El legislador Alejandro Navarro lamentó el papel de Jorge Tarud (foto),
"que es el conservadurismo y añejo nacionalismo de derecha refugiado en el
PPD. Dudo que algún día estará a la altura de su padre y sigue siendo un
frustrado canciller y un ansioso diputado en busca del Senado. Está claro que
si Jorge Tarud fuera canciller de Chile, ya estaríamos en guerra con Perú y
Bolivia. Y desafiando a duelo a Venezuela".
El senador y
presidente del Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro, criticó
duramente al presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de
Diputados, Jorge Tarud (PPD), quien fue a la sede de la UDI y definió como
“arbitraria” la detención en Venezuela del líder de la Juventud del
gremialismo, Felipe Cuevas.
El legislador
oficialista lamentó el papel de Tarud, “que es el conservadurismo y añejo
nacionalismo de derecha refugiado en el PPD. Dudo que algún día estará a la
altura de su padre y sigue siendo un frustrado canciller y un ansioso diputado
en busca del Senado. Está claro que si Jorge Tarud fuera canciller de Chile, ya
estaríamos en guerra con Perú y Bolivia. Y desafiando a duelo a Venezuela”,
dijo Navarro.
En ese sentido,
el líder del MAS sentenció que “es inaceptable que (el diputado) aparezca en un
mismo espacio político y de opinión con los dirigentes nacionales de la UDI,
que se quedaron con los pasajes sacados para ir a armar quilombo a Caracas”.
Por otra parte,
acusó a la Unión Demócrata Independiente de pretender “instalar un conflicto
internacional ficticio entre Chile y Venezuela, para intentar ocultar los
hechos cometidos por el presidente de su Juventud, Felipe Cuevas, al fotografiar,
en Caracas, las instalaciones del Servicio de Inteligencia y al estar sin
pasaporte”.
Tras esto,
Navarro llegó a la capital del país sudamericano a reunirse con el canciller
Elías Jaua para apoyar pronta liberación de Cuevas, según comentó el senador.
“Lo hice por
convicción política y humana, y asumí como lo correcto, realizando todo lo
necesario y posible para el regreso del ciudadano chileno detenido, más allá de
su pensamiento político”, puntualizó. (www.elmostrador.cl/pais)
El
Ciudadano de Chile (www.elciudadano.cl)
Curiosamente,
la generalidad de los chilenos desconoce completamente antecedentes
fundamentales para contestar esta pregunta crucial. Lo que sí sabemos es que
nunca nuestras relaciones con Bolivia han sido buenas. Recordemos la guerra
contra la confederación perú-boliviana. Luego, la desafortunada búsqueda de
delimitaciones territoriales que nos llevó a un tratado (1874) que configuró
una suerte de soberanía económica compartida entre los paralelos 23° y 24°.
Entretanto, se
generó una gigantesca expansión económica chilena en el Litoral boliviano, complementada
con un virtual abandono de dicha zona por el país altiplánico, mezcla
evidentemente explosiva.
Esto fue
complicado aun más por la suscripción de un tratado secreto de alianza entre
Bolivia y Perú en 1873. Y todo esto culminó con la Guerra del Pacífico que
significó la conquista chilena de su litoral. Pero de allí en adelante nos
envuelve una misteriosa penumbra. De partida, ¿qué conciencia tenemos de lo
consignado por el diplomático e historiador chileno, Mario Barros van Buren?:
“La guerra del Pacífico había dejado a Chile en el sitial más destacado del
mundo americano. Pero no ganamos con ello simpatías de nadie. En las grandes
masas de opinión de los países indoamericanos, Chile se perpetuó como un país
militarista cuyos anhelos territoriales no se pararían en Tarapacá,
Antofagasta, Tacna y Arica”; y “la intelectualidad del continente (…) vio en la
protección brindada a Chile por el Imperio alemán (contra intentos de mediación
europeos que podrían haber disminuido las pérdidas perú-bolivianas) la
complicidad entre la política agresiva de Bismarck y la de esta República
sudamericana, que surgía en 1883 con ínfulas de hegemonía prusiana. Repitieron
estos conceptos (de que Chile era “la Prusia de Sudamérica”) los grandes
intelectuales de fin de siglo como el mexicano José Vasconcelos, el cubano
(Antonio) Sánchez Bustamante, los argentinos Juan Bautista Alberdi, Leopoldo
Lugones, Roque Sáenz Peña y el español Miguel de Unamuno” (Historia Diplomática
de Chile 1541-1938; Edit. Andrés Bello, Santiago, 1990; p. 475).
Tampoco hay
mucha conciencia de que con Bolivia solo firmamos un “Pacto de tregua” en 1884.
Y lo que francamente se desconoce totalmente es que el 18 de mayo de 1895 Chile
suscribió un tratado con Bolivia, por el cual “Chile se comprometía, una vez
adquiridas definitivamente Tacna y Arica (fuere por plebiscito o por arreglo
directo), a transferirlas, también en dominio definitivo, a Bolivia”; y que “si
Chile no adquiría Tacna y Arica, se obligaba a ceder a Bolivia la caleta Vitor
hasta la quebrada de Camarones, u otra análoga” (Gonzalo Vial.- Historia de
Chile (1891-1973); Volumen II, Edit. Zig-Zag, Santiago, 1982; p. 188).
Además, aquel
tratado fue complementado con otro de Paz y Amistad; y un tercero de Comercio.
El Congreso boliviano ratificó los tres tratados, los que fueron promulgados
por el presidente Mariano Baptista el 10 de diciembre de ese año. A su vez, el
Senado chileno los aprobó por 12 votos a favor, 1 en contra y una abstención; y
la Cámara de Diputados “sobre tabla”, esto es, por unanimidad. De este modo,
ellos fueron promulgados por el presidente Jorge Montt y el ministro de
Relaciones Exteriores Adolfo Guerrero en el Diario Oficial del 2 de mayo de
1896 (Ver Carlos Figueroa Serrano; en El Mercurio; 11-6-2014). “El de Transferencia
de Territorios no se publicó, porque implicaba las provincias de Tacna y Arica,
aún pendientes de resolución con Perú; sin embargo aparece incorporado entre
los documentos oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile,
‘Tratados bilaterales Chile-Bolivia’ ” (Figueroa; ibid).
Sin embargo,
diferencias posteriores de interpretación respecto del alcance del corredor
(Ver Vial; p. 267) y las protestas de Perú de que Chile dispusiera de
territorios todavía disputados entre ellos, ya que la alternativa de Vitor
también estaba en esa zona (Ver Vial; p. 200); fueron aprovechadas por el
Estado chileno para no cumplir con dichos tratados, sobre todo teniendo en
cuenta que en 1898 había terminado el inminente peligro de guerra con Argentina
–que se desarrolló durante la década de los 90- al definirse el límite en la
Puna de Atacama y al convenir ambos países en el arbitraje de la reina de
Inglaterra sobre la Patagonia.
Es más, en muy
pocos años la actitud chilena cambió en 180 grados. Así, el ministro de Chile
en La Paz, Abraham König –ante el rechazo de una propuesta chilena de que
Bolivia se conformara con puertos libres y compensaciones adicionales-, entregó
al gobierno altiplánico, el 13 de agosto de 1900, una brutal nota “diplomática”
que señalaba en su parte medular:
“Es un error muy
esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle el opinar que
Bolivia tiene derecho a exigir un puerto en compensación de su litoral. No hay
tal cosa. Chile ha ocupado el litoral y se ha apoderado de él con el mismo
título con que Alemania anexó al Imperio la Alsacia y la Lorena (refiriéndose a
su conquista luego del triunfo de Prusia contra Francia en la guerra de 1870),
con el mismo título con que los Estados Unidos de la América del Norte han tomado
a Puerto Rico (en 1898, luego del triunfo en su guerra contra España). Nuestros
derechos nacen de la victoria, la ley suprema de las naciones. Que el litoral es rico y que vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo
guardamos porque vale; que si nada valiera no habría interés en su
conservación. Terminada la guerra, la nación vencedora impone sus condiciones y
exige el pago de los gastos ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué
pagar y entregó el litoral. Esta entrega es indefinida, por tiempo indefinido,
así lo dice el pacto de tregua: fue una entrega absoluta, incondicional,
perpetua. En consecuencia, Chile no debe nada, no está obligado a nada, mucho
menos a la cesión de una zona de terreno y de un puerto. En consecuencia,
también, las bases de paz propuestas y aceptadas por mi país y que importan
grandes concesiones a Bolivia, deben considerarse, no sólo como equitativas,
sino como generosas” (Barros; p. 583).
“Es un error
muy esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle el opinar
que Bolivia tiene derecho a exigir un puerto en compensación de su litoral. No
hay tal cosa. Chile ha ocupado el litoral y se ha apoderado de él con el mismo
título con que Alemania anexó al Imperio la Alsacia y la Lorena
Fue tal la
brutalidad del texto –incluso para los estándares de la época- que generó duras
reacciones continentales. Así, “la maniobra del ultimátum hubo de ser
contrarrestada por la cancillería chilena, remitiendo una circular (septiembre)
a todas sus legaciones foráneas, la cual –si bien desautorizaba levemente la
forma, o la falta de forma, en la nota König- respaldaba su fondo” (Vial; p.
289). Pero tan grande era la debilidad de Bolivia que ella finalmente suscribió
un tratado en 1904, de acuerdo a las tesis del ultimátum. De este modo, según
constata Gonzalo Vial, “Bolivia tenía dificultades limítrofes no sólo con
Chile, sino con todos sus otros vecinos: Paraguay (por el Chaco), Brasil (por
la región del Acre), Perú y Argentina; sus finanzas, además, se hallaban
gravemente quebrantadas”; necesitaba inversiones extranjeras para explotar
“diversos tipos de riqueza nacionales”, pero “la indefinición de una guerra
perdida, pero no liquidada, era mortal para los capitalistas extranjeros”. Y,
por último, la tregua implicaba una apertura total de la economía boliviana a
los productos chilenos (y peruanos) y “simultáneamente, diversos países que
gozaban ante Bolivia de la llamada ‘cláusula de la nación más favorecida’,
sostenían su derecho a ser equiparados con nosotros y los peruanos”. Y el mismo
Vial, concluye: “Todo lo anterior condujo a que, iniciándose la administración
Riesco, renaciera en Bolivia la idea de trocar el elusivo puerto por una
sustanciosa compensación pecuniaria, recuperando –al pasar- la libertad
comercial, y levantando paralelamente la ‘interdicción’ del país en el
exterior” (Vial; pp. 378-9).
Como es sabido,
por el Tratado de 1904 Bolivia reconoció la pérdida de los territorios
conquistados por Chile, a cambio de compensaciones económicas, la construcción
de un ferrocarril Arica-La Paz; la concesión a Bolivia del más amplio y libre
tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico; y el derecho a
constituir agencias aduaneras en los puertos chilenos que designara para tal
efecto.
Pero fue tan
claro que dicho tratado no satisfizo realmente a Bolivia que ya en 1910 el
canciller boliviano, Daniel Sánchez, en memorándum dirigido a Chile y Perú,
señalaba que “Bolivia no puede vivir aislada del mar”, que necesitaba “por lo
menos un puerto cómodo sobre el Pacífico”; y que respecto de esto “no podrá
resignarse jamás a la inacción” (Vial; p. 556). Y en 1913, Ismael Montes, el
presidente boliviano que suscribió el tratado de 1904, en su paso por Chile a
Bolivia para reasumir la presidencia, sugirió en una reunión con personalidades
chilenas que se le cediera Arica a Bolivia al resolver Chile su problema con
Perú (Ver Manuel Rivas Vicuña.- Historia Política y Parlamentaria de Chile,
Tomo II; Edic. de la Biblioteca Nacional, Santiago, 1964; pp. 358-9).
Posteriormente,
tanto Bolivia y Perú unieron sus esfuerzos para que la Conferencia de París
(que dio lugar al Tratado de Versalles y a la cual asistieron ambos países como
beligerantes de la primera guerra mundial; ya que se habían sumado a Estados
Unidos en ella, en 1917) y luego la Sociedad de las Naciones ordenaran la
revisión de los tratados de 1883 (de Ancón, con Perú) y de 1904. En ambos casos
fracasaron.
Pero lo notable
fue que el propio Chile entendió que debía aportar lo suyo para lograr que
Bolivia tuviese salida soberana al mar. Esto, en el marco de las presiones que
constituyeron a Estados Unidos en indisputada potencia hegemónica en el
hemisferio y en virtual mediador de Chile y Perú respecto del conflicto todavía
irresuelto sobre Tacna y Arica. Así, en 1920 el gobierno chileno le comunicó
secretamente a Estados Unidos que estaba en definitiva dispuesto a entregar
Tacna a Perú y que “podría traspasar a Bolivia la caleta de Sama y una faja de
terreno extendida desde dicha caleta hasta el ferrocarril Arica-La Paz, solucionando
así las renovadas aspiraciones portuarias del país altiplánico” (Vial; pp.
645-6).
Luego, en 1926,
cuando Estados Unidos estaba mediando para la realización del plebiscito
acordado en el Tratado de Ancón (¡a realizarse en 1894!), el gobierno chileno
le presentó al estadounidense una propuesta sustitutiva del plebiscito que
según Alessandri –quien se encontraba en Washington asesorando al embajador
Miguel Cruchaga- dejaba “Tacna para el Perú, y Arica para Chile, y una faja
para Bolivia que remataría en una caleta cuyo nombre no pudimos encontrar en el
mapa, Cruchaga, Samuel Claro ni yo. En el telegrama de nuestro gobierno se
hablaba de Caleta de Palos como salida para Bolivia” (Arturo Alessandri.-
Recuerdos de gobierno, Tomo I; Edit. Nascimento, Santiago, 1967; p. 182).
Incluso, esta propuesta fue mencionada como una de las razones –no la más
importante, desde luego-por las que Estados Unidos, con el acuerdo de Perú,
declaró impracticable la realización del tan diferido plebiscito.
Otro hito muy
importante para las relaciones chileno-bolivianas lo constituyó el Tratado de
Lima que en 1929 resolvió el conflicto con Perú; devolviéndole a éste la
provincia de Tacna y conservando Chile la de Arica. El punto es que en dicho
tratado se incluyó un Protocolo adicional secreto con una cláusula que impide
cualquier acceso soberano al mar de Bolivia por las provincias previamente
disputadas si no se cuenta con la aquiescencia de ambos países. Y lo más grave
del caso es que de acuerdo al principal negociador chileno, el canciller
Conrado Ríos Gallardo, y a la documentación estadounidense (hay que tener
presente que el gobierno peruano condicionó la suscripción del tratado a que
apareciese formalmente como una propuesta de Estados Unidos) ¡fue Chile quien
le propuso a Perú tal cláusula! (Ver Vial; Historia de Chile (1891-1973) La
dictadura de Ibáñez (1925-1931) Volumen IV; Fundación, 1996; p. 359). Es obvio
-¡aunque nunca es reconocido formalmente así por la política exterior chilena!-
que, para todos los efectos prácticos, aquella disposición ha convertido el
tema de una salida al mar de Bolivia en un asunto trilateral.
De todas formas
-y como es sabido- Chile ha continuado aportando lo suyo, en varias
oportunidades, para que Bolivia pueda obtener un acceso soberano al Oceáno
Pacífico a través de su propio territorio. Han sido los casos de las
negociaciones abiertas con el país altiplánico en 1950, bajo el gobierno de
González Videla; y en 1975 y 1987, bajo Pinochet.
Incluso, en
1976 se logró un acuerdo entre Chile y Bolivia de que esta última tendría un
acceso soberano al mar a través de una franja territorial en el extremo norte
de Chile; a cambio de un territorio boliviano equivalente que obtendría nuestro
país. Respecto de ella, Perú hizo una contrapropuesta de un triángulo de
soberanía compartida por los tres países en la zona de Arica que Chile y
Bolivia rechazaron, volviendo todo a fojas cero.
De todos estos
antecedentes aparece plenamente comprensible la insatisfacción boliviana con el
Tratado de 1904; y que, por el interés y el logro de buenas relaciones entre
los tres países, surge la necesidad de lograr un acuerdo trilateral
satisfactorio. Acuerdo por medio del cual Bolivia no solo obtenga una salida
soberana al mar, sino que se superen todos los traumas y odiosidades que nos
han convertido en naciones antagónicas. Además, ¡cómo no se da cuenta Chile que
el antagonismo con Bolivia y Perú lo deja siempre en desventaja con Argentina,
aunque ésta no lo quiera!
Este artículo
es parte de una serie que pretende resaltar aspectos o episodios muy relevantes
de la historia de nuestro país que permanecen olvidados. Ellos constituyen
elaboraciones extraídas del libro de su autor: Los mitos de la democracia
chilena, publicado por Editorial Catalonia.
EL JAQUE DE BOLIVIA
La Tercera de Chile (www.latercera.com.cl)
Bolivia tiene
un objetivo claro e irrenunciable: salir al mar. El que lo impide es Chile.
Este es el hecho que singulariza las relaciones entre ambos. ¿Por qué ha
resultado estéril la política de Bolivia para cumplir su objetivo?
Durante mucho
tiempo siguió una estrategia equivocada, porque ignoró que más allá de la
igualdad formal entre estados soberanos, la desigualdad de su organización
social e institucional, así como su menguado poder militar y económico, la
condenaban a la impotencia. Un modo de ver que cambió en los últimos años y hoy
tiene en jaque a nuestro país.
Al arrastrar a
Chile a la Corte Internacional de las Naciones Unidas puso en movimiento un
mecanismo llamado estrategia indirecta. Esta evita el choque de las fuerzas
mientras teje paciente y sutilmente una malla destinada a envolver al
contrincante para restarle libertad de acción. Con todo, el núcleo de esta
estrategia no radica en paralizar al adversario, sino en confiar la decisión
del conflicto a la maniobra exterior. Evita el enfrentamiento en la zona en
disputa, respetando ahí el orden vigente mientras busca alcanzar la
superioridad moral en lugares distantes, procurando que la propia causa se
identifique con las tendencias emocionales dominantes entre quienes crean
opinión en el mundo. La apelación a la equidad como condición de paz entre los
pueblos, la desvalorización del derecho, el revisionismo histórico y la
victimización son herramientas poderosas para obtener éxito en ese terreno. Por
eso Bolivia escogió como campo de batalla la Corte de Justicia de La Haya;
soslayando el Tratado de Límites de 1904 ha metido a Chile en un túnel cuya
única luz pareciera ser acceder a su pretensión.
La Moneda
rechazó la competencia del mencionado tribunal. Una elemental medida procesal,
pero que ha dejado intacto el propósito de la controversia y la estrategia que
la sirve. A fin de cuentas, habrá una sentencia y respecto a su contenido es
evidente que Chile no tiene nada que ganar y mucho que perder. Existen, por
cierto, contramedidas para enervar la maniobra exterior que nos amenaza, pero
es necesario aceptar que estamos envueltos en un conflicto político y no
jurídico, y cuyas reglas de combate son las propias de la estrategia indirecta.
Si no lo entendemos y seguimos como vamos, el jaque mate será inevitable.
TPA VIAJÓ A BOLIVIA PARA RECOGER PERCEPCIÓN DE
TRANSPORTISTAS, GREMIOS Y EMPRESAS
Mundo Marítimo de Chile (www.mundomartimo.com.cl)
Con el objetivo
de conocer de primera fuente cuáles son las preocupaciones de distintos actores
del comercio exterior boliviano, Terminal Puerto Arica (TPA) realizó un viaje
al vecino país para reunirse con transportistas, gremios, navieras y empresas
exportadoras e importadoras, en la que pudo recoger valiosa información para
atender las necesidades de sus clientes.
Más del 80% de
la carga que se transfiere por TPA proviene de Bolivia, economía que ha
creciendo a un ritmo muy dinámico en los últimos años. La empresa, ha superado
ya las 3 millones de toneladas de carga anual y entre sus objetivo está el
mantener un alto estándar de servicio con un alto volumen de operaciones.
La delegación
estuvo encabezada por Diego Bulnes, gerente general de TPA; Francisco Godoy,
gerente de personas de la empresa; Daniel Trigo, presidente del Sindicato nº 1
TPA; Alexis Callejas, tesorero Sindicato nº 1 TPA; Evaristo Benaverre,
presidente del Sindicato TPA, Franklin De Arkas, secretario del sindicato TPA y
Sebastián Pinto, tesorero Sindicato TPA. Además, estuvo en el viaje el
secretario del Sindicato nº 1 TPA, Víctor Ramírez, quien además es el primer
director ejecutivo de la Confederación de Trabajadores portuarios de Chile,
Cotraporchi.
“Creemos que es
muy importante mantener un contacto fluido y permanente con quienes operan con
el puerto. También consideramos una gran oportunidad poder ir junto con
nuestros dirigentes sindicales, quienes representan a nuestros colaboradores y
son un aliado imprescindible en la entrega de un servicio de alta calidad a
nuestros clientes”, comentó el gerente general de TPA, Diego Bulnes.
El viaje
comenzó en la ciudad de La Paz y continuó en Santa Cruz de la Sierra. En
terreno, los representantes de TPA recogieron información valiosa para su
trabajo en Puerto, así como las necesidades que expresan tanto choferes, como
dueños de empresas de transporte, exportadores e importadores, que ven a Puerto
Arica como uno de sus aliados naturales.
“Nosotros como
colaboradores de TPA estamos empeñados en trabajar codo a codo por entregar un
buen servicio a nuestros clientes bolivianos. Tenemos un compromiso con
nuestros clientes que el Puerto de Arica garantiza continuidad operativa y
sabemos que para ellos, nosotros somos muy importantes”, comentó Víctor
Ramírez, Primer Director Ejecutivo de Cotraporchi
La delegación
terminó muy satisfecha el viaje, porque pudo reconocer de primera fuente la
importancia que los clientes bolivianos le entregan al puerto de Arica:
“trabajaremos arduamente por mantener la buena imagen que tenemos en Bolivia”,
comentó Diego Bulnes, “y responder así a la confianza de los clientes”,
sostuvo.
DESDE HACE TRES AÑOS ESTÁ INACTIVA LA COMISIÓN DEL
ACUERDO DE LA HIDROVÍA
La Comisión del Acuerdo de la Hidrovía Paraguay-Paraná,
que se conformó con la intención de desarrollar un transporte fluvial más
efectivo para los países miembros, dejó de reunirse desde hace aproximadamente
tres años. La inactividad de este grupo coincide con el periodo en que
Argentina empezó a endurecer sus trabas comerciales contra las embarcaciones
con bandera nacional.
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
La última
reunión de esta Comisión –integrada por representantes de nuestro país, Brasil,
Argentina, Uruguay y Bolivia– se desarrolló en Asunción en julio de 2011. Desde
ese entonces, los gremios empresariales ligados al comercio fluvial paraguayo
venían protestando por el aumento de las trabas burocráticas y técnicas,
creadas por el Gobierno argentino, que dificultan la navegación de las
embarcaciones de bandera nacional.
Antes de julio
de 2011, la Comisión se reunía casi cada año, siguiendo los puntos establecidos
y tratando temas enfocados en el Comité Intergubernamental de la Hidrovía
Paraguay-Paraná (CIH), una organización formada en 1989 y que se reglamentó en
1992, de la que participan también los cinco países mencionados.
Para el sector
de los empresarios fluviales paraguayos, la situación de la hidrovía amerita
una reunión de este grupo, debido a que la coyuntura actual de nuestro
comercio, que exhibe una tendencia alcista tanto en exportación como en
importación; pero que no tiene en la hidrovía la libre navegabilidad requerida,
libertad que se proclama e incluso se consagra en tratados internacionales
vigentes.
Esta situación
es una consecuencia directa de las trabas comerciales sembradas por el Gobierno
argentino desde 2011, específicamente a la flota de bandera nacional que
utiliza la hidrovía Paraguay-Paraná para transportar mercaderías, un boicot que
se fortaleció desde el segundo mandato de la presidenta Cristina Fernández.
Directivos del
Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (CAFyM) expresaron que buscar la
reactivación de estas reuniones es responsabilidad de la administración de
Cartes, para defender los intereses nacionales.
Es lo que
reclama el sector privado al Gobierno: un mayor interés en lo que significa el
tránsito fluvial para el Paraguay la hidrovía, considerando el impacto
económico que representa.
La posibilidad
uruguaya
Mientras
Argentina siembra la hidrovía, desde el propio gobierno, de impedimentos al
comercio exterior paraguayos a través de sus puertos, Uruguay ofrece ventajas y
facilidades gubernamentales, eliminando todo lo posible burocracias aduaneras y
portuarias. Sin embargo, el grave problema que se presenta con los puertos del
Uruguay son los altos costos de sus puertos privados, que trabajan tanto en
Montevideo como en Nueva Palmira.
Así, a pesar de
estos altos costos, varios importadores paraguayos ya trabajan directamente con
los puertos de Montevideo.
Según cifras
oficiales de la Dirección Nacional de Puertos (DNP) del Uruguay, el ingreso de
contenedores al puerto de Montevideo con destino al Paraguay aumentó un 30% en
el 2013 con relación al año anterior, mientras que en lo que va de este año el
crecimiento ya llega al 40% con respecto al mismo periodo del año pasado.
Sobre la
hidrovía
La hidrovía
Paraguay-Paraná es el sistema fluvial formado por los ríos Paraguay y Paraná,
desde el puerto de Cáceres (Km. 3442), en Brasil, hasta el puerto de Nueva
Palmira (Km. 140), en Uruguay.
Su recorrido es
de unos 3.400 km y atraviesa territorios de los países del Mercosur y de
Bolivia. La superficie del área de influencia de la hidrovía es de unos 1,75
millones de km2.
Reclamos sin
respuestas
Debido a las
imparables trabas que pone la Argentina para el comercio exterior paraguayo en
la hidrovía Paraguay-Paraná, nueve gremios nacionales enviaron una atenta nota
al presidente de la República, Horacio Cartes, en la cual le reclaman una
solución al tema o, al menos, que su gobierno inicie conversaciones para
terminar con estos boicots a las embarcaciones paraguayas. Hasta la fecha,
desde el Poder Ejecutivo no envían todavía respuesta alguna a este pedido.
Lo que hizo el
Gobierno, a instancias del canciller nacional Eladio Loizaga, fue convocar a
una reunión de la Comisión Nacional de la Hidrovía, que se realizó en marzo
último.
PROMOVER
EL TRABAJO INFANTIL ES HIPOTECAR EL FUTURO
Infobae
de Argentina (www.opinion.infobae.com)
Hace unos
días, la hermana República Plurinacional de Bolivia promulgó una ley que
autoriza el trabajo infantil a partir de los diez años de edad, una tendencia
que contradice la posición del resto de América Latina y del mundo. Se trata de
una nueva norma, la Ley 548, incluida en el Código Niño, Niña, Adolescente
que promulgó el Vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, y que conlleva
el riesgo grave de explotación infantil.
La actitud de
Bolivia está lejos de las políticas del resto del mundo, que se esfuerza por
eliminar el trabajo infantil y garantizar el bienestar de los menores, e
incluso de sus propios actos ya que en el año 2003 había ratificado el Convenio
de la OIT Nº182 sobre las peores formas de trabajo infantil.
Los niños y niñas tienen el derecho a no trabajar, a estudiar, a jugar y
divertirse, a tener una infancia digna y plena donde puedan desarrollar sus
potencialidades. Tienen “el derecho a ser niños”, como afirmaba
la Madre Teresa de Calcuta.
El trabajo
infantil es un flagelo que atenta contra cada uno de estos derechos y pone en
peligro la salud, la seguridad y la educación de los más chicos, sumándoles
preocupaciones de adultos que a su edad no deberían cargar.
Según Unicef, en Bolivia trabajan 850.000 niños, que es un 28% de la
población de 5 a 17 años, y la pobreza extrema alcanza a un 20% de los más de
10 millones de habitantes que tiene el país. La mayoría
de los niños se desempeña en trabajos rurales. En paralelo, un
elevado porcentaje de niños trabaja por cuenta propia como vendedores
ambulantes o en los mercados
Que un niño
trabaje en su infancia implica limitaciones para su desarrollo. Si bien en
Bolivia el trabajo infantil es visto como una alternativa para
erradicar la pobreza extrema y mejorar la situación económica en el corto
plazo, en el largo plazo lo que hace es profundizarla y comprometer el sano
crecimiento de las futuras generaciones.
Esta nueva ley de Bolivia es una clara señal de que el gobierno no
impulsa políticas serias para la eliminación de la pobreza y la erradicación
del flagelo del trabajo infantil. Esto compromete las
posibilidades de los niños de estudiar y mejorar sus vidas, dejándolos
expuestos a la explotación y a trabajos peligrosos a temprana edad.
En la Ciudad
de Buenos Aires, nuestro compromiso y esfuerzo diario es lograr que ningún niño
o niña menor de 16 años se vea obligado a trabajar.
BOLIVIA: ANIVERSARIO SIN REPÚBLICA, INDEPENDENCIA NI
DEMOCRACIA
La República de Ecuador (www.larepublica.ec)
Este 6 de
Agosto, Bolivia ha conmemorado los 189 años de su declaración de independencia
y nacimiento como república. Como paradoja, esto sucede en un momento de la
historia en que por la naturaleza del régimen que la ha sometido, no es ni
república ni es independiente.
Una república
es la forma de gobierno electiva y popular caracterizada por la duración
determinada de la representación o mandato, atribuciones limitadas y
responsabilidades de todos sus órganos. Es la forma de “organización del Estado
cuya máxima autoridad es elegida por el pueblo por un tiempo determinado”. Una
república es un estado organizado para no tener monarca o un individuo con poder
absoluto, es lo opuesto a la monarquía, porque en la república el soberano es
el pueblo.
La destrucción
de la República en Bolivia comenzó con la liquidación de su institucionalidad
constitucional, con la denominada “agenda de octubre” formalizada entre Evo
Morales y Carlos Mesa al día siguiente del derrocamiento del presidente Sánchez
de Lozada, el año 2003. Buscaban una “constituyente” y para eso usaron el
sofisma de una reforma constitucional promulgada por Carlos Mesa el 20 de
febrero de 2004. No se trataba de una reforma sino del mecanismo forzado para
violar el Art. 230 de la Constitución, que sólo permitía la reforma parcial de
la Carta Fundamental. Falsearon la Constitución y sin competencia alguna
introdujeron la “reforma total” por medio de la figura de “asamblea
constituyente”.
El líder de las
federaciones de productores de coca Evo Morales asumió la presidencia de la
República de Bolivia el 22 de enero de 2006, con mandato fijo e improrrogable
de cinco años, sin posibilidad de reelección inmediata. El 2 de julio de 2006
realizaron elecciones de 255 miembros de la Asamblea Constituyente, en base a
la alteración constitucional que el mismo Evo Morales había producido en su
alianza con Mesa en la falsificación constitucional del 2004.
La Asamblea
Constituyente se instaló el 6 de agosto de 2006, con competencia limitada a un
año, con la obligación de sesionar en Sucre (la Capital de la República) y
aprobar un nuevo texto constitucional por dos tercios de votos de los miembros
presentes (que Morales no había logrado obtener en la elección de
constituyentes). La Asamblea desenvolvió sus actividades bajo permanente
presión de grupos violentos movilizados y sostenidos por el Gobierno de
Morales. El 3 de agosto de 2007 el Congreso con mayoría de Evo Morales en la
Cámara de Diputados, y en acuerdo con Jorge Quiroga que controlaba el Senado,
prologó las sesiones de la constituyente hasta el 14 de diciembre de 2007.
Luego Morales produjo la “masacre de la Kalancha” contra el pueblo
chuquisaqueño que protestaba contra la constituyente y trasladaron la asamblea
a la ciudad de Oruro, desde donde remitieron un texto de proyecto
constitucional.
En Congreso de
2007, Morales tenía mayoría y controlaba la Cámara de Diputados, pero en la
Cámara de Senadores (de 27 miembros), 13 respondían a Jorge Quiroga y uno a
Samuel Doria Medina; la oposición con 14 votos controlaba el Senado y podía
impedir la suplantación Constitucional. Sin embargo negociaron la Ley 3941
promulgada por Morales el 21 de Octubre de 2008, e “interpretaron” el Art. 232
de la Constitución ya adulterada el 2004, estableciendo que: “CONCLUIDO EL
PROCESO CONSTITUYENTE Y RECIBIDA LA PROPUESTA CONSTITUCIONAL, PARA SER SOMETIDA
A CONSIDERACIÓN DEL PUEBLO SOBERANO, EL H. CONGRESO NACIONAL PODRÁ REALIZAR LOS
AJUSTES NECESARIOS SOBRE LA BASE DE LA VOLUNTAD POPULAR Y DEL INTERÉS NACIONAL,
POR LEY ESPECIAL DE CONGRESO aprobada por dos tercios de votos de sus miembros
presentes”!!!!
De esta manera,
no fue ni siquiera la ilegal Constituyente, sino una “comisión secreta”
(confesada luego por sus componentes) y el Congreso Ordinario quienes asumieron
el contenido de la constitución que liquida la República de Bolivia y que crea
el Estado Plurinacional. Texto de igual contenido político a las constituciones
de Chávez en Venezuela, de Correa en Ecuador, y la reforma de Ortega en
Nicaragua, redactada por los mismos “académicos” de Valencia (Viciano y otros),
contratados por Chávez y Castro.
Así suplantaron
la Constitución de la República de Bolivia y crearon su pseudolegalidad -que no
es lícita ni legítima- para consolidar la dictadura de Evo Morales en Bolivia,
subordinada al proyecto transnacional del Socialismo del siglo XXI. Seis años
después, Morales tiene montado el fraude para ser re-reelecto por tercera vez y
en el 189 aniversario de Bolivia no hay República, ni independencia, ni
democracia.
BOLIVIA PROYECTA AMPLIAR FRONTERA AGRÍCOLA A 10 MILLONES
DE HECTÁREAS
Xinhua
de China (www.spanish.xinhuanet.com)
El gobierno de
Bolivia anunció hoy la meta de ampliar la superficie de cultivos de alimentos a
10 millones de hectáreas en el área productiva en 2025, con el fin de
garantizar la seguridad y soberanía alimentaria nacional.
La ministra
boliviana de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, recordó que la frontera agrícola
en 2005 alcanzó 2,5 millones de hectáreas, sin embargo las políticas
productivas que aplica el gobierno del presidente Evo Morales desde 2006
permitieron aumentar esa superficie a unas 3,5 millones de hectáreas.
"Bolivia
no puede ser un país consumista, tiene que ser un país productivo, por eso en
la Agenda Patriótica queremos incorporar como siete millones de hectáreas de
producción de alimentos y de esta manera garantizar alimento para el pueblo,
como también para el mercado externo", señaló Achacollo.
El objetivo,
dijo, es convertir a Bolivia en el centro productor de alimentos de Sudamérica,
al tomar en cuenta el enorme potencial agropecuario nacional.
A esto se suma
el hecho de que el Estado boliviano también apunta a convertirse en el centro
productor de energía, tanto en electricidad como en gas natural, agregó.
El presidente
de Bolivia anunció el pasado 6 de agosto que se incorporarán y se ampliarán las
exportaciones bolivianas de alimentos ecológicos como la chía, la planta
stevia, la producción de peces industrializados y la miel de abeja.
Achacollo
informó que se aplicarán políticas de apoyo para la exportación de peces
industrializados, con valor agregado en su proceso de transformación para su
venta en el mercado.
De acuerdo con
datos oficiales, para esta gestión se prevé alcanzar una producción de 15
millones de toneladas y triplicar este monto para los siguientes años.
La ministra de
Desarrollo Rural y Tierras destacó los programas e inversiones que realiza el
gobierno para impulsar y consolidar la seguridad alimentaria en Bolivia.
"Seguridad
alimentaria con soberanía es uno de los lemas que tenemos como país (...) con
diferentes proyectos y programas como el de riego", afirmó la ministra de
Desarrollo Rural.
Añadió que el
gobierno impulsa varios programas de transferencia de recursos a las
organizaciones económicas productivas, créditos para la mecanización del agro y
apoyo directo a través de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos
(Emapa).
COLOMBIA TIENE LA SEXTA ENERGÍA MÁS CARA
La República de Colombia (www.larepublica.co)
A pesar de
haber obtenido hace un tiempo el quinto puesto del mundo dentro de las energías
más competitivas según el estudio Global Energy Competitiveness Index, varios
sectores del país, especialmente la industria, se quejan de que la tarifa que
se cobra por usar un kilovatio (KWh) de energía en una planta industrial es de
US$0,135.
Esto hace que
Colombia sea el sexto país de la Región con la tarifa de energía eléctrica más
cara para los industriales, después de México (US$0,21), El Salvador (US$0,18),
Guatemala (US$0,17), Panamá (US$0,15) y Uruguay (US$0,14), según cifras de la
Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía de Perú.
La tarifa por
kilovatio nacional es muy superior a la de otros países latinoamericanos que no
son tan competitivos en los mercados regional y global. Por ejemplo, los
precios de la energía eléctrica para el sector industria para economías
como las de Venezuela, Argentina, Paraguay y Perú son de US$ 0,005, US$0,02,
US$0,41 y US$0,74 por kilovatio (KWh), respectivamente.
Las otras
naciones latinoamericanas que cuentan con una tarifa de energía eléctrica para
la industria menor a la colombiana son Bolivia (US$0,106), Chile (US$0,104),
Costa Rica (US$0,09), Brasil (US$0,08) y Ecuador (US$0,07).
Ya que Colombia
divide su generación de energía en cuatro partes, la explicación que tiene el
sector de producción del recurso frente a este tema es que hay un costo
porcentual que se va sumando al precio final en cada una de las etapas.
Según la
Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, la ventaja de países como
Perú es el gran porcentaje de energía eléctrica que se produce en
hidroeléctricas (42,9%) lo que genera tarifas competitivas.
Pero si
observamos cuidadosamente, Colombia tiene un porcentaje superior de energía
producida a través de fuentes hídricas. Según el Ministerio de Minas y Energía,
64,1% de la electricidad en el país es producto de recursos hidráulicos, 30,8%
de térmicos, y otros sectores como el eólico hasta ahora están siendo
explorados.
Según Arturo
Pardo, Gerente técnico de Ingesertec SA (compañía que presta servicios a
centrales de generación hidráulica y térmica), el problema de los altos precios
en el mercado local puede hallarse en los altos costos que se establecen dentro
de la Comisión Reguladora de Energía y Gas (Creg) para cada una de las etapas
de producción de la energía: generación, transmisión, distribución y
comercialización.
“Los encargados
de regular las tarifas y los márgenes de ganancia dentro de la Comisión
de Regulación de Energía y Gas son ocho expertos escogidos por el Presidente de
la República y tres delegados del Ministerio de Minas y Energía, del Ministerio
de Hacienda y del Departamento Planeación Nacional”, señaló Germán Corredor,
director del Observatorio de Energía de la Universidad Nacional.
Pardo explicó
que “para los generadores, el precio está alrededor de 120KWh, y cuando se ve
en el recibo se observa una tarifa final de 405KWh”, lo que significa un valor
casi cuatro veces mayor al inicial.
Los grandes
consumidores, como las industrias, al final pueden negociar unas tarifas
específicas con cada comercializador, quienes tienen un margen para escoger el
precio. Para el comercializador hay una tarifa regulada destinada a los hogares
y otra no regulada para la industria.
De la misma
manera, lo puede hacer el sector de la generación, ya que dentro de la fórmula
se contemplan fenómenos que puedan generar cambios en el proceso, como el
conocido Fenómeno de El Niño, que produce un periodo de sequía.
Por último,
hay compañías que controlan toda la cadena de producción energética, como
Empresas Públicas de Medellín (EPM), por lo cual cuentan con mucha más
flexibilidad para establecer los precios finales no regulados tanto para el sector
industrial, como para el residencial.
¿Por qué Perú
tiene una de las tarifas más económicas?
De acuerdo con
el Diario Gestión, la economía peruana cuenta con una matriz eléctrica que
ofrece a los usuarios una energía limpia y a tarifas competitivas, lo que se ha
logrado porque se ha privilegiado el potencial que posee el país, el costo de
las diferentes tecnologías de generación y sus respectivos niveles de
eficiencia.
La Sociedad
Nacional de Minería, Petróleo y Energía de Perú señaló que el país cuenta con
amplios recursos hidroeléctricos por aprovechar, pues a la fecha solo se ha
utilizado 5% del potencial técnicamente aprovechable (69,445 megavatios).
“Esto nos
permite, a diferencia de otros países, poder optar por alternativas de
generación eléctrica que, además de limpias, tengan el costo más eficiente
posible”, indicó la entidad.
EL NIÑO DE LOS 37 AÑOS Y UN DÍA
Un discapacitado mental español pide el indulto a Bolivia
tras un año encerrado allí. En el penal de Palmasola ha sufrido palizas, descargas
eléctricas, hambre y extorsiones.
El Mundo den España (www.elmundo.es)
Esa mirada
perdida de la foto significa entender el mundo a medias, al 66% para ser
exactos. El otro 33% es deficiencia mental, un tercio de la realidad a oscuras,
la extrañeza de estar despierto. «Estoy bien, estoy bien... una cosa, mándame
cinco euros para cenar esta noche», dice a cámara el preso de la camiseta azul,
con su desconcierto de hambre, con su mirar ido. «Mi hermano ve la vida como si
fuera un niño». Igual por eso le llaman Pepito.
Hace un año que
Bolivia le tiene encerrado en la cárcel de Palmasola, donde la
policía no se atreve a entrar; hay palizas, extorsiones, virus, droga y hambre;
y bandas de presos con palos controlan la vida de 5.000 personas, al español José
García Fernández como si no fuera Pepito.
Ni una sola
línea sobre su discapacidad intelectual hay escrita en los folios de la
sentencia que el pasado 27 de junio -un año esperando el juicio-, condenó a
Pepito a ocho años de cárcel por haber intentado sacar del país 16 bolsas de
cocaína líquida en el contenedor nervioso de sus tripas. Como dice la jueza Livia
Alarcón, el «autor y culpable» José García Fernández deberá vivir recluido
en la cárcel de Palmasola hasta «el 27 de junio de 2021».
«No llegará
vivo a entonces. Si sigue allí no lo contará. En un año ha sufrido golpes,
robos, chantajes, descargas eléctricas y palizas por la droga. Ahora está en un
pabellón menos conflictivo, donde no se mete nada por la nariz y sólo mastica
coca. Pero ahí no va a estar siete años más, lo acabarán volviendo a meter en
el primer pabellón». Habla Manuel García Fernández, el hermano de José
que lleva un año cuidando a Pepito.
Cuando Manuel
teclea correos y whatsApp a periodistas, envía dinero a la cárcel, inicia campañas
en change.org o manda escritos al Consulado español, al Defensor del
Pueblo, al Ministerio de Exteriores, a los partidos políticos o a
los colectivos humanitarios, no llora. Pero cuando habla, sí. Al final de la
charla, llora. «Algún día le devolverán al Pabellón 4. Y me lo acabarán
matando. Le han pegado hasta por un plato de sopa. Él genera deudas por su
adicción a la coca y no las puede pagar. La droga allí vale menos que la
comida, dos dosis de coca cuestan 10 céntimos. Allí todo se compra, todos te
engañan y te pegan. Y a él se le manipula fácilmente. Tiene 37 años, pero es
como un niño, es como un niño...». Y entonces Manuel deja de hablar.
Por él habla su
lucha. La batalla legal que inició desde que supo que al otro lado del mar
vivía encarcelado su hermano Pepito, el que había pasado la vida con mamá, el
que se había sacado un titulo de ayudante de albañil, el que tenía un informe
del Institut Català de la Salut como «discapacitado psíquico definitivo
con condición legal de disminuido», el que un día se casó por conveniencia y se
fue a Bolivia a saber con quién...
Pepito debía
ser un endeudado como tantos y un discapacitado como tan pocos cuando el 25 de
junio de 2013 aceptó volver a España con 482 gramos de cocaína en 16
envoltorios de látex metidos en su estómago a cambio de 10.000 euros.
Hacia las 14.00
horas, los policías del Aeropuerto de Viru Viru que hacían el control
rutinario de viajeros advirtieron en José «bastante nerviosismo y actitudes
extrañas», según la sentencia. Pepito se contradecía en sus respuestas y
presentaba «caracteríticas psicosomáticas de personas que ingieren cápsulas con
cocaína». El hombre fue trasladado a otras dependencias y a las 19.30 horas
logró expulsar las bolsas, algo que quizá le salvó la vida pero seguro que le
complicó el futuro. Pepito fue encarcelado de inmediato y Manuel estrenó una
vida que ni imaginaba.
Lanzó primero
un combate de gestiones y contactos para que no trataran mal a Pepito. Después
para que lo sacaran de la prisión de Chanchocorito, «donde le daban
tales palizas que vomitaba sangre y no se levantaba del suelo». Más tarde para
que alguien lo protegiera de las agresiones y las deudas en la de Palmasola,
«desde donde me llamaban hasta 50 veces al día pidiéndome dinero», un tiempo en
el que Manuel se sintió «abandonado» por las autoridades españolas. Luego para
que Pepito tuviera un juicio y una sentencia, algo que llegó a España en una
pregunta parlamentaria del PSOE el
28 de mayo y una respuesta del Gobierno el 2 de julio asegurando que el
Consulado español ha hecho «numerosas gestiones» para que se acelere el juicio
y se pueda pedir el traslado del preso a España.
Y ahora, con la
condena en firme por fin, el último arreón de Manuel para ayudar a su hermano,
una petición urgente y con la lengua fuera: indulto.
Porque el 14 de
septiembre expira un decreto de perdón a presos que ha redactado el Gobierno de
Evo Morales, una gracia que no afecta a condenas mayores de ocho años, ni a
las que se dictan por delitos de sangre. O sea, la ocasión de Pepito.
Para la
solicitud de indulto, Bolivia exige dos informes clave: el IANUS, sobre
el proceso judicial del preso, y el certificado de antecedentes penales. Uno de
los auxilios buscado por Manuel en los últimos meses ha sido la Asamblea
Permanente de los Derechos Humanos en Bolivia, una ONG que ha logrado
agilizar el proceso de José y hace unos días obtuvo el primero de los
documentos. Ahora falta el segundo, el que acredita que Pepito jamás tuvo un
problema legal antes de su error boliviano.
El pasado
jueves 7 de agosto, el Consulado español en Santa Cruz de la Sierra
habló con los abogados del Régimen Penitenciario. «Ya están preparando
la carpeta del indulto. Sólo esperan el certificado de antecedentes penales que
ya ha solicitado», dice el Consulado.
El cónsul, Joan
Borrell, hijo del ex ministro socialista Josep Borrell, asegura que
irá en persona a Palmasola y hablará con el abogado de oficio de Pepito para
acelerar la tramitación.
Cuando la
cárcel tenga el certificado de penales, enviará la carpeta al juzgado para que
éste emita la resolución de indulto. Después, el Gobierno de Evo Morales
decidirá.
Mientras,
Pepito espera comiendo yogures de coco y espantando su adicción al polvo de la
cocaína con el consuelo masticado de la hoja de la coca. Pero, a veces, se
sienta en un banco, mira a la cámara como si no la viera y dice cosas desde su
66% de lucidez: «Quiero llegar a España vivo para que me vea mi mamá».
SI BIEN CHILE TIENE MAYOR AVANCE REQUIERE INDUSTRIALIZAR
EL LITIO
Estrategia de Chile (www.estrategia.com.cl)
El economista
boliviano, experto en el mercado de este mineral, y miembro de la Comisión
Nacional que impulsa el Gobierno, advirtió que uno de los frentes sería
ingresar a la cadena de valor de las baterías.
Que Chile tiene
mayor avance en la minería del litio es un tema sin mayor discusión para el
economista boliviano Juan Carlos Zuleta, quien es miembro de la Comisión
Nacional del Litio que el Gobierno impulsa, sin embargo advirtió que debe
avanzar en su industrialización.
“Es indudable
que Chile tiene un mayor avance, según lo conozco, porque lleva muchos años en
la explotación, pero, tal como sucede con Bolivia y Argentina, se requiere un
avance en la generación de valor y algún proceso de industrialización”, señaló
el experto.
A su juicio es
una tarea pendiente, que aseguró ser tratada en la Comisión que integra, pues
las distintas mesas de trabajo apuntan a ello. Claro que señaló que es un tema
que llevaría de manera gradual. “Uno de los frentes es ver, de alguna manera,
cómo Chile se incorpora en la cadena de valor de las baterías de litio”, dijo.
Respecto a la
visitas que está realizando dicha Comisión al norte del país, donde ya existen
mineras que trabajan con litio, Zuleta indicó que son “acercamientos
importantes, porque significa que la labor de la comisión no reduce a un
trabajo de cuatro paredes al permitir la participación de las comunidades que
son directamente afectadas por las operaciones”.
EL ROL DE LAS ONG EN LOS PLANES DE EE.UU.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
La revelación
del plan de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
(Usaid) de impulsar el activismo antigubernamental entre los cubanos, a través
de un programa de prevención del VIH, donde varios de los participantes
estadounidenses recibieron un curso de entrenamiento rápido para acciones de
inteligencia y que pretendía además crear una red de medios sociales al estilo
Twitter (proyecto Zunzuneo) en la isla para reforzar dicha campaña, ha puesto a
esta ong en el centro de la escena política latinoamericana.
Lejos de
nuestro continente, se supo de la utilización de programas globales de salud
para acciones encubiertas en distintas regiones de Pakistán y Afganistán, y que
se prohibieron las vacunas contra la poliomelitis después de que se hicieran
públicos informes de que a través de una falsa campaña de vacunación contra la
hepatitis B se recogía información de inteligencia.
Los cables de
Wikileaks han revelado la injerencia de la Usaid y su Oficina de Iniciativas de
Transición (OTI) en Venezuela, de manera directa o bajo el uso de contratistas
(Desarrollos Alternativos, Inc.). En uno de ellos queda claro que todos los
organizadores de las protestas contra Chávez en 2009 eran becarios de DAI.
La Agencia AP
cataloga a la OTI como una división creada después de la caída de la Unión
Soviética para “...promover los intereses de los Estados Unidos en entornos
políticos en rápido cambio...”.
Otro capítulo
lo constituyó la actitud de Evo Morales, quien expulsó a la Usaid luego de
comprobarse su apoyo a organizaciones indígenas y campesinas en conflictos
regionales, que demostraban una clara ingerencia en los asuntos internos del
Estado Plurinacional.
A fines de 2013
el presidente ecuatoriano Rafael Correa dio por finalizada la relación con la
Usaid, luego de que viniera advirtiendo sobre las actividades de la misma,
financia}ndo programas de “Fortalecimiento de la Democracia”, que en los hechos
eran subvencionar a las fuerzas políticas opositoras a su gobierno.
Las
informaciones, cables y declaraciones de los propios funcionarios del gobierno
estadounidense dejan en claro la relación de la Usaid y otras agencias de
cooperación, con las propias políticas del Departamento de Estado en nuestra
región y otros lugares del planeta.
El elemento
clave lo constituye el apoyo a nuevos sujetos sociales, emergentes o que
expresaron históricamente determinados intereses: campesinos (Bolivia),
estudiantes (Venezuela), pueblos originarios (Bolivia), policías (Ecuador),
“sectores ligados al campo” (Argentina), mujeres de sectores vulnerables
(Venezuela), entre otros, son claros ejemplos de esto. La formación de
activistas y cuadros políticos es otra línea que estas ongs priorizan en todos
los países.
Estas acciones
quedan circunscriptas a la estrategia de los golpes suaves y persiguen el claro
intento de desestabilización. En 2012, Mark Feierstein, administrador adjunto
para América latina y el Caribe de la Usaid, aseguró que Washington prioriza el
apoyo a fuerzas opositoras que “están luchando por los derechos humanos y la
democracia” en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y que entrega
fondos a sectores antigubernamentales radicados en dichos países.
La planificación
y desarrollo de esta forma de intervención no sería posible sin el apoyo de los
grandes medios de comunicación y de un trabajo silencioso, pero de altísima
precisión, en las redes sociales, donde vía las nuevas tecnologías se recolecta
información sobre conflictos, temas polémicos, y sujetos sociales que luego
aparecen expresados en reclamos o revueltas antigubernamentales.
La noticia de
que el fondo buitre NML Capital de Paul Singer financia a la filial argentina
de Vital Voices fundada por la diputada nacional del PRO Laura Alonso revela
otra fase del entramado social y político que se dibuja detrás de la
cooperación internacional, las ongs y los intentos de erosionar a los gobiernos
que no son funcionales a la política imperial.
Cabe
preguntarse, entonces, cuál es el mapa completo en Argentina de estas
organizaciones, sobre qué ejes trabajan, a qué sectores apoyan, qué otros
dirigentes políticos las expresan. Diagnóstico necesario en cada nación, para
entender las causas de muchos de los conflictos que los pueblos y gobiernos
enfrentan periódicamente.
PERÚ: ENTRE CUSCO Y MACHU PICCHU
El Periódico de Guatemala (www.elperiodico.com.gt)
Partimos poco
antes de las 8:00 de la mañana del hotel en Copacabana, Bolivia. A escasos ocho
kilómetros encontramos la frontera, con la sorpresa de que no abrían la aduana
boliviana sino a las 8:30. Afortunadamente un funcionario de la aduana,
extremadamente amable, luego de aclarar que éramos guatemaltecos y no chilenos,
nos atendió minutos antes de la apertura formal. Entramos a Perú sin mayores
contratiempos.
Nos decepcionó el paisaje que vino a continuación: Las vistas del Titicaca de Bolivia no volvieron a repetirse del lado peruano. Puno, ciudad de cerca de un millón de habitantes enclavado en la montaña frente al lago, pudo haber sido una linda ciudad, pero una urbanización desordenada, caracterizada por multitud de edificaciones de ladrillo rojo –a menudo sin terminar– combinado con la presencia de basura que no nos dio una buena impresión.
Nos decepcionó el paisaje que vino a continuación: Las vistas del Titicaca de Bolivia no volvieron a repetirse del lado peruano. Puno, ciudad de cerca de un millón de habitantes enclavado en la montaña frente al lago, pudo haber sido una linda ciudad, pero una urbanización desordenada, caracterizada por multitud de edificaciones de ladrillo rojo –a menudo sin terminar– combinado con la presencia de basura que no nos dio una buena impresión.
Poco a poco,
notamos algunos cambios favorables: encontramos más gasolineras, la
desconfianza o rechazo ante nuestra placa chilena, en Perú se convirtió en una
apreciación más pragmática del turista que viene a gastar –no importa de donde
viene– y que por lo tanto es bienvenido. Ya no fue importante aclarar que
éramos guatemaltecos y no chilenos. La pérdida del acceso al mar duele mucho
más en Bolivia que la tierra perdida por el Perú en la guerra del Pacífico.
Llegamos a
Cusco a eso de las cuatro y media de la tarde. La entrada es similar a la de
cualquier gran ciudad latinoamericana: grandes avenidas, mucho tráfico,
edificaciones de diversos estilos, aunque con predominio de cierta modernidad,
y todo ello combinado con gran actividad comercial, formal e informal. Sin embargo,
repentinamente entramos a un casco urbano de arquitectura colonial, uniforme y
bien mantenido, que cambia totalmente el carácter de la ciudad. Iglesias
barrocas, edificaciones blancas de estilo colonial, arcos de todo tipo, calles
angostas empedradas, portales, pequeñas plazas con fuentes: el centro de Cusco
nos encantó.
Al día
siguiente, después de un viaje de aproximadamente hora y media desde Cusco a
Ollantaytambo, tomamos un tren (alrededor de US$140 por persona), previamente
reservado –desde Santiago, por Internet ya que puede llenarse– que nos llevó
hasta Aguas Calientes, en otro viaje de hora y media. Allí compramos un pasaje
para el bus que nos llevaría a Machu Picchu (casi US$20 por persona) así como
la entrada al mismo lugar (US$40 cada uno), además de contratar a una guía
(US$8 por persona, en grupo).
Los paisajes
que rodean a Machu Picchu son simplemente maravillosos. El bus sube a través de
un zigzag al lado de un desfiladero dentro de gigantescas montañas de pura roca
que hacen que cualquiera se sienta insignificante a su lado. La Pachamama,
diosa que representa la tierra y la naturaleza, se impone.
Una muy buena
guía, Graciela, con una licenciatura en turismo de la Universidad de Cusco, nos
llevó a un grupo de ocho personas durante algo más de dos horas por entre las
ruinas. A mil metros menos de altura que en Cusco, nos sentíamos casi como
atletas: caminamos y escalamos gradas sin parar.
Descubrimos que
Machu Picchu fue una ciudad que nunca terminó de completarse ya que la
conquista española interrumpió su construcción. Afortunadamente los españoles
no la descubrieron antes, de lo contrario habrían construido una gran catedral
encima de las piedras originalmente utilizadas para construir esta bella
ciudad. Machu Picchu, redescubierta en 1911, tiene un carácter sagrado, y al
parecer alojaba a personas de la nobleza incaica como también a personas
dedicadas a la experimentación e investigación agrícola.
Volvimos a
Cusco de la misma manera que llegamos. La excursión que empezó a las seis de la
mañana terminó a las 11 de la noche cuando volvimos. Estábamos cansados, pero
muy contentos.
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