jueves, 29 de septiembre de 2011

DISMINUYE LA POPULARIDAD DE EVO MORALES

El presidente Evo Morales pidió disculpas y perdón por los vejámenes sufridos por los indígenas de tierras bajas de Bolivia, a manos de la Policía el domingo último, prometió enmendar los errores de su Gobierno y ratificó que la represión no respondió a una instrucción suya ni de su Gobierno, durante una conferencia de prensa el miércoles por la noche en La Paz. "Nuevamente quiero decirles que las familias víctimas (de la represión) que nos disculpen, que me perdonen, pero quiero que sepan: no ha habido ninguna instrucción ni jamás habíamos pensado que podría ocurrir de esa manera, duele bastante, como victimas que hemos sido en muchas oportunidades" de la represión por la fuerza pública", afirmó.

La huelga, que se extendió a los nueve departamentos bolivianos, se produjo en un momento de fuertes críticas contra el gobierno de Morales, quien vio entre lunes y martes la renuncia de dos ministros a causa de la represión contra los indígenas.
La protesta ha sido "contundente, con todo el coraje y la rabia contra el gobierno, que no ha cumplido los acuerdos con la Central Obrera Boliviana y los indígenas", declaró Pedro Montes, dirigente de la mayor agrupación sindical del país, quien alertó sobre la posibilidad de convocar el viernes una huelga indefinida.
"Los que han ordenado y atropellado a los hermanos indígenas deben ir a la cárcel. Los fiscales y jueces tienen que trabajar en eso", añadió.
La fiscalía general formó una comisión para investigar la acción policial del domingo en la Amazonía boliviana, donde fue dispersada la marcha de los nativos, que llevaban más de un mes marchando hacia La Paz para pedir la suspensión de una ruta en construcción que pasará por la reserva natural del TIPNIS, donde viven 50.000 nativos.
"¡TIPNIS, Bolivia te defiende!", "Evo fascista", "Evo lacayo de las empresas brasileñas" (que deben construir la carretera cuestionada), clamaban los manifestantes en eslóganes y banderolas en medio de explosiones de bastones de dinamita de los mineros, tradicionales en las protestas obreras.
En la noche, tras la masiva movilización, Morales pidió perdón a los indígenas amazónicos por la represión policial y les convocó al diálogo para zanjar diferencias.
"Que me disculpen, que me perdonen. No ha habido ninguna instrucción" para que sean reprimidos, aseguró Morales desde la casa de Gobierno. "No ha habido instrucción del presidente" para la acción policial, agregó.
"Quisiéramos nuevamente convocar al diálogo, estamos aquí para seguir dialogando", sostuvo el mandatario, que reconoció que las protestas de este miércoles eran para él "una llamada de atención del pueblo boliviano".
El gobernante señaló el lunes pasado que el proyecto de construcción de la carretera se suspendería hasta que haya una consulta en los departamentos afectados y este miércoles señaló que el TIPNIS, por donde debería pasar un tramo de 177 km de la ruta, "se respeta para que no haya avasallamiento" de colonos y cocaleros, como temen los nativos.
Los aborígenes, que el martes anunciaron que seguirán caminando hasta que el proyecto sea cancelado de manera definitiva, marcharon este miércoles en el poblado de Rurrenabaque, unos 400 km al norte de La Paz, en el marco de la huelga general, constató la AFP.
Las movilizaciones en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, las principales ciudades del país, paralizaron durante varias horas los distintos centros urbanos. Hubo algunas escaramuzas entre indígenas y partidarios del gobierno, pero no pasaron de un intercambio de insultos.
Las fuerzas policiales intensificaron la seguridad en torno al Palacio de Gobierno y de la Vicepresidencia, en el centro de La Paz.
Mientras, por un lado, crecen los cuestionamientos al gobierno, grupos sindicales afines al oficialismo preparan para los próximos días una marcha de respaldo al presidente. Así lo anunció Simeón Jaliri, líder de la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos de Bolivia, el mayor sindicato agrario.
En paralelo, el Congreso boliviano citó a los ministros de la Presidencia, Carlos Romero, y de Obras Públicas, Walter Delgadillo, a una interpelación el viernes para que expliquen las gestiones relativas a la polémica carretera.
Diversos sectores sociales se mostraron además inconformes por considerar insuficiente la decisión de Morales de relevar a su ministro del Interior, Sacha Llorenti, sospechoso de ordenar la represión policial contra los nativos.
Desde una vigilia que indígenas mantienen en la plaza central de Santa Cruz, el dirigente aborigen Emigio Poiche declaró: "Volveremos a creer en el presidente cuando anule la carretera por el TIPNIS".
La Central Obrera Boliviana (COB), ex aliada del gobierno, llamó a una huelga en rechazo a la represión de los indígenas. El paro fue acatado en las principales ciudades y acompañado con masivas marchas, las mayores desde enero cuando el mandatario decretó un aumento en el precio de los combustibles que después derogó ante el rechazo popular.
A diferencia de ocasiones anteriores, el miércoles decenas de miles de manifestantes se volcaron a las calles, en su mayoría sectores populares que antes apoyaban al mandatario y ahora se muestran desilusionados. Mineros hacían detonar dinamita a su paso mientras la columna encabezada por obreros, indígenas, maestros y universitarios se acercaba al centro de La Paz.
"No estoy en contra del gobierno de Evo Morales, pero estoy en contra de cómo ha tratado a nuestros hermanos indígenas. Eso no se hace, somos hermanos todos", decía el minero Mario Alegre mientras la columna de marchistas coreaba: "Evo decía, que todo cambiaría; mentira, mentira, Evo es la misma porquería".
La policía se mantuvo a distancia de los manifestantes y no reportó incidentes. Los agentes reforzaron la vigilancia en la plaza Murillo donde está el palacio presidencial en momentos en que el mandatario y su gabinete analizaban la situación.
Un momento difícil del gobierno
"Evo era un símbolo muy fuerte para mucha gente, encarnaba principios de justicia, de derechos humanos, pero ahora esa gente está desencantada. Evo ya no expresa esos principios. Eso ha cambiado", señaló a la AP Jim Shultz del Centro para la Democracia, una organización no gubernamental con base en Estados Unidos y Bolivia.
Morales llegó al gobierno en enero de 2006 en medio de una prolongada crisis política que derrumbó a los partidos tradicionales. En octubre de 2003 murieron en las calles 63 manifestantes y la revuelta popular obligó a dimitir al gobierno derechista de Gonzalo Sánchez de Lozada.
En 2008 desarticuló un supuesto complot de la derecha para derrocarlo, arrasó en las urnas en cinco elecciones y emprendió audaces reformas como la nacionalización de los hidrocarburos y la sanción de una nueva constitución que consagró un "Estado plurinacional" con más poder para las mayorías indígenas.
Pero su popularidad comenzó a mermar al iniciar su segundo período en enero de 2010 cuando alcanzó 70% de apoyo. En septiembre, en plena crisis por la carretera en la amazonia, su nivel de aprobación cayó a 37%.
El mandatario se tornó desconfiado, arrogante y contradictorio, según analistas. Aunque con frecuencia asegura que gobierna obedeciendo al pueblo, ignoró los reiterados pedidos de los indígenas que rechazan la construcción de la carretera de 300 kilómetros que atravesará el corazón del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) para vincular los valles interandinos en el centro con la amazonia en el norte. La reserva es hogar de tres etnias y los nativos temen perder su hábitat.
"Morales está viviendo una situación crítica. No creo que vaya a caer porque no hay oposición política. Continuará más débil mientras la oposición social irá creciendo. Sólo le queda reconstruir su gobierno incorporando las voces críticas de las calles", señaló Shultz.
Las disidencias llegaron al Legislativo, dominado por el partido de gobierno. "El proceso de cambio está herido de muerte y tenemos que salvarlo. No podemos convalidar de manera obsecuente y servil con nuestro silencio y nuestro miedo", señaló el senador oficialista Eduardo Maldonado.
Morales ha atribuido el rechazo popular a la influencia de elementos externos. El martes, cuando tomaba juramento a dos ministros, llamó a los sectores sociales a "no ser instrumentos de la derecha que quiere acabar con el proceso de profundas transformaciones estructurales".
El líder de la COB, Pedro Montes, declaró a periodistas que la masiva marcha "es una respuesta al gobierno que no cumple sus compromisos y un repudio a la actitud cobarde contra los indígenas".
En una primera reacción el ministro de Comunicación, Iván Canelas, señaló en rueda de prensa que todavía se está evaluando la protesta y que el gobierno "está dispuesto a dialogar".





LOS INDÍGENAS AMAZÓNICOS QUIEREN QUE EVO SE VAYA

La represión de una protesta el domingo socavó el apoyo que brindaba este grupo al presidente.

El Clarín de Argentina (www.clarin.com/mundo)

Son los mismos que lo apoyaron para que llegara al gobierno. Dicen que apostaron a que uniera “la nación indígena” y que impulsara la Constitución que les reconociera sus derechos, pero fueron perdiendo las esperanzas en estos cuatro años. Hasta el domingo pasado hablaban del presidente boliviano con cierto enojo y se sentían traicionados por su intención de avanzar por las tierras en las que viven. Pero ahora el discurso se endureció, después de los golpes y los gases, Evo Morales se convirtió en el blanco de sus iras y no lo quieren ver más a la cabeza del Ejecutivo. Los indígenas de la Amazonia exigen su renuncia y la de todo el gabinete, por estos lados ya no se manejan con matices.
Habían escuchado las primeras reacciones por el tarifazo de la nafta de diciembre. Las protestas de la gente de las ciudades eran fuertes, pero a ellos aún no les había tocado quejarse. Hasta que se confirmó el comienzo de la construcción de la ruta que pasa por el medio del Tipnis (el parque indígena Isiboro Sécure). Fue entonces, según explican varios de sus dirigentes, que sintieron que “el lazo que nos unía se había roto para siempre”.
“No es casualidad que haya sido la tierra lo que generó este enfrentamiento. Para nosotros la tierra es la fuente de la vida, el lugar donde nacemos y morimos, no hay nada que pueda ser más valioso, por eso salimos a la ruta para defenderla y, si tenemos que llevarnos por delante al gobierno y al Evo para lograrlo, pues así será ”. Nazareta es una mujer con fuerza. Estuvo en cama hasta ayer. Pero hoy ya se levantó con ganas de decir lo suyo. Tomó el micrófono en la plaza de Rurrenabaque, donde unos tres mil indígenas se reunieron por la huelga general y para repudiar la represión.
Uno a uno los oradores fueron pasando detrás de Nazareta. Dirigentes originarios, sindicales y políticos del departamento del Beni, acá en el norte del país, hablaron desde la puerta de la municipalidad. En distintos tonos, la mayoría mostró su falta de expectativas en el oficialismo. “No pueden quedar impunes los que golpean a nuestros hermanos. No sólo debe renunciar Sacha Llorenti (el ex ministro de Gobierno que se fue el martes), se tienen que ir todos”, grita la dirigente Yolanda Herrera y despierta los aplausos.
Al lado del micrófono se armó una hilera con varios indígenas lastimados. Los fotógrafos les apuntan con las cámaras y detrás se levantan las cartulinas. Una simula un obituario y dice “Falleció el MAS y con él los derechos humanos e indígenas” y en otro se ve la leyenda: “Evo asesino y traidor”, a pesar de que oficialmente no se informó un sólo muerto tras la represión.
La ex presidenta de la organización Familiares de Desaparecidos, Olga Flores –que acompaña el movimiento desde hace 45 días– dice que hace tiempo que había perdido esperanzas en el gobierno de Morales pero que lo que sucedió el domingo no lo esperaba. “Pensé que iban a intentar detener a los dirigentes, no atacar salvajemente a niños, mujeres y viejos. La crisis ya estalló, no sabemos cómo va a evolucionar pero el gobierno está gravemente herido.
Ya no sentimos que nos represente ”, dice convencida.
El acto se terminó y los marchistas regresan a la parroquia donde se refugian, a dos cuadras de la plaza. Reparten panes y agua y discuten qué van a hacer. Unos sostienen que es éste el momento y que hay que aprovecharlo. La crisis abierta por la represión, las renuncias de varios altos funcionarios y el masivo acatamiento de la huelga los empujan a seguir ahora rumbo a la capital. Pero algunos quieren descansar tras la represión y proponen quedarse el fin de semana, reagruparse y arrancar el tramo final fortalecidos. En horas se reunirán para decidir cuándo comienza la larga marcha hacia La Paz.





EVO MORALES PIDE PERDÓN POR LA REPRESIÓN POLICIAL DE LA MARCHA INDÍGENA

El presidente boliviano asegura que si no llega a un acuerdo sobre la construcción de la carretera "el diseño será suspendido"

El País de España (www.elpais.com.es)

El presidente de Bolivia, Evo Morales, acaba de pedir perdón a los indígenas de tierras bajas por
la fuerte represión policial durante una marcha y les ha convocado a un diálogo para lograr un acuerdo sobre la construcción o no de la carretera en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
La declaración de Morales, esta noche en la Casa de Gobierno, se produjo como resultado de la multitudinaria protesta que se dió en todo el país, con la participación de miles de trabajadores, profesionales, universitarios, juntas vecinales y organizaciones civiles en repudio a la represión policial de la que fue víctima
la columna de 1.500 indígenas, que intentaban llegar a La Paz.
Las protestas callejeras son "una profunda llamada de atención y aprendamos de nuestros errores", dijo Morales. "Que me disculpen, que me perdonen", solicitó a las familias indígenas que fueron brutalmente reprimidas por la Policía. Morales volvió a asegurar que no hubo de su parte una orden de represión. "Cómo instruir eso?", preguntó. "Recojo los dolores y convoco al diálogo" con los indígenas que, entretanto, continúan reanimándose para volver a la caminata.
Sin embargo, aseguró que en su vida sindical ha "vivido peores momentos, con muertos (por acción) de la DEA, pues el mando policial no correspondía al Gobierno".
Morales volvió a criticar el papel de los medios de comunicación y ha exigido de algunos periodistas las pruebas que atestigüen la muerte de un nino, cómo se había informado en los primeros momentos tras la represión policial, el domingo. Varios pequenos quedaron muy afectados por los gases lacrimógenos y, al menos dos de ellos de muy corta edad, sufrieron desmayo, según informaron mujeres que fueron detenidas por la Policia. "Quieren (los medios) confundir al pueblo con falsedades", agregó.
El presidente Morales reiteró "quiero convocar al diálogo a los indígenas, para juntos llegar a un acuerdo" destinado a construir la carretera. "Si no hay acuerdo, el diseño será suspendido y yo voy a salvar mi responsabilidad ante la historia".
La carretera de 330 kilómetros entre Villa Tunari de Cochabamba y San Ignacio de Moxos de Beni, tiene obras en los dos extremos a cargo de una empresa brasilena, pero no ha logrado la tarjeta ambiental (que mide los danos a la zona) ni tampoco la venia de las tres etnias que viven en el TIPNIS: chimán, moxena y yuracaré, distribuidas en 64 comunidades.
Tanto por ser territorio indígena y estar dentro de un parque nacional está amparado por la Constitución, leyes a favor de los pueblos indígenas y acuerdos internacionales para mantener su calidad de reserva natural, por su enorme biodiversidad y su rol de productora de oxígeno, generadora de lluvias y matriz de muchas especies de la fauna y la flora de la cabecera de la cuenca amazónica. Las autoridades indígenas han rechazado, desde mayo de 2010, el diseño de la carretera que partirá en dos su territorio. Y así lo han reiterado en las ocho ocasiones en que los ministros de Morales intentaron convencerles de lo contrario.
La caminata indígena comenzó el 15 de agosto en Trinidad, pero no pudo llegar a La Paz. Fue disuelta el domingo pasado, al cabo de más de 40 días, por la Policía que reprimió con violencia a los indígenas cuando se aprestaban a cenar a la vera del camino junto con sus mujeres y sus hijos.





INDÍGENAS DE BOLIVIA SEGUIRÁN SU PROTESTA CONTRA UNA CARRETERA

Agencia Reuters de Londres (www.es.reuters.com/article)

Tres días después de sufrir una dura represión policial, indígenas amazónicos bolivianos anunciaron el miércoles que reanudarán su marcha contra una carretera en la selva financiada por Brasil, reafirmando un desafío político insospechado para el presidente Evo Morales.
Algunos analistas advirtieron de que el conflicto podría derivar en una desestabilización e incluso marcar el principio del ocaso del mandatario, el primero indígena de Bolivia y quien ha sido el político con mayor respaldo electoral en más de medio siglo en el empobrecido país.
Morales pareció admitir la gravedad del momento al hacer por la noche una breve declaración televisada en la que aseguró que compartía la "indignación" colectiva desatada por la represión policial del domingo a los indígenas marchistas.
"Compartimos esta indignación del pueblo boliviano, todos rechazamos, repudiamos (la represión a los amazónicos). Para mí son una llamada de atención del pueblo boliviano las manifestaciones", dijo.
"Yo como víctima (de represión en el pasado) nunca podría instruir que haya una violencia como la que hemos visto (...) Quiero decir a las familias víctimas que nos disculpen, que me perdonen", añadió.
La reanudación de la marcha de centenares de kilómetros desde las llanuras amazónicas hasta las alturas de La Paz fue anunciada al día siguiente de que Morales empezara a pagar, con el cambio de dos ministros, el coste político de la acción policial.
Los indígenas, fortalecidos por una ola nacional de solidaridad que incluyó un paro convocado por la Central Obrera Boliviana (COB), proclamaron en una manifestación en Rurrenabaque, donde se reagrupaban, que "la lucha sigue".
"Viva la histórica marcha por el TIPNIS, la marcha continúa", dijo una resolución de los aproximadamente 200 indígenas concentrados en ese pueblo norteño que fue leída por la dirigente Mariana Guasanía.
Pero no precisó cómo ni dónde se reiniciaría la protesta.
Los indígenas, que partieron el 15 de agosto de la ciudad tropical de Trinidad en una marcha de rechazo a una carretera que atravesaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isidoro Sécure (TIPNIS), fueron reprimidos cuando estaban a mitad de camino, a unos 300 kilómetros de La Paz.
ALTOS RIESGOS
"Estas podrían ser las movilizaciones más grandes que se han producido en el país en contra de este Gobierno (...), hay una ruptura entre un Gobierno y su base indígena", dijo el analista y docente Jorge Lazarte.
"Por tanto, se ha precipitado una etapa de ocaso del Gobierno (...), por primera vez en los últimos años se ha escuchado gritar a la gente que este Gobierno se vaya, esto es lo grave", apuntó.
Franklin Pareja, profesor de ciencia política de la universidad estatal de La Paz, dijo que la ola de solidaridad con los indígenas amazónicos estaba creando "una conciencia nacional de muchos sectores que puede empezar a desestabilizar una gestión que está demostrando una gran impostura".
En su opinión, el problema de fondo radica en la contradicción entre la nueva Constitución indigenista, impulsada por Morales, y la gestión gubernamental.
"El Gobierno no ha podido dimensionar la cantidad de privilegios y de derechos que estaba otorgando a los indígenas y, ahora que quiere tomar medidas desarrollistas, recién se da cuenta de que el haber concedido un exceso de derechos es lo que le está haciendo inviable sus políticas", añadió.
Entre esos derechos extraordinarios otorgados por la Constitución de 2009 destacan el derecho a la consulta sobre la explotación de recursos naturales y representación garantizada en los poderes legislativo, judicial y electoral.
Morales, de la etnia aymara del occidente andino y quien lleva más de un año y medio de su segundo mandato quinquenal, se había enfrentado a la dura oposición de sectores conservadores, pero no de los pueblos "originarios" a los que dice representar.
Los amazónicos, que demandaban inicialmente ser consultados sobre el proyecto, exigen ahora una ley que garantice que la obra no pasará por el TIPNIS, el parque de 1,2 millones de hectáreas en el centro del país que es su propiedad colectiva.
Morales anunció el lunes por la noche la suspensión temporal del proyecto y propuso un referendo para consultar a la población sobre uno de sus planes más ambiciosos. Pero los indígenas ahora rechazan esa consulta.
Guasanía indicó que demandan también una investigación imparcial sobre la represión policial del domingo, de la que responsabilizaban a Sacha Llorenti, quien renunció el lunes al Ministerio de Gobierno y fue reemplazado por Wilfredo Chávez, quien era viceministro de la Presidencia.
El otro cambio en el gabinete fue el de la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, por Rubén Saavedra, quien había ocupado ya ese cargo hasta principios de año. Chacón dimitió aduciendo desacuerdo con la represión a los indígenas.





Opinión

¿ADIÓS EVO?

El Mostrador de Chile (www.elmostrador.com.cl)

La crisis de legitimidad política que afecta hoy al Gobierno de Evo Morales posee todas las condiciones para catalogarla como grave, posiblemente existencial.
Los movimientos sociales, los temidos movimientos sociales que una vez llevaron a Evo en los hombros al Palacio Quemado, centro del poder político boliviano, hoy lo acosan, lo acusan y comienzan a pedir su cabeza. El sentimiento de la población parece ser que el líder indigenista solo gobierna en pos y a favor de los cocaleros, y ya no del conjunto de la población indígena, campesina y urbana.
Hoy observamos que el movimiento social de base, la temida Central Obrera Boliviana (COB) esta liderando el descontento social, de la mano del otro temido actor desestabilizador del sistema político boliviano, la ciudad de El Alto, cuna del indigenismo militante urbano de La Paz. Los movimientos sociales ya no son gobierno, al menos eso parecen pensar. Dejaron de identificar el “Estado plurinacional” como la representación de los intereses de la comunidad en su conjunto. Lo comienzan a asociar a un Estado represor, promotor y defensor de intereses ajenos y contrapuestos de aquellos de la sociedad que durante siglos estuvo alejada del poder.
Observamos, además, que un fenómeno de pánico político se ha desatado. Ministros están dejando el gabinete, alejándose del líder. Evo, busca responsables que le permitan absolverlo de la acción policial contra los indígenas que marchaban en contra de un proyecto de carretera que cruzaría la región del TIPNIS, una zona selvática, cuna de tres etnias indígenas. Evo busca el chivo expiatorio, pero olvida que él es responsable político del nuevo Estado, y que sus declaraciones le condenan. Apoyó sistemática y públicamente la construcción de la carretera, financiada por Brasil. Utilizó subterfugios comunicacionales a fin de ensuciar la marcha indígena, acusando a sus líderes de estar coludidos con la embajada de los EE.UU. No contento con ello, decidió deslegitimar el movimiento, asociándolo a intereses de liderazgos contarios al suyo. El liderazgo indígena paceño utilizó –por la acción o la inacción-, a sectores cocaleros a fin de contener la marcha, sirviéndose de ellos como barreras humanas. Evo, finalmente, pareciera haber decidido terminar casi manu militari con la marcha. Gran error. Pasó de ser un movimiento de una veintena de comunidades indígenas, a un movimiento nacional. Aun no un “levantamiento popular”, pero algo de ello posee.
El error de Evo es que parece haber violado principios básicos y fundamentales de su propia Constitución plurinacional: el poder asimétrico de las comunidades nacionales sobre las multinacionales, el poder económico y los intereses privados. La Carta Fundamental implementada por el MAS, otorgaba un poder decisivo a las fuerzas comunitarias sobre el manejo de los recursos, la administración y gestión de su espacios físicos. La Constitución de Evo garantizaba derechos absolutos a estas comunidades en función de la protección y promoción de sus tierras. La carretera de Evo – y de Brasil-, parecían querer borrar con el codo aquellas disposiciones fundamentales del modelo del MAS. Al parecer, solo se aplicaban en contra de intereses “imperialistas” de la “burguesía”, pero no decía nada del mismo Estado Plurinacional.
El peligro es que estos levantamientos sociales se alimentan, estimulan y refuerzan con el uso de la fuerza represiva dirigida hacia ellos mismos por el poder central.
Hoy, los movimientos sociales se rearticulan y parecen haber designado un nuevo enemigo interno, conocido por ellos, el mismo EVO.





Opinión

BOLIVIA CON EVO, REPRIMIDA

Hoy de Ecuador (www.hoy.com.ec/noticias-ecuador)

Resulta que ahora la versión "oficial" que, además trasciende fronteras, es que el Gobierno boliviano, y Evo Morales en particular, fue engañado por un complot al mejor estilo de "Misión imposible" I, II y III Ahora resulta que el Gobierno no sabía lo que la policía haría. Ni un atisbo de idea tenían del torpe y violento operativo represivo del pasado domingo contra indígenas (niños, mujeres, ancianos) campesinos y otros marchistas que protestaban por la próxima construcción de una mega carretera que parte en dos el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), hogar de grupos indígenas y una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta.
El presidente Morales, seguramente porque era domingo y andaba entretenido en otros quehaceres, estaría desconectado y no habría podido ser informado. O quizá unos hábiles y manipuladores asesores ( "manos negras" de todo gobierno) planificaron el operativo a "espaldas" suyas. Tan astutos todos ellos que silenciaron una mega maniobra para la cual era necesaria una gran logística, maxime tomando en cuenta que Bolivia está conformada, en más de un 80 %, por tierras bajas, selváticas y calientes; y su acceso, en especial, para semejante batallón, es complicado, por lo cual la movida debió ser planificada con varios días de anticipación, plata y mucho ruido. El Gobierno boliviano, aunque tiene recursos, no logra la magia de las películas para trasladar, con un chasquido de dedos, varios centenares de efectivos en aviones y helicópteros; debió ser por tierra, en camiones, buses y tanquetas, viaje que toma por lo bajo 10 horas.
Y además la renuncia de la ministra valiente debió ser dirigida al grupo de complotadores y no al presidente… pero claro todo eso es discutible a la luz de la ideología.
Para zanjar espejismos, es suficiente darse una vuelta por las redes sociales y ver y escuchar el testimonio de varios marchistas, de gente que sintió el peso de la bota en sus cuerpos, el humo asfixiante de los gases, escapó de ser abrasada por las llamas de un fuego causado por la mano de la fuerza del orden. Zanjar las visiones ideologizadas no es tan complicado cuando las versiones de los comunicados emitidos por las bases indígenas, el testimonio de las víctimas y el de los pobladores hacen una misma figura.
Los medios nacionales independientes pudieron quizá ser acallados, pero las voces en el ciberespacio no; y así la voz oficial quedó en solitario, comunicando para los suyos, hablando entre sordos. Bolivia vivió un día de gran represión, pero no hubo mordaza. Intentos de acallar las versiones desde las bases y en el internet, varios, todos infructuosos y desatinados.
Una de las características del siglo XXI que seguramente cambiará el devenir de las luchas sociales, se repite hoy en el corazón de Sudamérica: la tecnología ha cambiado el juego desvelando una realidad frente al humo de la ideología. La verdad, hoy en Bolivia, es sabida, sentida y seguida gracias a miles de voces valientes que se unieron y han dejado afónica la aplastadora comunicación gubernamental.





LA TRAICIÓN DE EVO

Reconocido como líder indígena, el presidente de Bolivia tiene ahora en contra a su misma gente, después de la brutal represión policial contra la caminata pacífica de la población de Yucumo, en defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécurep

Tal Cual de Venezuela (www.talcualdigital.com)

El presidente de Bolivia, Evo Morales, perdió el respaldo de grupos indígenas y hasta una ministra, Cecilia Chacón, luego de mandar a las fuerzas de seguridad a disolver la marcha iniciada el 15 de agosto en rechazo del proyecto vial que afecta una zona protegida en el centro del país.
La población de Yucumo, distante unos 330 kilómetros de La Paz, fue escenario del ataque de policías contra mujeres, niños, niñas y hombres de pueblos originarios que permanecían a la espera de continuar su caminata en defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), localizado entre los departamentos de Cochabamba y Beni, en el centro el país.
"Ahora las cosas han cambiado", expresó a IPS el presidente de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP), José Ortiz, desde una vigilia instalada en el pórtico de la plaza San Francisco, de La Paz, desde donde se organiza el respaldo ciudadano a la protesta indígena.
Ortiz reflejó con esas palabras la ruptura de sectores que respaldaron al izquierdista Morales y al proyecto político denominado "proceso de cambio".
Morales, quien a fines de 2005 ganó las elecciones presidenciales con el mayor apoyo popular de un candidato en la historia del país con 54 por ciento de los votos, asumió su primer mandato en enero de 2006 enarbolando la reivindicación de los pueblos originarios y los sectores populares.
Es el primer indígena en llegar a la Presidencia de Bolivia, donde alrededor de 60 por ciento de sus más de 10 millones de habitantes se declaran descendiente de algún pueblo aborigen.
"Creímos en el cambio, pero lo que ha cambiado es el discurso que ha terminado discriminando a nuestros hermanos", señaló Ortiz, con visible enfado por la intervención de las fuerzas de seguridad contra la manifestación, la octava que realizan los indígenas del trópico boliviano que en 1990 comenzaron con la demanda de territorios y la propuesta de reformar la Constitución.
En su ascenso al gobierno, Morales empleó como plataforma la propuesta de reforma constitucional favorable a los indígenas, a los que, según el texto finalmente aprobado por la ciudadanía en 2009, debe consultarse antes de emprender proyectos en sus territorios, una condición que no se cumplió antes de proyectar la carretera.
En su sorpresiva carta de renuncia de Chacón como ministra de Defensa, explicó que había tomado la "decisión porque no compartía la medida de intervención de la marcha que adoptó el gobierno". "No puedo justificar o defender (esta arden) en tanto existan otras alternativas en el marco del diálogo", puntualizó.
Decenas de detenidos, heridos por feroces golpizas difundidas por la televisión y mujeres atadas de manos y con cintas adhesivas en la boca conmovieron a líderes de opinión y de organizaciones sociales, que se manifestaron en marchas callejeras en las ciudades de La Paz, Cochabamba, Sucre y Potosí.
El ministro de Gobierno (interior), Sacha Llorenti, justificó la acción policial ante el peligro, según dijo, de enfrentamiento entre los indígenas y colonos afines al gobierno que bloquearon el paso de la marcha en la localidad de Yucumo. Atribuyó la decisión, además, a una orden de la fiscalía.
Pero el fiscal general de la República, Mario Uribe, desvirtuó la afirmación de Llorenti y negó haber ordenado una intervención policial.
La demostración de apoyo popular a la marcha fortalece el propósito de reanudar la caminata, indicó a IPS Abdón Patiño, dirigente de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob).
Después de las acciones policiales del domingo, los caminantes trataron de agruparse este lunes, siguen buscando a los que escaparon de la represión hacia al monte y recuperan sus bienes, con la finalidad de reemprender la marcha hasta La Paz, explicó Patiño.
Mientras el gobierno volvió a hacer un llamado para una reunión en La Paz, los dirigentes indígenas reorganizaban a sus bases y proyectan reanudar la marcha, iniciada el 15 de agosto desde algún punto de la zona amazónica.
Adolfo Molle, uno de los líderes de las comunidades del Tipnis, recordó a IPS el sacrificio realizado por los pueblos originarios para instalar un gobierno que reivindique sus derechos, pero "el presidente Morales nos ha pagado con una masacre", dijo.
"Desconocemos a Morales como nuestro presidente y retiramos todo nuestro respaldo", exclamó.
Gustavo Guzmán, ex embajador de Bolivia en Estados Unidos, interpretó el llanto de niños y mujeres violentadas en la represión del domingo como una muestra de que el presidente Morales y sus colaboradores dejaron de ser los impulsores de una transformación democrática.
Anticipó a IPS un "proceso largo de reagrupamiento" de las fuerzas populares, la Central Obrera Boliviana (COB) y otras organizaciones en la búsqueda de nuevos liderazgos.
Guzmán llegó hasta la zona de Yucumo, y asegura que hubo una intervención directa del gobierno en la instalación de un punto de bloqueo "falso" con la finalidad de justificar una intervención que en apariencia intentaba evitar un choque con los manifestantes.





EVO MORALES VIVE SU PEOR CRISIS POLÍTICA DESDE QUE LLEGÓ AL PODER EN BOLIVIA

Tras la dimisión de dos ministros, decenas de manifestaciones exigen más cambios en el Gobierno

El País de España (www.elpais.com.es)

El Gobierno de Evo Morales afronta la peor crisis política y social desde que accediera a la presidencia de Bolivia, hace seis años. Pese al reajuste de su Gabinete no solo no ha logrado apaciguar el descontento ciudadano sino que ha visto aumentar el grado de desconfianza sobre su respeto por la democracia y su capacidad de gestión para solucionar un conflicto que, de una protesta local, ha pasado a ser una cuestión nacional después de la violenta represión policial contra una manifestación indígena.
La poderosa Central Obrera Boliviana (COB) ha convocado hoy una huelga con carácter inmediato que consiguió paralizar en gran parte el país y alterar la vida cotidiana con manifestaciones callejeras y bloqueos en los puntos estratégicos de circulación en la mayor parte de las ciudades bolivianas. A la protesta se sumaron las universidades, las juntas vecinales -muchas de ellas de El Alto a pesar de ser un bastión del partido gobernante-, y los comités cívicos y entidades civiles de los nueve departamentos del país.
Al mismo tiempo en el departamento de Santa Cruz, el más grande de Bolivia y el que presenta un mayor grado de oposición a Morales, se mantenía por tercer día consecutivo una huelga de hambre, solidaria con los indígenas. Aun cuando las actividades escolares se suspendieron, las oficinas del Estado cumplieron con relativa normalidad sus actividades.
Todos los convocantes expresaban su apoyo a los habitantes del
Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) y, manifestaban su repudio a la actuación de la Policía. La manifestación de las etnias chiman, yuracaré y moxeña y otra veintena de pueblos originarios reclamaba que se aplicaran sus derechos constitucionales y fuera amparada su negativa a la construcción de una carretera que partirá en dos el TIPNIS.
El centro de La Paz, retumbaba hoy por la detonación de explosivos que marcan el paso de una manifestación de organizaciones sociales. La multitud cubría un recorrido de unos cinco kilómetros. Los participantes lanzaron consignas contra el Gobierno de Morales y exigían la destitución de los ministros de la Presidencia, Carlos Romero, y de Obras Públicas, Walter Delgadillo.
El Palacio de la Presidencia fue rodeado por un importante cordón policial que impedía el acceso a menos de 200 metros del edificio en la Plaza Murillo. Mientras en el también protegido Palacio Legislativo, el vicepresidente Álvaro García Linera trataba de calmar los ánimos de los 10 asambleístas indígenas del partido oficialista, Movimiento Al Socialismo (MAS), que han amenazado con sumarse a la oposición y poner en peligro los dos tercios de voto que mantiene el oficialismo.
"El malestar es tan grande que la renuncia del ministro Sacha Llorenti (ministro de Interior) no ha sido suficiente", apunta el analista Carlos Cordero, quien considera que "esta situación de crisis muy grave puede llevar a una espiral de violencia y, a que Bolivia se acerque a una coyuntura similar a octubre de 2003". Se trata de la asonada civil que derrocó al Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003).
Desde Cochabamba, la socióloga Maria Teresa Zegada apuntó que al conflicto del TIPNIS se ha sobrepuesto otra crisis política a raíz de la ambigüedad que el Gobierno refleja en el manejo y aplicación del discurso democrático. "Los dos últimos discursos de Morales generan mayor incertidumbre entre los bolivianos, pues no ha mostrado una clara viabilidad de solucionar el conflicto del TIPNIS". En cuanto al futuro de la carretera, éste queda postergado hasta un referendo o una consulta, aunque las obras de los dos tramos continúan trabajándose. La empresa brasileña no recibió orden de paralizar obras.
Entre la ciudadanía crece la desconfianza sobre la capacidad real que pueda tener el Gobierno para dar soluciones definitivas al conflicto indígena, así como del respeto a la Constitución, -texto que ha recogido las iniciativas de los pueblos indígenas y de los movimientos sociales- y su aplicación. Morales ha quebrantado ya 35 artículos de esta Carta Magna, según un recuento periodístico.
El Gobierno espera que una comisión investigadora resuelva el enigma de las responsabilidades e identifique a quienes asumieron la decisión de intervenir y reprimir tan duramente a la columna indígena.





MARCHAS Y CRÍTICAS AL GOBIERNO EN UNA HUELGA QUE PARALIZÓ A BOLIVIA

Fue en protesta por la represión a indígenas que rechazan una polémica ruta.

Clarin de Argentina (www.clarin.com/mundo)

“Evo decía que el pueblo cambiaría, mentira, mentira, es la misma porquería”. Esta era la consigna que mejor representaba el sentimiento popular de la multitudinaria marcha de ayer en La Paz. Indignación, bronca y, particularmente, desilusión. La manifestación, que tuvo sus réplicas en las principales ciudades del interior, fue en el marco del paro nacional decretado por la Central Obrera Boliviana (COB), un ex aliado del presidente Evo Morales, en repudio a la represión de los indígenas del Amazonas, que rechazan la construcción de una ruta en una reserva nacional. Ese episodio caló muy hondo en la población y sacudió al gobierno al punto de provocar la caída de tres integrantes del gabinete.
Durante gran parte del día, La Paz estuvo paralizada. No funcionaron bancos, escuelas y hubo poco transporte. Los comercios cerraron sus puertas desde la mañana y sólo las abrieron después de las 15, cuando la marcha se había desconcentrado. Fue significativo el apoyo teniendo en cuenta que en Bolivia la mayoría son cuentapropistas y trabajan al día.
El paro también fue acatado con marchas en las principales ciudades. Las principales fueron en Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. El departamento de Beni, el más afectado por el conflicto, está paralizado desde hace varios días.
Un sector importante de la manifestación llegó a pedir la renuncia del propio Presidente, aunque en este caso la COB y otros gremios no se sumaron. Pero en cambio sí exigieron frenar el mega proyecto de la construcción de la polémica ruta que atraviesa tierras vírgenes en la reserva del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), “cárcel para los represores” y un cambio de actitud del gobierno.
Esta es la peor crisis política que enfrenta el mandatario desde enero pasado, cuando tuvo que dar marcha atrás con un aumento en el precio de los combustibles. A diferencia de ocasiones anteriores, ayer se volcaron a las calles sectores que antes apoyaban al gobierno y ahora se sienten defraudados. “Hay decepción porque tenía un buen proyecto. Buscaba borrar las diferencias, pero las terminó marcando más. Encima la economía no está bien y ahora quiere imponer una posición autoritaria con los indígenas”, dice Leonardo Baldivia, un licenciado en Administración de Empresas que se sumó espontáneamente. A su lado, una joven estudiante acusaba a Morales de “ir en contra de lo que pregonaba” y de “atacar violentamente a su propia gente”.
La marcha comenzó temprano en El Alto –un enorme asentamiento, mil metros por encima de La Paz, que creció en forma incontrolable con los años y ahora alberga a un millón de personas– y fue descendiendo lentamente hacia la ciudad. Como la policía impidió que ingresaran a la Plaza Murillo, los manifestantes recorrieron zigzagueando como una serpentina las estrechas calles de la capital boliviana al incansable ritmo de petardos y consignas antigubernamentales. Nadie quiso dar cifras oficiales, pero la columna llegó a ocupar cerca de 10 cuadras .
Resultaba llamativo cómo se dejaron de lado los carteles partidarios y se enarbolaron casi exclusivamente banderas bolivianas. Había mineros, campesinos, docentes, estudiantes, empleados gráficos, del transporte y una enorme cantidad de gente que se sumaba en forma espontánea. “Que renuncie Evo, carajo”, pedía un sector grande de la marcha. Otro, más divertido, repetía: “Evo, tramposo, cojudo y mentiroso”.
Las agrupaciones se enlazaban unas con otras, casi sin distinción. Pero todas mantenían distancia de los mineros, que a su paso iban arrojando los famosos “cachorros” o pequeños cartuchos de dinamita. Para esperar a la marcha que venía de El Alto, desde las 10 de la mañana la gente se aglomeró ante la antiquísima iglesia de San Francisco, donde se lleva adelante la vigilia por los indígenas del Beni.
Algunos sostenían que había que hacer caminos para sacar la producción, pero otros señalaban que la ruta sólo favorecería a los cocaleros instalados en el lugar por decreto. Un pequeño grupo intentó apoyar al mandatario, pero terminaron mal. Los sacaron a empujones, insultos y patadas.
En los momentos de distensión las vendedoras aprovechaban para ofertar sus comidas. El aroma a picante y frito inundaba los sentidos y se pegaba al estómago. Las “patitas” de cerdo fritas y las empanadas rebosante de aceite se combinaban con chicha. Al costado, un hombre ofrecía sintéticos helados en rojo y amarillo fluorescente que misteriosamente no se derretían bajo el sol rabioso.





BOLIVIA CASTIGA A EVO CON UNA HUELGA QUE AGUDIZA LA CRISIS


El Diario Montañés de España (www.eldiariomontanes.es)

Bolivia amaneció ayer con una huelga general y dos nuevos ministros «leales» al presidente Evo Morales que sustituyeron a los altos funcionarios que renunciaron al cargo tras la disolución violenta de una marcha de indígenas que protestaban contra la construcción de una carretera, que atravesaba una reserva natural, y que ha generado una gran animadversión por parte de la sociedad boliviana. El gobernante acusó a la oposición de estar «detrás» de las protestas iniciadas en ocho departamentos del país suramericano, si bien reiteró su condena a la «imperdonable» carga policial llevada a cabo el pasado domingo.
Wilfredo Chávez tomó posesión como ministro de Gobierno, y Rubén Saavedra Soto como titular de Defensa en sustitución, respectivamente, de Sacha Llorenti, que renunció al cargo en la madrugada del martes, y de María Cecilia Chacón, quien dimitió el domingo horas después de la disolución violenta de la marcha hacia La Paz de unos 1.500 indígenas. Los testimonios de las víctimas de la represión policial hablan de tirones de pelos, gases y golpes. También se llegó a denunciar la muerte de un bebé, aunque ayer apareció en una iglesia de San Borja. «Quiero saber dónde están los muertos», desafió Morales.
El exlíder cocalero aprovechó el acto para arremeter contra la oposición, a quien recordó que «el único pecado que tiene Evo Morales es que es un campesino, un indígena y presidente de Bolivia. Eso no lo soportan algunas personas, y nuestros hermanos son instrumentos de esas clase de gente». El mandatario también se refirió a la prensa, a la que tildó de «mentirosa». «El mejor opositor que tiene Evo Morales son los medios de comunicación» tras insistir en que la marcha contra el Territorio Indígena Isiboro Sécure «más parece una marcha de periodistas que de indígenas».
Marcha en La Paz
Para el Gobierno, la huelga general convocada ayer por la Central Obrera Boliviana (COB) fue totalmente innecesaria. Según el ministro de Trabajo, Daniel Santalla, la principal razón que argumentaba la organización para convocarla quedó zanjada al decidir someter a consulta de la construcción de una vía amazónica entre Cochabamba y Beni. Las movilizaciones de apoyo a los indígenas comenzaron con una marcha en La Paz encabezada por la central sindical, protestas diversas en otras ciudades y huelgas parciales de varios sectores.
El secretario ejecutivo de la COB, Pedro Montes, aprovechó la ocasión para exigir al presidente una sanción para los responsables de la «brutal» agresión a las personas que se manifestaron el domingo.





MORALES SE ENFRENTA A SU PEOR CRISIS POLÍTICA TRAS PERDER EL APOYO INDÍGENA

Una huelga general convocada por los sindicatos y manifestaciones en todo el país ponen contra las cuerdas al aislado presidente de Bolivia

ABC de España (www.abc.com.es)

La crisis que afronta el Gobierno de Evo Morales se profundiza. Los cambios en el Gobierno, donde han caído dos ministros y varios funcionarios de segunda línea en lo que va de semana, no logran apaciguar el malestar mayoritario de la población. La huelga general de ayer se transformó en manifestaciones, marchas, bloqueos y protestas en todo el país. La población exige responsabilidades por el brutal asalto de la Policía a un campamento de unos 1.500 indígenas, que
se oponía a la construcción de una carretera en el corazón del Parque del Territorio Indígena Isiboro Sécure (Tipnis), entre Cochabamba y el Beni. La sociedad, espantada con las imágenes que recogen el uso de una violencia desmedida e innecesaria a mujeres e incluso niños, no se conforma con el anuncio de Morales de suspender las obras de la autovía en discusión, ni acepta el maquillaje de última hora con los cambios de Gobierno. Los bolivianos quieren que su presidente dé signos creíbles de arrepentimiento, cambie el rumbo de su política o salga, como sus colaboradores, por la puerta de atrás del Ejecutivo.
Sacha Llorenti, hasta hace dos días titular de la cartera de Interior, presentó su dimisión, «porque no quiero convertirme en un instrumento de la derecha, de la oposición que lo que pretende es atacar el proceso de transformaciones estructurales y dañar la imagen de nuestro presidente». Marcos Forgan, su segundo en el Ministerio, también presentó la renuncia a través de una carta en la que, como su ex jefe, asegura estar al margen de la actuación policial. En la misiva Forgan expresa su «desacuerdo pleno por la forma de intervención en la marcha indígena». A estas dos dimisiones hay que añadir las del lunes de Cecilia Chacón, ex ministra de Defensa, y la de la directora de Migraciones, María René Quiroga, «por razones de conciencia».
En sus cinco años de gestión Evo Morales ha superado diferentes crisis, pero la actual incorpora ingredientes nuevos. «Se ha roto la alianza con sectores indígenas que durante mucho tiempo consideraron este Gobierno como suyo». La reflexión del analista Jorge Lazarte tiene una segunda parte: «El escenario es grave porque pone en tela de juicio la identidad política del Ejecutivo, su legitimidad histórica. Se trata de un Gobierno que se declaraba indigenista y en los hechos ha dejado de serlo».
La situación «se le ha ido de las manos —insiste Lazarte—. El problema ha pasado de ser un conflicto demográficamente pequeño a alcanzar una dimensión nacional, pero detrás de esto ha aparecido otra realidad: el descontento social. Por primera vez desde mediados de 2000 el mensaje es: «No creemos en Evo Morales, no lo queremos». La historiadora Ximena Costa advierte una brecha aún más amplia entre el poder y la población: «La cadena de renuncias en el Gabinete pone de manifiesto dos bloques opuestos en el Ejecutivo. El núcleo duro lo encabeza el vicepresidente, Alvaro García Linera, con Juan Manuel Quintana y el recién nombrado al frente de Interior, Wilfredo Chávez, un hombre con poder real cuya visión de las cosas se resume en que estas son blancas o negras». El sector moderado «o indigenista» —continúa Costa— lo lidera el canciller Choquehuanca con la ex ministra de Defensa, Cecilia Chacón», pero, a la vista de los cambios de Gabinete, se han impuesto los halcones. «El Gobierno parece encaminarse a su suicidio».
Lazarte resume el estado de un Ejecutivo sin rumbo: «El Gobierno no sabe por dónde salir. Todos quieren salvar su cabeza a costa de la de otros. La crisis que arrancó con los de abajo —con los indígenas— se ha expresado hacia arriba». Esa idea debe de flotar en las altas esferas de la Paz o, al menos, en el dimitido Sacha Llorenti cuando se esforzó en aclarar: «No abandono el barco porque creo que se está hundiendo». Sigue sin respuesta la pregunta: ¿quién ordenó arrasar el poblado de indígenas? «Morales es un caudillo que no permite que se tomen decisiones sin que pasen por él, y mucho menos de esa naturaleza. En el supuesto, inverosímil, de que él no estuviera al corriente habría que hacerse otra pregunta: ¿quién gobierna en Bolivia?»
«Parece un escenario cantinflesco, donde nadie asume la responsabilidad de la orden dada», observa el profesor de la Universidad Católica de San Andrés, Carlos Cordero. «El presidente, en lugar de mostrar su arrepentimiento, acusó a los medios, insistió en que estos son la principal oposición y les hace responsable de la crisis. Lo único que ha conseguido con esa actitud es generar más crispación». En este laberinto andino, el brazo ejecutor de las órdenes del Gobierno, el destacamento que atacó a los indígenas mientras estos se defendían con flechas ha quedado abandonado a su suerte. No reciben víveres; son también, en palabras de Cordero, «víctimas de sus propias autoridades».





EL GOBIERNO DE EVO MORALES AFRONTA MASIVAS PROTESTAS

La Capital de Argentina (www.lacapital.com.ar)

El presidente de Bolivia, Evo Morales, afrontó ayer multitudinarias manifestaciones callejeras en la peor crisis política desde enero, tres días después del violento desalojo de indígenas amazónicos que protestaban por la construcción de una ruta.
La Central Obrera Boliviana (COB), ex aliada del gobierno, realizó ayer una huelga en rechazo a la represión de los indígenas. El paro fue acatado en las principales ciudades y estuvo acompañado de masivas marchas, las mayores desde enero pasado, cuando el mandatario decretó un aumento en el precio de los combustibles que después derogó ante el rechazo popular.
"El paro expresa solidaridad con nuestros hermanos indígenas y sirve para exigir que el gobierno rescinda el contrato con la empresa brasileña OAS y no se construya ninguna carretera por el Tipnis (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure)", dijo Pedro Montes, secretario general de la COB.
Desilusionados. A diferencia de ocasiones anteriores, ayer se volcaron a las calles sectores populares que antes apoyaban a Morales y ahora se muestran desilusionados. Mineros hacían detonar dinamita a su paso mientras la columna se acercaba al centro de La Paz encabezada por obreros, indígenas, maestros y universitarios. La policía se mantuvo alejada de los manifestantes.
Mientras tanto, los indígenas amazónicos bolivianos anunciaron ayer que reanudarán su marcha contra la carretera en la selva financiada por Brasil, reafirmando un desafío político que ha puesto contra las cuerdas a Morales. Al mismo tiempo, el gobierno aceptó un pedido de diálogo de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) que participa de la protesta indígena.
La violenta represión del domingo contra los indígenas desencadenó la renuncia de la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, y del titular de Gobierno (Interior), Sacha Llorenti, además de otros tres funcionarios.
"Evo era un símbolo muy fuerte para mucha gente, encarnaba principios de justicia, de derechos humanos, pero ahora esa gente está desencantada. Evo ya no expresa esos principios. Eso ha cambiado", dijo el analista Jim Shultz, del Centro para la Democracia, una organización no gubernamental con base en EEUU y Bolivia.
"Morales está viviendo una situación crítica. No creo que vaya a caer porque no hay oposición política. Continuará más débil mientras la oposición social irá creciendo. Sólo le queda reconstruir su gobierno incorporando las voces críticas de las calles", opinó Shultz.
Crisis interna. Las disidencias incluso llegaron al Legislativo, dominado por el partido del gobierno. "El proceso de cambio está herido de muerte y tenemos que salvarlo. No podemos convalidar de manera obsecuente y servil con nuestro silencio y nuestro miedo", dijo el senador oficialista Eduardo Maldonado.
El lunes Morales anunció la suspensión temporal de la construcción de la polémica ruta y un referendo popular sobre el tema, pero esta última propuesta fue rechazada por los indígenas.
El mandatario ha atribuido el rechazo popular a la influencia de elementos externos. Ayer, cuando tomaba juramento a dos ministros, llamó a los sectores sociales a "no ser instrumentos de la derecha que quiere acabar con el proceso de profundas transformaciones estructurales".
Desalojo
La fuerza antidroga desalojó ayer a decenas de cocaleros que invadieron un parque nacional que además es centro de una agria disputa entre el gobierno de Evo Morales e indígenas de la amazonia. La Fuerza de Tarea Conjunta integrada por policías y militares también destruyó cultivos ilegales de coca en la zona situada en el centro del país.





TENSION EN BOLIVIA TRAS LA REPRESION POLICIAL DE UNA MARCHA DE PROTESTA

LOS INDÍGENAS EXIGEN UN DIÁLOGO CON EVO

La Central Obrera Boliviana (COB) advirtió que se sumará a la movilización de los indígenas, quienes se reagrupan en la localidad beniana de San Borja, luego de la violenta represión de la policía el domingo pasado.

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

La crisis originada en el gobierno de Evo Morales a raíz de la represión de la Octava Marcha Indígena no cesa. Ayer, la Central Obrera Boliviana (COB) advirtió que se sumará a la movilización de los indígenas, quienes se reagrupan en la localidad beniana de San Borja, luego de la violencia sufrida por la policía el domingo pasado y por la cual todavía hay marchistas desaparecidos. El apoyo mayoritario de la población a los agredidos les dio fortaleza y anunciaron que dialogarán con los habitantes del Palacio Quemado cuando lleguen a esta ciudad. “Vamos a retomar nuestra marcha y solamente en La Paz vamos a aceptar el diálogo”, dijo el mojeño Fernando Vargas Mosúa, vocero de los indígenas, un poco recuperado de los palazos que le dieron los policías cuando ya lo habían dejado en el suelo, como consignan las imágenes de medios televisivos.
Una segunda marcha indígena se dirige hacia esta ciudad proveniente de Oruro, encabezada por el Consejo Nacional de Ayllus y Markas de Qullasuyu (Conamaq), que reúne a los pueblos quechua y aymara. Esta organización también tiene marchistas (y desaparecidos) en la columna original de la movilización, que actualmente se recupera en San Borja.
Para más sufrimiento del gobierno nacional, los policías que participaron del operativo represor empezaron a hablar subrepticiamente con los medios y sostienen que la orden de apalear a los indígenas vino directamente del Poder Ejecutivo, tal como establece la Constitución. Sin embargo, dentro del gabinete de Morales aún se busca al responsable del accionar policial, que dejó al primer presidente indígena en un descrédito inédito ante la población.
Ayer, la ciudad de La Paz quedó paralizada por la marcha de obreros, indígenas, vecinos de El Alto, estudiantes, chicos de clase media algo hippies, incluso un grupo de religiosos Hare Krishna (indudablemente los más fashion de la protesta). Más de 50 mil personas inundaron las calles con estribillos dedicados a Morales y sus funcionarios. Algunos llevaban banderas bolivianas con pedazos de bolsas negras a modo de crespón, por los muertos de la Octava Marcha denunciados por los indígenas, que aún no reconoció el gobierno. Miriam Yubanore, vicepresidenta de la Central de los Pueblos Etnicos Mojeños de Beni (Cpemb), aseguró que en el campamento donde fueron reprimidos había una mujer y dos bebés muertos. Afirmó, en consonancia con otros indígenas, que la policía hizo desaparecer estos cuerpos. La dirigente aún está cubierta de moretones y le duele la boca por la cinta de embalar con la que la callaron los uniformados el domingo pasado.
“Si éste es el cambio/ el cambio es una mierda”, coreaban miles de manifestantes ayer. Entre ellos ondeaban varias banderas blancas a las que habían pintado un Patujú, flor símbolo de la marcha indígena que partió el 15 de agosto pasado de la ciudad de Trinidad, en Beni. La finalidad de la marcha de ayer era entrar a la Plaza Murillo (el correlato local de la Plaza de Mayo), pero las calles de acceso estaban cerradas por cadenas, vallas, varias filas de policías con escudos y motos. “A la policía le quedan dos caminos: unirse a su pueblo o ser sus asesinos”, les cantaban los manifestantes. Los uniformados se mantuvieron inmóviles y crispados, hasta que un grupo de jóvenes intentó rebasarlos. Entonces hicieron gala de sus escudos y gases.
Muy disciplinado marchaba un grupo de mineros, con sus cascos relucientes. Cada tanto se quedaban parados y se tapaban los oídos. Lo mejor era imitarlos, antes de que el estallido de las dinamitas sacudiera los cabellos. Al frente de la columna de bajada de El Alto iba Pedro Montes, secretario ejecutivo de la COB. “Estamos con toda la bronca y toda la rabia de los trabajadores. Esta es la respuesta del pueblo ante el atropello criminal que se ha hecho contra los hermanos indígenas. Esto se paga con cárcel y los delincuentes responsables deben estar detrás de las rejas”, dijo Montes a este diario.
“Decimos a los compañeros marchistas que no están solos. La COB, las organizaciones populares y cívicas estamos con ustedes. Si tenemos que marchar con ustedes vamos a hacerlo. Y si el gobierno no obedece al pueblo boliviano, vamos a salir a ganar las calles”, dijo Montes en la plaza San Francisco, al final de la movilización. Este viernes la central obrera definirá si envía una delegación a sumarse a los marchistas en San Borja.
El domingo, cien indígenas del Conamaq irán a reforzar la Octava Marcha, golpeada y con desaparecidos, pero decidida a llegar a La Paz. Esta organización nacional y la Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), que representan a los 36 pueblos originarios del país, empezaron la marcha indígena. Tienen un pliego de 16 demandas para el presidente. En la primera exigen que no pase una carretera por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), como la que quiere construir el gobierno. Aunque Morales dijo el lunes que estas obras quedaban suspendidas momentáneamente.
Hasta el momento, por la represión a la Octava Marcha dejaron su cargo tres ministros: la de Defensa, Cecilia Chacón; el de Gobierno, Sacha Llorenti; y el viceministro de Régimen Interior, Marcos Farfán, además de varios funcionarios de segunda línea. Los indígenas también exigen las renuncias de los ministros de la Presidencia, Carlos Romero; el de Obras Públicas, Walter Delgadillo; y del canciller, David Choquehuanca.





BOLIVIA: DESALOJADOS COCALEROS DE SELVA EN LITIGIO CON INDÍGENAS
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)

La fuerza antidroga desalojó el miércoles a decenas de cocaleros que invadieron un parque nacional que además es centro de una agria disputa entre el gobierno del presidente Evo Morales e indígenas de la amazonia boliviana, informó una autoridad.
La Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) integrada por policías y militares destruyó cultivos ilegales de coca en la zona situada en el centro del país y está desalojando a los invasores, declaró a la televisora ATB el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres.
El operativo comenzó el martes y prosiguió el miércoles, cuando en varias ciudades del país tenía lugar masivas marchas de protesta contra Morales por la violenta represión policial del domingo a indígenas del oriente que se oponen a la construcción de una carretera y rechazan la invasión de cocaleros a su territorio.
"Vamos a erradicar por la fuerza la coca, en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) no debe haber nada de coca y no tenemos nada que negociar con esa gente que avasalla tierras", dijo Cáceres, cabeza política de la lucha antidroga.
Los indígenas del TIPNIS se oponen a la apertura de una carretera que conectará los valles interandinos del centro del país con la amazonia en el norte por el corazón de la selva porque temen perder su hábitat, pero además creen que serán invadidos por sus vecinos cocaleros si el proyecto vial se concreta.
El gobierno envió el domingo a la policía a desalojar a un millar de indígenas que marchaban a La Paz para reclamar por la carretera, pero la violencia que dejó al menos ocho heridos, le granjeó duras críticas a Morales y derivó en una crisis política con la renuncia de dos ministros.
Cáceres dijo que la FTC desalojara a más de un centenar de familias asentadas recientemente en dos comunidades en el TIPNIS.
Bolivia es el tercer productor de hoja de coca y cocaína después de Perú y Colombia.



RESCATISTAS DE BOLIVIA Y CHILE SE SUMAN A LA BÚSQUEDA DE CIRO CASTILLO-ROJO

La República de Perú (www.larepublica.pe)

Ciro Castillo-Rojo, padre del joven desaparecido, dijo que los tres rescatistas se integraron al equipo de trabajo compuesto por Carol Chaman y Ramón Flores, voluntarios de los topos mexicanos.
Dos rescatistas de Bolivia y otro de Chile se sumaron a las labores de búsqueda del universitario
Ciro Castillo-Rojo, desaparecido desde inicios de abril en el valle del Colca, en la provincia arequipeña de Caylloma.
Ciro Castillo-Rojo Salas, padre del joven desaparecido, dijo que los tres rescatistas se integraron al equipo de trabajo compuesto por Carol Chaman y Ramón Flores, voluntarios de la brigada de rescate Topos Tlaltelolco A.C. México. "Los topos de México reanudaron sus labores de búsqueda y lo hicieron junto a dos rescatistas de Bolivia y uno de Chile", informó.
Refirió que la búsqueda de su primogénito se suspendió unos días debido a problemas en la salud de Carol Chaman, quien junto a su compañero y demás rescatistas recomenzaron este miércoles sus labores.
La búsqueda de los especialistas se centrará en el cerro Fortaleza y alrededores. Castillo-Rojo señaló que está en coordinaciones para contratar a un equipo de rescatistas de alta montaña de Cusco o Puno.
Finalmente dijo que este jueves retornará a la ciudad de Arequipa para luego trasladarse hacia el valle del Colca y continuar con la búsqueda de su hijo.





UN IMPORTANTE CENTRO TURÍSTICO

El Día de Argentina (www.eldia.com.ar)

Rurrenabaque es una localidad situada en el departamento del Beni, Bolivia, junto al río Beni, y cuenta con una población estimada en 17.000 habitantes. Esta ciudad, en la que indígenas que marchaban contra la construcción de una ruta en la selva fueron brutalmente reprimidos el domingo, constituye un gran centro turístico del país. Se la considera una de las áreas de mayor biodiversidad del mundo, donde es posible encontrarse de frente con la fauna silvestre y compartir las tradiciones de las comunidades indígenas y rurales.
Desde Rurrenabaque se accede a la selva amazónica de Bolivia a través de dos importantes áreas protegidas nacionales: el Parque Nacional Madidi y la Reserva de Biosfera Pilón Lajas, así como a las pampas del río Yacuma, área bajo protección municipal. Rurrenabaque se encuentra conectada por vía aérea diariamente a La Paz y Santa Cruz, y por ruta a La Paz y Trinidad. Ofrece una amplia variedad de servicios hoteleros, gastronómicos, de comunicaciones y de entretenimiento.





TORTILLA DE HOJA DE COCA GANA PREMIO NACIONAL DE GASTRONOMÍA EN COLOMBIA

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

Un plato compuesto por una tortilla de hoja de coca, de consumo común entre la comunidad de los indígenas guambianos, que viven en el suroeste del país, obtuvo el primer puesto en la V versión del Premio Nacional de Gastronomía de Colombia, organizado por el Gobierno.
Según el Ministerio de Cultura de Colombia, el menú bautizado como “ comida para inaugurar un cultivo ” , es de consumo corriente entre la comunidad guambiana que se asienta principalmente en el departamento del Cauca.
El plato, presentado por el grupo “Misak Mai”, integrado por María Antonia Trónchez, Lorenzo Muelas Trónchez y Gloria Naranjo, fue el mejor en el apartado de “reproducción”.
En esencia, la comida consta de un pedazo de torta cuyo principal componente es la hoja de coca; quinua con verduras, albóndigas de curí (un pequeño mamífero roedor cuya carne es muy apreciada en la zona) , puré de mafafa (tubérculo muy similar a la papa), sopa de maíz y té de coca
“Esta receta pretende ahondar en la cultura guambiana a partir de la cocina, como lugar y acto en el cual se refleja el pensamiento y sentir de quienes pertenecen a esta comunidad ” , explicó Muelas.
Agregó que a través de la cocina también “ se crean vínculos con el otro y se comparten o heredan ciertas prácticas, ritual y referente de identidad ” .
Los ganadores explicaron que la comunidad no tiene cultivos de coca intensivos, sino un árbol plantado.
Por otro lado, en la categoría de “innovación”, que busca reinterpretar un plato de la cocina autóctona nacional, el ganador fue el grupo “Minka”, del departamento La Guajira (norte) , frontera con Venezuela, en donde viven pueblos wayúu.
El plato denominado “Pastores del mar”, está compuesto por bolitas de friche (mezcla de carnes) en pasta de camarón sobre jarabe de tomate rojo.
Según Luisa Fernanda Acosta, integrante del grupo, “ este plato cuenta con los ingredientes básicos de la cocina guajira (carne de chivo), y la innovación está en que el grupo recrea el friche con técnicas contemporáneas de manejo de carnes de caza ” .
Y agrega que a todo esto se le aporta “ el gusto y aroma sin perder la magia del sabor ancestral, haciéndolo agradable en boca tanto para un honorable indígena de la Alta Guajira como para un sibarita universal ” .El pastoreo ocupa un lugar simbólico en la cultura wayúu, en donde los pescadores y camaroneros son conocidos como apalaanchi: Pastores de mar.
El jurado del premio estuvo integrado por el director Académico de Gastronomía y Gestión de Restaurantes de LaSalle College International, el colombiano Juan Carlos Franco, el ingeniero industrial especializado en economía, Carlos Pabón Fernández, y José Narciso Iturriaga de la Fuente, economista de la Universidad Nacional Autónoma de México.





CARTEL BOLIVIANO INVADE PARAGUAY

La señalización del hito fronterizo, colocada en territorio paraguayo, molestó a senadores que visitaron la zona chaqueña. Sostienen que el letrero está ubicado seis metros dentro de nuestro país y pedirán explicaciones.

Ultima Hora de Paraguay (www.ultimahora.com/notas)

Los senadores Miguel Abdón Saguier, Hugo Estigarribia, José Manuel Bóbeda, Luis Alberto Wagner y Lino Oviedo, miembros de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Defensa Pública y Fuerzas Públicas de la Cámara Alta, expresaron su total disgusto por la ubicación de un cartel que marca el comienzo del territorio boliviano en el límite paraguayo en la frontera oeste, entre Pozo Hondo y Fortín Mayor Infante Rivarola, Departamento de Boquerón.
Los legisladores acudieron a esta ciudad con el fin de verificar la situación de los destacamentos militares ubicados en Joel Estigarribia, Mayor Infante Rivarola y Mariscal Estigarribia.
Todo transcurría normalmente hasta el momento en que los uniformados invitaron a los congresistas a visitar el hito histórico denominado Esmeralda, que lleva a los demás hitos y la línea seca que demarca el límite con el país vecino.
Al percatarse de que el letrero oficial que da la bienvenida a Bolivia, ubicado por delante, a 6 metros del hito, los legisladores cambiaron la cara.
"De ninguna manera nadie puede cambiar eso, los límites geográficos están establecidos por la longitud y la latitud en coordenadas geográficas", sostuvo el oviedista José Manuel Bóbeda.
Mencionó que el Congreso debe defender la integridad territorial", añadió.
"De ninguna manera vamos a admitir que un cartel esté ahí, en nuestro territorio", refirió.
El senador Hugo Estigarribia fue otro de los legisladores que exteriorizaron su disgusto.
Anunció que convocará a la Comisión Nacional Demarcadora de Límites de Paraguay y al presidente del organismo, que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, embajador Enrique Jara Ocampos.
Los congresistas realizaron varios recorridos por destacamentos militares de la zona y verificaron in situ el estado de los mismos.
Manifestaron sentirse satisfechos por las refacciones que se están llevando adelante en dichas zonas.
UNIDADES EN PERFECTO ESTADO
Todas las unidades militares recorridas por los legisladores se encontraban en perfectas condiciones. La limpieza y el orden son características de los uniformados en esos lugares. Sin embargo, no deja de ser preocupación para los militares la poca dotación de hombres con que cuenta cada unidad militar asentada en el Chaco.





RUTAS, Y NO ARMAS

ABC de Paraguay (www.abc.com.py/nota)

Se conmemora hoy el 79º aniversario de la victoria del Paraguay en la batalla de Boquerón, que supuso prácticamente el comienzo de un cruento conflicto bélico con la hermana República de Bolivia. Sin embargo, tras el enfrentamiento se abrió paso a una paz sostenida que, para ser consolidada, imperiosamente debería traducirse en más obras de entendimiento y promoción social de nuestros pueblos. Desafortunadamente, a casi ocho décadas de la conflagración, el presente encuentra a los países de Sudamérica involucrados en una suerte de carrera armamentista, de la que también están participando los gobiernos de Paraguay y de Bolivia. Los recursos usados al efecto deberían ser orientados al mejoramiento de las condiciones de vida de paraguayos y bolivianos.
Se conmemora hoy el 79º aniversario de la victoria del Paraguay en la sangrienta batalla de Boquerón, que supuso prácticamente el comienzo de un cruento conflicto bélico de tres años con la hermana República de Bolivia. Sin embargo, tras el enfrentamiento se abrió paso a una paz sostenida que, para ser consolidada, imperiosamente debería traducirse en más obras de entendimiento y promoción social de nuestros pueblos.
Desafortunadamente, a casi ocho décadas de la conflagración, el presente encuentra a los países de Sudamérica involucrados en una suerte de carrera armamentista, de la que también están participando los gobiernos de Paraguay y de Bolivia.
El prestigioso Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, según sus siglas en inglés), informó poco tiempo atrás que América del Sur es la región del mundo que mayor crecimiento del gasto militar tuvo en 2010, un 5,8 por ciento más en relación con el anterior período medido, lo cual representa unos 63.000 millones de dólares.
Paraguay y Bolivia son parte activa de esta tendencia al alza. En los dos últimos años se han anunciado desde ambas partes muy significativas compras de armamentos y equipamientos militares, desde aviones, helicópteros y carros de combate hasta camiones e infraestructura comunicacional. Todo ello con la supuesta intención de “modernizar” a las fuerzas armadas de uno y otro país. Cientos de millones de dólares se están destinando actualmente al gasto militar.
Paradójicamente, nunca antes en nuestra región y entre nuestros dos países hubo un discurso tan encendido en favor de la “amistad, el entendimiento y la integración”. Cada día los presidentes se deshacen en elogios unos para con otros, destacando sus coincidencias ideológicas y afinidades programáticas. Cabe, pues, el reproche formulado hace un año por el entonces presidente del Perú, Alan García, cuando dijo: “Si son tan amigos, ¿para qué se arman?”.
Si se lo analiza detenidamente, en verdad no tiene ningún sentido que dos naciones relativamente pequeñas, con el mismo determinismo de encierro geográfico y empobrecidas, destinen elevadas sumas de dinero al gasto militar. Esos recursos, más bien, tendrían que ser orientados al mejoramiento de las condiciones de vida de bolivianos y paraguayos, a la superación de la pobreza que afecta a tan extendidos sectores de la población de ambos países.
Mucho mejor estaríamos a uno y otro lado de nuestra frontera, por ejemplo, si esas inmensas sumas de dinero fueran invertidas a infraestructura vial. La paz sería mucho más efectiva, más positiva, si los sucesivos gobiernos paraguayos utilizaban su entusiasmo y los recursos del país para asfaltar como Dios manda el tramo paraguayo hasta Infante Rivarola, en vez de tener una ruta plagada de baches y una capa asfáltica con la mitad del grosor de la que están por terminar de construir los bolivianos hasta el límite fronterizo con Paraguay. Esto hubiera tenido, además, el efecto de abrirnos camino hacia el océano Pacífico, donde descubriríamos un mundo de oportunidades comerciales que hoy nos es prácticamente ajeno, disminuyendo nuestra infortunada dependencia económica de brasileños y argentinos, que siempre se han valido de nuestra condición mediterránea para someternos y debilitar nuestras posibilidades de un mayor desarrollo. Por lo tanto, sería muy constructivo que Paraguay y Bolivia depongan las aspiraciones armamentistas que crean sospecha y nos indisponen a unos contra otros, y, en cambio, promuevan el progreso compartido de sus pueblos, alentando el intercambio económico, cultural y social, facilitando la movilidad de los habitantes y animándolos a conocerse cada día más.
Que vengan y vayan conjuntos musicales, de bailes folclóricos, de clubes de fútbol hasta de ciudades pequeñas, productores agrícolas, ganaderos, horticultores, floricultores, etc. Buenas rutas que inviten a aumentar el escaso comercio entre los dos países. A este tipo de acciones es a las que los gobiernos de Bolivia y Paraguay deberían dedicar su entusiasmo. Ambos pueblos lo reclaman y lo merecen.





MOVIMIENTOS SOCIALES

Todo hace pensar que el movimiento estudiantil será un actor relevante en lo que resta de este gobierno y en la administración siguiente.

La Tercera de Chile (www.latercera.com)

LA CATEGORIA de "movimiento social" merece ciertas precisiones. No se trata de gremios ni de partidos políticos, y si bien pueden contener demandas sectoriales, las trascienden, pues son portadores de una reivindicación inequívocamente política. A su vez, suelen ser más específicos y diversos que los partidos políticos y no generan la agregación de intereses que suelen producir éstos a través de ideologías o programas de gobierno.
Hay viejos y nuevos movimientos sociales y sus proyecciones suelen ir en, a lo menos, tres direcciones: originan nuevos partidos políticos; permean y transforman a los partidos ya existentes; o bien permanecen como actores sociales autónomos. Posiblemente, el caso más conocido es el del movimiento obrero que, desde sus orígenes en la segunda mitad del siglo XIX, transitó desde asociaciones de apoyo mutuo a sindicatos y luego a los partidos Comunista, Socialista, socialdemócratas y socialcristianos. Más contemporáneamente está el caso del movimiento ambientalista y antinuclear de los 70 en Europa, que dio origen al Partido Verde en Francia y Alemania. Más cerca tenemos la experiencia del movimiento indígena que dio vida al MAS boliviano y el de los obreros paulistas que fundaron el PT brasileño.
El otro derrotero histórico ha sido incorporarse o permear a los partidos ya existentes, logrando que éstos incluyan de manera integral o parcial parte de las demandas de los movimientos sociales (mujeres, diversidad sexual, derechos humanos, consumidores, regionalistas o medioambientalistas). Por su parte, no pocos dirigentes partidarios chilenos emergieron de los movimientos estudiantiles de los años 20, 60 y 80.
La tercera opción es la permanencia de estos "movimientos" como actores autónomos. En este caso, se trata de refundar lo político desde lo social, de imaginar "otra política". La concepción de que es preferible que estos movimientos permanezcan en el espacio social dado que su proyección hacia formas políticas institucionales suele ser un retroceso o, por lo menos, no un curso natural. Un caso paradigmático es el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Brasil o las experiencias de organizaciones barriales e indígenas en América latina.
¿Cuál será el derrotero que seguirá el actual movimiento estudiantil chileno? Este tiene una larga historia que se remonta a la fundación de la Fech en 1906. Siempre ha estado presente en la política chilena, a veces de manera fugaz y episódica, y en otros momentos propiamente como "movimiento". Lo hizo con fuerza en la década del 20 tras los ecos reformistas que venían del "grito de Córdoba" de 1918, fue actor decisivo en la caída de Ibáñez en 1931, en la reforma universitaria de los 60 y en la lucha contra la dictadura en los 80. En todos esos momentos, como hoy, confluyeron tres factores: el surgimiento de una nueva generación política, una disputa específicamente educativa y un rechazo general a los valores sociales predominantes. Todas estas condiciones se visualizan en el momento actual. Lo anterior hace pensar que este movimiento estudiantil ha llegado para quedarse y que, más allá de sus naturales flujos y reflujos, será un actor relevante en todo que resta de este gobierno, en la definición presidencial de 2013 y en la administración siguiente.

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