martes, 1 de marzo de 2016

LECCIONES DE BOLIVIA. LA DÉCADA QUE LLEVA EVO EN EL PODER HA SIDO LA MÁS PRÓSPERA EN LA HISTORIA DE BOLIVIA



El caso del gobierno de Evo Morales en Bolivia es diferente al de los demás gobiernos de izquierda de la región que a últimas fechas han perdido el poder, sufrido derrotas electorales o caído en la impopularidad.
La política económica del gobierno de Morales ha sido mucho más razonable que la de la Venezuela chavista o la de la Argentina kirchnerista, y por supuesto, que la del Brasil del PT.
La década que lleva Evo en el poder ha sido la más próspera en la historia de Bolivia, con tasas de crecimiento sostenido, baja inflación y cuantiosas mejoras en el nivel de vida de los sectores populares. Es cierto que todos estos años se benefició sustancialmente de los altos precios de los hidrocarburos y las materias primas; pero aún así, sacar a 2 millones de personas de la pobreza en una sola década parece un logro nada despreciable. Y si fuera solo por el viento de popa, los otros países mencionados lo recibieron en igual o mayor proporción.
De modo que no pudo haber venido por ese lado el descontento del pueblo boliviano, que el domingo le infligió a Evo su primer derrota en las urnas con un claro "no" a sus intenciones de perpetuarse en el poder.Las razones habría que buscarlas precisamente en esa voluntad de reelegirse ad infinitum, que ha aquejado a varios líderes y partidos de la izquierda regional, mediante modificaciones constitucionales o avasallamiento de otros poderes del Estado, acumulación de poder, enfrentamiento permanente con la prensa y políticas clientelistas.
El solo hecho de plantear un referéndum para habilitar al presidente a presentarse a unas elecciones que se celebrarían cuatro años después, era ya un acto de excesiva confianza, para no hablar de lo inaudito que resulta la idea. Lo que estaba pidiendo Evo en esa consulta era que los votantes le dieran la oportunidad de gobernar por 10 años más, para completar dos décadas en el poder. Era demasiado. Y debería serlo para cualquier gobernante en cualquier circunstancia.
Pero a ello se sumaron en los últimos meses algunos episodios no menos significativos. Por un lado, los casos de corrupción —a los que antes el gobierno de Morales parecía inmune— han arrojado un manto de duda (y no tantas dudas) sobre la probidad de Evo y su entorno. Primero fue el caso del Fondo Indígena, programa del gobierno destinado a la ayuda de la población más vulnerable, cuyos proyectos se descubrió que eran truchos, y que los dineros públicos habían ido a parar a cuentas privadas de aliados políticos del propio presidente.
Luego trascendió el caso de una amante de Evo, con la que el mandatario tiene un hijo, que es gerenta de una multinacional china que ha recibido contratos sin licitación del Estado boliviano por US$ 600 millones.
Días antes del referéndum se comprobó también que el vicepresidente, Álvaro García Linera, factótum del gobierno de Morales y ubicuo referente de su administración, no poseía ningún título universitario mientras figuraba en documentos oficiales como "licenciado" y así se hacía llamar.
Todas estas revelaciones fueron minando la credibilidad del gobierno y agriando el sentir de la población. Mientras la imagen de Evo Morales haciéndose atar los cordones de los zapatos por uno de sus seguidores, al tiempo que conversaba con otros, como si fuera un tlatoani imperial, reafirmaba entre los bolivianos la idea de que tal vez no fuera recomendable otorgarle a este hombre la posibilidad de gobernar por 10 años más.
Pero la gota que rebasó esa copa colmada de descontento llegó dos días antes del propio referéndum, cuando grupos de choque vinculados al gobierno central le prendieron fuego a la Alcaldía de El Alto —ahora en manos de la oposición— donde murieron seis personas.
El domingo la suerte de Evo estaba echada, pero había tenido una mal cruce de ese Rubicón y conoció la derrota. García Linera hizo retrasar el conteo del Tribunal Electoral, que demoró los resultados por dos días, pero finalmente la presión de la OEA y la sensatez prevalecieron para reconocer la victoria del No.
La derrota de Evo se inscribe en el giro que parece configurarse en la región hacia gobiernos de otro signo.
La victoria de Mauricio Macri en noviembre parece haber iniciado esos primeros vientos de cambio en la región. Le siguió en diciembre la derrota aplastante del chavismo en las parlamentarias de Venezuela, que han dejado al gobierno de Nicolás Maduro a punto de caramelo. El gobierno de Dilma Rousseff, el PT e incluso el expresidente Lula en Brasil, han caído en un severo desprestigio y han debido enfrentar el descontento y la indignación en las calles. En Ecuador, Rafael Correa ya ha dicho que no se presentará a la reelección en 2017. Y por si todo esto fuera poco, el régimen de Raúl Castro en Cuba está ahora de picos pardos con Washington.
Así pues, el común denominador en estas derrotas electorales y, en general, en la impopularidad en que han caído los gobiernos de izquierda de la región parece ser la corrupción, más aun que el frenazo chino que ha provocado una severa desaceleración de las economías. En algunos de estos países, el desengaño y la indignación han sido aun más profundos que antes porque la prédica de la izquierda latinoamericana (a diferencia de la izquierda tradicional europea) siempre se había caracterizado por un mensaje divisivo.
Los corruptos eran los "neoliberales", los "vendepatria", los "cipayos"; y ellos eran los honestos, los probos que venían a darle al pueblo lo que otros le habían saqueado.
Y al final del día, los partidos políticos, sean del signo que sean, no están integrados por santos, sino por hombre y mujeres de carne y hueso, que al llegar al poder constituyen una nueva casta privilegiada con sus luces y sombras, defectos y virtudes y, por supuesto, con sus excesos y abusos. Eso es lo que hemos descubierto, y parece ahora más doloroso que antes.
Pero si efectivamente se concreta ese giro regional hacia gobiernos de otro signo político, sería bueno que estos partidos que han estado en el llano todos estos años —como el PRO de Macri o los partidos de la oposición venezolana— hayan aprendido de los errores del pasado. Tanto de los propios como de los de sus adversarios que han estado en el poder. Subsanar las divisiones internas y gobernar para todos los sectores de la sociedad parecería ser, en suma, la principal lección a ser aprendida, amén de no regresar a las relaciones carnales con Estados Unidos cerrándonos al resto del mundo.
Esa última sería una lección a tener muy en cuenta, sobre todo con la influencia que Washington parece decidido a recuperar en América Latina. Y de eso también ya tenemos experiencia en esta parte del mundo. Si algo ocurrente ha dicho el propio Evo en todos estos años, fue cuando ironizó que Estados Unidos era el único país del continente que nunca había sufrido un golpe de Estado "porque allí no hay Embajada de Estados Unidos".
Esas serían las lecciones para empezar a recuperar la esperanza. Hegel decía que la única lección de la historia es que nunca nadie aprende las lecciones de la historia. Esperemos que esta sea la excepción a esa regla hegeliana. (www.elobservador.com.uy)





AMÉRICA LATINA DESPUÉS DEL REFERÉNDUM EN BOLIVIA

RT Actualidad de Rusia (www.actualidad.rt.com/opinion)
                                                   
Por Juan Manuel Karg.- El reciente referéndum de Bolivia mostró el cambio al que asiste la política regional desde hace unos meses. Si 2014 había sido el año del triunfo de las opciones progresistas -Brasil, Bolivia, Uruguay- el final del 2015 y el inicio de 2016 trajo aparejado una seguidilla favorable para las fuerzas conservadoras -Argentina, Venezuela y Bolivia, aunque sólo presidencial en el primer caso-, que lograron modificar parcialmente la correlación de fuerzas regional.
De esta forma, un debate vuelve a resurgir: ¿finaliza el ciclo iniciado por Hugo Chávez en Venezuela, seguido por Lula y Dilma en Brasil, Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua? Si uno se guía por los medios de comunicación hegemónicos de la región (Globo, Clarín, Venevisión, entre otros) la caída del resto de los gobiernos progresistas es inminente, aleccionados -de acuerdo a estos medios- por infinidad de casos de corrupción, nepotismo, desidia gubernamental, irrespeto a las instituciones y los DDHH, y un larguísimo etcétera.
Por otra parte, negar las complejidades por las que transitan estos gobiernos sería de una necedad extrema. No sólo porque las dificultades son reconocidas por los propios gobiernos -por ejemplo, cuando Venezuela decreta la Emergencia Económica o Brasil anuncia una caída de 3.70% en su PBI durante 2015- sino porque además la persistente caída en los precios de los commodities -petróleo, cobre, soja- es un dato objetivo de la realidad internacional, que daña a estos países pero también a aquellos que tienen otra orientación política-ideológica en sus respectivos Ejecutivos.
Dicho esto, la pregunta pasa por los liderazgos y el caudal electoral. El retroceso electoral de las opciones nacional-populares, progresistas o posneoliberales se topa con un dato que hay que revisar para completar el análisis: la elevada adhesión que aún así reflejan. Así, un 49% en Bolivia y Argentina, y un 42% en Venezuela, independientemente de la diferencia en el tono de las elecciones -referéndum, presidencial y legislativa, respectivamente- resultan porcentajes muy elevados para decretar, como en algunos casos livianamente se ha hecho, el fin de esos proyectos, que conservan un anclaje popular innegable.
Hay cuatro preguntas que ayudarán a ordenar el mapa político de las opciones de la izquierda regional: ¿qué papel cumplirá Cristina Fernández en el plano político-electoral de Argentina a partir de este momento?; ¿cómo ordenará Evo Morales la discusión en torno a su necesario relevo, visto y considerando que ha decidido postergar esa definición hasta 2018?; ¿cómo afrontarán Dilma Rousseff y Nicolás Maduro los intentos de “derrocamiento legal” que sus oposiciones se plantean hoy, para desalojarlos de Planalto y Miraflores?; y, por último, ¿cuál será el rol -local y regional- de Luiz Inácio Lula Da Silva, único sobreviviente del trío que conformó junto a Chávez y Kirchner a la hora de la derrota del ALCA? En esos interrogantes, todos vinculados a los liderazgos regionales, residen buena parte de los nuevos desafíos que afrontarán estos procesos políticos.
Mientras tanto, las fuerzas nacional-populares, progresistas y de la izquierda regional deberán replantear sus estrategias. Así como la derecha, durante años de larga sequía electoral, modificó discursos -y sobre todo formas- en vías a poder disputar de igual a igual frente a los tanques electorales posneoliberales, los movimientos sociales y políticos que pretendan retornar (Argentina) o mantener el Ejecutivo (el resto, por el momento) deberán hacerlo bajo un nuevo contexto regional, y también bajo nuevos imaginarios. Por ende, espacios como el Foro de Sao Paulo, ELAP y Bloque Progresista del Parlasur, exponentes de estas organizaciones y sus representantes, deberán reconsiderar líneas de acción junto a un conjunto de think-thanks regionales, como el Instituto Lula y el -próximo a lanzarse- Instituto Patria de Cristina Fernández de Kirchner, sumando el aporte de otras instancias de “intelectuales orgánicos” al decir gramsciano.
La derecha cuenta asimismo con una complicación adicional, más allá del cambio objetivo en la correlación de fuerzas: ya ha comenzado a gobernar en la Argentina, mostrando en poco tiempo que el discurso de “mantener las políticas sociales” era más bien eso, un discurso -visto y considerando la devaluación de Prat Gay, el aumento de precios en la canasta básica, los masivos despidos tanto en el sector público como privado, entre otras medidas de los primeros meses-. Asimismo, en los países de la Alianza del Pacífico se ve con claridad la ausencia de políticas sociales extendidas: no hay Asignación Universal por Hijo -parte de la supuesta “pesada herencia” kirchnerista en Argentina-, no hay Bolsa Familia -Brasil-, no hay Bono Juancito Pinto o Renta Dignidad -Bolivia-, y no hay Misiones Sociales -Venezuela-. Por ello México, Colombia, Chile y Perú no han avanzado en reducir las desigualdades al interior de sus sociedades.
Esos indicadores, lejos de seducir a un núcleo nuevo de votantes, más bien podrían llegar a dificultar la llegada de nuevas expresiones en los países con gobiernos posneoliberales. Sin embargo, en buena parte de la región se desconocen estos hechos, refrendados por indicadores de CEPAL. ¿Por qué? Por una campaña de “embellecimiento” mediático de ese bloque de países, y una critica mediática furibunda sobre el resto. Por ende, una necesaria reconsideración del momento de parte de los tanques de pensamiento y organizaciones afínes al proyecto de integración regional autónoma será la vía para plantear una adecuada resolución a la puja sobre la cual se cierne, una vez más, América Latina. 





¿FIN DE FIESTA EN BOLIVIA?

El Nacional de Venezuela (www.el-nacional.com)

Por Beatriz de Majo.- El lema con el que Evo Morales se presentó a la consulta electoral que le habría permitido ser por cuarta vez candidato presidencial en las elecciones en 2020 fue: “Con Evo vamos bien”. La oferta de estabilidad económica de su país no caló entre el electorado, a pesar de que es cierto que existe una percepción positiva de la gestión de su gobierno entre casi la mitad de sus votantes.
La oposición, sin embargo, hizo bien su trabajo de poner en evidencia ante los gobernados que no hace falta solo que algunos indicadores económicos muestren un comercio pujante y una tasa de crecimiento envidiable. La posibilidad de que Morales se perpetúe en el poder comenzó a provocar  recelo dentro del mismo contingente de votantes que en los pasados 10 años pasaron a formar parte de su clase media.
Es preciso reconocer que es cierto que el PIB per cápita de Bolivia se duplicó con creces en la pasada década y pasó de 1.200 dólares a 3.000 durante el gobierno de Morales. Es cierto igualmente que las compras en los supermercados crecieron 600% y que los consumos de restaurantes se multiplicaron por 8,6. También es verdad que el producto del país creció a una tasa interanual de 5% y que sus reservas de divisas alcanzaron una de las cifras más altas del mundo en proporción al PIB nacional: 50%.
Ocurrió que los votantes que no le dieron su favor a Morales comenzaron a deplorar los otros tantos aspectos en los que el gobierno populista hizo retroceder al país: la falta de productividad, el despilfarro y la corrupción que acompañaron la expansión. Estos pueden ser justamente los elementos capaces de revertir un modelo que es exitoso solo en apariencia.
Un verdadero esfuerzo en transferir a la economía los altos precios de las materias primas –lo que fue la característica resaltante de la década en los mercados internacionales– debió efectuarse para conseguir la independencia alimentaria del país y para consolidar industrias eficientes. Por el contrario, el país se llenó de productos importados a precios inaccesibles para la población de a pie, mientras se construían obras monumentales de utilidad dudosa.
Esa estrechez de visión estuvo acompañada del peor de los males que es la perversión de los funcionarios y la puerta abierta a la corrupción. Las cantidades de fondos públicos que tuvo Evo Morales a su disposición no tienen parangón en la historia económica del país, pero los negociados turbios y los desfalcos han sido igualmente protuberantes.
Sin embargo, y a pesar de los resultados que le niegan a Morales una nueva presidencia, aún no  hay fin de fiesta.
El Movimiento Al Socialismo cuenta con un importante apoyo en las zonas rurales y entre la población indígena por su clara política de inclusión y tiene aún chance de prorrogar su estadía en la conducción del país hasta 2025. En los cuatro años que los separan de las elecciones, es preciso que el modelo económico y social sea completado y, sobre todo, que la corrupción sea barrida de los centros de poder y de la gestión de los asuntos públicos. De lo contrario, el destino del país no será diferente del venezolano.






Público de España (www.blogs.publico.es)
                                                      
Los demócratas del planeta se han puesto muy contentos con la derrota en el referéndum de Bolivia que debía permitir a Evo Morales optar a un cuarto mandato con el que mantenerse en el poder hasta 2026, es decir 20 años ininterrumpidos. La perspectiva tenía alarmadísima a la comunidad internacional, especialmente a Occidente, que tiene muy engrasado su sensor de injusticias y reacciona siempre a tiempo contra todos los desmanes, ya adopten la forma de guerras, dictaduras, crisis de refugiados, epidemias en África, hambre en el mundo o, singularmente, de caudillo latinoamericano.
Morales, ya saben, es ese indio extravagante que viste un jersey a rayas, que no tiene ningún master en la London School of Economics porque sus trabajos como albañil, panadero o trompetista sólo le dieron para graduarse como bachiller y que, en el colmo de la desfachatez, se atrevió a llamar república a España al ir a saludar a nuestro rey campechano, hoy emérito.
Los bolivianos siempre han estado en el centro de las preocupaciones de las naciones más avanzadas y, de ahí que las alarmas sonaran cuando Morales llegó al poder en 2006 y empezó a nacionalizar los hidrocarburos, la electricidad y los recursos naturales del país, y sonaron aún más cuando invirtió los ingresos adicionales del Estado en industrializar el país, construir redes de transporte y viviendas y favorecer la artesanía y el desarrollo rural. Cuando Bolivia puso en órbita en colaboración con China un satélite propio las alarmas sonaron tanto que se llegó a pensar en llamar a un técnico por si el mecanismo se había vuelto majareta.
Ha sido un sinvivir para los oídos. Las alarmas han sonado año tras año, a medida que el PIB boliviano crecía a un promedio del 5% y se multiplicaba por cuatro hasta los 33.000 millones de dólares; y lo siguieron haciendo cuando la pobreza pasó del 60% al 32%, el salario mínimo de 440 pesos a 1.656, el paro llegó al 3,2%, el más bajo de la región, la inflación se estabilizó en torno al 5% y casi una tercera parte de la población, en torno a 2,6 millones de personas, se encuadraron en la clase media. Morales ha sido tan dañino para Bolivia que hasta ha institucionalizado el cobro de impuestos y las reservas en divisas suponen a día de hoy cerca del 50% de la economía nacional.
A diferencia de otras naciones golpeadas por la caída en picado del precio de las materias primas, Bolivia ha mantenido su tasa de crecimiento gracias a que ha aumentado el consumo de los hogares y la inversión pública y está a punto de quemar las alarmas con las previsiones de la Cepal para este año: el PIB avanzará un 4,5% por el repunte de los salarios y del consumo, algo que puede permitirse un país con “sobradas reservas” y “escasa deuda externa”.
Ante este desolador panorama, la derrota de Morales en el referéndum ha supuesto un gran alivio, aunque todavía nadie se explique por qué estos dictadores populistas aceptan el veredicto de las urnas siendo tan caudillos y tan populistas.
La verdad es que se veía venir algo semejante. A diferencia de España, donde la corrupción asociada al partido en el poder apenas si da titulares, en Bolivia se ha conocido recientemente un caso especialmente grave que implica al llamado Fondo Indígena, creado para financiar proyectos de desarrollo en áreas rurales. Supuestamente, entre 7 y 20 millones de dólares de proyectos no realizados o inconclusos habrían sido transferidos a cuentas de particulares, un gravísimo escándalo visto desde nuestra perspectiva e imposible por estos predios. En abierta demostración de la complacencia del régimen con lo sucedido, se han identificado a más de 100 responsables, siete de los cuales han sido detenidos, entre ellos la exministra de Justicia y Desarrollo Rural y dos dirigente sindicales próximos al partido de Morales. Dos de sus senadores fueron sometidos también a arresto domiciliario.
No queda ahí la cosa. Simultáneamente, se supo que la expareja de Morales, Gabriela Zapata Montaño -con la que habría tenido un hijo que en un principio se dijo que había fallecido- ejerció de comisionista para la empresa china CAMC Engineering, adjudicataria de siete grandes obras estatales gracias, supuestamente, a los buenos oficios de esta señora en el proceloso mundo del tráfico de influencias. El caudillo, lógicamente, hizo lo que se esperaba de él y la Justicia acaba de enviar a Zapata a la cárcel de mujeres de Obrajes, imputada por tres delitos. Algo semejante jamás hubiera podido producirse en un país desarrollado tipo España.
En democracias avanzadas como la nuestra, donde nuestra Constitución por el momento no impide que un presidente pueda permanecer en el cargo hasta la muerte a condición de que gane las elecciones cada cuatro años, vemos con especial preocupación que un indígena iletrado que ha sumido a Bolivia en los diez años de mayor prosperidad de su historia intente perpetuarse en el poder. Es algo que nos rebela como occidentales y como demócratas.
Afortunadamente, los bolivianos han estado listos. Si en los cuatro años que restan de mandato a Morales el Movimiento al Socialismo (MAS), su partido, consigue alumbrar un sucesor que complete la tarea, las alarmas seguirán sonando. Y si el delfín, además, no se parece a Maduro el ruido será ensordecedor.





BOLIVIA Y ECUADOR: ¿MESIANISMO O DESASTRE?

Semana de Colombia (www.semana.com)
                                                                          
Por Julio Londoño Paredes.- Ni el mesianismo ni la repartición de prebendas para lograr apoyos pueden ser los parámetros para gobernar: eso siempre tarde o temprano sale mal.
Antes de que Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en el Ecuador fueran elegidos, estábamos  acostumbrados a que en los dos países la inestabilidad era la regla general y que los militares se proclamaran como árbitros en las cotidianas crisis internas. Hasta el punto que pocos sabían con precisión quien era en un momento determinado el mandatario de turno.
En Bolivia los golpes y los contragolpes de estado se sucedían casi ininterrumpidamente. Cuando no se derivaban del enfrentamiento con los mineros, con los campesinos o con los indígenas, surgían como consecuencia de los apetitos de la maleada clase política liderada por figuras que tradicionalmente habían controlado al país.
En medio de esta situación, Bolivia ha debido enfrentar el reto de la pérdida de su salida al mar y de una dependencia política y económica de Brasil y Argentina, los dos gigantes que tiene a su lado.
Pero ahí no paran las cosas. Con Paraguay y Perú, las relaciones no han sido fáciles. Con Paraguay las secuelas la Guerra del Chaco entre 1932 y 1935, con un sangriento saldo de cerca 100.000 muertos, solo hasta 2009 quedaron superadas. Frente al Perú las diferencias han sido frecuentes. 
De un momento para otro, asumiendo el papel de un mitológico emperador incaico surgido de las aguas del Lago de Titicaca, aparece Evo Morales que con lemas “anti yaquis” y “anti imperialistas” y utilizando el pugnaz leguaje chavista, incluso contra Colombia, se erige como “el gran salvador”.
A pesar de todas las críticas, por primera vez Bolivia logró una estabilidad política que parecía imposible y experimentó una mejoría en la situación social y económica del país que no se había visto antes.
Algo parecido sucedió en el Ecuador. La permanente confrontación entre el congreso y el ejecutivo, la beligerancia de los grupos indígenas, las rivalidades entre Quito y Guayaquil y la prevalencia de los militares llevaron al país a que en diez años tuviera doce presidentes. Colombia era generalmente el destino de los derrocados.  
Al llegar Correa, cerró la base norteamericana de Manta, impuso severas limitaciones a la prensa y se hizo el de “la vista gorda” ante la presencia de las FARC en la frontera con Colombia. Sin embargo durante su mandato se ha generado una época sin precedentes de progreso y estabilidad.
Cuando los mandatos Morales y Correa se aproximan al final, se experimenta en sectores de ambos países una sensación de orfandad. Muchos temen volver a la condición anterior. La respuesta de los allegados es que la única garantía es la continuidad de los regímenes, como pretende hacerlo el chavismo desde la ultratumba, mediante sencillas reformas constitucionales patrocinadas por los amigos de turno en los congresos.   
Sin embargo Evo fue derrotado “temporalmente” en un intento de facilitar su reelección en el 2020 y Correa, de 52 años, logró una reforma que le permitirá aspirar nuevamente a la presidencia en el 2021.
Ni el mesianismo ni la repartición de prebendas para lograr apoyos pueden ser los parámetros para gobernar: eso siempre tarde o temprano sale mal.





EL CAMINO DE BOLIVIA ALFREDO VERA

El Telégrafo de Ecuador (www.eltelegrafo.com.ec)
                                              
Por Alfredo Vera.- Pocas veces ha habido una amenaza tan cierta como la que se cierne contra Venezuela, a la muerte de Chávez y el triunfo de Maduro, país que se ha convertido en un desate de violencia por la manipulación de los contrarios a la vía revolucionaria que provocan la lucha opuesta a la gesta bolivariana que pretendió sacar a su país de los niveles de pobreza en que lo habían dejado los gobernantes anteriores. Y eso que encima de la crisis podría llegar al poder Donald Trump.
En Argentina el ‘macritazo’ perjudicó a 500.000 trabajadores y obreros por la emisión de leyes absurdas, traicionando todo lo que hicieron en bien los Kirchner. Igual devaluó la moneda en 400% llevando el hambre a los hogares de los gestores del tango. No podemos creer que en Bolivia haya perdido la consulta, sobre su reelección, Evo Morales, que tanto ha hecho de bueno para ese país, especialmente para los sectores más pobres y excluidos por su característica de indígenas.
En Ecuador, la oposición no quiere quedarse atrás y ya se prepara para arremeter, como lo hicieron en el pasado, porque parece que están extrañando la existencia de un cadáver como el de Pancho Jaime, como la muerte y encarcelamiento de los Alfaro Vive Carajo, el lleve de la Perimetral, el festín del petróleo, linduras que empobrecieron, igual que en Bolivia, a los más pobres entre los pobres.
La Revolución Ciudadana ha hecho muchísimas cosas más que cualquier otro régimen, como las hidroeléctricas, las escuelas del milenio, los hospitales modernos, las carreteras de primer orden, la promoción de las poblaciones campesinas y decenas de inversiones de los recursos que produjo el petróleo, el IVA y lo que tuvieron que pagar algunos de los empresarios acostumbrados a evadir sus responsabilidades.
El Gobierno ha frenado los intentos de los grupos de presión para proteger a los trabajadores y empleados públicos que estaban acostumbrados a soportar en silencio los abusos de las oligarquías. No hay mucho que escarbar para conocer la historia trágica de los campesinos, obreros y trabajadores que han vivido en la pobreza más exasperante durante décadas. Hoy estamos frente al intento de utilizar al militarismo retirado a ver si logran convencer a los oficiales y tropa de servicio activo, que aun reclaman mejores retiros, pese a que ya reciben elevadas remuneraciones superiores a las de los médicos y a los profesionales que trabajan hasta el fin de sus días.
¿Por qué no nos preguntamos la razón para que los profesores, rectores, inspectores y personal administrativo del magisterio no se agrupan, como docentes y personal de planta, a reclamar igualdad en el trato que les otorgan sus respectivos patronos si ellos trabajan más con la inteligencia que con la fuerza? Muchos de ellos comienzan a pensar en la posibilidad de que se fragüe un golpe de Estado sin contemplar lo que opina el verdadero pueblo.





EDITORIAL. EVO NO ES ETERNO

Río Negro de Argentina (www.rionegro.com.ar)
                                              
A diferencia de las de tantos otros presidentes latinoamericanos que, por creerse irremplazables, han soñado con perpetuarse en el poder, la gestión del boliviano Evo Morales ha sido llamativamente exitosa. El primer presidente de origen claramente indígena de su país tiene derecho a calificar de "ganada" su década como mandatario ya que el producto bruto se cuadruplicó luego de un largo período de estancamiento y el año pasado la tasa de inflación fue del 2,95%. Asimismo, merced al progreso económico y político se han reducido mucho las brechas que separan a las comunidades indígenas de la minoría blanca o mestiza tradicionalmente dominante.
A pesar de la retórica chavista favorecida por Evo y su relación personal con el comandante bolivariano, no se le ocurrió procurar imitar a sus presuntos mentores en el ámbito económico. Antes bien, para sorpresa de los convencidos de que protagonizaría otro desastre voluntarista, hasta ahora ha manejado las finanzas de su país con un grado de sobriedad notable. Fue por lo tanto comprensible que confiara en que su propia popularidad –según las encuestas, más del 70% de sus compatriotas aprueba su gestión– le garantizaría un triunfo rotundo en el referéndum para que una reforma constitucional le permitiera ser reelegido nuevamente. Sin embargo, para su propia indignación, la mayoría votó en contra. Si bien Evo reaccionó con incredulidad ante lo que tomó por una afrenta personal, andando el tiempo podría sentir cierto alivio ya que, siempre y cuando no caiga en la tentación de llevar a cabo un "autogolpe", no correrá el riesgo de compartir el destino indigno de aquellos autócratas que, al aferrarse al poder cuando su ciclo se ha agotado, terminan arruinando los países que gobiernan.
La derrota del "Evo eterno" no parece haberse debido sólo a los escándalos de corrupción que se han denunciado, ya que en comparación con los de otros países de la región son casi anecdóticos, o a los detalles, no muy graves, de la vida privada del presidente que se difundieron en vísperas de la votación. También habrá incidido la voluntad de muchos bolivianos de fijar límites al poder de un gobierno de aspiraciones hegemónicas por temor a lo que podría suceder si se creyera por encima de las reglas democráticas. Bolivia ha evolucionado mucho en los años últimos al incorporarse millones de personas a la clase media, un sector que en la mayoría de los países se siente más independiente y por lo tanto menos dispuesto a guiarse por la lógica clientelista. Así, pues, el fracaso del proyecto reeleccionista de Evo podría atribuirse al éxito de una gestión que ha beneficiado a una proporción importante de los bolivianos. El que se haya resistido tanto tiempo a aceptar el veredicto de las urnas por suponer que los votantes campesinos de las zonas rurales más pobres le permitirían superar la oposición de quienes viven en los centros urbanos que han sido los más favorecidos por el fuerte crecimiento económico experimentado por su país hace pensar que ni él ni los estrategas gubernamentales entendían que, para los caudillos populares, el desarrollo socioeconómico puede resultar adverso. Por injusto que les parezca, una sociedad con menos indigentes suele ser más proclive a asumir una actitud crítica frente al poder.
Para muchos, el revés sufrido por Evo en el referéndum es un síntoma más del retroceso que está experimentando el populismo supuestamente izquierdista en toda la región, pero no hay demasiados motivos para vincularlo con la implosión de la Venezuela chavista, los problemas del gobierno de Dilma Rousseff en Brasil o el triunfo en las elecciones presidenciales de Mauricio Macri en nuestro país. Los resultados de la gestión económica de Evo han sido positivos, si bien resta ver cómo se las arreglará para amortiguar el impacto del desplome de los precios de las commodities. Y aunque su forma egocéntrica de gobernar ha levantado muchas ampollas en la oposición, sus excesos en tal sentido han sido menos urticantes que los cometidos por otros líderes del bloque bolivariano como el venezolano Hugo Chávez y su sucesor, el extraordinariamente inepto Nicolás Maduro, y el muy autoritario ecuatoriano Rafael Correa, además, claro está, de los Kirchner que, sin pertenecer formalmente al movimiento así denominado, podrían considerarse afiliados honorarios.





DEL NO BOLIVIANO AL FRACASO BOLIVARIANO

El Comercio de Perú (www.elcomercio.pe)
                                                                     
Por H. Belevan-McBride.- Aunque no ha sido hasta ahora comprobada la existencia de la llamada sabiduría popular y sí más bien que, a través de los siglos, ha despuntado casi siempre su contrario, hay momentos en que aquella asoma intentando validarse como excepción a la regla. Es el caso de Bolivia en estos días, en que la mayoría del pueblo ha sabido decirle No a la pretensión de su autoritario presidente de perpetuarse en el poder, mediante un referéndum cuya convocatoria reflejó su proverbial soberbia.
Pero esta derrota le revela al caudillo altiplánico un hedor más oliente que su propio fracaso, y que emana de esa armadura en descomposición que se creyó reluciente, pero que resultó ser apenas un armazón de cartón piedra: el socialismo del siglo XXI. Con esa gran patraña, una parte de América Latina ingresó políticamente al segundo milenio, una engañifa hecha de populismo comercializado con el nombre de revolución bolivariana y a la que, además de la Venezuela de los cleptómanos, adhirieron vergonzosamente países regionalmente significativos como Argentina y Brasil, junto con naciones insignificantes como Bolivia y Nicaragua, o como Ecuador, cuyo presidente, sin embargo, intuyó astutamente la inviabilidad de las tentaciones bolivarianas vitalicias, esas, en fin, que ahora naufragan en Bolivia. Porque, tal como lo registró hace pocas semanas Carlos Adrianzén, rebatiendo la falacia del tan cacareado milagro económico boliviano, ese país, por el contrario, “se ha subdesarrollado más en estos últimos tiempos”, razón por la que “el problema de Bolivia no implica su pasado, sino su aciago futuro económico” (“Lamento boliviano”, El Comercio, 27 de enero del 2016). Si a esa farsa se suma el hallazgo paulatino de una corrupción rampante en los círculos próximos al mandatario, el descalabro del modelo evo-chavista se hace más patente que nunca.
Por timorato que sea, el No boliviano se suma, entonces, a la tan esquiva sabiduría popular argentina que, ahora sí, procura rescatar a su país del kirchnerismo luego de tantos años de juerga populista. Y algo semejante pareciera suceder con la debacle moral por la que atraviesa el Brasil del Partido de los Trabajadores, así como con la ruina política, económica, ética y social del chavismo venezolano. Por suerte, el Perú no cayó en esa telaraña bolivariana, a pesar de las torpes inclinaciones de un mandatario como el actual, cuya gestión conyugal, que él secunda en la opacidad del ocaso, será arrumada por la historia en la trastienda de la política nacional.
Resta así preguntarse cuál rumbo escogerá Bolivia al final del mandato de su actual gobernante, aunque haría mal en ilusionarse demasiado con que no volverá a azotarla una reciclada neoizquierda: propenso como pareciera ser a las primicias políticas, bien podría aquel país votar, y enhorabuena, por una primera mujer o por un primer gay a la presidencia, o en mala hora, nuevamente por el mismísimo sujeto que se ha promocionado como el primer indígena jamás elegido presidente en la región.
Advertía amargamente José María Sanguinetti hace pocos años: “En nuestra rumbosa América Latina, tan autopromocionada por el crecimiento de esta década de bonanza de precios internacionales, no es oro todo lo que reluce”. Los destellos auríferos del socialismo del siglo XXI cegaron a muchos, quienes recién comienzan a frotarse los ojos y a ver que aquellos relumbres dorados del bolivarianismo han sido fuegos fatuos de artificio y nada más.





BOLIVIA: DIEZ AÑOS VIVIENDO EN BABEL

El Ojo Digital de Argentina (www.elojodigital.com)
                                         
Por Mauricio Ríos García.- Los resultados del reciente referéndum que le impiden a Evo Morales volver a postularse para el máximo cargo del Estado en cinco años y por cuarta vez consecutiva son, en rigor, la ilustración de un serio problema que se ha engendrado durante toda la etapa del auge de los últimos diez años en Bolivia.
Desde luego que el resultado del referéndum es importante. Por un lado, aunque protagonizado por el Presidente con su temerario y desafiante 'yo quiero ver si el pueblo me quiere', y sin un opositor claramente visible y que haya liderado la opinión pública, parecería haberse aprobado el desafío democrático planteado por el mismo gobierno.
Sin embargo, y por el otro lado, es necesario reconocer también que esta no fue victoria de nadie, sino un auténtico fracaso de su protagonista. En general, la sociedad en Bolivia jamás ha tenido una auténtica vocación de libertad, y es algo que puede identificarse en cada momento y espacio de la vida cotidiana. No ha sido un triunfo de la democracia liberal, sino el fracaso de una intentona más de un caudillo por perpetuarse en el poder.
Pues sucede que la parte final de la campaña oficialista del referéndum estuvo fuertemente marcada por una serie de denuncias de hechos de corrupción de proporciones más que considerables en las más altas esferas de Gobierno, aunque todavía bajo investigación.
La reacción generalizada de la población votando mayoritariamente por el No, da la impresión de que fue la errada redistribución de la riqueza durante toda la etapa del auge la que detonó la indignación del grueso de la población votante que controla el poder del gobierno, y no necesariamente la idea de que las instituciones que preservan el equilibrio de poderes son imprescindibles. El gran voto generalizado del No podría significar el reclamo de que el auge no habría llegado para todos, o al menos no en la misma medida y proporción que la de los hechos de corrupción.
Durante la etapa del auge de Bolivia de los últimos diez años, una de las características más importantes sobre el manejo de la economía ha sido la mala asignación de recursos originados fundamentalmente en las exportaciones de hidrocarburos, con criterios políticos, circunstanciales y cortoplacistas, y no mediante mecanismos propios del mercado y de la acción e interacción de los individuos que conforman el conjunto de la sociedad boliviana.
Y, como consecuencia de este tipo de manejo de la economía, se han ido destruyendo instituciones que ya no son diseñadas por el hombre para contener el abuso de poder político, sino de aquellas que han surgido de manera espontánea y evolutiva a lo largo de períodos muy dilatados de tiempo, como el lenguaje, el derecho y la moneda que permiten la convivencia en sociedad.
Es así que este segundo problema es pues considerablemente mayor. Si quienes detentan el poder político han perdido con sus propias reglas de juego, con instituciones prediseñadas a su favor político, cuánto perderá Bolivia en su conjunto a consecuencia de la manipulación e incluso destrucción de instituciones de origen consuetudinario.
El desafío sigue siendo el de la preservación de estas instituciones que surgen del ejercicio pleno de la libertad de los individuos, y para superar este desafío podría requerirse de un esfuerzo considerablemente mayor que el del referéndum, que, se quiera o no, termina siendo meramente circunstancial frente a lo que desde el plano del respeto por los derechos individuales de propiedad privada en general, y la libertad económica en particular concierne.
Hoy en plena votación a la gente la vio notablemente agotada, preocupada, las cosas no están bien, la solución de sus problemas escapan de su voluntad. Durante la campaña se trató de convencerlas de lo contrario; ya no es que huele a engaño, sino que es descomunal y descarado. Y por si no se sentía ya en el aire desde hace un par de años con el inicio de la desaceleración de la economía ya en casi dos puntos porcentuales del PIB desde mediados de 2013, las semanas previas y el mismo referéndum ilustran la seriedad del problema.
La resaca del auge ficticio está empezando a pegar cada vez más duro. La gente ya ni acude a esta clase de convocatorias ajenas a la rutina como solía hacerlo. Por el contrario, la predisposición a defender lo que es de uno con cada vez mayor decisión recurriendo a métodos violentos, y peor aún si espontáneamente brota la indignación colectiva preguntándose 'y ahora, dónde está la plata', es cada vez más latente.
Han sido diez años de jauja. Unos se beneficiaron de manera espectacular (los menos, y paradójicamente en contra de parte del discurso que democráticamente al poder). Otros simplemente hicieron vista gorda y se acomodaron como que aquí no pasa nada. Y otros siguen encantados con el discurso oficialista de las grandes cifras macroeconómicas que no quieren decir absolutamente nada, pero que sirven para justificar su enorme falta de ética y escrúpulos para aferrarse como a un clavo ardiendo, a los cuatro pesos que el régimen aún le permiten directa o indirectamente.
Luego de la espectacular fiesta (burbuja) de proporciones siderales que hubo, hoy inicia una nueva etapa del ajuste (pinchazo) más profunda y agresiva, y lo será cuanto más se la pretenda evitar.
Aún queda pendiente la mentada devaluación cambiaria y el ajuste de precios por subvención de hidrocarburos. Es cierto que todavía quedan recursos disponibles por los cuales cederán a la tentación, pero ya no alcanza para todo quien aún hoy pretenda colgarse del poder, es tarde.
Nada de esto es la confirmación de teorías conspiranoicas ni de la futurología pasada. Todo fenómeno social es siempre, en todo lugar y momento un problema de causa y efecto. Nada es casualidad. La gente está cansada por algo que indudablemente debe cambiar. Este momento o etapa de liquidación forzosa de los proyectos acometidos mediante una asignación de recursos equivocada, no es fruto del simple devenir de la naturaleza. El régimen se agotó solo. 
Ya no es momento ni es necesario citar nombres, identificar hitos, citar cifras y fuentes, buscar héroes o nuevos líderes, o incluso confirmar la teoría. Si no uno no es capaz de hacerlo por su propia cuenta y entender este mensaje en su entera dimensión tal y como está, entonces estos últimos diez o quince años estuvo simplemente viviendo en Babel.
Es definitivamente apresurado sostener que los resultados del referéndum para modificar la Constitución les impidan realmente perpetuarse en el poder. Si se tratara de gente que abandonaría pacíficamente el poder, tampoco hubieran pensado siquiera en la modificación de la Constitución, diseñada -nuevamente- por ellos mismos.
Por esto, recordar lo que Wilhelm Röpke dijo una vez, sigue siendo entonces el mayor temor en el objetivo de preservar la libertad:
El camino de la inflación reprimida termina en el caos y la paralización. Cuanto más empuja la inflación los precios hacia arriba, tanto más refuerza el Estado su aparato represivo; pero, tanto más ficticio se hace el sistema de los precios controlados, tanto mayor es el caos económico y el descontento general, y tanto más se debilita la autoridad de Gobierno o su pretensión de seguir ostentando un carácter democrático.
Aunque por el momento no sea lo más probable, es absolutamente posible, y no es necesario ir demasiado lejos para abundar en ejemplos, y las consecuencias de haber vivido durante diez años en Babel, no terminan con un referéndum.





ANÁLISIS. LA NUEVA ERA DE AMÉRICA LATINA

Si la región quiere romper su ciclo de regímenes populistas, la nueva generación de presidentes debe Incluir controles contra el despilfarro.

Portafolio de Colombia (www.portafolio.co/opinion)
                                           
Por Andrés Oppenheimer.- a derrota del presidente Evo Morales en el referendo del pasado 21 de febrero en Bolivia es un nuevo síntoma del ocaso de los caudillos populistas de izquierda de América Latina, y del inicio de un nuevo ciclo político: la era del pragmatismo.
Después de 25 años de consignas ideológicas –primero con los gobiernos neoliberales de la década de 1990, y más recientemente con el socialismo del siglo XX del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez en la década del 2000–, los latinoamericanos están hartos de eslóganes. Hay una creciente fatiga ideológica en toda la región, sobre todo en Suramérica.
En los últimos meses, los votantes en Argentina, Venezuela y Bolivia les han propiciado derrotas a los presidentes populistas de sus respectivos países, a pesar de que las reglas electorales estaban diseñadas para favorecer a los candidatos oficialistas. También hay indicios de que los vientos políticos están cambiando en Ecuador y –lo más importante– Brasil.
En noviembre pasado, Argentina eligió como presidente a Mauricio Macri, un ingeniero de centroderecha a quien no le gusta promover ningún ‘modelo’ ideológico, y se presenta a sí mismo como un pragmático. Es todo lo contrario de su antecesora, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que aburrió al país con constantes cadenas televisivas en las que denunciaba el capitalismo salvaje.
En Venezuela, a pesar del uso masivo de recursos estatales a favor del oficialismo, la intimidación de votantes y un sistema electoral hecho para perjudicar a la oposición, la coalición opositora de centro-derecha arrasó en las elecciones legislativas del 6 de diciembre. La oposición ahora controla la Asamblea Nacional y está evaluando pasos constitucionales para destituir al presidente Nicolás Maduro.
En Bolivia, a pesar del control del presidente Evo Morales sobre casi todos los poderes y buena parte de la prensa, la oposición ganó el referendo del 21 de febrero. Morales, quien asumió el cargo en el 2005, había llamado al referendo para cambiar las reglas electorales y elegirse por un cuarto periodo, que le hubiera permitido permanecer en el poder hasta el 2025.
En Ecuador, el presidente populista Rafael Correa, que enfrenta crecientes dificultades económicas, ha dicho que no buscará la reelección el próximo año.
Después de 15 años en que los caudillos populistas de izquierda se beneficiaron de la mayor bonanza económica de la historia reciente, gracias al boom mundial del petróleo y de otras materias primas, ahora sus gobiernos se están desmoronando
En Brasil, la presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a un posible juicio político, o a una decisión del Tribunal Supremo Electoral de anular las elecciones del 2014 y llamar a una elección anticipada por el escándalo de financiación de su campaña. El principal estratega de su campaña del 2014, Joao Santana, fue detenido la semana pasada en medio de la investigación por los desvíos de la empresa estatal petrolera Petrobras a la campaña presidencial.
Guillermo Lousteau, profesor de ciencias políticas en la Universidad Internacional de Florida y director del Instituto Interamericano para la Democracia, dice que el ocaso del ciclo populista en América Latina no empezó con Macri, sino con la elección del presidente peruano Ollanta Humala en el 2011. “Humala estaba cerca de Chávez, pero rápidamente se dio cuenta de que la era Chávez estaba llegando a su fin, y tomó un camino diferente”, dice Lousteau. “Ahora, en toda la región, estamos viendo una tendencia hacia presidentes menos ideológicos”, agrega.
Mi opinión: estoy de acuerdo. Estamos viendo el comienzo de un nuevo ciclo político en América Latina. Después de 15 años en que los caudillos populistas de izquierda se beneficiaron de la mayor bonanza económica de la historia reciente, debido al boom mundial del petróleo y de otras materias primas, ahora sus gobiernos se están desmoronando.
Con los precios de las materias primas en picada, ya no tienen dinero para repartir, y la gente está cada vez más enojada por la rampante corrupción de sus gobiernos.
Lo triste es que la próxima generación de líderes latinoamericanos tendrá que hacer frente a la recesión económica que heredaron, y adoptar medidas de austeridad. Y en pocos años, los antiguos caudillos populistas le van a estar diciendo a la gente: ‘conmigo te compraste tu primer auto’.
Si América Latina quiere romper su ciclo recurrente de regímenes populistas, la nueva generación de presidentes pragmáticos debe tratar de incluir en sus constituciones controles estrictos contra el despilfarro, y destinar un porcentaje fijo de los ingresos nacionales a la educación de calidad, la salud y la infraestructura. Ese sería el mejor legado de la nueva era del pragmatismo de América Latina.





DESAFÍOS PARA BOLIVIA

El presidente Evo Morales no podrá presentarse a los comicios de 2019 tras el triunfo del No en la consulta del domingo 21. Qué factores locales y a nivel regional contribuyeron a la ajustada victoria opositora y qué retos tendrá por delante el gobernante Movimiento al Socialismo.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-293453-2016-02-29.html

Por Oscar Laborde.- El triunfo del No en el plebiscito en Bolivia, donde se ponía a consideración la posibilidad de que Evo Morales se presentara para un nuevo mandato en el 2019, que no estaba prevista por la Constitución, viene a dar un gran aporte a este momento de avance de la derecha sobre los procesos populares que comenzaron hace unos años
Y a pesar de la particularidad del proceso boliviano, la influencia del triunfo de Macri en Argentina y de la oposición a Maduro en las recientes elecciones legislativas, tuvieron su influencia en una derrota que tiene muchas causas.
El presidente de Ecuador Rafael Correa viene hablando desde hace un tiempo del intento “restauración conservadora” que llevan adelante los Estados Unidos, las derechas locales y los medios de comunicación concentrados, que articulan argumentos, críticas y ataques desestabilizadores. Por su puesto que estos ataques no son de una elevada discusión académica. Son los fondos buitre atacando a Argentina, son los paramilitares colombianos interviniendo en Venezuela, son las difamaciones, es el poder judicial persiguiendo a los gobiernos populares con causas sin el mínimo sustento legal.
Cuando se produjo el No al ALCA en Mar del Plata en noviembre de 2005, EE.UU. inmediatamente se puso en acción para revertir ese triunfo de las voluntades soberanas de algunos presidentes, y de todo el pueblo latinoamericano. Creó una propuesta de integración alternativa al Mercosur, la Alianza del Pacífico. Impulsó con argumentos, ideas, recursos y articulación a una nueva derecha que pudiera cumplir el rol que los dirigentes afines al imperio no lograban por estar agotada su credibilidad. Así atacó, sin piedad, al gobierno de Brasil, Venezuela y Argentina, a los que consideraba pilares de la nueva integración con contenido regional, soberano y popular.
Pero, además de las operaciones y aciertos de la derecha y sus jefes, los norteamericanos, ¿cuáles fueron las insuficiencias y dificultades del Movimiento al Socialismo y de Evo Morales, que lo llevaron a su primera derrota electoral desde que asumiera en el 2006?
En primer lugar este tipo de consulta reúne a todo un arco heterogéneo y contradictorio, que suma votos “en contra”, desde racistas hasta sectores críticos a la falta de profundización del proceso indigenista. Por otro lado, hay un desgaste de la figura de Evo por los años de gestión, y por la agresión interna y externa. Hay críticas de sectores internos del MAS a cierto personalismo de Evo y una exageración en la centralidad en todos los temas, lo que provoca una excesiva exposición, el pago de todos los costos y el empañamiento de otros dirigentes.
Hay también una fatiga de los sectores medios de la población (originarios o no) ante la reiteración de algunos temas, que si bien son aceptados, irritan ante la permanente repetición como el antiimperialismo y el indigenismo. Fue trabajada con inteligencia por la oposición la idea del “peligro de la eternización” y, el temor que si triunfaba el Sí Evo podría luego pretender estar un período más.
Por otro lado se generó una disidencia, que militó por el No, integrada por agrupaciones juveniles, pensadores de izquierda, dirigentes sociales y políticos que apoyan el proceso, que reconocen lo logrado en estos años, pero que tienen varias críticas, reclamando más debate y participación.
La derrota electoral está lejos de significar el fin del proceso revolucionario en Bolivia. Su fortaleza, sus logros y el nivel de conciencia adquirido permiten pensar en una recuperación para las elecciones presidenciales del 2019.
El sociólogo Salvador Schavetzon plantea que “esta derrota puede significar una oportunidad para corregir errores, fortalecerse y revertir la desconexión del gobierno con todo lo que representa”. Además a la oposición le será casi imposible conseguir un solo candidato a presidente que represente lo heterogéneo, dispar y contradictorio que confluyó al interior del voto por el No.
El MAS y Evo Morales tienen el tiempo suficiente, la experiencia adquirida y el respaldo popular para revertir esta derrota. Y son conscientes de su responsabilidad histórica.





Opinión

EL FANTASMA DE UN PAÍS FRAGMENTADO

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
                                                                         
Por Ayelén Oliva.- La noche en que Evo Morales salió al balcón del Palacio Quemado, a confirmar que por decisión de la mayoría de los bolivianos ejercería por tercera vez la presidencia, cometió el error de agradecer al pueblo paceño por los siguientes nueve años de gobierno. Al instante rectificó la confusión, no eran nueve sino cinco, pero la frase ya había caído como la primera pieza de dominó que golpea a la siguiente hasta terminar a los pocos meses con una iniciativa de reforma constitucional con miras a habilitar su cuarta presidencia.
La diferencia menor a los tres puntos que alcanzó el rechazo a la propuesta de reforma sumada al amplio respaldo electoral que recibió el MAS en las últimas elecciones generales, nos hace suponer que lo que pasó el domingo 21 no pone en riesgo la gobernabilidad del presidente de Bolivia que todavía tiene por adelante cuatro años de gestión y una mayoría intacta en el parlamento.
Pero algo valioso se perdió en esta apuesta. El oficialismo dejó escapar la ilusión del fin del país dividido, la mayor conquista simbólica de este último tiempo que el gobierno supo construir a conciencia y en silencio, una meta que no logró alcanzar ningún otro gobierno progresista ni de izquierda en Latinoamérica. Mientras las últimas elecciones presidenciales de Venezuela, Brasil y Argentina dibujaron paisajes políticos de una geografía fragmentada casi sin puentes entre las partes, los resultados de las últimas elecciones presidenciales en Bolivia, con más del 60 por ciento de los votos a favor del gobierno, sumado a la expansión hegemónica en terreno que marcó el último triunfo del MAS en ocho de los nueve departamentos, demuestran que esa ilusión social, contradictoria de hecho pero necesaria, estaba del lado de Evo.
Los resultados del referéndum junto a la antesala del incendio en la alcaldía del El Alto que dejaron seis muertos despiertan los fantasma de la vieja Bolivia fragmentada y violenta que había sido sepultada. Aunque lejos queda el empate catastrófico de 2008, los resultados dejan un país partido al medio, en bloques casi idénticos, aunque de un lado queda un bando organizado mientras del otro lado los actores se mantienen dispersos. Una vez más los votantes del oriente boliviano liderado por Santa Cruz y Beni le dieron la espalda a la consulta, mientras las zonas rurales y los departamentos tradicionalmente aliados como La Paz fueron quienes acortaron la distancia.
Probablemente la decisión de los votantes que rechazaron la propuesta de reforma constitucional pero que eligieron las boletas del MAS en la última elección a la presidencial, tiene menos que ver con el desencanto con la gestión de gobierno que con el respaldo a una institucionalidad democrática, cada vez más parecida a su gente, que supo exigir la sociedad boliviana, impulsar el oficialismo y terminó por formalizar este gobierno. Esa institucionalidad necesaria para crear normalidad dentro de la excepcionalidad que implica todo proceso de cambio es también sinónimo de la estabilidad política y social de la que habla Evo.
Por otro lado, si bien el votante del MAS es disciplinado, también mantiene hasta hoy ciertos márgenes de autonomía en relación con los deberes electorales que envía la dirigencia política, a causa de su esencia movimentista que se diferencia en su lógica de cualquier dispositivo electoral creado desde arriba. Eso quedó reflejado en la incongruencia electoral que se originó en distritos como La Paz entre los resultados de las presidenciales de octubre de 2014 con un respaldo al oficialismo superior al 70 por ciento y la sorpresiva derrota electoral en las departamentales y municipales de comienzos del año siguiente.
El Movimiento al Socialismo, con Evo Morales a la cabeza, ha arriesgado mucho más de lo conveniente con esta apuesta pero aún así conserva un amplio margen de maniobra y el tiempo suficiente para diseñar un candidato para el 2020 que emerja como exponente de su propia fuerza política.






Tendencias de España (www.tendencias21.net)
                                                                    
Por José Rodríguez Elizondo.- Los deseos del Presidente Evo Morales de asegurarse un Gobierno “de por vida”  chocaron de frente con el “notable y eficiente reflejo democrático” de los bolivianos. Así lo cree el abogado y ex embajador José Rodríguez Elizondo. El también periodista y académico estima que el Mandatario, ávido de emular a sus referentes -Hugo Chávez y Nicolás Maduro-, sufrió su más importante derrota electoral, por la que no podrá repostularse a la Presidencia en 2019 a un cuarto periodo consecutivo.
En este escenario, el académico agrega que el Jefe de Estado está “sobregirado” por el fin del superciclo de precios de los commodities y por la demanda en La Haya contra Chile, aunque asegura que el escenario, en lo sucesivo,  abre una oportunidad de reflexión para el líder altiplánico sobre su relación con Chile.
Eso sí, afirma que hay que poner atención a la figura del ex Presidente Carlos Mesa, que podría alcanzar ribetes insospechados en el futuro político boliviano. Acerca del 48,69% de apoyo que consiguió el Mandatario en el referéndum y cómo debería administrar la popularidad y el capital político que aún mantiene, Rodríguez añade que “las dictaduras y los Gobiernos autoritarios que están en su límite puedan ser populares. Pinochet y Chávez lo fueron. Franco y Perón también”.
El ex diplomático -quien prepara un nuevo libro sobre los conflictos con Bolivia en un análisis que contempla el derecho, la diplomacia, la estrategia, la geopolitica y el rol del Perú en su sexta entrega editorial sobre el límite norte del país-, sostiene que en la actual coyuntura, la oferta de relaciones diplomáticas que viene planteando La Moneda “es un punto fuerte de Chile”, aunque califica de “inaceptable” las condiciones en las que Morales las concibe: como un “premio consuelo para nuestra rendición”.
 EL POR QUÉ DE LA DERROTA
- ¿Cómo se puede explicar la derrota sufrida por el Presidente Evo Morales?
- Pienso que su relativo éxito económico más la demanda contra Chile lo llevaron  a sobregirarse. Como Hugo Chávez y Fidel Castro son sus dos grandes referentes políticos, vio la oportunidad para asegurarse un gobierno de por vida. Además, el calamitoso Gobierno de Maduro, el fin del kirchnerismo y los límites biológicos del castrismo, quizás le inocularon la tentación de un liderazgo supranacional. Subestimó, así, el notable y eficiente reflejo democrático  de los bolivianos. Sin liderazgos alternativos, pero con una percepción clara de que el poder vitalicio es por añadidura dictatorial y corruptible, la mayoría del país manifestó que para eso no estaba disponible.
- ¿Es decir, su agresividad contra Chile no le fue determinante para ganar?
- Creo que ahí jugó un rol, aún no cuantificable, el ex Presidente y actual vocero de la demanda Carlos Mesa. El demostró que se podía ser mejor comunicador, al respecto, con un discurso sereno, racional y bien dicho. Luego, cuando hizo el deslinde entre su rol como vocero y su opción por el No en el referéndum, le dividió el apoyo interno a Morales. Demostró que para estar con “la causa” no se necesitaba un Presidente vitalicio y todopoderoso,
- ¿Y no puede Mesa ser una alternativa a tener en cuenta?
- Creo que ahí está la cosa. Habría que seguir su trayectoria. Tras ese notorio  deslinde fue amonestado por el vicepresidente Álvaro García Linera y Morales decidió  excluirlo ¡de las reuniones del equipo de la demanda! … Sin embargo, de inmediato comenzó a ser incluído en las encuestas.
- ¿Fue un error de Morales designar a Mesa?
- A mi juicio fue un exceso de confianza en su liderazgo mesiánico. Morales quiso contar con un vocero que le aportara la densidad intelectual que él no tiene y que se le subordinara. En lo primero acertó, pues configuró una dupla complementaria. Mientras el Presidente emitía un alegato emocional, no siempre veraz y diplomáticamente inaceptable, Mesa brindaba una narrativa racional y diplomáticamente correcta. En lo segundo falló, pues Mesa no le era subordinable. Además, gracias a García Linera, demostró que no era fácilmente destituible. Como resultado, comenzó a levantarse como alternativa a Morales y este puede haber creado una nueva versión del aprendiz de brujo.
- El Mandatario no ha hecho una autocrítica profunda y más bien se refirió a una supuesta “guerra sucia” y al efecto de las redes sociales. ¿Cómo cree usted que Morales seguirá adelante con su administración?
- Los líderes autoritarios siempre creen estar en las “posiciones correctas” y valoran las elecciones o plebiscitos solo como señales ratificatorias. Maduro, aunque anticarismático,  hoy está combatiendo contra la posición mayoritaria de su pueblo, expresada en un poder del Estado ¿Y alguien sabe de alguna autocrítica profunda de la señora Kirchner?.... No veo por dónde Morales podría innovar haciendo una autocrítica siquiera leve. Por supuesto que seguirá adelante, rebuscando en la culpa de los otros y esperando una nueva oportunidad.
- ¿Cómo se puede explicar la frase “Hemos perdido la batalla, pero no la guerra”, para el resto de su administración?
- Creo que Morales llegó al gobierno por la vía democrática, pero la democracia todavía no llega a él. Desde el poder no ve adversarios legítimos, sino enemigos, en lo interno y en lo externo. A sabiendas o no, esa y otras metáforas que emplea le vienen de la estrategia clásica, es decir, militar.
- De todos modos, el 48,7% mantiene a Evo Morales con un importante apoyo popular. Sin embargo, el Movimiento al Socialismo (MAS) no ha sido capaz de ofrecer un liderazgo distinto al del Presidente. ¿Esto podría generar pugnas al interior del partido que llevó a Morales a gobernar ya por 10 años?
- A esta altura no me sorprende que las dictaduras  y los gobiernos autoritarios que están en su límite puedan ser populares. Pinochet y Chávez lo fueron. Franco y Perón también. Castro, para qué decir. Lo que me llama la atención es la lógica de la inercia en los partidos que preexistían y los apoyan. Estos asumen que, ante un líder fuerte, lo mejor es soterrar todos los perfiles alternativos y decirle amén hasta que se debilite. Recién entonces  perciben que carecen de líderes alternativos y que han quedado fuera del juego. Sus pugnas internas comienzan demasiado tarde
- ¿Cuánto cree que afectó al Mandatario boliviano el caso de su ex pareja y ejecutiva de una empresa china, con quien tuvo un hijo que falleció y cuya firma ha recibido millonarios contratos del Estado?
- Es muy propio de los líderes carismáticos decir que no tienen vida personal. Hitler decía estar casado con Alemania y Morales dice que está casado con  Bolivia. Son expresiones de demagogia patriótica, para crear la ilusión de que no están en el poder para darse gustitos, sino para servir a sus pueblos. Quienes les creen suelen reaccionar pésimo cuando descubren que el líder carismático no sólo disfruta la erótica del poder. Sus amigas con ventaja también pueden ser amigas con privilegios. Eso duele.
- ¿Existe alguna posibilidad de que, al igual que tras la derrota de Chávez en 2007, Morales se incline por enmendar la Constitución por decreto y sin consultarle al pueblo?
- Es una posibilidad. Las malas costumbres son contagiosas.
- ¿En qué pie queda con esta derrota el ideólogo del Gobierno boliviano, su vicepresidente Álvaro García Linera?
- Yo lo percibo como un operador ilustrado, con la función de comunicar las políticas de su Presidente en correcto castellano, pero poco más. Los vicepresidentes  ideólogos están un peldaño más arriba. Pienso, por ejemplo, en José Vicente Rangel, vicepresidente con Chávez, y en Joaquín Balaguer, Presidente sustituto de Rafael Leonidas Trujillo.
EFECTOS EN CHILE  
- ¿Esta derrota electoral podría tener repercusiones en Chile? ¿De qué tipo?
- Es una oportunidad de reflexión, para el propio Morales, sobre los límites electorales de su agresividad hacia Chile. Por añadidura, sería una oportunidad de reflexión creativa para José Miguel Insulza.
- ¿Cuál es la postura que debe primar en el Gobierno de Chile frente a este proceso electoral boliviano?
- Parafraseando la fórmula del ex Presidente Lagos: ¿quién es uno para darle consejos públicos al Gobierno?... y menos cuando hay conflictos en carne viva que afectan a nuestro país.  Lo siento,  lo mío es la investigación y el análisis.
- ¿Sigue siendo factible el ofrecimiento de relaciones diplomáticas?
- Por supuesto. Es un punto fuerte de Chile. Sobre todo si se coteja con la insostenible posición de Morales. Él concibe las relaciones diplomáticas con nuestro país como un premio consuelo para nuestra rendición. Cualquier tipo serio de cualquier país se da cuenta de que eso es inaceptable.
- Con el grado de conocimiento que usted tiene de la Cancillería chilena, ¿cuál cree que fue el sentimiento de quienes toman decisiones al saber de la derrota de Morales?
- Según nuestro sistema, las decisiones en materia de política exterior solo puede tomarlas el Jefe de Estado, la Presidenta Bachelet. No un sujeto plural. No la Cancillería.
- ¿Es esperable que el Presidente boliviano despliegue un discurso más agresivo en contra de Chile?
- Es posible pero indeseable. Bloquearía la pequeña buena oportunidad de reflexión que le concede la derrota.
- ¿Se pueden esperar cambios en la estrategia boliviana respecto de la demanda en la Corte Internacional de Justicia en La Haya?
- Sí, cambios malos como incrementar la presión a los jueces, la manipulación “patriótica” de la opinión interna y la agresividad internacionalizada contra Chile. Una clásica fuga hacia adelante. O cambios buenos, como asumir la negociación realista, las relaciones diplomáticas como marco imprescindible y la lógica de las relaciones internacionales democráticas,
- ¿Debe la Presidenta Bachelet cambiar de ahora en adelante su forma de relacionarse con Morales? Hasta ahora la Mandataria evita confrontarlo en público y se reúnen en algunas cumbres.
- Como dije, no doy consejos públicos de política exterior a la autoridad. Pero aquí debo hacer un alcance a su pregunta. Creo que antes que el tema  de la relación de la Presidenta con Morales está el de su relación con nosotros, los chilenos. Ante este conflicto, que suscita la atención del Papa y que está bajo la jurisdicción de un organismo de la ONU, ella no nos ha dado, aún, una explicación fundamentada y docente. En su último mensaje ante el Congreso sólo le dedicó 52 segundos. A mi juicio, es una asignatura pendiente y hacerla presente no es un consejo, sino ejercer el derecho a petición. 





“EN BOLIVIA SE HA ABIERTO UNA CRISIS PROFUNDA”

Declaraciones que desmentirían la muerte de un hijo del presidente boliviano y la detención de su expareja por supuesto enriquecimiento ilícito han dañado la imagen de Morales. La sociedad boliviana está conmocionada.

DW de Alemania (www.dw.com/es)
                                      
Coincidiendo con la campaña del referendo sobre la reelección de Evo Morales, el periodista boliviano Carlos Valverde reveló un presunto escándalo de corrupción que salpicaría al mandatario. Según las investigaciones del comunicador, Gabriela Zapata, expareja del presidente y madre de uno de sus hijos, habría sido nombrada gerente comercial de la oficina boliviana de la empresa china CAMC Engineering gracias a la influencia de Morales. En el pasado, dicha empresa se adjudicó sin licitación siete obras estatales por un valor superior a 500 millones de dólares.
Al ser confrontado con la investigación periodística, el hombre fuerte de Bolivia admitió su relación con Zapata, pero explicó que el hijo de ambos murió poco tiempo después de haber nacido. Asimismo, rechazó las acusaciones de tráfico de influencia y aseguró que ha perdido todo contacto con la madre de su hijo difunto.
¿Está vivo Fidel Ernesto?
No obstante, la historia no terminó ahí. La sombra de esa relación siguió persiguiendo a Morales. El sábado pasado (27.02.2016) una tía de Zapata, Pilar Guzmán, afirmó que el niño está vivo, que tiene entre ocho y nueve años y que vive en La Paz. Fidel Ernesto es el tercer hijo del presidente.
Un día después, Gabriela Zapata fue detenida por supuesto enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias a favor de la empresa CAMC Engineering. La Fiscalía alega que se ha evidenciado una actividad económica sospechosa superior a los 10.000 dólares en cuentas bancarias de la expareja del presidente.
Apenas este lunes (29.02.2016), el presidente de Bolivia se pronunció oficialmente al respecto. "Si está con vida, primero es una alegría para mí. Es como una bendición finalmente que esté con vida. Aunque me pregunto por qué desde el 2007 me ocultaron, por qué razones me alejaron, qué intereses hay detrás de este alejamiento", señaló Morales y añadió que solicitará la custodia del niño.
“La relación de Evo Morales con sus hijos es una página oscura”, dice la politóloga Moira Zuazo a DW. La experta de la oficina boliviana de la Fundación Friedrich Ebert cuenta que las madres de los dos primeros hijos del mandatario se vieron obligadas a acudir a un juez para que el padre los reconociera.
La pregunta sobre si Morales sabía o no que su tercer hijo vive “está impactando fuertemente a la sociedad boliviana, la está conmoviendo de una forma que no hemos visto antes”, afirma la Dra. Zuazo, que incluso habla de la “apertura de una crisis muy seria, profunda”.
La detención de la expareja de Morales ha sido “un proceso muy irregular. Hubo audiencia en un juzgado que funcionó el día domingo, lo cual es contra la ley, y no se ha tomado en cuenta su situación de madre, por la cual le hubiera correspondido detención domiciliaria”, explica Zuazo desde Bolivia.
En la última década, la figura presidencial ha fungido como una suerte de “eje articulador, de pegamento de la sociedad”, algo que se estaría rompiendo en Bolivia, opina la politóloga de la Fundación Friedrich Ebert. “El manejo mediático que está haciendo el Gobierno del tema está teniendo un efecto bumerán. En este momento transparencia respecto a lo sucedido haría mucho bien”, añade.
Por su parte, la Doctora Almut Schilling-Vacaflor, del Instituto de Estudios Globales y Regionales GIGA, está convencida de que el presunto escándalo en torno al presidente boliviano influyó en el resultado del referendo, en el que el voto a favor del No ganó por un estrecho margen de dos puntos porcentuales. La politóloga alemana cuenta a DW que de antemano hubo una campaña negativa “muy fuerte y muy efectiva” contra Morales. “Es un gran cambio para Bolivia. Hasta hace un año, Evo Morales había sido muy exitoso en mantener intacta su imagen positiva”, dice.
“El de Zapata no es un caso aislado”
Ya antes del “caso Zapata”, un escándalo de corrupción del Fondo Indígena que involucró a importantes representantes indígenas y de sindicatos rurales, dañó la imagen del mandatario. Según Schilling-Vacaflor, a raíz del reciente debate mediático han salido a la luz los “déficits” del Gobierno y las “tensiones al interior del MAS”. “Muchos proyectos estatales ya no son sacados a concurso públicamente, sino adjudicados directamente por el partido gobernante. El de Zapata no es un caso aislado”, sostiene. Además, ha surgido la pregunta sobre la transparencia en el manejo de los fondos públicos, agrega.
La sociedad boliviana seguirá exigiendo respuestas. Para empezar, se deberá aclarar si Fidel Ernesto está vivo o no.





BOLIVIA: UN PROBLEMA DE ESTADO SE VUELVE CULEBRÓN

Aparece un hijo de Evo Morales que se suponía que había muerto. El Presidente intenta ahora limpiar su imagen.

La Hora de Ecuador (www.lahora.com.ec)
                                                                                                  
La supuesta existencia de un hijo del presidente boliviano, Evo Morales, con Gabriela Zapata, una joven ejecutiva actualmente detenida por enriquecimiento ilícito, se convirtió en un problema de Estado, que pone en entredicho la honestidad del gobernante.
Aunque en los últimos días Morales aseguró que el hijo producto de esa relación había muerto, la tía de Zapata aseguró el último sábado que el menor vivía. "Pido a la familia de Gabriela Zapata que me lo traigan, estoy esperando, quiero recogerlo, si me permiten. Tengo derecho a verlo, a conocerlo y a cuidarlo", dijo el Presidente, quien se mostró engañado.
El caso, que acapara la atención popular, comenzó a principios de febrero, cuando el periodista boliviano Carlos Valverde reveló que el gobernante tuvo una relación hace unos 10 años con Zapata, con la que tuvo un hijo. Dijo además que Zapata era gerente comercial de la empresa china CAMC, a la que el Gobierno del propio Morales le adjudicó contratos por unos 560 millones de dólares.
¿Guerra sucia?
El Presidente reconoció la relación, pero aseguró que esta terminó luego de que el hijo falleciera. Incluso mencionó que no había visto a Zapata desde entonces, pero luego en las redes sociales se difundió una fotografía de ambos en 2015. Morales admitió la imagen, pero explicó que en ese momento no había reconocido a Zapata de inmediato.
El incidente se produjo semanas antes de un crucial referendo del 21 de febrero, en el que el mandatario buscaba luz verde para presentarse a un cuarto mandato consecutivo (2020-2025). Morales perdió y atribuyó la derrota a la guerra sucia que se desató con este tema en las redes sociales.
Una telenovela por capítulos
El último viernes el Gobierno detuvo a Zapata, tras acusaciones del Ministerio de Transparencia de enriquecimiento ilícito y legitimación de ganancias ilícitas.
Luego de la detención habló la tía de Gabriela y reveló que el hijo de su sobrina con el Presidente estaba vivo. "Conozco que ese niño no ha muerto, ha nacido, lo he tenido en mis brazos", dijo Pilar Guzmán. La explosiva confesión ponía nuevamente otra duda: ¿mintió el Presidente?
"Estamos en un momento muy delicado en que la gente ya no está juzgando al gobernante, sino al ser humano, quien pareciera capaz de hacer cualquier cosa para quedarse en el poder", dijo a la AFP el sociólogo y analista Iván Arias.
"Creo que esto es mucho más que un culebrón, porque esto está tocando al ser humano", agregó en referencia al mandatario.
Hay amenazas
Morales, soltero, tiene actualmente dos hijos, mujer y hombre. La mayor es Evaliz, de 23 años, a quienes sus simpatizantes consideran como su sucesora. Respecto del tercer hijo, el Presidente insistía en la versión que le dio la madre: el menor murió poco después de nacer, cuando la pareja empezaba a separarse, en 2007.
"Evidentemente hubo una divergencia sobre el fallecimiento del bebé. Yo creí en las palabras y en la información de la madre de mi hijo (...), no creo que falsamente me haya dicho que ha muerto el bebé", dijo Morales y aseguró que, si el menor no aparece, las autoridades judiciales deben investigar.
Según Guzmán, tía de Gabriela, su sobrina fue "robada a los 17 años de una "casa de familia". En tanto, una prima de la detenida aseguró a la prensa que "toda la familia está amenazada".
Para el Gobierno, todo este caso es un complot opositor. "Ahora su preocupación (de los opositores) es el niño, hipocresía total. Estamos aquí demostrando toda una articulación política para atacar al Presidente utilizando el tema de la señora Zapata", dijo ayer el vicepresidente Álvaro García.
Favoreciendo a Gabriela
La oposición boliviana acusa a Morales de favorecer a Gabriela Zapata y asegura que la relación persistió por lo menos hasta 2015, aunque el gobernante asegura que terminó poco después de la presunta muerte del niño. Para algunos analistas, con la detención de su expareja, Morales busca limpiar su imagen.
Una comisión bicameral del Congreso investiga los contratos de CAMC y los opositores pretenden convocar a declarar a Morales y a Zapata, detenida en un penal de La Paz, mientras que dos funcionarios del Ministerio de la Presidencia, brazo derecho de Morales, fueron detenidos por vínculos con Zapata.
Entretanto, el proceso contra la mujer, detenida en una cárcel de mujeres, está en sus primeros pasos.
‘Sí está vivo’
La boliviana Gabriela Zapata, expareja del presidente Evo Morales y que ha sido encarcelada por supuestos delitos económicos, presentó ante una juez el certificado de nacimiento del hijo de ambos y el de otra menor, de la que también es madre, informó la abogada de la mujer, Ángela Burgoa.
Ese documento probaría que el hijo que tuvieron Zapata y Morales en 2007 está vivo, tal y como han manifestado familiares de la mujer, frente a la versión del mandatario, quien aseguró que el niño había muerto poco después de nacer.





EVO MORALES: “ME QUEDO CON EL NIÑO, NO TENGO PROBLEMA”

En un nuevo capítulo del culebrón, el presidente boliviano pidió conocer a su hijo, si es que está vivo, como afirma la madre

El País de España (www.internacional.elpais.com)
                                                                                          
Nuevo capítulo del culebrón en el que está metido el presidente boliviano, Evo Morales. Este lunes pidió que le presenten al hijo que tuvo con su exnovia Gabriela Zapata —lobista de empresas que trabajan para el Estado— si es que está vivo, como afirma la familia de ella, y se ofreció a recogerlo. “Quiero pedir a los familiares, a la supuesta tía, que me presente, que me traiga [al niño]. Si su familia me permite quiero quedármelo”, afirmó. Según el Gobierno, Morales no mintió, sino que Zapata, a la que acusan de conspirar con la oposición, le engañó sobre la muerte del menor.
“No tengo ningún problema. Si está con vida, es una alegría para mí. Es como una bendición finalmente que esté con vida. Aunque me pregunto por qué desde el 2007 me ocultaron, por qué razones me alejaron, qué intereses hay”, aseguró ayer en rueda de prensa. Durante la declaración, reiteró que en 2007 Zapata le comunicó que el menor falleció tras una enfermedad.
La existencia o no del niño tenía gran importancia política antes del referéndum del pasado 21 de febrero, cuando Morales la negó, porque en caso de vivir, la antigua relación entre el presidente y Zapata —que el primero reconoció después de una revelación periodística— no habría acabado legalmente y, por tanto, la contratación por parte del Estado de las empresas chinas para las que trabajaba Zapata habría quedado bajo un manto de mayor sospecha. La oposición supone que Morales mintió para cubrirse antes de los comicios, organizados para habilitarlo para una cuarta postulación a la presidencia, en 2019. Al final, el oficialismo perdió el referéndum, en parte por este asunto.
La familia de Zapata declaró la existencia del niño tras la detención de la exnovia por orden del Ministerio de Gobierno (y no de la Fiscalía) por los cargos de tráfico de influencia y enriquecimiento ilícito. El arresto se basa en las revelaciones sobre esta mujer tras conocerse su relación con el presidente. Se supo que ella enviaba cartas para reclamar a los funcionarios por medidas que tomaban respecto a las empresas chinas para las que trabajaba, y para negocios. Según el juez, el encarcelamiento de Zapata se debe al “riesgo de fuga”. La audiencia fue cubierta por la prensa, que mostró a esta mujer de 28 años llorosa y siendo zarandeada por la policía para que no declarase a la entrada o la salida del juzgado. Según sus parientes y abogados, está siendo objeto de un proceso político destinado a librar de culpas a Morales y Zapata tiene mucho que decir sobre la relación que tuvieron y sobre el hijo, pero no lo hace porque está amenazada “incluso de muerte”.
El vicepresidente, Álvaro García Linera, salió a defender a Morales con el argumento de que los hermanos de Zapata son militantes de partidos de la oposición, a fin de sugerir la hipótesis de una conspiración. Otros portavoces gubernamentales responsabilizaron a los servicios secretos de EE UU. Las redes sociales hierven de críticas a Morales, no tanto por su supuesta mentira, sino porque si fuera verdad lo que dice, eso significaría que tuvo un hijo con Zapata, pero no lo conoció, no acompañó su enfermedad y muerte, y no verificó su fallecimiento. Esta crítica es más dañina porque Morales tiene antecedentes en este aspecto: tiene tres hijos con distintas mujeres y tardó en reconocer a uno de ellos.





EL HIJO QUE EVO MORALES DIO POR MUERTO PODRÍA ESTAR VIVO

ABC de España (www.abc.es)
                                                                                   
Como nunca antes, la imagen de honestidad que esgrime el presidente boliviano, Evo Morales, está en entredicho. Ernesto Fidel, el hijo que el presidente dijo hace tres semanas que había fallecido, al parecer está vivo. Al mismo tiempo, su madre, Gabriela Zapata Montaño, se encuentra detenida, acusada de los delitos de ganancias ilícitas, enriquecer a particulares a costa del Estado y tráfico de influencias.
Hasta el pasado viernes, cuando fue detenida en el marco del proceso que afronta por los millonarios contratos que firmó con el Estado la empresa china a la que representó, la versión oficial indicaba que el hijo que tuvieron en común murió en 2007, lo que alejaba las sospechas de tráfico de influencias entre el mandatario y su expareja. Durante una rueda de prensa transmitida a todo el país el pasado 6 de febrero Morales explicó que conoció a Zapata en 2005, «era mi pareja en 2007, tuvimos un bebé y lamentablemente, nuestra mala suerte, ha fallecido. Tuvimos algunos problemas y a partir de ese momento nos distanciamos».
El pasado sábado esa versión fue desmentida por Pilar Guzmán, tía de la expareja del presidente. «Está vivo… lo tuve entre mis brazos… está acá», reveló a la prensa tras visitar a su sobrina. Este domingo por la tarde Zapata fue sometida a una audiencia de medidas cautelares, en la que se esperaba que se decida su detención preventiva por riesgo de fuga.
La sorpresiva revelación fue confirmada por Ángela Burgoa, una de las abogadas de Zapata. «El hijo está perfectamente bien, sí (está bien). Nos reservamos la información de dónde vive él. Es un derecho muy personal de la señora (Gabriela) Zapata, el cual no puedo violar», declaró al periódico «El Deber».
Morales no dijo nada sobre este asunto hasta este domingo al mediodía. En su lugar, salió a dar explicaciones la ministra de Transparencia, Lenny Valdivia, quien ratificó la versión inicial del presidente y concluyó que era posible que Zapata le hubiera mentido. «Si este niño existe, como se está manifestando, quiere decir que la señora Zapata le mintió a nuestro presidente… el presidente no miente», agregó. Luego pidió que, si está vivo, el niño sea presentado a la mayor brevedad ante un juez de menores.
«Diga la verdad»
Pero los argumentos de Valdivia no convencieron a la oposición ni a la población, que ha encontrado en las redes sociales una válvula de escape para sus opiniones. «Ya no sabemos si creer en la palabra del jefe de Estado», dijo el expresidente Jorge Quiroga, quien propuso que el propio Morales diga toda la verdad al país para no perder la credibilidad. De igual forma, el jefe de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, opinó que las últimas revelaciones «cuestionan la palabra del Presidente», por lo que dijo que urge que «diga la verdad».
En todo caso, prosigue la investigación sobre las actividades de Zapata y el Ministerio Público ya identificó a dos funcionarios del Ministerio de la Presidencia como sospechosos de haber cooperado en sus actividades irregulares. Este domingo por la mañana ambos fueron aprehendidos.





EL PRESIDENTE DE BOLIVIA, EVO MORALES, DICE QUE QUIERE VER AL HIJO QUE TUVO CON SU EXNOVIA

BBC de Mundp (www.bbc.com/mundo)

"Tengo derecho a conocer a mi hijo, a cuidarlo, a protegerlo, es mi obligación. Espero que me lo traigan en las próximas horas", dijo este lunes el presidente de Bolivia, Evo Morales.
La declaración del mandatario es el más reciente capítulo de lo que tiene visos de convertirse en una telenovela: la de su hijo secreto fallecido, que ahora dicen que vive.
El niño, que según Morales deberá tener unos 8 o 9 años, es fruto de la relación que el presidente boliviano, de 56 años, mantuvo alrededor de 2006 con la empresaria Gabriela Zapata, cuando ella tenía 18.
Según Evo Morales, su exnovia le había dicho que el niño había fallecido poco después de nacer.
Pero en un giro inesperado, una tía de Zapata afirmó el sábado en la mañana que el niño estaba vivo y en buen estado, versión que luego fue corroborada por una de las abogadas de Zapata.
La madre, por su parte, permanece arrestada por cargos de lavado de dinero, malversación de fondos y abuso de influencia.
En declaraciones a medios locales, Zapata insistió en su inocencia e incluso inició procesos judiciales contra los periodistas que destaparon el caso.
La acusación está relacionada con los contratos millonarios que el gobierno boliviano firmó con el grupo chino CAMC, en los que presuntamente habría intercedido Zapata.
El domingo, miembros del gobierno boliviano emplazaron a Zapata a que presente al niño ante un juez para que se compruebe que está vivo.
Presentación ante el juez
La ministra de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Lenny Valdivia, dijo que la presentación debía tener lugar este lunes.
"La gran pregunta es por qué la señora Zapata ocultó a este niño durante ocho años", dijo Valdivia.
Agregó la ministra que si el menor efectivamente falleció, entonces Zapata está mintiendo y el gobierno procederá a iniciar una acción penal por difamación y calumnia.
La relación del presidente y la empresaria saltó a los medios tras una denuncia del periodista Carlos Valverde sobre un supuesto tráfico de influencias.
Las informaciones de prensa señalan que Zapata contactó con agencias del gobierno para conseguir contratos para la empresa china CAMC.
La oposición acusa a Morales de trato de favor hacia a quien era su pareja e insiste en que en realidad la relación duró hasta 2015.
El presidente boliviano afirmó que desde 2007 no supo más de Gabriela Zapata.
Poco después de la denuncia periodística, se formó una comisión de investigación parlamentaria, semanas antes de que se celebrara el referéndum sobre la reforma de la Constitución boliviana que tenía como objetivo que Morales pudiera volver a presentar a la reelección.
El 21 de febrero la consulta terminó con la primera derrota electoral del mandatario en los 10 años que lleva en el cargo.





POLICÍA FEDERAL DESBARATÓ UNA BANDA QUE EXPLOTABA A CIUDADANAS BOLIVIANAS EN PUESTOS DE VENTA AMBULANTE DE EZEIZA

Terra de Argentina (www.noticias.terra.com.ar)
                                                  
a División de Trata de Personas de la Policía Federal Argentina desbarató una organización delictiva dedicada al tráfico de mujeres desde Bolivia, que eran explotadas en puestos de venta del partido bonaerense de Ezeiza.  Fuentes policiales anticiparon a NA que los efectivos lograron rescatar a seis ciudadanas del país vecino.
La banda estaba encabezada por una mujer y su hija, de 65 y 41 años respectivamente, ambas de nacionalidad boliviana, con asiento en la localidad de Ezeiza.
Luego de seguir diversas líneas investigativas y cruzamiento de datos, se comprobó que a las personas que traían de Bolivia las alojaban en condiciones deplorables, las privaban de su libertad y las sometían a largas jornadas de trabajo en puestos de venta de ropa ubicadas en las avenidas comerciales de ese distrito bonaerense, como así también en ferias itinerantes de la zona.
Por medio del testimonio de las víctimas, se supo que del dinero que juntaban por las ventas se les descontaba el costo de la mercadería que tenían que vender, además del alojamiento, los servicios y los alimentos, por lo que les quedaba muy poco dinero para disponer de ellas mismas.
Además, eran despojadas de sus documentos y vivían permanentemente amenazadas, con libertad ambulatoria restringida.
Una de las víctimas escapó de la casa donde eran sometidas y pudo realizar la denuncia telefónica a través de la línea 145, de la "Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata", del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
El juez Federal en lo criminal y correccional de Lomas de Zamora, Alberto Santamarina, comenzó la investigación y dispuso el allanamiento en la finca de la calle Caseros en la localidad de Ezeiza, donde funcionaba la organización y donde se encontraban las personas capturadas.





INSISTIRÁN EN EL INGRESO DE BOLIVIA AL MERCOSUR

El Gobierno paraguayo buscará “acercarse” al Congreso en el reinicio de la actividad parlamentaria desde hoy, 1 de marzo, “para procurar conseguir la rapidez de la aprobación” del protocolo de ingreso de Bolivia como socio pleno del Mercosur. El documento está “cajoneado” en Diputados.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
                                   
Consultado sobre el punto, el canciller nacional Eladio Loizaga refirió que el protocolo efectivamente se encuentra en la Cámara Baja. “Hemos pedido por favor que se expidan, no hay ningún inconveniente”, manifestó.
El canciller señaló que en el Congreso del Brasil también “está en proceso parlamentario”. “Creo que tan pronto se reinicien las actividades en el Parlamento (el 1 de marzo), vamos a acercarnos para procurar conseguir la rapidez de su aprobación”, sostuvo.
En la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Diputados se encuentra desde hace meses el protocolo de adhesión de Bolivia al Mercosur para su aprobación. Esa comisión parlamentaria preside el colorado José María Ibáñez (ANR), imputado por la Fiscalía por corrupción.
El presidente de Bolivia Evo Morales había abogado para que los congresos de Paraguay y Brasil aprueben el protocolo del ingreso del vecino país como miembro de pleno derecho en el Mercosur. Actualmente, Bolivia es un país asociado al bloque regional.
Los Parlamentos de Argentina, Uruguay, Bolivia y Venezuela ya aprobaron el documento internacional.
Loizaga dijo que la ratificación busca dar el marco jurídico adecuado. Bolivia había consumado su ingreso al Mercosur cuando nuestro país estaba suspendido en el bloque (2012-2013).





MÉDICOS CUBANOS EN BOLIVIA: DOS LUSTROS DE SOLIDARIDAD

Cuba Debate (www.cubadebate.cu)
                                                                                
Con diez años de labor solidaria, los médicos de Cuba son reconocidos en Bolivia por el trato humano y el carácter afable, pero sobre todo por salvar 86 mil 983 vidas y devolver la visión a miles de personas.
Desde los primeros meses de 2006, los colaboradores de la nación caribeña brindan su ayuda en las comunidades más apartadas de este país andino, incluso en aquellas ubicadas a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar.
Al cumplirse una década de presencia ininterrumpida en esta tierra suramericana, se valora el camino recorrido hasta ahora y los resultados obtenidos, al tiempo que se ratifica el compromiso de continuar llevando salud y esperanza a los más necesitados.
Según el doctor Pavel Noa, coordinador nacional de la brigada cubana en Bolivia, los antecedentes de la colaboración con este país datan de 1985 con la donación de tres salas de terapia intensiva a hospitales infantiles de los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. En 2005 son facilitados un electroencefalógrafo y equipos de ventilación al Hospital del Niño en Santa Cruz y La Paz y el 15 de septiembre de ese año comienza la Operación Milagro, con la llegada a Cuba de 100 estudiantes y 48 pacientes bolivianos.
Noa precisó que, en febrero de 2006, ante las intensas lluvias y severas inundaciones registradas en varias regiones, arriban a esta nación miembros del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve.
Poco después, comienza la colaboración médica como parte del Programa Integral de Salud en Bolivia con la llegada de más cooperantes y la inauguración de centros de atención comunitaria.
En la actualidad, se encuentran en este país 713 trabajadores cubanos de ese sector, quienes laboran en 114 centros comunitarios, 30 hospitales y seis instalaciones oftalmológicas ubicadas en 31 provincias y 45 municipios de los nueve departamentos de Bolivia.
Entre los resultados más importantes a lo largo de estos 10 años sobresalen las más de 63 millones 418 mil consultas realizadas por nuestros especialistas, de ellas 47 millones 148 mil 485 en las comunidades“, destacó Noa.
Además, hemos realizado 179 mil 282 intervenciones quirúrgicas, 45 mil 699 partos y salvado la vida a 86 mil 983 bolivianos, apuntó.
Por otra parte, precisó que entre 2006 y 2008 se inauguraron 30 nuevos Hospitales Integrales Comunitarios y se donó equipamiento a decenas de centros de salud.
Durante la última década, la misión cubana ha tenido gran impacto en el pueblo boliviano. En primer lugar, las más de 600 mil cirugías realizadas como parte de la Operación Milagro beneficiaron a una parte de la población que no puede acceder a los servicios de salud por su elevado costo. Nosotros los atendemos de manera gratuita, afirmó Noa.
Asimismo, destacó la presencia del personal cubano en todos los departamentos de esta nación y su participación en la creación e implementación de programas como Mi Salud, orientado a fortalecer la atención médica integral y gratuita en las comunidades.
La misión cubana también ha colaborado en el campo de la formación del capital humano, lo cual incluye la preparación de profesionales y el impulso de la investigación científica.
Como resultado, más de cuatro mil 732 bolivianos se graduaron en la Escuela Latinoamericana de Medicina y otras universidades cubanas y actualmente 379 cursan estudios de postgrado en nuestro país, explicó Noa.
Nuestro objetivo en Bolivia es garantizar una asistencia médica con calidad y atender un mayor número de pacientes en los consultorios integrales comunitarios, además de brindar una atención diferenciada, indicó.
Por otra parte, destacó la importancia de iniciativas como las Ferias por la Salud, espacios donde se promueve la preparación de los ciudadanos y se ofrecen consultas y exámenes sin costo alguno para quienes no pueden pagar hospitales privados.
El coordinador nacional de la misión cubana reiteró el compromiso de los profesionales de ese país con su labor y resaltó el apoyo recibido del presidente Evo Morales durante estos años.





BOLIVIA: DENUNCIAN INTENTO DE ASESINATO DE ALCALDESA OPOSITORA

La toma, saqueo y quema de la alcaldía de El Alto, el pasado 17 de febrero, tenía como objetivo el asesinato de la alcaldesa Soledad Chapetón, del partido opositor Unidad Nacional (UN), denuncian empleados.

DW de Alemania (www.dw.com/es)
                                                 
En la acción vandálica murieron seis personas. En un primer momento se reportó que por asfixia, pero otros informes señalaron después que al menos dos de ellas fueron asesinadas, una de un golpe en la cabeza y una mujer fue degollada. "Los cerebros de aquel atentado (.) planificaron con varias semanas de anticipación (.) asesinar a la señorea alcaldesa (Soledad Chapetón), aprovechando la marcha organizada, según padres de familia de las juntas escolares, desde septiembre pasado", señala la denuncia escrita.
"Vimos que los vándalos portaban gasolina y trapos para causar el incendio, ya nadie lo duda, por los testigos, las fotos y los videos", agrega.
Evo Morales habla de “autoatentado” de la oposición
El Gobierno de Evo Morales sostuvo desde un inicio que lo que pasó en el ayuntamiento de El Alto fue producto de "un autoatentado". Morales dijo que se trató de una "obra de la Alcaldía, de la derecha", con el propósito de "desgastar al Gobierno" unos días antes de que se celebrara el referéndum del 21 de febrero.
En esa consulta popular los bolivianos rechazaron modificar un artículo de la Constitución para permitir la habilitación de Morales para un nuevo mandato en las elecciones de 2019. La alcaldesa de El Alto rechazó la versión de Morales y pidió a la Justicia convocar al mandatario para que declare y explique lo que sabe de la quema del edificio, que no era propiedad municipal.
También la denuncia de los trabajadores ediles sostiene que el actual viceministro de Gobierno, Marcelo Elío, ordenó el traslado de cuatro cuerpos a un baño para que hacer creer que murieron asfixiados. La Policía, que depende de las órdenes del viceministro Elío, no prestó el auxilio oportuno pese a que la comandancia regional se encuentra a unos 200 metros del sitio afectado por la turba, denuncian los empleados.
Ni Elío ni el comandante policial fueron convocados por los investigadores judiciales, que sí llamaron a la alcaldesa Chapetón y ordenaron la detención de dos funcionarios y otras 12 personas. La investigación está dirigida por un exasambleísta del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales.





TEXTILES BOLIVIANOS PIERDEN COMPETITIVIDAD POR PRECIOS

Empresarios textiles de Bolivia temen por su competitividad en el ámbito internacional e incluso en el local, indican representantes de Cotexbo, (Conglomerado Textil de Bolivia). Los altos costos de manufactura en el país dejan a sus industriales por fuera de todas las licitaciones. 

Fashion Mag de México (mx.fashionmag.com/news)
                                                                                           
En primera instancia, el salario mínimo se eleva a Bs. 1656 para este 2016, es decir, $240 dólares al cambio del día, en Perú se eleva a $210 dólares y en Colombia es de $207 dólares, lo que significaría un costo de mano de obra 13.5% más costosa que sus vecinos no dolarizados. 
Además del costo del salario y la mano de obra, se suma el costo de la devolución de la moneda, que ha sido inferior en Bolivia que en Perú y Colombia, aportando un 10% extra a la brecha financiera, que remata además con las altas tributaciones del país, lentitud en los trámites y dificultades comerciales. 
Al final de cuentas en Bolivia el costo de manufactura textil es cerca de 35% más caro que en Perú que a la vez es cerca de 10% más caro que Colombia, lo que deja a los bolivianos con un mercado muy reducido que se contenta de sus exclusividades, como la lana de camelados. 
Un excelente ejemplo es el costo de producción en maquila de una camiseta, que entre corte y confección, se puede demorar cerca de 35 minutos, los cuales en una maquila oficial de Bolivia tienen un costo de $4.2 dólares, en Perú $2.8 dólares y el Colombia $2.4 dólares, con iguales condiciones de calidad y casi los mismos tratados comerciales.

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