Los indígenas que rechazan un camino por la mayor reserva forestal de Bolivia reanudaron su marcha el sábado tras siete días de pausa provocados por la feroz represión policial del domingo pasado, y estaban ayer en Villa Delicias, 190 kilómetros al noroeste de La Paz.
La columna de unas 1.200 personas avanzaba con escolta de la defensoría del pueblo y organizaciones civiles para evitar una nueva acción de la policía , cuya presencia rechazaron. La marcha ya avanzó 18 kilómetros desde Quiquibey, donde volvieron a reunirse tras haber sido dispersados una semana atrás por las fuerzas de seguridad cuando iban hacia Rurrenabaque y San Borja.
La columna de unas 1.200 personas avanzaba con escolta de la defensoría del pueblo y organizaciones civiles para evitar una nueva acción de la policía , cuya presencia rechazaron. La marcha ya avanzó 18 kilómetros desde Quiquibey, donde volvieron a reunirse tras haber sido dispersados una semana atrás por las fuerzas de seguridad cuando iban hacia Rurrenabaque y San Borja.
“Desde Tiahuanaco empieza una nueva era para los pueblos del mundo. Solo con la fuerza del pueblo vamos a acabar con el estado colonial y con el neoliberalismo, y podremos doblarle la mano al imperio. Les pido a los indígenas que me controlen y, si no puedo avanzar los suficiente, empújenme. Estamos ante el triunfo de una revolución democrática y cultural”.
Era el 21 de enero de 2006 y así inauguraba Evo Morales su nueva condición de “apu mallku”, o “líder supremo”, ataviado con coloridas túnicas de monarca recién coronado. Comenzaba su gestión al frente de Bolivia.
Un día antes de la toma de posesión formal a su cargo, Evo reunió el apoyo total de los pueblos indígenas, en un país en el que más del 60% de los habitantes pertenece a alguno de los pueblos originarios.
Ellos lo acompañaron. Lo ungieron en el templo del Sol y se juraron gobernar por 500 años. Lo apoyaron en los momentos más difíciles de su primera gestión y sostuvieron la refundación del país, la transformación en ese Estado plurinacional que, como toda etapa fundacional, está cargada de desafíos y problemas.
En 2009, lo reeligieron; sin embargo, ahora lo acorralan con sus múltiples reclamos.
Cuando propuso la ruta que uniría a Brasil con Perú, sin que hubiera involucrada acción del “imperialismo”, el Gobierno y los medios de comunicación impulsaron el proyecto, que se erigía como una necesidad de Estado. Pero es sabido que si hay un país difícil de gobernar y de reunir intereses, ese es, justamente, Bolivia, por su carácter multiétnico y plurinacional.
Un país que para gobernarlo se necesita del conocimiento cabal de la sociedad y el talento político de un orfebre. Evo demostró tener lo primero, pero puso más de una vez en duda esto último.
El conflicto por la construcción de la ruta que atravesaría el Parque Nacional Tipnis llevaba varios años. No obstante, fue hasta hace un par de semanas que comenzó a recalentarse, cuando las comunidades de la región de Yucumo, en el amazónico departamento de Beni, decidieron iniciar una larga marcha hacia La Paz para hacerle saber al Gobierno que no permitirán que se concrete el proyecto.
Una jornada decisiva
El viernes 25 de septiembre, grupos de colonos cocaleros intentaron evitar el paso de la marcha, apoyados por policías que reprimieron indiscriminadamente. Los manifestantes llegaron a defenderse hasta con flechas, mientras algo se rompía, tal vez definitivamente, en la relación con el apu mallku.
Las reiteradas protestas en las ciudades por la violencia ejercida contra los marchistas, la falta de explicaciones concretas de los responsables de la Policía y del exministro del Interior Sacha Llorenti, defensor de los derechos humanos al que muchos señalan como el culpable, no llegaron rápidamente.
El Gobierno quedó sumido en una profunda crisis.
“Este gobierno se caracterizó siempre por la concentración de las decisiones en una sola persona. Pero ahora, Evo deslinda responsabilidades acusando a los medios de comunicación. Creo que eso irritó un poco más a algunos sectores”, opinó el analista Carlos Cordero, profesor de la Universidad Católica.
La pérdida de brújula por parte del Gobierno quedó de manifiesto el lunes 26 de septiembre, cuando Cecilia Chacón, la primera mujer en la historia del país en convertirse en ministra de Defensa, dijo al presidente en su carta de renuncia: “Así no”, y se fue del Gobierno en solidaridad con los indígenas.
Detrás de ella comenzaron a caer varios funcionarios como un castillo de naipes, hasta obligar al presidente a una reformulación más profunda de su gabinete y su gestión.
Una cosa es el discurso...
Para Carlos Toranzo, analista político, el conflicto originado por el Tipnis viene a demostrar que “una cosa era el discurso a favor de los indígenas y los pueblos originarios, y otra muy distinta son las acciones. Quedó al desnudo que ese indigenismo era falso. Que aquí lo que se intentó imponer era la idea sindical y cocalera y el discurso fundamentado en la extracción de los recursos naturales sin importar el medio ambiente. El MAS ha derrumbado los símbolos que había ofrecido respetar y ahora quedó expuesto”.
Esa construcción, esa oferta a la que se refiere Toranzo, que comenzó a mediados de la década del 90 contra la erradicación de la hoja de coca en el Chapare, hasta transformarlo en un liderazgo nacional para trabajadores y pueblos originarios, parece haber entrado en crisis desde diciembre, cuando el Gobierno dio marcha atrás con el “gasolinazo” y se ha ahondado ahora con el conflicto amazónico. A tal punto que las divisiones dentro del Gobierno son más que elocuentes y que esa costumbre de retroceder ante la presión de la calle aparece como una especie de tumor que se expande por todo el cuerpo de la administración Morales, en manos de un presidente confundido, cuando menos, que parece haber desatado la ira de los dioses que lo habían arropado aquel 21 de enero de 2006, en el imponente Tiahuanaco.
Editorial II
LA DEBILIDAD DE EVO MORALES
La feroz represión a una marcha de guaraníes ha minado aún más la base de sustentación del presidente de Bolivia
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
La gestión del presidente de Bolivia, Evo Morales, atraviesa un momento crítico como consecuencia de la violenta represión policial contra una marcha indígena guaraní, que protestaba en procura de paralizar la inconsulta construcción de una carretera que atraviesa su territorio: el del Parque Nacional Isiboro Sécure.
La represión, de una dureza extrema, dejó un saldo de un manifestante muerto y acusaciones de que habría algunos otros desaparecidos. Provocó, además, la renuncia de la ministra de Defensa, así como la del titular del Interior.
Evo Morales enfrenta no sólo la ruptura con los principales movimientos indigenistas, sino una huelga general convocada por la Confederación Obrera Boliviana, que hasta no hace mucho lo apoyaba, como expresión de solidaridad con los reprimidos. Esto, en el marco de una opinión pública que cada vez se muestra más desilusionada con su presidente y comienza a manifestar indignación.
Ocurre que la cobardía del ataque contra los manifestantes, perpetrado cuando estaban almorzando, unida a la desproporción con que se los reprimió, resulta absolutamente inaceptable y ha suscitado un rechazo generalizado, tanto dentro como fuera de Bolivia.
El pedido tardío de perdón realizado por el mandatario, que aceptó que existieron excesos, no desliga a su gobierno de la responsabilidad consiguiente ni parece haber calmado a los movimientos indígenas. En los hechos, la marcha de los guaraníes hacia la ciudad de La Paz continuará, ahora con mucha mayor visibilidad. A ella se sumarán, según otros anuncios, otras marchas de campesinos e indígenas que exigen a Morales resolver convenios postergados, como el referido a los límites departamentales entre Oruro y Potosí.
Morales, que ha desdibujado la democracia boliviana, está perdiendo aceleradamente popularidad. Pero no por ello deja de tratar de consolidar un poder hegemónico para su partido, el Movimiento al Socialismo. Bolivia se apresta a concurrir nuevamente a las urnas, el 16 del corriente, para reestructurar el Poder Judicial, con la posibilidad de que sus magistrados también terminen siendo sumisos al poder político.
La marcha que fue reprimida llevaba semanas de tránsito pacífico. No obstante, desde el gobierno se había convocado a grupos de choque de otras etnias para tratar de interrumpirla.
La crudeza de las imágenes de horror transmitidas por los medios parece haber provocado una fuerte reacción popular adversa que agrava el acelerado deterioro político del mandatario boliviano.
Desde el gobierno se denuncia ahora la existencia de "un complot mediático", como si simplemente informar a la población acerca de episodios lamentables, como el sucedido en la región de Yucumo, fuera "desestabilizador". Lo que equivale a sostener que los medios no pueden informar objetivamente al pueblo boliviano acerca de lo que sucede cuando resulta palmario que el gobierno central ha abusado de su autoridad y utilizado irresponsablemente la violencia.
El autoritarismo político propio del modelo que ha estructurado Evo Morales, una vez más, ha derivado en la restricción de la libertad de expresión y en el cercenamiento violento de las libertades civiles del pueblo boliviano, lo que ha erosionado aún más la imagen de quien lo gobierna desde el Palacio Quemado. Morales se ha ido alejando más y más de quienes originariamente conformaron las bases sobre las que se sustentó el poder de la actual administración, que hoy se muestran profundamente desilusionadas.
Opinión
LOS LÍMITES DE EVO
Las crisis de los últimos meses y el conflicto indígena pueden hacer tambalear a Morales. El estilo autoritario puede gobernar pero no construir un Estado
El País de España (www.elpais.com.es)
Hace poco más de un mes, el 15 de agosto, cuando se inició la marcha indígena convocada en protesta contra la construcción de una carretera, el presidente Evo Morales dijo: “Cuando se presentan este tipo de problemas, para mí no es nada. Algún ministro se asusta”. Después de que esa marcha fuera reprimida por la policía el pasado domingo, la protesta popular creció tanto que quizás Evo se haya asustado un poco. Dos días más tarde, dos ministros renunciaron y se anunció que diez parlamentarios indígenas abandonarían la coalición del MAS (sin esos parlamentarios Evo perdería los dos tercios necesarios para aprobar leyes sin debate, como lo ha venido haciendo). No solo eso: en mensaje a la nación Evo anunció que suspendería la construcción de la carretera mientras se hicieran consultas a la población. Para entonces, el movimiento se siente con la fuerza suficiente para exigir la cancelación del proyecto, lo que obligaría a buscar otra ruta para la carretera.
El conflicto indígena ha obligado a Evo a retroceder por segunda vez en menos de un año. El pasado diciembre, el gasolinazo –alza del precio de la gasolina para que esta se adecuara a su costo en países limítrofres-- fue otra medida que llevó a la gente a la calle y asestó un golpe duro a la popularidad del presidente (nueve meses después, aun no se ha recuperado: en una encuesta reciente, recibe un 36% de apoyo). Lo novedoso de estas crisis ha sido que la protesta proviene sobre todo de los movimientos sociales afines al partido de gobierno; en el último caso, el añadido simbólico es que son indígenas quienes dicen no sentirse representados por Evo.
La carretera motivo de la discordia iba a dividir el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), creado en 1990, sin que los pueblos indígenas que viven en esa región hubieran sido consultados, según lo manda la propia Constitución impulsada por el gobierno de Evo. Para muchos, se cayó la máscara ecologista e indigenista de Evo, mostrando que él es, antes que nada, el líder sindical de los productores de coca del Chapare (los más beneficiados con la construcción de la carretera).
Las crisis de los últimos meses muestran que Evo ha encontrado los límites de su poder. Hubo un momento en que su inmenso capital político le permitió “refundar” el país aprobando una nueva Constitución, arrinconar los deseos de autonomía de departamentos económicamente poderosos como Santa Cruz y burlar las leyes a su antojo para desmantelar cualquier intento de oposición a su gobierno. Y muestra que el estilo autoritario, centralista, bajo el viejo molde del caudillismo latinoamericano, puede gobernar pero no construir un Estado. Sin instituciones sólidas, el caudillo termina siendo víctima de las mismas fuerzas que lo encumbraron. Evo recibió un Estado en crisis; su carisma, su capacidad de convocatoria, maquillaron esa crisis, pero no la trascendieron. Su discurso etnopopulista de izquierda, además, trazó una serie de coordenadas de las que no puede desviarse; se sabe que, tarde o temprano, el gobierno debe dejar de subvencionar la gasolina y aumentar el precio, pero esa medida es vista más como de un gobierno neoliberal -las cosas deben costar lo que dice el mercado que cuesten- y no como de uno que se debe al pueblo; se sabe también que quizás se necesiten más carreteras para vincular internamente al país, pero éstas no pueden hacerse sin la venia de las comunidades indígenas a las que se les ha prometido autogobierno. Así, el modelo desarrollista de Evo naufraga en medio de sus contradicciones internas.
El TIPNIS traerá cola. Por lo pronto, la oposición ha aprovechado para tomar la iniciativa, se ha reinventado como defensora de derechos indígenas que antes aceptó con reticencia, y busca responsables de la decisión de usar la fuerza para reprimir la marcha (los policías dicen que actuaron siguiendo órdenes de un fiscal, los fiscales dicen que no dijeron nada, el ministro de Gobierno acusó a su viceministro, el viceministro dice que no sabía nada, el presidente dice que de él no partió la orden…). A pesar de eso, la oposición carece de liderazgo visible. Si ese hecho tranquiliza a Evo, sí deberían inquietarle los movimientos sociales que lo llevaron al poder; son ellos quienes, ante un sistema institucional que su gobierno ha debilitado, podrían hacerlo tambalear cualquier rato. De hecho, ya lo están haciendo.
Opinión
¿QUÉ PASA, MORALES?
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Como que Evo Morales está perdiendo reflejos. Esta vez le llevó mes y medio atribuir a la prensa “las falsedades de los medios” –los apuros que le generan los reclamos de comunidades indígenas reprimidas brutalmente– que le han provocado una crisis ministerial, el rechazo de la mayoría de la población y de las organizaciones sociales y eventualmente la pérdida de legisladores decisivos a nivel parlamentario.
Solo le falta acusar al imperialismo, o mejor aun a la DEA, lo que lo hace más creíble por cuanto quienes están interesados en la “carretera” en cuestión son los plantadores de coca, el gremio de Evo. Ellos son, precisamente, los que quieren colonizar y llevar sus cultivos a zonas que, según la propia constitución de Morales, pertenecen a otras comunidades indígenas. Y a estas no les gusta que se le metan en sus terrenos, les construyan una carretera y todo sin consulta previa. Se sorprenden de que el Presidente ecoindigenista hiera la Pachamama –la madre tierra–, violentando su propio discurso y dando espacio libre al “capitalismo depredador” auspiciado y financiado por el “gran vecino”.
Puede que Morales al final supere el trance y no le pase como al ex presidente Gonzalo Sánchez de Losada, aquel que pretendió aumentar el precio del gas que se vendía a Brasil y quitarle ciertos privilegios a empresas de ese país afincadas en Bolivia, el que fue derrocado en el 2003 por una asonada civil. El detalle ahora es que la causa del conflicto es una carretera financiada y que interesa a los brasileños.
De cualquier forma, Evo va a salir muy malherido. Se deteriorará aún más su imagen, que venía en caída desde de fines del año pasado tras la primera protesta en serio de los indígenas cuando intentó subir el precio de la gasolina y tuvo que retroceder.
El tema de la consulta popular por la carretera que propone ahora se le puede complicar. Tampoco ha tenido buena acogida el recurso de una comisión investigadora para la represión policial. Muy pocos creen su argumento de que él como presidente nada tuvo que ver con la actuación de sus seguidores contra la marcha indigenista ni con la posterior represión policial. No lo creen ni los propios policías, bastante inquietos ante el anuncio presidencial de que “los responsables” de la represión serán castigados. Aunque lo que pretenda hacer sea razonable –esto es, no continuar con el subsidio a la gasolina, cuyo precio es menor que el que cobran en los países limítrofes, o construir carreteras para integrar al país–, Morales ha caído en su propia trampa y perdió credibilidad. Durante la marcha el sentimiento era explícito: “Evo decía que todo cambiaría; mentira, mentira, Evo es la misma porquería”, coreaban a viva voz los columnistas. A partir de este conflicto ya no podrá usar tan alegremente y a gusto y gana la defensa y reivindicación de “los hermanos indígenas” para imponer su mando y sus fines y para llevar adelante leyes como la que promovió para amordazar a la prensa, con el argumento de combatir la “discriminación”.
No es cuestión de periodistas ni de prensa, Morales quedó al desnudo: para él hay indígenas e indígenas, y algunos, como hoy los cocaleros y mañana los que a él le convengan, son más indígenas que otros. Y por eso la advertencia que le hacen muchos dirigentes: “Ya no nos llames hermanos”.
Opinión
EL SILENCIO DEL CORDERO
Los Andes de México (www.losandes.com.pe)
Lo que ocurre en el kollasuyo es la crónica de una muerte anunciada, y los hechos nos dan la razón puesto que si alguien en el movimiento indio puso en duda la actitud del “felipillo” Evo Morales no tiene mas que buscar en el servidor Google cuales fueron nuestros escritos sobre este personaje de cartón.
Fue tal la desfachatez de algunos indios que salieron como tromba a defenderlo y hasta recibimos insultos por nuestro proceder, y todo por señalar al verdadero enemigo del pueblo indio. Y esto solo es el principio, porque Evo jamás declaró que era presidente indio, sino un representante del sindicalismo. Todavía le quedan acólitos del Chapare, quienes le defienden para defender las migajas que caen del gobierno, quien los utiliza como carne de cañon y defender el negocio de la coca.
Recuerdo cuando recibimos una carta de un conocido dirigente indio mapuche, quien firma como periodista y nos tildó de contrarevolucionario y que no entendía como poníamos en duda a Evo.y solo basta leer nuestros artículos sobre el MAS y el Evo, para conocer nuestra posición, que viene de lejos, puesto que a nosotros no nos silencia nadie, absolutamente nadir, sólo las bases indias que son el péndulo de la lucha y rebelión.
Salta a la vista un nudo de una democracia colonial, inspirado por Garcia Linera, y secundado por sus adláteres del MAS, ya sólo nos falta el bufón y se llama Choquehuanca, menudo ministro de relaciones exteriores. A todos aquéllos romanticos soñadores de una izquierda anquilosada en el tiempo, fuera de la logica y socio del Capicom, (capitalismo-comunismo) les decimos que esta es una buena lección en los Andes y no debemos olvidar que el MAS, está enquistada en todos los poderes del estado, utilizando un ejército y policias en la tierras de Abya Yala, que jamás han vencido a los extranjeros , pero si ganan la batalla contra nuestros pueblos o sino lo utilizan como en Ecuador al coronel Gutierrez haciendolo presidente de gobierno, vaya con la diferencia unos presos y otros sometidos.
Nuestra lucha se hace larga y desigual, armas contra flechas, pero este socarrón de Morales debe saber que en los Andes, estamos decididos a cambiar todo tipo de colonialismo ya sea de izquierda o derecha pero lo decimos hasta la saciedad y que nadie olvide que el “populismo” que se observa en muchos dirigentes sólo nos llevará a la ruina y la muestra está en la historia.
Pero el avance como pueblo es permanente, es irreversible, porque sabemos que es imposible regresar a una etapa donde exigir la liberación de nuestros pueblos era una utopía.
¿Donde estan el señor Anaya, y la señora Cuningham, ya que ellos son los que ostentan los cargos que teoricamente representan a “todos” los herman@s? O el silencio tambien forma parte de una estrategia?
No basta con sentarse en una mesa o en un foro como las Naciones Unidas para dar credibilidad a sus palabras, es en el terreno de los hechos donde se ven las actuaciones de las personas.
Lo que ocurre en los Andes, es de máxima prioridad y no sólo hay que cuestionar a Evo Morales, sino exigirle responsabilidades por hacer uso de la violencia contra nuestr@s herman@s y eso solo tiene un precio, y es que personajes como este no vuelvan a pisar las tierras del kollasuyo, aunque ya sabemos de sobra que sus “amigos” beneficiarios de su política, les esperan con los brazos abiertos cuando sean sacados de sus cómodos sillones. Les espera un largo descanso en algún paraíso, igual que Sánchez de Lozada, tal para cual.
Pero no solo sucederá en la llamada Bolivia, puesto que estos acontecimientos estamos seguros se daran en otros lugares, tiempo al tiempo.
No existe en la historia de la humanidad que un opresor libere a un oprimido, y a los soñadores y romanticos les digo que la cuerda no solo sirve para atar, sino para colgar.
Volveremos y seremos millones.
Opinión
BOLIVIA: UNA REVOLUCIÓN DEVORADA POR SUS INERCIAS
La represión contra las protestas campesinas coloca a Evo Morales en una posición difícil, disputando con el pasado autoritario su menosprecio por las formas republicanas.
Los Andes de Argentina (www.losandes.com.ar)
Bolivia no suele ser sólo Bolivia. Ni sus conflictos, cerrados sólo en sus cuestiones domésticas. Hay una excepcionalidad con esa tierra que obliga a visualizarla de un modo igualmente particular en las relaciones políticas regionales. No es para menos.
Bolivia es el único país del área donde las rebeliones populares echaron por la ventana a dos presidentes constitucionales, el liberal Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003 y el centroderechista Carlos Mesa, en junio de 2005. No fueron golpes, sino insurrecciones con todo el efecto imitador que semejante proceso puede acarrear. Es también el único país que convirtió en demócrata a uno de sus peores dictadores, Hugo Banzer.
Aunque Evo Morales forma parte, es verdad, de la legión de liderazgos ultrapersonalistas y reformistas que desembarcaron en estas orillas como consecuencia del abismo de pobreza que dejó el experimento liberal de los 90, es el único caudillo verdaderamente ungido de abajo hacia arriba. El resto de sus colegas de discurso revolucionarios sencillo y amontonado, son parte de liderazgos impulsados desde arriba, es decir a partir de y por las estructuras del poder, como Hugo Chávez o Daniel Ortega.
Pero Evo responde a esas tensiones en las masas que no trepidaron en limpiar dos veces de sus gobernantes el Palacio Quemado y apostar a un dirigente de su propia entraña. Excepcionalidades mucho más centrales incluso que su condición indígena, al cabo esta última una obviedad en el gobierno en un país donde los indígenas son 80% del pueblo y de los votantes.
Pero al igual que sus colegas del rito bolivariano, Evo es en sí mismo un páramo ideológico en el que conviven -y veces a los codazos- todas las tendencias. Quien mejor ha reflejado este raquitismo es el vice Álvaro García Linera, un intelectual de pasado guerrillero que en una impresionante parábola describió en marzo pasado a una huelga en demanda de aumentos salariales como una conspiración de la derecha para derrocar al gobierno nacional y popular (!).
Aquel reclamo de inicios de año por aumentos de sueldo para los dos millones de trabajadores de la COB que acabó en un magro acuerdo de suba de 11% contra el no menos flaco 15% que pedían los sindicalistas; como, ahora, el enorme desastre que se produjo a partir de la resistencia campesina a la construcción de una ruta en el Amazonas boliviano, reflejan bastante más de lo que puede sugerir una primera noción.
Evo Morales tiene razón en defender esa ruta. Cualquier visión auténtica de progreso no lo discutiría. Pero es importante conocer que ese camino es una obra financiada por Brasil y construida por empresas de ese país para canalizar a los puertos de Chile y Perú y de ahí a Asia de la producción agropecuaria brasileña, esencialmente soja.
El campesinado cocalero donde nace el propio Morales como sindicalista y político, ve cantidad de fantasmas en esa ruta, pero lo que está reflejando el conflicto es mucho más que una furia ecologista o de temor a la extensión de la frontera cocalera. Y es también mucho más de lo que se ve lo que el gobierno ha buscado defender con una represión durísima al estilo del palo para aplastar ideologías que hicieron costumbre los regímenes autoritarios que plagaron la historia de saqueos de Bolivia.
Los números oficiales dicen que desde que Evo llego al poder en 2005, nada ha cambiado esencialmente en los niveles de pobreza que sigue intoxicando a 60% de los bolivianos, con 24,4% en la indigencia. Eso ubica a Bolivia junto a Haití y Mongolia entre los países con niveles severos de malnutrición en el mundo.
Programa de asistencia
En Bolivia funciona un programa de asistencia que inauguró el propio Morales. Es una especie de asignación universal que cubre las necesidades de las mujeres embarazadas, los niños y los ancianos. Eso le dio un gran impulso al gobierno y explica la victoria por el 60% (no perder de vista ese número) en la reelección de 2009 que obtuvo este líder indígena.
Pero ese éxito que contó con el apoyo de la central sindical COB, se transformó luego en un desafío. El costo de vida en alimentos alcanzó este año 18%, con extremos como el azúcar en 100%. El transporte se disparó al 52,7%.
Esos datos fueron los que motivaron las huelgas de comienzos de año, incentivadas además por el descomunal aumento de más de 80% que el gobierno intentó imponer en las naftas en diciembre pasado y que debió recular cuando Evo advirtió que, por una razón similar, el pueblo se desprendió de muy mala manera del liberal Sánchez de Lozada.
La carga para estigmatizar como agentes de la CIA, del imperialismo, las dictaduras genocidas y la derecha más retrógrada a la dirigencia indígena y sindical y a la oposición que no concuerda con el gobierno, constituye allí y en el resto de ese universo, una forma desesperada de teñir la realidad.
Lo que le sucede a Evo, confrontado además porque ha comenzado a romper subsidios para aliviar un déficit de más de 4% del PBI (gastos por encima de ingresos y consecuente ajuste que se traslada a la base social), es que esa realidad contradictoria denuncia las limitaciones de su capacidad de cambio. Es un concepto importante.
Se trata de la barrera que intelectuales como Samir Amin visualizaban como la que frenó la capacidad de transformación de buena parte de la dirigencia nacida del proceso descolonizador de la primera mitad del siglo pasado y que acabó como déspotas o, en términos más benevolentes, dogmáticos atrincherados contra cualquier disenso como le sucede a Chávez y sus socios hegemónicos.
El escritor boliviano Edmundo Paz Soldán sintetizó con claridad en una columna en El País de Madrid uno de los ejes centrales de este problema: "Sin instituciones sólidas - escribió-, el caudillo termina siendo víctima de las fuerzas que lo encumbraron". ¿Qué habrá pasado con esta región y sus liderazgos, que acabaron disputando con las pasadas dictaduras militares la paternidad de su desprecio por las formas republicanas? La respuesta a esa pregunta está pendiente, pero la historia, se sabe, sólo se formula aquellas que puede responder.
Opinión
IZQUIERDA Y DERECHA EN BOLIVIA SE ALZAN CONTRA EVO MORALES
La brutal represión de la Policía contra indígenas opuestos a la construcción de una carretera ha provocado que sectores con diferentes intereses se unan para reclamar la dimisión del presidente y participen juntos en una huelga general
ABC de España (www.abcdesevilla.es)
La decepción de los indígenas llegó de la mano de uno de ellos, por eso les duele tanto. El desencanto de la clase media se produjo al mismo tiempo entre los de arriba y los de abajo, los que se ven a la derecha y los que prefieren la izquierda. Evo Morales ha conseguido algo difícil no sólo en Bolivia, sino en cualquier otro país del mundo: la unión de ricos, pobres y desclasados, frente al espanto que produjo el desmantelamiento de la Policía, a golpes y culatazos, de un campamento indígena contrario a la construcción de una importante autovía en el corazón del Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
Indios chimanes, yuracarés y trinitarios mojeños formaban el grueso de la columna que marchaba a La Paz desde Trinidad, capital de Beni, el departamento que, junto con Cochabamba, estaría afectado por la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, la ruta de la discordia.
Unas 1.500 familias de pueblos del Amazonas boliviano desfilaban, desde el 15 de agosto, por los caminos del país más pobre de Sudamérica y el segundo del continente por detrás de Haití. La meta era, y es, llegar a la capital para evitar el ultraje a «la pachamama», madre tierra, territorio sagrado para ellos.
La construcción de la autovía de 306 kilómetros implica, según el trazado del segundo tramo, la tala de 177 kilómetros de árboles. Contra esto y ante la certeza de que la obra se convertirá en una puerta gigantesca a miles de campesinos cocaleros que ya han cuajado las laderas de la selva de siembras ilegales, se rebelan los «marchistas» apaleados el domingo por la Policía antimotines.
Las consecuencias inmediatas de aquella intervención le costaron esta semana a Evo Morales una huelga general, manifestaciones, cortes de carreteras, protestas que no cesan y la dimisión de dos ministros y varios funcionarios de segunda línea de su Gobierno. Además, por primera vez en sus seis años de mandato, los suyos y los que jamás le votarían unieron sus voces pidiendo su dimisión. La izquierda y la derecha se daban la mano.
Desbordado el presidente, como en crisis anteriores, tuvo que dar marcha atrás con el proyecto vial. Lo mismo sucedió durante el «gasolinazo» de enero, cuando el pueblo se echó a la calle para revertir el aumento de precio del combustible. En esta ocasión Morales salió a pedir perdón, pero no fue suficiente. «El presidente no logra tranquilizar al país. No hay señales de que las demandas y el malestar ciudadano se calmen», advierte el profesor de la Universidad de San Andrés, Carlos Cordero.
«Estamos en el principio de una espiral de conflictos —continúa— y esto no va a parar hasta el 16 de octubre». Esa es la fecha de las elecciones a magistrados, fruto de la pintoresca Constitución que promulgó e impulsó Evo Morales con el Movimiento Al Socialismo (Mas). El presidente interpretó esta convocatoria como un plebiscito a su gestión y el pueblo le ha tomado la palabra. Además «la ocasión puede servir como escenario de protesta ciudadana. Más del 50% de votos blancos o nulos restarían legitimidad y el revocatorio de su mandato estaría servido», analiza Cordero.
Descontento del Ejército
En este contexto se encuadra el descontento de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. «El Ejército no se moviliza porque el mes pasado, en un escenario sin precedentes, algunos de sus miembros fueron condenados a diez y quince años de prisión por su participación en la represión de 2003 que desembocó en la dimisión y posterior huida de Bolivia del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada», recuerda la historiadora Ximena Costa.
El malestar de las FF.AA. se extiende a la Policía, estigmatizada por el Gobierno al tratar de hacerles únicos responsables de los sucesos del domingo y, prácticamente, dejar abandonado a su suerte al destacamento que apela a la «obediencia debida».
Adolfo Chávez, presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente (Cibod) difundió en las últimas horas un documento que mostraba la intervención directa del Palacio de Gobierno en el «Plan de desconcentración», como se bautizó la operación. Posiblemente filtrado por los policías, la respuesta oficial la ofreció el vicepresidente García Linera, uno de los cerebros del Ejecutivo: «Ni del presidente ni del Ejecutivo salió esa orden».
Opinión
EN BOLIVIA
El Sol de México (www.oem.com.mx/elsoldemexico)
Coincido con ellos. No puedo más que estar de acuerdo. Me cuesta trabajo. Pero al final no puedo hacer otra cosa más que darles la razón. Sé que la labor de "Evo" ya no está bautizada por la legitimidad política; ya no se le puede otorgar ningún reconocimiento moral. Se le ha pasado la mano. Ha sido intransigente y autoritario. Pero le gente lo siente cerca. Lo siente suyo. Conoce sus problemas. No sólo eso: ha sido participe de su realidad.
Cuando los bolivianos hablan de su gente no logran contener el llanto. La injusticia social ha sido alimento diario. La diferencia. Verse como la otredad en tierra propia. La discriminación. La falta de recursos económicos. El robo de tierras. Todo ha generado heridas que aún no cierran. Los bolivianos han sido víctimas de las formas más terribles de tortura social. Pero en su horizonte, de pronto, apareció un hombre que les devolvió el nombre. Que les regresó el rostro. Que les permitió hablar. Un hombre, que para ellos, logró cambiar el lenguaje. "Cholo" ya no es término peyorativo sino signo distintivo. Las "polleras" ya no se discriminan, se portan con orgullo. Logró un lugar donde los bombines trotan por las calles sin perjuicio. Por eso, para ellos "Evo" representa algo más que un líder político. Para ellos "Evo" es un hermano. Un padre. Un salvador."Antes de que [Evo] llegara al poder -me comentan- la gente no tenía posibilidades. No tenía posibilidades económicas (que Evo les ha dado con los múltiples de los seguros populares), no tenía posibilidades sociales (el acceso a distintos lugares públicos era negado por razones de raza o apariencia), no tenía posibilidades morales (el "cholo" y el indio siempre roba, siempre tima, nunca es de confiar), tampoco tenía posibilidades de sentirse ciudadanos (muchos bolivianos se consideraban de segunda clase, sin derechos políticos y civiles). En cambio, ahora, nos ha 'limpiado' de todo eso. El indígena se reconoce y se enorgullece de su origen. La madre soltera (en Bolivia son la gran mayoría de mujeres indígenas) cuenta con un seguro que la apoya. El Estado le da a los niños un dinero mensual para que no abandonen los estudios, los mayores de 60 años reciben una mensualidad de 200 dls., que les permite acceder a alimentos dignos. La seguridad social por fin funciona: es gratuita y todos tienen acceso a ella. Evo nos hizo ver que el Estado siempre había tenido dinero. Que las arcas del Gobierno no estaban vacías. Nos hizo ver que el problema estaba en que algunos cuantos se quedaban con el dinero y que ahora es tiempo de que éste regrese a donde pertenece".
Al oír esto pienso que la reflexión pretende profundidad. Que el reclamo no quiere quedarse al margen de lo económicamente conveniente. Tampoco pretende quedarse en el romanticismo de la justicia social. Su discurso pretende legitimar al poder. Pretende hacerme ver que el haber mejorado la calidad de vida ha logrado mejorar la calidad moral de las personas, y que ha sido Evo quien ha visto y ha logrado esto.
Volteo a mí alrededor. Veo lo que hay y lo vuelvo a oír decir: "yo no creo en Evo. Yo no pienso que sea buena persona. Pero por todo lo que ha hecho por la gente pobre de este país, no podría negarle mi voto. Que se quede aquí toda la vida". ¡Ahí está! Ese es el problema de Latinoamérica. El crimen, la corrupción y al autoritarismo son lavables con medidas populistas. Lo perdonamos, siempre y cuando, nos mantengan tranquilos con dibujos románticos y sueños idealistas, siempre y cuando, nos digan que la "revolución" por fin triunfó, siempre y cuando, nos digan que la tierra es del pueblo y que el dinero es nuestro aunque no regrese de la forma que debe. Ese es el problema: la democracia tiene precio. Vuelvo a ver a mí alrededor y pienso: pero también, quién puede ser crítico con la panza vacía y el alma herida. Entonces, no me queda más que coincidir con ellos.
LOS INDÍGENAS DE BOLIVIA RETOMARON SU MARCHA CONTRA UNA POLÉMICA RUTA
La habían suspendido hace siete días tras la represión policial. Para Evo, hay un fin político.
Clarín de Argentina (www.clarin.com/mundo)
Los indígenas que rechazan un camino por la mayor reserva forestal de Bolivia reanudaron su marcha el sábado tras siete días de pausa provocados por la feroz represión policial del domingo pasado, y estaban ayer en Villa Delicias, 190 kilómetros al noroeste de La Paz.
La columna de unas 1.200 personas avanzaba con escolta de la defensoría del pueblo y organizaciones civiles para evitar una nueva acción de la policía , cuya presencia rechazaron. La marcha ya avanzó 18 kilómetros desde Quiquibey, donde volvieron a reunirse tras haber sido dispersados una semana atrás por las fuerzas de seguridad cuando iban hacia Rurrenabaque y San Borja.
Los nativos quieren exigir al gobierno de Evo Morales que “tome la decisión de modificar el proyecto a través de la promulgación de una ley que establezca expresamente que la carretera no atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS)”, dice un comunicado. Los pueblos originarios consideran que no es “ni legítima ni válida” la intención de realizar una consulta ciudadana sobre el tema, una iniciativa del presidente.
En tanto, el propio mandatario se mostró duro en sus críticas a los marchistas, denunciando que la caminata tiene un objetivo político, el de “ hacer fracasar las elecciones (de autoridades) judiciales” que se realizarán dentro de dos semanas, el 16 de octubre, cuando se supone que la marcha concluirá en La Paz. “Es un tema político y no de reivindicación del medioambiente”, dijo Morales, quien defendió los objetivos de integración y de combate a la pobreza que tiene la cuestionada ruta al TIPNIS.
La marcha cruzó el límite entre los departamentos de Beni y La Paz poco después del mediodía del sábado y se detuvo para entonar el himno nacional, tras haber recorrido dos tercios del camino desde que partieron, el 15 de agosto, de Trinidad. La columna avanza al son de ritmos indígenas en tamboriles y flautas y ahora deberá comenzar un ascenso de casi tres mil metros de altitud sobre el nivel del mar y afrontar un brusco descenso de temperaturas.
CAMINOS Y ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA
Clarín de Argentina (www.clarin.com/mundo)
Ellas dejaron la escuela para marchar con su familia. Llevan 50 días con 390 kilómetros recorridos y por momentos extrañan la casa. Daniela y Jimena se autotitulan “presidenta y vice de los grupos de marchistas infantiles”. Tienen 9 y 10 años y se ríen todo el tiempo. Jimena es la hija de Rafael Quispe, uno de los líderes de los indígenas que van hacia La Paz. Tiene la marca en el pómulo de un golpe policial. Ahora no quiere hablar más de lo que pasó cerca de Yucumo, asegura que “los palazos quedaron allá atrás”.
Tras varios días de tanteos, se acercan con más confianza, se tiran en uno de los colchones de paja que hay tirados en el pasto y se despatarran, piden ver la computadora del periodista y preguntan de todo: “¿Para qué la usa? ¿Por acá puede ver a su familia? ¿Si no tiene electricidad no sirve?”. Las dos hablan fuerte, no como a las otras tres o cuatro nenas de su edad con las que van para todos lados juntas.
En el parque nacional Isiboro Sécure, de donde vienen, escucharon muy poco de la Barbie. “Es la rubia flaquita”, dice una. “No me acuerdo”, dice la otra. Pero hoy no hablan de cosas de chicas. Entre sus palabras más usadas están “preservar”, “carretera”, “lucha”, “victoria” y “Evo”.
Hace unos días, Daniela había oído en la TV el término “armas de destrucción masiva”. Era algo relacionado con Libia. Y luego andaba repitiendo que eran “cosas que sirven para matar a todo el mundo”. Por todos lados se pavoneaba con su explicación hasta que una amiga le pidió un ejemplo. Después de pensar unos segundos, dijo: “¡Como la carretera en el TIPNIS!” (Territorio Indígena Isiboro Sécure). “Ah, ahora sí”, aceptó la amiguita.
LOS INDÍGENAS DE BOLIVIA REANUDAN SU MARCHA ENTRE ACUSACIONES
Indígenas amazónicos bolivianos reanudaron tras una dura represión su marcha de protesta contra la construcción de una carretera en plena selva financiada por Brasil, en medio de acusaciones y críticas del Gobierno.
Terra de España (www.noticias.terra.es/2011/mundo)
El presidente Evo Morales acusó a los participantes de la marcha de querer que fracasen las inéditas elecciones judiciales del 16 de octubre, ya que la marcha se encuentra a más 250 kilómetros al norte de La Paz y pretende llegar a la sede de Gobierno cuatro días antes del proceso electoral.
'Hemos reiniciado la marcha y nuestra intención no es la de enfrentarnos con nadie. Lo que debe hacer el Gobierno en vez de acusar a los indígenas es resolver de una vez este problema de la carretera', dijo a medios locales Adolfo Chávez, presidente de la Central Indígena del Oriente Boliviano y ex aliado de Morales.
Aunque relativamente pocos en número frente a las etnias aymaras y quechuas del occidente andino que respaldan masivamente a Morales, los amazónicos que iniciaron la marcha el 15 de agosto desde la ciudad oriental de Trinidad son respaldados por sectores que cuestionan el discurso ecologista del Gobierno.
El sector movilizado rechaza la construcción de una carretera que atravesaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isidoro Sécure (TIPNIS) en el centro de Bolivia.
Morales intentó nueve veces dialogar con los marchistas enviando a más de una decena de sus ministros en diferentes regiones a lo largo del trayecto, que de llegar a La Paz completaría un recorrido de 602 kilómetros. Sin embargo, ningún intento logró frenar la marcha.
Los días pasaron y, con la imposibilidad de entablar un diálogo, la intervención policial de la protesta el domingo en la región de Yucumo - unos 300 kilómetros al norte de La Paz - generó la molestia de diferentes sectores, que con movilizaciones callejeras pidieron que Morales dejara que la marcha prosiguiera.
El presidente izquierdista declaró no haber dado la orden para que la protesta fuera reprimida violentamente, pidió disculpas y anunció la suspensión temporal del proyecto.
En una concentración con productores de coca del departamento de Cochabamba el sábado, Morales - antiguo líder de los cocaleros - ratificó que no construirá la carretera mientras no se realice una consulta a las regiones indígenas afectadas, tal como establece la Constitución boliviana.
'Continuaremos la marcha rumbo a La Paz, pero que sepa el Gobierno que las heridas que ha dejado esta intervención policial todavía están abiertas', dijo el dirigente indígena Rafael Quispe.
Morales, de la etnia aymara del occidente andino y quien lleva más de un año y medio de su segundo mandato quinquenal, se había enfrentado a la dura oposición de sectores conservadores pero no de los pueblos 'originarios' a los que dice representar.
Tras la intervención policial a los indígenas, el Gobierno izquierdista atravesó por una crisis interna que provocó la renuncia de dos ministros del gabinete político.
INDÍGENAS QUE RECHAZAN CAMINO VOLVIERON A MARCHAR
REPRESIÓN CREA CRISIS DE IDENTIDAD Y UNIDAD EN GOBIERNO DE EVO MORALES
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
La represión policial a indígenas que rechazan un proyecto vial y la insistencia de Evo Morales en ejecutarlo evidenciaron una crisis de identidad en el Gobierno de Bolivia que amenaza con fracturar su unidad. Nativos que rechazan un camino en la mayor reserva forestal volvieron a marchar, mientras los campesinos se aprestan a movilizarse exigiendo lo contrario.
Morales se alineó con los colonizadores y los indígenas se sienten traicionados y amenazan romper el Pacto de Unidad, que es la columna vertebral del Movimiento al Socialismo. Según Abdón Patiño, dirigente de la Confederación Indígena del Oriente (CIDOB), “este gobierno solo tuvo de indígena el rostro y ahora lo estamos descubriendo”.
Felipe Quispe, dirigente indígena de tierras altas, afirmó que Morales “es campesinista y clasista, se sirvió de nosotros para llegar a la silla, por eso ahora el indígena está en el suelo y sobre él caminan en el palacio”.
El propio presidente Morales reconoció públicamente que su imagen como primer presidente indígena de Bolivia es fruto de la propaganda en los inicios de su gestión hace cinco años.
“Yo nunca me consideré como primer presidente indígena, pero sí como primer presidente sindicalista”, declaró Morales en agosto en una entrevista exclusiva del diario Página Siete.
Morales afirmó en esa ocasión: “Entendí que era el primer presidente que venía de la lucha sindical. Ese denominativo de primer presidente indígena viene del pueblo y de comentarios de analistas”. Esa calificación le permitió cimentar su imagen internacional. “Somos los más humillados, los más despreciados, inclusive en algunos años condenados al exterminio”, dijo en el 2008 en el foro permanente para cuestiones indígenas de la ONU.
La CIDOB (indígenas de tierras bajas) integra el Pacto de Unidad con la Confederación de Ayllus y Markas del Qollasuyo (CONAMAQ-indígenas de tierras altas), la Confederación de Trabajadores Campesinos (CSUTCB), los colonizadores y la Confederación de Mujeres Bartolina Sisa.
La CIDOB, de 34 naciones indígenas, rechaza un camino por el parque Isiboro Sécure y en su marcha sobre La Paz están también los principales dirigentes indígenas de tierras altas (aimaras y quechuas).
En favor del proyecto vial se agrupan campesinos, colonizadores y la confederación de mujeres Bartolina Sisa. Según Pedro Calderón, dirigente de los colonizadores, la CIDOB y CONAMAQ “se han identificado en contra del proceso de cambio, pero aun así como la mayoría seguiremos apoyando al Presidente”.
Según Jorge Mendoza, vicepresidente de los indígenas del Parque, el gobierno “está alejado de los indígenas, pero a nosotros no nos interesa porque vivimos de lo nuestro. No recibimos ningún tipo de apoyo”. La analista política Teresa Zegada consideró que “esta una ruptura muy compleja entre campesinos y cocaleros ante los indígenas es muy peligrosa”.
Además de sacar a luz la crisis de identidad del gobierno, la intervención policial a la marcha indígena, hace siete días, puso también al Gobierno frente al movimiento sindical.
LOS INDÍGENAS INSTAN A MORALES A RETRASAR LAS ELECCIONES JUDICIALES HASTA RESOLVER EL CONFLICTO DEL TIPNIS
El Economista de España (www.eleconomista.es)
El presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CPIB), Adolfo Chávez, ha instado al presidente del país, Evo Morales, a retrasar las elecciones judiciales, previstas para el 16 de octubre, hasta que se resuelva el conflicto con las comunidades del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
El líder indígena ha indicado que lo más conveniente sería retrasar a noviembre la celebración de los comicios, ya que está previsto que la marcha de protesta que protagonizan las comunidades del TIPNIS contra la construcción de una carretera llegue entre el 13 y el 15 de octubre a La Paz.
Chávez ha argumentado, en declaraciones a la Red Erbol, que la coincidencia de las elecciones judiciales con la llegada de la marcha indígena a la capital del país podría poner en riesgo la seguridad tanto de los indígenas como de los electores.
El pasado viernes, Morales reveló que organizaciones campesinas --que constituyen su base de apoyo social-- han recabado pruebas de que detrás de la protesta de los indígenas del TIPNIS hay un plan para hacer fracasar estos comicios, uno de los buques insignia de su segunda legislatura.
Este domingo, el presidente ha reiterado dichas acusaciones, en un evento con miles de cooperativistas del departamento de Potosí (suroeste). "La marcha de los pueblos indígenas supuestamente era para defender los derechos de la Madre Tierra, pero en realidad tiene como objetivo el fracaso de las elecciones judiciales y atentar contra la democracia", ha aseverado.
Unos 5,2 millones de bolivianos están llamados a las urnas el próximo 16 de octubre para elegir por primera vez a los magistrados de los tribunales Constitucional, Supremo de Justicia y Agroambiental, así como del Consejo de la Magistratura, según estimaciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE), recogidas por la Agencia Boliviana de Información (ABI)
MORALES PIDE UNA CONSULTA POR LA RUTA
El presidente boliviano participó de un acto de aprobación de su gobierno, realizado por sus bases campesinas y varios funcionarios del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el trópico de Cochabamba. Los indígenas rechazaron su propuesta.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
La Octava Marcha Indígena volvió al camino, a seis días de que un operativo policial terminara con los mil marchistas dispersos y apaleados, muchos heridos. Ayer ingresaron al Departamento de La Paz, cuya ciudad está a 300 kilómetros, donde exigirán al presidente Evo Morales la suspensión definitiva del proyecto carretero que pasa por dentro del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), además de otras 15 demandas. En el otro rincón, Morales participó de un acto de aprobación de su gobierno, realizado por sus bases campesinas y varios funcionarios del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el trópico de Cochabamba.
“La marcha ya entró a La Paz. Ese sería el titular”, sugirió desde la comunidad Las Delicias Rafael Quispe Flores, mallku de Industrias Extractivas del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq). El aymara mira con preocupación la cara de su hija Jimena, de 11 años, herida por un bastonazo que le dieron los uniformados en Yucumo el domingo pasado.
La Octava Marcha salió ayer a las seis de la mañana de la comunidad Quiquibey, 43 kilómetros delante de donde fueron agredidos inopinadamente por 500 agentes antimotines. Los marchistas indicaron que necesitan carpas y mantas, porque muchas de las que tenían fueron quemadas por los policías. Muchos indígenas habían salido de la represión apaleados y sólo con lo puesto. Con la solidaridad de poblaciones como San Borja y Rurrenabaque fueron de nuevo vestidos y curados.
Las y los marchistas prevén que llegarán a la sede de gobierno el 12 de octubre, cuando falten cuatro días para las elecciones de magistrados del Organo Judicial. Para la misma fecha, las tres organizaciones campesinas incondicionales de Morales prometen hacer “reventar” La Paz con la movilización de 200 mil afiliados a la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb, en la que el presidente milita), la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa (Cnmciob BS) y la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia (Cscib, organización que realizó el bloqueo a la marcha indígena en Yucumo, lo que después habría justificado la intervención policial).
Como “ensayo” de lo que será el 12 de octubre, estas tres organizaciones marcharon el viernes pasado por La Paz para agradecer al presidente por encarnar al “proceso de cambio” boliviano. Pero la población, todavía sensibilizada por las imágenes de la golpiza a los indígenas, les gritó “asesinos”, entre otras delicadezas, y hasta les echaron agua de algunos edificios.
El sábado, la movilización pro gubernamental se realizó en la localidad de Aroma, en Cochabamba, encabezada por las Seis Federaciones del Trópico cochabambino, cuyo presidente también es Morales.
“Exigimos que el presidente del Estado tome la decisión histórica de modificar el proyecto carretero a través de la promulgación de una ley que establezca expresamente que la carretera no atravesará el Tipnis”, indicaron los marchistas en una resolución firmada antes de reanudar la caminata. Para los indígenas, el gobierno no cumplió con la Constitución en lo referente al derecho a la consulta previa, libre e informada a las comunidades cuyos territorios pudieran ser afectados por algún megaproyecto.
En su intervención de ayer, el presidente dejó de lado estos cuestionamientos y se enfocó en el daño ambiental que podría ocasionar la carretera de 306 kilómetros. Morales comentó que el pavimento pasaría por varias comunidades del Tipnis, donde ya existe un camino vecinal. Y aseguró que son 60 kilómetros de selva virgen los que desmontarían las topadoras.
Morales pidió ante sus bases realizar ahora una consulta a las comunidades indígenas afectadas, a ver si desean o no a la carretera. En este sentido, el presidente indicó que este referéndum podría extenderse a los departamentos de Cochabamba y Beni, involucrados en la ruta que también uniría comercialmente a Chile con Brasil.
Desde la Octava Marcha rechazaron esta propuesta, porque aseguran que vulnera el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, ambos con status de ley en Bolivia.
Hoy, los mil indígenas que componen la marcha avanzarán otros 20 o 30 kilómetros hacia el Palacio Quemado. Ayer, tres legisladores oficialistas les dieron alcance en Las Delicias para tratar de reactivar el diálogo. Pero los marchistas recordaron que el domingo pasado al mediodía les había llegado una invitación del gobierno para negociar las 16 demandas. Pocas horas después, les cayó encima la policía con todas sus aplicaciones represivas.
Los indígenas descartaron la propuesta de algunos policías de custodiar la marcha hasta su ingreso a La Paz, porque no quieren relacionarse con quienes los apalearon días atrás.
“Pedimos el amparo y respaldo de todo el pueblo boliviano, y en particular del pueblo de La Paz, para continuar con nuestra marcha. Por ello, convocamos a todos los bolivianos y paceños a acudir a nuestro encuentro y acompañar nuestra marcha pacífica hasta la ciudad de La Paz”, dijeron los indígenas.
LA CARRETERA ¿INTERESES ESPAÑOLES EN BOLIVIA?
La derechona debería estar totalmente apartada, por su continuada deslegitimación, del debate sobre la preservación de la Madre Tierra. la guerra del agua, la masacre el Alto, o la del Porvenir..
Kaos en la red (www.kaosenlared.net/noticia)
Recogen algunos medios que la Fiscalía de Bolivia ha admitido a trámite una denuncia de los partidos de la derecha para enjuiciar al Presidente Evo Morales por genocidio.
Si parece desmesura la afirmación, para un hecho calificado de tanta gravedad por el Presidente como para iniciar desde el ejecutivo investigaciones y paralizar de inmediato la carretera de la discordia, que uniría Cochabamba con el Beni, pero donde no hubo ningún muerto, (porque así lo permiten las leyes bolivianas, más amplias que nuestras leyes occidentales) , más atrabiliario resulta que dicha demanda la interpongan elementos de la derecha que se sublevaron en 2008, humillaron a campesinos e indigenas en la propia Sucre, destruyeron aeropuertos, y causaron los muertos numerosos de Pando.
Hace pocas semanas, en Sucre, la Corte Suprema dictaba sentencia por el caso de 70 asesinatos y 400 heridos en la llamada "guerra del gas", represión que provocó la huida de Sanchez de Losada a Estados Unidos y a otros exministros a Perú, y por la que el presidente español de entonces , Aznar, solo supo decir "que eso no afectara a los intereses españoles".
Los hechos, pues, son diametralmente opuestos ahora. Evo Morales llegó a la Presidencia con más del doble de votos que Sanchez de Losada, y aupado por la rabia movilizadora de aquella y otras represiones, como la producida en 2000 en la "guerra del agua" en Cochabamba (véase pelicula Tambien la LLuvia), con participación directa de la empresa española Abengoa.
Ahora bien en esa "carretera", ¿por qué tanto empeño en construirla, pese a la oposición tradicional de los habitantes del Parque Nacional Isiboro Sécure, y a las propias leyes bolivianas que declararon Territorio Indigena, intangible, mucho antes de la llegada de Evo Morales de forma contundente a la Presidencia en 2005?
El gobierno y su Presidente desde luego tienen la responsabilidad mayor. Pero las "presiones" son muchas y las corporaciones multinacionales de matriz española no son ajenas.
Desde Brasil la presión e intereses también son determinantes, y tampoco faltan allí influencias de capital supuestamente español.
Se trata de continuar la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIIRSA), de la que el trazado por el TIPNIS forma parte, y cuyo diseño obedece a intereses internacionales para que en sectores como el petróleo, la energía hidroeléctrica y la construcción, a los megacapitalistas les siga yendo más que bien.
Conocidas han sido las presiones directísimas del gobierno español y de la corona, para acomodar los intereses de empresas españolas a cualquier cambio producido en Bolivia, con visitas directas de De la Vega y otros ministros, con pequeñas migajas de cooperación para que las petroleras y eléctricas no fueran afectadas en sus contratos.
Las tropelías, desmanes y abusos de Repsol-YPF han afectado a diferentes ámbitos de la realidad física y social boliviana y se encuentran ampliamente documentadas en numerosos informes y publicaciones.
"territorios comunitarios de origen" han tenido y tienen leoninos contratos con Repsol, saltándose elementales protecciones a derechos ambientales e indígenas.
Entre ellos en el Bloque Sécure, afectando al Parque.
Este mes pasado , del 16 al 25 de septiembre, se celebraba la Expocruz, una más de las numerosas ferias comerciales, esta vez en Santa Cruz de la Sierra, segunda ciudad del país, y allí, con elemental lógica, las empresas españolas hacian su labor: Pero ¿cuánta de esa labor comercial se está haciendo a costa de presiones demasiado severas a los mandatarios? .
Unión Fenosa, Central Hispano, Electropaz, BBVA, Iberdrola, Abertis, Aena, Prisa (con Santillana, ATB, La Razón, Nuevo Día, Extra, Eductrade), Abengoa, Aguas de Barcelona-La Caixa, Santander.. tienen también un amplio negocio cuyas externalidades con frecuencia solo suponen padecimientos para la población autóctona.
Evo Morales ha dicho que es imperdonable el ataque a la Marcha Indigena.
A esa marcha indigena y sus contenidos esenciales de proteger el TIPNIS se le ha estado dando apoyo desde Asturias, lo mismo que se acompañó a Evo Morales en sus tres estancias en Asturias. La última a pocos meses de ganar por vez primera las elecciones, y cuando casi nadie se interesaba por sus planteamientos, los de los Pueblos humildes, campesinos y Originarios de Bolivia.
Desde ese Respeto, y esa controversia con "la carretera" , también se ha compartido la reflexión esencial de mucha gente sabia:
Bolivia debería seguir siendo el ejemplo ante el mundo de defensa a la Madre Tierra, más aún como país que fue impulsor del Día Internacional de la Madre Tierra aprobado en la ONU. Miles de delegados de los cinco continentes (entre ellos de Asturias) que participaron en la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los derechos de la Madre Tierra (en Tiquipaya, Cochabamba) el año pasado están profundamente contrariados por la posición del Gobierno de Bolivia, y por eso se pide la supresión Definitiva del proyecto, pese a las presiones exteriores en contrario.
Pero el genocidio, en Bolivia, unicamente lo han cometido gobiernos militares, de derechas, y hay varias sentencias al respecto.
Editorial
CHILE Y BOLIVIA: ENEMIGOS ETERNOS
En democracia, ningún gobierno, ni los de la Concertación ni el actual, ha hecho un esfuerzo real por cambiar el escenario interno de Chile frente a la mediterraneidad de Bolivia. Resulta extraño escuchar, de gente de todo signo político o vocación empresarial, asegurar que no existe piso ni siquiera en el PC para ceder una franja territorial a Bolivia.
El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl/opinion)
Un viejo aforismo jurídico señala que lo accesorio sigue la suerte de lo principal. En la política exterior de un país es muy parecido. Lo que mueve a los países son intereses y los que captan la atención de su gobierno son sus intereses más fuertes. Estos mandan sobre los intereses más débiles o secundarios, sin perjuicio de los tratados internacionales y las reglas de la buena crianza. De ahí la importancia del menú de intereses estratégicos que enarbola cada país cuando sale a construir sus relaciones exteriores y cómo este se arma.
Si es esta la racionalidad que impera, ello brinda certidumbre y previsibilidad a los escenarios internacionales y permite prever el curso de los acontecimientos, privilegiar algunas cosas sobre otras, y adoptar decisiones coherentes. En el caso de Chile y Bolivia ello no parece ocurrir. Más bien parecen atados por la fatalidad.
Desde la óptica de los hechos prácticos, es evidente que para Bolivia uno de sus intereses nacionales más fuerte es la solución de su mediterraneidad y la obtención de una salida soberana al Océano Pacífico. Se puede especular sobre todas las implicaciones que ello tiene para el desarrollo de la identidad, la cultura o el desarrollo nacional de ese país, pero está claro que es un factor determinante en una amplia variedad de temas políticos y sociales.
Para Chile, no existe ninguna duda que un interés estratégico fundamental es solucionar de manera segura y sustentable sus necesidades de energía. Parte sustancial de su desarrollo nacional está vinculado a emprendimientos mineros, principalmente en la zona norte, donde los recursos más escasos son la energía y el agua.
Sin embargo, tanto Bolivia como Chile parecen haberse jurado ser enemigos eternos, pese a que uno tiene abundancia de gas y otro de mar. No tienen relaciones diplomáticas, viven planteándose controversias, y ninguno de los dos se enfoca de manera racional a la solución de sus intereses estratégicos: la mediterraneidad y la energía. Ello porque los enfoques y medios que usan, más los alejan que acercan de sus metas.
El interés superior de la soberanía, concepto con muchos ángulos difusos – cada vez más en la globalización- les hace mayor sentido cultural.
Existen diferentes significados atribuidos a ella, pero la noción más general y compartida es aquella que la refiere –como lo hace Rudolf von Ihering- a la capacidad autónoma de autolimitarse frente a un poder externo. Desde ese punto de vista, la capacidad de ceder soberanía sería el acto más soberano que puede realizar un Estado, y no como se piensa, el de afirmar su autonomía política frente a terceros.
Parece razonable que tal racionalidad requiera una base de legitimidad esencial, cual es que los actos que conducen a ella sean legales y mayoritarios, es decir, tengan su fuente en el soberano y en un sentido común de la mayoría.
Al respecto se debe señalar que los sentidos comunes en política no son eternos. Más aún, las reglas de la democracia permiten que las propuestas programáticas de los partidos políticos sobre una infinidad de cosas – que no son otra cuestión que intereses privados llevados a lo público como visión de buena sociedad- cambien el sentido común vigente y lo transformen en una nueva mayoría. Lo que hace el liderazgo político real es hacer prevalecer una visión sobre otras, incluso si parte en desventaja frente al sentido común vigente.
En las relaciones con Bolivia, es un hecho casi anecdótico que la oportunidad más cercana de solución haya sido impulsada por dos dictaduras, la de Augusto Pinochet y la de Hugo Banzer, pese a que incluso todavía no mediaba la urgencia del tema energético. El aislamiento y falta de credenciales democráticas les impidió encontrar el apoyo multilateral que la iniciativa implicaba a la larga.
En democracia, ningún gobierno, ni los de la Concertación ni el actual, ha hecho un esfuerzo real por cambiar el escenario interno de Chile frente a la mediterraneidad de Bolivia. Resulta extraño escuchar, de gente de todo signo político o vocación empresarial, asegurar que no existe piso ni siquiera en el PC para ceder una franja territorial a Bolivia. Y decidir que lo mejor es ir tirando el carro de acuerdo a como se de la coyuntura. Parece una locura o utopia tratar de convencer a alguien en el país que se justificaría plenamente, por ejemplo, cambiar franja por combustible. El sello ineluctable de la fatalidad histórica domina la racionalidad de la decisión, presiona el exceso de sigilo de la diplomacia, o pone nota de eventual negocio, a un tema que requiere de opinión pública para que el escenario cambie.
Ello deja a Chile, una vez más, empeñado en una política exterior, en este caso de sustentabilidad energética, basada en la coyuntura y no en la estrategia. Lo que resulta complejo pues, independientemente de lo que ocurre en el interior del país, en el plano internacional el escenario se presenta complejo a mediano plazo.
Los esfuerzos de integración eléctrica con Argentina, lo más posible dadas las buenas relaciones, puede toparse con un escollo diplomático de proporciones, si el descubrimiento de yacimientos de petróleo en Las Malvinas tensa aún más las relaciones entre Argentina y Gran Bretaña. Allí Chile, que ha reconocido Las Malvinas como argentinas, puede sentir la tentación del petróleo cercano y de abastecimiento seguro, lo que augura una difícil diplomacia.
Hacia el norte de Sudamérica, la integración eléctrica ya tiene el ritmo de La Haya: lento y frío, y es poco más lo que se puede esperar de ella.
De ahí que pensar que el gas de Bolivia no existe, porque no están dadas las condiciones de inversión y explotación segura es abdicar, de manera anticipada, a una fuente que si bien difícil, existe, y en determinadas condiciones, podría estar disponible.
Se supone que los intereses estratégicos de los países son permanentes y suscitan políticas de Estado, que trascienden la temporalidad de los gobiernos. La pregunta que surge es ¿qué sería necesario hacer para que políticos de izquierda y de derecha, tan categóricos en el diagnóstico, plantearan una solución estratégica al tema? El canje territorial con Bolivia es una opción, por cierto tan opinable como la energía nuclear, la neutralidad frente a Gran Bretaña, o la alianza estratégica con Argentina. Lo único que no se sostiene es pensar que en este tema solo interesa el rating electoral.
AVANZA EL POSIBLE PUERTO PARA BOLIVIA EN PISAGUA
Prósperas conversaciones entre el gobierno chileno y su par boliviano podrían dar por resultado un puerto del vecino país en la localidad de Pisagua. Así lo informó el alcalde de Huara, Carlos Silva, quien esta semana se reunió con Evo Morales en La Paz.
El Boy al Día de Chile (www.elboyaldia.cl/node)
Desde hace meses, cuando recibió la visita del cónsul general de Bolivia en Chile en su comuna, el alcalde de Huara, Carlos Silva, está hablando sobre la posibilidad de crear un puerto boliviano en Pisagua, posibilidad está con más fuerza que nunca después de haberse reunido con el presidente Evo Morales en La Paz y que éste le informara sobre las conversaciones que mantienen entre los gobiernos.
Silva resaltó la importancia que podría traer este proyecto para su comuna, que se podría convertir en un nodo de integración entre Sudamérica y Asia por el Oceáno Pacífico.
“Esto lo puedo decir porque el gobierno boliviano me autorizó a hablar de las conversaciones: La Cancillería de Chile le ofreció tres puertos a Bolivia al sur de Arica, Arica, Mejillones y Patillos, y Bolivia oficializó su requerimiento en ninguno de esos tres puertos, sino que en Pisagua, y a la autoridad de gobierno nacional le pareció muy bien y hoy están trabajando sobre esa base el posible acuerdo que llegue Chile con Bolivia en la salida al Pacífico”, declaró el alcalde de Huara.
La necesidad de los bolivianos por contar con un puerto se debe a que el vecino país “tiene proyectos mineros importantes en la zona de Oruro, tiene proyectos de gas importantes en el sector de Tarija y es necesario sacarlo al Asia”, según explicó Silva.
Además, el alcalde anunció que el gobierno boliviano se comprometió a arreglar la ruta Huara-Oruro, “queda el tramo entre Pisiga y Colchane”, precisó”, y aseguró que “entre ambos países hay un avance y la comuna de Huara puede ser la gran beneficiada”.
Ante las dudas que puedan surgir respecto a este proyecto portuario, Carlos Silva aclaró que “no es ni mucho menos soberanía ni nada de eso, lo quiero dejar bien claro. Lo que hoy quieren con Pisagua es un puerto, como es el puerto de Iquique, que es licitado por un privado y el gobierno boliviano tiene intereses en participar de esa licitación”.
El alcalde señaló que quienes cuestionen esta posibilidad deben entender la iniciativa “como integración económica, que nos conviene a las dos países, y no como otro tipo de chovinismo económico que se puede ver en otra parte, acá hay un trabajo muy serio”.
Silva sentenció que volverá a reunirse con Evo Morales en Bolivia para dialogar sobre el tema y anunció que durante los próximos meses se podrían saber avances concretos sobre las conversaciones entre ambos países.
ACEPAR SUSPENDE LA IMPORTACIÓN DE HIERRO DE BOLIVIA
Según la industria paraguaya, el motivo se debe a cuestiones administrativas de siderurgia de Mutún.
La Nación de Paraguay (www.lanacion.com.py)
Un importante cargamento de hierro del megayacimiento de El Mutún, ubicado en el departamento de Santa Cruz, Bolivia, fue suspendido por parte de Aceros del Paraguay (Acepar) en forma temporal. Esta información fue confirmada por Enio Quevedo, gerente de Relaciones Institucionales de la empresa local.
Al respecto, según medios de prensa de Bolivia, el presidente de la empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), Sergio Alandia, informó que el motivo serían los conflictos que se registran en nuestro país hace dos días.
“Al preparar la exportación el martes, recibimos el dinero de Acepar, pero en la nota los ejecutivos de esa empresa solicitaron la postergación de la operación mientras retorne la normalidad a la región”, explicó Alandia. Según publica el portal digital Jornadanet de dicho país, el titular de ESM denunció que esta es la segunda vez que se suspende la exportación de acero al Paraguay debido a los conflictos regionales que provocan un retraso en la llegada de maquinaria pesada para incrementar la producción en ese yacimiento.Por su parte, Quevedo señaló que el motivo de la suspensión obedece a un problema administrativo de la siderúrgica boliviana.
“La fábrica del Mutún no está todavía explotada, recién están equipando y se hizo un acuerdo con ellos, pero están teniendo problemas de tipo administrativo con gente de la zona”, refirió Quevedo.
PÉRDIDASEl presidente de la siderurgia precisó que por un día de retraso del inicio de producción se pierden al menos 148 millones de dólares.
El portal de noticias señala igualmente que las fuentes oficiales indican que Acepar comprará al menos 144.000 toneladas de hierro que generarán un ingreso de 6 millones de dólares para Bolivia.
La obra depende del Gobierno de la Nación
PIDEN AGILIZAR LOS TRABAJOS DEL GASODUCTO NEA
El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.aom.cr)
Obreros de la construcción piden que se agilicen las obras del promocionado Gasoducto del Nea para generar empleo en el interior provincial. La obra debe llevar gas por red a varias provincias y tuvo una amplia difusión pero denuncian que los trabajos están demorados y sin perspectivas de avance.
El gasoducto servirá para llevar gas desde Bolivia a Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones, Santa Fe y parte de Salta y se espera el inicio de obras en Campo Duran.
Del proyecto, anunciado el año pasado como un paso muy importante por la Presidencia, hasta ahora se concretó nada más que una primera etapa según informó Américo Villa, encargado de la delegación Tartagal de Uocra (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina).
“Se construyó sólo un tramo de 50 kilómetros. Faltan 300 y no se sabe cuándo empezarán las obras”, dijo Villa a El Tribuno.
El referente de Uocra estimó que podrían contratar a 400 personas en el trecho que debe encararse ahora, de Campo Duran a Ingeniero Juárez.
Villa aseguró que hoy intentará reunirse con legisladores para llamar la atención sobre la demora. La ejecución depende del Gobierno de la Nación.
CRECE MUSEO CUBANO DE LA GUAYABERA CON PIEZA DE EVO MORALES
Spanish China (www.spanish.people.com.cn)
La colección de un museo cubano de guayaberas utilizadas por varias personalidades creció con la donación de una camisa perteneciente al presidente de Bolivia, Evo Morales.
El embajador boliviano en Cuba, Palmiro León, entregó el sábado la camisa al Museo de la Guayabera, con sede en el Museo de la provincia de Sancti Spíritus, unos 350 kilómetros al este de La Habana, ubicado en una casona construida en 1740, una de las más antiguas del centro del país.
La prenda donada al museo, que forma parte del Proyecto Sociocultural "La Guayabera", es de color blanco y mangas cortas, con bordados de racimos de uvas maduras y verdes.
El diplomático, citado hoy por la prensa local, explicó que esa camisa fue regalada a Morales por los vinicultores del departamento de Tarija, en el sur boliviano, y que el mandatario la utilizó en varios de sus recorridos por el país.
En julio pasado, el museo, que ya tiene 130 prendas, había recibido la donación de otra guayabera perteneciente al recién fallecido líder del Movimiento Pastores por la Paz, el reverendo estadounidense Lucius Walker.
En esa institución se pueden apreciar esas prendas, entre las que sobresale una blanca de hilo y mangas largas que el entonces presidente cubano Fidel Castro vistió en 1994 en la IV Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias.
En esa reunión, Castro abandonó por primera vez su tradicional uniforme verde olivo, y lució la elegante guayabera por recomendación del escritor colombiano Gabriel García Márquez, amigo personal del ex mandatario, quien dejó el poder en julio de 2006 tras una severa crisis de salud.
Precisamente, el museo exhibe otra guayabera, también blanca, perteneciente a García Márquez, quien la envió desde Cartagena.
La camisa llegó a Cuba tras ser entregada por la esposa del escritor, Mercedes Barcha, al narrador Senel Paz, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), por gestión de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que desde 1986 preside el ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982.
Con la pieza del "Gabo", son dos los Premios Nobel de Literatura presentes en el museo, pues desde 2009 se exhibe una del guatemalteco Miguel Angel Asturias en ocasión de su centenario.
Asturias, nacido en 1899 y fallecido en 1974, ha sido el único Nobel de Literatura de Centroamérica, galardón que obtuvo en 1967, un año después de haber sido condecorado con el Premio Lenin de la Paz.
En abril pasado, la colección recibióuna prenda enviada por el presidente Rafael Correa y que fue entregada por el embajador ecuatoriano en Cuba, Edgar Ponce. El director del museo y uno de los promotores de "La Guayabera", Carlos Figueroa, subrayó que entre los objetivos del proyecto está incorporar a la colección otras prendas similares pertenecientes a dignatarios de los países que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
En la muestra también hay una prenda roja,de margas largas, donada por el presidente venezolano Hugo Chávez, a quien se la regaló el mandatario brasileño Luiz Inácio "Lula" da Silva.
En una carta de presentación de la guayabera al museo, fechada el 4 de octubre de 2009, Chávez escribió: "¡Oh, guayabera rojita/ frescura de caña brava y de brisa/ te vas llena de Bolívar/ para mi Cuba querida"!".El museo también tiene dos guayaberas blancas y de mangas cortas del actual presidente cubano Raúl Castro, y una azul con botones de plata que perteneció a la directora del Ballet Nacional de Cuba,la mítica bailarina Alicia Alonso.
También hay una prenda de Shafick Handal(1930-2006) quien fuera secretario general del Partido Comunista de El Salvador y uno de los cinco miembros de la Comandancia General del guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Se exhiben, además, piezas de los independentistas puertorriqueños Rafael Cancel Miranda y Filiberto Ojeda, esteúltimo muerto el año pasado en un enfrentamiento con agentes de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI). Entre las guayaberas de personalidades cubanas sobresalen las del músico Compay
Segundo, el tricampeón olímpico de boxeo Teófilo Stevenson, y el cirujano ortopédico Rodrigo Alvarez Cambra. La paternidad de la guayabera, una prenda generalmente masculina con alforzas verticales y a veces con bordados, y que lleva bolsillos en la pechera y en los faldones, aún se discute, aunque en Cuba la provincia de Sancti Spíritus es aceptada como cuna de esa pieza.
El Proyecto Sociocultural "La Guayabera", surgido en 2007 a instancias de un grupo de intelectuales y artistas cubanos, fue reconocido en 2009 con el Premio Regional del Centro de Intercambio y Referencia Iniciativas Comunitarias (Cieric), el Premio de Género de la Agencia Suiza de Cooperación.
También fue distinguido por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba como Proyecto Relevante de 2009.
UN PINTOR QUE REGISTRÓ LA GUERRADEL CHACO Y RETRATÓ A LOS INDÍGENAS
Ultima Hora de Paraguay (www.ultimahora.com.py)
Prácticamente toda la obra de este pintor está centrada en la documentación de gran valor etnográfico sobre las comunidades indígenas, sobre todo las del Chaco. Siendo combatiente, registró la guerra con Bolivia.
Es evidente que para una o dos generaciones de paraguayos, la vivencia directa de la Guerra del Chaco constituyó un hito decisivo en sus vidas. Por ello, no es menos cierto que para los artistas que vivían y creaban en nuestro país antes y después de 1932–1935, dicha contienda se convirtió en importante motivación de su quehacer artístico. El caso del pintor paraguayo Roberto Holden Jara es bien particular en ese sentido.
Nacido en Asunción en 1900 (algunas reseñas biográficas lo tienen por nacido un año antes, pero es preferible seguir a Josefina Plá en esto), había estudiado sus primeros trazos con aquel italiano, maestro de muchos en las primeras décadas del siglo XX, llamado Héctor da Ponte. Acrecentó sus conocimientos técnicos y su vena creadora aprendiendo en destacados medios del arte contemporáneo como Buenos Aires, Madrid, Roma y París.
En la capital española estudió en la famosa Escuela Especial de Pintura, Grabado y Escultura de San Fernando, en donde tuvo como compañero a un célebre pintor español: Salvador Dalí. A su regreso al país, y con 26 años, expuso por primera vez individualmente en el Gimnasio Paraguayo.
Su pintura estaba cargada de un realismo tradicional y bucólico, hasta que marchó rumbo a las trincheras chaqueñas y de allí regresó, aún cuando ya había demostrado interés en las etnias del Alto Paraná, con el descubrimiento definitivo de su arte: las etnias de la Región Occidental del Paraguay, aquellas también sufrientes espectadoras o protagonistas de la locura de la guerra.
LOS INDÍGENAS Y LA GUERRA. De allí en más, Roberto Holden Jara se dedicaría con obsesivo interés a registrar, casi con un lenguaje especular de etnógrafo, la realidad y la historia del indígena chaqueño, sobre todo del maká.
Pero no solo en eso radica su valor y aporte. Se convirtió en una especie de documentalista pictórico de primera mano sobre variadas escenas de la guerra con Bolivia. En junio pasado, justamente en el contexto de un aniversario más de la Paz del Chaco, su única hija, Beatriz Holden de Rojas, hizo de curadora de una exposición de obras de su padre (en el Centro Cultural Paraguayo Americano) referidas a la guerra en la que fue a la vez soldado y pintor.
De hecho, al mismo tiempo que Holden Jara luchaba en el frente (en donde también hizo de hábil cartógrafo), sus obras eran expuestas en la muestra Artistas Paraguayos en Buenos Aires, junto a las de Julián de la Herrería, Juan Anselmo Samudio, Pablo Alborno y Modesto Delgado Rodas.
Hace exactamente setenta años, en el Salón de la Alianza Francesa, Holden Jara mostró sus nuevos trabajos de tema indígena. Eran en su mayoría cabezas de indios de diferentes etnias: makás, matacos, chamacocos, entre otros. Fue también un gran retratista. Los que hizo de Natalicio González y Julio Correa resaltan particularmente.
Es uno de los fundadores de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Asunción. En algún momento proyectó un Museo del Indígena. Fue presidente de la Asociación Indigenista del Paraguay, del Centro de Artistas Plásticos y del Comité Nacional de Artes Plásticas, dependiente este último de la Unesco.
Algunas de sus obras se encuentran albergadas en museos de Asunción, como el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Cerámica y Bellas Artes Julián de la Herrería. Roberto Holden Jara murió el 9 de febrero de 1984.
EMBAJADOR BOLIVIANO CONDENA DECISIÓN CONTRA RENÉ GONZÁLEZ
Escambray de Cuba (www.escambray.cu)
Palmiro León Soria-Saucedo consideró que “este caso demuestra que en EE.UU. la justicia tiene un precio”.
“René se va a quedar dentro de la boca del lobo”, aseguró el diplomático.
“René se va a quedar dentro de la boca del lobo”, aseguró el excelentísimo señor Palmiro León Soria-Saucedo, embajador del Estado Plurinacional de Bolivia en Cuba, al comentar la decisión de la justicia de Estados Unidos de que René González Sehwerert cumpla los tres años de libertad supervisada en territorio norteamericano, después de salir de prisión el próximo 7 de octubre.
En declaraciones a la prensa espirituana, el diplomático subrayó que Bolivia no aprueba la determinación de la jueza Joan Lenard, del Distrito Sur de la Florida, quien el pasado 16 de septiembre rechazó la moción para modificar las condiciones de la libertad supervisada presentada por René González en febrero del actual año.
René González, uno de los Cinco antiterroristas cubanos presos en centros penitenciarios de Estados Unidos, solicitó que se le permitiese viajar a y residir en Cuba durante ese período.
En opinión del embajador de Bolivia en la isla, la actitud de la jueza Lenard desnuda toda la injusticia presente en el sistema jurídico norteamericano.
“Este caso demuestra a los pueblos de América Latina y del resto del mundo que en Estados Unidos la justicia tiene un precio, el precio de la corrupción, el precio de los antivalores que caracterizan al imperio”, indicó León Soria-Saucedo.
El embajador señaló que el pueblo boliviano y el latinoamericano, en general, de una manera cada vez más creciente comprenden la doble moral del Gobierno de los Estados Unidos en el enfrentamiento al terrorismo.
“Los Cinco sí son héroes de la lucha contra el terrorismo, esencialmente del que se hacía y se hace contra Cuba”, subrayó.
Palmiro León manifestó que la justicia estadounidense se ensañó contra René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, quienes ayudaban a proteger la vida de los cubanos.
El diplomático añadió que cualquier ciudadano del mundo puede ser víctima de la política terrorista fomentada y financiada por las administraciones de EE.UU. contra la isla, y puso como ejemplo el caso del joven turista italiano Fabio Di Celmo, fallecido a causa de una bomba colocada hace 14 años en el hotel Copacabana, en la capital.
En diciembre de 2001 un jurado de Miami condenó a René González a 15 años de prisión, que cumple en una cárcel de Marianna, Florida.
El embajador del Estado Plurinacional de Boliviana en Cuba asistió en Sancti Spíritus a la entrega de dos prendas de vestir donadas por el presidente Evo Morales Ayma al proyecto sociocultural La Guayabera, único en la isla.
EL JUICIO DONDE SE REVELA CÓMO SE MUEVE EL NEGOCIO NARCO
A la banda la delató un traficante arrepentido. La integraban un ex militar y su esposa, entre otros. Iban a mandar 429 kilos de cocaína a una firma fantasma de España. La droga llegaba desde Bolivia. El testigo que contó todo vive en un lugar secreto.
El Clarín de Argentina (www.clarin.com.ar)
Entre el 2 y el 4 de diciembre de 2008 la Policía Federal secuestró 429 kilos de cocaína que iban a ser enviados a España disimulados en un cargamento de madera y dentro de una heladera industrial. El caso terminó con varios detenidos, entre ellos un militar retirado y su esposa, que comenzaron a ser juzgados la semana pasada.
Pero los detalles del expediente, al que tuvo acceso Clarín , revelan mucho más que la responsabilidad de los acusados: es un verdadero manual acerca de cómo las organizaciones internacionales de narcotraficantes se mueven en Argentina, pagándole comisiones a socios locales –que se encargan de armar los embarques y hacer los trámites aduaneros–, usando avionetas para entrar droga al país y monitoreando la triangulación desde oficinas en barrios exclusivos de Capital y Gran Buenos Aires.
La investigación de esta causa –a cargo del juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky– se inició con la declaración como arrepentido de un personaje con chapa de “pez gordo”, en lo que a logística de envíos de droga a Europa se refiere. Enfermo de cáncer y a punto de ser condenado a 10 años por el caso “Merluza Blanca” (900 kilos de cocaína decomisados en 2006), Manuel Kleiman (59) le pasó a la Justicia el dato de que se estaba preparando un envío de media tonelada de cocaína a España a través de una empresa maderera.
El hombre aportó los nombres de los responsables de la “logística” que él no había podido hacer por estar preso. Como arrepentido, marcó al ex militar Horacio Bergamo (63) y a su esposa Liliana Falcón (59), que fueron detenidos en diciembre de 2008 y hoy, aún presos, son dos de las tres personas que están siendo juzgadas por el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 1.
Con su declaración, Kleiman logró entrar al Programa de Protección de Testigos y Arrepentidos del Ministerio de Justicia de la Nación. Desde hace algunos meses vive en un lugar secreto y, según contaron fuentes del caso a Clarín , es seguro que su declaración en el juicio que continúa hoy en los Tribunales de Avenida de los Inmigrantes, en Retiro, se haga a través de una videoconferencia, por cuestiones de seguridad .
La pista de Kleiman –que se hizo famoso poco después por tratar de involucrar a Francisco De Narváez con el escándalo de la “efedrina”– fue precisa en este caso.
El 2 de diciembre de 2008 se secuestraron 315 kilos de cocaína que estaban escondidos en maderas en un depósito fiscal de Avellaneda, listos para ser exportados a España. Entonces cayeron Bergamo y Falcón en su casa de Moreno.
Dos días después, se hizo otro allanamiento en otro depósito de Avellaneda y allí se encontraron, dentro de una heladera industrial, 114 kilos. El tercer imputado del juicio oral, Gustavo Toscano (44), sólo está acusado de este último hecho.
En la lista de involucrados también hay un español, Bernardo Murcharaz (50), responsable de la empresa Itatí Industrias Madereras S.A, cuya filial en España era la importadora del cargamento. Murcharaz no llegará a juicio ahora porque en 2008 fue alertado de que la Policía estaba por detenerlo y logró fugarse a Colombia, donde luego fue detenido .
Al español lo extraditaron a fines del año pasado y el último 24 de enero declaró ante el juez Aguinsky. Lo que dijo es un manual de cómo se mueven los narcos , aunque él se desvinculó del tráfico.
Murcharaz contó que su nexo con lo ocurrido fue el colombiano Marco Acosta Acevedo ( hoy prófugo ) con quien se reunió varias veces en un departamento de Puerto Madero y quien, cuando venía al país, vivía en un country de la localidad bonaerense de Benavídez.
El le contó que “la droga la traían de Santa Cruz de la Sierra en una avioneta hasta alguna provincia del Norte del país y luego la trasladaban a Buenos Aires. A Bergamo lo tenían de payaso. El sabía lo que hacían los colombianos, obvio, pero no tomaba decisiones. Cobraba una comisión por cada envío”, declaró el español.
En su indagatoria, Murcharaz confió que un vecino de la maderera –ubicada en Zárate– le advirtió que la Policía lo estaba siguiendo y que cuando le contó esto a Acosta Acevedo, éste primero se hizo el desentendido y luego lo convocó a una reunión en una torre de Puerto Madero donde había otro colombiano, un argentino y un boliviano.
“Marco (que se lo llevó aparte) me dijo que estaban en un callejón sin salida, que el colombiano que estaba en el living era el jefe de una oficina para la que estaban trabajando y que ya no se podía volver atrás”, dijo Murcharaz, y agregó que desde entonces le pusieron a dos colombianos que lo acompañaban las 24 horas del día .
Fue Marco también el que, ya desde Colombia, le avisó por teléfono que se tenía que escapar porque la Policía lo iba a buscar . Y Murcharaz logró fugarse. Lo hizo por la misma ruta por la que había entrado la cocaína del embarque: la frontera argentino boliviana.
Era el 21 de enero de 2006 y así inauguraba Evo Morales su nueva condición de “apu mallku”, o “líder supremo”, ataviado con coloridas túnicas de monarca recién coronado. Comenzaba su gestión al frente de Bolivia.
Un día antes de la toma de posesión formal a su cargo, Evo reunió el apoyo total de los pueblos indígenas, en un país en el que más del 60% de los habitantes pertenece a alguno de los pueblos originarios.
Ellos lo acompañaron. Lo ungieron en el templo del Sol y se juraron gobernar por 500 años. Lo apoyaron en los momentos más difíciles de su primera gestión y sostuvieron la refundación del país, la transformación en ese Estado plurinacional que, como toda etapa fundacional, está cargada de desafíos y problemas.
En 2009, lo reeligieron; sin embargo, ahora lo acorralan con sus múltiples reclamos.
Cuando propuso la ruta que uniría a Brasil con Perú, sin que hubiera involucrada acción del “imperialismo”, el Gobierno y los medios de comunicación impulsaron el proyecto, que se erigía como una necesidad de Estado. Pero es sabido que si hay un país difícil de gobernar y de reunir intereses, ese es, justamente, Bolivia, por su carácter multiétnico y plurinacional.
Un país que para gobernarlo se necesita del conocimiento cabal de la sociedad y el talento político de un orfebre. Evo demostró tener lo primero, pero puso más de una vez en duda esto último.
El conflicto por la construcción de la ruta que atravesaría el Parque Nacional Tipnis llevaba varios años. No obstante, fue hasta hace un par de semanas que comenzó a recalentarse, cuando las comunidades de la región de Yucumo, en el amazónico departamento de Beni, decidieron iniciar una larga marcha hacia La Paz para hacerle saber al Gobierno que no permitirán que se concrete el proyecto.
Una jornada decisiva
El viernes 25 de septiembre, grupos de colonos cocaleros intentaron evitar el paso de la marcha, apoyados por policías que reprimieron indiscriminadamente. Los manifestantes llegaron a defenderse hasta con flechas, mientras algo se rompía, tal vez definitivamente, en la relación con el apu mallku.
Las reiteradas protestas en las ciudades por la violencia ejercida contra los marchistas, la falta de explicaciones concretas de los responsables de la Policía y del exministro del Interior Sacha Llorenti, defensor de los derechos humanos al que muchos señalan como el culpable, no llegaron rápidamente.
El Gobierno quedó sumido en una profunda crisis.
“Este gobierno se caracterizó siempre por la concentración de las decisiones en una sola persona. Pero ahora, Evo deslinda responsabilidades acusando a los medios de comunicación. Creo que eso irritó un poco más a algunos sectores”, opinó el analista Carlos Cordero, profesor de la Universidad Católica.
La pérdida de brújula por parte del Gobierno quedó de manifiesto el lunes 26 de septiembre, cuando Cecilia Chacón, la primera mujer en la historia del país en convertirse en ministra de Defensa, dijo al presidente en su carta de renuncia: “Así no”, y se fue del Gobierno en solidaridad con los indígenas.
Detrás de ella comenzaron a caer varios funcionarios como un castillo de naipes, hasta obligar al presidente a una reformulación más profunda de su gabinete y su gestión.
Una cosa es el discurso...
Para Carlos Toranzo, analista político, el conflicto originado por el Tipnis viene a demostrar que “una cosa era el discurso a favor de los indígenas y los pueblos originarios, y otra muy distinta son las acciones. Quedó al desnudo que ese indigenismo era falso. Que aquí lo que se intentó imponer era la idea sindical y cocalera y el discurso fundamentado en la extracción de los recursos naturales sin importar el medio ambiente. El MAS ha derrumbado los símbolos que había ofrecido respetar y ahora quedó expuesto”.
Esa construcción, esa oferta a la que se refiere Toranzo, que comenzó a mediados de la década del 90 contra la erradicación de la hoja de coca en el Chapare, hasta transformarlo en un liderazgo nacional para trabajadores y pueblos originarios, parece haber entrado en crisis desde diciembre, cuando el Gobierno dio marcha atrás con el “gasolinazo” y se ha ahondado ahora con el conflicto amazónico. A tal punto que las divisiones dentro del Gobierno son más que elocuentes y que esa costumbre de retroceder ante la presión de la calle aparece como una especie de tumor que se expande por todo el cuerpo de la administración Morales, en manos de un presidente confundido, cuando menos, que parece haber desatado la ira de los dioses que lo habían arropado aquel 21 de enero de 2006, en el imponente Tiahuanaco.
Editorial II
LA DEBILIDAD DE EVO MORALES
La feroz represión a una marcha de guaraníes ha minado aún más la base de sustentación del presidente de Bolivia
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
La gestión del presidente de Bolivia, Evo Morales, atraviesa un momento crítico como consecuencia de la violenta represión policial contra una marcha indígena guaraní, que protestaba en procura de paralizar la inconsulta construcción de una carretera que atraviesa su territorio: el del Parque Nacional Isiboro Sécure.
La represión, de una dureza extrema, dejó un saldo de un manifestante muerto y acusaciones de que habría algunos otros desaparecidos. Provocó, además, la renuncia de la ministra de Defensa, así como la del titular del Interior.
Evo Morales enfrenta no sólo la ruptura con los principales movimientos indigenistas, sino una huelga general convocada por la Confederación Obrera Boliviana, que hasta no hace mucho lo apoyaba, como expresión de solidaridad con los reprimidos. Esto, en el marco de una opinión pública que cada vez se muestra más desilusionada con su presidente y comienza a manifestar indignación.
Ocurre que la cobardía del ataque contra los manifestantes, perpetrado cuando estaban almorzando, unida a la desproporción con que se los reprimió, resulta absolutamente inaceptable y ha suscitado un rechazo generalizado, tanto dentro como fuera de Bolivia.
El pedido tardío de perdón realizado por el mandatario, que aceptó que existieron excesos, no desliga a su gobierno de la responsabilidad consiguiente ni parece haber calmado a los movimientos indígenas. En los hechos, la marcha de los guaraníes hacia la ciudad de La Paz continuará, ahora con mucha mayor visibilidad. A ella se sumarán, según otros anuncios, otras marchas de campesinos e indígenas que exigen a Morales resolver convenios postergados, como el referido a los límites departamentales entre Oruro y Potosí.
Morales, que ha desdibujado la democracia boliviana, está perdiendo aceleradamente popularidad. Pero no por ello deja de tratar de consolidar un poder hegemónico para su partido, el Movimiento al Socialismo. Bolivia se apresta a concurrir nuevamente a las urnas, el 16 del corriente, para reestructurar el Poder Judicial, con la posibilidad de que sus magistrados también terminen siendo sumisos al poder político.
La marcha que fue reprimida llevaba semanas de tránsito pacífico. No obstante, desde el gobierno se había convocado a grupos de choque de otras etnias para tratar de interrumpirla.
La crudeza de las imágenes de horror transmitidas por los medios parece haber provocado una fuerte reacción popular adversa que agrava el acelerado deterioro político del mandatario boliviano.
Desde el gobierno se denuncia ahora la existencia de "un complot mediático", como si simplemente informar a la población acerca de episodios lamentables, como el sucedido en la región de Yucumo, fuera "desestabilizador". Lo que equivale a sostener que los medios no pueden informar objetivamente al pueblo boliviano acerca de lo que sucede cuando resulta palmario que el gobierno central ha abusado de su autoridad y utilizado irresponsablemente la violencia.
El autoritarismo político propio del modelo que ha estructurado Evo Morales, una vez más, ha derivado en la restricción de la libertad de expresión y en el cercenamiento violento de las libertades civiles del pueblo boliviano, lo que ha erosionado aún más la imagen de quien lo gobierna desde el Palacio Quemado. Morales se ha ido alejando más y más de quienes originariamente conformaron las bases sobre las que se sustentó el poder de la actual administración, que hoy se muestran profundamente desilusionadas.
Opinión
LOS LÍMITES DE EVO
Las crisis de los últimos meses y el conflicto indígena pueden hacer tambalear a Morales. El estilo autoritario puede gobernar pero no construir un Estado
El País de España (www.elpais.com.es)
Hace poco más de un mes, el 15 de agosto, cuando se inició la marcha indígena convocada en protesta contra la construcción de una carretera, el presidente Evo Morales dijo: “Cuando se presentan este tipo de problemas, para mí no es nada. Algún ministro se asusta”. Después de que esa marcha fuera reprimida por la policía el pasado domingo, la protesta popular creció tanto que quizás Evo se haya asustado un poco. Dos días más tarde, dos ministros renunciaron y se anunció que diez parlamentarios indígenas abandonarían la coalición del MAS (sin esos parlamentarios Evo perdería los dos tercios necesarios para aprobar leyes sin debate, como lo ha venido haciendo). No solo eso: en mensaje a la nación Evo anunció que suspendería la construcción de la carretera mientras se hicieran consultas a la población. Para entonces, el movimiento se siente con la fuerza suficiente para exigir la cancelación del proyecto, lo que obligaría a buscar otra ruta para la carretera.
El conflicto indígena ha obligado a Evo a retroceder por segunda vez en menos de un año. El pasado diciembre, el gasolinazo –alza del precio de la gasolina para que esta se adecuara a su costo en países limítrofres-- fue otra medida que llevó a la gente a la calle y asestó un golpe duro a la popularidad del presidente (nueve meses después, aun no se ha recuperado: en una encuesta reciente, recibe un 36% de apoyo). Lo novedoso de estas crisis ha sido que la protesta proviene sobre todo de los movimientos sociales afines al partido de gobierno; en el último caso, el añadido simbólico es que son indígenas quienes dicen no sentirse representados por Evo.
La carretera motivo de la discordia iba a dividir el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), creado en 1990, sin que los pueblos indígenas que viven en esa región hubieran sido consultados, según lo manda la propia Constitución impulsada por el gobierno de Evo. Para muchos, se cayó la máscara ecologista e indigenista de Evo, mostrando que él es, antes que nada, el líder sindical de los productores de coca del Chapare (los más beneficiados con la construcción de la carretera).
Las crisis de los últimos meses muestran que Evo ha encontrado los límites de su poder. Hubo un momento en que su inmenso capital político le permitió “refundar” el país aprobando una nueva Constitución, arrinconar los deseos de autonomía de departamentos económicamente poderosos como Santa Cruz y burlar las leyes a su antojo para desmantelar cualquier intento de oposición a su gobierno. Y muestra que el estilo autoritario, centralista, bajo el viejo molde del caudillismo latinoamericano, puede gobernar pero no construir un Estado. Sin instituciones sólidas, el caudillo termina siendo víctima de las mismas fuerzas que lo encumbraron. Evo recibió un Estado en crisis; su carisma, su capacidad de convocatoria, maquillaron esa crisis, pero no la trascendieron. Su discurso etnopopulista de izquierda, además, trazó una serie de coordenadas de las que no puede desviarse; se sabe que, tarde o temprano, el gobierno debe dejar de subvencionar la gasolina y aumentar el precio, pero esa medida es vista más como de un gobierno neoliberal -las cosas deben costar lo que dice el mercado que cuesten- y no como de uno que se debe al pueblo; se sabe también que quizás se necesiten más carreteras para vincular internamente al país, pero éstas no pueden hacerse sin la venia de las comunidades indígenas a las que se les ha prometido autogobierno. Así, el modelo desarrollista de Evo naufraga en medio de sus contradicciones internas.
El TIPNIS traerá cola. Por lo pronto, la oposición ha aprovechado para tomar la iniciativa, se ha reinventado como defensora de derechos indígenas que antes aceptó con reticencia, y busca responsables de la decisión de usar la fuerza para reprimir la marcha (los policías dicen que actuaron siguiendo órdenes de un fiscal, los fiscales dicen que no dijeron nada, el ministro de Gobierno acusó a su viceministro, el viceministro dice que no sabía nada, el presidente dice que de él no partió la orden…). A pesar de eso, la oposición carece de liderazgo visible. Si ese hecho tranquiliza a Evo, sí deberían inquietarle los movimientos sociales que lo llevaron al poder; son ellos quienes, ante un sistema institucional que su gobierno ha debilitado, podrían hacerlo tambalear cualquier rato. De hecho, ya lo están haciendo.
Opinión
¿QUÉ PASA, MORALES?
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Como que Evo Morales está perdiendo reflejos. Esta vez le llevó mes y medio atribuir a la prensa “las falsedades de los medios” –los apuros que le generan los reclamos de comunidades indígenas reprimidas brutalmente– que le han provocado una crisis ministerial, el rechazo de la mayoría de la población y de las organizaciones sociales y eventualmente la pérdida de legisladores decisivos a nivel parlamentario.
Solo le falta acusar al imperialismo, o mejor aun a la DEA, lo que lo hace más creíble por cuanto quienes están interesados en la “carretera” en cuestión son los plantadores de coca, el gremio de Evo. Ellos son, precisamente, los que quieren colonizar y llevar sus cultivos a zonas que, según la propia constitución de Morales, pertenecen a otras comunidades indígenas. Y a estas no les gusta que se le metan en sus terrenos, les construyan una carretera y todo sin consulta previa. Se sorprenden de que el Presidente ecoindigenista hiera la Pachamama –la madre tierra–, violentando su propio discurso y dando espacio libre al “capitalismo depredador” auspiciado y financiado por el “gran vecino”.
Puede que Morales al final supere el trance y no le pase como al ex presidente Gonzalo Sánchez de Losada, aquel que pretendió aumentar el precio del gas que se vendía a Brasil y quitarle ciertos privilegios a empresas de ese país afincadas en Bolivia, el que fue derrocado en el 2003 por una asonada civil. El detalle ahora es que la causa del conflicto es una carretera financiada y que interesa a los brasileños.
De cualquier forma, Evo va a salir muy malherido. Se deteriorará aún más su imagen, que venía en caída desde de fines del año pasado tras la primera protesta en serio de los indígenas cuando intentó subir el precio de la gasolina y tuvo que retroceder.
El tema de la consulta popular por la carretera que propone ahora se le puede complicar. Tampoco ha tenido buena acogida el recurso de una comisión investigadora para la represión policial. Muy pocos creen su argumento de que él como presidente nada tuvo que ver con la actuación de sus seguidores contra la marcha indigenista ni con la posterior represión policial. No lo creen ni los propios policías, bastante inquietos ante el anuncio presidencial de que “los responsables” de la represión serán castigados. Aunque lo que pretenda hacer sea razonable –esto es, no continuar con el subsidio a la gasolina, cuyo precio es menor que el que cobran en los países limítrofes, o construir carreteras para integrar al país–, Morales ha caído en su propia trampa y perdió credibilidad. Durante la marcha el sentimiento era explícito: “Evo decía que todo cambiaría; mentira, mentira, Evo es la misma porquería”, coreaban a viva voz los columnistas. A partir de este conflicto ya no podrá usar tan alegremente y a gusto y gana la defensa y reivindicación de “los hermanos indígenas” para imponer su mando y sus fines y para llevar adelante leyes como la que promovió para amordazar a la prensa, con el argumento de combatir la “discriminación”.
No es cuestión de periodistas ni de prensa, Morales quedó al desnudo: para él hay indígenas e indígenas, y algunos, como hoy los cocaleros y mañana los que a él le convengan, son más indígenas que otros. Y por eso la advertencia que le hacen muchos dirigentes: “Ya no nos llames hermanos”.
Opinión
EL SILENCIO DEL CORDERO
Los Andes de México (www.losandes.com.pe)
Lo que ocurre en el kollasuyo es la crónica de una muerte anunciada, y los hechos nos dan la razón puesto que si alguien en el movimiento indio puso en duda la actitud del “felipillo” Evo Morales no tiene mas que buscar en el servidor Google cuales fueron nuestros escritos sobre este personaje de cartón.
Fue tal la desfachatez de algunos indios que salieron como tromba a defenderlo y hasta recibimos insultos por nuestro proceder, y todo por señalar al verdadero enemigo del pueblo indio. Y esto solo es el principio, porque Evo jamás declaró que era presidente indio, sino un representante del sindicalismo. Todavía le quedan acólitos del Chapare, quienes le defienden para defender las migajas que caen del gobierno, quien los utiliza como carne de cañon y defender el negocio de la coca.
Recuerdo cuando recibimos una carta de un conocido dirigente indio mapuche, quien firma como periodista y nos tildó de contrarevolucionario y que no entendía como poníamos en duda a Evo.y solo basta leer nuestros artículos sobre el MAS y el Evo, para conocer nuestra posición, que viene de lejos, puesto que a nosotros no nos silencia nadie, absolutamente nadir, sólo las bases indias que son el péndulo de la lucha y rebelión.
Salta a la vista un nudo de una democracia colonial, inspirado por Garcia Linera, y secundado por sus adláteres del MAS, ya sólo nos falta el bufón y se llama Choquehuanca, menudo ministro de relaciones exteriores. A todos aquéllos romanticos soñadores de una izquierda anquilosada en el tiempo, fuera de la logica y socio del Capicom, (capitalismo-comunismo) les decimos que esta es una buena lección en los Andes y no debemos olvidar que el MAS, está enquistada en todos los poderes del estado, utilizando un ejército y policias en la tierras de Abya Yala, que jamás han vencido a los extranjeros , pero si ganan la batalla contra nuestros pueblos o sino lo utilizan como en Ecuador al coronel Gutierrez haciendolo presidente de gobierno, vaya con la diferencia unos presos y otros sometidos.
Nuestra lucha se hace larga y desigual, armas contra flechas, pero este socarrón de Morales debe saber que en los Andes, estamos decididos a cambiar todo tipo de colonialismo ya sea de izquierda o derecha pero lo decimos hasta la saciedad y que nadie olvide que el “populismo” que se observa en muchos dirigentes sólo nos llevará a la ruina y la muestra está en la historia.
Pero el avance como pueblo es permanente, es irreversible, porque sabemos que es imposible regresar a una etapa donde exigir la liberación de nuestros pueblos era una utopía.
¿Donde estan el señor Anaya, y la señora Cuningham, ya que ellos son los que ostentan los cargos que teoricamente representan a “todos” los herman@s? O el silencio tambien forma parte de una estrategia?
No basta con sentarse en una mesa o en un foro como las Naciones Unidas para dar credibilidad a sus palabras, es en el terreno de los hechos donde se ven las actuaciones de las personas.
Lo que ocurre en los Andes, es de máxima prioridad y no sólo hay que cuestionar a Evo Morales, sino exigirle responsabilidades por hacer uso de la violencia contra nuestr@s herman@s y eso solo tiene un precio, y es que personajes como este no vuelvan a pisar las tierras del kollasuyo, aunque ya sabemos de sobra que sus “amigos” beneficiarios de su política, les esperan con los brazos abiertos cuando sean sacados de sus cómodos sillones. Les espera un largo descanso en algún paraíso, igual que Sánchez de Lozada, tal para cual.
Pero no solo sucederá en la llamada Bolivia, puesto que estos acontecimientos estamos seguros se daran en otros lugares, tiempo al tiempo.
No existe en la historia de la humanidad que un opresor libere a un oprimido, y a los soñadores y romanticos les digo que la cuerda no solo sirve para atar, sino para colgar.
Volveremos y seremos millones.
Opinión
BOLIVIA: UNA REVOLUCIÓN DEVORADA POR SUS INERCIAS
La represión contra las protestas campesinas coloca a Evo Morales en una posición difícil, disputando con el pasado autoritario su menosprecio por las formas republicanas.
Los Andes de Argentina (www.losandes.com.ar)
Bolivia no suele ser sólo Bolivia. Ni sus conflictos, cerrados sólo en sus cuestiones domésticas. Hay una excepcionalidad con esa tierra que obliga a visualizarla de un modo igualmente particular en las relaciones políticas regionales. No es para menos.
Bolivia es el único país del área donde las rebeliones populares echaron por la ventana a dos presidentes constitucionales, el liberal Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003 y el centroderechista Carlos Mesa, en junio de 2005. No fueron golpes, sino insurrecciones con todo el efecto imitador que semejante proceso puede acarrear. Es también el único país que convirtió en demócrata a uno de sus peores dictadores, Hugo Banzer.
Aunque Evo Morales forma parte, es verdad, de la legión de liderazgos ultrapersonalistas y reformistas que desembarcaron en estas orillas como consecuencia del abismo de pobreza que dejó el experimento liberal de los 90, es el único caudillo verdaderamente ungido de abajo hacia arriba. El resto de sus colegas de discurso revolucionarios sencillo y amontonado, son parte de liderazgos impulsados desde arriba, es decir a partir de y por las estructuras del poder, como Hugo Chávez o Daniel Ortega.
Pero Evo responde a esas tensiones en las masas que no trepidaron en limpiar dos veces de sus gobernantes el Palacio Quemado y apostar a un dirigente de su propia entraña. Excepcionalidades mucho más centrales incluso que su condición indígena, al cabo esta última una obviedad en el gobierno en un país donde los indígenas son 80% del pueblo y de los votantes.
Pero al igual que sus colegas del rito bolivariano, Evo es en sí mismo un páramo ideológico en el que conviven -y veces a los codazos- todas las tendencias. Quien mejor ha reflejado este raquitismo es el vice Álvaro García Linera, un intelectual de pasado guerrillero que en una impresionante parábola describió en marzo pasado a una huelga en demanda de aumentos salariales como una conspiración de la derecha para derrocar al gobierno nacional y popular (!).
Aquel reclamo de inicios de año por aumentos de sueldo para los dos millones de trabajadores de la COB que acabó en un magro acuerdo de suba de 11% contra el no menos flaco 15% que pedían los sindicalistas; como, ahora, el enorme desastre que se produjo a partir de la resistencia campesina a la construcción de una ruta en el Amazonas boliviano, reflejan bastante más de lo que puede sugerir una primera noción.
Evo Morales tiene razón en defender esa ruta. Cualquier visión auténtica de progreso no lo discutiría. Pero es importante conocer que ese camino es una obra financiada por Brasil y construida por empresas de ese país para canalizar a los puertos de Chile y Perú y de ahí a Asia de la producción agropecuaria brasileña, esencialmente soja.
El campesinado cocalero donde nace el propio Morales como sindicalista y político, ve cantidad de fantasmas en esa ruta, pero lo que está reflejando el conflicto es mucho más que una furia ecologista o de temor a la extensión de la frontera cocalera. Y es también mucho más de lo que se ve lo que el gobierno ha buscado defender con una represión durísima al estilo del palo para aplastar ideologías que hicieron costumbre los regímenes autoritarios que plagaron la historia de saqueos de Bolivia.
Los números oficiales dicen que desde que Evo llego al poder en 2005, nada ha cambiado esencialmente en los niveles de pobreza que sigue intoxicando a 60% de los bolivianos, con 24,4% en la indigencia. Eso ubica a Bolivia junto a Haití y Mongolia entre los países con niveles severos de malnutrición en el mundo.
Programa de asistencia
En Bolivia funciona un programa de asistencia que inauguró el propio Morales. Es una especie de asignación universal que cubre las necesidades de las mujeres embarazadas, los niños y los ancianos. Eso le dio un gran impulso al gobierno y explica la victoria por el 60% (no perder de vista ese número) en la reelección de 2009 que obtuvo este líder indígena.
Pero ese éxito que contó con el apoyo de la central sindical COB, se transformó luego en un desafío. El costo de vida en alimentos alcanzó este año 18%, con extremos como el azúcar en 100%. El transporte se disparó al 52,7%.
Esos datos fueron los que motivaron las huelgas de comienzos de año, incentivadas además por el descomunal aumento de más de 80% que el gobierno intentó imponer en las naftas en diciembre pasado y que debió recular cuando Evo advirtió que, por una razón similar, el pueblo se desprendió de muy mala manera del liberal Sánchez de Lozada.
La carga para estigmatizar como agentes de la CIA, del imperialismo, las dictaduras genocidas y la derecha más retrógrada a la dirigencia indígena y sindical y a la oposición que no concuerda con el gobierno, constituye allí y en el resto de ese universo, una forma desesperada de teñir la realidad.
Lo que le sucede a Evo, confrontado además porque ha comenzado a romper subsidios para aliviar un déficit de más de 4% del PBI (gastos por encima de ingresos y consecuente ajuste que se traslada a la base social), es que esa realidad contradictoria denuncia las limitaciones de su capacidad de cambio. Es un concepto importante.
Se trata de la barrera que intelectuales como Samir Amin visualizaban como la que frenó la capacidad de transformación de buena parte de la dirigencia nacida del proceso descolonizador de la primera mitad del siglo pasado y que acabó como déspotas o, en términos más benevolentes, dogmáticos atrincherados contra cualquier disenso como le sucede a Chávez y sus socios hegemónicos.
El escritor boliviano Edmundo Paz Soldán sintetizó con claridad en una columna en El País de Madrid uno de los ejes centrales de este problema: "Sin instituciones sólidas - escribió-, el caudillo termina siendo víctima de las fuerzas que lo encumbraron". ¿Qué habrá pasado con esta región y sus liderazgos, que acabaron disputando con las pasadas dictaduras militares la paternidad de su desprecio por las formas republicanas? La respuesta a esa pregunta está pendiente, pero la historia, se sabe, sólo se formula aquellas que puede responder.
Opinión
IZQUIERDA Y DERECHA EN BOLIVIA SE ALZAN CONTRA EVO MORALES
La brutal represión de la Policía contra indígenas opuestos a la construcción de una carretera ha provocado que sectores con diferentes intereses se unan para reclamar la dimisión del presidente y participen juntos en una huelga general
ABC de España (www.abcdesevilla.es)
La decepción de los indígenas llegó de la mano de uno de ellos, por eso les duele tanto. El desencanto de la clase media se produjo al mismo tiempo entre los de arriba y los de abajo, los que se ven a la derecha y los que prefieren la izquierda. Evo Morales ha conseguido algo difícil no sólo en Bolivia, sino en cualquier otro país del mundo: la unión de ricos, pobres y desclasados, frente al espanto que produjo el desmantelamiento de la Policía, a golpes y culatazos, de un campamento indígena contrario a la construcción de una importante autovía en el corazón del Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
Indios chimanes, yuracarés y trinitarios mojeños formaban el grueso de la columna que marchaba a La Paz desde Trinidad, capital de Beni, el departamento que, junto con Cochabamba, estaría afectado por la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, la ruta de la discordia.
Unas 1.500 familias de pueblos del Amazonas boliviano desfilaban, desde el 15 de agosto, por los caminos del país más pobre de Sudamérica y el segundo del continente por detrás de Haití. La meta era, y es, llegar a la capital para evitar el ultraje a «la pachamama», madre tierra, territorio sagrado para ellos.
La construcción de la autovía de 306 kilómetros implica, según el trazado del segundo tramo, la tala de 177 kilómetros de árboles. Contra esto y ante la certeza de que la obra se convertirá en una puerta gigantesca a miles de campesinos cocaleros que ya han cuajado las laderas de la selva de siembras ilegales, se rebelan los «marchistas» apaleados el domingo por la Policía antimotines.
Las consecuencias inmediatas de aquella intervención le costaron esta semana a Evo Morales una huelga general, manifestaciones, cortes de carreteras, protestas que no cesan y la dimisión de dos ministros y varios funcionarios de segunda línea de su Gobierno. Además, por primera vez en sus seis años de mandato, los suyos y los que jamás le votarían unieron sus voces pidiendo su dimisión. La izquierda y la derecha se daban la mano.
Desbordado el presidente, como en crisis anteriores, tuvo que dar marcha atrás con el proyecto vial. Lo mismo sucedió durante el «gasolinazo» de enero, cuando el pueblo se echó a la calle para revertir el aumento de precio del combustible. En esta ocasión Morales salió a pedir perdón, pero no fue suficiente. «El presidente no logra tranquilizar al país. No hay señales de que las demandas y el malestar ciudadano se calmen», advierte el profesor de la Universidad de San Andrés, Carlos Cordero.
«Estamos en el principio de una espiral de conflictos —continúa— y esto no va a parar hasta el 16 de octubre». Esa es la fecha de las elecciones a magistrados, fruto de la pintoresca Constitución que promulgó e impulsó Evo Morales con el Movimiento Al Socialismo (Mas). El presidente interpretó esta convocatoria como un plebiscito a su gestión y el pueblo le ha tomado la palabra. Además «la ocasión puede servir como escenario de protesta ciudadana. Más del 50% de votos blancos o nulos restarían legitimidad y el revocatorio de su mandato estaría servido», analiza Cordero.
Descontento del Ejército
En este contexto se encuadra el descontento de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. «El Ejército no se moviliza porque el mes pasado, en un escenario sin precedentes, algunos de sus miembros fueron condenados a diez y quince años de prisión por su participación en la represión de 2003 que desembocó en la dimisión y posterior huida de Bolivia del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada», recuerda la historiadora Ximena Costa.
El malestar de las FF.AA. se extiende a la Policía, estigmatizada por el Gobierno al tratar de hacerles únicos responsables de los sucesos del domingo y, prácticamente, dejar abandonado a su suerte al destacamento que apela a la «obediencia debida».
Adolfo Chávez, presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente (Cibod) difundió en las últimas horas un documento que mostraba la intervención directa del Palacio de Gobierno en el «Plan de desconcentración», como se bautizó la operación. Posiblemente filtrado por los policías, la respuesta oficial la ofreció el vicepresidente García Linera, uno de los cerebros del Ejecutivo: «Ni del presidente ni del Ejecutivo salió esa orden».
Opinión
EN BOLIVIA
El Sol de México (www.oem.com.mx/elsoldemexico)
Coincido con ellos. No puedo más que estar de acuerdo. Me cuesta trabajo. Pero al final no puedo hacer otra cosa más que darles la razón. Sé que la labor de "Evo" ya no está bautizada por la legitimidad política; ya no se le puede otorgar ningún reconocimiento moral. Se le ha pasado la mano. Ha sido intransigente y autoritario. Pero le gente lo siente cerca. Lo siente suyo. Conoce sus problemas. No sólo eso: ha sido participe de su realidad.
Cuando los bolivianos hablan de su gente no logran contener el llanto. La injusticia social ha sido alimento diario. La diferencia. Verse como la otredad en tierra propia. La discriminación. La falta de recursos económicos. El robo de tierras. Todo ha generado heridas que aún no cierran. Los bolivianos han sido víctimas de las formas más terribles de tortura social. Pero en su horizonte, de pronto, apareció un hombre que les devolvió el nombre. Que les regresó el rostro. Que les permitió hablar. Un hombre, que para ellos, logró cambiar el lenguaje. "Cholo" ya no es término peyorativo sino signo distintivo. Las "polleras" ya no se discriminan, se portan con orgullo. Logró un lugar donde los bombines trotan por las calles sin perjuicio. Por eso, para ellos "Evo" representa algo más que un líder político. Para ellos "Evo" es un hermano. Un padre. Un salvador."Antes de que [Evo] llegara al poder -me comentan- la gente no tenía posibilidades. No tenía posibilidades económicas (que Evo les ha dado con los múltiples de los seguros populares), no tenía posibilidades sociales (el acceso a distintos lugares públicos era negado por razones de raza o apariencia), no tenía posibilidades morales (el "cholo" y el indio siempre roba, siempre tima, nunca es de confiar), tampoco tenía posibilidades de sentirse ciudadanos (muchos bolivianos se consideraban de segunda clase, sin derechos políticos y civiles). En cambio, ahora, nos ha 'limpiado' de todo eso. El indígena se reconoce y se enorgullece de su origen. La madre soltera (en Bolivia son la gran mayoría de mujeres indígenas) cuenta con un seguro que la apoya. El Estado le da a los niños un dinero mensual para que no abandonen los estudios, los mayores de 60 años reciben una mensualidad de 200 dls., que les permite acceder a alimentos dignos. La seguridad social por fin funciona: es gratuita y todos tienen acceso a ella. Evo nos hizo ver que el Estado siempre había tenido dinero. Que las arcas del Gobierno no estaban vacías. Nos hizo ver que el problema estaba en que algunos cuantos se quedaban con el dinero y que ahora es tiempo de que éste regrese a donde pertenece".
Al oír esto pienso que la reflexión pretende profundidad. Que el reclamo no quiere quedarse al margen de lo económicamente conveniente. Tampoco pretende quedarse en el romanticismo de la justicia social. Su discurso pretende legitimar al poder. Pretende hacerme ver que el haber mejorado la calidad de vida ha logrado mejorar la calidad moral de las personas, y que ha sido Evo quien ha visto y ha logrado esto.
Volteo a mí alrededor. Veo lo que hay y lo vuelvo a oír decir: "yo no creo en Evo. Yo no pienso que sea buena persona. Pero por todo lo que ha hecho por la gente pobre de este país, no podría negarle mi voto. Que se quede aquí toda la vida". ¡Ahí está! Ese es el problema de Latinoamérica. El crimen, la corrupción y al autoritarismo son lavables con medidas populistas. Lo perdonamos, siempre y cuando, nos mantengan tranquilos con dibujos románticos y sueños idealistas, siempre y cuando, nos digan que la "revolución" por fin triunfó, siempre y cuando, nos digan que la tierra es del pueblo y que el dinero es nuestro aunque no regrese de la forma que debe. Ese es el problema: la democracia tiene precio. Vuelvo a ver a mí alrededor y pienso: pero también, quién puede ser crítico con la panza vacía y el alma herida. Entonces, no me queda más que coincidir con ellos.
LOS INDÍGENAS DE BOLIVIA RETOMARON SU MARCHA CONTRA UNA POLÉMICA RUTA
La habían suspendido hace siete días tras la represión policial. Para Evo, hay un fin político.
Clarín de Argentina (www.clarin.com/mundo)
Los indígenas que rechazan un camino por la mayor reserva forestal de Bolivia reanudaron su marcha el sábado tras siete días de pausa provocados por la feroz represión policial del domingo pasado, y estaban ayer en Villa Delicias, 190 kilómetros al noroeste de La Paz.
La columna de unas 1.200 personas avanzaba con escolta de la defensoría del pueblo y organizaciones civiles para evitar una nueva acción de la policía , cuya presencia rechazaron. La marcha ya avanzó 18 kilómetros desde Quiquibey, donde volvieron a reunirse tras haber sido dispersados una semana atrás por las fuerzas de seguridad cuando iban hacia Rurrenabaque y San Borja.
Los nativos quieren exigir al gobierno de Evo Morales que “tome la decisión de modificar el proyecto a través de la promulgación de una ley que establezca expresamente que la carretera no atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS)”, dice un comunicado. Los pueblos originarios consideran que no es “ni legítima ni válida” la intención de realizar una consulta ciudadana sobre el tema, una iniciativa del presidente.
En tanto, el propio mandatario se mostró duro en sus críticas a los marchistas, denunciando que la caminata tiene un objetivo político, el de “ hacer fracasar las elecciones (de autoridades) judiciales” que se realizarán dentro de dos semanas, el 16 de octubre, cuando se supone que la marcha concluirá en La Paz. “Es un tema político y no de reivindicación del medioambiente”, dijo Morales, quien defendió los objetivos de integración y de combate a la pobreza que tiene la cuestionada ruta al TIPNIS.
La marcha cruzó el límite entre los departamentos de Beni y La Paz poco después del mediodía del sábado y se detuvo para entonar el himno nacional, tras haber recorrido dos tercios del camino desde que partieron, el 15 de agosto, de Trinidad. La columna avanza al son de ritmos indígenas en tamboriles y flautas y ahora deberá comenzar un ascenso de casi tres mil metros de altitud sobre el nivel del mar y afrontar un brusco descenso de temperaturas.
CAMINOS Y ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA
Clarín de Argentina (www.clarin.com/mundo)
Ellas dejaron la escuela para marchar con su familia. Llevan 50 días con 390 kilómetros recorridos y por momentos extrañan la casa. Daniela y Jimena se autotitulan “presidenta y vice de los grupos de marchistas infantiles”. Tienen 9 y 10 años y se ríen todo el tiempo. Jimena es la hija de Rafael Quispe, uno de los líderes de los indígenas que van hacia La Paz. Tiene la marca en el pómulo de un golpe policial. Ahora no quiere hablar más de lo que pasó cerca de Yucumo, asegura que “los palazos quedaron allá atrás”.
Tras varios días de tanteos, se acercan con más confianza, se tiran en uno de los colchones de paja que hay tirados en el pasto y se despatarran, piden ver la computadora del periodista y preguntan de todo: “¿Para qué la usa? ¿Por acá puede ver a su familia? ¿Si no tiene electricidad no sirve?”. Las dos hablan fuerte, no como a las otras tres o cuatro nenas de su edad con las que van para todos lados juntas.
En el parque nacional Isiboro Sécure, de donde vienen, escucharon muy poco de la Barbie. “Es la rubia flaquita”, dice una. “No me acuerdo”, dice la otra. Pero hoy no hablan de cosas de chicas. Entre sus palabras más usadas están “preservar”, “carretera”, “lucha”, “victoria” y “Evo”.
Hace unos días, Daniela había oído en la TV el término “armas de destrucción masiva”. Era algo relacionado con Libia. Y luego andaba repitiendo que eran “cosas que sirven para matar a todo el mundo”. Por todos lados se pavoneaba con su explicación hasta que una amiga le pidió un ejemplo. Después de pensar unos segundos, dijo: “¡Como la carretera en el TIPNIS!” (Territorio Indígena Isiboro Sécure). “Ah, ahora sí”, aceptó la amiguita.
LOS INDÍGENAS DE BOLIVIA REANUDAN SU MARCHA ENTRE ACUSACIONES
Indígenas amazónicos bolivianos reanudaron tras una dura represión su marcha de protesta contra la construcción de una carretera en plena selva financiada por Brasil, en medio de acusaciones y críticas del Gobierno.
Terra de España (www.noticias.terra.es/2011/mundo)
El presidente Evo Morales acusó a los participantes de la marcha de querer que fracasen las inéditas elecciones judiciales del 16 de octubre, ya que la marcha se encuentra a más 250 kilómetros al norte de La Paz y pretende llegar a la sede de Gobierno cuatro días antes del proceso electoral.
'Hemos reiniciado la marcha y nuestra intención no es la de enfrentarnos con nadie. Lo que debe hacer el Gobierno en vez de acusar a los indígenas es resolver de una vez este problema de la carretera', dijo a medios locales Adolfo Chávez, presidente de la Central Indígena del Oriente Boliviano y ex aliado de Morales.
Aunque relativamente pocos en número frente a las etnias aymaras y quechuas del occidente andino que respaldan masivamente a Morales, los amazónicos que iniciaron la marcha el 15 de agosto desde la ciudad oriental de Trinidad son respaldados por sectores que cuestionan el discurso ecologista del Gobierno.
El sector movilizado rechaza la construcción de una carretera que atravesaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isidoro Sécure (TIPNIS) en el centro de Bolivia.
Morales intentó nueve veces dialogar con los marchistas enviando a más de una decena de sus ministros en diferentes regiones a lo largo del trayecto, que de llegar a La Paz completaría un recorrido de 602 kilómetros. Sin embargo, ningún intento logró frenar la marcha.
Los días pasaron y, con la imposibilidad de entablar un diálogo, la intervención policial de la protesta el domingo en la región de Yucumo - unos 300 kilómetros al norte de La Paz - generó la molestia de diferentes sectores, que con movilizaciones callejeras pidieron que Morales dejara que la marcha prosiguiera.
El presidente izquierdista declaró no haber dado la orden para que la protesta fuera reprimida violentamente, pidió disculpas y anunció la suspensión temporal del proyecto.
En una concentración con productores de coca del departamento de Cochabamba el sábado, Morales - antiguo líder de los cocaleros - ratificó que no construirá la carretera mientras no se realice una consulta a las regiones indígenas afectadas, tal como establece la Constitución boliviana.
'Continuaremos la marcha rumbo a La Paz, pero que sepa el Gobierno que las heridas que ha dejado esta intervención policial todavía están abiertas', dijo el dirigente indígena Rafael Quispe.
Morales, de la etnia aymara del occidente andino y quien lleva más de un año y medio de su segundo mandato quinquenal, se había enfrentado a la dura oposición de sectores conservadores pero no de los pueblos 'originarios' a los que dice representar.
Tras la intervención policial a los indígenas, el Gobierno izquierdista atravesó por una crisis interna que provocó la renuncia de dos ministros del gabinete político.
INDÍGENAS QUE RECHAZAN CAMINO VOLVIERON A MARCHAR
REPRESIÓN CREA CRISIS DE IDENTIDAD Y UNIDAD EN GOBIERNO DE EVO MORALES
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
La represión policial a indígenas que rechazan un proyecto vial y la insistencia de Evo Morales en ejecutarlo evidenciaron una crisis de identidad en el Gobierno de Bolivia que amenaza con fracturar su unidad. Nativos que rechazan un camino en la mayor reserva forestal volvieron a marchar, mientras los campesinos se aprestan a movilizarse exigiendo lo contrario.
Morales se alineó con los colonizadores y los indígenas se sienten traicionados y amenazan romper el Pacto de Unidad, que es la columna vertebral del Movimiento al Socialismo. Según Abdón Patiño, dirigente de la Confederación Indígena del Oriente (CIDOB), “este gobierno solo tuvo de indígena el rostro y ahora lo estamos descubriendo”.
Felipe Quispe, dirigente indígena de tierras altas, afirmó que Morales “es campesinista y clasista, se sirvió de nosotros para llegar a la silla, por eso ahora el indígena está en el suelo y sobre él caminan en el palacio”.
El propio presidente Morales reconoció públicamente que su imagen como primer presidente indígena de Bolivia es fruto de la propaganda en los inicios de su gestión hace cinco años.
“Yo nunca me consideré como primer presidente indígena, pero sí como primer presidente sindicalista”, declaró Morales en agosto en una entrevista exclusiva del diario Página Siete.
Morales afirmó en esa ocasión: “Entendí que era el primer presidente que venía de la lucha sindical. Ese denominativo de primer presidente indígena viene del pueblo y de comentarios de analistas”. Esa calificación le permitió cimentar su imagen internacional. “Somos los más humillados, los más despreciados, inclusive en algunos años condenados al exterminio”, dijo en el 2008 en el foro permanente para cuestiones indígenas de la ONU.
La CIDOB (indígenas de tierras bajas) integra el Pacto de Unidad con la Confederación de Ayllus y Markas del Qollasuyo (CONAMAQ-indígenas de tierras altas), la Confederación de Trabajadores Campesinos (CSUTCB), los colonizadores y la Confederación de Mujeres Bartolina Sisa.
La CIDOB, de 34 naciones indígenas, rechaza un camino por el parque Isiboro Sécure y en su marcha sobre La Paz están también los principales dirigentes indígenas de tierras altas (aimaras y quechuas).
En favor del proyecto vial se agrupan campesinos, colonizadores y la confederación de mujeres Bartolina Sisa. Según Pedro Calderón, dirigente de los colonizadores, la CIDOB y CONAMAQ “se han identificado en contra del proceso de cambio, pero aun así como la mayoría seguiremos apoyando al Presidente”.
Según Jorge Mendoza, vicepresidente de los indígenas del Parque, el gobierno “está alejado de los indígenas, pero a nosotros no nos interesa porque vivimos de lo nuestro. No recibimos ningún tipo de apoyo”. La analista política Teresa Zegada consideró que “esta una ruptura muy compleja entre campesinos y cocaleros ante los indígenas es muy peligrosa”.
Además de sacar a luz la crisis de identidad del gobierno, la intervención policial a la marcha indígena, hace siete días, puso también al Gobierno frente al movimiento sindical.
LOS INDÍGENAS INSTAN A MORALES A RETRASAR LAS ELECCIONES JUDICIALES HASTA RESOLVER EL CONFLICTO DEL TIPNIS
El Economista de España (www.eleconomista.es)
El presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CPIB), Adolfo Chávez, ha instado al presidente del país, Evo Morales, a retrasar las elecciones judiciales, previstas para el 16 de octubre, hasta que se resuelva el conflicto con las comunidades del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
El líder indígena ha indicado que lo más conveniente sería retrasar a noviembre la celebración de los comicios, ya que está previsto que la marcha de protesta que protagonizan las comunidades del TIPNIS contra la construcción de una carretera llegue entre el 13 y el 15 de octubre a La Paz.
Chávez ha argumentado, en declaraciones a la Red Erbol, que la coincidencia de las elecciones judiciales con la llegada de la marcha indígena a la capital del país podría poner en riesgo la seguridad tanto de los indígenas como de los electores.
El pasado viernes, Morales reveló que organizaciones campesinas --que constituyen su base de apoyo social-- han recabado pruebas de que detrás de la protesta de los indígenas del TIPNIS hay un plan para hacer fracasar estos comicios, uno de los buques insignia de su segunda legislatura.
Este domingo, el presidente ha reiterado dichas acusaciones, en un evento con miles de cooperativistas del departamento de Potosí (suroeste). "La marcha de los pueblos indígenas supuestamente era para defender los derechos de la Madre Tierra, pero en realidad tiene como objetivo el fracaso de las elecciones judiciales y atentar contra la democracia", ha aseverado.
Unos 5,2 millones de bolivianos están llamados a las urnas el próximo 16 de octubre para elegir por primera vez a los magistrados de los tribunales Constitucional, Supremo de Justicia y Agroambiental, así como del Consejo de la Magistratura, según estimaciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE), recogidas por la Agencia Boliviana de Información (ABI)
MORALES PIDE UNA CONSULTA POR LA RUTA
El presidente boliviano participó de un acto de aprobación de su gobierno, realizado por sus bases campesinas y varios funcionarios del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el trópico de Cochabamba. Los indígenas rechazaron su propuesta.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
La Octava Marcha Indígena volvió al camino, a seis días de que un operativo policial terminara con los mil marchistas dispersos y apaleados, muchos heridos. Ayer ingresaron al Departamento de La Paz, cuya ciudad está a 300 kilómetros, donde exigirán al presidente Evo Morales la suspensión definitiva del proyecto carretero que pasa por dentro del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), además de otras 15 demandas. En el otro rincón, Morales participó de un acto de aprobación de su gobierno, realizado por sus bases campesinas y varios funcionarios del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el trópico de Cochabamba.
“La marcha ya entró a La Paz. Ese sería el titular”, sugirió desde la comunidad Las Delicias Rafael Quispe Flores, mallku de Industrias Extractivas del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq). El aymara mira con preocupación la cara de su hija Jimena, de 11 años, herida por un bastonazo que le dieron los uniformados en Yucumo el domingo pasado.
La Octava Marcha salió ayer a las seis de la mañana de la comunidad Quiquibey, 43 kilómetros delante de donde fueron agredidos inopinadamente por 500 agentes antimotines. Los marchistas indicaron que necesitan carpas y mantas, porque muchas de las que tenían fueron quemadas por los policías. Muchos indígenas habían salido de la represión apaleados y sólo con lo puesto. Con la solidaridad de poblaciones como San Borja y Rurrenabaque fueron de nuevo vestidos y curados.
Las y los marchistas prevén que llegarán a la sede de gobierno el 12 de octubre, cuando falten cuatro días para las elecciones de magistrados del Organo Judicial. Para la misma fecha, las tres organizaciones campesinas incondicionales de Morales prometen hacer “reventar” La Paz con la movilización de 200 mil afiliados a la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb, en la que el presidente milita), la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa (Cnmciob BS) y la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia (Cscib, organización que realizó el bloqueo a la marcha indígena en Yucumo, lo que después habría justificado la intervención policial).
Como “ensayo” de lo que será el 12 de octubre, estas tres organizaciones marcharon el viernes pasado por La Paz para agradecer al presidente por encarnar al “proceso de cambio” boliviano. Pero la población, todavía sensibilizada por las imágenes de la golpiza a los indígenas, les gritó “asesinos”, entre otras delicadezas, y hasta les echaron agua de algunos edificios.
El sábado, la movilización pro gubernamental se realizó en la localidad de Aroma, en Cochabamba, encabezada por las Seis Federaciones del Trópico cochabambino, cuyo presidente también es Morales.
“Exigimos que el presidente del Estado tome la decisión histórica de modificar el proyecto carretero a través de la promulgación de una ley que establezca expresamente que la carretera no atravesará el Tipnis”, indicaron los marchistas en una resolución firmada antes de reanudar la caminata. Para los indígenas, el gobierno no cumplió con la Constitución en lo referente al derecho a la consulta previa, libre e informada a las comunidades cuyos territorios pudieran ser afectados por algún megaproyecto.
En su intervención de ayer, el presidente dejó de lado estos cuestionamientos y se enfocó en el daño ambiental que podría ocasionar la carretera de 306 kilómetros. Morales comentó que el pavimento pasaría por varias comunidades del Tipnis, donde ya existe un camino vecinal. Y aseguró que son 60 kilómetros de selva virgen los que desmontarían las topadoras.
Morales pidió ante sus bases realizar ahora una consulta a las comunidades indígenas afectadas, a ver si desean o no a la carretera. En este sentido, el presidente indicó que este referéndum podría extenderse a los departamentos de Cochabamba y Beni, involucrados en la ruta que también uniría comercialmente a Chile con Brasil.
Desde la Octava Marcha rechazaron esta propuesta, porque aseguran que vulnera el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, ambos con status de ley en Bolivia.
Hoy, los mil indígenas que componen la marcha avanzarán otros 20 o 30 kilómetros hacia el Palacio Quemado. Ayer, tres legisladores oficialistas les dieron alcance en Las Delicias para tratar de reactivar el diálogo. Pero los marchistas recordaron que el domingo pasado al mediodía les había llegado una invitación del gobierno para negociar las 16 demandas. Pocas horas después, les cayó encima la policía con todas sus aplicaciones represivas.
Los indígenas descartaron la propuesta de algunos policías de custodiar la marcha hasta su ingreso a La Paz, porque no quieren relacionarse con quienes los apalearon días atrás.
“Pedimos el amparo y respaldo de todo el pueblo boliviano, y en particular del pueblo de La Paz, para continuar con nuestra marcha. Por ello, convocamos a todos los bolivianos y paceños a acudir a nuestro encuentro y acompañar nuestra marcha pacífica hasta la ciudad de La Paz”, dijeron los indígenas.
LA CARRETERA ¿INTERESES ESPAÑOLES EN BOLIVIA?
La derechona debería estar totalmente apartada, por su continuada deslegitimación, del debate sobre la preservación de la Madre Tierra. la guerra del agua, la masacre el Alto, o la del Porvenir..
Kaos en la red (www.kaosenlared.net/noticia)
Recogen algunos medios que la Fiscalía de Bolivia ha admitido a trámite una denuncia de los partidos de la derecha para enjuiciar al Presidente Evo Morales por genocidio.
Si parece desmesura la afirmación, para un hecho calificado de tanta gravedad por el Presidente como para iniciar desde el ejecutivo investigaciones y paralizar de inmediato la carretera de la discordia, que uniría Cochabamba con el Beni, pero donde no hubo ningún muerto, (porque así lo permiten las leyes bolivianas, más amplias que nuestras leyes occidentales) , más atrabiliario resulta que dicha demanda la interpongan elementos de la derecha que se sublevaron en 2008, humillaron a campesinos e indigenas en la propia Sucre, destruyeron aeropuertos, y causaron los muertos numerosos de Pando.
Hace pocas semanas, en Sucre, la Corte Suprema dictaba sentencia por el caso de 70 asesinatos y 400 heridos en la llamada "guerra del gas", represión que provocó la huida de Sanchez de Losada a Estados Unidos y a otros exministros a Perú, y por la que el presidente español de entonces , Aznar, solo supo decir "que eso no afectara a los intereses españoles".
Los hechos, pues, son diametralmente opuestos ahora. Evo Morales llegó a la Presidencia con más del doble de votos que Sanchez de Losada, y aupado por la rabia movilizadora de aquella y otras represiones, como la producida en 2000 en la "guerra del agua" en Cochabamba (véase pelicula Tambien la LLuvia), con participación directa de la empresa española Abengoa.
Ahora bien en esa "carretera", ¿por qué tanto empeño en construirla, pese a la oposición tradicional de los habitantes del Parque Nacional Isiboro Sécure, y a las propias leyes bolivianas que declararon Territorio Indigena, intangible, mucho antes de la llegada de Evo Morales de forma contundente a la Presidencia en 2005?
El gobierno y su Presidente desde luego tienen la responsabilidad mayor. Pero las "presiones" son muchas y las corporaciones multinacionales de matriz española no son ajenas.
Desde Brasil la presión e intereses también son determinantes, y tampoco faltan allí influencias de capital supuestamente español.
Se trata de continuar la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIIRSA), de la que el trazado por el TIPNIS forma parte, y cuyo diseño obedece a intereses internacionales para que en sectores como el petróleo, la energía hidroeléctrica y la construcción, a los megacapitalistas les siga yendo más que bien.
Conocidas han sido las presiones directísimas del gobierno español y de la corona, para acomodar los intereses de empresas españolas a cualquier cambio producido en Bolivia, con visitas directas de De la Vega y otros ministros, con pequeñas migajas de cooperación para que las petroleras y eléctricas no fueran afectadas en sus contratos.
Las tropelías, desmanes y abusos de Repsol-YPF han afectado a diferentes ámbitos de la realidad física y social boliviana y se encuentran ampliamente documentadas en numerosos informes y publicaciones.
"territorios comunitarios de origen" han tenido y tienen leoninos contratos con Repsol, saltándose elementales protecciones a derechos ambientales e indígenas.
Entre ellos en el Bloque Sécure, afectando al Parque.
Este mes pasado , del 16 al 25 de septiembre, se celebraba la Expocruz, una más de las numerosas ferias comerciales, esta vez en Santa Cruz de la Sierra, segunda ciudad del país, y allí, con elemental lógica, las empresas españolas hacian su labor: Pero ¿cuánta de esa labor comercial se está haciendo a costa de presiones demasiado severas a los mandatarios? .
Unión Fenosa, Central Hispano, Electropaz, BBVA, Iberdrola, Abertis, Aena, Prisa (con Santillana, ATB, La Razón, Nuevo Día, Extra, Eductrade), Abengoa, Aguas de Barcelona-La Caixa, Santander.. tienen también un amplio negocio cuyas externalidades con frecuencia solo suponen padecimientos para la población autóctona.
Evo Morales ha dicho que es imperdonable el ataque a la Marcha Indigena.
A esa marcha indigena y sus contenidos esenciales de proteger el TIPNIS se le ha estado dando apoyo desde Asturias, lo mismo que se acompañó a Evo Morales en sus tres estancias en Asturias. La última a pocos meses de ganar por vez primera las elecciones, y cuando casi nadie se interesaba por sus planteamientos, los de los Pueblos humildes, campesinos y Originarios de Bolivia.
Desde ese Respeto, y esa controversia con "la carretera" , también se ha compartido la reflexión esencial de mucha gente sabia:
Bolivia debería seguir siendo el ejemplo ante el mundo de defensa a la Madre Tierra, más aún como país que fue impulsor del Día Internacional de la Madre Tierra aprobado en la ONU. Miles de delegados de los cinco continentes (entre ellos de Asturias) que participaron en la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los derechos de la Madre Tierra (en Tiquipaya, Cochabamba) el año pasado están profundamente contrariados por la posición del Gobierno de Bolivia, y por eso se pide la supresión Definitiva del proyecto, pese a las presiones exteriores en contrario.
Pero el genocidio, en Bolivia, unicamente lo han cometido gobiernos militares, de derechas, y hay varias sentencias al respecto.
Editorial
CHILE Y BOLIVIA: ENEMIGOS ETERNOS
En democracia, ningún gobierno, ni los de la Concertación ni el actual, ha hecho un esfuerzo real por cambiar el escenario interno de Chile frente a la mediterraneidad de Bolivia. Resulta extraño escuchar, de gente de todo signo político o vocación empresarial, asegurar que no existe piso ni siquiera en el PC para ceder una franja territorial a Bolivia.
El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl/opinion)
Un viejo aforismo jurídico señala que lo accesorio sigue la suerte de lo principal. En la política exterior de un país es muy parecido. Lo que mueve a los países son intereses y los que captan la atención de su gobierno son sus intereses más fuertes. Estos mandan sobre los intereses más débiles o secundarios, sin perjuicio de los tratados internacionales y las reglas de la buena crianza. De ahí la importancia del menú de intereses estratégicos que enarbola cada país cuando sale a construir sus relaciones exteriores y cómo este se arma.
Si es esta la racionalidad que impera, ello brinda certidumbre y previsibilidad a los escenarios internacionales y permite prever el curso de los acontecimientos, privilegiar algunas cosas sobre otras, y adoptar decisiones coherentes. En el caso de Chile y Bolivia ello no parece ocurrir. Más bien parecen atados por la fatalidad.
Desde la óptica de los hechos prácticos, es evidente que para Bolivia uno de sus intereses nacionales más fuerte es la solución de su mediterraneidad y la obtención de una salida soberana al Océano Pacífico. Se puede especular sobre todas las implicaciones que ello tiene para el desarrollo de la identidad, la cultura o el desarrollo nacional de ese país, pero está claro que es un factor determinante en una amplia variedad de temas políticos y sociales.
Para Chile, no existe ninguna duda que un interés estratégico fundamental es solucionar de manera segura y sustentable sus necesidades de energía. Parte sustancial de su desarrollo nacional está vinculado a emprendimientos mineros, principalmente en la zona norte, donde los recursos más escasos son la energía y el agua.
Sin embargo, tanto Bolivia como Chile parecen haberse jurado ser enemigos eternos, pese a que uno tiene abundancia de gas y otro de mar. No tienen relaciones diplomáticas, viven planteándose controversias, y ninguno de los dos se enfoca de manera racional a la solución de sus intereses estratégicos: la mediterraneidad y la energía. Ello porque los enfoques y medios que usan, más los alejan que acercan de sus metas.
El interés superior de la soberanía, concepto con muchos ángulos difusos – cada vez más en la globalización- les hace mayor sentido cultural.
Existen diferentes significados atribuidos a ella, pero la noción más general y compartida es aquella que la refiere –como lo hace Rudolf von Ihering- a la capacidad autónoma de autolimitarse frente a un poder externo. Desde ese punto de vista, la capacidad de ceder soberanía sería el acto más soberano que puede realizar un Estado, y no como se piensa, el de afirmar su autonomía política frente a terceros.
Parece razonable que tal racionalidad requiera una base de legitimidad esencial, cual es que los actos que conducen a ella sean legales y mayoritarios, es decir, tengan su fuente en el soberano y en un sentido común de la mayoría.
Al respecto se debe señalar que los sentidos comunes en política no son eternos. Más aún, las reglas de la democracia permiten que las propuestas programáticas de los partidos políticos sobre una infinidad de cosas – que no son otra cuestión que intereses privados llevados a lo público como visión de buena sociedad- cambien el sentido común vigente y lo transformen en una nueva mayoría. Lo que hace el liderazgo político real es hacer prevalecer una visión sobre otras, incluso si parte en desventaja frente al sentido común vigente.
En las relaciones con Bolivia, es un hecho casi anecdótico que la oportunidad más cercana de solución haya sido impulsada por dos dictaduras, la de Augusto Pinochet y la de Hugo Banzer, pese a que incluso todavía no mediaba la urgencia del tema energético. El aislamiento y falta de credenciales democráticas les impidió encontrar el apoyo multilateral que la iniciativa implicaba a la larga.
En democracia, ningún gobierno, ni los de la Concertación ni el actual, ha hecho un esfuerzo real por cambiar el escenario interno de Chile frente a la mediterraneidad de Bolivia. Resulta extraño escuchar, de gente de todo signo político o vocación empresarial, asegurar que no existe piso ni siquiera en el PC para ceder una franja territorial a Bolivia. Y decidir que lo mejor es ir tirando el carro de acuerdo a como se de la coyuntura. Parece una locura o utopia tratar de convencer a alguien en el país que se justificaría plenamente, por ejemplo, cambiar franja por combustible. El sello ineluctable de la fatalidad histórica domina la racionalidad de la decisión, presiona el exceso de sigilo de la diplomacia, o pone nota de eventual negocio, a un tema que requiere de opinión pública para que el escenario cambie.
Ello deja a Chile, una vez más, empeñado en una política exterior, en este caso de sustentabilidad energética, basada en la coyuntura y no en la estrategia. Lo que resulta complejo pues, independientemente de lo que ocurre en el interior del país, en el plano internacional el escenario se presenta complejo a mediano plazo.
Los esfuerzos de integración eléctrica con Argentina, lo más posible dadas las buenas relaciones, puede toparse con un escollo diplomático de proporciones, si el descubrimiento de yacimientos de petróleo en Las Malvinas tensa aún más las relaciones entre Argentina y Gran Bretaña. Allí Chile, que ha reconocido Las Malvinas como argentinas, puede sentir la tentación del petróleo cercano y de abastecimiento seguro, lo que augura una difícil diplomacia.
Hacia el norte de Sudamérica, la integración eléctrica ya tiene el ritmo de La Haya: lento y frío, y es poco más lo que se puede esperar de ella.
De ahí que pensar que el gas de Bolivia no existe, porque no están dadas las condiciones de inversión y explotación segura es abdicar, de manera anticipada, a una fuente que si bien difícil, existe, y en determinadas condiciones, podría estar disponible.
Se supone que los intereses estratégicos de los países son permanentes y suscitan políticas de Estado, que trascienden la temporalidad de los gobiernos. La pregunta que surge es ¿qué sería necesario hacer para que políticos de izquierda y de derecha, tan categóricos en el diagnóstico, plantearan una solución estratégica al tema? El canje territorial con Bolivia es una opción, por cierto tan opinable como la energía nuclear, la neutralidad frente a Gran Bretaña, o la alianza estratégica con Argentina. Lo único que no se sostiene es pensar que en este tema solo interesa el rating electoral.
AVANZA EL POSIBLE PUERTO PARA BOLIVIA EN PISAGUA
Prósperas conversaciones entre el gobierno chileno y su par boliviano podrían dar por resultado un puerto del vecino país en la localidad de Pisagua. Así lo informó el alcalde de Huara, Carlos Silva, quien esta semana se reunió con Evo Morales en La Paz.
El Boy al Día de Chile (www.elboyaldia.cl/node)
Desde hace meses, cuando recibió la visita del cónsul general de Bolivia en Chile en su comuna, el alcalde de Huara, Carlos Silva, está hablando sobre la posibilidad de crear un puerto boliviano en Pisagua, posibilidad está con más fuerza que nunca después de haberse reunido con el presidente Evo Morales en La Paz y que éste le informara sobre las conversaciones que mantienen entre los gobiernos.
Silva resaltó la importancia que podría traer este proyecto para su comuna, que se podría convertir en un nodo de integración entre Sudamérica y Asia por el Oceáno Pacífico.
“Esto lo puedo decir porque el gobierno boliviano me autorizó a hablar de las conversaciones: La Cancillería de Chile le ofreció tres puertos a Bolivia al sur de Arica, Arica, Mejillones y Patillos, y Bolivia oficializó su requerimiento en ninguno de esos tres puertos, sino que en Pisagua, y a la autoridad de gobierno nacional le pareció muy bien y hoy están trabajando sobre esa base el posible acuerdo que llegue Chile con Bolivia en la salida al Pacífico”, declaró el alcalde de Huara.
La necesidad de los bolivianos por contar con un puerto se debe a que el vecino país “tiene proyectos mineros importantes en la zona de Oruro, tiene proyectos de gas importantes en el sector de Tarija y es necesario sacarlo al Asia”, según explicó Silva.
Además, el alcalde anunció que el gobierno boliviano se comprometió a arreglar la ruta Huara-Oruro, “queda el tramo entre Pisiga y Colchane”, precisó”, y aseguró que “entre ambos países hay un avance y la comuna de Huara puede ser la gran beneficiada”.
Ante las dudas que puedan surgir respecto a este proyecto portuario, Carlos Silva aclaró que “no es ni mucho menos soberanía ni nada de eso, lo quiero dejar bien claro. Lo que hoy quieren con Pisagua es un puerto, como es el puerto de Iquique, que es licitado por un privado y el gobierno boliviano tiene intereses en participar de esa licitación”.
El alcalde señaló que quienes cuestionen esta posibilidad deben entender la iniciativa “como integración económica, que nos conviene a las dos países, y no como otro tipo de chovinismo económico que se puede ver en otra parte, acá hay un trabajo muy serio”.
Silva sentenció que volverá a reunirse con Evo Morales en Bolivia para dialogar sobre el tema y anunció que durante los próximos meses se podrían saber avances concretos sobre las conversaciones entre ambos países.
ACEPAR SUSPENDE LA IMPORTACIÓN DE HIERRO DE BOLIVIA
Según la industria paraguaya, el motivo se debe a cuestiones administrativas de siderurgia de Mutún.
La Nación de Paraguay (www.lanacion.com.py)
Un importante cargamento de hierro del megayacimiento de El Mutún, ubicado en el departamento de Santa Cruz, Bolivia, fue suspendido por parte de Aceros del Paraguay (Acepar) en forma temporal. Esta información fue confirmada por Enio Quevedo, gerente de Relaciones Institucionales de la empresa local.
Al respecto, según medios de prensa de Bolivia, el presidente de la empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), Sergio Alandia, informó que el motivo serían los conflictos que se registran en nuestro país hace dos días.
“Al preparar la exportación el martes, recibimos el dinero de Acepar, pero en la nota los ejecutivos de esa empresa solicitaron la postergación de la operación mientras retorne la normalidad a la región”, explicó Alandia. Según publica el portal digital Jornadanet de dicho país, el titular de ESM denunció que esta es la segunda vez que se suspende la exportación de acero al Paraguay debido a los conflictos regionales que provocan un retraso en la llegada de maquinaria pesada para incrementar la producción en ese yacimiento.Por su parte, Quevedo señaló que el motivo de la suspensión obedece a un problema administrativo de la siderúrgica boliviana.
“La fábrica del Mutún no está todavía explotada, recién están equipando y se hizo un acuerdo con ellos, pero están teniendo problemas de tipo administrativo con gente de la zona”, refirió Quevedo.
PÉRDIDASEl presidente de la siderurgia precisó que por un día de retraso del inicio de producción se pierden al menos 148 millones de dólares.
El portal de noticias señala igualmente que las fuentes oficiales indican que Acepar comprará al menos 144.000 toneladas de hierro que generarán un ingreso de 6 millones de dólares para Bolivia.
La obra depende del Gobierno de la Nación
PIDEN AGILIZAR LOS TRABAJOS DEL GASODUCTO NEA
El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.aom.cr)
Obreros de la construcción piden que se agilicen las obras del promocionado Gasoducto del Nea para generar empleo en el interior provincial. La obra debe llevar gas por red a varias provincias y tuvo una amplia difusión pero denuncian que los trabajos están demorados y sin perspectivas de avance.
El gasoducto servirá para llevar gas desde Bolivia a Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones, Santa Fe y parte de Salta y se espera el inicio de obras en Campo Duran.
Del proyecto, anunciado el año pasado como un paso muy importante por la Presidencia, hasta ahora se concretó nada más que una primera etapa según informó Américo Villa, encargado de la delegación Tartagal de Uocra (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina).
“Se construyó sólo un tramo de 50 kilómetros. Faltan 300 y no se sabe cuándo empezarán las obras”, dijo Villa a El Tribuno.
El referente de Uocra estimó que podrían contratar a 400 personas en el trecho que debe encararse ahora, de Campo Duran a Ingeniero Juárez.
Villa aseguró que hoy intentará reunirse con legisladores para llamar la atención sobre la demora. La ejecución depende del Gobierno de la Nación.
CRECE MUSEO CUBANO DE LA GUAYABERA CON PIEZA DE EVO MORALES
Spanish China (www.spanish.people.com.cn)
La colección de un museo cubano de guayaberas utilizadas por varias personalidades creció con la donación de una camisa perteneciente al presidente de Bolivia, Evo Morales.
El embajador boliviano en Cuba, Palmiro León, entregó el sábado la camisa al Museo de la Guayabera, con sede en el Museo de la provincia de Sancti Spíritus, unos 350 kilómetros al este de La Habana, ubicado en una casona construida en 1740, una de las más antiguas del centro del país.
La prenda donada al museo, que forma parte del Proyecto Sociocultural "La Guayabera", es de color blanco y mangas cortas, con bordados de racimos de uvas maduras y verdes.
El diplomático, citado hoy por la prensa local, explicó que esa camisa fue regalada a Morales por los vinicultores del departamento de Tarija, en el sur boliviano, y que el mandatario la utilizó en varios de sus recorridos por el país.
En julio pasado, el museo, que ya tiene 130 prendas, había recibido la donación de otra guayabera perteneciente al recién fallecido líder del Movimiento Pastores por la Paz, el reverendo estadounidense Lucius Walker.
En esa institución se pueden apreciar esas prendas, entre las que sobresale una blanca de hilo y mangas largas que el entonces presidente cubano Fidel Castro vistió en 1994 en la IV Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias.
En esa reunión, Castro abandonó por primera vez su tradicional uniforme verde olivo, y lució la elegante guayabera por recomendación del escritor colombiano Gabriel García Márquez, amigo personal del ex mandatario, quien dejó el poder en julio de 2006 tras una severa crisis de salud.
Precisamente, el museo exhibe otra guayabera, también blanca, perteneciente a García Márquez, quien la envió desde Cartagena.
La camisa llegó a Cuba tras ser entregada por la esposa del escritor, Mercedes Barcha, al narrador Senel Paz, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), por gestión de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que desde 1986 preside el ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982.
Con la pieza del "Gabo", son dos los Premios Nobel de Literatura presentes en el museo, pues desde 2009 se exhibe una del guatemalteco Miguel Angel Asturias en ocasión de su centenario.
Asturias, nacido en 1899 y fallecido en 1974, ha sido el único Nobel de Literatura de Centroamérica, galardón que obtuvo en 1967, un año después de haber sido condecorado con el Premio Lenin de la Paz.
En abril pasado, la colección recibióuna prenda enviada por el presidente Rafael Correa y que fue entregada por el embajador ecuatoriano en Cuba, Edgar Ponce. El director del museo y uno de los promotores de "La Guayabera", Carlos Figueroa, subrayó que entre los objetivos del proyecto está incorporar a la colección otras prendas similares pertenecientes a dignatarios de los países que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
En la muestra también hay una prenda roja,de margas largas, donada por el presidente venezolano Hugo Chávez, a quien se la regaló el mandatario brasileño Luiz Inácio "Lula" da Silva.
En una carta de presentación de la guayabera al museo, fechada el 4 de octubre de 2009, Chávez escribió: "¡Oh, guayabera rojita/ frescura de caña brava y de brisa/ te vas llena de Bolívar/ para mi Cuba querida"!".El museo también tiene dos guayaberas blancas y de mangas cortas del actual presidente cubano Raúl Castro, y una azul con botones de plata que perteneció a la directora del Ballet Nacional de Cuba,la mítica bailarina Alicia Alonso.
También hay una prenda de Shafick Handal(1930-2006) quien fuera secretario general del Partido Comunista de El Salvador y uno de los cinco miembros de la Comandancia General del guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Se exhiben, además, piezas de los independentistas puertorriqueños Rafael Cancel Miranda y Filiberto Ojeda, esteúltimo muerto el año pasado en un enfrentamiento con agentes de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI). Entre las guayaberas de personalidades cubanas sobresalen las del músico Compay
Segundo, el tricampeón olímpico de boxeo Teófilo Stevenson, y el cirujano ortopédico Rodrigo Alvarez Cambra. La paternidad de la guayabera, una prenda generalmente masculina con alforzas verticales y a veces con bordados, y que lleva bolsillos en la pechera y en los faldones, aún se discute, aunque en Cuba la provincia de Sancti Spíritus es aceptada como cuna de esa pieza.
El Proyecto Sociocultural "La Guayabera", surgido en 2007 a instancias de un grupo de intelectuales y artistas cubanos, fue reconocido en 2009 con el Premio Regional del Centro de Intercambio y Referencia Iniciativas Comunitarias (Cieric), el Premio de Género de la Agencia Suiza de Cooperación.
También fue distinguido por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba como Proyecto Relevante de 2009.
UN PINTOR QUE REGISTRÓ LA GUERRADEL CHACO Y RETRATÓ A LOS INDÍGENAS
Ultima Hora de Paraguay (www.ultimahora.com.py)
Prácticamente toda la obra de este pintor está centrada en la documentación de gran valor etnográfico sobre las comunidades indígenas, sobre todo las del Chaco. Siendo combatiente, registró la guerra con Bolivia.
Es evidente que para una o dos generaciones de paraguayos, la vivencia directa de la Guerra del Chaco constituyó un hito decisivo en sus vidas. Por ello, no es menos cierto que para los artistas que vivían y creaban en nuestro país antes y después de 1932–1935, dicha contienda se convirtió en importante motivación de su quehacer artístico. El caso del pintor paraguayo Roberto Holden Jara es bien particular en ese sentido.
Nacido en Asunción en 1900 (algunas reseñas biográficas lo tienen por nacido un año antes, pero es preferible seguir a Josefina Plá en esto), había estudiado sus primeros trazos con aquel italiano, maestro de muchos en las primeras décadas del siglo XX, llamado Héctor da Ponte. Acrecentó sus conocimientos técnicos y su vena creadora aprendiendo en destacados medios del arte contemporáneo como Buenos Aires, Madrid, Roma y París.
En la capital española estudió en la famosa Escuela Especial de Pintura, Grabado y Escultura de San Fernando, en donde tuvo como compañero a un célebre pintor español: Salvador Dalí. A su regreso al país, y con 26 años, expuso por primera vez individualmente en el Gimnasio Paraguayo.
Su pintura estaba cargada de un realismo tradicional y bucólico, hasta que marchó rumbo a las trincheras chaqueñas y de allí regresó, aún cuando ya había demostrado interés en las etnias del Alto Paraná, con el descubrimiento definitivo de su arte: las etnias de la Región Occidental del Paraguay, aquellas también sufrientes espectadoras o protagonistas de la locura de la guerra.
LOS INDÍGENAS Y LA GUERRA. De allí en más, Roberto Holden Jara se dedicaría con obsesivo interés a registrar, casi con un lenguaje especular de etnógrafo, la realidad y la historia del indígena chaqueño, sobre todo del maká.
Pero no solo en eso radica su valor y aporte. Se convirtió en una especie de documentalista pictórico de primera mano sobre variadas escenas de la guerra con Bolivia. En junio pasado, justamente en el contexto de un aniversario más de la Paz del Chaco, su única hija, Beatriz Holden de Rojas, hizo de curadora de una exposición de obras de su padre (en el Centro Cultural Paraguayo Americano) referidas a la guerra en la que fue a la vez soldado y pintor.
De hecho, al mismo tiempo que Holden Jara luchaba en el frente (en donde también hizo de hábil cartógrafo), sus obras eran expuestas en la muestra Artistas Paraguayos en Buenos Aires, junto a las de Julián de la Herrería, Juan Anselmo Samudio, Pablo Alborno y Modesto Delgado Rodas.
Hace exactamente setenta años, en el Salón de la Alianza Francesa, Holden Jara mostró sus nuevos trabajos de tema indígena. Eran en su mayoría cabezas de indios de diferentes etnias: makás, matacos, chamacocos, entre otros. Fue también un gran retratista. Los que hizo de Natalicio González y Julio Correa resaltan particularmente.
Es uno de los fundadores de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Asunción. En algún momento proyectó un Museo del Indígena. Fue presidente de la Asociación Indigenista del Paraguay, del Centro de Artistas Plásticos y del Comité Nacional de Artes Plásticas, dependiente este último de la Unesco.
Algunas de sus obras se encuentran albergadas en museos de Asunción, como el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Cerámica y Bellas Artes Julián de la Herrería. Roberto Holden Jara murió el 9 de febrero de 1984.
EMBAJADOR BOLIVIANO CONDENA DECISIÓN CONTRA RENÉ GONZÁLEZ
Escambray de Cuba (www.escambray.cu)
Palmiro León Soria-Saucedo consideró que “este caso demuestra que en EE.UU. la justicia tiene un precio”.
“René se va a quedar dentro de la boca del lobo”, aseguró el diplomático.
“René se va a quedar dentro de la boca del lobo”, aseguró el excelentísimo señor Palmiro León Soria-Saucedo, embajador del Estado Plurinacional de Bolivia en Cuba, al comentar la decisión de la justicia de Estados Unidos de que René González Sehwerert cumpla los tres años de libertad supervisada en territorio norteamericano, después de salir de prisión el próximo 7 de octubre.
En declaraciones a la prensa espirituana, el diplomático subrayó que Bolivia no aprueba la determinación de la jueza Joan Lenard, del Distrito Sur de la Florida, quien el pasado 16 de septiembre rechazó la moción para modificar las condiciones de la libertad supervisada presentada por René González en febrero del actual año.
René González, uno de los Cinco antiterroristas cubanos presos en centros penitenciarios de Estados Unidos, solicitó que se le permitiese viajar a y residir en Cuba durante ese período.
En opinión del embajador de Bolivia en la isla, la actitud de la jueza Lenard desnuda toda la injusticia presente en el sistema jurídico norteamericano.
“Este caso demuestra a los pueblos de América Latina y del resto del mundo que en Estados Unidos la justicia tiene un precio, el precio de la corrupción, el precio de los antivalores que caracterizan al imperio”, indicó León Soria-Saucedo.
El embajador señaló que el pueblo boliviano y el latinoamericano, en general, de una manera cada vez más creciente comprenden la doble moral del Gobierno de los Estados Unidos en el enfrentamiento al terrorismo.
“Los Cinco sí son héroes de la lucha contra el terrorismo, esencialmente del que se hacía y se hace contra Cuba”, subrayó.
Palmiro León manifestó que la justicia estadounidense se ensañó contra René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, quienes ayudaban a proteger la vida de los cubanos.
El diplomático añadió que cualquier ciudadano del mundo puede ser víctima de la política terrorista fomentada y financiada por las administraciones de EE.UU. contra la isla, y puso como ejemplo el caso del joven turista italiano Fabio Di Celmo, fallecido a causa de una bomba colocada hace 14 años en el hotel Copacabana, en la capital.
En diciembre de 2001 un jurado de Miami condenó a René González a 15 años de prisión, que cumple en una cárcel de Marianna, Florida.
El embajador del Estado Plurinacional de Boliviana en Cuba asistió en Sancti Spíritus a la entrega de dos prendas de vestir donadas por el presidente Evo Morales Ayma al proyecto sociocultural La Guayabera, único en la isla.
EL JUICIO DONDE SE REVELA CÓMO SE MUEVE EL NEGOCIO NARCO
A la banda la delató un traficante arrepentido. La integraban un ex militar y su esposa, entre otros. Iban a mandar 429 kilos de cocaína a una firma fantasma de España. La droga llegaba desde Bolivia. El testigo que contó todo vive en un lugar secreto.
El Clarín de Argentina (www.clarin.com.ar)
Entre el 2 y el 4 de diciembre de 2008 la Policía Federal secuestró 429 kilos de cocaína que iban a ser enviados a España disimulados en un cargamento de madera y dentro de una heladera industrial. El caso terminó con varios detenidos, entre ellos un militar retirado y su esposa, que comenzaron a ser juzgados la semana pasada.
Pero los detalles del expediente, al que tuvo acceso Clarín , revelan mucho más que la responsabilidad de los acusados: es un verdadero manual acerca de cómo las organizaciones internacionales de narcotraficantes se mueven en Argentina, pagándole comisiones a socios locales –que se encargan de armar los embarques y hacer los trámites aduaneros–, usando avionetas para entrar droga al país y monitoreando la triangulación desde oficinas en barrios exclusivos de Capital y Gran Buenos Aires.
La investigación de esta causa –a cargo del juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky– se inició con la declaración como arrepentido de un personaje con chapa de “pez gordo”, en lo que a logística de envíos de droga a Europa se refiere. Enfermo de cáncer y a punto de ser condenado a 10 años por el caso “Merluza Blanca” (900 kilos de cocaína decomisados en 2006), Manuel Kleiman (59) le pasó a la Justicia el dato de que se estaba preparando un envío de media tonelada de cocaína a España a través de una empresa maderera.
El hombre aportó los nombres de los responsables de la “logística” que él no había podido hacer por estar preso. Como arrepentido, marcó al ex militar Horacio Bergamo (63) y a su esposa Liliana Falcón (59), que fueron detenidos en diciembre de 2008 y hoy, aún presos, son dos de las tres personas que están siendo juzgadas por el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 1.
Con su declaración, Kleiman logró entrar al Programa de Protección de Testigos y Arrepentidos del Ministerio de Justicia de la Nación. Desde hace algunos meses vive en un lugar secreto y, según contaron fuentes del caso a Clarín , es seguro que su declaración en el juicio que continúa hoy en los Tribunales de Avenida de los Inmigrantes, en Retiro, se haga a través de una videoconferencia, por cuestiones de seguridad .
La pista de Kleiman –que se hizo famoso poco después por tratar de involucrar a Francisco De Narváez con el escándalo de la “efedrina”– fue precisa en este caso.
El 2 de diciembre de 2008 se secuestraron 315 kilos de cocaína que estaban escondidos en maderas en un depósito fiscal de Avellaneda, listos para ser exportados a España. Entonces cayeron Bergamo y Falcón en su casa de Moreno.
Dos días después, se hizo otro allanamiento en otro depósito de Avellaneda y allí se encontraron, dentro de una heladera industrial, 114 kilos. El tercer imputado del juicio oral, Gustavo Toscano (44), sólo está acusado de este último hecho.
En la lista de involucrados también hay un español, Bernardo Murcharaz (50), responsable de la empresa Itatí Industrias Madereras S.A, cuya filial en España era la importadora del cargamento. Murcharaz no llegará a juicio ahora porque en 2008 fue alertado de que la Policía estaba por detenerlo y logró fugarse a Colombia, donde luego fue detenido .
Al español lo extraditaron a fines del año pasado y el último 24 de enero declaró ante el juez Aguinsky. Lo que dijo es un manual de cómo se mueven los narcos , aunque él se desvinculó del tráfico.
Murcharaz contó que su nexo con lo ocurrido fue el colombiano Marco Acosta Acevedo ( hoy prófugo ) con quien se reunió varias veces en un departamento de Puerto Madero y quien, cuando venía al país, vivía en un country de la localidad bonaerense de Benavídez.
El le contó que “la droga la traían de Santa Cruz de la Sierra en una avioneta hasta alguna provincia del Norte del país y luego la trasladaban a Buenos Aires. A Bergamo lo tenían de payaso. El sabía lo que hacían los colombianos, obvio, pero no tomaba decisiones. Cobraba una comisión por cada envío”, declaró el español.
En su indagatoria, Murcharaz confió que un vecino de la maderera –ubicada en Zárate– le advirtió que la Policía lo estaba siguiendo y que cuando le contó esto a Acosta Acevedo, éste primero se hizo el desentendido y luego lo convocó a una reunión en una torre de Puerto Madero donde había otro colombiano, un argentino y un boliviano.
“Marco (que se lo llevó aparte) me dijo que estaban en un callejón sin salida, que el colombiano que estaba en el living era el jefe de una oficina para la que estaban trabajando y que ya no se podía volver atrás”, dijo Murcharaz, y agregó que desde entonces le pusieron a dos colombianos que lo acompañaban las 24 horas del día .
Fue Marco también el que, ya desde Colombia, le avisó por teléfono que se tenía que escapar porque la Policía lo iba a buscar . Y Murcharaz logró fugarse. Lo hizo por la misma ruta por la que había entrado la cocaína del embarque: la frontera argentino boliviana.
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