan hecho precio.
Según comentamos, fue uno de los pedidos de Joseph Blatter a Julio Grondona para que después, en algún momento, recibir un favor a cambio ante alguna necesidad. Y parece que el tema no estaba muy errado, ya que la FIFA quiere acometer contra La Paz y el tema no esta cerrado.
Evo Morales respondió muy molesto a unas declaraciones vertidas por el jefe de la comisión médica de la FIFA, Michael D'Hooghe, en las que adelantó que el organismo deportivo pretende replantear la prohibición de disputar partidos internacionales en ciudades situadas a gran altitud sobre el nivel del mar.
"Me llegó un reporte informativo que decía que un médico de FIFA todavía cuestiona fútbol en altura (...) Quiero decirles que el deporte, el fútbol, es integración y no discriminación, que sepan los médicos de FIFA y las autoridades", subrayó Morales entre aplausos un acto en La Paz.
"El deporte, el fútbol no discrimina partidos políticos, clases sociales, pueblos", insistió Morales al señalar que los médicos de la FIFA "se equivocan" y que esta instancia deportiva se acordó de la altura "para discriminar".
"Tal vez como un indígena llega a ser presidente, ahora quieren vetar el fútbol en altura", afirmó el mandatario boliviano quien dijo que su Gobierno seguirá defendiendo que se juegue donde se nace.
El líder indígena, que es conocido por su afición al fútbol, dijo sentir más dificultades en ciudades "de llanura porque se suda más y se deshidrata más" e indicó que ningún deportista ha perdido la vida jugando al fútbol en la altitud, pero sí en zonas bajas.
La FIFA emitió en 2008 una prohibición para que se disputen partidos oficiales por encima de los 2.750 metros de altitud, aunque, después dejó en suspenso temporal la medida para La Paz, situada a 3.600 metros sobre el nivel del mar.
De ratificarse la prohibición de la FIFA afectaría a algunos de los principales estadios bolivianos como el 'Hernando Siles', de La Paz, a 3.600 metros de altitud; el 'Jesús Bermúdez', de Oruro, a 3.700 metros, o el 'Víctor Agustín Ugarte', de Potosí, a 4.000.
Para defender el fútbol en altitud, Morales llegó a disputar un partido en La Paz en marzo de 2008 en el que también participó el actual seleccionador argentino, Diego Armando Maradona.
Paradójicamente, la derrota de Argentina frente a Bolivia por 6-1 el pasado 1 de abril en La Paz, en las eliminatorias Sudaméricanas para el Mundial 2010, reabrió el debate sobre cómo afecta la altura a aquellos que practican el fútbol.
¿Quién era Hernando Siles?
Según Biografías y Vidas, Hernando Siles fue un político boliviano perteneciente a una distinguida familia de Chuquisaca, que a los 13 años perdió a su padre y tuvo la responsabilidad de mantener a su madre y a sus siete hermanos menores. Finalizó sus estudios de derecho en julio de 1905 en la Universidad de San Francisco Xavier en Sucre y pronto se convertiría en uno de los abogados más solicitados del país.
En 1911 fue invitado por el presidente Villazón a asumir la Oficialía Mayor del Ministerio de Justicia. Aprovechando su estadía temporal en la ciudad de La Paz fue catedrático de la Universidad Mayor de San Andrés. Seis años más tarde fue nombrado Rector de la Universidad San Francisco Xavier, el más joven de su historia. Escribió varios libros sobre Derecho, en particular de Derecho civil. En 1909 viajó a Chile para realizar la impresión de dos obras, el Código Civil Concordado y el Código Penal Concordado. Posteriormente, en La Paz, publicó su obra Procedimiento Civil e Historia de la Jurisprudencia.
A partir de 1920 incursionó en política. Este mismo año fue diputado por Oruro y luego senador por Chuquisaca. En las intervenciones parlamentarias defendió al sector indígena y, con ocasión del proceso que se seguía contra los líderes del levantamiento indígena en Jesús de Machaca (1921), defendió también la colonización de regiones fronterizas, las imposiciones tributarias a las exportaciones, las modificaciones al Procedimiento Civil y muchos otros asuntos de interés nacional.
En 1922 fue nombrado Ministro de Instrucción Pública y Agricultura y seis meses más tarde fue designado como titular del Ministerio de Guerra y Colonización del gobierno de Saavedra (1921-25). En 1923 se reincorporó, por razones políticas, a la Cámara de Diputados. A fines de 1924 fue designado embajador en Perú para alejarlo de su camino a la presidencia de la república, pero la inesperada anulación de las elecciones de 1925 lo acomodó en la carrera presidencial.
En las elecciones del 1 de diciembre de 1925, Hernando Siles y Abdón Saavedra, como presidente y vicepresidente respectivamente, obtuvieron mayoría absoluta. Su gestión, que buscó un apoyo amplio, ya que se acercó a liberales y genuinos y promovió la creación del Partido de la Unión Nacionalista, vivió también momentos de violencia e intransigencia.
Su administración pasó por dificultades económicas y los presupuestos nacionales se ejecutaron con déficit. Uno de los aportes más importantes del gobierno de Siles fue la modernización y ordenamiento del sistema financiero. Por recomendación del asesor norteamericano Kemerer, se promulgó la ley del Banco Central, que reestructuraba el Banco de la Nación, la de presupuesto, la creación de la Contraloría General de la República y la ley de Aduanas.
También se promovió la integración y desarrollo del Oriente del país a partir de proyectos viales y del plan Hans Grether, que proponía una estrategia de desarrollo económico y agrícola. En relaciones internacionales, con relación al conflicto prebélico con el Paraguay, Siles escogió el camino de la paz.
En mayo de 1930 renunció a la Presidencia de la República. En 1934 fue nombrado por el presidente Salamanca embajador en Chile, cargo que desempeñó durante siete años. Tuvo seis hijos: Hernán Siles Zuazo (fue Presidente de la República), Ernesto Siles Gómez (activo miembro de la banca), Telmo Siles (industrial minero), Luis Adolfo Siles Salinas (Presidente de la República), Jorge Siles Salinas (abogado y diplomático) y Teresa Siles Salinas.

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