El caso del
gobierno de Evo Morales en Bolivia es diferente al de
los demás gobiernos de izquierda de la región que a últimas fechas han perdido
el poder, sufrido derrotas electorales o caído en la impopularidad.
La política
económica del gobierno de Morales ha sido mucho más razonable que la de la
Venezuela chavista o la de la Argentina kirchnerista, y
por supuesto, que la del Brasil del PT.
La década que
lleva Evo en el poder ha sido la más próspera en la historia de Bolivia, con
tasas de crecimiento sostenido, baja inflación y cuantiosas mejoras en el nivel
de vida de los sectores populares. Es cierto que todos estos años se benefició
sustancialmente de los altos precios de los hidrocarburos y las materias
primas; pero aún así, sacar a 2 millones de personas de la pobreza en una sola
década parece un logro nada despreciable. Y si fuera solo por el viento de
popa, los otros países mencionados lo recibieron en igual o mayor proporción.
De modo que no
pudo haber venido por ese lado el descontento del pueblo boliviano, que el
domingo le infligió a Evo su primer derrota en las urnas con un claro
"no" a sus intenciones de perpetuarse en el poder.Las razones habría
que buscarlas precisamente en esa voluntad de reelegirse ad infinitum, que ha
aquejado a varios líderes y partidos de la izquierda regional, mediante modificaciones
constitucionales o avasallamiento de otros poderes del Estado, acumulación de
poder, enfrentamiento permanente con la prensa y políticas clientelistas.
El solo hecho
de plantear un referéndum para habilitar al presidente a presentarse a unas
elecciones que se celebrarían cuatro años después, era ya un acto de excesiva
confianza, para no hablar de lo inaudito que resulta la idea. Lo que estaba
pidiendo Evo en esa consulta era que los votantes le dieran la oportunidad de
gobernar por 10 años más, para completar dos décadas en el poder. Era
demasiado. Y debería serlo para cualquier gobernante en cualquier
circunstancia.
Pero a ello se
sumaron en los últimos meses algunos episodios no menos significativos. Por un
lado, los casos de corrupción —a los que antes el gobierno de Morales parecía
inmune— han arrojado un manto de duda (y no tantas dudas) sobre la probidad de
Evo y su entorno. Primero fue el caso del Fondo Indígena, programa del gobierno
destinado a la ayuda de la población más vulnerable, cuyos proyectos se
descubrió que eran truchos, y que los dineros públicos habían ido a parar a
cuentas privadas de aliados políticos del propio presidente.
Luego
trascendió el caso de una amante de Evo, con la que el mandatario tiene un
hijo, que es gerenta de una multinacional china que ha recibido contratos sin
licitación del Estado boliviano por US$ 600 millones.
Días antes del
referéndum se comprobó también que el vicepresidente, Álvaro García Linera,
factótum del gobierno de Morales y ubicuo referente de su administración, no
poseía ningún título universitario mientras figuraba en documentos oficiales
como "licenciado" y así se hacía llamar.
Todas estas
revelaciones fueron minando la credibilidad del gobierno y agriando el sentir
de la población. Mientras la imagen de Evo Morales haciéndose atar los cordones
de los zapatos por uno de sus seguidores, al tiempo que conversaba con otros,
como si fuera un tlatoani imperial, reafirmaba entre los bolivianos la idea de
que tal vez no fuera recomendable otorgarle a este hombre la posibilidad de
gobernar por 10 años más.
Pero la gota
que rebasó esa copa colmada de descontento llegó dos días antes del propio
referéndum, cuando grupos de choque vinculados al gobierno central le
prendieron fuego a la Alcaldía de El Alto —ahora en manos de la oposición— donde
murieron seis personas.
El domingo la
suerte de Evo estaba echada, pero había tenido una mal cruce de ese Rubicón y
conoció la derrota. García Linera hizo retrasar el conteo del Tribunal
Electoral, que demoró los resultados por dos días, pero finalmente la presión
de la OEA y la sensatez prevalecieron para reconocer la victoria del No.
La derrota de
Evo se inscribe en el giro que parece configurarse en la región hacia gobiernos
de otro signo.
La victoria de
Mauricio Macri en noviembre parece haber iniciado esos primeros vientos de
cambio en la región. Le siguió en diciembre la derrota aplastante del chavismo
en las parlamentarias de Venezuela, que han dejado al gobierno de Nicolás
Maduro a punto de caramelo. El gobierno de Dilma Rousseff, el PT e incluso el
expresidente Lula en Brasil, han caído en un severo desprestigio y han debido
enfrentar el descontento y la indignación en las calles. En Ecuador, Rafael
Correa ya ha dicho que no se presentará a la reelección en 2017. Y por si todo
esto fuera poco, el régimen de Raúl Castro en Cuba está ahora de picos pardos
con Washington.
Así pues, el
común denominador en estas derrotas electorales y, en general, en la
impopularidad en que han caído los gobiernos de izquierda de la región parece
ser la corrupción, más aun que el frenazo chino que ha provocado una severa
desaceleración de las economías. En algunos de estos países, el desengaño y la
indignación han sido aun más profundos que antes porque la prédica de la
izquierda latinoamericana (a diferencia de la izquierda tradicional europea)
siempre se había caracterizado por un mensaje divisivo.
Los corruptos
eran los "neoliberales", los "vendepatria", los
"cipayos"; y ellos eran los honestos, los probos que venían a darle
al pueblo lo que otros le habían saqueado.
Y al final del
día, los partidos políticos, sean del signo que sean, no están integrados por
santos, sino por hombre y mujeres de carne y hueso, que al llegar al poder
constituyen una nueva casta privilegiada con sus luces y sombras, defectos y
virtudes y, por supuesto, con sus excesos y abusos. Eso es lo que hemos
descubierto, y parece ahora más doloroso que antes.
Pero si
efectivamente se concreta ese giro regional hacia gobiernos de otro signo
político, sería bueno que estos partidos que han estado en el llano todos estos
años —como el PRO de Macri o los partidos de la oposición venezolana— hayan
aprendido de los errores del pasado. Tanto de los propios como de los de sus
adversarios que han estado en el poder. Subsanar las divisiones internas y
gobernar para todos los sectores de la sociedad parecería ser, en suma, la
principal lección a ser aprendida, amén de no regresar a las relaciones
carnales con Estados Unidos cerrándonos al resto del mundo.
Esa última
sería una lección a tener muy en cuenta, sobre todo con la influencia que
Washington parece decidido a recuperar en América
Latina. Y de eso también ya tenemos experiencia en esta parte del
mundo. Si algo ocurrente ha dicho el propio Evo en todos estos años, fue cuando
ironizó que Estados Unidos era el único país del continente que nunca había
sufrido un golpe de Estado "porque allí no hay Embajada de Estados
Unidos".
Esas serían las
lecciones para empezar a recuperar la esperanza. Hegel decía que la única
lección de la historia es que nunca nadie aprende las lecciones de la historia.
Esperemos que esta sea la excepción a esa regla hegeliana. (www.elobservador.com.uy)
AMÉRICA
LATINA DESPUÉS DEL REFERÉNDUM EN BOLIVIA
RT
Actualidad de Rusia (www.actualidad.rt.com/opinion)
Por Juan
Manuel Karg.- El reciente referéndum de Bolivia mostró el cambio al que asiste la
política regional desde hace unos meses. Si 2014 había sido el año del triunfo
de las opciones progresistas -Brasil, Bolivia, Uruguay- el final del 2015 y el
inicio de 2016 trajo aparejado una seguidilla favorable para las fuerzas
conservadoras -Argentina, Venezuela y Bolivia, aunque sólo presidencial en el
primer caso-, que lograron modificar parcialmente la correlación de fuerzas
regional.
De esta
forma, un debate vuelve a resurgir: ¿finaliza el ciclo iniciado por Hugo Chávez
en Venezuela, seguido por Lula y Dilma en Brasil, Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en
Nicaragua? Si uno se guía por los medios de comunicación hegemónicos de la
región (Globo, Clarín, Venevisión, entre otros) la caída del resto de los
gobiernos progresistas es inminente, aleccionados -de acuerdo a estos
medios- por infinidad de casos de corrupción, nepotismo, desidia gubernamental,
irrespeto a las instituciones y los DDHH, y un larguísimo etcétera.
Por otra parte,
negar las complejidades por las que transitan estos gobiernos sería de una
necedad extrema. No sólo porque las dificultades son reconocidas por
los propios gobiernos -por ejemplo, cuando Venezuela decreta la Emergencia
Económica o Brasil anuncia una caída de 3.70% en su PBI durante 2015- sino
porque además la persistente caída en los precios de los commodities -petróleo,
cobre, soja- es un dato objetivo de la realidad internacional, que daña a estos
países pero también a aquellos que tienen otra orientación política-ideológica
en sus respectivos Ejecutivos.
Dicho esto,
la pregunta pasa por los liderazgos y el caudal electoral. El retroceso
electoral de las opciones nacional-populares, progresistas o posneoliberales se
topa con un dato que hay que revisar para completar el análisis: la
elevada adhesión que aún así reflejan. Así, un 49% en Bolivia y Argentina,
y un 42% en Venezuela, independientemente de la diferencia en el tono de
las elecciones -referéndum, presidencial y legislativa, respectivamente- resultan
porcentajes muy elevados para decretar, como en algunos casos livianamente se
ha hecho, el fin de esos proyectos, que conservan un anclaje popular innegable.
Hay cuatro
preguntas que ayudarán a ordenar el mapa político de las opciones de la
izquierda regional: ¿qué papel cumplirá Cristina Fernández en el plano
político-electoral de Argentina a partir de este momento?; ¿cómo ordenará Evo
Morales la discusión en torno a su necesario relevo, visto y
considerando que ha decidido postergar esa definición hasta 2018?; ¿cómo
afrontarán Dilma Rousseff y Nicolás Maduro los intentos de “derrocamiento legal” que
sus oposiciones se plantean hoy, para desalojarlos de Planalto y Miraflores?;
y, por último, ¿cuál será el rol -local y regional- de Luiz Inácio Lula Da
Silva, único sobreviviente del trío que conformó junto a Chávez y Kirchner a la
hora de la derrota del ALCA? En esos interrogantes, todos vinculados a los
liderazgos regionales, residen buena parte de los nuevos desafíos que
afrontarán estos procesos políticos.
Mientras
tanto, las fuerzas nacional-populares, progresistas y de la izquierda regional
deberán replantear sus estrategias. Así como la derecha, durante años de larga
sequía electoral, modificó discursos -y sobre todo formas- en vías a poder
disputar de igual a igual frente a los tanques electorales posneoliberales, los
movimientos sociales y políticos que pretendan retornar (Argentina) o mantener
el Ejecutivo (el resto, por el momento) deberán hacerlo bajo un nuevo contexto
regional, y también bajo nuevos imaginarios. Por ende, espacios como el Foro de
Sao Paulo, ELAP y Bloque Progresista del Parlasur, exponentes de estas
organizaciones y sus representantes, deberán reconsiderar líneas de acción
junto a un conjunto de think-thanks regionales, como el Instituto Lula y el
-próximo a lanzarse- Instituto Patria de Cristina Fernández de Kirchner,
sumando el aporte de otras instancias de “intelectuales orgánicos” al decir
gramsciano.
La derecha
cuenta asimismo con una complicación adicional, más allá del cambio objetivo en
la correlación de fuerzas: ya ha comenzado a gobernar en la Argentina,
mostrando en poco tiempo que el discurso de “mantener las políticas sociales”
era más bien eso, un discurso -visto y considerando la devaluación de Prat Gay,
el aumento de precios en la canasta básica, los masivos despidos tanto en el
sector público como privado, entre otras medidas de los primeros meses-.
Asimismo, en los países de la Alianza del Pacífico se ve con claridad la
ausencia de políticas sociales extendidas: no hay Asignación Universal por Hijo
-parte de la supuesta “pesada herencia” kirchnerista en Argentina-, no hay
Bolsa Familia -Brasil-, no hay Bono Juancito Pinto o Renta Dignidad -Bolivia-,
y no hay Misiones Sociales -Venezuela-. Por ello México, Colombia, Chile y Perú
no han avanzado en reducir las desigualdades al interior de sus sociedades.
Esos
indicadores, lejos de seducir a un núcleo nuevo de votantes, más bien podrían
llegar a dificultar la llegada de nuevas expresiones en los países con
gobiernos posneoliberales. Sin embargo, en buena parte de la región se
desconocen estos hechos, refrendados por indicadores de CEPAL. ¿Por qué? Por
una campaña de “embellecimiento” mediático de ese bloque de países, y una
critica mediática furibunda sobre el resto. Por ende, una necesaria
reconsideración del momento de parte de los tanques de pensamiento y
organizaciones afínes al proyecto de integración regional autónoma será la vía
para plantear una adecuada resolución a la puja sobre la cual se cierne, una
vez más, América Latina.
¿FIN
DE FIESTA EN BOLIVIA?
El
Nacional de Venezuela (www.el-nacional.com)
Por Beatriz
de Majo.- El lema con el que Evo Morales se presentó a la consulta electoral
que le habría permitido ser por cuarta vez candidato presidencial en las
elecciones en 2020 fue: “Con Evo vamos bien”. La oferta de estabilidad
económica de su país no caló entre el electorado, a pesar de que es cierto que
existe una percepción positiva de la gestión de su gobierno entre casi la mitad
de sus votantes.
La oposición,
sin embargo, hizo bien su trabajo de poner en evidencia ante los gobernados que
no hace falta solo que algunos indicadores económicos muestren un comercio
pujante y una tasa de crecimiento envidiable. La posibilidad de que Morales se
perpetúe en el poder comenzó a provocar recelo dentro del mismo
contingente de votantes que en los pasados 10 años pasaron a formar parte de su
clase media.
Es preciso
reconocer que es cierto que el PIB per cápita de Bolivia se duplicó con creces
en la pasada década y pasó de 1.200 dólares a 3.000 durante el gobierno de
Morales. Es cierto igualmente que las compras en los supermercados crecieron
600% y que los consumos de restaurantes se multiplicaron por 8,6. También es
verdad que el producto del país creció a una tasa interanual de 5% y que sus
reservas de divisas alcanzaron una de las cifras más altas del mundo en
proporción al PIB nacional: 50%.
Ocurrió que
los votantes que no le dieron su favor a Morales comenzaron a deplorar los
otros tantos aspectos en los que el gobierno populista hizo retroceder al país:
la falta de productividad, el despilfarro y la corrupción que acompañaron la
expansión. Estos pueden ser justamente los elementos capaces de revertir un
modelo que es exitoso solo en apariencia.
Un verdadero
esfuerzo en transferir a la economía los altos precios de las materias primas
–lo que fue la característica resaltante de la década en los mercados
internacionales– debió efectuarse para conseguir la independencia alimentaria
del país y para consolidar industrias eficientes. Por el contrario, el país se
llenó de productos importados a precios inaccesibles para la población de a
pie, mientras se construían obras monumentales de utilidad dudosa.
Esa estrechez
de visión estuvo acompañada del peor de los males que es la perversión de los
funcionarios y la puerta abierta a la corrupción. Las cantidades de fondos
públicos que tuvo Evo Morales a su disposición no tienen parangón en la
historia económica del país, pero los negociados turbios y los desfalcos han
sido igualmente protuberantes.
Sin embargo,
y a pesar de los resultados que le niegan a Morales una nueva presidencia, aún
no hay fin de fiesta.
El Movimiento
Al Socialismo cuenta con un importante apoyo en las zonas rurales y entre la
población indígena por su clara política de inclusión y tiene aún chance de prorrogar
su estadía en la conducción del país hasta 2025. En los cuatro años que los
separan de las elecciones, es preciso que el modelo económico y social sea
completado y, sobre todo, que la corrupción sea barrida de los centros de poder
y de la gestión de los asuntos públicos. De lo contrario, el destino del país
no será diferente del venezolano.
Público de España (www.blogs.publico.es)
Los demócratas
del planeta se han puesto muy contentos con la derrota en el referéndum de
Bolivia que debía permitir a Evo Morales optar a un cuarto mandato con el que
mantenerse en el poder hasta 2026, es decir 20 años ininterrumpidos. La
perspectiva tenía alarmadísima a la comunidad internacional, especialmente a
Occidente, que tiene muy engrasado su sensor de injusticias y reacciona siempre
a tiempo contra todos los desmanes, ya adopten la forma de guerras, dictaduras,
crisis de refugiados, epidemias en África, hambre en el mundo o, singularmente,
de caudillo latinoamericano.
Morales, ya
saben, es ese indio extravagante que viste un jersey a rayas, que no tiene
ningún master en la London School of Economics porque sus trabajos como
albañil, panadero o trompetista sólo le dieron para graduarse como bachiller y
que, en el colmo de la desfachatez, se atrevió a llamar república a España al
ir a saludar a nuestro rey campechano, hoy emérito.
Los bolivianos
siempre han estado en el centro de las preocupaciones de las naciones más
avanzadas y, de ahí que las alarmas sonaran cuando Morales llegó al poder en
2006 y empezó a nacionalizar los hidrocarburos, la electricidad y los recursos
naturales del país, y sonaron aún más cuando invirtió los ingresos adicionales
del Estado en industrializar el país, construir redes de transporte y viviendas
y favorecer la artesanía y el desarrollo rural. Cuando Bolivia puso en órbita
en colaboración con China un satélite propio las alarmas sonaron tanto que se
llegó a pensar en llamar a un técnico por si el mecanismo se había vuelto
majareta.
Ha sido un
sinvivir para los oídos. Las alarmas han sonado año tras año, a medida que el
PIB boliviano crecía a un promedio del 5% y se multiplicaba por cuatro hasta
los 33.000 millones de dólares; y lo siguieron haciendo cuando la pobreza pasó
del 60% al 32%, el salario mínimo de 440 pesos a 1.656, el paro llegó al
3,2%, el más bajo de la región, la inflación se estabilizó en torno al 5% y
casi una tercera parte de la población, en torno a 2,6 millones de personas, se
encuadraron en la clase media. Morales ha sido tan dañino para Bolivia que
hasta ha institucionalizado el cobro de impuestos y las reservas en divisas
suponen a día de hoy cerca del 50% de la economía nacional.
A diferencia de
otras naciones golpeadas por la caída en picado del precio de las materias
primas, Bolivia ha mantenido su tasa de crecimiento gracias a que ha aumentado
el consumo de los hogares y la inversión pública y está a punto de quemar las alarmas
con las previsiones de la Cepal para este año: el PIB avanzará un 4,5% por el
repunte de los salarios y del consumo, algo que puede permitirse un país con
“sobradas reservas” y “escasa deuda externa”.
Ante este
desolador panorama, la derrota de Morales en el referéndum ha supuesto un gran
alivio, aunque todavía nadie se explique por qué estos dictadores populistas
aceptan el veredicto de las urnas siendo tan caudillos y tan populistas.
La verdad es
que se veía venir algo semejante. A diferencia de España, donde la corrupción
asociada al partido en el poder apenas si da titulares, en Bolivia se ha
conocido recientemente un caso especialmente grave que implica al llamado Fondo
Indígena, creado para financiar proyectos de desarrollo en áreas rurales. Supuestamente,
entre 7 y 20 millones de dólares de proyectos no realizados o inconclusos
habrían sido transferidos a cuentas de particulares, un gravísimo escándalo
visto desde nuestra perspectiva e imposible por estos predios. En abierta
demostración de la complacencia del régimen con lo sucedido, se han
identificado a más de 100 responsables, siete de los cuales han sido detenidos,
entre ellos la exministra de Justicia y Desarrollo Rural y dos dirigente
sindicales próximos al partido de Morales. Dos de sus senadores fueron
sometidos también a arresto domiciliario.
No queda ahí la
cosa. Simultáneamente, se supo que la expareja de Morales, Gabriela Zapata
Montaño -con la que habría tenido un hijo que en un principio se dijo que había
fallecido- ejerció de comisionista para la empresa china CAMC Engineering,
adjudicataria de siete grandes obras estatales gracias, supuestamente, a los
buenos oficios de esta señora en el proceloso mundo del tráfico de influencias.
El caudillo, lógicamente, hizo lo que se esperaba de él y la Justicia acaba de
enviar a Zapata a la cárcel de mujeres de Obrajes, imputada por tres delitos.
Algo semejante jamás hubiera podido producirse en un país desarrollado tipo
España.
En democracias
avanzadas como la nuestra, donde nuestra Constitución por el momento no impide
que un presidente pueda permanecer en el cargo hasta la muerte a condición de
que gane las elecciones cada cuatro años, vemos con especial preocupación que
un indígena iletrado que ha sumido a Bolivia en los diez años de mayor prosperidad
de su historia intente perpetuarse en el poder. Es algo que nos rebela como
occidentales y como demócratas.
Afortunadamente,
los bolivianos han estado listos. Si en los cuatro años que restan de mandato a
Morales el Movimiento al Socialismo (MAS), su partido, consigue alumbrar un
sucesor que complete la tarea, las alarmas seguirán sonando. Y si el delfín,
además, no se parece a Maduro el ruido será ensordecedor.
BOLIVIA Y ECUADOR: ¿MESIANISMO O DESASTRE?
Semana de Colombia (www.semana.com)
Por Julio
Londoño Paredes.- Ni el mesianismo ni la repartición de prebendas para lograr
apoyos pueden ser los parámetros para gobernar: eso siempre tarde o temprano
sale mal.
Antes de que
Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en el Ecuador fueran elegidos, estábamos
acostumbrados a que en los dos países la inestabilidad era la regla
general y que los militares se proclamaran como árbitros en las cotidianas
crisis internas. Hasta el punto que pocos sabían con precisión quien era en un
momento determinado el mandatario de turno.
En Bolivia los
golpes y los contragolpes de estado se sucedían casi ininterrumpidamente.
Cuando no se derivaban del enfrentamiento con los mineros, con los campesinos o
con los indígenas, surgían como consecuencia de los apetitos de la maleada
clase política liderada por figuras que tradicionalmente habían controlado al
país.
En medio de
esta situación, Bolivia ha debido enfrentar el reto de la pérdida de su salida
al mar y de una dependencia política y económica de Brasil y Argentina, los dos
gigantes que tiene a su lado.
Pero ahí no
paran las cosas. Con Paraguay y Perú, las relaciones no han sido fáciles. Con
Paraguay las secuelas la Guerra del Chaco entre 1932 y 1935, con un sangriento
saldo de cerca 100.000 muertos, solo hasta 2009 quedaron superadas. Frente al
Perú las diferencias han sido frecuentes.
De un momento
para otro, asumiendo el papel de un mitológico emperador incaico surgido de las
aguas del Lago de Titicaca, aparece Evo Morales que con lemas “anti yaquis” y
“anti imperialistas” y utilizando el pugnaz leguaje chavista, incluso contra
Colombia, se erige como “el gran salvador”.
A pesar de
todas las críticas, por primera vez Bolivia logró una estabilidad política que
parecía imposible y experimentó una mejoría en la situación social y económica
del país que no se había visto antes.
Algo parecido
sucedió en el Ecuador. La permanente confrontación entre el congreso y el
ejecutivo, la beligerancia de los grupos indígenas, las rivalidades entre Quito
y Guayaquil y la prevalencia de los militares llevaron al país a que en diez
años tuviera doce presidentes. Colombia era generalmente el destino de los
derrocados.
Al llegar
Correa, cerró la base norteamericana de Manta, impuso severas limitaciones a la
prensa y se hizo el de “la vista gorda” ante la presencia de las FARC en la
frontera con Colombia. Sin embargo durante su mandato se ha generado una época
sin precedentes de progreso y estabilidad.
Cuando los
mandatos Morales y Correa se aproximan al final, se experimenta en sectores de
ambos países una sensación de orfandad. Muchos temen volver a la condición
anterior. La respuesta de los allegados es que la única garantía es la
continuidad de los regímenes, como pretende hacerlo el chavismo desde la
ultratumba, mediante sencillas reformas constitucionales patrocinadas por los
amigos de turno en los congresos.
Sin embargo Evo
fue derrotado “temporalmente” en un intento de facilitar su reelección en el
2020 y Correa, de 52 años, logró una reforma que le permitirá aspirar nuevamente
a la presidencia en el 2021.
Ni el
mesianismo ni la repartición de prebendas para lograr apoyos pueden ser los
parámetros para gobernar: eso siempre tarde o temprano sale mal.
EL CAMINO DE BOLIVIA ALFREDO VERA
El Telégrafo de Ecuador (www.eltelegrafo.com.ec)
Por Alfredo
Vera.- Pocas veces ha habido una amenaza tan cierta como la que se cierne
contra Venezuela, a la muerte de Chávez y el triunfo de Maduro, país que se ha
convertido en un desate de violencia por la manipulación de los contrarios a la
vía revolucionaria que provocan la lucha opuesta a la gesta bolivariana que
pretendió sacar a su país de los niveles de pobreza en que lo habían dejado los
gobernantes anteriores. Y eso que encima de la crisis podría llegar al poder
Donald Trump.
En Argentina el
‘macritazo’ perjudicó a 500.000 trabajadores y obreros por la emisión de leyes
absurdas, traicionando todo lo que hicieron en bien los Kirchner. Igual devaluó
la moneda en 400% llevando el hambre a los hogares de los gestores del tango.
No podemos creer que en Bolivia haya perdido la consulta, sobre su reelección,
Evo Morales, que tanto ha hecho de bueno para ese país, especialmente para los
sectores más pobres y excluidos por su característica de indígenas.
En Ecuador, la
oposición no quiere quedarse atrás y ya se prepara para arremeter, como lo
hicieron en el pasado, porque parece que están extrañando la existencia de un
cadáver como el de Pancho Jaime, como la muerte y encarcelamiento de los Alfaro
Vive Carajo, el lleve de la Perimetral, el festín del petróleo, linduras que
empobrecieron, igual que en Bolivia, a los más pobres entre los pobres.
La Revolución
Ciudadana ha hecho muchísimas cosas más que cualquier otro régimen, como las
hidroeléctricas, las escuelas del milenio, los hospitales modernos, las
carreteras de primer orden, la promoción de las poblaciones campesinas y
decenas de inversiones de los recursos que produjo el petróleo, el IVA y lo que
tuvieron que pagar algunos de los empresarios acostumbrados a evadir sus
responsabilidades.
El Gobierno ha
frenado los intentos de los grupos de presión para proteger a los trabajadores
y empleados públicos que estaban acostumbrados a soportar en silencio los
abusos de las oligarquías. No hay mucho que escarbar para conocer la historia
trágica de los campesinos, obreros y trabajadores que han vivido en la pobreza
más exasperante durante décadas. Hoy estamos frente al intento de utilizar al
militarismo retirado a ver si logran convencer a los oficiales y tropa de
servicio activo, que aun reclaman mejores retiros, pese a que ya reciben
elevadas remuneraciones superiores a las de los médicos y a los profesionales
que trabajan hasta el fin de sus días.
¿Por qué no nos
preguntamos la razón para que los profesores, rectores, inspectores y personal
administrativo del magisterio no se agrupan, como docentes y personal de
planta, a reclamar igualdad en el trato que les otorgan sus respectivos
patronos si ellos trabajan más con la inteligencia que con la fuerza? Muchos de
ellos comienzan a pensar en la posibilidad de que se fragüe un golpe de Estado
sin contemplar lo que opina el verdadero pueblo.
EDITORIAL. EVO NO ES ETERNO
Río Negro de Argentina (www.rionegro.com.ar)
A diferencia de
las de tantos otros presidentes latinoamericanos que, por creerse
irremplazables, han soñado con perpetuarse en el poder, la gestión del
boliviano Evo Morales ha sido llamativamente exitosa. El primer presidente de
origen claramente indígena de su país tiene derecho a calificar de
"ganada" su década como mandatario ya que el producto bruto se
cuadruplicó luego de un largo período de estancamiento y el año pasado la tasa
de inflación fue del 2,95%. Asimismo, merced al progreso económico y político
se han reducido mucho las brechas que separan a las comunidades indígenas de la
minoría blanca o mestiza tradicionalmente dominante.
A pesar de la
retórica chavista favorecida por Evo y su relación personal con el comandante
bolivariano, no se le ocurrió procurar imitar a sus presuntos mentores en el
ámbito económico. Antes bien, para sorpresa de los convencidos de que
protagonizaría otro desastre voluntarista, hasta ahora ha manejado las finanzas
de su país con un grado de sobriedad notable. Fue por lo tanto comprensible que
confiara en que su propia popularidad –según las encuestas, más del 70% de sus
compatriotas aprueba su gestión– le garantizaría un triunfo rotundo en el
referéndum para que una reforma constitucional le permitiera ser reelegido
nuevamente. Sin embargo, para su propia indignación, la mayoría votó en contra.
Si bien Evo reaccionó con incredulidad ante lo que tomó por una afrenta
personal, andando el tiempo podría sentir cierto alivio ya que, siempre y
cuando no caiga en la tentación de llevar a cabo un "autogolpe", no
correrá el riesgo de compartir el destino indigno de aquellos autócratas que,
al aferrarse al poder cuando su ciclo se ha agotado, terminan arruinando los
países que gobiernan.
La derrota del
"Evo eterno" no parece haberse debido sólo a los escándalos de
corrupción que se han denunciado, ya que en comparación con los de otros países
de la región son casi anecdóticos, o a los detalles, no muy graves, de la vida
privada del presidente que se difundieron en vísperas de la votación. También
habrá incidido la voluntad de muchos bolivianos de fijar límites al poder de un
gobierno de aspiraciones hegemónicas por temor a lo que podría suceder si se
creyera por encima de las reglas democráticas. Bolivia ha evolucionado mucho en
los años últimos al incorporarse millones de personas a la clase media, un sector
que en la mayoría de los países se siente más independiente y por lo tanto
menos dispuesto a guiarse por la lógica clientelista. Así, pues, el fracaso del
proyecto reeleccionista de Evo podría atribuirse al éxito de una gestión que ha
beneficiado a una proporción importante de los bolivianos. El que se haya
resistido tanto tiempo a aceptar el veredicto de las urnas por suponer que los
votantes campesinos de las zonas rurales más pobres le permitirían superar la
oposición de quienes viven en los centros urbanos que han sido los más
favorecidos por el fuerte crecimiento económico experimentado por su país hace
pensar que ni él ni los estrategas gubernamentales entendían que, para los
caudillos populares, el desarrollo socioeconómico puede resultar adverso. Por
injusto que les parezca, una sociedad con menos indigentes suele ser más
proclive a asumir una actitud crítica frente al poder.
Para muchos, el
revés sufrido por Evo en el referéndum es un síntoma más del retroceso que está
experimentando el populismo supuestamente izquierdista en toda la región, pero
no hay demasiados motivos para vincularlo con la implosión de la Venezuela
chavista, los problemas del gobierno de Dilma Rousseff en Brasil o el triunfo
en las elecciones presidenciales de Mauricio Macri en nuestro país. Los
resultados de la gestión económica de Evo han sido positivos, si bien resta ver
cómo se las arreglará para amortiguar el impacto del desplome de los precios de
las commodities. Y aunque su forma egocéntrica de gobernar ha levantado muchas
ampollas en la oposición, sus excesos en tal sentido han sido menos urticantes
que los cometidos por otros líderes del bloque bolivariano como el venezolano
Hugo Chávez y su sucesor, el extraordinariamente inepto Nicolás Maduro, y el
muy autoritario ecuatoriano Rafael Correa, además, claro está, de los Kirchner
que, sin pertenecer formalmente al movimiento así denominado, podrían
considerarse afiliados honorarios.
DEL NO BOLIVIANO AL FRACASO BOLIVARIANO
El Comercio de Perú (www.elcomercio.pe)
Por H.
Belevan-McBride.- Aunque no ha sido hasta ahora comprobada la existencia de la
llamada sabiduría popular y sí más bien que, a través de los siglos, ha
despuntado casi siempre su contrario, hay momentos en que aquella asoma
intentando validarse como excepción a la regla. Es el caso de Bolivia en estos
días, en que la mayoría del pueblo ha sabido decirle No a la pretensión de su
autoritario presidente de perpetuarse en el poder, mediante un referéndum cuya
convocatoria reflejó su proverbial soberbia.
Pero esta
derrota le revela al caudillo altiplánico un hedor más oliente que su propio
fracaso, y que emana de esa armadura en descomposición que se creyó reluciente,
pero que resultó ser apenas un armazón de cartón piedra: el socialismo del
siglo XXI. Con esa gran patraña, una parte de América Latina ingresó
políticamente al segundo milenio, una engañifa hecha de populismo
comercializado con el nombre de revolución bolivariana y a la que, además de la
Venezuela de los cleptómanos, adhirieron vergonzosamente países regionalmente
significativos como Argentina y Brasil, junto con naciones insignificantes como
Bolivia y Nicaragua, o como Ecuador, cuyo presidente, sin embargo, intuyó
astutamente la inviabilidad de las tentaciones bolivarianas vitalicias, esas,
en fin, que ahora naufragan en Bolivia. Porque, tal como lo registró hace pocas
semanas Carlos Adrianzén, rebatiendo la falacia del tan cacareado milagro
económico boliviano, ese país, por el contrario, “se ha subdesarrollado más en
estos últimos tiempos”, razón por la que “el problema de Bolivia no implica su
pasado, sino su aciago futuro económico” (“Lamento boliviano”, El Comercio, 27
de enero del 2016). Si a esa farsa se suma el hallazgo paulatino de una
corrupción rampante en los círculos próximos al mandatario, el descalabro del
modelo evo-chavista se hace más patente que nunca.
Por timorato
que sea, el No boliviano se suma, entonces, a la tan esquiva sabiduría popular
argentina que, ahora sí, procura rescatar a su país del kirchnerismo luego de
tantos años de juerga populista. Y algo semejante pareciera suceder con la
debacle moral por la que atraviesa el Brasil del Partido de los Trabajadores,
así como con la ruina política, económica, ética y social del chavismo
venezolano. Por suerte, el Perú no cayó en esa telaraña bolivariana, a pesar de
las torpes inclinaciones de un mandatario como el actual, cuya gestión
conyugal, que él secunda en la opacidad del ocaso, será arrumada por la
historia en la trastienda de la política nacional.
Resta así
preguntarse cuál rumbo escogerá Bolivia al final del mandato de su actual
gobernante, aunque haría mal en ilusionarse demasiado con que no volverá a
azotarla una reciclada neoizquierda: propenso como pareciera ser a las
primicias políticas, bien podría aquel país votar, y enhorabuena, por una
primera mujer o por un primer gay a la presidencia, o en mala hora, nuevamente
por el mismísimo sujeto que se ha promocionado como el primer indígena jamás
elegido presidente en la región.
Advertía
amargamente José María Sanguinetti hace pocos años: “En nuestra rumbosa América
Latina, tan autopromocionada por el crecimiento de esta década de bonanza de
precios internacionales, no es oro todo lo que reluce”. Los destellos auríferos
del socialismo del siglo XXI cegaron a muchos, quienes recién comienzan a
frotarse los ojos y a ver que aquellos relumbres dorados del bolivarianismo han
sido fuegos fatuos de artificio y nada más.
BOLIVIA: DIEZ AÑOS VIVIENDO EN BABEL
El Ojo Digital de Argentina (www.elojodigital.com)
Por Mauricio Ríos
García.- Los resultados del reciente referéndum que le impiden a Evo Morales
volver a postularse para el máximo cargo del Estado en cinco años y por cuarta
vez consecutiva son, en rigor, la ilustración de un serio problema que se ha
engendrado durante toda la etapa del auge de los últimos diez años en Bolivia.
Desde luego que
el resultado del referéndum es importante. Por un lado, aunque protagonizado
por el Presidente con su temerario y desafiante 'yo quiero ver si el pueblo me
quiere', y sin un opositor claramente visible y que haya liderado la opinión
pública, parecería haberse aprobado el desafío democrático planteado por el
mismo gobierno.
Sin embargo, y
por el otro lado, es necesario reconocer también que esta no fue victoria de
nadie, sino un auténtico fracaso de su protagonista. En general, la sociedad en
Bolivia jamás ha tenido una auténtica vocación de libertad, y es algo que puede
identificarse en cada momento y espacio de la vida cotidiana. No ha sido un
triunfo de la democracia liberal, sino el fracaso de una intentona más de un
caudillo por perpetuarse en el poder.
Pues sucede que
la parte final de la campaña oficialista del referéndum estuvo fuertemente
marcada por una serie de denuncias de hechos de corrupción de proporciones más
que considerables en las más altas esferas de Gobierno, aunque todavía bajo
investigación.
La reacción
generalizada de la población votando mayoritariamente por el No, da la
impresión de que fue la errada redistribución de la riqueza durante toda la
etapa del auge la que detonó la indignación del grueso de la población votante
que controla el poder del gobierno, y no necesariamente la idea de que las
instituciones que preservan el equilibrio de poderes son imprescindibles. El
gran voto generalizado del No podría significar el reclamo de que el auge no
habría llegado para todos, o al menos no en la misma medida y proporción que la
de los hechos de corrupción.
Durante la
etapa del auge de Bolivia de los últimos diez años, una de las características
más importantes sobre el manejo de la economía ha sido la mala asignación de
recursos originados fundamentalmente en las exportaciones de hidrocarburos, con
criterios políticos, circunstanciales y cortoplacistas, y no mediante
mecanismos propios del mercado y de la acción e interacción de los individuos
que conforman el conjunto de la sociedad boliviana.
Y, como
consecuencia de este tipo de manejo de la economía, se han ido destruyendo
instituciones que ya no son diseñadas por el hombre para contener el abuso de
poder político, sino de aquellas que han surgido de manera espontánea y
evolutiva a lo largo de períodos muy dilatados de tiempo, como el lenguaje, el
derecho y la moneda que permiten la convivencia en sociedad.
Es así que este
segundo problema es pues considerablemente mayor. Si quienes detentan el poder
político han perdido con sus propias reglas de juego, con instituciones
prediseñadas a su favor político, cuánto perderá Bolivia en su conjunto a
consecuencia de la manipulación e incluso destrucción de instituciones de origen
consuetudinario.
El
desafío sigue siendo el de la preservación de estas instituciones que
surgen del ejercicio pleno de la libertad de los individuos, y para superar
este desafío podría requerirse de un esfuerzo considerablemente mayor que el
del referéndum, que, se quiera o no, termina siendo meramente circunstancial
frente a lo que desde el plano del respeto por los derechos individuales de
propiedad privada en general, y la libertad económica en particular concierne.
Hoy en plena
votación a la gente la vio notablemente agotada, preocupada, las cosas no están
bien, la solución de sus problemas escapan de su voluntad. Durante la campaña
se trató de convencerlas de lo contrario; ya no es que huele a engaño, sino que
es descomunal y descarado. Y por si no se sentía ya en el aire desde hace un
par de años con el inicio de la desaceleración de la economía ya en casi dos
puntos porcentuales del PIB desde mediados de 2013, las semanas previas y el
mismo referéndum ilustran la seriedad del problema.
La resaca del
auge ficticio está empezando a pegar cada vez más duro. La gente ya ni acude a
esta clase de convocatorias ajenas a la rutina como solía hacerlo. Por el
contrario, la predisposición a defender lo que es de uno con cada vez mayor
decisión recurriendo a métodos violentos, y peor aún si espontáneamente brota
la indignación colectiva preguntándose 'y ahora, dónde está la plata', es cada
vez más latente.
Han sido diez
años de jauja. Unos se beneficiaron de manera espectacular (los menos, y
paradójicamente en contra de parte del discurso que democráticamente al poder).
Otros simplemente hicieron vista gorda y se acomodaron como que aquí no pasa
nada. Y otros siguen encantados con el discurso oficialista de las grandes
cifras macroeconómicas que no quieren decir absolutamente nada, pero que sirven
para justificar su enorme falta de ética y escrúpulos para aferrarse como a un
clavo ardiendo, a los cuatro pesos que el régimen aún le permiten directa o
indirectamente.
Luego de la
espectacular fiesta (burbuja) de proporciones siderales que hubo, hoy inicia
una nueva etapa del ajuste (pinchazo) más profunda y agresiva, y lo será cuanto
más se la pretenda evitar.
Aún queda
pendiente la mentada devaluación cambiaria y el ajuste de precios por
subvención de hidrocarburos. Es cierto que todavía quedan recursos disponibles
por los cuales cederán a la tentación, pero ya no alcanza para todo quien aún
hoy pretenda colgarse del poder, es tarde.
Nada de esto es
la confirmación de teorías conspiranoicas ni de la futurología pasada. Todo
fenómeno social es siempre, en todo lugar y momento un problema de causa y
efecto. Nada es casualidad. La gente está cansada por algo que indudablemente
debe cambiar. Este momento o etapa de liquidación forzosa de los proyectos
acometidos mediante una asignación de recursos equivocada, no es fruto del
simple devenir de la naturaleza. El régimen se agotó solo.
Ya no es
momento ni es necesario citar nombres, identificar hitos, citar cifras y
fuentes, buscar héroes o nuevos líderes, o incluso confirmar la teoría. Si no
uno no es capaz de hacerlo por su propia cuenta y entender este mensaje en su
entera dimensión tal y como está, entonces estos últimos diez o quince años
estuvo simplemente viviendo en Babel.
Es
definitivamente apresurado sostener que los resultados del referéndum para
modificar la Constitución les impidan realmente perpetuarse en el poder. Si se
tratara de gente que abandonaría pacíficamente el poder, tampoco hubieran
pensado siquiera en la modificación de la Constitución, diseñada -nuevamente-
por ellos mismos.
Por esto,
recordar lo que Wilhelm Röpke dijo una vez, sigue siendo entonces el mayor
temor en el objetivo de preservar la libertad:
El camino de la
inflación reprimida termina en el caos y la paralización. Cuanto más empuja la
inflación los precios hacia arriba, tanto más refuerza el Estado su aparato
represivo; pero, tanto más ficticio se hace el sistema de los precios
controlados, tanto mayor es el caos económico y el descontento general, y tanto
más se debilita la autoridad de Gobierno o su pretensión de seguir ostentando
un carácter democrático.
Aunque por el
momento no sea lo más probable, es absolutamente posible, y no es necesario ir
demasiado lejos para abundar en ejemplos, y las consecuencias de haber vivido
durante diez años en Babel, no terminan con un referéndum.
ANÁLISIS. LA NUEVA ERA DE AMÉRICA LATINA
Si la región quiere romper su ciclo de regímenes
populistas, la nueva generación de presidentes debe Incluir controles contra el
despilfarro.
Portafolio de Colombia (www.portafolio.co/opinion)
Por Andrés
Oppenheimer.- a derrota del presidente Evo Morales en el referendo del pasado
21 de febrero en Bolivia es un nuevo síntoma del ocaso de los caudillos
populistas de izquierda de América Latina, y del inicio de un nuevo ciclo político:
la era del pragmatismo.
Después de 25
años de consignas ideológicas –primero con los gobiernos neoliberales de la
década de 1990, y más recientemente con el socialismo del siglo XX del
fallecido presidente venezolano Hugo Chávez en la década del 2000–, los
latinoamericanos están hartos de eslóganes. Hay una creciente fatiga ideológica
en toda la región, sobre todo en Suramérica.
En los últimos
meses, los votantes en Argentina, Venezuela y Bolivia les han propiciado
derrotas a los presidentes populistas de sus respectivos países, a pesar de que
las reglas electorales estaban diseñadas para favorecer a los candidatos
oficialistas. También hay indicios de que los vientos políticos están cambiando
en Ecuador y –lo más importante– Brasil.
En noviembre
pasado, Argentina eligió como presidente a Mauricio Macri, un ingeniero de
centroderecha a quien no le gusta promover ningún ‘modelo’ ideológico, y se
presenta a sí mismo como un pragmático. Es todo lo contrario de su antecesora,
la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que aburrió al país con
constantes cadenas televisivas en las que denunciaba el capitalismo salvaje.
En Venezuela, a
pesar del uso masivo de recursos estatales a favor del oficialismo, la
intimidación de votantes y un sistema electoral hecho para perjudicar a la
oposición, la coalición opositora de centro-derecha arrasó en las elecciones
legislativas del 6 de diciembre. La oposición ahora controla la Asamblea
Nacional y está evaluando pasos constitucionales para destituir al presidente
Nicolás Maduro.
En Bolivia, a
pesar del control del presidente Evo Morales sobre casi todos los poderes y
buena parte de la prensa, la oposición ganó el referendo del 21 de febrero.
Morales, quien asumió el cargo en el 2005, había llamado al referendo para
cambiar las reglas electorales y elegirse por un cuarto periodo, que le hubiera
permitido permanecer en el poder hasta el 2025.
En Ecuador, el
presidente populista Rafael Correa, que enfrenta crecientes dificultades
económicas, ha dicho que no buscará la reelección el próximo año.
Después de 15
años en que los caudillos populistas de izquierda se beneficiaron de la mayor
bonanza económica de la historia reciente, gracias al boom mundial del petróleo
y de otras materias primas, ahora sus gobiernos se están desmoronando
En Brasil, la
presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a un posible juicio político, o a una
decisión del Tribunal Supremo Electoral de anular las elecciones del 2014 y
llamar a una elección anticipada por el escándalo de financiación de su
campaña. El principal estratega de su campaña del 2014, Joao Santana, fue
detenido la semana pasada en medio de la investigación por los desvíos de la
empresa estatal petrolera Petrobras a la campaña presidencial.
Guillermo
Lousteau, profesor de ciencias políticas en la Universidad Internacional de
Florida y director del Instituto Interamericano para la Democracia, dice que el
ocaso del ciclo populista en América Latina no empezó con Macri, sino con la
elección del presidente peruano Ollanta Humala en el 2011. “Humala estaba cerca
de Chávez, pero rápidamente se dio cuenta de que la era Chávez estaba llegando
a su fin, y tomó un camino diferente”, dice Lousteau. “Ahora, en toda la
región, estamos viendo una tendencia hacia presidentes menos ideológicos”,
agrega.
Mi opinión:
estoy de acuerdo. Estamos viendo el comienzo de un nuevo ciclo político en
América Latina. Después de 15 años en que los caudillos populistas de izquierda
se beneficiaron de la mayor bonanza económica de la historia reciente, debido
al boom mundial del petróleo y de otras materias primas, ahora sus gobiernos se
están desmoronando.
Con los precios
de las materias primas en picada, ya no tienen dinero para repartir, y la gente
está cada vez más enojada por la rampante corrupción de sus gobiernos.
Lo triste es
que la próxima generación de líderes latinoamericanos tendrá que hacer frente a
la recesión económica que heredaron, y adoptar medidas de austeridad. Y en
pocos años, los antiguos caudillos populistas le van a estar diciendo a la gente:
‘conmigo te compraste tu primer auto’.
Si América
Latina quiere romper su ciclo recurrente de regímenes populistas, la nueva
generación de presidentes pragmáticos debe tratar de incluir en sus
constituciones controles estrictos contra el despilfarro, y destinar un
porcentaje fijo de los ingresos nacionales a la educación de calidad, la salud
y la infraestructura. Ese sería el mejor legado de la nueva era del pragmatismo
de América Latina.
DESAFÍOS PARA BOLIVIA
El presidente Evo Morales no podrá presentarse a los
comicios de 2019 tras el triunfo del No en la consulta del domingo 21. Qué
factores locales y a nivel regional contribuyeron a la ajustada victoria
opositora y qué retos tendrá por delante el gobernante Movimiento al
Socialismo.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-293453-2016-02-29.html
Por Oscar
Laborde.- El triunfo del No en el plebiscito en Bolivia, donde se ponía a
consideración la posibilidad de que Evo Morales se presentara para un nuevo
mandato en el 2019, que no estaba prevista por la Constitución, viene a dar un
gran aporte a este momento de avance de la derecha sobre los procesos populares
que comenzaron hace unos años
Y a pesar de la
particularidad del proceso boliviano, la influencia del triunfo de Macri en
Argentina y de la oposición a Maduro en las recientes elecciones legislativas,
tuvieron su influencia en una derrota que tiene muchas causas.
El presidente
de Ecuador Rafael Correa viene hablando desde hace un tiempo del intento
“restauración conservadora” que llevan adelante los Estados Unidos, las
derechas locales y los medios de comunicación concentrados, que articulan
argumentos, críticas y ataques desestabilizadores. Por su puesto que estos
ataques no son de una elevada discusión académica. Son los fondos buitre
atacando a Argentina, son los paramilitares colombianos interviniendo en
Venezuela, son las difamaciones, es el poder judicial persiguiendo a los
gobiernos populares con causas sin el mínimo sustento legal.
Cuando se
produjo el No al ALCA en Mar del Plata en noviembre de 2005, EE.UU.
inmediatamente se puso en acción para revertir ese triunfo de las voluntades
soberanas de algunos presidentes, y de todo el pueblo latinoamericano. Creó una
propuesta de integración alternativa al Mercosur, la Alianza del Pacífico.
Impulsó con argumentos, ideas, recursos y articulación a una nueva derecha que
pudiera cumplir el rol que los dirigentes afines al imperio no lograban por
estar agotada su credibilidad. Así atacó, sin piedad, al gobierno de Brasil,
Venezuela y Argentina, a los que consideraba pilares de la nueva integración
con contenido regional, soberano y popular.
Pero, además de
las operaciones y aciertos de la derecha y sus jefes, los norteamericanos,
¿cuáles fueron las insuficiencias y dificultades del Movimiento al Socialismo y
de Evo Morales, que lo llevaron a su primera derrota electoral desde que
asumiera en el 2006?
En primer lugar
este tipo de consulta reúne a todo un arco heterogéneo y contradictorio, que
suma votos “en contra”, desde racistas hasta sectores críticos a la falta de
profundización del proceso indigenista. Por otro lado, hay un desgaste de la
figura de Evo por los años de gestión, y por la agresión interna y externa. Hay
críticas de sectores internos del MAS a cierto personalismo de Evo y una exageración
en la centralidad en todos los temas, lo que provoca una excesiva exposición,
el pago de todos los costos y el empañamiento de otros dirigentes.
Hay también una
fatiga de los sectores medios de la población (originarios o no) ante la
reiteración de algunos temas, que si bien son aceptados, irritan ante la
permanente repetición como el antiimperialismo y el indigenismo. Fue trabajada
con inteligencia por la oposición la idea del “peligro de la eternización” y,
el temor que si triunfaba el Sí Evo podría luego pretender estar un período
más.
Por otro lado
se generó una disidencia, que militó por el No, integrada por agrupaciones
juveniles, pensadores de izquierda, dirigentes sociales y políticos que apoyan
el proceso, que reconocen lo logrado en estos años, pero que tienen varias
críticas, reclamando más debate y participación.
La derrota
electoral está lejos de significar el fin del proceso revolucionario en
Bolivia. Su fortaleza, sus logros y el nivel de conciencia adquirido permiten
pensar en una recuperación para las elecciones presidenciales del 2019.
El sociólogo
Salvador Schavetzon plantea que “esta derrota puede significar una oportunidad
para corregir errores, fortalecerse y revertir la desconexión del gobierno con
todo lo que representa”. Además a la oposición le será casi imposible conseguir
un solo candidato a presidente que represente lo heterogéneo, dispar y
contradictorio que confluyó al interior del voto por el No.
El MAS y Evo
Morales tienen el tiempo suficiente, la experiencia adquirida y el respaldo
popular para revertir esta derrota. Y son conscientes de su responsabilidad
histórica.
Opinión
EL FANTASMA DE UN PAÍS FRAGMENTADO
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Por Ayelén
Oliva.- La noche en que Evo Morales salió al balcón del Palacio Quemado, a
confirmar que por decisión de la mayoría de los bolivianos ejercería por
tercera vez la presidencia, cometió el error de agradecer al pueblo paceño por
los siguientes nueve años de gobierno. Al instante rectificó la confusión, no
eran nueve sino cinco, pero la frase ya había caído como la primera pieza de
dominó que golpea a la siguiente hasta terminar a los pocos meses con una
iniciativa de reforma constitucional con miras a habilitar su cuarta
presidencia.
La diferencia
menor a los tres puntos que alcanzó el rechazo a la propuesta de reforma sumada
al amplio respaldo electoral que recibió el MAS en las últimas elecciones
generales, nos hace suponer que lo que pasó el domingo 21 no pone en riesgo la
gobernabilidad del presidente de Bolivia que todavía tiene por adelante cuatro
años de gestión y una mayoría intacta en el parlamento.
Pero algo
valioso se perdió en esta apuesta. El oficialismo dejó escapar la ilusión del
fin del país dividido, la mayor conquista simbólica de este último tiempo que
el gobierno supo construir a conciencia y en silencio, una meta que no logró
alcanzar ningún otro gobierno progresista ni de izquierda en Latinoamérica.
Mientras las últimas elecciones presidenciales de Venezuela, Brasil y Argentina
dibujaron paisajes políticos de una geografía fragmentada casi sin puentes
entre las partes, los resultados de las últimas elecciones presidenciales en
Bolivia, con más del 60 por ciento de los votos a favor del gobierno, sumado a
la expansión hegemónica en terreno que marcó el último triunfo del MAS en ocho
de los nueve departamentos, demuestran que esa ilusión social, contradictoria
de hecho pero necesaria, estaba del lado de Evo.
Los resultados
del referéndum junto a la antesala del incendio en la alcaldía del El Alto que
dejaron seis muertos despiertan los fantasma de la vieja Bolivia fragmentada y
violenta que había sido sepultada. Aunque lejos queda el empate catastrófico de
2008, los resultados dejan un país partido al medio, en bloques casi idénticos,
aunque de un lado queda un bando organizado mientras del otro lado los actores
se mantienen dispersos. Una vez más los votantes del oriente boliviano liderado
por Santa Cruz y Beni le dieron la espalda a la consulta, mientras las zonas
rurales y los departamentos tradicionalmente aliados como La Paz fueron quienes
acortaron la distancia.
Probablemente
la decisión de los votantes que rechazaron la propuesta de reforma
constitucional pero que eligieron las boletas del MAS en la última elección a
la presidencial, tiene menos que ver con el desencanto con la gestión de
gobierno que con el respaldo a una institucionalidad democrática, cada vez más
parecida a su gente, que supo exigir la sociedad boliviana, impulsar el
oficialismo y terminó por formalizar este gobierno. Esa institucionalidad
necesaria para crear normalidad dentro de la excepcionalidad que implica todo
proceso de cambio es también sinónimo de la estabilidad política y social de la
que habla Evo.
Por otro lado,
si bien el votante del MAS es disciplinado, también mantiene hasta hoy ciertos
márgenes de autonomía en relación con los deberes electorales que envía la
dirigencia política, a causa de su esencia movimentista que se diferencia en su
lógica de cualquier dispositivo electoral creado desde arriba. Eso quedó
reflejado en la incongruencia electoral que se originó en distritos como La Paz
entre los resultados de las presidenciales de octubre de 2014 con un respaldo
al oficialismo superior al 70 por ciento y la sorpresiva derrota electoral en
las departamentales y municipales de comienzos del año siguiente.
El Movimiento
al Socialismo, con Evo Morales a la cabeza, ha arriesgado mucho más de lo
conveniente con esta apuesta pero aún así conserva un amplio margen de maniobra
y el tiempo suficiente para diseñar un candidato para el 2020 que emerja como
exponente de su propia fuerza política.
Tendencias de España (www.tendencias21.net)
Por José
Rodríguez Elizondo.- Los deseos del Presidente Evo Morales de asegurarse un
Gobierno “de por vida” chocaron de frente con el “notable y eficiente
reflejo democrático” de los bolivianos. Así lo cree el abogado y ex embajador
José Rodríguez Elizondo. El también periodista y académico estima que el
Mandatario, ávido de emular a sus referentes -Hugo Chávez y Nicolás Maduro-,
sufrió su más importante derrota electoral, por la que no podrá repostularse a
la Presidencia en 2019 a un cuarto periodo consecutivo.
En este escenario, el académico agrega que el Jefe de Estado está “sobregirado” por el fin del superciclo de precios de los commodities y por la demanda en La Haya contra Chile, aunque asegura que el escenario, en lo sucesivo, abre una oportunidad de reflexión para el líder altiplánico sobre su relación con Chile.
Eso sí, afirma que hay que poner atención a la figura del ex Presidente Carlos Mesa, que podría alcanzar ribetes insospechados en el futuro político boliviano. Acerca del 48,69% de apoyo que consiguió el Mandatario en el referéndum y cómo debería administrar la popularidad y el capital político que aún mantiene, Rodríguez añade que “las dictaduras y los Gobiernos autoritarios que están en su límite puedan ser populares. Pinochet y Chávez lo fueron. Franco y Perón también”.
En este escenario, el académico agrega que el Jefe de Estado está “sobregirado” por el fin del superciclo de precios de los commodities y por la demanda en La Haya contra Chile, aunque asegura que el escenario, en lo sucesivo, abre una oportunidad de reflexión para el líder altiplánico sobre su relación con Chile.
Eso sí, afirma que hay que poner atención a la figura del ex Presidente Carlos Mesa, que podría alcanzar ribetes insospechados en el futuro político boliviano. Acerca del 48,69% de apoyo que consiguió el Mandatario en el referéndum y cómo debería administrar la popularidad y el capital político que aún mantiene, Rodríguez añade que “las dictaduras y los Gobiernos autoritarios que están en su límite puedan ser populares. Pinochet y Chávez lo fueron. Franco y Perón también”.
El ex
diplomático -quien prepara un nuevo libro sobre los conflictos con Bolivia en
un análisis que contempla el derecho, la diplomacia, la estrategia, la
geopolitica y el rol del Perú en su sexta entrega editorial sobre el límite
norte del país-, sostiene que en la actual coyuntura, la oferta de relaciones
diplomáticas que viene planteando La Moneda “es un punto fuerte de Chile”,
aunque califica de “inaceptable” las condiciones en las que Morales las concibe:
como un “premio consuelo para nuestra rendición”.
EL POR QUÉ DE LA DERROTA
EL POR QUÉ DE LA DERROTA
- ¿Cómo se
puede explicar la derrota sufrida por el Presidente Evo Morales?
- Pienso que su
relativo éxito económico más la demanda contra Chile lo llevaron a
sobregirarse. Como Hugo Chávez y Fidel Castro son sus dos grandes referentes
políticos, vio la oportunidad para asegurarse un gobierno de por vida. Además,
el calamitoso Gobierno de Maduro, el fin del kirchnerismo y los límites
biológicos del castrismo, quizás le inocularon la tentación de un liderazgo
supranacional. Subestimó, así, el notable y eficiente reflejo democrático
de los bolivianos. Sin liderazgos alternativos, pero con una percepción clara
de que el poder vitalicio es por añadidura dictatorial y corruptible, la
mayoría del país manifestó que para eso no estaba disponible.
- ¿Es decir, su
agresividad contra Chile no le fue determinante para ganar?
- Creo que ahí
jugó un rol, aún no cuantificable, el ex Presidente y actual vocero de la
demanda Carlos Mesa. El demostró que se podía ser mejor comunicador, al
respecto, con un discurso sereno, racional y bien dicho. Luego, cuando hizo el
deslinde entre su rol como vocero y su opción por el No en el referéndum, le
dividió el apoyo interno a Morales. Demostró que para estar con “la causa” no
se necesitaba un Presidente vitalicio y todopoderoso,
- ¿Y no puede
Mesa ser una alternativa a tener en cuenta?
- Creo que ahí
está la cosa. Habría que seguir su trayectoria. Tras ese notorio deslinde
fue amonestado por el vicepresidente Álvaro García Linera y Morales
decidió excluirlo ¡de las reuniones del equipo de la demanda! … Sin
embargo, de inmediato comenzó a ser incluído en las encuestas.
- ¿Fue un error
de Morales designar a Mesa?
- A mi juicio
fue un exceso de confianza en su liderazgo mesiánico. Morales quiso contar con
un vocero que le aportara la densidad intelectual que él no tiene y que se le
subordinara. En lo primero acertó, pues configuró una dupla complementaria.
Mientras el Presidente emitía un alegato emocional, no siempre veraz y
diplomáticamente inaceptable, Mesa brindaba una narrativa racional y
diplomáticamente correcta. En lo segundo falló, pues Mesa no le era
subordinable. Además, gracias a García Linera, demostró que no era fácilmente
destituible. Como resultado, comenzó a levantarse como alternativa a Morales y
este puede haber creado una nueva versión del aprendiz de brujo.
- El Mandatario
no ha hecho una autocrítica profunda y más bien se refirió a una supuesta
“guerra sucia” y al efecto de las redes sociales. ¿Cómo cree usted que Morales
seguirá adelante con su administración?
- Los líderes
autoritarios siempre creen estar en las “posiciones correctas” y valoran las
elecciones o plebiscitos solo como señales ratificatorias. Maduro, aunque anticarismático,
hoy está combatiendo contra la posición mayoritaria de su pueblo, expresada en
un poder del Estado ¿Y alguien sabe de alguna autocrítica profunda de la señora
Kirchner?.... No veo por dónde Morales podría innovar haciendo una autocrítica
siquiera leve. Por supuesto que seguirá adelante, rebuscando en la culpa de los
otros y esperando una nueva oportunidad.
- ¿Cómo se
puede explicar la frase “Hemos perdido la batalla, pero no la guerra”, para el
resto de su administración?
- Creo que Morales llegó al gobierno por la vía democrática, pero la democracia todavía no llega a él. Desde el poder no ve adversarios legítimos, sino enemigos, en lo interno y en lo externo. A sabiendas o no, esa y otras metáforas que emplea le vienen de la estrategia clásica, es decir, militar.
- Creo que Morales llegó al gobierno por la vía democrática, pero la democracia todavía no llega a él. Desde el poder no ve adversarios legítimos, sino enemigos, en lo interno y en lo externo. A sabiendas o no, esa y otras metáforas que emplea le vienen de la estrategia clásica, es decir, militar.
- De todos
modos, el 48,7% mantiene a Evo Morales con un importante apoyo popular. Sin
embargo, el Movimiento al Socialismo (MAS) no ha sido capaz de ofrecer un
liderazgo distinto al del Presidente. ¿Esto podría generar pugnas al interior
del partido que llevó a Morales a gobernar ya por 10 años?
- A esta altura
no me sorprende que las dictaduras y los gobiernos autoritarios que están
en su límite puedan ser populares. Pinochet y Chávez lo fueron. Franco y Perón
también. Castro, para qué decir. Lo que me llama la atención es la lógica de la
inercia en los partidos que preexistían y los apoyan. Estos asumen que, ante un
líder fuerte, lo mejor es soterrar todos los perfiles alternativos y decirle
amén hasta que se debilite. Recién entonces perciben que carecen de
líderes alternativos y que han quedado fuera del juego. Sus pugnas internas
comienzan demasiado tarde
- ¿Cuánto cree
que afectó al Mandatario boliviano el caso de su ex pareja y ejecutiva de una
empresa china, con quien tuvo un hijo que falleció y cuya firma ha recibido
millonarios contratos del Estado?
- Es muy propio
de los líderes carismáticos decir que no tienen vida personal. Hitler decía
estar casado con Alemania y Morales dice que está casado con Bolivia. Son
expresiones de demagogia patriótica, para crear la ilusión de que no están en
el poder para darse gustitos, sino para servir a sus pueblos. Quienes les creen
suelen reaccionar pésimo cuando descubren que el líder carismático no sólo
disfruta la erótica del poder. Sus amigas con ventaja también pueden ser amigas
con privilegios. Eso duele.
- ¿Existe
alguna posibilidad de que, al igual que tras la derrota de Chávez en 2007,
Morales se incline por enmendar la Constitución por decreto y sin consultarle
al pueblo?
- Es una
posibilidad. Las malas costumbres son contagiosas.
- ¿En qué pie
queda con esta derrota el ideólogo del Gobierno boliviano, su vicepresidente
Álvaro García Linera?
- Yo lo percibo como un operador ilustrado, con la función de comunicar las políticas de su Presidente en correcto castellano, pero poco más. Los vicepresidentes ideólogos están un peldaño más arriba. Pienso, por ejemplo, en José Vicente Rangel, vicepresidente con Chávez, y en Joaquín Balaguer, Presidente sustituto de Rafael Leonidas Trujillo.
- Yo lo percibo como un operador ilustrado, con la función de comunicar las políticas de su Presidente en correcto castellano, pero poco más. Los vicepresidentes ideólogos están un peldaño más arriba. Pienso, por ejemplo, en José Vicente Rangel, vicepresidente con Chávez, y en Joaquín Balaguer, Presidente sustituto de Rafael Leonidas Trujillo.
EFECTOS EN
CHILE
- ¿Esta derrota
electoral podría tener repercusiones en Chile? ¿De qué tipo?
- Es una
oportunidad de reflexión, para el propio Morales, sobre los límites electorales
de su agresividad hacia Chile. Por añadidura, sería una oportunidad de
reflexión creativa para José Miguel Insulza.
- ¿Cuál es la
postura que debe primar en el Gobierno de Chile frente a este proceso electoral
boliviano?
- Parafraseando
la fórmula del ex Presidente Lagos: ¿quién es uno para darle consejos públicos
al Gobierno?... y menos cuando hay conflictos en carne viva que afectan a
nuestro país. Lo siento, lo mío es la investigación y el análisis.
- ¿Sigue siendo
factible el ofrecimiento de relaciones diplomáticas?
- Por supuesto.
Es un punto fuerte de Chile. Sobre todo si se coteja con la insostenible
posición de Morales. Él concibe las relaciones diplomáticas con nuestro país
como un premio consuelo para nuestra rendición. Cualquier tipo serio de
cualquier país se da cuenta de que eso es inaceptable.
- Con el grado
de conocimiento que usted tiene de la Cancillería chilena, ¿cuál cree que fue
el sentimiento de quienes toman decisiones al saber de la derrota de Morales?
- Según nuestro
sistema, las decisiones en materia de política exterior solo puede tomarlas el
Jefe de Estado, la Presidenta Bachelet. No un sujeto plural. No la Cancillería.
- ¿Es esperable
que el Presidente boliviano despliegue un discurso más agresivo en contra de
Chile?
- Es posible
pero indeseable. Bloquearía la pequeña buena oportunidad de reflexión que le
concede la derrota.
- ¿Se pueden esperar cambios en la estrategia boliviana respecto de la demanda en la Corte Internacional de Justicia en La Haya?
- ¿Se pueden esperar cambios en la estrategia boliviana respecto de la demanda en la Corte Internacional de Justicia en La Haya?
- Sí, cambios
malos como incrementar la presión a los jueces, la manipulación “patriótica” de
la opinión interna y la agresividad internacionalizada contra Chile. Una
clásica fuga hacia adelante. O cambios buenos, como asumir la negociación
realista, las relaciones diplomáticas como marco imprescindible y la lógica de
las relaciones internacionales democráticas,
- ¿Debe la
Presidenta Bachelet cambiar de ahora en adelante su forma de relacionarse con
Morales? Hasta ahora la Mandataria evita confrontarlo en público y se reúnen en
algunas cumbres.
- Como dije, no
doy consejos públicos de política exterior a la autoridad. Pero aquí debo hacer
un alcance a su pregunta. Creo que antes que el tema de la relación de la
Presidenta con Morales está el de su relación con nosotros, los chilenos. Ante
este conflicto, que suscita la atención del Papa y que está bajo la
jurisdicción de un organismo de la ONU, ella no nos ha dado, aún, una
explicación fundamentada y docente. En su último mensaje ante el Congreso sólo
le dedicó 52 segundos. A mi juicio, es una asignatura pendiente y hacerla
presente no es un consejo, sino ejercer el derecho a petición.
“EN BOLIVIA SE HA ABIERTO UNA CRISIS PROFUNDA”
Declaraciones que desmentirían la muerte de un hijo del
presidente boliviano y la detención de su expareja por supuesto enriquecimiento
ilícito han dañado la imagen de Morales. La sociedad boliviana está
conmocionada.
DW de Alemania (www.dw.com/es)
Coincidiendo
con la campaña del referendo sobre la reelección de Evo Morales, el periodista
boliviano Carlos Valverde reveló un presunto escándalo de corrupción que
salpicaría al mandatario. Según las investigaciones del comunicador, Gabriela
Zapata, expareja del presidente y madre de uno de sus hijos, habría sido
nombrada gerente comercial de la oficina boliviana de la empresa china CAMC
Engineering gracias a la influencia de Morales. En el pasado, dicha empresa se
adjudicó sin licitación siete obras estatales por un valor superior a 500
millones de dólares.
Al ser
confrontado con la investigación periodística, el hombre fuerte de Bolivia
admitió su relación con Zapata, pero explicó que el hijo de ambos murió poco
tiempo después de haber nacido. Asimismo, rechazó las acusaciones de tráfico de
influencia y aseguró que ha perdido todo contacto con la madre de su hijo
difunto.
¿Está vivo
Fidel Ernesto?
No obstante, la
historia no terminó ahí. La sombra de esa relación siguió persiguiendo a
Morales. El sábado pasado (27.02.2016) una tía de Zapata, Pilar Guzmán, afirmó
que el niño está vivo, que tiene entre ocho y nueve años y que vive en La Paz.
Fidel Ernesto es el tercer hijo del presidente.
Un día después,
Gabriela Zapata fue detenida por supuesto enriquecimiento ilícito y tráfico de
influencias a favor de la empresa CAMC Engineering. La Fiscalía alega que se ha
evidenciado una actividad económica sospechosa superior a los 10.000 dólares en
cuentas bancarias de la expareja del presidente.
Apenas este
lunes (29.02.2016), el presidente de Bolivia se pronunció oficialmente al
respecto. "Si está con vida, primero es una alegría para mí. Es como una
bendición finalmente que esté con vida. Aunque me pregunto por qué desde el
2007 me ocultaron, por qué razones me alejaron, qué intereses hay detrás de
este alejamiento", señaló Morales y añadió que solicitará la custodia del
niño.
“La relación de
Evo Morales con sus hijos es una página oscura”, dice la politóloga Moira Zuazo
a DW. La experta de la oficina boliviana de la Fundación Friedrich Ebert cuenta
que las madres de los dos primeros hijos del mandatario se vieron obligadas a
acudir a un juez para que el padre los reconociera.
La pregunta
sobre si Morales sabía o no que su tercer hijo vive “está impactando
fuertemente a la sociedad boliviana, la está conmoviendo de una forma que no
hemos visto antes”, afirma la Dra. Zuazo, que incluso habla de la “apertura de
una crisis muy seria, profunda”.
La detención de
la expareja de Morales ha sido “un proceso muy irregular. Hubo audiencia en un
juzgado que funcionó el día domingo, lo cual es contra la ley, y no se ha
tomado en cuenta su situación de madre, por la cual le hubiera correspondido
detención domiciliaria”, explica Zuazo desde Bolivia.
En la última
década, la figura presidencial ha fungido como una suerte de “eje articulador,
de pegamento de la sociedad”, algo que se estaría rompiendo en Bolivia, opina
la politóloga de la Fundación Friedrich Ebert. “El manejo mediático que está
haciendo el Gobierno del tema está teniendo un efecto bumerán. En este momento
transparencia respecto a lo sucedido haría mucho bien”, añade.
Por su parte,
la Doctora Almut Schilling-Vacaflor, del Instituto de Estudios Globales y
Regionales GIGA, está convencida de que el presunto escándalo en torno al
presidente boliviano influyó en el resultado del referendo, en el que el voto a
favor del No ganó por un estrecho margen de dos puntos porcentuales. La
politóloga alemana cuenta a DW que de antemano hubo una campaña negativa “muy
fuerte y muy efectiva” contra Morales. “Es un gran cambio para Bolivia. Hasta
hace un año, Evo Morales había sido muy exitoso en mantener intacta su imagen
positiva”, dice.
“El de Zapata
no es un caso aislado”
Ya antes del
“caso Zapata”, un escándalo de corrupción del Fondo Indígena que involucró a
importantes representantes indígenas y de sindicatos rurales, dañó la imagen
del mandatario. Según Schilling-Vacaflor, a raíz del reciente debate mediático
han salido a la luz los “déficits” del Gobierno y las “tensiones al interior
del MAS”. “Muchos proyectos estatales ya no son sacados a concurso
públicamente, sino adjudicados directamente por el partido gobernante. El de
Zapata no es un caso aislado”, sostiene. Además, ha surgido la pregunta sobre
la transparencia en el manejo de los fondos públicos, agrega.
La sociedad
boliviana seguirá exigiendo respuestas. Para empezar, se deberá aclarar si
Fidel Ernesto está vivo o no.
BOLIVIA: UN PROBLEMA DE ESTADO SE VUELVE CULEBRÓN
Aparece un hijo de Evo Morales que se suponía que había
muerto. El Presidente intenta ahora limpiar su imagen.
La Hora de Ecuador (www.lahora.com.ec)
La supuesta
existencia de un hijo del presidente boliviano, Evo Morales, con Gabriela
Zapata, una joven ejecutiva actualmente detenida por enriquecimiento ilícito,
se convirtió en un problema de Estado, que pone en entredicho la honestidad del
gobernante.
Aunque en los
últimos días Morales aseguró que el hijo producto de esa relación había muerto,
la tía de Zapata aseguró el último sábado que el menor vivía. "Pido a la
familia de Gabriela Zapata que me lo traigan, estoy esperando, quiero
recogerlo, si me permiten. Tengo derecho a verlo, a conocerlo y a cuidarlo",
dijo el Presidente, quien se mostró engañado.
El caso, que
acapara la atención popular, comenzó a principios de febrero, cuando el
periodista boliviano Carlos Valverde reveló que el gobernante tuvo una relación
hace unos 10 años con Zapata, con la que tuvo un hijo. Dijo además que Zapata
era gerente comercial de la empresa china CAMC, a la que el Gobierno del propio
Morales le adjudicó contratos por unos 560 millones de dólares.
¿Guerra sucia?
El Presidente
reconoció la relación, pero aseguró que esta terminó luego de que el hijo
falleciera. Incluso mencionó que no había visto a Zapata desde entonces, pero
luego en las redes sociales se difundió una fotografía de ambos en 2015.
Morales admitió la imagen, pero explicó que en ese momento no había reconocido
a Zapata de inmediato.
El incidente se
produjo semanas antes de un crucial referendo del 21 de febrero, en el que el
mandatario buscaba luz verde para presentarse a un cuarto mandato consecutivo
(2020-2025). Morales perdió y atribuyó la derrota a la guerra sucia que se
desató con este tema en las redes sociales.
Una telenovela
por capítulos
El último
viernes el Gobierno detuvo a Zapata, tras acusaciones del Ministerio de
Transparencia de enriquecimiento ilícito y legitimación de ganancias ilícitas.
Luego de la
detención habló la tía de Gabriela y reveló que el hijo de su sobrina con el
Presidente estaba vivo. "Conozco que ese niño no ha muerto, ha nacido, lo
he tenido en mis brazos", dijo Pilar Guzmán. La explosiva confesión ponía
nuevamente otra duda: ¿mintió el Presidente?
"Estamos
en un momento muy delicado en que la gente ya no está juzgando al gobernante,
sino al ser humano, quien pareciera capaz de hacer cualquier cosa para quedarse
en el poder", dijo a la AFP el sociólogo y analista Iván Arias.
"Creo que
esto es mucho más que un culebrón, porque esto está tocando al ser
humano", agregó en referencia al mandatario.
Hay amenazas
Morales,
soltero, tiene actualmente dos hijos, mujer y hombre. La mayor es Evaliz, de 23
años, a quienes sus simpatizantes consideran como su sucesora. Respecto del
tercer hijo, el Presidente insistía en la versión que le dio la madre: el menor
murió poco después de nacer, cuando la pareja empezaba a separarse, en 2007.
"Evidentemente
hubo una divergencia sobre el fallecimiento del bebé. Yo creí en las palabras y
en la información de la madre de mi hijo (...), no creo que falsamente me haya
dicho que ha muerto el bebé", dijo Morales y aseguró que, si el menor no
aparece, las autoridades judiciales deben investigar.
Según Guzmán,
tía de Gabriela, su sobrina fue "robada a los 17 años de una "casa de
familia". En tanto, una prima de la detenida aseguró a la prensa que
"toda la familia está amenazada".
Para el
Gobierno, todo este caso es un complot opositor. "Ahora su preocupación
(de los opositores) es el niño, hipocresía total. Estamos aquí demostrando toda
una articulación política para atacar al Presidente utilizando el tema de la
señora Zapata", dijo ayer el vicepresidente Álvaro García.
Favoreciendo a
Gabriela
La oposición
boliviana acusa a Morales de favorecer a Gabriela Zapata y asegura que la
relación persistió por lo menos hasta 2015, aunque el gobernante asegura que
terminó poco después de la presunta muerte del niño. Para algunos analistas,
con la detención de su expareja, Morales busca limpiar su imagen.
Una comisión
bicameral del Congreso investiga los contratos de CAMC y los opositores
pretenden convocar a declarar a Morales y a Zapata, detenida en un penal de La
Paz, mientras que dos funcionarios del Ministerio de la Presidencia, brazo
derecho de Morales, fueron detenidos por vínculos con Zapata.
Entretanto, el
proceso contra la mujer, detenida en una cárcel de mujeres, está en sus
primeros pasos.
‘Sí está vivo’
La boliviana
Gabriela Zapata, expareja del presidente Evo Morales y que ha sido encarcelada
por supuestos delitos económicos, presentó ante una juez el certificado de
nacimiento del hijo de ambos y el de otra menor, de la que también es madre,
informó la abogada de la mujer, Ángela Burgoa.
Ese documento
probaría que el hijo que tuvieron Zapata y Morales en 2007 está vivo, tal y
como han manifestado familiares de la mujer, frente a la versión del
mandatario, quien aseguró que el niño había muerto poco después de nacer.
EVO MORALES: “ME QUEDO CON EL NIÑO, NO TENGO PROBLEMA”
En un nuevo capítulo del culebrón, el presidente
boliviano pidió conocer a su hijo, si es que está vivo, como afirma la madre
El País de España (www.internacional.elpais.com)
Nuevo capítulo
del culebrón en el que está metido el presidente boliviano, Evo Morales.
Este lunes pidió que le presenten al hijo que tuvo con su exnovia Gabriela
Zapata —lobista de empresas que trabajan para el Estado— si es que está vivo, como afirma la familia de ella, y se ofreció a recogerlo.
“Quiero pedir a los familiares, a la supuesta tía, que me presente, que me
traiga [al niño]. Si su familia me permite quiero quedármelo”, afirmó. Según el
Gobierno, Morales no mintió, sino que Zapata, a la que acusan de conspirar con
la oposición, le engañó sobre la muerte del menor.
“No tengo
ningún problema. Si está con vida, es una alegría para mí. Es como una
bendición finalmente que esté con vida. Aunque me pregunto por qué desde el
2007 me ocultaron, por qué razones me alejaron, qué intereses hay”, aseguró
ayer en rueda de prensa. Durante la declaración, reiteró que en 2007 Zapata le
comunicó que el menor falleció tras una enfermedad.
La existencia o
no del niño tenía gran importancia política antes del referéndum del pasado 21 de febrero, cuando Morales
la negó, porque en caso de vivir, la antigua relación entre el presidente y
Zapata —que el primero reconoció después de una revelación periodística— no
habría acabado legalmente y, por tanto, la contratación por parte del Estado de
las empresas chinas para las que trabajaba Zapata habría quedado bajo un manto
de mayor sospecha. La oposición supone que Morales mintió para cubrirse antes
de los comicios, organizados para habilitarlo para una cuarta postulación a la
presidencia, en 2019. Al final, el oficialismo perdió el referéndum, en parte por este asunto.
La familia de
Zapata declaró la existencia del niño tras la detención de la exnovia por orden
del Ministerio de Gobierno (y no de la Fiscalía) por los cargos de tráfico de
influencia y enriquecimiento ilícito. El arresto se basa en las revelaciones sobre esta mujer tras
conocerse su relación con el presidente. Se supo que ella enviaba cartas para
reclamar a los funcionarios por medidas que tomaban respecto a las empresas
chinas para las que trabajaba, y para negocios. Según el juez, el
encarcelamiento de Zapata se debe al “riesgo de fuga”. La audiencia fue
cubierta por la prensa, que mostró a esta mujer de 28 años llorosa y siendo
zarandeada por la policía para que no declarase a la entrada o la salida del juzgado.
Según sus parientes y abogados, está siendo objeto de un proceso político
destinado a librar de culpas a Morales y Zapata tiene mucho que decir sobre la
relación que tuvieron y sobre el hijo, pero no lo hace porque está amenazada
“incluso de muerte”.
El
vicepresidente, Álvaro García Linera, salió a defender a Morales con el
argumento de que los hermanos de Zapata son militantes de partidos de la
oposición, a fin de sugerir la hipótesis de una conspiración. Otros portavoces
gubernamentales responsabilizaron a los servicios secretos de EE UU. Las redes
sociales hierven de críticas a Morales, no tanto por su supuesta mentira, sino
porque si fuera verdad lo que dice, eso significaría que tuvo un hijo con
Zapata, pero no lo conoció, no acompañó su enfermedad y muerte, y no verificó
su fallecimiento. Esta crítica es más dañina porque Morales tiene antecedentes
en este aspecto: tiene tres hijos con distintas mujeres y tardó en reconocer a
uno de ellos.
EL HIJO QUE EVO MORALES DIO POR MUERTO PODRÍA ESTAR VIVO
ABC de España (www.abc.es)
Como nunca
antes, la imagen de
honestidad que esgrime el presidente boliviano, Evo Morales, está en entredicho.
Ernesto Fidel, el hijo que el
presidente dijo hace tres semanas que había fallecido, al parecer está vivo. Al mismo tiempo, su madre,
Gabriela
Zapata Montaño, se encuentra detenida, acusada de los delitos de ganancias ilícitas, enriquecer a particulares a
costa del Estado y tráfico de influencias.
Hasta el pasado
viernes, cuando fue detenida en el marco del proceso que afronta por los
millonarios contratos que firmó con el Estado la empresa china a la que representó, la versión oficial indicaba que
el hijo que tuvieron en común murió en
2007, lo que alejaba las
sospechas de tráfico de influencias entre el mandatario y su expareja.
Durante una rueda de prensa transmitida a todo el país el pasado 6 de febrero
Morales explicó que conoció a Zapata en 2005, «era mi pareja en 2007, tuvimos
un bebé y lamentablemente, nuestra mala suerte, ha fallecido. Tuvimos algunos
problemas y a partir de ese momento nos distanciamos».
El pasado
sábado esa versión fue desmentida por Pilar
Guzmán, tía de la expareja del presidente. «Está vivo… lo tuve entre mis
brazos… está acá», reveló a la prensa tras visitar a su sobrina.
Este domingo por la tarde Zapata fue sometida a una audiencia de medidas cautelares, en la que se esperaba que se
decida su detención preventiva por
riesgo de fuga.
La sorpresiva
revelación fue confirmada por Ángela
Burgoa, una de las abogadas de Zapata. «El hijo está perfectamente bien, sí (está bien). Nos reservamos
la información de dónde vive él. Es un derecho muy personal de la señora
(Gabriela) Zapata, el cual no puedo violar», declaró al periódico «El Deber».
Morales no dijo
nada sobre este asunto hasta este domingo al mediodía. En su lugar, salió a dar
explicaciones la ministra de Transparencia, Lenny Valdivia, quien ratificó la versión inicial del presidente y
concluyó que era posible que Zapata le hubiera mentido. «Si este niño existe,
como se está manifestando, quiere decir que la señora Zapata le mintió a
nuestro presidente… el presidente no miente», agregó. Luego pidió que, si está
vivo, el niño sea presentado a la mayor
brevedad ante un juez de menores.
«Diga la
verdad»
Pero los
argumentos de Valdivia no convencieron a la oposición ni a la población, que ha
encontrado en las redes sociales una válvula de escape para sus opiniones. «Ya
no sabemos si creer en la palabra del jefe de Estado», dijo el expresidente Jorge Quiroga, quien propuso que el
propio Morales diga toda la verdad al país para no perder la credibilidad. De
igual forma, el jefe de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, opinó que las últimas revelaciones
«cuestionan la palabra del Presidente», por lo que dijo que urge que «diga la
verdad».
En todo caso,
prosigue la investigación sobre las actividades de Zapata y el Ministerio Público
ya identificó a dos funcionarios del
Ministerio de la Presidencia como sospechosos de haber cooperado en sus
actividades irregulares. Este domingo por la mañana ambos fueron aprehendidos.
EL PRESIDENTE DE BOLIVIA, EVO MORALES, DICE QUE QUIERE VER
AL HIJO QUE TUVO CON SU EXNOVIA
BBC de Mundp (www.bbc.com/mundo)
"Tengo
derecho a conocer a mi hijo, a cuidarlo, a protegerlo, es mi obligación. Espero
que me lo traigan en las próximas horas", dijo este lunes el presidente de
Bolivia, Evo Morales.
La declaración
del mandatario es el más reciente capítulo de lo que tiene visos de convertirse
en una telenovela: la de su hijo secreto fallecido, que ahora dicen que vive.
El niño, que según Morales deberá tener unos 8 o 9
años, es fruto de la relación que el presidente boliviano, de 56 años,
mantuvo alrededor de 2006 con la empresaria Gabriela Zapata, cuando ella tenía
18.
Según Evo
Morales, su exnovia le había dicho que el niño había fallecido poco después de
nacer.
Pero en un giro
inesperado, una tía de Zapata afirmó el sábado en la mañana que el niño estaba vivo y en buen estado,
versión que luego fue corroborada por una de las abogadas de Zapata.
La madre, por
su parte, permanece arrestada por cargos de lavado de dinero, malversación de fondos y abuso de influencia.
En
declaraciones a medios locales, Zapata insistió en su inocencia e incluso
inició procesos judiciales contra los periodistas que destaparon el caso.
La acusación
está relacionada con los contratos millonarios que el gobierno boliviano firmó con
el grupo chino CAMC, en los que presuntamente habría intercedido Zapata.
El domingo,
miembros del gobierno boliviano emplazaron a Zapata a que presente al niño ante
un juez para que se compruebe que está vivo.
Presentación
ante el juez
La ministra de
Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Lenny Valdivia, dijo que la
presentación debía tener lugar este lunes.
"La gran
pregunta es por qué la señora Zapata ocultó a este niño durante ocho
años", dijo Valdivia.
Agregó la
ministra que si el menor efectivamente falleció, entonces Zapata está mintiendo
y el gobierno procederá a iniciar una acción penal por difamación y calumnia.
La relación del
presidente y la empresaria saltó a los medios tras una denuncia del periodista
Carlos Valverde sobre un supuesto tráfico de influencias.
Las
informaciones de prensa señalan que Zapata contactó con agencias del gobierno para conseguir contratos para la
empresa china CAMC.
La oposición
acusa a Morales de trato de favor hacia a quien era su pareja e insiste en que
en realidad la relación duró hasta 2015.
El presidente
boliviano afirmó que desde 2007 no supo más de Gabriela Zapata.
Poco después de
la denuncia periodística, se formó una comisión de investigación parlamentaria,
semanas antes de que se celebrara el referéndum sobre la reforma de la
Constitución boliviana que tenía como objetivo que Morales pudiera volver a
presentar a la reelección.
El 21 de
febrero la consulta terminó con la primera derrota electoral del mandatario en
los 10 años que lleva en el cargo.
POLICÍA FEDERAL DESBARATÓ UNA BANDA QUE EXPLOTABA A
CIUDADANAS BOLIVIANAS EN PUESTOS DE VENTA AMBULANTE DE EZEIZA
Terra de Argentina (www.noticias.terra.com.ar)
a División de
Trata de Personas de la Policía Federal Argentina desbarató una organización delictiva
dedicada al tráfico de mujeres desde Bolivia, que eran explotadas en puestos de
venta del partido bonaerense de Ezeiza. Fuentes
policiales anticiparon a NA que los efectivos lograron rescatar a seis
ciudadanas del país vecino.
La banda estaba
encabezada por una mujer y su hija, de 65 y 41 años respectivamente, ambas de
nacionalidad boliviana, con asiento en la localidad de Ezeiza.
Luego de seguir
diversas líneas investigativas y cruzamiento de datos, se comprobó que a las
personas que traían de Bolivia las alojaban en condiciones deplorables, las
privaban de su libertad y las sometían a largas jornadas de trabajo en puestos
de venta de ropa ubicadas en las avenidas comerciales de ese distrito
bonaerense, como así también en ferias itinerantes de la zona.
Por medio del
testimonio de las víctimas, se supo que del dinero que juntaban por las ventas
se les descontaba el costo de la mercadería que tenían que vender, además del
alojamiento, los servicios y los alimentos, por lo que les quedaba muy poco dinero
para disponer de ellas mismas.
Además, eran
despojadas de sus documentos y vivían permanentemente amenazadas, con libertad
ambulatoria restringida.
Una de las
víctimas escapó de la casa donde eran sometidas y pudo realizar la denuncia
telefónica a través de la línea 145, de la "Oficina de Rescate y
Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata", del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
El juez Federal
en lo criminal y correccional de Lomas de Zamora, Alberto Santamarina, comenzó
la investigación y dispuso el allanamiento en la finca de la calle Caseros en
la localidad de Ezeiza, donde funcionaba la organización y donde se encontraban
las personas capturadas.
INSISTIRÁN EN EL INGRESO DE BOLIVIA AL MERCOSUR
El Gobierno paraguayo buscará “acercarse” al Congreso en
el reinicio de la actividad parlamentaria desde hoy, 1 de marzo, “para procurar
conseguir la rapidez de la aprobación” del protocolo de ingreso de Bolivia como
socio pleno del Mercosur. El documento está “cajoneado” en Diputados.
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Consultado
sobre el punto, el canciller nacional Eladio Loizaga refirió que el protocolo
efectivamente se encuentra en la Cámara Baja. “Hemos pedido por favor que se
expidan, no hay ningún inconveniente”, manifestó.
El canciller
señaló que en el Congreso del Brasil también “está en proceso parlamentario”.
“Creo que tan pronto se reinicien las actividades en el Parlamento (el 1 de
marzo), vamos a acercarnos para procurar conseguir la rapidez de su
aprobación”, sostuvo.
En la Comisión
de Relaciones Internacionales de la Cámara de Diputados se encuentra desde hace
meses el protocolo de adhesión de Bolivia al Mercosur para su aprobación. Esa
comisión parlamentaria preside el colorado José María Ibáñez (ANR), imputado
por la Fiscalía por corrupción.
El presidente
de Bolivia Evo Morales había abogado para que los congresos de Paraguay y
Brasil aprueben el protocolo del ingreso del vecino país como miembro de pleno
derecho en el Mercosur. Actualmente, Bolivia es un país asociado al bloque
regional.
Los Parlamentos
de Argentina, Uruguay, Bolivia y Venezuela ya aprobaron el documento
internacional.
Loizaga dijo
que la ratificación busca dar el marco jurídico adecuado. Bolivia había
consumado su ingreso al Mercosur cuando nuestro país estaba suspendido en el
bloque (2012-2013).
MÉDICOS CUBANOS EN BOLIVIA: DOS LUSTROS DE SOLIDARIDAD
Cuba Debate (www.cubadebate.cu)
Con diez años de labor solidaria, los médicos de Cuba son reconocidos en
Bolivia por el trato humano y el carácter afable, pero sobre todo por salvar 86 mil 983 vidas y
devolver la visión a miles de personas.
Desde los
primeros meses de 2006, los
colaboradores de la nación caribeña brindan su ayuda en las comunidades más
apartadas de este país andino, incluso en aquellas ubicadas a más de
cuatro mil metros sobre el nivel del mar.
Al cumplirse
una década de presencia ininterrumpida en esta tierra suramericana, se valora
el camino recorrido hasta ahora y los resultados obtenidos, al tiempo que se
ratifica el compromiso de continuar llevando salud y esperanza a los más
necesitados.
Según el doctor
Pavel Noa, coordinador nacional de la brigada cubana en Bolivia, los antecedentes de la colaboración con este
país datan de 1985 con la donación de tres salas de terapia intensiva a
hospitales infantiles de los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y
La Paz. En 2005 son facilitados un electroencefalógrafo y equipos de
ventilación al Hospital del Niño en Santa Cruz y La Paz y el 15 de septiembre de
ese año comienza la Operación Milagro, con la llegada a Cuba de 100 estudiantes
y 48 pacientes bolivianos.
Noa precisó
que, en febrero de 2006, ante las intensas lluvias y severas inundaciones
registradas en varias regiones, arriban a esta nación miembros del Contingente
Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves
Epidemias Henry Reeve.
Poco después,
comienza la colaboración médica como parte del Programa Integral de Salud en
Bolivia con la llegada de más cooperantes y la inauguración de centros de
atención comunitaria.
En la
actualidad, se encuentran en este país 713 trabajadores cubanos de ese sector,
quienes laboran en 114 centros comunitarios, 30 hospitales y seis instalaciones
oftalmológicas ubicadas en 31 provincias y 45 municipios de los nueve
departamentos de Bolivia.
“Entre los resultados más importantes a lo
largo de estos 10 años sobresalen las más de 63 millones 418 mil consultas
realizadas por nuestros especialistas, de ellas 47 millones 148 mil 485 en las comunidades“, destacó Noa.
Además, hemos realizado 179 mil 282 intervenciones
quirúrgicas, 45 mil 699 partos y
salvado la vida a 86 mil 983 bolivianos, apuntó.
Por otra parte,
precisó que entre 2006 y 2008 se inauguraron 30 nuevos Hospitales Integrales
Comunitarios y se donó equipamiento a decenas de centros de salud.
Durante la
última década, la misión cubana ha tenido gran impacto en el pueblo boliviano.
En primer lugar, las más de 600 mil cirugías realizadas como parte de la
Operación Milagro beneficiaron a una parte de la población que no puede acceder
a los servicios de salud por su elevado costo. Nosotros los atendemos de manera
gratuita, afirmó Noa.
Asimismo,
destacó la presencia del personal cubano en todos los departamentos de esta
nación y su participación en la creación e implementación de programas como Mi
Salud, orientado a fortalecer la atención médica integral y gratuita en las
comunidades.
La misión
cubana también ha colaborado en el campo de la formación del capital humano, lo
cual incluye la preparación de profesionales y el impulso de la investigación
científica.
Como resultado,
más de cuatro mil 732 bolivianos se graduaron en la Escuela Latinoamericana de
Medicina y otras universidades cubanas y actualmente 379 cursan estudios de
postgrado en nuestro país, explicó Noa.
Nuestro
objetivo en Bolivia es garantizar una asistencia médica con calidad y atender
un mayor número de pacientes en los consultorios integrales comunitarios,
además de brindar una atención diferenciada, indicó.
Por otra parte,
destacó la importancia de iniciativas como las Ferias por la Salud, espacios
donde se promueve la preparación de los ciudadanos y se ofrecen consultas y
exámenes sin costo alguno para quienes no pueden pagar hospitales privados.
El coordinador
nacional de la misión cubana reiteró el compromiso de los profesionales de ese
país con su labor y resaltó el apoyo recibido del presidente Evo Morales
durante estos años.
BOLIVIA: DENUNCIAN INTENTO DE ASESINATO DE ALCALDESA
OPOSITORA
La toma, saqueo y quema de la alcaldía de El Alto, el
pasado 17 de febrero, tenía como objetivo el asesinato de la alcaldesa Soledad
Chapetón, del partido opositor Unidad Nacional (UN), denuncian empleados.
DW de Alemania (www.dw.com/es)
En la acción
vandálica murieron seis personas. En un primer momento se reportó que por
asfixia, pero otros informes señalaron después que al menos dos de ellas fueron
asesinadas, una de un golpe en la cabeza y una mujer fue degollada. "Los
cerebros de aquel atentado (.) planificaron con varias semanas de anticipación
(.) asesinar a la señorea alcaldesa (Soledad Chapetón), aprovechando la marcha
organizada, según padres de familia de las juntas escolares, desde septiembre
pasado", señala la denuncia escrita.
"Vimos que
los vándalos portaban gasolina y trapos para causar el incendio, ya nadie lo
duda, por los testigos, las fotos y los videos", agrega.
Evo Morales
habla de “autoatentado” de la oposición
El Gobierno de
Evo Morales sostuvo desde un inicio que lo que pasó en el ayuntamiento de El
Alto fue producto de "un autoatentado". Morales dijo que se trató de
una "obra de la Alcaldía, de la derecha", con el propósito de
"desgastar al Gobierno" unos días antes de que se celebrara el
referéndum del 21 de febrero.
En esa consulta
popular los bolivianos rechazaron modificar un artículo de la Constitución para
permitir la habilitación de Morales para un nuevo mandato en las elecciones de
2019. La alcaldesa de El Alto rechazó la versión de Morales y pidió a la
Justicia convocar al mandatario para que declare y explique lo que sabe de la
quema del edificio, que no era propiedad municipal.
También la
denuncia de los trabajadores ediles sostiene que el actual viceministro de
Gobierno, Marcelo Elío, ordenó el traslado de cuatro cuerpos a un baño para que
hacer creer que murieron asfixiados. La Policía, que depende de las órdenes del
viceministro Elío, no prestó el auxilio oportuno pese a que la comandancia
regional se encuentra a unos 200 metros del sitio afectado por la turba,
denuncian los empleados.
Ni Elío ni el
comandante policial fueron convocados por los investigadores judiciales, que sí
llamaron a la alcaldesa Chapetón y ordenaron la detención de dos funcionarios y
otras 12 personas. La investigación está dirigida por un exasambleísta del
Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales.
TEXTILES BOLIVIANOS PIERDEN COMPETITIVIDAD POR PRECIOS
Empresarios textiles de Bolivia temen por su
competitividad en el ámbito internacional e incluso en el local, indican
representantes de Cotexbo, (Conglomerado Textil de Bolivia). Los altos costos
de manufactura en el país dejan a sus industriales por fuera de todas las
licitaciones.
Fashion
Mag de México (mx.fashionmag.com/news)
En primera
instancia, el salario mínimo se eleva a Bs. 1656 para este 2016, es decir, $240
dólares al cambio del día, en Perú se eleva a $210 dólares y en Colombia es de
$207 dólares, lo que significaría un costo de mano de obra 13.5% más costosa que
sus vecinos no dolarizados.
Además del
costo del salario y la mano de obra, se suma el costo de la devolución de la
moneda, que ha sido inferior en Bolivia que en Perú y Colombia, aportando un
10% extra a la brecha financiera, que remata además con las altas tributaciones
del país, lentitud en los trámites y dificultades comerciales.
Al final de cuentas
en Bolivia el costo de manufactura textil es cerca de 35% más caro que en Perú
que a la vez es cerca de 10% más caro que Colombia, lo que deja a los
bolivianos con un mercado muy reducido que se contenta de sus exclusividades,
como la lana de camelados.
Un excelente
ejemplo es el costo de producción en maquila de una camiseta, que entre corte y
confección, se puede demorar cerca de 35 minutos, los cuales en una maquila
oficial de Bolivia tienen un costo de $4.2 dólares, en Perú $2.8 dólares y el
Colombia $2.4 dólares, con iguales condiciones de calidad y casi los mismos
tratados comerciales.
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