lunes, 29 de diciembre de 2014

MARCO ANTONIO ETCHEVERRY: "ME GUSTARÍA UNA SALIDA AL MAR PARA BOLIVIA"



En la actualidad, la selección boliviana está lejos del fútbol conducido por los pies de Marco Etcheverry. El 10 de la generación dorada de los verdes guió su equipo al Mundial de 1994, el segundo y último de Bolivia luego de la cita de 1950, y llegó a la final de la Copa América 1997 con los altiplánicos.
Once años después de su retiro del combinado verde en 2003, no queda casi nada. La escuadra altiplánica ocupa el puesto 85 del Ranking FIFA, sufre con la falta de recursos económicos y no tiene un DT fijo desde la salida del español Xavier Azkargorta en marzo pasado.
"Es tan dramática nuestra situación que no tenemos ni lugar propio para entrenar", arranca Etcheverry en su análisis sobra la endeble situación que vive el fútbol de su país: "La Selección tiene graves problemas económicos y políticos. Por eso, no tenemos un proyecto futbolístico grande de parte de nadie. Además, no tenemos infraestructura como la tiene Chile". 
Así es imposible despegar o, al menos, ilusionarse con mejorar...
Usted lo dijo. Y para colmo,  cuando llueve, los clubes no quieren prestarnos sus espacios. Entonces, poca gente quiere ir a hacerse cargo de un proyecto.
¿Y qué cree que deberían hacer en la federación para revertir esa situación?
Los dirigentes deben hacerse responsables de una buena planificación para la preparación del equipo. Creo que hay tiempo para que se den cuenta de que no basta participar entrenando 15 días con la selección. 
A seis meses de la Copa América, el panorama es desalentador.
Bolivia necesita resultados, porque ellos impulsan la organización y la economía de la Federación. Y si no dan resultados, todos les darán las espaldas como a cualquier otro proyecto.
Bolivia visitará Chile para la Copa, y puede surgir el tema de la negociación marítima entre ambos países. ¿Toma partido en ese asunto?
Tengo mi pensamiento. Sería lindísima una buena solución para el país, que tengamos la felicidad de tener mar. Sé que Cancillería y el Gobierno están trabajando en ese sentido, así que es hermosa la tarea de las autoridades de intentar obtener una salida al mar. Ojalá podamos cumplir ese sueño.
¿Cree toda la discusión sobre la salida al mar pueda afectar al equipo en la Copa?
No, porque la selección debe enfocarse en mejorar dentro de la cancha. El Gobierno y Cancillería están haciendo bien su trabajo, y el equipo debe hacer el suyo. (www.latercera.com/noticia)







BOLIVIA SOLO QUIERE VER SU MAR

El país andino, gobernado por un Evo Morales que volvió a arrasar en las urnas, continuó su litigio con Chile por el acceso al Pacífico

El País de España (www.elpais.com.es)

El 2014 ha retratado Bolivia como un país ansioso de alcanzar ya el centenario sueño de volver al mar y, a la vez, de consolidar el cambio liderado por el reelecto presidente Evo Morales en un contexto contradictorio: una floreciente economía y un drama social de violencia que compromete el futuro de sus jóvenes generaciones.
El juicio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya por la causa marítima, el inobjetable triunfo en las urnas del reelecto Evo Morales, el informe sobre filicidio en Bolivia, el juicio político contra tres magistrados del Tribunal Constitucional –nunca antes registrado en la historia del país- y el desbaratamiento de un “narco-puenteaéreo” entre Perú y Bolivia destacan en el acontecer noticioso de 2014.
Bolivia presentó, el 15 de abril, a la CIJ una memoria que sustenta su petición para que Chile acceda a “negociar de buena fe” una solución al encierro geográfico de 135 años, que pasa por obtener una salida soberana al Océano Pacífico. Tras la presentación del documento en La Haya, el asunto marítimo ha ocupado primeras planas y espacios en radio y televisión para informar de las controvertidas posiciones y de la guerra verbal entre las autoridades de ambas naciones, seguida con expectación por los bolivianos.
No es para menos. El mar es uno de los asuntos que toca a fondo el sentimiento ciudadano porque, a pesar de los 135 años transcurridos desde la pérdida de su litoral sobre el Pacífico –a raíz de la invasión de tropas chilenas a territorio boliviano en febrero de 1879- el ansia por volver al mar se ha convertido en una herida abierta en el espíritu ciudadano por generaciones.
El portavoz de la causa marítima, el expresidente Carlos D. Mesa, ha explicado públicamente que la petición boliviana apela a las ocho ocasiones en las que las autoridades chilenas comprometieron la buena fe de su Estado con propuestas formales para el acceso boliviano al Pacífico, como fue el caso de la negociación de Charaña, entre 1975 y 1978, a partir de una reunión en ese punto fronterizo entre los presidentes Augusto Pinochet y Hugo Banzer.
“Si un Estado se compromete con otro Estado a alguna acción, a darle algo o a cumplir una obligación, ésta es jurídicamente exigible”, ha afirmado Mesa. La estrategia desplegada por Morales en el asunto marítimo ha contribuido, sin duda, a consolidar un tercer mandato consecutivo con su triunfo en las elecciones generales del 12 de octubre. Seis de cada diez electores no sólo le ratificaron su confianza sino que le han dado los dos tercios de escaños en la Asamblea Legislativa, necesarios para reformar la Constitución y aprobar leyes sin oposición.
La victoria en las urnas se origina también en el positivo manejo de la economía con un crecimiento superior al 5 por ciento en 2014, que favorece la política de redistribución de la riqueza. La revolución educativa ha bajado a niveles mínimos el analfabetismo e impulsa el acceso a Internet en el área rural y urbana, merced a la dotación de computadoras fabricadas en Bolivia. Esta revolución local ha impulsado a un buen número de ciudadanos a mantener en el poder a Morales.
No todo es color de rosa. El último informe del Defensor del Pueblo desvela graves problemas en el seno de la sociedad boliviana. A la violencia de género –que en los primeros nueve meses cobró la vida de 60 mujeres a manos de su pareja-, se suma ahora el asesinato de padres a hijos.  El estremecedor informe del Defensor afirma que entre enero y noviembre murieron 22 pequeños, -recién nacidos hasta los cuatro años--, víctimas de sus padres que los asfixiaron, estrangularon, golpearon o les dieron a ingerir leche con alcohol o raticida. Otros niños, de entre seis y catorce años, fueron violados, asesinados y algunos incinerados.
El Defensor, Rolando Villena, expresa su preocupación ante “el incremento de los casos de infanticidios y violencia en todas sus formas” así como “la disminución de la edad de imputabilidad penal”. El Gobierno boliviano promulgó el Código de la niñez y la adolescencia que rebaja la edad de imputabilidad penal y admite el trabajo infantil, a partir de los diez años. Los datos no actualizados fijan en 800.000 niños y adolescentes trabajadores. Otros 24.000 menores se encuentran en hogares de acogida en difíciles condiciones de vida, más de 10.000 viven en las calles y cerca de 1.200 están en cárceles junto a sus padres privados de libertad.
El informe sobre derechos humanos alude a las condiciones de vida de personas privadas de libertad y a la incontrolable tendencia al linchamiento, en áreas rurales y urbanas del país, entre otras preocupantes vulneraciones a los derechos de las personas.
El juicio político abierto en el Senado contra tres magistrados del Tribunal Constitucional (TC) viola el derecho a un juicio justo y la independencia del poder judicial, denunciaron representantes de organismos de derechos humanos y de la Comisión Internacional de Juristas, de Ginebra, que objetaron el procedimiento en la Cámara Alta.
El juicio motiva una gran polémica en los círculos políticos y jurídicos. La acusación que pesa sobre los magistrados Gualberto Cusi, Zoraida Chanez y Ligia Velásquez es la de prevaricación, resoluciones contrarias a la ley e incumplimiento de deberes al haber admitió un recurso para revisar la ley del Notario.
Esa resolución ocasionó el enojo de las autoridades del Poder Ejecutivo que reclamaron un juicio político. Según los abogados de las vocales del TC, el proceso judicial encubre una presunta represalia al voto adverso de los tres magistrados a la hora de definir la legalidad de la re elección para un tercer mandato consecutivo del presidente Evo Morales.
El quinto hecho noticioso de 2014 tiene que ver con la cooperación entre Bolivia y Perú para desbaratar el puente aéreo que los traficantes de cocaína habían establecido a fin de llevar el estupefaciente a mercados regionales y otros continentes.
Los bolivianos esperan que en 2015 se concrete la demanda por la causa marítima en La Haya y la visita del Papa Francisco, además de las elecciones de alcaldes, gobernadores y delegados a los concejos edil y departamental en marzo. (www.elpais.com.es)






MADIDI, SELVA MISTERIOSA

Diario Correo de Perú (www.diariocorreo.pe)
                                                   
Estamos ingresando al parque nacional de Madidi y a partir de ahora quedamos incomunicados del mundo”, es lo que informa el guía Juan Carlos Parián quien después de viajar en bote por una hora desde Rurrenbaque, en la zona oriental de Bolivia, nos adentramos por el río Beni y luego por el Tuichi. A partir de ahora nos quedan 4 horas más de viaje, añade.
Y es así, durante el trayecto se observa frondosa vegetación y aves volando, mientras que las infaltables mariposas sorprenden por sus variadores colores.
Tras volar 40 minutos de Arequipa a La Paz (Bolivia) en un moderno jet Bombardier de la línea Amaszonas, en dicha ciudad se hace trasbordo a una avioneta para 18 personas y en 35 minutos llegar a Rurrenabaque y de ahí viajar en bote al refugio ecológico Chalalán.
“Ahora que el río está cargado es mejor viajar ya que no encallaremos”, precisa Parián, mientras el capitán del bote: Roberto Valdez arranca con la coordinación del ayudante Luis Vidal.
La fuerza de las aguas no impiden que el bote avance durante 5 largas horas, que por momentos son intermimables, sin embargo el sacrificio vale pues apenas llegamos al pequeño muelle se cargan los maletines para caminar una hora en medio de la selva rumbo al albergue. En el trayecto juquetones monos saltan entre los árboles, cerdos salvajes, loros cantores y una diversidad de animales se cruza en el camino, que por momentos asustan.
Al llegar a la escondida aldea sorprende la hermosa laguna donde hay caimanes como peces y en los alrededores, tapiris, jaguares, capibaras e infinidad de aves. Los insectos son frecuentes en el camino, sin embargo el paisaje conquista a uno al descubrir una fauna y flora diversa, donde un pequeño desvio puede ocasionar en una perdida en la selva. Ese es el parque Madidi en Bolivia y que en apenas 4 horas se llega desde el sur del Perú.
Es el sitio exacto para entrar en contacto con la naturaleza, aquella que cada día que pasa es más amenazada por la presencia del hombre que pone en riesgo a miles de especies vegetales como animales. Merece conocerla.





BOLIVIA, ESTO ES EL CIELO

En el circuito-Sur-Oeste en una zona aislada, resistente, frío y caliente. Donde el cielo es tan profundo que parece ser capaz de seguir adelante con sus ojos, llegando a tocar las estrellas durante el día.

Vanity Fair de Italia (www.vanityfair.it)
                                                                                 
En las guías de guardia Bolivia Circuito Sur-Occidental. La ruta va desde la ciudad de Uyuni, situada en el desierto a casi 3.700 metros de altura, hasta San Pedro de Atacama, Chile. Es una zona aislada, resistente, frío y caliente, atormentado por los vientos y el polvo. El cielo es tan limpio y profundo, que parece ser capaz de seguir adelante con sus ojos, llegando a tocar las estrellas durante el día. En todo el burbujeo tierra, escupiendo vapores y concentrar los minerales en los lagos que se convierten en fuego celeste, amarillo y rojo, y no congelar casi nunca. Aun cuando fuera es de 20 grados bajo cero, lo que a veces sucede.
LA VERDADERA HISTORIA
La ruta comienza superando el Salar, el inmenso desierto de sal, donde en tiempos prehistóricos estaba el gigantesco lago Minchin. Durante la estación seca, la superficie del Salar es tan deslumbrante como el de un glaciar, rodeado de perfil azulado de las montañas. Cuando llueve, el impacto es surrealista: la película de agua que se forma en la sal refleja el cielo y las nubes y el horizonte desaparece en todas direcciones. El cruce de la precaución Salar y nuestra guía de repente se desvía para evitar el Ojos de Salar, los ojos del desierto, que según las leyendas incas abriría a tragar los viajeros.
Esto es realmente grandes agujeros en la superficie de la sal, de la que el agua fluye a continuación. Sin experiencia, es difícil distinguir entre ellos y llegar a ser peligroso. Cuando le pregunto cómo se originó el Salar, la guía indica una montaña de distancia. Es el volcán Tunupa, casi 5.500 m de altura. Hace muchos años, cuando el eje de la Tierra se inclina de manera diferente, el gobernante inca Atahualpa recortó el seno de la hermosa Tunupa en las laderas del volcán. La leche que fluía produjo el Salar. Sigo siendo un poco "desconcertado escuchar la leyenda, pero el guía me lleva severamente, diciendo que es una historia real.
Después de cruzar el desierto de sal, si cumple con uno de la tierra roja, en la que se extienden las sombras oscuras de las montañas. El camino es inexistente, pero la guía parece ver todo. Después de la remota aldea de San Juan, se llega a un segundo Salar, a Chiguana, rico bórax. Los colores cambian de nuevo y se siente la altura, evita caidas. Sin embargo, aquí está lleno de vida. Cientos de flamencos rosados en cualquier lugar hay agua. Es un agua no potable para nosotros, cómo un montón de minerales. El viento agita la verde espuma de decisiones y el rojo que parece piedra. No lejos de allí, fuma Ollagüe volcán silencioso, con su pico nevado.
MEJOR QUE PUEDAS 'SIEMPRE
Sin embargo, dicen que lo mejor está aún por venir. Lo mejor de Desierto de Siloli con su árbol de piedra, que parece sacada de un cuadro de Salvador Dalí? Oh, mucho mejor, dice la guía. ¿Por qué todavía tenemos que ver las lagunas, el géiser cuenca del Sol de Mañana y sobre todo la montaña perfecta, el volcán Licancabur. La primera es que entre la Lagune Colorada. Se trata de un pequeño lago rojo y púrpura, en lo profundo de un patio, situado a 4300 m de altitud. Aquí es donde pasaremos la noche en habitaciones espartanas de un hostal, amontonados frente a la estufa de leña. Habla poco, por lo que sólo se admirar el cielo a través de la ventana, con su resplandor de las estrellas. Al amanecer, medio congelados, subamos a casi 5.000 m. El sol brilla en nosotros cuando estamos en medio de la cuenca del géiser, entre el vapor caliente y lodo burbujeante, con la luna todavía colgando en el horizonte de las rocas.
Ya es casi Chile. La carretera baja, vamos a lo largo de una pared. Falta la montaña perfecta, pero no hay necesidad de decirnos lo que es. El volcán Licancabur, simétrico, de oro en el azul de la mañana, se levanta al lado de nosotros. A sus pies, la Laguna Verde, lleno de plomo, arsénico y carbonato de calcio. Se dice que la boca del volcán ha sido anfitrión de una vez a la cripta inca. Si lo deseas, puedes subir: la escalada es un reto desde el punto de vista técnico, aunque es muy difícil para la altitud, el frío y el viento. No muy lejos de la laguna, un puñado de edificios. Estamos en la frontera, dice la guía. Luego bajamos con mochilas al hombro, y le damos las gracias por todas las historias, nos dijo. Falta una hora en San Pedro de Atacama. Incluso desde allí - asegura una conducción - usted ve el Licancabur. Nuestra montaña más bella le acompañará durante un tiempo.
PARA USAR:
Un libro para leer: La frontera desapareció Luis Sepúlveda (Bloomsbury)
Una película para ver: Che - Guerrilla Steven Soderberg (2008)
Para más información: La mejor manera de visitar el Circuito Sur-Occidental es confiar en una de las muchas agencias de Uyuni. Las excursiones duran siempre unos pocos días y las habitaciones son, en general, muy básico.





EX PRESIDENTES Y CONGRESISTAS HARAN GIRAS EN ENERO POR DEMANDA EN LA HAYA

Terra de Chile (www.noticias.terra.cl/chile)

Con vista a los alegatos que se llevarán a cabo en La Haya en 2015, los ex presidentes de la República y parlamentarios iniciarán en enero las giras internacionales para difundir la postura chilena frente a la demanda marítima presentada por Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia."Hay parlamentarios y ex presidentes que estarán viajando en enero. Yo mismo tendré entrevistas con personeros internacionales. Prefiero mantener bajo reserva quiénes, cuándo y dónde. Ya se sabrá oportunamente, si conviene al interés nacional", dijo el canciller Heraldo Muñoz a un matutino.
Si bien no entregó mayores detalles de esta gira, Muñoz indicó que se tratará de "contactos con sus pares, entrevistas con altas autoridades del Ejecutivo de los países que visitan y encuentros con líderes de opinión, dependiendo del país en cuestión", cita Emol.
Dichas gestiones también se llevarán a cabo en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se realizará el 29 de enero en Costa Rica. "En la Celac se abordarán los temas del plan de acción 2015. Y siempre hacemos gestiones para difundir nuestra posición respecto a la demanda boliviana. Lo de Celac ha sido contemplado oportunamente", dijo Muñoz.
Las giras internacionales forman parte de la estrategia comunicacional ideada por el Ministerio de Relaciones Exteriores para difundir en el extranjero los argumentos chilenos frente a la demanda marítima de Bolivia presentada en La Haya.
De esta forma, el Gobierno ya ha presentado un texto con los argumentos, además de un video que cuenta con la participación de la Presidenta Michelle Bachelet y los ex mandatarios Ricardo Lagos, Sebastián Piñera y Eduardo Frei. Asimismo, en diciembre se lanzó el portal "Mito y Realidad", donde se explica también la postura chilena.






Desde la Independencia nuestro país ha desarrollado una política hegemónica en el Pacífico sur. Es cierto que en el siglo XIX ésta fue una matriz común de Occidente, particularmente de los países europeos que se constituían en referentes “civilizatorios”.

El Ciudadano de Chile (www.elciudadano.cl)
                                                                  
En el caso de Chile esto se ve insinuado desde el momento que -en unión con Argentina- le imponen a Perú su independencia. Podemos hablar de “imposición”, ya que un significativo sector de los peruanos no vio a la expedición chileno-argentina como libertadora. Así, el posterior presidente de Chile, Francisco Antonio Pinto, manifestó en el curso de dicha campaña -en 1822- su preocupación por la seguridad de las fuerzas chilenas, “porque casi todas las facciones de Lima nos miran como enemigos y sería un día de júbilo para ellas la noticia de nuestra derrota” (Sergio Villalobos, Chile y Perú. La historia que nos une y nos separa, 1535-1883; Edit. Universitaria, 2002; p. 15).
Lo anterior se institucionalizó como reacción al surgimiento de la Confederación Perú-Boliviana, que fue considerada inaceptable por la política exterior chilena de los años 30 del siglo XIX. De este modo, el virtual dictador de la época, Diego Portales, enunció una orientación claramente hegemónica en una carta al comandante en jefe de las fuerzas navales y militares de Chile, el general Manuel Blanco Encalada, del 10 de septiembre de 1836: “La posición de Chile frente a la Confederación Perú-Boliviana es insostenible. No puede ser tolerada ni por el pueblo ni por el gobierno, porque ello equivaldría a su suicidio. No podemos mirar sin inquietud y la mayor alarma, la existencia de dos pueblos confederados, y que, a la larga, por la comunidad de origen, lengua, hábitos, religión, ideas, costumbres, formarán, como es natural, un solo núcleo (…) La Confederación debe desaparecer para siempre jamás del escenario de América. Por su extensión geográfica; por su mayor población blanca; por las riquezas conjuntas del Perú y Bolivia, apenas explotadas ahora; por el dominio que la nueva organización trataría de ejercer en el Pacífico, arrebatándonoslo; (…) por la mayor inteligencia de sus hombres públicos, si bien de menos carácter que los chilenos; por todas estas razones, la Confederación ahogaría a Chile antes de muy poco. Cree el gobierno, y éste es un juicio también personal mío, que Chile sería o una dependencia de la Confederación como lo es hoy Perú, o bien la repulsa a la obra ideada con tanta inteligencia por Santa Cruz, debe de ser absoluta (…) Las fuerzas navales deben operar antes que las militares, dando golpes decisivos. Debemos dominar para siempre en el Pacífico: ésta debe ser su máxima ahora, y ojalá fuera la de Chile para siempre” (Ernesto de la Cruz, Epistolario de don Diego Portales, Tomo III; Impr. de la Dirección General de Prisiones, 1938; pp. 452-4).
Tanto o más decidoras que dichas palabras fueron los comentarios que de ellas hizo el connotado historiador Mario Góngora, ¡en 1986!: “Es posible que nunca haya sido visto con tanta claridad el destino de Chile, y a ese horizonte histórico de Portales correspondió precisamente la expansión territorial y la expansión comercial marítima de Chile en el siglo XIX”. (Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX; Edit. Universitaria, 1992; p. 36).
DESCONFIANZA CON EE.UU.
Esta búsqueda de hegemonía fue complementada con otras dos características de nuestra política exterior, a su vez, íntimamente ligadas: la reticencia frente a la creciente expansión de la hegemonía de Estados Unidos en el continente y la promoción -al menos verbal- de la creación de una comunidad hispanoamericana de naciones.
Notablemente, ya en 1822 Diego Portales -lejano todavía de sus cargos políticos- escribía en carta a su amigo José Cea: “El presidente de la Federación de N. A., Mr Monroe, ha dicho: ‘Se reconoce que la América es para éstos’. ¡Cuidado con salir de una dominación para caer en otra! Hay que desconfiar de esos señores que muy bien aprueban la obra de nuestros campeones de liberación, sin habernos ayudado en nada: he aquí la causa de mi temor (…) Yo creo que todo obedece a un plan combinado de antemano; y ese sería así: hacer la conquista de América, no por las armas, sino por la influencia en toda esfera. Esto sucederá, tal vez hoy no; pero mañana sí. No conviene dejarse halagar por estos dulces que los niños suelen comer por gusto, sin cuidarse de un envenenamiento” (Ernesto de la Cruz, Ibid, Tomo I; p. 12).
En la mitad de la década de 1850, El Mercurio de Valparaíso planteaba incluso que “no hay que engañarnos, la conquista de la América española está resuelta por el gabinete de la Unión” (2-2-1855); y se zahería a los “yanquis”: “Vosotros sois los únicos que habéis en el mundo inventado el medio civilizador de destruir todo lo que no os agrada (…) vosotros sois una amenaza viva a todo lo que os toca y os rodea, porque con vosotros nunca se puede vivir en paz por mucho tiempo. Este es el peligro de Chile y el de todas las repúblicas americano-españolas” (13-2-1855) (ver Hernán Ramírez Necochea, Historia del imperialismo en Chile; Edit. Austral, 1970; pp. 80-1).
Por otro lado, pero en relación con lo anterior, personalidades muy relevantes de la oligarquía chilena propusieron a mediados del siglo XIX una integración “hispano-americana”. Así, Pedro Félix Vicuña (fundador de El Mercurio de Valparaíso) propuso ya en 1837 la creación de un Gran Congreso Americano con exclusión de Estados Unidos (ver Sociedad de la Unión Americana de Santiago de Chile, Colección de ensayos y documentos relativos a la Unión y Confederación de los Pueblos Hispano-Americanos; Impr. Chilena, 1862; pp. 213-25). A su vez, Manuel Carrasco Albano señaló en 1855 la necesidad de constituir un Congreso General Sudamericano cuyo “objeto primordial” fuera “concertar los medios de defensa necesarios para impedir las sucesivas usurpaciones del coloso norteamericano (…) estrechar los vínculos que unen (…) la América española, oponer a la Confederación política norteamericana la federación moral de una nacionalidad sudamericana” (Ibid; pp. 261-2).
Incluso el intelectual revolucionario Francisco Bilbao propuso en 1856, desde su exilio en París, la creación de una Confederación de Estados Sudamericanos que impidiera el dominio de Estados Unidos, que “extienden (sus garras) cada día más en esa partida de caza que han emprendido contra el Sur. Ya vemos caer fragmentos de América en las mandíbulas sajonas del boa magnetizador, que desenvuelve sus anillos tortuosos. Ayer Texas, después el norte de México y el Pacífico saludan a un nuevo amo. Hoy las guerrillas avanzadas despiertan el Istmo, y vemos a Panamá, esa futura Constantinopla de la América (…) mecer su destino en el abismo y preguntar: ¿seré del sur, seré del norte?” (Ibid.; pp. 280-1).
AFANES HEGEMONICOS
Sin embargo, la vocación latinoamericana chilena se entremezcló subrepticiamente con sus afanes hegemónicos en el Pacífico sur. Así, en 1855, cuando Ecuador suscribió un proyecto de tratado con Estados Unidos por el cual le entregaría en concesión las islas Galápagos (dado que se creía que allí había covaderas ricas en guanos) a cambio de su defensa de todo ataque exterior, el gobierno chileno (de Manuel Montt) dirigió una nota circular a las cancillerías americanas en la que señalaba que “Ecuador, sometido a la protección de Estados Unidos, tendrá por algún tiempo las apariencias de un Estado independiente y, en seguida, entrará a figurar como una colonia norteamericana”; agregando de modo amenazante: “Que Estados hermanos se degraden, abdicando de su nacionalidad, es para el gobierno del infrascrito una calamidad que no podrá ver acercarse y desenvolverse sin hacer todos los esfuerzos posibles para contrariarla, para alejarla de los Estados sudamericanos” (Mario Barros, Historia diplomática de Chile 1541-1938; Edit. Andrés Bello, 1990; p. 203).
Ante la indiferencia del resto de los países, el gobierno de Montt envió incluso un representante para disuadir a Ecuador. El desenlace fue que Estados Unidos se desinteresó del proyecto al comprobarse que no existía guano industrial en dichas islas (ver ibid.; p. 204).
Más notable aún fue el hecho de que Chile en 1865 liderara una guerra contra España (con Perú y Ecuador) por un conflicto entre este país y Perú, llegando incluso a apoyar el derrocamiento del presidente del país vecino, por considerar poco digno un acuerdo suscrito entre Perú y España para resolver el diferendo (ver Domingo Amunátegui, La democracia en Chile; Universidad de Chile, 1946; p. 167).
Posteriormente, en 1874, Chile delimitó territorios con Bolivia de manera tal que en una franja sur (entre los paralelos 23° y 24°) ésta quedó impedida de subir los impuestos a “las personas, industrias y capitales chilenos” por 25 años (ver Jaime Eyzaguirre, Breve historia de las fronteras de Chile; Edit. Universitaria, 2000; p. 70), a través de una cláusula bastante hegemónica y congruente con la expansión de la actividad económica chilena y el abandono boliviano de su propio litoral. Hay que tener presente que en 1879 la Antofagasta boliviana estaba poblada en un 93% por chilenos (ver ibid.; p. 71). De este modo, cuando el gobierno boliviano quiso en 1878 ejercer una plena soberanía económica sobre dicho territorio alzando los impuestos, Chile adujo la violación de aquella disposición como casus belli, invadiendo todo el litoral boliviano. Y como en temor al hegemonismo chileno, Bolivia y Perú habían suscrito un tratado secreto de alianza en 1873, este último se vio también arrastrado a la guerra. 
A su vez, Estados Unidos, que ya durante la guerra de Chile contra la Confederación había tenido una disposición favorable a ésta (ver Heraldo Muñoz y Carlos Portales, Una amistad esquiva. Las relaciones de Estados Unidos y Chile; Edit. Pehuén, 1987; p. 21), durante la guerra del Pacífico presionó a Chile para evitar su anexión de territorios peruanos, lo que condujo a ambos países a una relación de hostilidad (ver Fredrick Pike, Chile and The United States. 1880-1962; University of Notre Dame Press, 1963; pp. 47-62).
EE.UU. IMPONE SU HEGEMONIA
Por otro lado, Estados Unidos quiso en 1881 efectuar una reunión interamericana para avanzar su hegemonía en el continente y contrarrestar el expansionismo chileno. Su fracaso fue recibido con alivio por el gobierno chileno (ver Ibid.; p. 60). Finalmente, EE.UU. logró en 1889 efectuar una Conferencia que dio origen a la Unión Panamericana, la que hasta bien entrado el siglo XX contó con la total reticencia de la oligarquía chilena, producto de su resistencia al hegemonismo global estadounidense y la defensa del hegemonismo chileno en el Pacífico sur. En todo caso, en dicha reunión se dio una sintomática unión de Chile con el país del norte en contra de un proyecto de tratado presentado por Argentina -apoyado por Brasil- de arbitraje general y obligatorio de disputas interamericanas y para declarar “inaceptable en América las adquisiciones pasadas o futuras de territorio a través de la amenaza o del uso de la agresión militar” (Ibid.; p. 64). Según Pike “el principal propósito de este paso fue avergonzar a Estados Unidos y Chile, colocando al primero a la defensiva por el Tratado de Guadalupe Hidalgo que terminó la guerra mexicana, y al segundo en relación al Tratado de Ancón” (Ibid.; p. 64).
La creciente hegemonía norteamericana en el continente fue generando diversos conflictos con nuestro país que derivaron, en dos casos, en sendas imposiciones de Estados Unidos a Chile. En el caso Baltimore en 1892 -provocado por la muerte de dos marinos estadounidenses en una gresca en Valparaíso, al recalar un barco- que terminó con disculpas públicas y reparaciones a las víctimas. Y en el caso Alsop en 1911 -provocado por reclamaciones de accionistas yanquis respecto de negocios desarrollados en territorios bolivianos conquistados por Chile- que terminó con un arbitraje del rey de Inglaterra y no del presidente de Brasil, como quería Chile.
MAR PARA BOLIVIA
Pero sin duda que la imposición más relevante fue la que obligó virtualmente a nuestro país a negociar un acuerdo satisfactorio para Perú respecto del destino final de Tacna y Arica; tema que había quedado pendiente de resolución mediante un plebiscito a efectuarse en 1894, de acuerdo al Tratado de Ancón, pero que Chile había postergado indefinidamente. La presión ejercida por Estados Unidos, en la década del 20, fue crucial para ello.
Si bien dicha negociación -traducida en el Tratado de Lima de 1929, que le restituyó Tacna a Perú- le permitió a Chile “reintegrarse” al escenario latinoamericano y dejar de ser “la Prusia de Sudamérica”, como fue motejado a comienzos del siglo XX, una cláusula de dicho tratado le ha permitido a nuestro país seguir demostrando un hegemonismo decimonónico con Bolivia hasta el día de hoy. Se trata de la disposición que establece en los hechos que Chile solo podría negociar una salida soberana al mar para Bolivia -sin quedar partido en dos- con el acuerdo de Perú.
Pero en lugar de aprovechar positivamente dicha cláusula para resolver de manera satisfactoria para los tres países el que Bolivia obtenga una salida soberana al mar, y que terminemos con los resabios que enturbian nuestras relaciones, el Estado chileno prefiere el camino inmovilista de perpetuar la humillación y el resentimiento boliviano. Y con ello, indirectamente, continúa también preservando el resquemor peruano.
¿Cómo no nos damos cuenta que responde al interés nacional de Chile -y no solo a la ética y a la fraternidad humana- el abandono de toda pretensión hegemónica?





GOBIERNO LANZA PLAN PILOTO PARA PURIFICAR AGUA Y DEJARLA POTABLE

Mecanismo, inventado por un chileno, será presentado hoy en Peñaflor y su instalación se extenderá a otras cuatro localidades.

La Tercera de Chile (www.latercera.com/noticia)
                                                                                
El Ministerio de Desarrollo Social implementará un nuevo sistema para purificar agua y convertirla en potable, que beneficiará a cinco comunidades del país que, actualmente, se abastecen a través de pozos.
El mecanismo será presentado hoy en el hogar de niños Koinomadelfia, de Peñaflor, perteneciente a la congregación Siervos de María, y que alberga a más de 90 niños, de cero a 18 años que han sido derivados desde distintos tribunales de familia.
Se trata de una máquina inventada por el científico chileno Alfredo Zolezzi, y que permite purificar agua no bebestible y volverla 100% potable, en forma inmediata al abrir una llave, disminuyendo, de paso, los potenciales riesgos a la salud. El sistema será instalado en forma piloto en cinco comunidades. La primera será el hogar de niños en Peñaflor y luego se implementará en la escuela rural Heriberto Erlwein, en Curacaví; el campamento Longovilo, de Melipilla; el campamento El Milagro, en Quilicura, y la Escuela Pedernal, en Petorca, V Región.
La idea, explicó la ministra de Desarrollo Social, María Fernanda Villegas, es monitorear el sistema por un período de 12 meses, evaluando los estándares del servicio, los cambios en la comunidad y los efectos sobre la salud. Las comunidades serán capacitadas para la administración autónoma de la máquina.
“Para nosotros es clave fomentar la innovación social y para eso hemos puesto los recursos necesarios que permitan su fomento”, dijo Villegas. El desarrollo de esta tecnología se enmarca en un convenio que realizó el ministerio, a través del fondo “Chile de Todas y de Todos”, con Advanced Innnovation Center (AIC) y la Fundación Avina.  
¿CÓMO FUNCIONA?
El dispositivo utiliza la tecnología Plasma Water Sanitation System (PWSS), que sanea el recurso, basándose en la transformación de un flujo continuo de agua en plasma, al interior de una cámara de reacción. Este método permite la eliminación del 100% de microorganismos y bacterias.
La máquina ha sido desarrollada íntegramente en Chile por el AIC, que lidera Zolezzi, y en la cartera aseguran que busca resolver una problemática social y sanitaria a escala mundial.
De esta forma, indicó la ministra, Chile será el primer país del mundo en utilizar esta tecnología al servicios de los más pobres. En los próximos meses se implementará este sistema en Bolivia, Paraguay y algunas naciones de Africa que han solicitado esta tecnología.
“Con este proyecto, Chile se pone a la vanguardia desde el punto de vista de la innovación social y la tecnología pensada al servicio de la superación de la pobreza. Aquí la diferencia está dada porque esta tecnología no está dispuesta al mercado, sino que apunta a solucionar la realidad de muchas familias”, dijo Villegas.





 ALEIDA GUEVARA, LA HIJA MAYOR DEL CHE

“HACE FALTA QUE LOS PUEBLOS SEAN MÁS DUEÑOS DE SU DESTINO”

Nació cuando la revolución apenas comenzaba. Tiene algunos pocos recuerdos de su padre, que desgrana en esta entrevista. Y todos sus ideales: como pediatra trabajó en varios países, brindando asistencia médica en condiciones extremas. Aquí defiende el camino cubano y traza un panorama sobre América latina. “Hay mucho todavía que resolver”, dice sobre el descongelamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
                                                                     
El descongelamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos ha sido la gran noticia de fin de año, pero la hija del Che, la pediatra Aleida Guevara, recordó que queda mucho por recorrer. “José Martí decía que cultivaba una rosa blanca para su amigo, pero también para su enemigo. Nosotros tenemos todavía que aprender mucho de Martí. Hay un sentimiento de nuestro pueblo que no se va a borrar tan rápido, porque son muchos años en que el gobierno de Estados Unidos ha mantenido organizaciones terroristas que han actuado en nuestro país. Si hay respeto por la soberanía de nuestro pueblo, podemos comerciar libremente. Hay mucho todavía que resolver”, declaró a la prensa italiana. Página/12 dialogó con Aleida Guevara días antes del anuncio, a su paso por Londres para una conferencia en la Central de Trabajadores británica sobre América latina.
–¿Qué diría el Che hoy de Cuba y América latina?
–No puedo contestar por mi papá, porque él no está, no vivió en esta época. Pero seguramente estaría exigiendo mucho más y estaría peleando con nosotros por las cosas que dejamos de hacer. Eso seguro. Todavía el sueño latinoamericano no es realidad. Nos falta mucho para poder alcanzarlo. El ALBA: fíjate que estamos solamente Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia. Ni siquiera Argentina y Brasil participan del ALBA. O sea que todavía estamos iniciando un proceso.
–¿Qué dice Aleida Guevara de América latina?
–Yo creo que estamos caminando. En los últimos años ha habido un renacimiento de la Patria Grande. Países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua han marcado la diferencia. Ahora Cuba no es una isla aislada desde el punto de vista político y económico. Formamos parte del ALBA, con lo que comienza una nueva etapa en la integración de América latina. Igual estaría de acuerdo con mi papá en que nos falta muchísimo. Hace falta más unidad dentro de nuestro continente. También nos hace falta que los pueblos sean más dueños de su destino y para eso necesitan ser dueños de lo que producen. Mientras las transnacionales nos sigan sacando nuestras reservas, nuestros productos, y mientras nuestros pueblos sigan pasando hambre, no estaremos llegando adonde de verdad tenemos que llegar. Y hay que recordar otra vez lo que decía el Che en cuanto a que también hay que transformar al hombre junto a los cambios en la producción. Necesitamos hombres que piensen en la solidaridad y en la grandeza que un ser humano siente cuando es útil a otro. Trabajo mucho con el MST, el Movimiento Sin Tierra de Brasil, dando conferencias, exponiendo las cosas de mi papá, discutiendo y aprendiendo de ellos. Me parece uno de los movimientos sociales más importantes de América latina por su coherencia, por su dinamismo, por lo que ha alcanzado viviendo en una sociedad capitalista. El MST ha logrado conquistar tierras, hacer cooperativas y producir muchísimo, pero no sólo para autoconsumo o para tener excedente para vender sino, también, en un excedente para alimentar al resto del movimiento. No sólo trabajan para ellos sino que son solidarios con otros movimientos sociales. Al principio del MST, los campesinos pensaban “yo sólo quiero la tierra para alimentar a mis hijos”. Hoy le pregunta uno lo mismo y dice que ahora se da cuenta de que la tierra no es un bien propio, es un bien colectivo.
–Dice que Cuba está menos aislada, pero la realidad es que sigue sufriendo el bloqueo.
–Está menos aislada gracias a esta nueva realidad en América latina, pero el bloqueo nos ha afectado desde el principio. A veces ha hecho que hombres o niños cubanos perdieran la vida porque no tenían los medicamentos correspondientes. Por suerte tenemos una gran solidaridad de muchas partes del mundo. Eso nos da fuerzas para saber que no estamos solos. Decía José Martí que el hombre que descubre las virtudes de otro es porque las lleva en sí mismo. Si son solidarios con Cuba es porque nos sienten cercanos, porque son capaces de reconocer las virtudes de nuestro pueblo. Pero hay situaciones muy duras por culpa del bloqueo. Le doy un ejemplo: un niño de pocos años de vida con una meningoencefalitis viral que, para curarse, precisa un medicamento que tiene patente en Estados Unidos. Hicimos lo imposible por obtener el medicamento. Cuando lo conseguimos después de muchos problemas con Estados Unidos, el niño había fallecido. ¿Cómo le explica eso uno a la madre? Por eso decimos que el bloqueo produce mucho desgaste económico, pero lo más importante no se puede palpar porque el costo humano que ha causado no se puede valorar en dinero.
–Pero, a pesar del bloqueo, el servicio de salud en Cuba es un referente mundial y Cuba ha exportado doctores.
–La salud del hombre es un derecho. Si uno le pregunta a cualquier ser humano cuánto pagaría por la vida de su hijo, no hay cifra porque es algo que no tiene precio. No se puede negociar con la salud del ser humano. Este principio nos permite mostrar a los pueblos lo que somos. No somos diferentes como seres humanos sino porque nos han educado en una sociedad socialista. Por eso necesitamos dar el ejemplo de que es posible vivir en una forma diferente. En nuestro sistema de salud hemos llegado a tener un doctor por cada 190 familias. Hoy muchos de estos doctores están en otras partes del mundo. Hay pacientes cubanos que están acostumbrados a tocar la puerta y tener un médico a su servicio. Pero el pueblo sabe dónde está su médico y se siente orgulloso de su sistema de salud. Y no es la salud únicamente. Estamos hablando de que todos tengan viviendas dignas, transporte garantizado, seguridad, que estén libres de drogas, de violencia, que todos puedan realizarse como seres humanos. ¿Por qué hemos llevado adelante tantos programas de alfabetización? No sólo en la lengua de la colonización, español, inglés, portugués. También en las lenguas de nuestros pueblos, quechua, guaraní, aymara, para tratar que muchos pueblos puedan leer y escribir. ¿Por qué hacemos esto? Primero, porque la educación es fundamental para que un pueblo sea realmente libre y para que nadie pueda manipularlo y utilizarlo. La educación nos da libertad de elegir. El Che nos recordaba mucho estas cosas. Decía que nosotros podemos decirles a los demás lo que hay que hacer, pero si no mostramos con el ejemplo, no tiene la gente por qué seguirnos.
–Usted tenía cuatro años cuando el Che se fue al Congo y estaba por cumplir siete cuando lo asesinaron en Bolivia. ¿Qué recuerdos tiene de él?
–Tengo muy pocos recuerdos de mi papá. Hice un documental hace poco que se llama Ausencia presente porque todo el mundo me pregunta lo mismo, y yo quiero un día contarles a mis nietas y mis nietos los poquitos recuerdos que me quedan de su bisabuelo y me gustaría que no perdieran la magia que tienen.
–Su padre vivió una gran transformación desde el médico que dejó la Argentina y el revolucionario cubanizado. ¿Tiene algún recuerdo del Che vinculado con la Argentina?
–El único argentino que conocía mi mamá era mi papá. Y mi papá era mal hablado, tenía costumbre de jurar, como todos los argentinos (risas). Mi mamá era de origen campesino y los campesinos en Cuba son muy educados. Entonces ella decía: “Delante de mis niños no puedes decir esas malas palabras”. Y cuando mi hermano Camilo empezó a decir esas malas palabras en la escuela, mamá lo retó a mi papá: “¿Ves? Esas son las consecuencias”. Entonces papá le escribió un cuento a Camilo que se llamaba “Pepe el Caimán”, y papá le contaba que tenía un amigo que se llamaba Pepe el Caimán y que cuando se enteraba de que Camilo decía malas palabras en la escuela, Pepe el Caimán se ponía tan molesto que le mordía la pata a mi papá, así que Camilo se tenía que portar bien para que no le mordiera la pata. Dio resultado. Hoy, Camilo es un hombre hecho y derecho... y no dice malas palabras (risas).
–El mundo en que vivió el Che es diferente al de hoy. Para muchos jóvenes, que pueden compartir las aspiraciones e ideales del Che, resulta incomprensible el camino de la lucha armada y la violencia. ¿Cómo ve esto? ¿Qué les diría?
–Yo pienso que eso depende del momento que uno vive y del momento que está viviendo un pueblo determinado. Yo estoy formada en una sociedad diferente. En nuestra sociedad se valora mucho la vida. Pero nosotros estamos preparados militarmente para defender nuestra patria hasta las últimas consecuencias. Entonces no queremos la violencia, pero tampoco le tenemos miedo. La enfrentamos si hay que enfrentarla. Es una manera de ver el mundo. Está demostrado que “un pueblo unido jamás será vencido”, pero también que “un pueblo armado jamás será aplastado”. Esa es Cuba. Esa es la realidad cubana. Si quieren tenerla en cuenta, bien. Cada cual es dueño de sacar sus propias conclusiones. Yo muchas veces le pregunto a la gente qué haría si viviera en Palestina, en Irak o en Afganistán, hasta qué punto bajarían los manos y no tomarían las armas para defenderse.
–En la Argentina hubo no hace mucho un debate sobre la figura del Che Guevara desde la misma izquierda, y una estudiante dijo que ella lo admiraba, pero al mismo tiempo estaba en contra de la pena de muerte y por eso sentía un verdadero conflicto personal sobre los fusilamientos de La Cabaña en 1959. ¿Cómo ve usted esto hoy?
–Mi papá era presidente de un tribunal. El no ordenaba los fusilamientos. El acataba la decisión de un pueblo. Y la decisión del pueblo era fusilar a los asesinos, torturadores, a la gente que hizo desaparecer a 20 mil cubanos. Esa fue la decisión del pueblo. Mi papá hizo que se cumpliera. Y yo lo hubiera hecho igual. Yo soy médico. Defiendo la vida, la vida de la gente que respeta esa vida. Porque la gente que viola la vida de otra gente, no respeta la vida. Los que hicieron desaparecer 30 mil personas en Argentina y quizás los mejores jóvenes de ese país, ¿cómo hago con ellos? Ojalá estén pudriéndose en la cárcel, ojalá todos estén presos. Sería muy bueno. A mí me preocupa la sentencia de muerte, aunque habría que preguntarles a los padres de esos desaparecidos qué sienten. Es una decisión de un pueblo. Lo que el pueblo decida, hay que acatarlo.
–Como cubana, la influencia del Che tiene algo especial porque además es su padre. Pero hay otras dos influencias que usted siempre menciona: José Martí y Fidel Castro.
–Martí es el maestro desde los primeros momentos de mi vida. Aprendí a leer con él. Aprendí sus poemas desde chica. Hay uno que siempre recuerdo que es “Yugo y estrella”, donde la madre de Martí brinda dos instancias de vida. El yugo, bajar la cabeza y comportarte como un animal de carga, un buey, o la estrella que ilumina y mata en la frente. Con la estrella hay mucha luz. Ilumina y mata: para poder limpiar la costra de una sociedad muchas veces hay que pelear, si no, no lo logras. Martí estaba hablando en aquel momento de la lucha contra los españoles. Y esto no se hacía echándoles aire. Había que echar bala o machete. Esa era su realidad. Ilumina porque va marcando un sendero, y mata porque va eliminando a los enemigos del pueblo. La elección es de cada uno, si eres yugo o estrella.
–¿Y Fidel Castro?
–Fidel Castro es el hombre que lleva a la práctica a José Martí, el que hace realidad la obra de muchos hombres magníficos del país, el que hace que el pueblo cubano tenga por primera vez la posibilidad de llamarse cubano sin presencia extranjera, el que nos ayuda a analizar las cosas. Es también el que nos enseña que somos no sólo latinoamericanos sino afroamericanos, que le debemos al continente africano muchísimo. Fidel inspira, es el que me ha enseñado a mí, junto al ejemplo del Che, a ser internacionalista.
–Este concepto de solidaridad internacional resulta muy difícil de entender en el mundo actual para muchos países, en particular los desarrollados. La realidad es que, con la crisis del ébola, unos 15 mil médicos cubanos se han ofrecido como voluntarios. Su experiencia misma como médica está marcada por este internacionalismo.
–Cuba ha enviado una brigada médica, personal científico y personal auxiliar para tratar de eliminar esta nueva pandemia que está asolando a la humanidad. Estamos trabajando como equipo, que es la mejor manera de trabajar, viendo no sólo la enfermedad sino viendo cómo prevenir, es decir, no sólo en la cura sino en la prevención, para que no haya contagio. Cuba siempre ha tenido misiones especiales médicas. Hemos estado muchos años trabajando con los pueblos africanos. Es un poquito de lo que les debemos. Porque la cultura cubana es eso: la mezcla de afro, español y un poquito de asiático. Hoy hay algunos países que nos pueden pagar por esos servicios, como Qatar o Sudáfrica, y ese dinero lo usamos para las misiones de países como Haití, que no pueden pagar por estos servicios. Pero la razón por la que un médico cubano va es por la solidaridad internacional. No hay dinero que pague el sacrificio humano que representa esto.
–¿Cómo fue su experiencia personal con las misiones?
–En los ’80, Nicaragua no tenía muchos médicos, así que Fidel nos preguntó a los estudiantes del último año de Medicina si queríamos ir allí. Fuimos muchos estudiantes. Hicimos el último año de la carrera allá. Fue una experiencia extraordinaria, porque yo nací con la Revolución Cubana y por tanto crecí siempre muy protegida en mi país, y fue extraordinario salir a otro país y ver cosas que ni me imaginaba que podían pasar, la discriminación con otros seres humanos, la división en un país por ser católico o no, porque la misma Iglesia nicaragüense estaba dividida, el trato con los indígenas... Yo estaba acostumbrada a trabajar con hombres y mujeres negros que son como yo, temperamentales, y decimos lo que pensamos; pero fue la primera vez que tuve contacto con los indígenas. El indígena, para poder sobrevivir durante siglos, bajaba la cabeza y después hacía lo que se le daba la gana. Aprendí muchísimo. Creo que ese último año en Nicaragua me preparó para ser un médico que podía enfrentarme a muchas cosas. Hice más de cien partos. Pero las primeras nicaragüenses que me tuvieron de médico todavía me deben de andar buscando por ahí por los desastres que pude haber hecho (risas). Una cosa que aprendí es lo importante que es lograr entender que hay culturas distintas de las nuestras, olvidarnos del yo y pensar en el nosotros. Años más tarde tuve el privilegio de hablar con parteros quechuas en el norte de Ecuador. Me hubiera gustado tener ese privilegio antes, porque esas mujeres nicaragüenses no me estarían buscando. Cuando le pregunté a una mujer indígena por qué no quería atenderse con un médico blanco, ella respondió: “No entiendo qué tiene que ver mi nombre, apellido y dirección con el dolor que yo siento”. Y es verdad. Nosotros preguntábamos todas esas cosas. Una mujer indígena me enseñó a ser una mejor profesional de la salud. A partir de ese momento, cuando viene un paciente a mi consulta, lo primero que pregunto es en qué puedo serle útil. Y después, si me acuerdo todo lo demás, del nombre y la dirección. Hay muchas cosas de nuestras culturas que pueden ser utilizadas. La manera que se hace el parto. Nosotros ponemos a las mujeres acostadas y sin moverse, y tienen que hacer así sus necesidades fisiológicas; cuando todas las poblaciones del continente y de Africa saben que la mejor manera de parir es sentada o arrodillada.
–¿Cómo fue su experiencia en Angola?
–Fue entre el ’86 y el ’88, los años más difíciles y duros de mi vida. La discriminación racial, lo que significa la colonización de otro pueblo, fueron cosas que aprendí muy duramente allí. No puedo contar todo lo que se sufre allí. Yo trabajaba con niños tuberculosos. Recuerdo mucho a Fátima, una niña tuberculosa a la que tuvimos que sacarle un pulmón porque no había remedio. Y cómo se recuperó después. Recuerdo que lo último que vio aquella niña antes de ir a la operación fue mi rostro, y lo primero que vio después fue también mi cara. Esas memorias quedaron para siempre conmigo. Es muy crudo, sufrí mucho. Recuerdo un día en que teníamos que hacer guardia en el edificio donde vivíamos porque estaba Unita atacando y tocaba mi turno de hacer guardia. En la esquina de mi edificio había un niño tapado con un bulto de periódico, y en eso la guardia va caminando y toca un pie y de abajo de ese bulto sale un niño desnudo y ni siquiera protestó; fue muy difícil para mí poder aceptar eso y entonces lo llamé. Le pedí a una compañera que me guardara el puesto un momento, me quité un pulóver que llevaba puesto y cuando se lo puse, el niño me miró y me dijo: “Mamá”. Es algo que queda con uno el resto de la vida. Cosas en que tú te dices “no hay derecho que exista esto” (se le quiebra la voz y se le humedecen los ojos). Eso me hizo mejor ser humano y mejor médico también, pero por sobre todas las cosas me llenó de fuerzas para darme cuenta de que por mucho que pensemos que hacemos, no es suficiente.
–¿Qué va a pasar en Cuba cuando no estén Fidel Castro ni su hermano Raúl?
–Hay que conocer al pueblo cubano. Es un pueblo que luchó siglos por su soberanía e independencia. Una vez que la obtuvo, ¿la va a perder? Nunca. Fidel y Raúl son especiales. No cabe duda de que Fidel es el guía del pueblo cubano. Pero lo más importante que han hecho es facilitar la educación del pueblo cubano para que nadie los pueda utilizar, manipular o engañar. En ese sentido, el pueblo cubano es un pueblo libre y tiene conciencia de lo que vive y porta en sus manos. Es una decisión del pueblo. Seguimos adelante.





¿Y LAS VÍCTIMAS DEL CASTRISMO?

Por Carlos Sánchez Berzaín.- Anunciada la normalización de relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, se abre un conjunto muy amplio de cuestiones relativas a que la dictadura se encamine al cumplimiento de los principios de libertad y democracia, sin cuyo logro en el corto plazo la nueva política podría quedar reducida solo a una exitosa maniobra castrista. Entre tales cuestiones, una de las más importantes y poco mencionada es la relativa a las víctimas de la dictadura.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

Los estados de las Américas reconocen la “democracia” como “indispensable para la paz y el desarrollo de la región”. Está concebida, descrita, enunciada y aceptada como fundamento y obligación internacional en la “Carta Democrática Interamericana” (CDI), firmada por todos los estados americanos, menos Cuba.
El artículo 7 de la CDI manda que “la democracia es indispensable para el ejercicio efectivo de las libertades fundamentales y los derechos humanos, en su carácter universal, indivisible e interdependiente…”. El artículo 10 de la CDI establece que “la promoción y fortalecimiento de la democracia requieren el ejercicio pleno y eficaz de los derechos de los trabajadores y la aplicación de normas laborales básicas…”. El artículo 11 proclama que “la democracia y el desarrollo económico y social son interdependientes y se refuerzan mutuamente”.
Los principios se aglutinan en los “elementos esenciales de la democracia”, resumidos en el artículo 3 de la CDI: el “respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales”, al que se agregan “el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de derecho”, la “celebración de elecciones libres”, un “régimen plural de partidos y organizaciones políticas” y “la separación e independencia de los poderes públicos”.
Esto permite afirmar que sobre la “democracia” no hay nada que inventar, conceptualizar, ni negociar en las Américas. Lo que sí hay son principios muy claros, de vigencia universal, que los gobiernos de todos los estados americanos tienen la obligación de cumplir. La normalidad es la democracia.
La dictadura cubana ha ignorado, violado y desconocido estos principios en los últimos 55 años. De la mano del dinero venezolano aportado por Hugo Chávez, el castrismo ha expandido su influencia y su modelo en los últimos 15 años, al punto de dar fin con los sistemas democráticos en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, cuyos gobiernos, prácticamente de duración indefinida como su modelo, conforman hoy el grupo de “las dictaduras del socialismo del siglo XXI” en las Américas.
Por su misma naturaleza, la dictadura cubana ha producido millones de víctimas en su territorio y en los países en los que interviene. La dictadura castrista ha generado diversas clases de víctimas: muertos entre fusilados y asesinados; exiliados; perseguidos; presos políticos y de conciencia; huérfanos, viudas; víctimas de sus incursiones guerrilleras y de las guerrillas que organiza, alienta y aún sostiene; masacres y atentados; asesinatos de reputaciones; violencia contra la liberad de prensa; utilización de sus sistemas de justicia como medio de persecución y represión política; víctimas y más víctimas de una exitosa y eficiente dictadura que no ha dejado libertad sin vulnerar ni derecho fundamental sin violar.
Entre las víctimas vivas muchas han desarrollado sus potencialidades en la libertad que les ha brindado el exilio. Son personas muy exitosas en diversos ámbitos pero no en su patria; han ganado espacios de poder económico y político asumiendo la nacionalidad del Estado que los ha acogido y forman, incluso, parte del liderazgo nacional, pero siguen siendo víctimas.
Normalizar es “regularizar o poner en orden algo que no lo estaba”, significa “hacer que algo se estabilice en la normalidad”. Se trata de un propósito al que nadie podría oponerse si produce un resultado para que Cuba vuelva a ser normal. En el fondo debería tratarse de un proceso que de inmediato evite que la dictadura produzca más víctimas y para devolverles su libertad, sus derechos y su patria a las víctimas que han sobrevivido. No parece posible una normalización en sentido estricto sin las víctimas en el centro del tablero.





                                                                              
El torbellino de elecciones presidenciales que hubo este año en la región marca la continuidad en la tónica de hegemonía progresista. La inercia del movimiento popular y el retroceso en el proceso de integración. Apuntes críticos y balance continental de lo que deja el 2014 en las urnas y más allá.

Revista Sudestada de Argentina (www.revistasudestada.com.ar)
                                                 
“Nuestros sueños no caben en sus urnas”. La célebre consigna popular, masificada en los años de rotundas abstenciones, votos-bronca y desprestigio de las clases dirigentes, ya suena con un dejo de nostalgia. El cambio de época que vive Nuestra América, con partida de nacimiento pongámosle a fines del ´98 con la victoria de Hugo Chávez, que tuvo su clímax y gran envión con el entierro al ALCA en 2005 y que siguió con la irrupción de un variopinto de gobiernos populares y progresistas, vino de la mano de una recomposición de la institucionalidad tradicional y su mecanismo electoral representativo. Salvo algunas excepciones -sobre todo donde todavía comanda el neoliberalismo puro y duro-, las mayorías latinoamericanas volvieron a las urnas alentadas por las innegables mejoras sociales, ya sean tibias y parciales en la mayoría de los casos o con perspectivas transformadoras como en Venezuela y Bolivia.
¿Cómo queda el mapa geopolítico en América Latina y el Caribe tras las siete elecciones presidenciales y otras tantas parlamentarias que hubo en el año? ¿Hacia dónde va el proceso de integración huérfano de Chávez y con el avance de la “restauración conservadora”? ¿Qué pasó con la efervescencia popular que copaba las calles y tumbaba gobiernos a principios de siglo?
El tetra del PT y el tri del Frente Amplio
Por su gigantesco tamaño, sus más de 200 millones de habitantes, por ser la mayor economía del continente y por su devenir como potencia emergente, Brasil es el actor clave en el escenario regional. La magnitud de las elecciones de octubre trascendía largamente sus fronteras. Dilma consiguió la reelección y el PT se enrumba hacia su cuarto mandato. En un sentido, el triunfo en el balotaje frente al socialdemócrata Aécio Neves significa un alivio. Pero también una señal de alerta. La brecha se achicó y mucho: de los más de 20 puntos de ventaja que sacó Lula en 2002 y 2006 y los 12 en la anterior elección de Dilma, ahora se ganó apenas por tres.
Es verdad que la carroña mediática puso esta vez toda la carne en el asador, pero no menos cierto es el desencanto de buena parte de la población brasileña ante la falta de solución a problemas estructurales (vivienda, transporte público) y la poca audacia para impulsar cambios de fondo. Aun habiendo sacado de la pobreza a 40 millones de personas y reducido el desempleo a cifras históricas, el modelo económico sigue ponderando el agronegocio y la tan mentada reforma agraria no deja de ser una quimera.
Así y todo, los movimientos populares bancaron la parada y le impregnaron cierta legitimidad por izquierda a la candidatura de Dilma ante el cuco del retorno neoliberal. Y la figura de Lula, poniéndose el equipo al hombro, también fue determinante. Varios desafíos aparecen en el horizonte inmediato del gobierno petista: los principales, cumplir la promesa de la reforma política a través de un plebiscito constituyente e impulsar una ley de medios que revierta la monopolización actual. Como sea, el PT deberá reinventarse, rescatar sus orígenes y apostar al protagonismo popular si no quiere profundizar su debacle y terminar como la verdeamarela en el Mundial. Las recientes designaciones de ministros con perfil neoliberal no son una buena señal.
Similar escenario vive el Uruguay, con la polarización entre un bloque de centroizquierda y otro ultraliberal. También allí el primero sigue ganando la pulseada. Por una ventaja histórica, el Frente Amplio volvió a derrotar a blancos y colorados y arriba a su tercer gobierno. Sin embargo, la vuelta de Tabaré Vázquez al centro de la escena vaticina un futuro de políticas aún más moderadas. El ex presidente representa a los sectores más conservadores de la coalición gubernamental, de hecho no acompañó los avances más progresivos de la gestión del Pepe Mujica: la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario y la legalización de la marihuana.
En los comicios, además, el FA logró conservar la mayoría parlamentaria y la derecha perdió el plebiscito que buscaba bajar la edad de imputabilidad. Se consolida así la hegemonía de un proyecto con ciertas políticas redistributivas pero que tampoco apuesta a subvertir el patrón de acumulación.
Evo-lución
La elección más cantada y contundente se dio en Bolivia. La paliza de Evo Morales fue una burla a los agoreros del desgaste en el poder: tras nueve años en el Palacio Quemado, logró el 61% de los votos vapuleando por más de 37 puntos al empresario Samuel Doria Medina. Además de llegar a su tercer mandato, el MAS consiguió mantener los dos tercios para la mayoría parlamentaria.
Pero quizá el dato más significativo fue el triunfo de Evo en ocho de los nueve departamentos, logrando hacer pie en buena parte de la otrora Media Luna secesionista. En palabras del vice Álvaro García Linera, “se logró integrar al oriente boliviano y unificar el país, gracias a la derrota política e ideológica de un núcleo político empresarial ultraconservador, racista y fascista”. Por si acaso, aclaró: “Por supuesto, somos un Gobierno socialista, de izquierdas y dirigido por indígenas. Pero tenemos la voluntad de mejorar la vida de todos”.
Un gran espaldarazo a este histórico líder sindical que no terminó la secundaria y que en 2006 se convirtió en el primer presidente indígena. Pero sobre todo, el apoyo a un proceso que provocó una inédita metamorfosis: de país emblema del colonialismo y la miseria a Estado Plurinacional que nacionaliza los sectores estratégicos, aplica una fuerte redistribución y empodera a las grandes mayorías indígenas.
Claro que esta voluntad “integradora” que menciona el vice mucho tiene que ver con el impulso a un modelo de desarrollo que incluye importantes avances en infraestructura y tecnología (carreteras, red de teleféricos, el satélite Túpac Katari) pero que también contiene aspectos con tintes contradictorios (conflicto en el TIPNIS, ley de minería) que ponen en tensión los enfoques occidentales con las cosmovisiones arraigadas en la Pachamama y el Buen Vivir.
Santos recargado
Otro que logró la reelección en 2014 fue el presidente colombiano. Cuesta creer que el Juan Manuel Santos modelo 2008, comandando el bombardeo que aniquilaba a 22 guerrilleros en Sucumbíos como ministro de Defensa de Álvaro Uribe -violando la soberanía ecuatoriana-, sea el mismo que se impuso este año ante el candidato uribista con apoyo de buena parte de la izquierda, y que tiene altas chances de quedar en la memoria histórica como el presidente que logró poner fin al conflicto armado más largo de la región.
Con el pragmatismo como rasgo principal, Santos desplegó una constante búsqueda por sacarse la mochila de su antecesor y desmarcarse de esa impronta guerrerista y entrelazada con el narcoparamilitarismo. Forjó así su fuerza propia con un perfil más moderado bajo la fachada de la Tercera Vía como sustento ideológico. Pero su carta central tiene que ver con los Diálogos de Paz con las FARC y el inminente inicio con el ELN. Ese es el asunto transversal de su apuesta política. Y gracias a venderse como “el candidato de la paz” conquistó la reelección imantando apoyos de todo el arco político, en una elección que rondó el 60% de abstención.
Aun así, vale aclarar que su proyecto económico marca la continuidad neoliberal y que en materia internacional -al margen de un mejor espíritu diplomático- mantiene el carnal vínculo con Estados Unidos, siendo principal motor de la Alianza del Pacífico, el bloque de gobiernos alineados al Norte.
De todas formas, la etapa política en el país está marcada a fuego por la posibilidad de clausurar una guerra que lleva más de medio siglo y ya se cobró más de seis millones de víctimas. Ese es el principal desafío de Santos y por lo que lo juzgará la historia, más allá de si Colombia en 2018 siga siendo uno de los países más desiguales del planeta.
Centroamérica: cambios y continuidades
La subregión centroamericana, histórico bastión político y militar yanqui, también viene experimentando una bocanada de aire fresco desde el retorno al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua en 2007 y el triunfo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador en 2009, aun teniendo ambas experiencias un perfil aggiornado, lejos de sus orígenes revolucionarios. También aportaron una luz de esperanza los tres años y medio que duró Mel Zelaya en Honduras hasta que el golpe en 2009 abortó un proceso que se corría hacia la izquierda (hoy, el partido LIBRE se consolida como segunda fuerza).
Tres procesos electorales se dieron en 2014 en el istmo centroamericano. Por apenas siete mil votos, Salvador Sánchez Cerén logró la relección del FMLN en El Salvador. A diferencia de su antecesor Mauricio Funes, un periodista sin pasado en la organización, Sánchez Cerén proviene del propio riñón del FMLN y hasta fue uno de los máximos comandantes de la guerrilla durante el conflicto armado que vivió el país entre 1980 y 1992. Sin embargo, los meses que lleva en el gobierno marcan más continuidad que profundización, con políticas sociales activas y cierta retórica latinoamericanista pero sosteniendo una firme alianza con Estados Unidos y con los vecinos reaccionarios de Guatemala y Honduras.
En Costa Rica, el dato central fue el fin del bipartidismo que reinó durante más de cinco décadas. El historiador y académico Luis Guillermo Solís llevó por primera vez al poder al Partido de Acción de Ciudadana (PAC) y, con un discurso renovador, logró destronar a su ex partido (el PLN) luego de una gestión ultraneoliberal de Laura Chinchilla. En pocas palabras, Costa Rica experimenta un corrimiento desde la extrema derecha hacia el centro.
Otro sillón presidencial que cambió de color (pero no de rumbo) fue el de Panamá. El empresario y miembro del Opus Dei Juan Carlos Varela le ganó la pulseada a José Arias, delfín del exmandatario proestadounidense Ricardo Martinelli. La elección confirmó el lugar de retaguardia que ocupa el país en la etapa de cambios que vive la región: los tres primeros candidatos, todos de derecha, concentraron el 98% de los votos. El ínfimo atisbo de oxígeno lo aportó el debut del Frente Amplio por la Democracia (FAD) que, si bien no llegó al 1%, se convirtió en la primera apuesta electoral panameña impulsada por movimientos sociales, sindicales e indígenas.
Balance y destino nuestroamericano
Echando una mirada global, a todas luces fue un año de revalidación de las fuerzas progresistas y de derrota para las tropas más retrógradas del espectro político regional. Sin embargo, el panorama electoral no refleja la profundidad de la realidad: mientras los primeros parecen haber pasado a la defensiva, se percibe una paulatina recomposición de las derechas autóctonas, que adoptaron la estrategia de fabricar líderes jóvenes y marketineros con perfiles más moderados y discursos desideologizados, buscando reactualizarse y desmarcarse de su responsabilidad en los malos viejos tiempos. Y -por si fuera poco- aún cuentan con el poderío económico, la gran artillería mediática y la bendición norteamericana.
Al mismo tiempo, el proceso latinoamericanista que parió el ALBA, la Unasur y la Celac pareciera haber entrado en una especie de amesetamiento y pérdida de entusiasmo. Con la ausencia de Chávez, su líder y motor, ningún mandatario intentó agarrar el guante, casi todos abocados a resolver los incendios y disputas locales.
Trascartón, la irrupción plebeya y los movimientos populares que protagonizaron la escena a comienzos de siglo resistiendo al colapso neoliberal quedaron atrapados en la encrucijada del cambio de etapa. En su gran mayoría, sufrieron la cooptación y/o institucionalización o perdieron potencia, capacidad organizativa y fuerza en las calles. Mayor vitalidad registran en algunos países con gobiernos conservadores, como las organizaciones campesinas e indígenas en Colombia, los estudiantes en Chile o la oleada de protestas que generó en México el caso Ayotzinapa.
Para concluir, bien vale desmenuzar la generalidad de los gobiernos posneoliberales y diferenciar entre el proyecto de relegitimación capitalista “con rostro humano” encarnado en los gobiernos neodesarrollistas y el proyecto de ruptura sistémica que aún se mantiene latente en el horizonte en Venezuela y Bolivia.
La doctora en filosofía Isabel Rauber hecha luz sobre este dilema: “La disyuntiva es clara: convierten a sus gobiernos en herramientas políticas para impulsar procesos populares revolucionarios de cambios raizales o se limitan a hacer un `buen gobierno´ conservador, reciclador del sistema (…) mantenerse en los cauces fijados por el poder y cambiar ´algo` cuidando que ´nada` cambie o colocarse en la senda de las revoluciones democrático culturales e impulsarlas. Esta opción revolucionaria está marcada por un factor político clave: la participación protagónica de los pueblos (…) Se puede ser `la izquierda´ del sistema capitalista y gobernar para reflotarlo. Pero como lo ejemplifican Bolivia y Venezuela, se puede optar por otro carril e impulsar procesos revolucionarios de cambios sociales, creando y construyendo día a día avances de la civilización superadora del capitalismo”.





ECOS DE LA FRONTERA: LA OLA LATINOAMERICANA QUE TRAERÁ EL FESTIVAL SANTIAGO A MIL

Entre el 3 y 18 de enero, la XXII versión del certamen tendrá tres obras de Argentina, Bolivia y Perú.

La Tercera de Chile (www.latercera.com)
                                
Es Navidad en Lima, y la familia Del Solar volverá a reunirse. Los hijos, Pavel y Edurne, están peleados con el patriarca, y la rencilla sigue tibia: hace un año, su padre dejó a su madre por otra mujer, y no una cualquiera. Paula, la ex novia de Pavel, es la actual del padre, y ambos están por llegar. Esa noche, luego de otra confesión del progenitor, todo volverá a resquebrajarse. 
Tras su debut en 2012, El sistema Solar, de la dramaturga Mariana de Althaus, nacida en Lima en 1974, fue nominada a la Mejor obra, mientras que sus protagonistas, Katerina D’Onofrio (nominada a Mejor actriz de teatro) y Gustavo Bueno (ganador del premio al Mejor actor de teatro ese año) levantaron polvo con su agudo retrato de una familia limeña y acomodada en crisis. 
“Todas tienen sus conflictos. Amamos a nuestros familiares, pero solemos acumular rencores y culpas en la relación con ellos. En ese entorno uno actúa como realmente es”, comenta De Althaus, quien además de dirigir la obra, ya había publicado el texto original en la colección Dramas de familia, editado por Alfaguara en 2012. El 13 de enero, la obra desembarcará en el GAM para la XXII edición del Santiago a Mil. 
“En Perú tenemos una enorme sensación de orfandad y de que los padres siempre nos defraudan, porque nuestra historia política reciente está plagada de hombres corruptos, mentirosos, o que se escapan. Tal vez el personaje del padre es, de alguna manera, esos padres de la patria que en vez de protegernos nos hacen daño”, comenta la autora. 
La agrupación Yuyachkani, quizá la más icónica de Perú, celebrará 40 años de trayectoria con Con-cierto olvido, una pieza que repasa la historia peruana, además de la propia. Uruguay, en tanto, arribará de la mano de Gabriel Calderón con Ex-que revienten los actores, inspirada en una frase de José Mujica envuelta en ciencia ficción: un hombre desesperado por probar su amor, crea una máquina del tiempo para reunir a su amada con sus familiares desaparecidos en dictadura. Y México, con la compañía Teatro Línea de Sombra, aterrizará con Baños Roma, que revivirá a la leyenda del boxeo José “Mantequilla” Nápoles en Ciudad Juárez, el paraíso de los narcos. 
Del otro lado de la cordillera, el actor y dramaturgo argentino Rafael Spregelburd (La estupidez), volverá a Chile con una ópera hablada, género europeo poco cultivado en América Latina. En Spam, que se estrenará el 15 de enero en el GAM, Spregelburd vuelve a unirse a Zypce en la composición musical para dar vida a una pieza que, desde el inicio, advierte que no tiene símil. 
Al inicio, un hombre solo, profesor de lingüística, pierde la memoria por un golpe formidable en la cabeza. Desde entonces, Spam pierde la estructura lógica. “Oscila entre la tesis lingüística y la película clase B de aventuras”, dice Spregelburd. “Supongo que sirve a efectos un poco más nobles: la convivencia de la alta cultura con el pop y las narraciones híbridas, desprestigiadas, han sido una constante en todo mi trabajo”. 
Proveniente de la escena off de Buenos Aires, define como inclasificables sus pulsiones como autor. “Me inquieta la idea de que las películas de James Bond, como bien señala Alan Pauls, inventaran por primera vez la idea de globalización. Paisajes, espionaje, sexo, glamour de la violencia, etc. Todos estos elementos también están presentes en el argumento de Spam, que es prácticamente imposible de sintetizar para las reseñas de prensa”, alude. 
Su protagonista lidiará con una alumna que prepara su tesis. Está empecinada en que él sea su profesor guía. Él se niega a hacerlo, dudando incluso de sus propias capacidades. La chica insistente, sin embargo, consigue su correo electrónico y se la envía, sin saber que caerá directo en la carpeta de la basura. Cuando lo nota, el hombre recorrerá todo el spam para intentar, de una buena vez, separar para siempre lo útil de lo tóxico e inservible.
“El mar no tiene dueño”
El relato encuentra su origen en un cuento popular. Tres hermanos llevan a su madre moribunda sobre una puerta hasta el mar. El viaje ha sido eterno, y saben que irremediablemente morirá. Justo antes de sentir el fresco manto de las olas ante ellos, la mujer lanza su último deseo: cerrar los ojos, y flotar y flotar hasta perderse más allá del horizonte y sobre ese trozo de madera que poco a poco irá desintegrándose, como ella misma.
Esa es la sinopsis de Mar, el último trabajo en colectivo de la compañía boliviana Teatro de los Andes, agrupada en 1991, y Arístides Vargas, nacido en 1955 en Córdoba, Argentina, y exiliado a los 21 años tras el golpe militar. Tras vivir en Lima y radicarse en Quito, el actor recorrió el altiplano en busca de relatos populares sobre migración, exilio, violencia política y la memoria colectiva de los pueblos originarios.
Por eso, dice, Mar, que se estrenará el 12 de enero en  la Sala Antonio Varas, no reconstruye hechos históricos. “Tampoco demanda una reparación soberana, sino que gira en torno a la ausencia y el anhelo de algo que ni siguieras conoces, como el mar”. Inspirado en las secuelas de la Guerra del Pacífico y la reciente demanda boliviana ante el Estado chileno, Vargas escribió un texto que será traducido al inglés, italiano, aimara y y quechua, dirigido por Charo Francés. 
Vargas se autodefine como un ingenuo radical, no cree en la propiedad privada sino “en el disfrute común de lo que nos fue dado. Y el mar no tiene dueño”, afirma. “Puedes decir el mar chileno pero es el mismo mar que riega las playas del Japón. Nadie debiera ser propietario del agua, pero vivimos en un mundo raptado por una economía salvaje e inhumana. De eso habla este relato”.

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